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N/A 1: K.O.F y sus personajes son propiedad de SNK.
N/A 2: Imaginen a los personajes con los rostros y anatomías de "The King of Fighters for Girls".
Lo admitía… le gustaba pasar el tiempo con su mejor amigo quien a pesar de ser un poco infantil con el tema de ser algo más que amigos el estar con él la tranquilizaba. Sie Kensou era descrito por Athena como dulce, considerado y solo ocasionalmente fastidioso, como si fuera un niño grande pero con un corazón de oro.
Los jóvenes se encontraban comiendo un rico helado en la plaza comercial. No hubo necesidad de demasiada insistencia por parte del chico ya que sabía muy bien que el helado de zarzamora con trozos de fresa era una debilidad enorme para su amiga.
—… y fue así como casi pierdo mis pantalones por culpa de esa ardilla. —
—Jajajajaja. Tú siempre sabes cómo hacerme reír con tus historias locas. —
—Y cuéntame ¿Cómo va tu proyecto con los nuevos sencillos de tu banda musical? Debería ser un alivio que por fin estés de vacaciones, más tiempo para pensar, componer y organizar. —
—¡Va genial! Somos una de las bandas invitadas para el gran evento que se realizará en Osaka. Vendrán también grupos de otros continentes; será increíble. —sonrió la chica.
—Eso sí que es muy cool. Me gustaría ir a verlos ensayar algún día. Siempre quise saber lo que se siente ser aquel sujeto que ve, lee, escucha o se entera de algún éxito rotundo antes que los demás. —sus ojos se volvieron estrellas al momento de decir aquello.
—Bueno, pues quizás sea tu día de suerte porque puedes venir a vernos ensayar cuando gustes solo avísame con tiempo para tener un espacio disponible para ti. —
—¡¿Qué?! ¡¿Es enserio?! —
—Claro, es lo menos que puedo hacer, después de todo eres mi mejor amigo. —
—Owwwnnn. —fingió llorar. —Haré de cuenta que no escuché eso último. —
—Sie ¿Alguna vez has sentido sensaciones que no puedes controlar a pesar de saber el motivo de ellas? —
—Jhe, es la historia de todos mis días. —le sonrió con sorna.
—No, tonto. Me refiero a reacciones involuntarias que no puedes controlar a pesar de tener la noción del porqué suceden. —
—Reacciones involuntarias… ¿Cómo cuando te tiras un gas y lo hueles? —
La ídol casi se atragantó al escuchar aquello. Contrajo los labios con una fuerte exhalación cerrada sin poder evitar escupir parte de su helado que tenía en la boca. Su cara se mostraba roja de vergüenza ajena.
—¡JAJAJAJAJAJAJA! Eres un bobo. —
La noche cayó finalmente. Asamiya se encontraba tomando un relajante baño de burbujas en su tina. A la mañana siguiente estaría un poco acupada componiendo la letra de la nueva canción de The Band of Fighters. Tenía la esperanza de que sus demás compañeros ya tuvieran algo en mente para el sencillo.
—Muchas gracias por haber llamado. Espero que les esté yendo muy bien allá en Dublín. —decía de manera suave y relajada.
—"Tu padre y yo estamos seguros de que lo harán bien. Les deseamos mucho éxito." —
—Son los mejores, los extraño mucho. No puedo creer que apenas sea la mitad de su viaje de negocios. Siento como si hubieran pasado meses. —
—"Solo un par de meses más y estaremos de vuelta en Tokio. Bueno, será mejor que cuelgue, mucho éxito en el festival de Osaka. Cuídate mucho y cuida bien la casa." —
—Okāsan, ya no soy una niña, confía en mí. —recriminó dulcemente la ídol.
—"Espera, espera, tu padre quiere decirte algo". —
—Otōsan, hola. ¿Cómo estás? Los extraño mucho. —sonrió para sí.
—"Athena… no olvides cerrar bien las puertas en la noche antes de dormir." —
—… … … … Claro. Te quiero mucho, no lo olvides. —recalcó.
—"… … … …".
—"Descansa, hermosa. Te hablaremos dentro de poco." —comentó la madre.
Sin darle oportunidad de nada más la llamada fue cortada. Athena resopló con un aire de tristeza por aquello.
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A medida que pasaron los minutos de relajación en su tina empezó a recordar las conversaciones que había tenido con sus amigas rubias y el castaño. La joven sintió una cierta tibieza en su cara al rebobinar en su mente los detalles y menciones que había escuchado en esos dos días. De pronto abrió los ojos y se incorporó un poco al sentir de nuevo esa extraña reacción involuntaria debajo de su abdomen.
—Oh, no. —musitó. —Okay, okay. Tranquila, tranquila. —
La adolescente pasó ambas manos por su cabello y cubrió lo mejor que pudo su busto con la espuma de jabón que había sobre el agua. A pesar de estar sola lo que estaba a punto de hacer era algo vergonzoso.
—Es normal, es algo natural. No soy la única mujer en el mundo que hace este tipo de cosas. Yo puedo, necesito hacer esto. Bien… —se daba patéticos ánimos.
Cerró sus ojos y dejó reposar su nuca en el borde de la tina para relajarse un poco más, respirando hondo antes de actuar. Athena sumergió su mano derecha y ahogó un pequeño grito al tener contacto, se remojó un poco los labios y mordió su labio inferior casi al instante.
—E-esto se s-siente… quizás sí… no… espera Athena así no… un poco hacia… ah… —gruñó.
—¿Hay alguien en casa? —
Athena abrió los ojos de golpe al escuchar esa profunda voz viniendo desde lo bajo de las escaleras. Literalmente sintió cómo su corazón latía a mil por hora pues en ningún universo esperaba que alguien entrara a su casa y preguntara si había alguien mientras ella hacía lo que hacía en plena ducha. Su sorpresa fue tanta que casi tiró su celular en el agua por el brusco movimiento que había ejecutado.
Ni en mil millones de años esperaba la mala suerte de aquel acontecimiento inoportuno ¿Por qué justo ahora? Y lo más irritante ¿De quién se trataba?
—¡¿Pero qué carajos?! —masculló con el ceño fruncido y un enorme rubor.
Sintió su alma abandonar su cuerpo al escuchar las pisadas sobre la alfombra que conducían al segundo piso, donde ella se encontraba.
Rápidamente salió de la tina y se colocó su bata de baño para asomarse desde la puerta, maldecía por primera vez no haberle hecho caso a su padre con respecto a asegurar adecuadamente las puertas de su enorme casa.
Abrió lentamente la puerta y miró con un ojo a través de la ranura. El rubor en sus mejillas se agravó al ver quien subía lentamente.
—¡¿I-Iori?! —pensó mientras cerraba la puerta del cuarto de ducha.
