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N/A 1: K.O.F y sus personajes son propiedad de SNK.

N/A 2: Imaginen a los personajes con los rostros y anatomías de "The King of Fighters for Girls".

N/A 3: Posiblemente, posiblemente suba una versión sin mucha censura dentro de poco.


Todavía sentía calor a pesar de mantener la ventana abierta y dormir sin su playera. Iori se removió por tercera ocasión haciendo un ademán de molestia. ¿Cómo era posible que alguien pudiese dormir con todas esas sábanas?

Miró el reloj digital que se encontraba a un costado el cual marcaba las 2:09 am. Resopló frustrado levantándose. Salió del cuarto de huéspedes y se dirigió tranquilamente hacia la cocina pasando por alto el que la puerta de la joven también se encontraba abierta por el calor que hacía aquella noche.

—Espero que no le importe esto. —se dijo a sí mismo mientras se servía un vaso de leche y hurgaba en la alacena en busca de un bocadillo.

Cuando terminó con su comida nocturna subió los escalones deteniéndose al avanzar por el corredor del segundo piso. El pelirrojo se mantuvo estático, agudizando sus oídos pues creyó haber escuchado murmullos. Entrecerró sus ojos una vez más y por fin pudo percibirlo. Se escuchaban como unos lamentos provenientes cerca de donde estaba. Pausó una vez más su caminar y ahí estuvieron de nuevo.

—¿Chica ídol? —

Caminó hasta la habitación que se encontraba ligeramente abierta para que circulara el aire fresco y perfiló su oreja hacia la puerta.

—Mmmnnnñññ. —

Iori quedó en silencio por breves segundos imaginando que quizás se podía tratar de una pesadilla. Pensó por varios segundos si intervenir o no para despertarla de su sueño. Cuando escuchó otro pequeño quejido —de miedo, así lo pensó— decidió actuar entrando, sin embargo, de nueva cuenta se detuvo quedando congelado en el acto esta vez.

—Ah, así… no pares… —masculló ella a medida que suspiraba inconscientemente.

La psíquica se removió bruscamente en la cama y la sábana que la cubría apenas se mantuvo cubriendo sus pies. Yagami abrió un poco la boca y arqueó la ceja en sobremanera. Literalmente no pudo moverse a pesar de apenas haber entrado a la habitación. Ahí estaba ella, con su largo cabello un poco alborotado y un short de licra ajustado que cubría sus caderas en lo que ella tenía su sueño húmedo.

—¡Ouh! ¿Quieres que me dé la vuelta ahora? —jadeó, escondiendo una de sus manos debajo de su blusa mientras acariciaba suavemente uno de sus senos.

—Ella está soñando con eso. [¿?] Eso explica por qué ha… —musitó débilmente sin moverse.

Tragó y cerró fuertemente sus puños, respirando pesadamente. Tan rápido como entró en razón salió de la alcoba y caminó hacia la de huéspedes pensando por una mísera fracción de segundo hacer una parada express en el baño.

Tras tomar sus pertenecías Yagami intentó encender su motocicleta otra vez pero esta parecía no responder; sus dudas se habían afirmado, habría que meter mano experta en su vehículo motorizado.

Regresó a la casa para reinstalarse, despojándose de su playera en el proceso sin prestar atención auditiva a la habitación de al lado. Al estar en la cama miró detenidamente hacia el techo sin poder procesar aun lo que acababa de ver, no era que le importara pero a juzgar por lo sucedido asumió que ella aún era virgen.

Finalmente tras varios minutos más logró dormirse.


9:17 am.

—Vaya finalmente despertaste dormilón. Buenos días. —sonrió una animada jovencita desde la cocina.

El pelirrojo observó el delicioso festín que se encontraba en la mesa del comedor: café, huevos estrellados, tocino crujiente, pan tostado, jugo, arroz, carne asada, fruta picada y waffles con zarzamora.

—¿Qué es todo esto? —

—Preparé el desayuno para ambos, espero que tengas hambre. Yo no podría comer todo esto sola. —comentó entre risitas.

Iori se sintió muy extraño ante aquella situación, era como si los dos estuvieran viviendo juntos y mantuvieran una relación formal. Sin decir más se sentó y estiró sus manos para desperezarse.

Cuando Asamiya terminó de cocinar se quitó el mandil y se sentó enfrente de su compañero sonriéndole de manera dulce con los ojos cerrados.

—Disfruta. —

Él empezó con la fruta picada y el jugo de naranja.

—Pensé que no estarías esta mañana, debo decir que me sorprendí cuando te vi durmiendo todavía en la habitación de huéspedes. —

—Quise irme en la madrugada pero mi motocicleta no encendió. Llamé a un experto para que la revisara. Tsk, por cierto, hablando de dormir. Cuando me levanté en la noche por un vaso de leche no pude evitar escuchar ciertas… cosas proviniendo de tu habitación. —comentó con seriedad.

Athena escupió hacia un lado su café e inmediatamente se puso roja de vergüenza.

—¡¿Q-qué tu qué?! —tembló.

—Lo que escuchaste, me pareció interesante lo que capté. —bebió de su jugo sin mucha importancia.

—Oh, cielos. Y ¿Qué fue exactamente lo que escuchaste? Si se puede saber. —torció su vista sin ladear la cabeza mientras se rascaba con un dedo la mejilla.

—No mucho pero lo suficiente para comprender que estás pasando por un proceso de cambio hormonal. Francamente ahora entiendo bien algunos comportamientos ridículos que tenías/tienes cuando hemos ido a ensayar últimamente. —

—¡¿Qué?! ¡¿Fui tan obvia entonces?! —su sonrojo provocó que sintiera la cara más caliente.

—De verdad que eres tan tonta. —negó con fastidio.

—¡Lo siento mucho! ¡Nunca tuve intenciones de ser una molestia para alguno de ustedes es solo que…! Bueno, nu-nunca hablé de esto con nadie hasta hace poco, es una nueva sensación para mí. Mis padres no son del tipo de personas que tengan tiempo para escuchar o aconsejar a su hija sobre ese tema. —

—Se nota. Jmm. Es por es que he decidido ayudarte. —se cruzó de brazos con los ojos cerrados.

—¡¿C-CÓMO?! —

—Quiero que dejes de ser una molestia no solo para mí sino para los demás así que haré lo necesario para eso. Ahora, tengo que abrir este tema poniendo un ejemplo masculino. ¿Has escuchado alguna vez sobre el Jelqing? —

—¡DIOS! —

La adolescente se levantó de la mesa y rápidamente le dio la espalda tomándose con ambas manos de las mejillas sin parar de temblar.