.
N/A 1: K.O.F y sus personajes son propiedad de SNK.
N/A 2: Imaginen a los personajes con los rostros y anatomías de "The King of Fighters for Girls".
N/A 3: Es probable que dentro de poco esta historia pase a la Rated M por los futuros capítulos.
.
.
.
Athena respiró profundamente sentada en el filo de su cama. Mantenía sus ojos en blanco mientras temblaba débilmente sin control. No podía terminar de asimilar la no tan vasta teoría que había escuchado.
Al verlo recargado de costado sobre la puerta de la habitación el corazón le dio un vuelco; logró percibir una deliciosa fragancia a limón y menta proviniendo de él. La chica desvió su mirada.
Ahí se encontraba el pelirrojo, observándola detenidamente con unos ojos fríos y un semblante sin expresión.
—Parece que no ha sido de mucha ayuda. —
Ella no contestó. El contorno de su boca empezó a temblar y un color morado se apoderó de su frente.
—En ese caso… ¿Hay algo que quieras decir? —
—Errr… Iori. J-jamás en mi vida he visto porno tampoco. —
—Lo sabía. —cerró sus ojos con fastidio. —Parece que no me queda otra opción. Niña, ¿Has intentado el onanismo personal? —
Athena advirtió un rubor enorme mientras hacia una mueca con su boca. Observó a Yagami y sus emociones profundas se dispararon al escuchar tocar el tema íntimo. Su estado emocional pasó de uno tímido a uno excitado. Pronto empezó a entrar en un extraño estado de confort.
—Lo he intentado un par de veces p-pero… —musitó.
—Chica ídol eres casi una adulta ahora. Deberías saber acerca del tema. —frunció el ceño.
—Lo sé. —sonrió tímidamente sin mirarlo.
—Seguro que tus patéticas amigas te han dicho algo con respecto al tema o quizás tus padres. —
—No exactamente. Ellas hablan como si ya todo el mundo lo hubiera hecho pero algunas personas como yo pasaron desapercibido 'eso' hasta estos momentos y mis padres… de ellos no quiero ni hablar. Realmente necesito a alguien que me ayude/enseñe a canalizar la sensación. —
No recibió respuesta pero si una confianza que iba reluciendo mediante pasaban los segundos. Esa podría ser una oportunidad lo cual provocó que se pusiera muy nerviosa. No entendía por qué se sentía tan emocionada hablando con Iori sobre el tema. El vacío en su estómago y las cosquillas debajo de su abdomen empezaron a sentirse.
—¿Entonces eso quiere decir que algunos chicos también llegan a sentir este tipo de reacciones en su cuerpo? Por ejemplo: ¿Kyo o Terry? —
—¡¿Ah?! ¡No sé ni me interesa si esos idiotas sienten ese tipo de cosas también! —gruñó con asco. —Pero algo sé. Es una práctica que casi todo el mundo hace así que no te cohíbas, maldición. —
—Iori, al parecer me atrevería a decir que tienes mucha experiencia en el tema ¿No es así? —se apenó al cuestionar. —Me refiero a que has estado con mujeres en la intimidad. —
—¿Qué? ¿A ti qué te importa eso? —
—Qui-quiero decir. Como tienes experiencia en el tema y dado el hecho de que mis amigos no saben tanto sobre él quisiera ver si existiera la posibilidad de que t-tú… me… —jaló su falda con ambas manos hacia los lados y cerró sus ojos con fuerza intentando juntar valor. —¡Me gustaría que me enseñaras a cómo hacer una correcta masturbación! —
Yagami parpadeó perplejo ante aquella petición sin poder evitar sonrojarse de igual manera que su compañera; sudó una enorme gota de su frente. Lo pensó durante varios segundos antes de contestar, mirándola con su patético semblante en busca de ayuda.
—¿Por qué? —
—Porque detesto esto que siento. Ya no quiero. Quiero que mi lado pervertido desaparezca pero no lo haré hasta que sepa como ayudarme a mí misma o pase una experiencia sexual similar. Por favor necesito ayuda de alguien experimentado. —
Increíble pero cierto lo que había escuchado. Era un mal necesario que debía vivir para poder estar más tranquila con respecto a sus emociones y pensamientos.
—De acuerdo te enseñaré a cómo satisfacerte. Con tal de que dejes de lanzarnos tú estúpida mirada de pervertida mientras ensayamos. —
Athena se avergonzó ante aquellas palabras pero solo se limitó a asentir. Su cuerpo se puso tenso y reposó ambas manos sobre sus piernas.
—¡Carajo! ¿Cómo se supone que empiece con esto? —miró a un costado. —De acuerdo lo primero es pensar en alguien. ¿Tienes a algún chico o una chica que te guste? No importa quién sea, siempre es mejor pensar en alguien que te guste para esta práctica. —
—¿Un chico que me guste? —se mordió el labio.
La ídol lo miró de arriba a abajo produciendo en ella cierta tibieza. El cuerpo musculado de él daba la ilusión como si su playera se fuese a romper en cualquier instante. Sintió humedad en su zona íntima y la sensación de deseo aumentó en gran manera al imaginarse fugazmente a sí misma dándole un tirón a la prenda y rompiéndola para apreciar el físico con libertad.
—¿Y qué tal tú Iori? Sabía que eras guapo pero no a este grado. —lo ignoró con la mirada tras pensarlo.
—Parece que ya tienen a alguien en mente. De acuerdo. Carajo. Esto no es algo que suela hacer con las mujeres pero… —
La adolescente se asustó cuando la mano del pelirrojo se acercó a su intimidad.
—¡Espera! Entiendo lo que harás pero n-no quiero que 'me veas'. —se ruborizó al máximo tras cubrirse la cara con sus manos.
Él no dijo nada. Desvió su enrojecido rostro a un costado y sintió la humedad de la joven junto con una reacción involuntaria de parte de ella. Asamiya suspiró pesadamente provocando que sus codos se recargaran en la cama. Mantenía los ojos cerrados al igual que su enorme vergüenza.
Sin levantar la falda Iori entró en ella despacio con un dedo. Todo marchó bien en el bombeo. Luego intentó lo mismo con dos, fue entonces que un grito de dolor lo alertaron.
—Idiota, ella aún es una mujer casta. —
Cambió de opción optando esta vez por frotar con tres de sus dedos la zona húmeda; primero fue suave y lentamente fue haciendo un poco de fricción. Al principio todo marchó bien pero a medida que subía la velocidad los quejidos de su compañera fueron de incomodidad por el tono.
—¡Ah! Espera, me estás lastimando. —dijo con los ojos un poco lagrimosos.
Yagami suspiró con frustración ante aquellas palabras, una vena se le marcó en la sien, no le quedaba opción. La chica abrió uno de sus ojos y notó cómo el pelirrojo escondía la testa en su falda sin tocarla con sus manos.
—¿Iori pero que estássss…? ¡AHHHHH! —produjo un exquisito jadeo de placer.
La nueva sensación provocó que perdiera el equilibrio de los codos y se recostara en la cama. Athena salivó de más haciendo que un rastro escurriera de su boca y se mordiera el labio repetidas veces sin poder moderar su entrecortada y exasperada respiración.
—¡OH DIOS! —gritó, empezando a acariciar conscientemente sus senos mientras meneaba un poco sus caderas.
El nombrado no podía ver casi nada debido a la sombra que la falda provocaba. Sentía un calor agradable en su rostro. Saboreaba esa zona lisa y suave, su humedad que tenía consistencia de glicerina tibia y el sabor a champaña con frambuesa. Degustaba con alevosía las capas de la feminidad de su compañera que no pudo reprimir una pequeña sonrisa al percatarse de que la adolescente estaba gozando lo que le hacía.
Pasaron cerca de 10 minutos. En ningún momento quiso meter mano en el acto ya que no quería arruinarlo. Siguió por intervalos lamiendo, succionando y besando la feminidad a medida que escuchaba los gemidos de placer. De hecho le impresionó que sus fluidos no cesaran. Iori se percató de esto y se separó un poco de ella sin descubrir su cara.
—Oye, espera un momento. Necesito que me avises cuando vayas a… —
No pudo terminar la frase ya que la ídol lo tomó con ambas manos del cabello guiándolo de nueva cuenta a su feminidad. El pelirrojo abrió los ojos de sorpresa al sentir cómo su compañera lo hundía un poco impidiendo que respirara con facilidad.
No pasó mucho para que la jovencita estallara.
—¡AHHHHHHHH! —
—Ppppprrrwwwwgnnnnnnnn*. —
Athena se tomó del pelo enredando sus dedos en él mientras su compañero sacaba rápidamente la cara de entre sus piernas y se limpiaba los fluidos en el rostro. La chica sonrió enormemente con los ojos cerrados intentando controlar su agitada respiración. Había sido increíble lo que había experimentado.
—Oye. —dijo con voz molesta.
Al escucharlo se irguió rápidamente con una cara de horror al ver el estado en el que se encontraba. Le dio demasiada pena notarlo así.
—L-lo lamento. No pude controlarme. —lo miró conmocionada.
Ambos intercambiaron miradas y respiraciones entrecortadas por eternos segundos.
—Ehhh… ¡¿Hola?! ¡¿Alguien llamó a un especialista automotriz para revisar una motocicleta?! ¡Lo siento pero llevo rato tocando la puerta así que… solo empezaré con mi trabajo! ¡¿Está bien?! —se hizo escuchar el experto desde afuera.
