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N/A 1: K.O.F y sus personajes son propiedad de SNK.

N/A 2: Imaginen a los personajes con los rostros y anatomías de "The King of Fighters for Girls".

N/A 3: Amados koferos. Es un honor que hayan llegado hasta este cap. en verdad se los agradezco. Lamento la demora, ya casi vamos a la mitad de la historia. No obstante quiero dar un aviso. Estoy capacitando a mis futuros supervisores y Coffee Masters en mi trabajo, por lo que el tiempo para escribir se me es algo corto. Además en estas fechas ya se viene lo pesado en la chamba, así que solo quería decirles que por falta de tiempo esta historia se reanudará hasta Enero del 2022. Se viene navidad, año nuevo, fiestas de fin de año en el trabajo, compras, regalos, intercambios, pachangas etc. Agradezco su comprensión.

N/A 4: Felices fiestas, navidad, prospero año nuevo. Bendiciones para sus familias y amigos. Que se la pasen de lo mejor porque cada uno de ustedes se lo merece. Gracias de nuevo por leerme. Cuídense mucho.


Y así terminaba la canción que The Band of Fighters tenía preparada para el evento. Un ritmo descendiente en escalas y sonido acompañado de unas notas improvisadas de teclado. Nakoruru y Yuki se pusieron de pie y sonrieron por el asombroso trabajo de los muchachos.

—¡Eso! ¡Úju! —levantó su mano sana.

—¡Fue estupendo! —aplaudió la castaña.

—Quedó fantástica. Mary en verdad que tienes el toque. Fue una fortuna que te nos unieras justo antes del evento. No sé qué haríamos sin ti. —comentó una animada Athena.

—No es nada. Gracias por permitirme ser parte de esto. Al fin mis clases de piano sirvieron de algo. —

—Confío en que podremos dar un buen espectáculo el viernes por la noche. —habló Kusanagi yendo a sentarse a un lado de su novia. —Recuerden que no es obligación para ningún miembro de la banda pero como se acostumbra en todos los eventos de música a los que hemos asistido se es costumbre que cada integrante vaya acompañado de una pareja. —

Mary y Terry se miraron entre sí al igual que Kyo y Yuki. Nakoruru y Athena intercambiaron miradas consternadas, una por no poder asistir cómo integrante y la otra por sus horribles vivencias pasadas con los patanes que había invitado y la habían invitado a ella años atrás a algo relacionado.

A Iori no le importó en absoluto, se era bien sabido que desde un inicio jamás se molestó en llevar a ninguna chica como su invitada; solo se mantuvo ahí… fingiendo tocar algunas notas con su bajo sin mucho interés.

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Los presentes fueron dejando lentamente el sitio de reunión. Kyo había sido un caballero con Nakoruru al llevarla hasta su casa mientras que Terry y Mary decidieron ir a comer algo a un restaurante.

Athena pensó que ya no había nadie en su casa hasta que divisó desde la concina a través de su enorme puerta de cristal cómo el pelirrojo terminaba de consumir lo último de su cigarro en el jardín. Yagami miraba perdidamente hacia el cielo. La chica caminó hasta allá y se colocó a un lado de él con un poco de nervios, no habían hablado desde que habían estado juntos en la intimidad. La joven se encogió de hombros pensando en cómo romper el hielo. Era extraño intentar hablar con él aún después de lo que habían hecho, más bien vergonzoso.

—¿Cómo te has sentido en estos últimos días? Chica ídol. —

Ella lo volteó a ver con asombro notando que no le dirigía la mirada y su mirada aburrida. Era obvio que no le interesaba saber.

—No lo sé. Estoy nerviosa por el evento del viernes. Serán 3 días en el hotel y… —

—¿C.Y.S. está invitada también cierto? —

—Sí. —

Iori frunció un poco el ceño a medida que guardaba la colilla de su cigarro en su bolsillo trasero. Asamiya compartió recíprocamente algo del sentir ajeno. No solo C.Y.S. estaría allí sino que recordaba cómo Yumi Katakuri la había tratado ese día. Un silencio agradable se produjo en el jardín.

—Ven conmigo, tengo que darte algo. —

—¿Te refieres a tu departamento? —

—¿Eres tonta? ¿A dónde más iríamos? —

—Tienes razón, lo siento. —sonrió tímidamente para quitarle hierro al asunto.


Avanzaban a paso regular. A Athena le gustaba el ligero movimiento que los autos tenían. Era como el ronroneo de un gato en el interior, le gustaba porque le ayudaba a relajarse y recordar el pasado. No hubo tema de conversación en el trayecto.

La chica mantenía su cabeza alzada mirando a través de su ventana mientras pensaba a quien invitar al evento, motivo por el cual sus recuerdos se apoderaron de su mente; recuerdos no gratos que había tenido con algunos ex-novios en la alfombra roja; patanes, egocéntricos y presumidos. Hombres que no la habían sabido valorar ni como novia ni como mujer pero existía uno en particular que la hacía sentir demasiado mal, una relación tan tóxica que la había herido en gran manera pensando que era ella quien no era la funcional en la relación.


La adolescente usaba un hermoso vestido rojo sin mangas. Su novio quien era un reconocido comediante de Inglaterra la había invitado a los premios donde salió nominado como finalista. El muchacho sin duda era atractivo pero lo que tenía de apuesto lo tenía de egocéntrico.

¿No lo entiendes? Yo soy la estrella aquí, no como ustedes que solo están aquí de relleno. comentó el comediante inglés mientras tomaba la mano de su novia y se distraía con un compañero de al lado.

La reportera aprovechó el momento para dirigiste a la entones activa ídol.

Athena, ¿Cómo es posible que lo soportes tanto?

La nombrada sonrió con pena observando a los lados sin saber qué responder. El momento era realmente incómodo.

Ammm… ammm… él no suelo ser así. De hecho es muy divertido. sonrió forzadamente.

¿Cómo encuentras esto divertido? cuestionó la reportera acercándole el micrófono.

Jha, ammm… él usualmente me deja sin palabras, yo soy la tonta al no comprende muchas veces su humor. Seguro está haciendo eso, bromeando contigo ¿Sabes?

¿…? Ajá… Bueno. Tengan una linda noche.


Se limpió una lágrima amarga ya que dudaba mucho encontrar al hombre ideal en su vida. Generalmente los más guapos eran los más altaneros y estúpidos.

Finalmente llegaron a su destino. Al entrar al departamento Athena observó cuidadosamente con un ademán de desaprobación, el lugar estaba limpio y olía bien pero había un desorden sin igual y en este reinaba un color frío, no había casi nada además de lo necesario. Pensó que podría ser un lugar hermoso para vivir si Iori le dedicara más atención a comprar cosas de necesidad secundaria e inclusive terciaria. Aun así no estaba nada mal el lugar.

El pelirrojo no dijo ni una sola palabra y fue directamente a su habitación. Asamiya se tomó la libertad de sentarse en el sofá y contemplar a sus alrededores. Notó algunos reconocimientos de la carrera artística ajena y un par de guitarras bien cuidadas sobre su base. La chica sonrió con ternura al ver cómo cerca de la ventana se encontraba un pequeño gato de color negro con manchas blancas durmiendo enroscado bajo la luz del sol. Era la primera vez que conocía algo de Iori además de su talento musical y hasta cierto grado le emocionó esa parte.

Yagami salió de su habitación con una caja y se la entregó, este le indicó con la mirada que la abriera y así lo hizo. Dentro de la caja había un micrófono profesional de una marca reconocida la cual era muy difícil de encontrar. La joven lo observó con ojos bien abiertos cuestionando con la mirada.

—Ella me lo dejó después de que su hermana falleciera. No tenía caso que lo guardara por más tiempo. Desde hace tres años estoy con ustedes y no he tenido ni tengo intenciones de reagruparme con mi vieja banda, por ende no he cantado desde entonces. Pero ahora que un evento importante se aproxima y dado el caso de que eres una vocalista calificada pensé que te sería de utilidad. —comentó con voz relajada.

—Te lo agradezco mucho, Iori. Es un gesto muy lindo de tu parte. —sonrió con emoción mientras se tronaba un poco los dedos.

—Como sea. —

Estamos solos en su departamento, ¿Qué hago? ¿Me voy? ¿O le digo otra cosa? —pensaba sin desaparecer su sonrisa.

El hombre empezó a notar su lenguaje corporal y arqueó una ceja.

—Tengo algo más para ti. —

—¿Eh? ¿Qué es? —

Esta vez le entregó una tarjeta en la mano. Un pequeño fantasma escapó de la boca de Athena a medida que sus ojos desaparecían de su rostro. No podía creer lo que era.

—Es el gimnasio a donde voy. —habló con ojos cerrados. —Es algo caro pero vale la pena el costo. Nuestro próximo álbum tendrá algunos videos de nosotros los integrantes en playas, necesitamos estar en forma para ello. No digo que no seas físicamente atractiva, lo eres, pero necesitamos estarlo aún más. —

¿Hum? ¿Acaso dijo que tenía bonita figura?

Un rubor se apoderó de las mejillas de Athena mientras en sus ojos se le dibujaban un par de estrellas. De pronto se preocupó al empezar a sentir esa cálida sensación en su cuerpo. Estaba tan cerca de Iori y se encontraban solos en el departamento que tuvo un impulso repentino de besarlo o darle una fuerte nalgada en el trasero como en el video de Iroyi que había visto recién, no obstante este era el mundo real y las consecuencias podrían ser graves. Rápidamente sacudió su cabeza y se dio una fuerte bofetada a sí misma. Yagami abrió los ojos con sorpresa ante aquella reacción.

—¡Qué demonios…! —

—¡Lamento mucho eso! Muchas gracias por el detalle, lo usaré sin duda alguna y también iré al gym. —comentó con una enrojecida mejilla por el golpe.

La chica caminó rápidamente hacia la puerta y salió del departamento, ignorándolo. El hogar del pelirrojo estaba relativamente cerca de su casa, no más de 10 minutos en carro y sorprendentemente existía un solo transporte que podía llevarla de extremo a extremo.

Al caminar por la calle se tranquilizó y finalmente pudo respirar con libertad.

—Uff… eso estuvo cerca. —se pasó el antebrazo por la frente.