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N/A 1: K.O.F y sus personajes son propiedad de SNK.
N/A 2: Imaginen a los personajes con los rostros y anatomías de "The King of Fighters for Girls".
N/A 3: Amados Koferos, quiero agradecer a todos y a cada uno de ustedes por ser tan fieles a este patético escrito. En serio se los digo con el alma que jamás pensé recibir los comentarios que he recibido a lo largo de esto. Me sorprendí demasiado. Tengo 2 cosas que decir. La primera es que voy a usar descripciones un tanto picantes y explícitas que hasta el cap. 13 me había cohibido de escribir por temas "F&F" pero se lo merecen por su lealtad. Quiero que disfruten más esto. Lo siguiente es que si bien no haré caps. super largos al menos trataré de escribir un poco más y agregar contenido extra de la versión M que tengo. Gracias de nuevo por darme motivos para seguir escribiendo esta cosa. Los Te Cu Eme.
Había sido una tarde demasiado ajetreada en el centro comercial. A pesar de que estaba acostumbrada a que su noviazgo fuera interrumpido por algunas fans con hormonas revueltas y periodistas lo cierto era que Yuki lo encontraba divertido en cierto modo.
La castaña se mantenía recostada en la cama de su novio leyendo un libro de fantasía y aventura, amaba echar a volar su imaginación con las maravillosas narraciones y paisajes que los autores describían. Una sonrisa se le dibujó cuando terminó de leer el capítulo, chupó más de su paleta de dulce y suspiró con emoción.
—Se viene la búsqueda de la espada esmeralda. —
—Yuki… lo que pasó hace un rato yo… no tenía idea, lo juro. —comentaba su chico haciendo acto de presencia con una bata de baño puesta.
La adolescente prestó atención al apuesto joven y se incorporó en la cama mirándolo con una sonrisa relajada.
—No te disculpes por eso bombón. Se compensó con la deliciosa pasta que fuimos a comer. Nunca había probado algo tan delicioso. —
—¿A no? ¿Ni siquiera a mí? —sonrió Kyo con una ceja levantada.
—Jajaja. Quizás, si el día en que lo hicimos te hubiera puesto algo de salsa te hubiera saboreado mucho mejor. —
—Bueno. Escucha esto. Se me ocurrió que ahora que estamos los dos solos no sé… podría… tú sabes… ayudarte a estudiar un poco de anatomía humana. —comentó a medida que se desabrochaba la bata y la dejaba caer, mostrándose ante su novia. —Yo puedo ser… un muy buen ejemplo. —comentó con voz sexy.
La chica tuvo que tapar sus fosas nasales en esos momentos para impedir que el flujo de sangre escapara. Su cuerpo se distorsionó horizontalmente mientras comenzaba a salivar de más. Mordió el macizo dulce de fresa hasta triturarlo de una sola mordida.
—¡Owwsss! Iré buscando mis lentes para contemplar mejor cada detalle. —dijo, empezando a echarse aire con sus dos manos.
—Vuelvo en 5 minutos. Iré a darme una ducha rápida. No pienses en lo pervertido. —
Al quedar a solas en la habitación de su novio sonrió y empezó a repasar todo lo nuevo que quería probar con su pajera, su emoción duró hasta que una llamada entró a su celular.
—¿Ath? ¿Qué sucede? Ammm… con Kyo en su casa… así es… ¿Cómo? ¿En serio? Oh, ya veo. Ajá, vaya… ¿Y no puede ser más tarde? Estoy en medio de algo muy importante. —se mordió el labio con deseo. —Wo wo wou… está bien calma, no tienes que ser tan pesada. Ahhhh. —suspiró pasándose una mano por su cabello. —Está bien trataré de llegar lo más pronto posible. —
Al colgar inhaló molesta con los ojos cerrados y pensó dos veces en no ir a con ella pero por lo visto se escuchaba demasiado desesperada. Negó un par de veces y pisó el suelo con fuerza al renunciar a Kyo por su amiga.
—Athena, te juro que si no es importante te mandaré al diablo. —masculló, dejándole una nota a su novio en la cama explicando su ausencia.
Con la mirada bien fija y la falange flexionada de su dedo índice en el mentón Terry mantenía una mirada estática y de asombro sentando en la silla de la cocina. Mary empezaba a cansarse un poco de mantener su blusa levantada y a pesar de que no llevar sostén le había sido de ayuda ese día el frío en el departamento le estaba incomodando a su torso desnudo.
—Vamos Terry. No puedes tardar tanto. —jadeó Ryan sintiendo frío en su piel.
—Jmm… jmm… —gimió el rubio con los ojos cerrados y asintiendo a la vez. —Gracias Mary, al fin he olvidado el motivo por el que estaba triste. —
—Ufff menos mal. —musitó, bajando su blusa mientras le daba un beso en la frente.
—Ahora solo me preocupa Rock. Quizás la vendedora del local no le crea y no le permita llevarse el pedal doble de mi batería que compre para este viernes. No quiero ir hasta allá. —fingió llorar, abrazando a su novia y pegando a propósito su cara a las bubies de ella.
Mary acarició compasivamente la cabellera de Terry.
—No te preocupes. Rock es muy inteligente y simpático. Seguro comprenderá. Por lo mientras ¿Quieres comer algo? —
—Of course! —
Rock miró una vez más el papel que sostenía en manos para verificar el nombre de la tienda y asegurarse de haber llegado al lugar indicado. Al entrar se topó con la trabajadora quien al verlo advirtió un interés en el joven rubio. Una chica de cabello largo y color azul, ojos del mismo color y una vestimenta de alguien que le encantaba andar en patineta, tal vez unos 21 años de edad. Al verla Rock tragó en seco admirando su belleza disimuladamente.
—Hola guapo. ¿En qué puedo ayudarte? —cuestionó de forma coqueta recargando su quijada en la palma de su mano mientras hacia una bomba con su chicle.
—Maldita sea ¿Por qué me tocó una hermosa chica con una figura perfecta en lugar de las clásicas señoras obesas y con cara de Bull dog? —pensó.
Intentó hablar, articular palabra pero no podía hacer nada ante esos ojos que lo miraban fijamente. El muchacho observó cómo los labios de la mujer se curvearon al estar consciente de su nerviosismo. Ella esperó a que hablara pero de la boca del rubio no salió nada.
Sudó un poco más al verla hacer un elegante movimiento de cabeza para que su cabello se pasara de un lado a otro mientras colocaba una mano en su cintura. Era obvio que lo había hecho a propósito.
—Ammm ¿Hola? —
—¡Oh! ¡Sí! Perdóneme señorita. He venido por un doble pedal para una batería. Mi amigo me ha enviado ya que tuvo un percance. Se llama Terry… Terry Bogard. —
—¡Jha! Sé quién es Terry Bogard. Es el baterista de The Band of Fighters. Muy buenos temas de la banda por cierto. Pero no me mencionó nada de un heraldo cuando vino aquí a hacer el pedido. No sé si pueda confiar en alguien como tú para llevarse el doble pedal que pagó con anticipo. —
—Oh no, p-por favor se lo ruego. —juntó sus manos en modo de súplica. —No quiero regresar en vano y sin el artículo; quizás si le llamo podría… —
Rock no pudo terminar la frase pues la chica que atendía el local empezó a reírse colocando las manos en su abdomen. El muchacho sudó una gotita y varios signos de interrogación aparecieron alrededor de su cabeza. Al terminar se quitó una lágrima de su ojo y respiró con cuidado.
—Jajajaja, ¡Ey! Solo estaba bromeando. No tienes qué ponerte así. Jmmm… pero sabes… —tocó su mejilla repetidas veces con su dedo índice mientras miraba hacia otro lado. —… recordé que puse el accesorio en un punto alto del almacén así que necesitaré tu ayuda para dártelo ¿Qué dices? —conectó su mirada.
El muchacho tragó en seco nuevamente observándola por unos segundos de arriba abajo, acción que por supuesto notó ella.
—C-claro. Te ayudaré. Pero que sea rápido es que… tengo un poco de prisa. —sonrió con timidez.
—Seguro. Ve hacia el almacén antes tengo que hacer algo rápido. Es por allá. —le señaló.
El rubio pasó a un lado y caminó hacia el destino. La chica cerró las puertas con llave y colocó un letrero de "閉じています。私は外食しました " "[Cerrado. Salí a comer]". Al colgarlo fue al punto de venta y desactivó las cámaras de seguridad para no correr riesgo.
—Tendrás que ganarte el favor. —masculló para sí misma caminando hacia el almacén.
Athena miró la pantalla de su celular y dudó por un segundo en presionar el botón de subscripción Premium; ver un video de Iroyi chupando un miembro masculino la habían dejado demasiado caliente. Se removió en su cama al sentir cosquillas en su zona íntima.
—¿En qué me estoy convirtiendo? Esto no es normal. No soy una maldita pervertida. —se dijo para sí, frunciendo un poco el ceño. —Pagar $3,700 USD por ingresar al contenido Premium de Iroyi ¿En serio? —
Recordó una vez más al nombrado y a otro bello actor besándose y chupando sus miembros sin mostrar ni una pizca de pudor o asco. La psíquica cerró los ojos y sintió vergüenza al reconocer que lo que había visto recién le encantó. Recordó como Iroyi tragó el semen ajeno con una sonrisa en sus labios. Era precioso y más aún verlo haber hecho eso. Pero había algo que aún no encajaba con respecto a su cabello, era como si usara pelucas pues lo había visto con distintos peinados pero del mismo color.
—Pero… pero… —inhaló con fuerza.
Masajeó su clítoris levemente. Estaba empezando a saber cómo satisfacerse poco a poco debido al miedo de lastimarse, apenas y se frotaba. Claro estaba que no era suficiente. Por ende necesitaba mayor inspiración para llegar al orgasmo sin la necesidad de usar las manos.
—Diosito… tú sabes que soy débil ante esto. Por favor perdóname. —
Cerrando sus ojos y desviando su cabeza a un lado presionó el botón y la notificación de suscripción de la cuenta falsa que usaba llegó hasta su usuario. Los ojos de la ídol brillaron en gran manera al ver las miniaturas. Los videos eran de menos de 30 minutos y no mas de 15 pero asumía que el contenido tenía que ser de mayor calidad y más explícito.
Al estar a nada de cliquear en uno de ellos Yuki llamó por el móvil. La adolescente profirió una maldición y se preguntó en su molestia el motivo por el cual la había llamado en primer lugar.
—Muy bien. Será hasta la noche entonces. —se resignó con una pequeña risita mientras bajaba las escaleras para recibir a su mejor amiga.
