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N/A 1: K.O.F y sus personajes son propiedad de SNK.

N/A 2: Imaginen a los personajes con los rostros y anatomías de "The King of Fighters for Girls".

N/A 3: Hola mis amados Koferos, antes que nada y como siempre quiero agradecerles por ser leales a este patético intento de fanfic, sé que ya repetí esto pero es que en verdad jamás creí llegar tan lejos. Te doy gracias a ti personalmente. Y ahora sí el momento que muchos estaba esperando, algo de acción AthenaxIori que tenía guardado para la versión sin censura. ALV! La verdad quiero saltarme el detalle de los poderes y habilidades de cada personaje porque en realidad no tengo intenciones de que por ahí vaya este escrito. Así que ustedes comprenderán si cada personaje puede o podrá hacer algo con sus poderes y no más no hace nada xDDD.


Retomó de nuevo su rutina de ejercicio. Iori calculó en su mente los golpes que daría y cuando el costal de box regresó y estuvo lo suficientemente cerca dio una serie de cuatro golpes, el costal se balanceó debido a la fuerza. Segundos después detuvo el movimiento hundiendo el entrecejo con molestia.

—Te dije que no me molestaras cuando entreno. —

—Lo lamento mucho Yagami-san. —se disculpó la recepcionista al momento de hacer una reverencia en muestra de arrepentimiento. —Lo que sucede es que… tiene visitas. —

—¿Hum? ¿Visitas? —dijo mientras se secaba el sudor del rostro.

—Yuju. Hola Iori. —saludó tímidamente Athena al hacer acto de presencia.

—Bueno será mejor que los deje solos. Muchas gracias por el autógrafo, Asamiya-san. Soy fan de sus canciones. —susurró esto último con una enorme sonrisa.

—Cuando gustes, linda. —

Cuando la joven se retiró el varón observó un poco impresionado a la ídol. Usaba un pants de licra negro y una blusa sport de color blanco que se ajustaba a su bonita figura adolescente, cargaba una mochila para transportar sus pertenecías y su cabello lo había sujetado con una liga en forma de cola de caballo. El pelirrojo se acercó lentamente a ella y la miró de arriba abajo con una sonrisa torcida y un ceño fruncido acción que puso un poco nerviosa a su compañera.

—Debo decir que jamás pensé que vinieras, chica ídol. —comentó con sorna.

—Jeje, bueno lo que dijiste la última vez que hablamos es muy cierto. Debemos mantenernos en forma para el futuro. Gracias por la invitación. ¿Dónde están todos por cierto? —

—No muchos pueden pagar este gimnasio. —comentó retomando su entrenamiento con el costal.

Y con cierta razón. La fémina miró a su alrededor con lujo de detalle y entendió por qué lo dijo. Las máquinas se encontraban en muy buen estado, había pesas de todos los tamaños, máquinas para cardio, resistencia, fuerza, crossfit, duchas, cuatro baños, casilleros, un sauna, medio muro de espejos cuerpo completo y una cámara de recuperación a base de criogenia. Athena estuvo de acuerdo en que el lugar era ameno e inspirador para ejercitarse. Detuvo su mirada en Iori observando cómo golpeaba con fuerza el costal y sintió un nudo en la garganta acompañado de un revoloteo en su estómago.

Caray, si tiene ese poder en combate seguro me mandaría al hospital si hiciéramos el amor. —tragó en seco con una sonrisa extraña.

—Oye, ya que estás ahí parada como tonta ven aquí, necesito de tu ayuda. —ordenó.

Sin tiempo para responder colocó su mochila en un banco y se acercó. Notó cómo se colocaba pecho-tierra y la miraba desde lo bajo.

—Siéntate encima de mí, necesito peso extra para hacer mis fondos militares. —

La chica se corrió el mechón de su cabello y titubeando un poco así lo hizo. Yagami pudo sentir una suavidad extraña sobre su espalda.

—¿Colocaste cojinetes debajo de ti? —refunfuñó, ladeando su cabeza.

—N-no. No hay nada. —

Iori entendió entonces. Athena tenía una buena defensa. Sin decir más empezó con las flexiones, disfrutando de la sensación suave de las caderas ajenas, eran como un par de bombones sobre su cuerpo.

Cuando terminó su rutina ordenó que bajara para empezar por separado. Asamiya obedeció, iniciando con sus propios ejercicios.

Por momentos volteaba discretamente a ver a su compañero levantando pesas, haciendo fondos, barras y golpeando el costal de box. Sus mejillas ardían un poco cuando notaba el cuerpo bien trabajado y sudoroso. No podía negarlo, Yagami era un hombre hermoso físicamente ante sus ojos; sintió que casi se le fue el alma del cuerpo cuando este volteó a verla por una fracción de segundo; tan rápido como pudo desvió su mirada con un enorme rubor y continuó corriendo sobre la caminadora pidiéndole a Dios que no se hubiera dado cuenta de eso. Por su parte Iori sonrió de medio lado y prosiguió con su levantamiento de pesas.

Ejercicio de piernas, un poco más de cardio, abdominales y salto de cuerda, la joven se enfocó a eso nada más.

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Había transcurrido poco más de hora y media desde que había llegado al gym. Cuando Athena terminó con su rutina quedó agotada, bebió un poco de agua y se fue a sentar a una banca.

—Nada mal, niña. —dijo el pelirrojo acercándosele con una toalla alrededor del cuello.

—Gracias. Tú también estuviste genial. —comentó alegre con una mueca divertida.

—Vete a casa y descansa ya que si no lo haces seguro te dolerá el cuerpo a la mañana. El evento está a la vuelta de la esquina. —

—Ah, sí, sobre eso. Quería… mmm… bueno yo… q-quería preguntarte algo. —jugueteó con sus dedos índices.

—Después. Iré a darme una ducha. —

—¿Te darás una ducha? —

—¿Algún problema? —habló con frialdad.

—No, es que… no sabía que había duchas. Pero ¿Sabes? Creo que reposaré un poco aquí antes de irme, si no te molesta. —

—Como sea. —

Athena pudo sentir un hormigueo en su estómago al verlo alejarse. No sabía cómo invitarlo al evento como algo más que un simple compañero. De pronto se tomó del abdomen involuntariamente al recordar que Iori estaría duchándose. Se mordió su labio a medida que se abrazaba a sí misma y temblaba.

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Iori enjuagó su cabello quitando el jabón sobre su cuerpo. El vapor impedía tener visibilidad absoluta a sus alrededores. Cuando volteó hacia la puerta —debido a sentirse observado— pudo percibir con dificultades a alguien quitando su cabeza de la puerta, era obvio quién había sido. Detestaba que el pequeño cubículo de la regadera fuera de cristal. Frunció en gran manera su ceño y apretó los dientes.

—Esto ya es el puto colmo. —masculló para sí con ira.

Al terminar la ducha se secó y se vistió lo más rápido posible. Al salir al área de ejercicio miró a la joven distraída en su celular. Caminó hacia ella con pasos pesados.

—¿Te gustó lo que viste? —recriminó con molestia.

La ídol le prestó atención y se levantó de su lugar al momento de tragar en seco. Intentó guardar su celular pero debido al miedo este se cayó al suelo.

—¿C-Cómo? —

—¡¿Cómo?! ¿Es normal para ti espiar a los demás mientras se bañan? —apretó sus puños.

—Ah… yo… —

Las piernas de la chica empezaron a temblar. Jamás había experimentado el temor que Iori provocaba en los demás al menos no en una situación fuera de los combates.

—Querías verme mientras me bañaba ¿Por eso decidiste quedarte un rato más? —se cruzó de brazos.

—No es así t-te juro que no así. —se sonrojó al máximo moviendo sus manos tontamente. —Bueno si lo es… pero nada más tantito. ¡Ah! —jadeó tapándose la boca al instante.

—Dame las llaves de tu carro. —

—¿Qué? No, no lo haré. —trató de sonar firme.

—¡QUE ME LAS DES! —

Sin saber por qué obedeció aquella orden sacó las llaves de su mochila sintiendo cómo se las arrebataba de la mano.

—Camina. —

Antes de poder hacer nada levantó su celular del piso y se colgó la mochila. Iori salió del gimnasio y llegó hasta el estacionamiento siendo seguido por la chica. Cuando llegaron al carro el pelirrojo subió en él y ella imitó la acción.

Athena advirtió que el rumbo que llevaban era el de su propia casa. Cuando llegaron a su destino le indicó con la cabeza que abriera la puerta, no entendía muy bien lo que sucedía pero se sentía asustada y nerviosa. Al entrar el varón caminó hasta la sala común y quedó estático dándole la espada. La adolescente se alació el cabello de costado en un intento de moderar sus nervios.

—Mira, lo que pasó en el gimnasio… —

—Dejaré que hagas lo que quieras. —

—¿Eh? —

Varios signos de interrogación aparecieron alrededor de ella mientras sus ojos se tornaban blancos. No supo en que momento su corazón se aceleró en gran manera al grado de sentir que tendría un paro cardiaco.

—Estoy literalmente haaaaarto de que seas así. Eres patética. Y no dejarás de serlo hasta que te 'estrenes'. No soportaría la idea de que cada vez que me veas, no solo a mí, a quien sea, te notes como una chiquilla con las hormonas revueltas pero a mí me afecta y afectará más ya que somos compañeros de banda y como el idiota de Kyo y el vago ese piojoso tienen novia yo seré el más afectado. Así que he decidido ayudarte de verdad-verdad de una buena puta vez. —comentó dándose vuelta.

Las emociones de la ídol se dispararon de inmediato. Tuvo que reprimir un gemido de emoción y tapar su nariz para que la sangre no corriera además de aguantarse la risa provocada por el comentario hacia Terry. Era ahora o nunca, su oportunidad de oro. No obstante sus manos empezaron a sudar y a temblar; se corrió de nuevo su mechón de cabello.

Pasaron cerca de 15 segundos en los cuales ninguno de los dos se movió. Su nerviosismo la delató. El pelirrojo se mantuvo mirándola sin expresión alguna, para la psíquica no desprendía inspiración además de ser guapo.

—Tiene que existir otra manera. —comentó cabizbaja.

—Si no puedes hacerlo yo entiendo. —dijo al cerrar sus ojos mientras negaba con la cabeza. —Pero entonces… —

—¡Jha! Hasta crees. —

No terminó su frase ya que sintió cómo se le abalanzaron sobre él con un salto. Iori echó su pie derecho hacia atrás para no perder el equilibrio a medida que sentía las piernas de ella enroscándose alrededor de su cintura, acto seguido empezaron a comerse a besos. Yagami sujetó los muslos rápidamente y pegó el cuerpo de ella contra la pared para tener mayor soporte.

Ahí estaban los dos… besándose descontroladamente sin piedad. Athena empezó a chupar y succionar el labio inferior de su compañero repetidas veces mientras aferraba más sus piernas a la cintura de él. Estaba totalmente emocionada de estar besándolo por primera vez. Había decidido no hacerle caso a la razón y solo seguir su impulso.

Pronto el pelirrojo la bajó al piso y ella se deshizo de la playera empezando a besar su poderoso pecho y a chuparle los pezones, Iori sonrió de medio lado con el ceño fruncido mientras se preguntaba en su mente dónde había aprendido eso, apretó con fuerza las caderas de la chica para después darle una fuerte nalgada la cual hizo gemir de manera sexy a su compañera. Ella imitó la acción y acarició las nalgas ajenas sintiendo incluso musculatura en ellas. La chica se relamió sin poder creer lo que se estaba comiendo con las manos a medida que soltaba otro jadeo travieso, el hombre se estaba dando un festín con su cuerpo.

Yuki no podrá creer esto. —sonrió.

Pronto sintió cómo la despojaban de su blusa mientras se dirigían hacia el sofá, al llegar la recostaron boca arriba y apreció al hombre deshacerse de su pants de licra para dejarla en ropa interior.

—Hazme tuya. —comentó con un sonrojo que demostraba emoción.

Iori ni se inmutó. Hizo las bragas a un lado y empezó a lamer. Athena ahogó un gemido de gloria al sentir de nuevo la lengua recorrer su feminidad, ya había olvidado lo genial y delicioso que se sentía la experiencia. En su mente se agradecía a sí misma de haberse atrevido a espiarlo mientras se duchaba ya que eso había sido el detonante en él para estar en la situación donde estaba. Su compañero empezó a penetrarla con la lengua, metiendo casi todo el músculo en su interior, la joven le acariciaba el cabello rojizo mientras jadeaba de la majestuosa delicia, jadeó mucho más cuando sintió que empezaron a jalar sus pliegues con los labios, era increíble la experiencia con la que la estaban llevando al cielo.

Cuando Yagami abandonó la feminidad pasó directo a las bubies quitando el sostén y empezando a besar y lamer con cierta rudeza; dejaba hilos de saliva que conectaban el pezón de la adolescente con su lengua para deshacerlos segundos después. Athena lo nombró con piedad, empezando a sofocarlo tras pegar el rostro entre sus pechos como muestra de pasión obligando al pelirrojo a removerse y besarlos con mayor fluidez. De tanta chupada los senos de la ídol se pusieron rojizos. Cada vez que Iori abandonaba con la boca una de sus bubies se escuchaba cómo tronaba por la succión.

Maldición. E-espero que no me mande a urgencias cuando me la meta. —rio con picardía y miedo al pensarlo.

El varón se quitó su pants y quedó en bóxer. Se veía formidable en acción tanto como cuando se ejercitaba en el gimnasio. De nueva cuenta hizo una parada rápida en los senos de ella para volver a besarlos y masajearlos, para Iori era como tratar de exprimir enormes naranjas e intentar extraer todo el dulce jugo de ellas mientras las saboreaba sediento del néctar, las apretaba con fuerza, las mezclaba y las manipulaba jalando los pezones de arriba a abajo mientras ella gemía y disfrutaba —completamente fundida— de la delicia azotando y masajeando entre sus delicadas manos el trasero ajeno. Yagami volvió a besar los pechos, desafiándose a sí mimos para dejarlos más rojizos que antes.

—¡Awwwwww! ¡Ah! ¡Carajo! ¡Ah! ¡Mmmmm! ¡Iori! ¡Owwwnn! —gimió ella. —No puedo creer que me pudiera resistir aquella vez en tu depa. Estás muy guapo. No pensé que una persona como tú pudiera ponerme tan húmeda como ahora. —

La adolescente empezó a balbucear sin saber separar lo que se tenía que pensar y lo que se podía decir. Estaba tan emocionada y excitada de vivir aquel momento que no supo que estaba arruinándolo todo con sus palabras.

El nombrado levantó un poco su cabeza con una ceja enarcada. No se suponía que tuviera que decir ese tipo de cosas en medio del acto sexual. Sin darle importancia empezó a besarle el cuello mientras la masturbaba haciendo fricción en su zona íntima con un par de dedos.

—¡No digas! ¡AH! —se tapó sus ojos con su antebrazo. —Es mejor de lo que Yuki me contó que se sentiría… espera cuando le cuente que… —

Iori la hizo callar con un beso, de inmediato capturó la lengua de Athena entre sus dientes y frunció el ceño; la chica abrió los ojos y sintió un poco de dolor en ella.

—¿Zabez? No ez nezeza-rio hab-lar mientraz follamoz. Azi que procura no hazerlo ¿Quierez? —

La fémina solo pudo asentir con pena al momento de sentir cómo Iori succionaba y besaba su lengua con la boca, acción que la hizo mojarse aún más. Cuando sacó su miembro por la abertura de su bóxer Asamiya sintió una especie de punzada en el estómago que le indicó miedo y piedad. El hombre abrió un poco las piernas de ella tras hacer a un lado las bragas y analizó la zona adecuada para entrar ya que era difícil debido a que la chica aún era virgen.

—¡Espera! Sé gentil por favor. Literalmente la tienes tan grande que podrías partirme en dos. —rio con nerviosismo.

Con un aire que le llenó un poco el ego Iori asintió y volvió a concentrarse. Cuando estuvo a punto de introducirlo fue interrumpido por la voz femenina.

—¡Espera! —

—¡Agg! ¡¿Y ahora qué?! —cuestionó furioso.

—S-solo quería decir que estoy muy contenta de que un chico tan guapo como tú me quite mi virginidad. —sonrió con un lindo rubor en sus mejillas.

Yagami negó con la cabeza sintiéndose un poco halagado a la vez; después de practicarle por unos pocos segundos sexo oral —como pequeña muestra de gratificación— entró en ella con un movimiento audaz. La adolescente sintió una especie de dolor sano —como cuando te quitaban una espina del zapato— y colocó sus manos en los hombros de su maestro sexual a medida que él se movía con un poco de velocidad. En un impulso Athena volvió a rodear la cintura de Iori con sus piernas a lo que él respondió apretando con ambas manos los senos que se movían de arriba abajo sin control. No podía negarlo, la ídol era hermosa y estaba como quería.

Aunque en primera instancia deseaba ser ella quien estuviera arriba de él para que la jalara de su cola de caballo y le diera nalgadas lo cierto era que la nueva sensación fue más deliciosa de lo que imaginó que sería, algo parecido a un cosquilleo en su feminidad y una sensación reconfortante, segregación de dopamina era la descripción más acertada y vaya que sí. Empezó a acariciar el rostro del pelirrojo mientras el cuerpo de ambos sudaba y se movía a la vez de arriba abajo, no necesitó ver el miembro para asegurarse de que no entraba completamente ya que de ser así sí… podría mandarla al hospital. Sacó la lengua e inmediatamente Iori copió la acción, haciendo que ambas se encontraran en movimientos rápidos y circulares; cerró sus ojos para disfrutar del momento único. Sintió de pronto cómo Yagami la tomó de ambos tobillos y los subía a sus hombros para penetrarla con mayor facilidad, la pobre chica berreó a voz abierta y apretó sus ojos sintiendo un orgasmo maravilloso.

Siguió embistiéndola por un rato más reconociendo que los pensamientos pervertidos en su mente estaban nulos o erradicados en esos instantes. Le bastaba con escuchar los exquisitos gemidos provenientes de la dulce voz.

—¡Ah! ¡Que rico! ¡Ah! —gimió. —E-e-espera estoy un poco confundida, ¿Esto en que nos convierte? —cuestionó con una voz bastante entrecortada.

—¿Qué? —dijo él dejando de besar una de sus bubies.

—Sí, seremos novios… amantes… amigos con derechos… [¿?] —sonrió ingenuamente al limpiarse un poco de sudor en su frente.

El caballero dejó de embestirla y la miró de una manera poco ortodoxa a medida que bajaba los tobillos de sus hombros.

—¿O acaso quieres que armemos un bebé? —cuestionó con sorpresa. —No me cierro a nada formal contigo pero es muy pronto para eso ¿No lo crees? —comentó con una risilla coqueta.

—… … … … … […!?] —

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—¡Por todos los cielos Iori te juro que si no vuelves aquí me suicidaré! —gritaba la chica tapándose el cuerpo con una sábana. —¡Lo reconozco lo arruiné pero no volveré a decir ni una sola palabra! ¡Iori! ¡¿Estas escuchándome?! ¡Vuelve aquí por favor! ¡Hazlo por mí! ¡Por mí! —suplicaba con afán observando cómo el pelirrojo se colocaba su playera y salía de la casa por la puerta principal con una cara de frustración.