Esta historia está basada en:
My Hero Academia (Boku no Hīrō Academia, Mi Academia de Héroes), revista Weekly Shonen Jump.
© 7 de julio de 2014, Kohei Horikoshi.
Capítulo 4 – Familia bajo lluvia de fuego.
La brisa de aquella tarde agitaba suavemente las hojas en aquel parque, haciendo la estadía ahí más relajante y llevadera, aunque no había muchas personas en el parque, resaltaban dos jóvenes… uno de cabellera oscura como la obsidiana y una de melena blanca como la nieve, adornados con mechones rojos, que parecían flores que sobresalían de aquella capa blanquecina.
Ambos jóvenes estaban sentados en una pequeña banca, parecían hablar, aunque por sus expresiones era de algo muy serio, pues la expresión de estupor que tenía el joven de cabellera oscura era palpable.
- Al final… cuando mi padre llego a la montaña Sekoto, lo único que pudo encontrar fue su mandíbula inferior -. Narraba Fuyumi mientras miraba al suelo y agarraba sus rodillas con mucha fuerza para así evitar llorar por el recuerdo que acaba de contar.
- Reynaldo… no debí haberme rendido en ayudar a mi hermano, pero viendo lo violento que se había vuelto… tuve miedo, así que hice de la vista gorda de sus problemas… para simplemente tratar de vivir en una burbuja pensando que todo estaba bien, cuando en realidad… -. Continuaba casi en el llanto, no podía contenerse más, su dolor y principalmente su culpa querían salir de su ser.
- No -. Interrumpió Reynaldo de manera tajante y seria haciendo que ella lo mirase con lágrimas en sus ojos.
- No fue tu culpa Fuyumi… no debes cargar con eso en tu ser -. Decía Reynaldo seriamente mientras secaba las lágrimas de Fuyumi con delicadeza.
Al igual que a ella, a él no le gustaba verla con lágrimas y dolor en su rostro, por alguna razón algo dentro de él le dolía al verla así, cosa que le generaba confusión, pues normalmente situaciones como esas la podía manejar con neutralidad, pero con ella… era diferente.
- En ese tiempo eras una niña, los verdaderos culpables de todo esto y me duele decirlo, fueron tus padres… -. Continuaba mientras dejaba de limpiarle sus lágrimas.
- Tu madre Rei debió enfriar la situación de manera literal y figurativa, pero fue dejando que tu padre tomara completo control sobre ella y eso le sobrepaso, por otra parte tu padre… Enji… -.
Reynaldo en ese momento mira hacia los árboles que tenían al frente, toma un respiro profundo y con una de sus manos se agarra su puente nasal. Ya entendía todo, comprendía aquel trasfondo que tanta intriga le había causado, entendió que más que una familia disfuncional, ni siquiera podía considerarse una.
La idea de los matrimonios arreglados por peculiaridad siempre habían generado en Reynaldo una repulsión y rechazo extremo, todo por las consecuencias que traían consigo y con los Todoroki las estaba viendo todas juntas justo de frente.
- Incluso en Estados Unidos sabíamos que superar a All Might era algo increíblemente difícil, su heroísmo y capacidades superaban por mucho a las de cualquiera y su fuerza era algo que pocos podíamos igualar en el mundo… pero Enji… maldito estúpido… involucrar a tu familia en esto, es algo que sobrepasa por mucho lo permitido -. Exclamaba Reynaldo con voz dolida mientras miraba el suelo y chocaba su puño contra su mano.
La impotencia que sentía Reynaldo en ese momento era increíble, pues a pesar de no llevarse para nada bien con Endeavor, lo respetaba, ya sea por su voluntad, fuerza y sentido del deber. Pero descubrir que detrás de todo eso, se escondía una sucia obsesión por algo que nunca iba a lograr, le hacía sentir un profundo pesar; aunque tampoco podía ser hipócrita, empatizaba con él, pues sabía que era aquello, el mismo se había hundido en una obsesión insana de lograr algo que al final no le trajo más que sufrimiento y perdida.
- Veo que no somos tan diferentes después de todo, con razón nos llevamos tan mal, nos recordamos el uno al otro -. Decía Reynaldo con una sonrisa triste, realmente le sorprendía como ambos habían tomado caminos tan similares.
- Si… tú cuando perdiste todo, te diste cuenta de tu error. Mi padre en cambio no llego a ese extremo… y creo que por eso tardo tanto en darse cuenta -. Contaba Fuyumi mientras miraba unas aves juguetear en la rama de un árbol. Aunque sus lágrimas se habían detenido, sus ojos estaban rojos por el llanto.
- Así es -. Respondía Reynaldo mientras acompañaba a Fuyumi en su observación.
- Después de la muerte de Touya... todo empeoro… -. Contaba Fuyumi, ella había juntado sus manos y las apretaba con fuerza, pero Reynaldo volteo su mirada hacia ella y puso su mano en encima de las suyas con delicadeza, esto hizo que su agarre se suavizara.
Ella narraba como su padre al no superar y culparse por la muerte de Touya, se había ahogado aún más en su obsesión y arrastraba con él a todos los miembros restante de la familia. Le contó a Reynaldo como el pobre de Shoto al ser el único que podía cumplir con su ambición, lo obligo a entrenar con más fuerza, exigencia y abuso; cosa que provocaba que su hermano Natsuo al no querer ver que su hermano menor sufriera el mismo destino que Touya, tomo una actitud agresiva y desafiante ante Enji, discutiendo con él constantemente y llegando al punto de las peleas físicas, aumentado así su repudio y rechazo hacia él.
Estas dos cosas, más el duelo y la culpa de haber perdido a su primogénito, provoco en su madre Rei, ahogarse aún más en el pozo de desesperación que todos habían cavado, rompiendo poco a poco la poca cordura que le quedaba, sin que nadie se diese cuenta.
Fuyumi decia que con el pasar de los días la situación iba escalando, Enji entrenaba hasta el extenuación a Shoto a pesar de su edad, creando en el pequeño un fuerte miedo hacia su padre, aparte de eso, vivía culpando a Rei de todo lo que sucedía en la casa por más ínfimo que fuese, Natsuo por su parte, se había alejado de los asuntos de la casa y cuando volvía era simplemente para causar más conflicto.
Fuyumi quien había quedado como una espectadora silenciosa, veía como todo pasaba, le contaba a Reynaldo de nuevo en lágrimas que no sabía que hacer aparte de guardar las apariencias hacia todos los conocidos de su familia; para Enji, ella prácticamente fue olvidada y echado a un lado por completo, tanto por su defecto de nacimiento como por su pasividad en las cuestiones de la casa, para su hermano Natsuo y madre era culpable a cada momento de no hacer nada para defender a su hermano menor Shoto o detener a su padre, todo aquello hizo que en ella creciera un fuerte y arraigado sentimiento de culpa en su interior.
Reynaldo mientras escuchaba la historia de su amiga atentamente, recordaba como todo en su vida también fue empeorando poco a poco… todo el rechazo, culpa, odio, miedo… el haber sido el culpable de perder poco a poco a sus seres queridos, lo hizo comprender y empatizar con todas esas emociones que ella narraba, por tal razón, abrazo de lado a Fuyumi para hacerla sentir reconfortada y que aquel sentimiento de culpa no la carcomiera aún más.
- La ultima llama que hizo que todo se desmoronara, fue cuando nuestra madre en un quiebre mental por el profundo miedo que había desarrollado hacia mi padre, lastimara a Shoto quemándole la cara, padre al saber aquello la obligo a internarse en un centro de salud mental; esto provoco que en Natsuo aumentara aún más su fuerte sentimiento de rechazo hacia nuestro padre y en Shoto naciera un fuerte odio hacia él… -. Las lágrimas en Fuyumi volvían a caer, su dolor era fuerte, recordar aquellas cosas la lastimaban.
- Yo a esas alturas no sabía cuál era mi papel en la casa, estaba desesperada y desamparada, mucho mas después de que me volví la única mujer en la casa… -. Continuaba ya con su voz quebrada, ya no podía relatar más y simplemente se puso a llorar.
- Hiciste lo que pudiste Fuyumi… es más hiciste más de lo que debiste, sé que trataste desesperadamente de mantener la imagen de la familia… fuiste muy fuerte, demasiado diría yo, admiro tu determinación y fuerza -. Comentaba Reynaldo tratando de consolar a su amiga.
Él termina abrazándola por completo con todo el afecto que puede dar, Fuyumi al sentir ese abrazo, uno que no había recibido de alguien en años, no pudo hacer otra cosa que desplomarse emocionalmente y gritar de dolor, lloraba desgarradoramente, dejaba que su corazón expulsara todo ese dolor en lágrimas de profundo pesar y culpa, que caían en el hombro de su amigo; lagrimas que Reynaldo sentía y lo herían poco a poco, pero lo que más le afecto, fue sentir como Fuyumi se aferraba a su espalda con todas sus fuerzas en un intento de no dejarlo ir, como si tratara desesperadamente de no volver a sentirse desamparada nunca más.
- ¡Debí haber hecho más Reynaldo, debí actuar, ayudar a mis hermanos, hacer entender a mi padre, ayudar a mi madre. Debí haber nacido con una peculiaridad adecuada para mi cuerpo, debí ser de utilidad en algo y no una simple espectadora… tanto dolor… soledad… tristeza… no sabes las veces en que pensé en suicidarme y acabar con todo eso, pero ni para eso tuve el valor… realmente soy un…! -. Exclamaba Fuyumi llena de dolor y angustia, estaba sacando todo de su ser, iba a decir algo más, pero antes de que pudiera hacerlo, siente como Reynaldo la abraza con fuerza.
- No digas más… no permitiré que completes esa frase… lo diré una vez más, hiciste un gran trabajo Fuyumi, tus circunstancias te superaron y a pesar de todo eso, a pesar de que tu familia no pudo mantenerse unida, tu constancia y determinación logro evitar que se destruyera por completo, pues Shoto, Enji, Natsuo y tu siguen viviendo bajo el mismo techo, a pesar de las diferencias -. Decía Reynaldo con la voz un poco quebrada pero expresando toda la empatía que podía dar, quería hacerle entender que todo su esfuerzo no fue en vano y sobre todo que su ya de por si gran culpa no se volviera más grande.
Fuyumi al oír todo eso, poco a poco se va calmando y trata de recordar que a pesar de los conflictos y la separaciones, aún viven dentro de la casa y conviven con ella, eso siempre le había generado un sentimiento de falsa esperanza de volver a estar juntos, pero con todo lo sucedido aquel sentimiento iba muriendo, pero como decía Reynaldo aun los tenia juntos con ella.
- Además… por lo que notar en Enji cuando nos vimos, las cosas parecen que han ido cambiando poco a poco, ¿no es así? -. Continuaba Reynaldo ahora con un tono más animado y soltado a Fuyumi para dedicarle una pequeña sonrisa y secar sus lágrimas.
- Si, así es -. Respondía Fuyumi entre sollozos y esbozando una pequeña sonrisa mientras se dejaba limpiar las lágrimas de él.
Reynaldo saca un pañuelo de su pantalón y se lo ofrece a Fuyumi para que ella pueda terminar de limpiarse, ella lo recibe con gratitud y con el seca sus lágrimas a la vez que se limpia su nariz.
- Después del retiro de All Might, padre cambio… al parecer se dio cuenta del peso que significaba estar en la posición que antes ocupaba el símbolo de la paz, pero… creo que su mayor cambio se produjo después del enfrentamiento con aquel monstruo -. Comentaba Fuyumi mientras poco a poco terminaba de limpiarse.
- ¿Monstruo? -. Preguntaba Reynaldo bastante confundido.
- Si, fue el que le dejo aquella cicatriz muy similar a la tuya -. Respondió ella mirándolo y señalándose el ojo donde Reynaldo supone tener su cicatriz.
Fuyumi empezó a contarle la historia sobre como Enji salvo toda una ciudad del ataque de una especie de monstruo llamado Nomu, su encarnizada pelea contra él, su determinación y terquedad para ganar y como para ella lo considero, el primer paso para su redención, para un nuevo comienzo, pues a partir de ese encuentro casi con la muerte, su padre había cambiado radicalmente.
- Si te soy honesto, más que el haber peleado contra ese monstruo o el haber adquirido el primer puesto de la clasificación, creo hubo algo más que provoco el cambio en él, en una situación como en la que ustedes vivieron, para que un ciclo como ese se rompa, alguien debe dar el primer paso -. Explicaba Reynaldo mientras esbozaba una sonrisa.
Aunque sus vivencias fueron diferentes, oír todo aquello alegro a Reynaldo, pues saber que Enji no tuvo que perder a todos sus seres queridos para recapacitar, le genero un sentimiento de satisfacción.
- Así es… fue él -. Respondía Fuyumi mientras esbozaba una pequeña sonrisa.
- Fue Shoto. A pesar de ser el que más sufrió los pecados de nuestra familia, él logro hacer a un lado su odio y le dio una oportunidad a nuestro padre… puede que no lo haya perdonado aun, pero por lo menos le dio una oportunidad de ver su accionar y cambios y acepto aquella parte que heredo de él -. Continuaba ella mientras dirigía su mirada al cielo y sonría.
- Ya veo -. Respondió Reynaldo alegre, se sentía orgulloso de Shoto, pues a pesar de ser quien mas sufrio tuvo la suficiente madurez para lograr algo que para otros, hubiese sido impensable.
- Es la esperanza de nuestra familia -. Decía Fuyumi mientras cerraba los ojos y tocaba su pecho. Realmente estaba agradecida de todo lo que había hecho su hermano menor, logro hacer aquello que tanto ella había soñado y tratado.
En medio de tal ambiente de serenidad, se escuchó un pequeño rugido que saca a Fuyumi de sus pensamientos, cuando observa a su alrededor, ve que Reynaldo está agarrándose su estómago con una vergüenza increíble, ella al ver tal escena no puede evitar más que otra cosa que reír, cosa que pone en aun más en pena a su amigo.
- Tienes hambre, ¿verdad? -. Preguntaba Fuyumi mientras con su mano seca algunas lágrimas que había derramado por la risa.
- Si -. Respondió Reynaldo con pena evitando de hacer contacto visual con ella.
- Vamos, conozco un sitio donde podemos comer algo rápido y rico -. Decía Fuyumi mientras se levantaba de la banca y le daba su mano a Reynaldo para que pudiera levantarse.
- Me convenciste con "rico" -. Respondía Reynaldo en tono de burla mientras tomaba la mano de ella.
Al impulsarse para ponerse de pie, Reynaldo sin querer tropieza y casi cae encima de Fuyumi, pero en un rápido movimiento logra evitarlo agarrándola por su cintura, quedando a escasos centímetros uno del otro, tal es la distancia entre ambos que podían sentir sus alientos chocando uno con el otro.
Ambos tardaron unos segundos en procesar todo lo que había pasado y caen en cuenta de la posición en que están, ambos se sonrojan tan violentamente que parecen tomates, aun así… se quedan unos segundos observándose, sus ojos volvieron a encontrarse directamente, aquel hermoso turquesa de Fuyumi reflejaba el intenso rubí de Reynaldo, provocando que poco a poco sus respiraciones empezaran a agitarse con cada segundo que pasaba.
Ambos hacia unos minutos se habían desnudado emocionalmente delante del otro, eso había creado en ambos una especie de conexión que los había acercado bastante, Reynaldo llevado por el momento tan tenso que estaba viviendo y por las emociones que le provocaba ver la belleza de Fuyumi, poco a poco se acercaba más a ella, ella por su parte, al sentir los fuertes brazos de Reynaldo, ver aquellos ojos rojos e intimidantes y el intenso calor que él emanaba, no podia hacer otra cosa más que dejarse dominar por él.
- Reynaldo… no… no lo hagas -. Decía ella mientras cerraba sus ojos y esperaba sea lo que sea que él haría con ella.
Los labios de ambos estaban a punto de tocarse, pero de repente se escucha una voz que resuena en todo el parque llamando a alguien.
- ¡Fuyumi! -.
Ambos al escuchar esa voz se separaron lo más rápido posible, pero sus rostros aún permanecían completamente rojos por el momento que acaban de pasar. Fuyumi busca la voz de aquella persona que la estaba llamando y por unos momentos logra divisar en medio de los arbustos unas orejas de conejos blancas que le resultaban bastante conocidas.
- ¡Rumi! -. Exclamaba Fuyumi alegremente mientras levantaba su mano para saludar a su amiga que acercaba.
Aquella persona da un potente salto, solo para unos segundos después caer frente a ella y Reynaldo, era una chica joven con un cuerpo fuerte y atlético, un color de piel morena y su característica más distintiva, unas enormes y afelpadas orejas de conejo blanca.
- ¿Qué tal amiga?, es raro verte por aquí -. Decía bastante alegre la chica conejo mientras le dedicaba una sonrisa a Fuyumi.
- ¿Y este quien es, un colega de la escuela? -. Preguntaba ella con curiosidad al ver a Reynaldo.
- Hola bunny, estaba dando un paseo, nos llamaste justo cuando nos íbamos a comer algo -. Contestaba Fuyumi sonriente a pesar de que aun mantenía aquel sonrojo en su rostro.
- Te lo presento, él es Reynaldo es un amigo, de seguro que lo debes conocer, es un héroe igual que tu -. Continuaba ella mientras presentaba a Reynaldo.
- Reynaldo Reyes, aunque mas fácil me conozcas como "Dragón Hero: Irgiss", un placer - Se presentaba Reynaldo con una sonrisa al tiempo que saludaba con la mano, aun mantenía el sonrojo en su rostro al igual que Fuyumi.
- ¡No. El héroe número cinco de Estados Unidos, es increíble! -. Decía emocionada la chica conejo mientras saludaba sacudiendo la mano de Reynaldo con fuerza e ímpetu.
- ¡Oh!, debo presentarme… Rumi Usagiyama, mejor conocida como Rabbit Heroine: Mirko, un gusto señor -.
- No hace falta el señor, Rumi, aunque no lo parezca tengo tu edad -. Respondía Reynaldo con algo de pena mientras se rascaba la parte de atrás de la cabeza.
- ¡Oh! Pero… -. Decía Rumi extrañada al escuchar eso.
- Es una larga historia bunny, luego te la cuento -. Decía Fuyumi riendo al ver a su amiga desubicada con la apariencia de Reynaldo.
- Qué más da. ¿Qué hacían por aquí? -. Pregunto Rumi sin darle importancia a lo anteriormente hablado.
Pero antes de que alguno pudiera responder, Rumi cae en cuenta de la forma en como Fuyumi y Reynaldo estaban sonrojados, se le hizo una idea bastante picara y no pudo evitar mostrar una sonrisa igual de maliciosa, ambos jóvenes ven aquella sonrisa y saben lo que pasaba por su mente de la chica conejo.
- Ah… ya entiendo… -. Decía ella coquetamente.
- ¡No, no es lo que crees bunny! -. Replicaba Fuyumi rápidamente agitando los brazos, sabia que su amiga era rápida en entender situaciones, asi que necesitaba aclararle las cosas antes de que se malinterpretaran.
- Es cierto, solo estábamos hablando un poco y nada más, incluso ya nos íbamos a comer -. También replicaba Reynaldo igual de nervioso.
Rumi al ver aquella escena rompe en risa, no podía creer como ambos trataban de justificarse tan rápido, la risa de la heroína conejo solo hacia poner más nervioso a los jóvenes.
- Esta bien, si ustedes lo dicen, les creeré -. Decía Rumi mientras dejaba de reír y se quedaba observándolos aunque mantenía aquella sonrisa pícara.
- Si van a comer, les acompaño. Hace poco que termine mi entrenamiento y necesito algo de comer antes de irme de patrulla -. Continuaba alegremente mientras se la adelantaba.
Fuyumi y Reynaldo al ver como Rumi los habían dejado atrás al igual que el tema, suspiran levemente y sonríen mientras observan a la joven chica conejo.
- ¡Claro. Vamos, es cerca! -. Exclamaba Fuyumi mientras avanzaba para juntarse con Rumi.
Reynaldo quien se quedó atrás, ve como ambas chicas van caminando y hablando una con la otra, no pudo evitar seguir sonriendo ante aquello y pensaba en como aquel día se había vuelto bastante intenso emocionalmente, pero estaba satisfecho, pudo conocer parte de la vida de Fuyumi y ella de él. Además debía estar agradecido con Rumi, pues lo salvo de un posible accidente.
Después de unos minutos, los tres jóvenes llegan a un local llamado Queen Burger, Reynaldo se sorprende un poco al ver el lugar y mira rápidamente a Fuyumi.
- Cuando vi tu reacción a las galletas de chocolate el día en que nos conocimos, pensé en venir contigo a un sitio que te parezca familiar -. Decía Fuyumi en respuesta con una sonrisa.
- ¡Oh!, he oído de este lugar, es una franquicia de comida rápida estadounidense, dicen que es muy buena -. Comento Rumi mientras miraba el local, aquellos locales siempre le habían parecido extravagantes pero nunca se interesó en entrar a uno.
- ¡Bueno señoritas!, no perdamos más el tiempo y entremos, el olor a las hamburguesas me llama -. Decía Reynaldo alegre y emocionado mientras se adelantaba, su emocion y hambre era lo que lo impulsaban.
Ya dentro del establecimiento y frente a la caja, cada uno hace su pedido, Fuyumi pide un combo de hamburguesa con tocino y queso y papas fritas, Rumi ordena una hamburguesa doble con extra de vegetales y a Reynaldo le dan una "Monster Burger" con un gran vaso de refresco.
Aquella hamburguesa sorprendió a las dos chicas, realmente era algo "monstruoso", tenía tres carnes de res, dos de pollo, cada carne estaba acompañada de doble ración de queso y tocino y al final estaba acompañada de una gran cantidad de vegetales, todo eso en dos panes grandes.
- ¿De verdad te comerás todo eso? -. Pregunto Rumi algo impresionada, solo conocía a alguien que podía comer así y era su compañero de trabajo BMI Hero: Fat Gum.
- Increíble -. Simplemente puedo decir Fuyumi, estaba estupefacta al ver tanta comida en un plato.
- ¿Esto?, bueno… realmente esto es lo que normalmente como, digamos que consumo mucha energía -. Decía con simpleza Reynaldo mientras caminaba a la mesa.
Antes de tomar una mesa, los tres jóvenes notaron a una persona particular dentro del establecimiento, era alguien de cabellera rubia y unas grandes alas rojas, esto hizo que Rumi al notarlo sonriera ampliamente.
- ¡Pajarraco, que bueno verte! -. Exclama la chica conejo adelantándose con emoción hacia aquel joven de alas rojas.
Una vez llega a su mesa, coloca su bandeja en la mesa, se sienta al lado de él y le da una fuerte palmada en la espalda que provoca que todo lo que el chico estaba comiendo lo escupiera.
- Hola… Usagiyama… gusto… verte… de nuevo -. Decía tosiendo el rubio mientras trataba de reincorporarse del golpe que le dio su aparente amiga.
- ¡Hawks! -. Decía alegremente Fuyumi al acercarse a la mesa del mencionado.
Él la saluda mientras se toma su vaso de refresco para bajar la poca comida que le quedo atorada.
- Hey amigo, ¿estás bien?, fue un duro golpe -. Decía Reynaldo preocupado al unirse a la conversación.
Ver a Reynaldo provoca que Hawks escupiera toda la soda que se estaba bebiendo por la impresión tan fuerte que tuvo.
- ¡Dragón Hero: Irgiss! -. Exclamo Hawks totalmente impactado al ver a un colega internacional en un sitio como ese.
- El mismo, a que es una sorpresa, ¿no? -. Decía Rumi mientras sonreía de manera soberbia.
Al escuchar el nombre de héroe de Reynaldo y al ver a Hawks y Mirko en el mismo lugar, muchas personas se empezaron a aglomerar alrededor de la mesa donde ellos estaban, muchos pedían fotos con los tres héroes y otros autógrafos, así pasaron algunos diez minutos y gracias a los empleados del restaurante, lograron dispersar a las personas y así los cuatro jóvenes pudieron sentarse tranquilamente.
- ¿Y que hace aquí uno de los grandes doctores heroicos? -. Preguntaba Hawks alegre mientras le roba un poco de soda a Rumi quien estaba a su lado.
- ¡Oye! -. Reclamaba Rumi molesta mientras le quitaba la soda.
- Ayudando a los chicos de la academia U.A, All Might me pidió que viniera y ayudara un poco -. Explicaba Reynaldo mientras comía su gran hamburguesa.
- ¡Oh!, es cierto, los chicos de la U.A ayudaron bastante en las labores de rescate y evacuación en el terremoto de hace unos días -. Decía Rumi mientras comía.
- Cierto. ¿Y están todos bien?, supe que uno de los chicos sufrió lesiones graves -. Comento Hawks mientras miraba a Fuyumi, Rumi y Reynaldo comer.
- Si, Izuku Midoriya. Él está un poco inestable por las lesiones que sufrió y el fuerte impacto psicológico que sufrió, pero con unas buenas terapias y una cirugía reconstructiva lograra reponerse -. Respondió Reynaldo mientras tomaba un sorbo de soda.
- Si eres tú que se hará cargo, no dudo que lo logres -. Decía confiado Hawks, sabia de las habilidades de Reynaldo y podía confiar en que las cosas iban a salir bien.
Los cuatro jóvenes continuaron con su charla, hablaban de como las diferentes regiones del país se estaban recuperando, Rumi y Hawks hablaban de cómo sus trabajos como héroes se habían puesto un poco más agotantes por la dificultad de la recuperación, Fuyumi comentaba que en los refugios era algo similar pues las familias que estaban ahí esperaban por la reconstrucción. Ya después de una hora y media de comer y compartir, los cuatro jóvenes salieron del recinto.
- Oigan deberíamos reunirnos antes de que Reynaldo se vaya, ¿Qué creen? -. Preguntaba Rumi entusiasmada.
- No esta mala la idea, conozco de un lugar que a Reynaldo le puede gustar -. Comentaba Hawks al tiempo que abría sus alas para empezar a levantarse del suelo poco a poco.
- Bueno, los cuatro tenemos nuestros números de contacto, podemos hacer algo antes de que Reynaldo se vaya de regreso a Estados Unidos -. Sugirió Fuyumi alegre mientras sacaba su celular y lo enseñaba.
- Si es el mismo lugar que pienso Hawks, le va a encantar -. Continuaba ella a la vez que miraba a Reynaldo.
- Oigan no me dejen en intriga, díganme cuál es ese lugar -. Se quejaba Reynaldo al ver a sus amigos conspirar así.
- Tranquilo dragón, te gustara -. Respondió Hawks con risa burlona.
Después de unos minutos, cada quien se despidió, Rumi y Fuyumi se fueron juntas y Hawks y Reynaldo se fueron por caminos separados. Realmente cada uno se fue con una sonrisa en el rostro, habían disfrutado bastante y ahora estaban expectantes sobre una nueva reunión así, aunque quienes estaban más emocionados por alguna razón, eran Reynaldo y Fuyumi pues ya querían que aquel día llegara. Aparte aún tenían en sus mentes lo que le había pasado en el parque.
Habían pasado algunos días desde que Fuyumi y Reynaldo se vieron por última vez y aunque se mantenían en contacto por mensajería, Fuyumi por alguna razón no podía sacarlo de su mente, o mejor dicho, todo lo vivido aquel día en ese parque.
Ya era fin de semana y ella no tenía nada pendiente con sus deberes como profesora, así que se preparó para salir y emprendió su viaje hacia el psiquiátrico en el que su madre estaba ingresada, había hablado con sus hermanos antes, ambos les habían dicho que no podían ir debido a varias razones, así que era la única que visitaría a su madre ese dia, aquello aunque no lo admitiera le generaba mucha felicidad pues iba tener a su madre a su entera disposición toda la tarde.
- Creo que este helado de frutas le gustara -. Se decía a si misma sonriente mientras revisaba el paquete de helado que acababa de comprar.
Mientras caminaba observo de reojo a una persona con cabellera negra muy similar a la de Reynaldo, al notarlo no pudo seguirlo con la mirada, pero al darse cuenta que no era él, se sonrojo y siguió su camino, sacudió un poco su cabeza, no sabía que le estaba sucediendo… después del suceso en el parque su corazón daba saltos cada vez que tenía un recuerdo de él o veía algo que le recordaba a su apariencia. Realmente no sabía que le sucedía, pero posiblemente su madre sepa cómo ayudarla.
Después de algunos minutos ya estaba llegando al hospital, antes de pudiera acercarse a la puerta, se encontró con nadie más que su padre, esto la sorprendió demasiado, sobretodo viendo que andaba vestido con su traje de héroe.
- Padre… -. Decía Fuyumi con fuerte impresión mientras miraba a su padre.
- Fuyumi… ¿Qué… que haces por aquí? -. Preguntaba Enji con un semblante bastante sorprendido, al parecer no esperaba encontrarse con alguno de sus hijos.
- Eso… eso mismo le iba a preguntar -. Devolvió ella la pregunta, sabía que él pasaba por ahí, pero nunca pensó en cruzar camino con él.
- Solo… solo pasaba para preguntarle a los doctores sobre el estado de tu madre… nada más -. Respondía Enji de manera directa, pero en el fondo estaba algo nervioso, tanto que no hacia contacto visual con su hija.
Fuyumi recuerda aquella conversación que tuvieron su madre, Natsuo y ella, del como su padre trataba de redimirse y corregir los errores de su pasado… no podía negar que no lo hiciera, para ella, en verdad él estaba haciendo más que eso… incluso les dio una nueva casa donde sus hermanos, su madre y ella pudieran vivir, aunque sin tenerlo a él de por medio, pero verlo de frente en aquel hospital… le generaba cierta sensación que no sabía definir.
- Debo irme… solo pasaba por la zona y decidir saber cómo estaba tu madre, nos veremos -. Decía Enji mientras empezaba a propulsarse al aire con sus llamas.
Enji quería irse lo más pronto posible, no quería que por casualidad su esposa lo viera por su ventana, mucho menos con uno de sus hijos al lado, además… no sabía qué hacer en una situación como en la que se encontraba.
Fuyumi había quedado en silencio, sus pensamientos eran algo confusos, después de haberse mudado a su nueva casa, quería decirle algo a su padre pero nunca había tenido la oportunidad y ahora que la tenía, no podía decirle lo que pensaba. De repente siente una corriente y cuando levanta la mirada ve a su padre ya en los aires.
- Espera… -. Trataba de decir Fuyumi pero antes de que pudiera completar la frase ya su padre había emprendido el vuelo y se había alejado del lugar a gran velocidad.
- No te vayas… -. Termino de decir, se quedó viendo la estela que había dejado su padre por unos segundos.
Suspiro profundamente y miro la entrada del hospital, retomo su camino y entro. Dentro siguió el camino que daba hacia la habitación de su madre, cuando estuvo frente a la puerta y toco el pomo, se quedó ahí parada…
No estaba segura de entrar, su cabeza estaba siendo bombardeada por muchos pensamientos, ver a su padre en la entrada del hospital… le trajo todos esos recuerdos que había hecho memoria hace poco con Reynaldo… no sabía cómo miraría a su madre ahora, pero… ya estaba ahí, no podía dudar, así que cambio su semblante a uno alegre, se había propuesto visitar a su madre y no iba a perder aquella oportunidad de verla y compartir, así que entro a la habitación.
- ¡Hola madre, traje paletas de frutas! -. Decía Fuyumi de manera alegre mientras entraba a la habitación.
Cuando vio a su madre, la encontró sentada en su cama sosteniendo un gran ramo de aquellas flores azules que le gustaban, verla de esa forma hizo que su alegre sonrisa se transformara en una triste, mientras la observaba se fue acercando al escritorio que había en la habitación.
- Estaba por aquí, ¿no es así? -. Preguntaba Fuyumi mientras dejaba las paletas de helado encima del escritorio, para luego sentarse al lado de su madre.
- Si… los doctores dijeron que estaba preguntando por mis avances y mi estado de salud -. Respondía Rei con voz y mirada calmada mientras observaba sus flores.
- ¿Cómo te sientes al respecto con todo eso? -. Preguntaba Fuyumi ya un poco más seria mientras miraba a su madre.
- Aun no lo sé… -. Se limitaba a responder su madre, al tiempo que dejaba el ramo de flores a un lado y miro el paquete de helado que su hija le trajo.
Rei se levantó de la cama y se acercó al escritorio para tomar la funda con paletas frutales, Fuyumi le dice que hay de frambuesa y arándanos, ella toma una de arándanos y se queda observándola.
- Sabes… me lo encontré en la entrada del hospital, me sorprendió mucho verlo… sé que nos dijiste que pasaba a menudo por aquí, pero verlo aquí me dejo sorprendida -. Confesaba Fuyumi con algo de tristeza, miraba al suelo mientras decía aquellas palabras.
Rei se quedó dándole la espalda a su hija mientras la escuchaba, ella tampoco sabía cómo reaccionar ante las visitas de su esposo, sus propios médicos le decían constantemente que era contraproducente verlo, pero a pesar de los problemas que aún enfrenta, algo le dice que tarde o temprano tendrá que encararlo y enfrentarse a sus temores.
- ¿Sentiste algo al verlo? -. Preguntaba Rei de manera serena, se había volteado y estaba a mirado a su hija con aquel semblante calmo que le caracterizaba.
- Yo… no lo sé -. Respondía Fuyumi con duda, su semblante reflejaba muy bien la confusión que albergaba su corazón en ese momento.
- A diferencia de Shoto, Natsuo o tu madre, yo no logre desarrollar ningún sentimiento adverso hacia padre, al contrario… como Touya, quería llamar su atención, hacerle ver que estaba ahí… pero todo lo que sucedía en casa… estaba asustada y me sentía abandonada, aunque debo admitir que también es mi culpa por tratar de guardar las apariencias ante la gente -. Continuo expresando Fuyumi, cuando termina de hablar cierra sus ojos y toca el puente de su nariz tratando de contener su tristeza.
Mientras Fuyumi tenía los ojos cerrados de repente siente un abrazo, esto la sorprende y cuando quita su mano de su nariz, ve a su madre, estaba de rodillas abrazándola, ella no podía ver su rostro pues estaba en su hombro.
- Fuyumi, te debo una disculpa… por muchos años has cargado con una gran culpa, pero sobre todo con un sentimiento peor que cualquiera de lo que pudimos sentir… abandono -. Decía Rei triste mientras abrazaba a su hija con fuerza.
Ella durante todo el tiempo que ha estado dentro de ese hospital y con la ayuda de los médicos, se había dado cuenta de todos los errores que había cometido con su familia, con la obsesión de su esposo Enji y su primogénito Touya, con el rechazo de Natsuo, con el miedo de Shoto, pero sobre todo con la culpa y abandono que su única hija había guardado.
Gracias a que Shoto dio el primer paso y la perdono, ella debía seguir el camino que su hijo le había mostrado, sabía que debía hacer y ahora que estaba con su hija y ella le estaba confesando aquellas cosas, era el momento de actuar, pues... si Shoto había sufrido el peor trato de manera directa, la que lo sufrió de manera indirecta fue ella.
- Perdóname hija… perdonamos a mí y a tu padre… -. Imploraba Rei con pesar mientras mantenía el abrazo, quería transmitirle todo ese amor que no pudo darle durante todos esos años de encierro.
- Aun con la condición con que naciste, diste tu mayor esfuerzo para mantenernos orgullosos y felices, pero eso nunca fue suficiente, todos en la familia te apartamos y estuvimos tan enfocados en los problemas que te olvidamos… pero aun así… te mantuviste tratando de mantener las apariencias para que las cosas no terminaran por derrumbarse, ayudando con la comida y los quehaceres, ayudando a Shoto y Natsuo con sus heridas… pero sobre todo a tu padre en sus arrebatos -. Continuaba expresando Rei, todo lo que le decia a su hija lo expresaba con toda la gratitud que podía expresar de su corazón, con su mano derecha acariciaba la melena blanca de su hija con mucho cariño.
- Te amo hija y agradezco todo lo que hiciste… perdónanos por no darte aquella familia unida y feliz que siempre has querido -. Terminaba diciendo Rei mientras le daba un tierno beso en la mejilla a su hija.
Fuyumi había quedado en completo silencio mientras escuchaba a su madre decir todo eso, el sentir el abrazo y beso de su madre, el escuchar aquellas palabras llenas de gratitud y amor; hicieron que su corazón diera un vuelco, sus lágrimas brotaban, su cuerpo temblaba por las emociones que estaba sintiendo, sus mejillas estaban acalorándose y su boca tiritaba… No sabía desde cuando había deseado oír esas palabras, pero oírlas ahora simplemente la hizo sentir que su corazón había soltado una carga increíblemente pesada.
Ante tanto amor dado por su madre, Fuyumi da rienda suelta a sus emociones y grita desconsoladamente, Rei simplemente se limita a escucharla, seguir abrazándola y acariciarle la cabeza y espalda, quería que soltara todo eso, sabia con todo lo que cargaba y deseaba que lo soltara.
- Gracias hija… gracias por ser aquella columna oculta que mantenía con todas sus fuerzas a una familia destinada a destruirse bajo aquella lluvia de fuego -. Agradecia Rei, ya para ese momento su voz estaba quebrada por las lágrimas que estaban brotando de sus ojos, pero su tono de voz era alegre y cargado de sinceridad.
- Gracias por cuidar de Shoto, Natsuo y Enji en mi ausencia -. Continuaba.
- Gracias por esforzarte a pesar de tus dificultades y ser quien eres -.
- De verdad… estoy orgullosa de ti y te amo como no tienes idea -. Terminaba diciendo a la vez que la daba otro beso en la mejilla a Fuyumi y rompía el abrazo, aunque lloraba estaba sonriente ante su hija, la oportunidad de curar aquellas heridas con ella, era algo que deseaba desde hace tiempo.
Fuyumi ocultaba su cara entre sus manos y seguía llorando, aquellas palabras dichas por su madre curaban aquellas heridas que había aprendido a ocultar para guardar apariencias. Podía sentir como todo su ser recibía aquel amor incondicional de su madre, aquel amor que no pude recibir cuando niña y que ahora estaba sintiendo y que la hacían convertirse en esa misma niña pequeña.
Antes todo aquel llanto, los enfermeros se apersonaron a la habitación, cuando vieron la escena quedaron atónitos, pues no esperaban ver a Rei arrodillada delante de su hija, por lo que supieron que no debía estar ahí y se fueron, pero no muy lejos por si algo ocurría.
Después de unos pocos minutos, Fuyumi se fue calmando. Rei quien se había levantado, saca de la bolsa dos paletas de frutas, le entrega una de frambuesa a Fuyumi y se sienta a su lado para comerse la de arándanos que había tomado antes.
- Shoto me ha escrito, me dice que la situación con su amigo Izuku ha ido mejorando, todo gracias a un doctor que vino de Estados Unidos… creo que su nombre es Reynaldo -. Comentaba Rei feliz mientras comía su paleta.
Fuyumi al oír el nombre de Reynaldo se atora con la paleta por la sorpresa de oír el nombre de Reynaldo y empieza a toser, esto tomo por sorpresa a su madre.
- ¿Estas bien Fuyumi? -. Preguntaba un poco preocupada Rei al observar a su hija.
- Si… solo que me ahogue un poco con la paleta -. Respondía Fuyumi en un intento de ocultar el hecho de sorprenderse al escuchar el nombre de su amigo.
Rei se queda mirándola durante unos segundos, dudaba de que esa respuesta fuese verdadera, algo dentro de ella le decía que algo pasaba con su hija, era obvia que su reacción fue por el nombre de aquella persona que Shoto conocía, sonríe disimuladamente y continua comiendo su paleta, tenía algo en mente e iba a comprobarlo.
- Sabes… Shoto dice que es un increíble profesional, ha ayudado al joven Midoriya con ejercicios diversos, aunque al parecer son un poco demandantes, incluso lo médico para ayudarlo con su problema -. Contaba Rei mientras miraba de reojo a su hija por su hacia una reacción.
Y así fue, Fuyumi prestaba atención a lo que su madre contaba, realmente Reynaldo no le daba muchos detalles sobre que hacía en la U.A, a lo mejor por motivos profesionales, pero escucharlo por parte de su hermano, le generaba curiosidad saber más.
- Incluso, Shoto me ha escrito, que ha trabajado con él y han conversado diversos temas, que ha sido de gran ayuda y lo han hecho reflexionar sobre algunos aspecto que ha estado analizando sobre nosotros -. Continuaba Rei.
- ¿¡Enserio!? -. Preguntaba Fuyumi incrédula, estaba sorprendida de que su hermano se abriera de esa forma, mas con alguien como Reynaldo.
- Así que lo conoces… -. Inquirió Rei con una pequeña sonrisa al ver aquella reacción.
Fuyumi se sonrojo bastante había sido descubierta rápidamente, su madre rio levemente, era algo nuevo ver a su hija reaccionar de esa manera ante una persona, quería saber porque y quien era.
- ¿Dónde lo conociste? -. Preguntaba Rei mientras se levantaba y se dirigía al escritorio para sentarse y quedar frente a frente a Fuyumi.
- Bueno… la forma en que nos conocimos fue de una forma un tanto particular… -. Comenzaba a narra Fuyumi mientras se rascaba su sien y reía de forma nerviosa.
Fuyumi comienza a narrarle a su madre como se encontraron en el supermercado, el choque y los huevos, la forma en que ambos compartieron mientras hacían las compras, sobre como hablaron de trivialidades como la cocina o sus patillos favoritos, también comento sobre como Reynaldo necesitaba la ayuda de ella para poder comprender las etiquetas de los alimentos y no tener que estar tomando solamente comida congelada, también le menciono cuando hablaron de sus profesiones y de cómo se dio cuenta de que era un héroe.
Mientras ella contaba eso, Rei no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa mientras miraba a su hija hablar, era la primera vez que la veía entusiasmada hablando de otra personas que no sean sus alumnos o sus hermanos, al parecer aquel chico llamado Reynaldo había captado la atención de su hija.
- Lo más raro de todo… fue cuando ambos chocábamos miradas, como nuestro primer contacto fue por accidente, no pudimos evitar mirarnos directamente a los ojos… en ese momento… pero por alguna razón madre… sentí que el tiempo se paralizo, solo me pude enfocar en el rojo intenso de sus ojos, era como si me había parado frente a un volcán en erupción y me había perdido en ello… fue muy extraño -. Comentaba Fuyumi completamente sonrojada al tiempo que se tocaba sus mejillas con ambas manos, mostrando el nivel de vergüenza que sentía.
Rei se sorprende al oír eso, sabía que cuando dos personas tienen ese tipo de reacción solo podía significar una cosa…
- No… ella no podría, ¿o sí? -. Pensaba Rei mientras seguía viendo a su hija atentamente, el semblante de Rei había cambiado a uno más neutral, pero su mente era un manojo de dudas.
- Aquella situación me sucedió otra vez cuando estuvimos a hablando de sus experiencias como héroe, si lo vieras, te recordaría un poco a papa, tiene incluso la misma cicatriz que él pero en el ojos contrario -. Decía Fuyumi mientras señalaba el ojo que suponía Reynaldo su cicatriz.
- Es raro en verdad… no sé cómo explicar la situación… -. Continuaba Fuyumi.
- Entiendo. ¿Y paso algo más entre ustedes? -. Preguntaba Rei, su curiosidad e instinto de madre estaban activos, quería conocer más sobre la relación entre su hija y Reynaldo.
- Ese día no, después de aquello, nos despedimos, aunque antes de irme me dio su número de teléfono para poder contactar conmigo. Pero… una semana después nos volvimos a encontrar… -. Respondía Fuyumi mientras miraba a su madre, su semblante se había iluminado por una expresión de admiración.
Ella nuevamente empezó a contarle a su madre, le narro como en medio del asedio de un villano eléctrico que ataco la escuela donde trabajaba, Reynaldo había aparecido literalmente del cielo y venció al villano con una destreza, fuerza y velocidad increíble, le contaba con un gran emoción como Reynaldo había dejado inconsciente al villano de un solo golpe. Aquella historia había puesto algo nerviosa a Rei pero mientras escuchaba como la situación fue controlada rápidamente, poco a poco se fue calmando y luego su semblante cambio a uno alegre cuando escuchaba como su hija narraba el accionar de Reynaldo.
Ella continua narrando como Reynaldo después de vencer al villano la ayudo a ella y a todos en el refugio con sus heridas, pues resultaba que su verdadera profesión era doctor, aparte de ayudar con los heridos, incluso le dio a sus estudiantes grandes lecciones de cómo debían ser ellos mismo y seguir sus propias aspiraciones.
- Aquello me sorprendió, nos esperaba que dijera algo así, más bien esperaba que impulsara a los niños a ser héroes como él, pero incluso impulso a una de mis alumnas a bailar y enseñarnos que era buena en eso… aquello me recordó mucho a Touya y a Shoto… -. Decía Fuyumi con un semblante un poco triste, pues debía admitir que estaba algo celosa de Reynaldo por eso, pero también triste porque hubiese querido decirles eso a sus hermanos en su momento.
Rei simplemente se quedó callada y no hizo comentarios, pues sabía que su hija se hizo maestra para ayudar a los niños a encontrar su lugar en el mundo y de seguro ver que otra persona pudiera hacer aquello tan rápido le habría causado alguna molestia, aunque sea pequeña, aparte también hubiese deseado hacer eso mismo cuando tuvo la oportunidad con Touya, aunque estaba agradecida de que con Shoto si pudo.
Fuyumi siguió relatando lo sucedido en el refugio con Reynaldo, le conto como su padre se había aparecido pues supo del incidente y fue a verla, le cuenta lo sorprendida que estaba de Reynaldo y su padre se conocieran y sobre todo que se llevaban muy mal, hasta el punto que incluso tuvieron una discusión en medio de todos, cosa que dejo perpleja a Rei, Fuyumi obviamente no le iba a contar lo que realmente sucedió entre él y su padre y lo obligada que vio a usar su peculiaridad, pues de seguro la iba a poner histérica todo aquello.
- Hubiera sido curioso ver a esos dos discutiendo -. Decía en tono de burla Rei, ya se hacía una idea de cómo su esposo estaría frente al joven.
- Si… -. Respondía Fuyumi con una risa nerviosa, realmente no quería que aquello volviera a suceder, ambos eran demasiado cabeza caliente para volver a ver.
Fuyumi sigue contando y menciona que después de aquel suceso, pasaron unos días sin verse de nuevo, aunque en esta ocasión ella menciona que si mantuvieron contacto y se fueron conociendo un poco más por mensajería, menciona que después de un tiempo ambos se volvieron a reunir en un café… cuando llega a ese punto de la conversación, Fuyumi hace silencio, cosa que levanto sospecha a su madre.
- ¿Pasa algo hija? -. Preguntaba Rei algo preocupada por el súbito silencio.
- Debo pedirte disculpa madre… pues con Reynaldo expuse toda nuestra situación… le dije todo… lo que pasamos como familia y lo que yo pase… sé que no debería, pero con él he sentido mucha confianza -. Se disculpaba Fuyumi mientras hacia una pequeña reverencia ante su madre.
Rei al ver eso sonríe levemente y toca la cabeza de su hija ligeramente, esto llama la atención de ella y levanta la cabeza.
- Descuida hija mía, si Shoto y tu tuvieron confianza para hablar con el sobre nosotros, yo también confiare en él -. Declaraba Rei con confianza y compresión.
Fuyumi asiente y se acomoda en la cama, sigue contando a su madre toda la historia de Reynaldo, como murió su padre en sus manos, la enfermedad adquirió su madre, como a causa de esa enfermedad ella lo había olvidado y todo aquello por él obsesionarse por el primer puesto de la clasificación en su país.
Toda esa información sorprende a Rei, a la vez que la entristece mucho, pues piensa que todo eso le hubiera pasado igual a su familia de no ser por algunas diferencias entre sus vidas... el parecido con su esposo le asusta un poco.
- Entonces… prácticamente esta huérfano, que terrible -. Respondia entristecida Rei y pensaba en lo solo que debía sentirse Reynaldo.
Fuyumi al oír lo dicho por su madre cayo en cuenta de algo que simple obvio, saberlo la hizo abrir ojos como platos por la impresión, para segundos después… su semblante fuera reflejara una inmensa tristeza.
- Si lo pones de esa forma… si -. Respondía Fuyumi bastante triste mientras miraba el suelo de la habitación.
Ella cayo en cuenta de que a pesar de haber perdido a toda su familia, a pesar de cargar con la muerte de su padre y el estado actual de su madre… a pesar de haber alejado a las personas importantes en su vida como amigos y colegas, a pesar de tener que dejar ser héroe por todo aquello, Reynaldo siempre… siempre mantenía una sonrisa grande en su rostro y una actitud energética… a pesar de cargar con todo eso, acepta su responsabilidad y ayuda a otros a que no caigan en sus errores.
- Pero… pero a pesar de eso… -. Continuaba Fuyumi con una voz más animada, cosa que llamo la atención de su madre.
- A pesar de eso, él siempre se mantiene optimista, no duda en que aquellas cosas son su culpa, por lo que trabaja constantemente para regresar a su madre a la normalidad, pero tampoco deja de servir como héroe, él es fuerte, alegre, divertido, servicial, comprensivo y sobre todo muy atento… -. Decía Fuyumi, quien con cada aspecto de Reynaldo que mencionaba, más alegre era su semblante y su tono de voz.
Rei va viendo aquello y sonríe con aquella ternura y amor que toda madre puede profesarle a su hija, verla de esa forma le trae paz y alegría, los únicos recuerdos que tiene de ella, es viéndola con una sonrisa falsa o con semblante cansado, por todo lo que pasaba en la casa.
- De casualidad hija… ¿te gusta Reynaldo? -. Rei no pudo aguantar mas y le preguntaba a su hija, por lo que dijo hace poco, ya sabía la respuesta que ella daría, pero aun así quería ver la reacción que tendría.
Fuyumi al oír la pregunta tarda un poco en reaccionar, pero poco a poco su cuerpo entiende… su corazón se acelera, sus mejillas se sonrojan bastante, inconscientemente junta sus manos para evitar que el naciente nerviosismo se haga menos evidente y por último, su rostro muestra un gran gesto de vergüenza y sorpresa.
- ¡¿Queeeee?, Noooo! -. Respondió inmediatamente Fuyumi mientras volteaba su rostro hacia otro lado para que su madre no la vea. Aquello genero una ligera risa en Rei que no puede divertirse por la reacción tan esperable de su hija.
Gracias por leer, recuerda... Cualquier nota, comentario y sugerencia puedes hacerla sin temor en los reviews y los tomare muy en cuenta.
