DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece. Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a Shadows11. Yo solo me adjudico la traducción.

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Capítulo beteado por Yanina Barboza, beta de Élite Fanfiction (www facebook com/ groups/ elite .fanfiction)


Capítulo 6: La fiesta

Bella

Parte de mí no podía creer lo que había pasado.

No solamente había accedido a ser novia de Edward, bueno, algo así, sino que lo había besado.

No sé qué se apoderó de mí.

Quizá era la adrenalina. Se sentía mal, pero ver a Edward tan enojado había sido muy excitante.

Sus músculos tensos, el fuego en sus ojos.

Dejé de cepillar mi cabello para tomar un profundo respiro mientras recordaba todo.

Y saber que lo hizo por mí.

Que estaba dispuesto a pelear por mí.

Bueno, yo podía manejarlo sola; estaba lista para pelear. Pero el hecho de que no tuviera que hacerlo era demasiado lindo.

Tenía que agradecerle a Edward por eso.

Y ahora podía hacer algo por él.

Si era honesta, salir con Edward era demasiado atractivo. Me preocupaba involucrarme mucho con él de nuevo y no ser capaz de alejarme esta vez.

Suspirando, me revisé en el espejo.

Había rizado un poco mi cabello y añadido solo un poco de máscara. Solo porque estábamos "saliendo" no significaba que dejaría de ser yo. Esto era tan arreglada como estaba acostumbrada a estar.

Miré mis jeans de mezclilla y camisa a cuadros.

Era sencillo.

Pero era yo.

Revisando mi teléfono, deseaba poder llamar a Angela para decirle todo lo que estaba sucediendo. No habíamos tenido oportunidad de hablar de mi situación con Edward, pero su primera cita sería esta noche y no quería molestarla con mis problemas.

Dándome cuenta del tiempo y no queriendo hacer esperar a Edward, tomé un profundo respiro y mentalmente revisé para asegurarme que tuviera todo.

Bajando las escaleras, pausé en la sala. Papá no estaba en casa, de todos modos nunca estaba a esta hora. Pensé en enviarle un mensaje para avisarle que no estaría en casa, pero opté por dejarle una nota, mejor. Dudaba que la leyera, de cualquier forma.

Satisfecha, caminé hacia la casa de Edward.

Antes de que siquiera hubiera tocado el timbre, él estaba saliendo de la casa.

—Oh. Hola.

Realmente necesitaba mejorar mis saludos.

Él lucía sorprendido de verme y no me perdí la mirada apreciativa que le lanzó a mi atuendo. Él lucía tan genial como siempre.

Una playera gris que se pegaba a cada músculo y jeans que acentuaban su fabuloso trasero. Sin mencionar el look salvaje que su cabello siempre parecía tener.

Iba a ser difícil no mirarlo.

—Estás… —miró su teléfono, alzando las cejas—, a tiempo. —Eran tan solo unos minutos antes de las cinco.

—¿No debería?

Sacudió la cabeza.

—No, estás bien. Acabo de colgar con Tye. ¿Te molesta si hacemos una parada técnica para comprar papas y esas mierdas?

—Para nada.

Asintiendo, caminó hacia su auto. Era un Volvo plateado y brillante. Prácticamente relucía a la vista. Él seguramente lo lavaba y pulía con frecuencia.

Subiéndome al asiento del copiloto, me sorprendí bastante al encontrar el interior igual de inmaculado.

Edward era meticuloso, tenía que concederle eso.

Viajamos en un cómodo silencio hacia el único supermercado en nuestro pueblo. Me pregunté quién trabajaba esta noche. Probablemente Rhonda.

—Puedes poner lo que quieras.

Las palabras me sacaron de mi cabeza.

—¿Hmm?

Sus ojos deliciosamente verdes me miraban con interés.

—El radio, puedes cambiarlo a lo que quieras —aclaró con una sonrisa.

Me tomó un momento darme cuenta del rock suave que se escuchaba.

—Oh, está bien. Esto es bueno. —No era quisquillosa. Sin mencionar que raramente escuchaba música, de todas formas. No es como si no lo disfrutara, pero seguido me encontraba perdida en mi propia mente y me olvidaría de poner atención.

—¿Estás preocupada por algo?

La pregunta me sorprendió.

—No, ¿por qué?

Me miró con cautela.

—Estás más callada de lo normal.

Casi me reí.

Pensando en eso, reconocí que hubo un tiempo en el que era mucho más escandalosa. Llena de vida y risa, en donde cada segundo era una aventura misma.

No es como si no disfrutara la energía y emoción, pero la urgencia de tener ese nivel de despreocupaciones no estaba ahí como solía hacerlo.

No pensaba que fuera algo malo. Podía disfrutar ahora de la soledad de una forma en la que nunca lo había apreciado. Pero quizá había perdido un poco demasiado de la vieja Bella. Esa que vivía la vida sin ninguna duda, saltando con ambos pies.

Quizá nunca sería por completo ella de nuevo, pero podía traer un poco de ella de vuelta.

Me giré en mi asiento para mirar a Edward. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que le confié a alguien el poder de lastimarme. Y aunque esa posibilidad era aterradora, supuse que eso era parte de lo que hacía que valiera la pena vivir la vida. Incluso aunque probablemente me arrepintiera después, quizá era hora de tomar ciertos riesgos.

El mayor de todos estaba sentado a mi lado.

—Me preguntaba acerca de nuestra falsa relación —comencé. Obviamente intrigado, me miró—. Dado que tendrás control sobre mí, ¿eso significa que también tengo algunos derechos?

No ignoré la forma en la que sus ojos se ensancharon.

Entendía que a pesar de cómo nos sintiéramos por el otro en el pasado, había una energía cargada entre nosotros ahora. Mi cuerpo reaccionaba a él de formas que no había sentido en algún tiempo. Estaba segura de que él se sentía de la misma forma conmigo, aunque no era un secreto que tomaba sus placeres como se le diera la gana. ¿Por qué negar lo que se le ofrecía sin dudar?

Curiosamente, el pensamiento no me molestaba.

Era difícil sentir celos cuando se trataba de Edward. Quizá haya dormido con muchas chicas, pero no mantenía a ninguna de ellas. Ninguna duraba más que una semana o dos. E incluso si ese fuera a ser mi inevitable destino, ¿por qué no sacar algo al respecto? Recuerdos que pudiera mantener conmigo incluso después de que todo terminara.

—¿Quieres tener acceso total a mí? —Una sonrisa burlona pasó por su rostro.

No me permití avergonzarme. Era hora de hacer cosas que yo quisiera hacer.

—Bueno, dado que te estoy haciendo un favor y todo, quizá pueda obtener algunas de las ventajas de novia. —Estaba jugando con él, probando para ver qué pasaría después.

—¿Qué clase de ventajas serían esas? —me retó a contestar.

—Hmm. —Juguetona, toqué mi barbilla—. Si estamos en público, tienes que tomar mi mano. Tendré viajes de caballito cuando lo pida. Y tendré permitido sobrenombres lindos para usar frente a tus amigos con el único propósito de avergonzarte.

Su sonrisa genuina hizo que se me revolviera el estómago.

—Creo que puedo manejar eso —rio ligeramente—. ¿Tienes otras demandas, Bella Boo?

Casi me reí ante su respuesta.

—Touché, dulzura. —Esto de verdad sería divertido—. No, no tengo más demandas… aún. —Rodó los ojos hacia mí.

Apenas nos habíamos estacionado en la tienda cuando algunos de los amigos de Edward se deslizaron en el espacio junto a nosotros.

—¡Oye, E! —Sonreí ligeramente ante la resonante voz de Emmett McCarty mientras él y su novia, Rosalie, se acercaban.

—Hola, Em, Rose —contestó Edward con un volumen normal.

—Entonces, sí es cierto —anunció Emmett mientras nos miraba—. No pensé que alguna vez tendrías el… —Rosalie lo golpeó en las costillas, interrumpiendo lo que sea que estuviera a punto de decir. Noté que Edward se tensó un poco ante eso.

—Grosero —le dijo ella, antes de sonreírme—. Hola, Bella. Solo ignóralo. Disfruta hacer que la gente se sienta incómoda.

Me reí un poco, sin estar molesta en lo absoluto.

—No hay problema. ¿Qué hacen? —Me pregunté si estarían en la fiesta esta noche.

—Comprando unas cosas para Tye —me dijo Emmett, descifrando rápidamente ese misterio.

—Pensarías que después de todas las fiestas que ha dado no dejaría estas mierdas para el último minuto —anunció Rose mientras rodaba los ojos. Emmett y Edward se encogieron de hombros.

—Sí, bueno, no tuvo mucho tiempo esta vez. No estaba seguro si sus padres de verdad saldrían del pueblo o no.

Pensé por un momento que no sabía mucho de Tye. Me pregunté qué tan seguido sus padres salían del pueblo, y si sabían que su hijo daba fiestas mientras ellos no estaban.

—Uno pensaría que no confían en él después de todas las veces que lo han descubierto —mencionó Rose con una risa.

Emmett sacudió la cabeza.

—En realidad no les importa. Creo que les gusta de algún modo. Toda esa cosa de "mi hijo es popular y estoy orgulloso de eso".

—Guau, que comentario tan profundo. No pensé que él fuera capaz, Rose —bromeó Edward. Emmett rodó los ojos, girándose para mirarme con diversión.

—Y, ¿qué están haciendo aquí? ¿Buscando lubricante? —preguntó Emmett, moviendo las cejas.

El cuerpo de Edward se tensó y Rose golpeó el brazo de Emmett con fuerza.

Estaba lo suficientemente sorprendida como para solo reírme.

—¿Qué? ¿Quieres decir que hay algo más además de vaselina? —bromeé con una fingida voz ofendida. Emmett soltó una risa mientras Rose unas risitas. Sentí la tensión disiparse del cuerpo de Edward. Podía ver que tenía mucho que aprender si pensaba que Emmett podía avergonzarme—. Nah, solo venimos por botanas, luego iremos con Tye.

Rose me lanzó una mirada agradecida. Había escuchado que era difícil relacionarse con ella, pero no podía decir que sentía esa vibra ahora.

—Tienes una boca rápida, Bella. —Emmett aún estaba riéndose.

—Ohh, pero también puedo hacer que vaya muy, muy lento. —Le guiñé el ojo.

Emmett me dio una palmada en la espalda.

—Estás bien. —Sonreí al tener la aprobación de dos de los amigos de Edward—. Bueno, tenemos que darnos prisa antes de que Jimmy se vaya. Nos vemos en la fiesta.

Mientras se alejaban, me di cuenta de que iban a la licorería en lugar de la tienda. Tenía sentido que fueran ellos quienes compraran licor. Emmett se había retrasado un año en la escuela primaria por una enfermedad, así que técnicamente era un año mayor que el resto de nosotros, aunque todos estuviéramos en el mismo grado.

Aún era menor de edad, pero era un hecho conocido que podías obtener buenas cosas de Jimmy Duvall. Cómo es que nunca había sido arrestado por venderles a menores estaba más allá de mi comprensión.

Miré para ver si Edward estaba listo. Me estaba mirando con una silenciosa fascinación.

—¿Estás bien?

Asintió.

—Gracias por aceptar a Em. Él puede ser demasiado a veces.

Me reí.

—Estuvo bien. Realmente no soy tan delicada, Edward. —Con eso tomé su mano y lo llevé hacia la tienda—. Ahora, ¡vamos por papas!

Entramos y salimos bastante rápido, aunque no pude evitarlo cuando pasamos por el pasillo de planeación familiar.

—Oye, quién lo iba a decir, tienen lubricante.

Ver el rostro sorprendido y ligeramente sonrojado de Edward hizo que valiera totalmente la pena.

Creo que nos sacó de ahí antes de que pudiera hacer algo más vergonzoso.

Ahora estábamos en la casa de Tyler mientras la gente lentamente comenzaba a llegar.

Pensé que más gente se sorprendería de que Edward y yo estuviéramos juntos, pero además del ocasional "oh", la mayoría de la gente solo lo ignoró. No estaba segura si era porque el rumor ya se había escuchado demasiado en la escuela o porque de verdad era así de creíble.

De cualquier forma, me la estaba pasado bien.

Normalmente, los viernes por la noche Angie y yo pasábamos el rato y planeábamos nuestros futuros al salir de este pueblo. Pero hoy, vi el atractivo. Los chicos estaban riendo, solo siendo felices. Viviendo en el momento. La cerveza era repartida; algunos estaban muy cerca de estar borrachos.

Sostenía un vaso rojo con un poco de cerveza clara, pero solo era para fingir. En realidad no la había probado. Tye la había puesto en mi mano hacía una hora. Normalmente, la hubiera rechazado amablemente, pero no vi el punto en discutir esta vez.

Así que solo sostenía el vaso. Al menos ahora la gente había dejado de preguntarme si quería algo.

Edward la había mirado raro algunas veces. Me preguntaba si sabía que no bebía o solo estaba confundido del por qué aún había líquido en mi vaso.

Ahora miraba mientras los cuerpos comenzaban a caminar hacia la pista de baile, queriendo unirme a ellos.

Bailar era otra de esas cosas que amaba hacer, pero que no tenía muchas oportunidades de hacerlo. La mayoría de las fiestas a las que iba no eran de este nivel, y nunca había ido a un baile escolar. Aun así, como cualquier otro adolescente, sabía que bailar era increíblemente divertido. La forma en la que podías emocionarte tanto para luego relajarte con una canción lenta tras otra. La fluidez del movimiento con cada nota.

Me sentí moverme de un lado al otro en los extremos, mirando a los demás divertirse.

—¿Quieres bailar? —La voz que susurraba en mi oído envió escalofríos por mi columna. Me giré un poco para ver los ojos de Edward mirarme hambriento. Asentí ligeramente.

Sin palabras, bajó mi vaso y me llevó a la pista.

La canción era movida, no lenta ni muy rápida, pero electrizante.

Con sus manos en mi cintura, me acercó a él. Llevando mis manos a su cuello, moví mis caderas hacia él gentilmente. Él hizo lo mismo, encontrándome en cada movimiento.

Lentamente deslizó su pierna entre mis rodillas, permitiendo que nuestros cuerpos se acercaran aún más. Mientras bailábamos, sus manos bajaron más hasta que estuvieron sosteniendo mi trasero, empujándome con firmeza contra él.

Me dejé disfrutar de la forma en la que nuestros cuerpos se acomodaban juntos. La presión formándose entre mis piernas era increíble.

—¿Te gusta eso, Bella? —susurró su seductora voz en mi oído.

Podía sentir el fuego en mis ojos mientras lo miraba. Escogí que mi cuerpo respondiera en lugar de hablar. Dejando que mis manos se deslizaran por cada deliciosa curva, tomé su trasero y lo acerqué con fuerza.

Escuché su gemido mientras conectaba con una parte muy abultada de sus pantalones. Sin siquiera tratar de ser sutil, moví mis caderas contra el lugar, dejándole saber que estaba muy consciente de su situación.

Sus manos se apretaron en mi trasero y me tomaron con más fuerza. En el fondo de mi mente, sabía que tendría moretones más tarde. Pero ahora, se sentía demasiado bien para detenernos.

—Creo que a ti te gusta, Edward.

—Me gustaría más follarte —susurró de vuelta.

Un escalofrío me recorrió ante el pensamiento de mover mis caderas con las de Edward de una forma diferente. Aunque el pensamiento era tentador, no estaba del todo lista para hacer ese salto.

—¿No has escuchado que la paciencia es una virtud? —contesté mientras seguía moviendo mis caderas contra él.

—Debe ser por eso que no soy un santo. —Sonrió mientras se movía conmigo.

Me reí, echando ligeramente mi cabeza hacia atrás.

—No estoy segura de que la impaciencia sea la mayor preocupación para tu falta de santidad.

Puso una mano sobre su corazón en una ofensa fingida.

—¿Y qué sería exactamente?

Alcé una ceja.

—Hmmm, ¿la lujuria, quizá?

Sonrió.

—Eh, usar una aureola todo el tiempo parece algo difícil. ¿Cómo está la tuya esta noche? —bromeó, tirando ligeramente de uno de mis rizos.

Mi sonrisa fue inmediata.

—No lo sé, la dejé colgada en mi cama —le dije con un inocente encogimiento de hombros.

Su risa fue maravillosa.

—Creo que debes darle una pulida extra después de bailar conmigo esta noche. —Se inclinó para susurrar en mi oído. No pude evitar el escalofrío que me recorrió.

Él definitivamente lo notó.

—¿Tienes frío? Y yo aquí pensando que estabas caliente.

Sus manos subieron y bajaron por mis brazos, causando más escalofríos.

Realmente necesitaba controlar mi cuerpo.

Incapaz de hablar, simplemente miré sus ojos mientras sus manos iban de mis caderas hacia mi cuello. Con un brazo alrededor de mi cintura, me atrajo a él mientras alzaba mi barbilla con su mano libre.

Miré mientras se inclinaba, deteniéndose justo cerca de mis labios.

Sus ojos brillaban con diversión. En ese momento sabía que me tenía. Esperé, mi cuerpo casi temblando con anticipación.

Cuando sus labios finalmente descendieron, eran firmes y me rodearon por completo. El beso era caliente, duro y lleno de pasión. Él me dominaba. Mi boca se abrió para él y la llenó sin dudar.

Su esencia y sabor me absorbieron por completo. Difícilmente sabía lo que estaba pasando debido al latido de mi corazón en mis oídos.

Y cuando se alejó, estaba deslumbrada. Por completo. Mi cuerpo pidiendo por más incluso aunque mis pulmones pedían aire.

Tomé un profundo respiro, calmando mis nervios y mente.

—Bien jugado, Cullen —solté cuando finalmente recuperé el aliento. Sus ojos eran vigilantes, cuidadosos. Y totalmente ilegibles—. Bueno, no había sido besada de esa forma desde el campamento de verano —bromeé, intentando traer de vuelta un poco de diversión.

Su sonrisa fue lenta, pero llegó eventualmente.

—Tienes que contarme más acerca de este campamento de verano tuyo.

Y así de fácil, la tensión se fue, y todo era fácil y juguetón de nuevo.

—Quizá me convenzas, por un precio —bromeé.

La curiosidad invadió su rostro.

—¿Y cuál sería?

Me reí mientras sacudía la cabeza.

—Tendrás que esperar y descubrirlo.

Con eso, intenté alejarme. Edward frunció el ceño y me aferró a él.

—¿Y a dónde crees que vas? —Su perfecta ceja se arqueó.

—Bueno, a menos que quieras que orine en tu pierna, al baño —lancé de vuelta.

Él se rio, dándole un apretón final a mi trasero antes de dejarme ir.

Sacudí la cabeza y me alejé.

Incluso aunque sí tenía que ir, realmente estaba usando esto como excusa para aclarar mi mente. Una pequeña desintoxicación de Edward, por así decirlo.

Afortunadamente no había fila, un milagro menor, en realidad.

Cuando entré, miré mi reflejo en el espejo.

Mi cabello estaba un poco despeinado, mis ojos brillantes, las mejillas sonrojadas.

Y mi sonrisa era enorme.

Lucía… feliz.

Más feliz de lo que había sido en un tiempo.

Mirando la extraña visión frente a mí, me di cuenta de lo mucho que simplemente disfrutaba estar con Edward. El pensamiento era emocionante y aterrador.

Ya estaba demasiado involucrada con él. Nada se sentía fingido.

La forma en la que me besó y me miró.

Como si fuera la única chica en el mundo.

Sin importar lo mucho que lo intentara, las señales en mi cabeza, que eso era una farsa, estaban cayendo en oídos sordos.

Estaría bien.

No me enredaría con él.

Podía salir con mi corazón intacto.

Era una mentirosa.


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Mil gracias a las chicas que dejaron su review, las tqm :) gracias a:

ALBANIDIA, kassplz, aliceforever85, Tata XOXO, ElisabethMasen, Cary, Ady, MissanieL, Moni Belmudes, Isis Janet, AnnieOR, Cassandra Cantu, Adriu, somas, Adyel, jupy, Lupita Pattinson Cullen, tulgarita, Maryluna, Noriitha, Lady Grigori, Carolina rk, Narraly, Liz Vidal, Patricia Luguera Diaz, Emily Chase y el Guest :)

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Nos leemos pronto ;)