Última edición: 02/07/2020.


"Escóndelo".

En la cocina del Palacio de Jade, estaban dos de los grandes Maestros que viven allí mirándose ferozmente. Sentados al lado opuesto del otro en la mesa de la cocina sin parpadear.

"Ríndete; no vas a hacerme perder en esto, panda." Advirtió Tigresa a Po con los brazos cruzados encima de la mesa, mirándolo directamente a sus ojos con una mirada que reflejaba mucha concentración y ferocidad.

"¡Ja! No vas a poder vencer al campeón invicto de los concursos de miradas." Afirmó Po seguro de sí mismo, mirándola a ella con intensidad, apoyando sus brazos sobre la mesa. Enfureciendo así un poco a la Maestra con la respuesta que le dio.

Los Cinco Furiosos estaban sentados alrededor de ellos, observándolos a ambos desde hace 1 hora. Ninguno había siquiera pestañeado una vez, y no parecía que lo fuesen a hacer pronto.

Siguieron así por varios minutos, hasta que a Po de pronto se le ocurrió una idea para hacer que Tigresa perdiese y no dudo en ejecutarla de inmediato (más que nada, porque ya sentía que sus ojos no podrían resistir mucho más tiempo sin parpadear). Si perdía, iba a perder su invicto en los concursos de miradas y le tomaría mucho tiempo volver a tener una racha como la que tenía. Perder contra ella no era una opción.

"Po, q... ¿Qué crees que estás haciendo?" Le preguntó Tigresa tartamudeando, viendo que él se estaba acercando lentamente hacia su rostro y no dejaba de acercarse. Lo que hizo que una pequeña sonrisa se fuese mostrando en el rostro del panda. Su idea era riesgosa, por no decir que era una locura, pero tenía que hacer algo para no darle la satisfacción a la Maestra del estilo del Tigre de ganarle en algo en lo que él es bueno.

Las narices de ambos acabaron rozándose, incomodando un poco a Tigresa y haciéndola querer alejar su mirada de la de él, pero ella misma se detuvo porque sabía que Po quería hacerla perder con eso. Por la cercanía que tenían, podía sentir la respiración del panda, y en el fondo no le disgustaba del todo, pero sabía que los otros Furiosos los estaban mirando.

Grulla abrió su pico hasta dejarlo casi caer al suelo - por tercera vez desde que tiene memoria de ello - al ver la escena mientras los otros Furiosos estaban con los ojos bien abiertos al ver que el panda no se detuvo allí y se siguió acercando.

"Arriesgando mi vida. Como siempre lo he hecho." Respondió con sencillez Po a la pregunta que ella le había hecho anteriormente. El sonrojo de Tigresa fue tal, que Po al verla de reojo, pudo notarlo a pesar de que el pelaje de ella podía cubrirlo muy bien. Y eso no hizo más que hacerlo dibujar una gran sonrisa victoriosa en su rostro. Ella intentó e intentó, pero no pudo seguir mirando directamente a Po y, separando su nariz de la de él, volteó su cabeza - apartando su mirada y dándole por ende la victoria a Po.

"¡Gané!" Exclamó él, levantando sus brazos con los puños cerrados. Tigresa al escucharlo dejó salir un leve gruñido.

"¡Jugaste sucio, panda!" Se quejó ella frunciendo el entrecejo.

"Pero gané... ¿No?" Respondió el panda engreído, ganándose una mirada de pocos amigos de parte de la felina rayada.

"Me voy." Dijo secamente ella, fastidiada por la actitud del panda. Y antes de que alguno pudiese opinar o decir algo al respecto, se fue de allí notablemente furiosa, levantándose bruscamente de su asiento y cerrando la puerta corrediza de golpe.

"Yo creo que no lo hiciste del todo, Po..." Opinó Víbora, mirando en la dirección por la que Tigresa había salido de la cocina. Po suspiró y también se quedó viendo hacia la puerta corrediza, sabía que no fue una buena idea... Y tal vez, el ganar de esa manera para así no perder algo tan insignificante como un invicto en un juego como ese, no mereció para nada la pena. Pero ya era tarde, ahora a cambio de ganar, había hecho enojar a Tigresa.

"Vamos chicos, tenemos que ir a entrenar." Murmuró el panda soltando un breve suspiro, levantándose de la silla en la que estaba sentado. Los demás asintieron en silencio y lo siguieron para ir al Salón de Entrenamiento.

Cuando llegaron, encontraron a Tigresa entrenando en el guantelete de los Guerreros de Madera. Estaba dando golpes a diestra y siniestra sin tomarse un respiro, parecía estar bastante molesta. Ella, al verlos entrar junto con Po, fue aumentando el ritmo al que iba dando sus golpes y comenzó a desgastar la madera de varios de los Guerreros de Madera.

Durante todo el entrenamiento, los otros Furiosos pudieron sentir la tensión que ahora se había formado entre su nuevo Maestro y su líder; ninguno de los dos se dirigieron una palabra desde lo que pasó. Y cada vez que cruzaban miradas entre sí, las desviaban al instante.

Al caer la noche, y después de cenar en un silencio sepulcral, los Cinco Furiosos se despidieron de Po y lo dejaron lavando los platos sólo, como siempre pasaba desde que el panda llegó a ser el que cocinaba en el Palacio. Pero uno de los Cinco seguía parado allí en la puerta de la cocina y Po sabía muy bien quien era.

"¿Qué quieres?" Preguntó él, sin dirigir una mirada a esa persona. Estaba lavando un plato, y al terminar lo dejo a un lado para sacudirse el agua de sus manos para después encarar a ese alguien que estaba en la puerta. La persona que estaba allí parada en la puerta de la cocina era Tigresa, estaba mirando hacia ambos lados del pasillo. Po, al verla de brazos cruzados y con una mirada inexpresiva en su rostro, ya suponía a donde iba a ir esa conversación.

"¿Por qué lo hiciste?" Preguntó Tigresa, con la mirada perdida en algún punto del pasillo. Po se rio un poco por lo bajo y - sacudiendo su cabeza de un lado a otro - se quedó pensativo en donde estaba parado.

"Solo quería ganar... No quería que me quitases el invicto. Sabía que lo podías hacer porque ya estaba sintiendo que mis párpados estaban empezando a cansarse y... Entré en pánico. Cuando entro en pánico tiendo a hacer muy mal las cosas... O peor de a lo que usualmente estoy acostumbrado. Y sé que eso te incomodó mucho, Tigresa, yo... Lo siento." Se confesó el panda, bajando su mirada y disculpándose con ella. Apenado por lo que había hecho.

"Lo sé," Respondió ella al pasar de unos segundos. "Siempre logras hacer que todo te salga mal de una u otra manera," Siguió comentando la felina, acercándose lentamente hacia él con los brazos cruzados. "Pero..." Po, parado en medio de la cocina - cabizbajo, empezó a sentir como Tigresa pasó sus patas por alrededor de su cuello y fue acercando sus labios a los suyos. "Siempre sabes como alegrarme el día." Terminó susurrando ella para darle un beso tímido al panda. Él lo correspondió, y segundos después, se fueron separando lentamente. Sintiendo la respiración agitada del otro.

"¿Ya te he dicho que eres mi favorita?" Preguntó suavemente el panda con una cálida sonrisa en su rostro.

"Si. Pero la próxima vez que hagas algo como eso, te voy a usar de muñeco de práctica." Contestó Tigresa con un tono entre amenazador y suave, uno al que recurría en muy pocas veces, devolviendo la sonrisa a Po. "Si queremos mantener esto en secreto, necesito que tú hagas tu parte, Po." Le recordó ella, empezando a caminar junto al panda hacia sus habitaciones.

"... Sé que debo hacerlo, pero... Se me hace difícil teniendo a la mejor Maestra de toda China como una de mis novias," Dijo Po caminando a la par de ella, haciendo que ella se sonroje como un tomate por el comentario.

"Soy la única novia que has llegado a tener, tonto." Respondió, empujando suavemente el hombro derecho del panda con uno de sus puños, haciéndolo reír un poco mientras ella llegaba a la puerta de su habitación.

Po llegando a la suya, volteó a verla una última vez, y ambos al unísono se dedicaron un: "Buenas noches Po/Ti." Para luego sonreír y entrar a sus respectivas habitaciones. Ambos ya tenían unas semanas saliendo secretamente desde que regresaron de la aldea de pandas. No querían que los otros lo supieran, porque querían mantenerlo como un secreto hasta que se sintiesen preparados para contarles.

Y cada noche, intentaban conseguir un tiempo a solas para poder disfrutar de la dispareja relación que llevaban secretamente entre ambos.

Fin.


Les advertí desde un principio, "habrá TiPo y ViGru". Así que no me hago responsable de lo que eso les pueda causar xD

No sé como o porque, pero me sorprendí a mí mismo con lo estructurada que ya tenía esta historia en particular en mi cabeza. Literalmente fue empezar a escribir y salió todo esto... Tal vez el escribir a contra reloj si me está haciendo algo de bien después de todo. Es difícil, sí. Pero aprendí que se vuelve más fácil cuando lo repites una y otra vez. Creo que eso es lo que me faltaba desde hace años; la constancia. Algo en lo que no soy para nada bueno xDDDDDDD

Este va siendo el Fic que he actualizado más constantemente desde que tengo memoria... Y no sé como sentirme al respecto (avergonzado, tal vez). Pero espero poder hacer algo pequeño para el jueves de la próxima semana ;)

Sin nada más que decir, recuerden que la inspiración aparece y desaparece en un abrir y cerrar de ojos, las relaciones disparejas pueden llegar a ser eternas si ambas personas son compatibles de una manera u otra, y no olviden que vivimos en una sociedad.

Nos vemos y, ¡hasta la próxima!

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