CAPÍTULO 4

-Eres un cerdo. Te dije que…

-No eres nadie para decirme lo que puedo y no puedo hacer, señorita Sharma, y no me insultes porque en este despacho soy tu jefe.

-Me da igual que seas mi jefe o el mismísimo rey de Inglaterra ¡Es mi hermana! Y eres uno de esos asquerosos hombres.

-Estoy soportando más insultos por tu parte de lo que he recibido en toda mi vida.

Kate estaba convirtiendo todo en un juego para Anthony, Edwina era atractiva sin duda alguna pero, lo que él encontraba fascinante era la actitud de Kate. Lo retaba.

-Si te acercas a mi hermana…

Él se levantó de la silla y miró a Kate a los ojos

-¿Qué vas a hacerme?-dijo mientras se acercaba más a ella-¿Vas a pegarme como anoche? No creas que esta vez voy a permitirlo.

En aquel momento la puerta se abrió y Kate dio dos pasos hacia atrás.

-Uy, perdón, siento molestar…

-¿Qué tal lo de llamar a la puerta, Eloise?

-Tienes que ayudarme, Ant, mamá me está volviendo tarumba-dijo haciendo caso omiso.

-Estoy reunido, Eloise, seguro que los problemas con madre pueden esperar.

-Ya habíamos acabado, señor. Volveré a revisar los papeles y le haré llegar la traducción completa. Si me disculpan-dijo mientras cogía sus cosas y lanzaba a Anthony una última mirada asesina. Él quiso añadir algo pero su hermana ya se había sentado en el sofá del despacho.

-Eloise, no puedes entrar aquí de esa forma, podría ser una reunión importante.

-Mamá no quiere que cambie de carrera. Dice que ciencias políticas no es una carrera para señoritas. ¡No estamos en el siglo XVII! ¡POR DIOS! No puedo más, Ant, habla con ella…-dijo al borde de las lágrimas.

Aquello era complicado, a Anthony le daba igual que Eloise fuera una mujer, no creía que hubiera estudios para señoritas como afirmaba su madre, sin embargo, la familia Bridgerton nunca se había involucrado en política y les había ido bien. Otras nobles familias inglesas se habían decantado por uno u otro partido político y les había traído consecuencias nefastas, así que todos los Bridgerton habían evitado a lo largo de la historia tomar partido por un partido político y eso no debía cambiar.

-Eloise, pensé que literatura te estaba gustando….

-Pero quiero más, Ant, quiero dejar huella. Tengo ideas y quiero que la gente las escuche.

-Eloise, tenemos un deber para con el apellido, no podemos vernos afectados por escándalos políticos que puedan afectar a la empresa.

-¿O sea que no vas a apoyarme en esto?- se levantó del sofá enfadada-Pues muy bien, no necesito vuestro estúpido dinero, tengo el fideicomiso de papá y con eso pagaré mis estudios.

-No digas tonterías, Eloise, ese dinero no lo tocarás hasta que no tengas los 25 años, así lo estableció papá.

-Hay una cláusula en la que se permite sacar dinero si es para estudios. Me gustaría contar con el apoyo de mi familia en esto porque os quiero, pero es mi vida y quiero poder elegir como los demás- y se marchó dando un portazo.

Libre como los demás, pensó Anthony ¿Cuándo había podido elegir él? Incluso antes de morir su padre su destino ya estaba escrito, era el siguiente presidente de la compañía Bridgerton, así que no, él nunca había sido libre, pensó con amargura.

Volvió a su escritorio y cogió de nuevo los papeles que Kate había traducido. La compañía tenía un problema bastante serio que debía resolver con prontitud. Hizo un par de llamas y estuve el resto del día reunido con un sin fin de personas intentando resolver el asunto.

Por su lado Kate volvió al trabajo e intentó dejar a un lado el tema de Anthony y su hermana, hasta que pudiera, al menos, hablar con Edwina.. Cuando llegó la hora de salida unos compañeros la invitaron a tomar algo para darle la bienvenida, quiso declinar la invitación pero insistieron así que avisó a su hermana de que llegaría tarde.

-¿Qué ha pasado hoy entre tú y el jefe?-le preguntó Cressida, una de las contables del departamento.

-Pude traducir los documentos-dijo ella restando importancia al pequeño episodio que habían tenido antes de salir del departamento.

-Parecía que te conocía-insistió Cressida-No parecía que tuviera muy buena opinión de ti.

-No…no. Hemos coincidido en algunos eventos, nada más

Cressida quiso añadir algo pero otro compañero se unió a ellas y cambió de tema para alivio de Kate. Cressida no le había caído bien desde el mismo momento en el que Jones le presentó al equipo.

Tras pasar un rato agradable regresó a su casa donde no encontró a su hermana.

Anthony estaba saliendo de la oficina cuando Edwina le había mandado un mensaje diciendo que tenía la tarde libre y podrían verse en algún pub. El accedió sin dudarlo, Kate echaría humo cuando se enterara. Se encontraron en un local de moda de Mayfair. Anthony enseguida le contó su versión de lo que había pasado la noche anterior sabiendo que Kate contaría a su hermana todo con lujo de detalles, pero se sorprendió al ver que Edwina ya estaba informada.

-Así que fuiste tú el afortunado que recibió la bofetada de mi hermana-sonrió ella encantada- A veces Kate tiene un carácter muy fuerte.

-No fue mi intención ofenderte, ni a ti ni a tu hermana.

-Kate es un poco antigua, no pasa nada. Cuando te vi yo también pensé que estabas muy bueno y que cualquier chica lo pasaría bien contigo-dijo mientras le guiñaba un ojo. Anthony casi se atraganta al oír aquella insinuación, desde luego las hermanas no se parecían en nada-Solo que yo tuve el cuidado de no comentarlo con nadie, deberías probar la próxima vez.

-Tomo nota-asintió él sonriente-Volviendo a tu hermana, no creo que le guste esto. Estuve trabajando con ella hoy y no parezco gustarle-dijo poniendo cara de niño bueno.

-Los estándares de Kate son muy altos, dudo que le guste mucha gente.

Siguieron hablando de todo y nada. Edwina era simpática y llevaba el peso de la conversación. Anthony solo tenía que escuchar y asentir de vez en cuando. Descubrió mucho sobre la familia Sharma en poco tiempo. Compartían el mismo padre, un empresario hindú que conoció a la madre de Edwina, Mary, tras la muerte de su primera mujer. Mary era inglesa pero su familia no se sintió muy complacida con la elección de esposo y rompieron toda relación con ella. Para Anthony aquello era impensable, no había nada que ellos pudieran hacer que los alejara de su madre. Estaban hablando sobre la India cuando el teléfono de Edwina comenzó a recibir mensajes sin parar hasta que al final ella excusando contestó.

KATE: Donde estas?

EDWINA: Cenando con unos amigos, llegaré tarde

KATE: Con qué amigos? Acabas de llegar a Londres

EDWINA: Katie, no te preocupes

KATE: Siempre me preocupo

EDWINA: Y por eso te quiero, pero trata de relajarte un poco. Love you sis

¿Con quién estaría? ¿Con Anthony?

KATE: A que hora vas a venir?

EDWINA-No lo sé

KATE: NO conoces la ciudad…Por qué no vuelves ya?

EDWINA: Kate….

KATE: por favor, creí que habías venido para hacerme compañía

Sabía que su hermana no podría negarse a eso, no sabía con quién estaba y no podía arriesgarse a que fuera Anthony, tenía que hablar con ella antes de que pudiera hacer algo más con él. No era tonta, sabía que su hermana hacía mucho que había dejado de ser una niña, pero no le agradaba la idea de que se acostara con Anthony.

EDWINA: En 20 min estoy en casa

Edwina dejó el teléfono y miró a Anthony

-Lo siento, pero mi hermana a veces puede ser un poco pesada-él asintió-Si no voy, vendrá a buscarme.

-No pasa nada, vamos te acerco a casa. No quiero que tu hermana me acuse de ser poco caballero.

Cuando llegaron a su edificio Anthony vio a Kate en la venta y levantó una mano para saludarla. No podía ver su cara desde allí pero estaba convencido que echaba humo.

-Nos vemos otro día, Eddie.

Se despidió, subió al coche y se perdió en la noche londinense. Edwina subió hasta el piso de su hermana y antes de abrir la puerta tomó aire.