CAPÍTULO 5

-¡Edwina! No puedes volver a ver a ese hombre. Es al que pegué ayer una bofetada porque estaba hablando de ti como si fueras un objeto, dijo cosas…

-Lo se, Katie, me lo contaste.

-¿Y entonces?-preguntó confusa Kate.

-Oh, Kate, está buenísimo y es un Bridgerton.

-Edwina…

-¿Tú sabes a la cantidad de fiestas que podrían invitarnos? Está bien relacionado, está forrado y está para comerselo ¿Qué más se puede pedir de un hombre?

-¡EDWINA!-gritó escandalizada, su hermana no se comportaba así-¡No puedes salir con él, es mi jefe!

-Primero, no voy a salir con él. Voy a estar aquí un verano, solo quiero divertirme y tener algo que contar a mis amigas cuando vuelva a Bombay. Imaginatelas cuando escuchen que tuve un romance con un Anthony Bridgerton.

-¡NO VAS A VOLVER A VERLO!

-Kate, tengo 20 años. Creo que ya va siendo hora de que tome mis propias decisiones.

-Se lo diré a mamá y te hará volver a Bombay.

-Mamá ha asumido que ya no soy una niña ¿Por qué no lo haces tú?

-¿Has venido para hacerme compañía o para hacerme la vida imposible?

-Didi no seas dramática, solo quiero pasármelo bien. Deberías intentarlo tú de vez en cuando. Y ahora me voy a la cama porque mañana empiezo a hacer compañía a esa vieja señora. Espero que no sea demasiado insoportable.

-Edwina, por favor…

Pero su hermana se había metido en su cuarto, acabando así la conversación. No entendía porque se comportaba así, nunca la había llevado la contraria en algo que Kate considerara importante.

Aquella noche Kate tampoco durmió bien, tuvo pesadillas en las que aparecía Anthony, Edwina, Mary, los Sheffild, su Apa. A las cinco de la mañana estaba tomando un café frente al ordenador, revisando un par de cosas para el día cuando vio que Mary estaba en línea en Skype y la llamó.

-Kate, cariño, debe ser muy temprano en Londres.

-No podía dormir-contestó dando un sorbo a su café-Edwina salió anoche con un chico mucho mayor que ella.

-¿De qué diferencia estamos hablando?

-Diez años, pero son mucho más que los años. Es uno de esos mujeriegos que ven a las mujeres como posesiones. Le dije que no saliera con él más y no me escucha-se quejó

-Kate, cielo, Edwina ya no escucha a nadie, en eso se parece a ti-sonrió-Y yo estoy orgullosa de que mis hijas sean mujeres fuertes e independientes que no se dejan dominar por nadie.

-Pero…-Kate quiso rebatir a Mary pero esta le cortó.

-¿Cómo te fue en el trabajo?

Y Kate le contó sin mucho detalle cómo le había ido en el trabajo en el primer día. Después de que Mary no le diera la razón con lo de Edwina no estaba muy dispuesta a seguir hablando.

Anthony llegó antes que nadie a las oficinas, hoy sería un día duro. Se sirvió un café y comenzó a hacer las llamadas que había programado. Cuando su secretaria llegó la mandó a contabilidad para avisar a Kate que hoy la iba a necesitar para traducir unas cosas.

Kate acababa de llegar al departamento cuando reconoció a la secretaría de Anthony.

-El señor Bridgerton la espera en su despacho. Necesitará que le traduzca unos documentos.

Ella asintió sin ganas, lo que menos le apetecía era tener que ver la cara de Anthony, pero el trabajo es trabajo. Así que cogió sus cosas y siguió a la secretaría.

-Buenos días, señorita Sharma-la saludó con una sonrisa en los labios y Kate tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no ponerse a gritar como una loca que dejara en paz a su hermana-Necesito que me ayude con esto-dijo señalando todos los papeles que había sobre la mesa-Muchos están traducidos pero quiero asegurarme que todo está correcto-ella asintió y se acercó a la mesa-Empieza por estos.

Ella sin decir nada se puso a trabajar, se concentró tanto que apenas miraba a Anthony, aunque él curiosos por su silencio la miraba de reojo de vez en cuando. Hacía casi una hora que había llegado al despacho cuando Anthony le preguntó.

-¿Te gustaría tomar un café mientras trabajamos?-ella negó con la cabeza y siguió leyendo los documentos-No quiero que luego me culpe de explotación-bromeó él, ella siguió trabajando, pero Anthony ya molestó por su silencio-¿Va a dirigirme la palabra, señorita Sharma?

-¿Va a dejar a mi hermana?-preguntó de repente

-Estamos trabajando-dijo elevando el tono de voz.

-Eso es lo que intentaba hacer hasta que me ha interrumpido-le entregó unos papeles-aquí tiene, he revisado todas las traducciones. Si he terminado aquí me gustaría volver a mi puesto de trabajo.

-Su puesto de trabajo está donde yo quiera-dijo mientras miraba los papeles-Ahora estos-y le dio otro taco.

Ella asintió y así estuvieron trabajando toda la mañana. Anthony salía y entraba del despacho, dejaba al lado de Kate más documentos y ella solo le hablaba cuando era estrictamente necesario. No se había movido de la silla en las últimas 6 horas y comenzaba a tener sed, hambre y muchas ganas de ir al servicio, pero era demasiado orgullosa y no quería tener que pedirle permiso para retirarse.

-¿Es usted un robot?-preguntó Anthony cuando volvió de almorzar y se la encontró sentada en la misma posición desde que había llegado, ella siguió con lo que estaba haciendo-¡Por favor, acabemos con esta tontería! Eres mi empleada y no voy a permitir esta actitud de niña malcriada.

Y entonces Kate no pudo aguantar más

-Eres un…un…un

-¿Un qué, señorita Sharma? Atrévase, por favor.

-¡Es usted arrogante, prepotente, caprichoso y va a romperle el corazón a mi hermana! ¡DÉJELA EN PAZ!

-Te puedo asegurar que ayer no me pedía que la dejara en paz-dijo mientras sonreía de oreja a oreja.

Kate levantó el brazo para abofetearlo de nuevo, pero esta vez Anthony fue lo suficientemente rápido para retener su muñeca antes de que la mano de ella se estampara en su mejilla. Se acercó a ella hasta que pudo oír su respiración, que era agitada por el enojo.

-Voy a dejarle una cosa muy clara, señorita Sharma…