CAPÍTULO 8

-¡KATE!-exclamó su hermana-¿Qué dices? Anthony nos ha invitado y tú…

-Déjalo, Edwina, no pasa nada.

-Eso, déjalo. Nos vemos en casa-miró a Benedict-Un placer conocerte.

Y sin decir más se dio la media vuelta y enfiló la calle buscando un taxi para regresar a casa.

-Siento mucho su comportamiento…no es así.

-No te preocupes, Edwina, no dejemos que esto estropee la noche

Y los tres disfrutaron de una velada divertida. Cenaron y después fueron a uno de los locales más de moda de Londres y obviaron el episodio con Kate. Estaba saliendo del local cuando Anthony abrazo por la espalda Edwina y la susurro al oído.

-¿Quieres venir a mi casa?

Ella se detuvo y él la soltó.

-Anthony yo…me encantaría…

-Ahora viene el pero-dijo con una media sonrisa.

-Simplemente no creo que hoy sea el día, quiero hablar con Kate, después de lo que ha pasado no quiero dejarla sola toda la noche-ella se acercó más él y lo besó-Lo siento…

-No pasa nada, lo entiendo-esta vez fue él quien comenzó el beso-Pero déjame darte un consejo ¿Por qué no le consigues un perro que le haga compañía?

-¡Anthony!-dijo mientras sonreía y le daba un suave golpe en el pecho-No seas malo.

Cuando Edwina llegó a casa Kate ya estaba en la cama. Llamó a su puerta pero al no recibir respuesta alguna se fue a su cuarto y se echó a la cama. Recibió un mensaje al poco rato.

ANTHONY: Acuérdate del perro. Buenas noches

EDWINA: Lo consideraré. Buenas noches

A la mañana siguiente Kate se levantó temprano y como no tenía muchas ganas de cruzarse con su hermana, salió a correr. Eso siempre la ayudaba a despejarse y aclarar un poco las ideas. Después aprovechando el buen tiempo se compró algo para desayunar y se tiró en un parque a descansar. Era cerca del mediodía cuando recibió un mensaje de su hermana.

EDWINA: ¿Dónde estás?

KATE: Salí a correr

EDWINA: ¿Sigues enfadada? ¿Podemos hablar?

Kate dudó unos instantes pero finalmente escribió:

KATE: Vale

Volvió a casa dispuesta a enfrentarse con su hermana.

-Siento lo que pasó anoche-le dijo su hermana nada más verla entrar por la puerta- Siento haberte metido en esa encerrona, dijiste que no querías ir y aún así te obligué.

-Está bien que aceptes los hechos.

-Pero no entiendo qué te ocurre con Anthony.

-Que es un cerdo arrogante, no quiero que te haga daño, Bon, quiero cuidarte.

-Y te lo agradezco, Didi, de verdad. Pero no tienes que hacerlo, ya soy adulta.

-Sé lo que pasará, Edwina, sé el tipo de hombre que es Anthony. Es encantador, caballeroso, divertido, guapo…hará que te enamores de él, pero cuando él se canse te cambiará por otra y yo tendré que recoger los pedazos.

-Estás siendo dramática, Kate. Solo quiero divertirme.

-¡Pero es mi jefe, Edwina! Tienes a todos los hombres de Londres y vas a elegir a mi jefe para divertirte ¿Y que pasa si acabáis mal y acabo perdiendo mi trabajo? ¿Quién pagará tu universidad? ¿Quién ayudará a mamá con los gastos? Dices que eres adulta pues compórtate como tal.

-Estás siendo injusto. Yo también estoy trabajando y papá dejó suficiente dinero para nuestros estudios.

-No tienes ni idea de la vida ¿Sabes acaso cuánto cuesta tu universidad? ¿Sabes cuánto dinero nos cuesta mantener la casa? ¿Sabes o te has preocupado alguna vez de las finanzas? ¡NUNCA! Así que sí, estás siendo egoísta al pensar solo en ti y en tu diversión.

-Al menos sé lo que significa divertirse. Tú, en cambio, eres una amargada ¿Es eso lo que te pasa? ¿Qué tienes envidia de que yo sea capaz de disfrutar de la vida?

Edwina se arrepintió de sus palabras en el mismo momento en las que estas salían de boca. Vio el dolor reflejado en los ojos de su hermana.

-Kate yo…

Pero Kate negó con la cabeza, se fue a su cuarto y cerró con un gran portazo la puerta. Se tumbó sobre la cama y lloró de rabia y dolor por las palabras de su hermana ¿Cómo había podido decir algo tan cruel su pequeña hermanita? Ella adoraba a Edwina, pero aquello había sido demasiado y Anthony tenía la culpa de todo. Él era la raíz de los problemas con su hermana. No salió de su cuarto hasta que no oyó horas más tarde la puerta de la calle. Comprobó que su hermana no estaba en el apartamento y se preparó algo para comer, intentó relajarse leyendo un libro y ordenando lo que aún estaba guardado en cajas. Llegó la noche y Kate intentó esperar despierta a su hermana pero al final el sueño la venció y cuando el despertador sonó a la mañana siguiente lo primero que hizo Kate fue comprobar si Edwina dormía en su cuarto, para su alivio así era. Con el correr de las horas el enfado había ido disminuyendo, y tras darle vueltas había llegado a entender que su hermana podía haberse sentido un poco agobiada por su comportamiento y aunque aún le dolían las palabras de Edwina era menos soportable estar enfadada con ella. Mientras desayunaba dejó una nota en la nevera.

"Lo siento mucho, Bon. Hablamos cuando vuelva del trabajo"

Llegó al trabajo la primera, como era ya costumbre. Organizó un poco el día y cuando sus compañeros llegaron ella ya se estaba tomando la segunda taza de café.

-¿Habéis visto que el jefe tiene nueva amiguita?-oyó que comentaba-Cressida-LadyWhistledown publicó una foto

Otra de sus compañeras corrió a por su teléfono y volvió con el grupo.

-Mira Kate, es verdad-le enseñó la foto y ella se quedó de piedra al ver a su hermana en aquel perfil de instagram al lado de Anthony.

-No es el tipo al que nos tiene acostumbrados en señor Bridgerton-comentó con malicia Cressida-Y parece bastante más joven que él, no parece de buena familia

-Pero es muy guapa-añadió otra-¿A que si, Kate?

Pero ella seguía mirando la foto. Estaban sentados en una terraza de una cafetería y Edwina le robaba una cuchara del helado de Anthony mientras este sonreía despreocupado.