OSCURIDAD
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Su mano, antes posada sobre la espalda de Sakura, se desunió en un instante de compostura, cual tacto impropio se alejó suavemente para tomar distancia con su interlocutora.
- ¿Cómo puedes perdonar todo lo ocurrido? – cuestionó roncamente, abatido ante el constante recuerdo sobre sus acciones pasadas.
Ambos sabían a qué se refería el muchacho con aquellas palabras. La imagen de su enfrentamiento posterior a la muerte de Danzo, significó un remezón en los cimientos a su alrededor, de pronto se hallaron en aquel lugar, recordando la confrontación en sus miradas, avergonzados por lo dicho en aquel momento y por las acciones desastrosas en las que hubiese terminado un real desafío entre ambos. Más aún, Sakura podía revivir nítidamente el genjutsu en el cual fue inserta antes de la lucha entre sus compañeros; bajó la mirada entristecida, su ánimo drásticamente reflejó duros recuerdos que había decidido olvidar.
- Lo importante es quiénes somos el día de hoy – respondió en un intento por disipar su titubeo dejando al muchacho completamente sumido en arrepentimiento- necesito descansar – soltó tras unos segundos de indecisión.
La sorpresa en los ojos del azabache fue trasparentada aún pese a los intentos del muchacho por mantener su discreción, y tras asentir torpemente se giró sobre sus talones hacia la salida comprendiendo perfectamente la invitación para retirarse.
- Son tuyas – indicó la pelirosa ofreciendo los escritos tendidos sobre la cama.
El silencio se intensificó mientras Sasuke se inclinaba para recoger las cartas, dispuesto a guardarlas entre sus ropas bajo la inquieta mirada de su acompañante.
- Naruto nunca escribía nada significativo en sus mensajes– declaró el muchacho antes de salir disparado hacia su habitación.
Una vez en solitario, meditar sobre lo ocurrido se transformó en una obsesión difícil de evadir. Para Sasuke significó comprender que a diferencia de su rubio compañero, él jamás podría mantener con Sakura una conversación sin tintes de incomodidad, no al menos si ambos desconocían tantos detalles importantes en la vida del otro.
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Caminar a campo abierto encarnaba un peligro conocido. Lo aprendieron en sus primeros días en la academia ninja, cuando ser un shinobi se veía como parte de un lejano sueño por cumplir. Sin embargo, años después, de distintas formas pudieron comprobar que los terrenos desolados eran el escenario propicio para los desastres impensados.
La aldea de la Roca poseía un suelo firme y muchas veces infértil, lo cual en conjunto con la oscuridad los insertaba en una platea confusa. Caminar entre los arbustos esquivando las piedras lodosas en completa oscuridad, no era una tarea simple, incluso de día, únicamente experimentados alpinistas se habían atrevido a incluir en su camino el basto paisaje de obstáculos que significaba recorrer los pies de aquellas monstruosas rocas.
Aquella mañana habían decidido subir la empinada colina de piedras mientras la luna sobre sus cabezas reinaba iluminando vagamente su destino a medida que se alejaban más y más de la aldea.
Silenciosos, únicamente el sonido de sus pasos alteraba el soplar del viento a su alrededor, hasta que de pronto, el frio se coló entre sus ropas presionándolos a detenerse ante la gran nube que se posó sobre el astro blanquecino, obligados dada su situación, se mantuvieron en una lúgubre penumbra durante largos minutos de expectación. El soplido del viento llegó a sus oídos cual silbido tenebroso en compañía de una espesa neblina foránea. Fue en aquel instante cuando sintieron un movimiento desconocido tras sus espaldas.
De un momento a otro sobre sus cuerpos una gruesa cadena descendió para aplastarlos cual presa desprotegida. El sonido del metal rompiéndose en agiles movimientos fue el resultado de la katana destrozando la prisión en que se hallaban, mientras una explosión de viento celeste provocó el desarme absoluto del metal disparándolo contra todo a su alrededor. Sakura, sin poder observar el escenario cercano, sintió por un momento que sus habilidades parecían no servir en aquellas circunstancias. El brillo en su frente se intensificó cuando rápidamente se incorporó en medio de sus compañeros haciendo caso omiso a sus negativas corazonadas.
Respiró expectante, con sus sentidos atentos notó como sus ojos intentaban acostumbrarse vanamente a la oscuridad para observar entre la neblina, sin embargo, terminó sucumbiendo a la impotencia ante su propia debilidad.
- Son 6 hombres. – decretó el pelinegro mientras el sonido de su arma cortaba el aire frente a él en una clara señal de amenaza. Estaba preparado para embestir y sin duda no esperaba preámbulos.
- Los tengo. – condescendió el rubio haciendo uso de sus clones para igualar la lucha.
La muchacha intentó concentrar su energía para sentir la presencia de sus agresores, cerró los ojos enfocando su atención, sin embargo únicamente pudo distinguir vagos flujos a su alrededor en una mezcla entre luces azules y corrientes eléctricas. Su estado de expectación de desplomó cuando apenas logró esquivar el ataque de un hombre tras su cabeza.
- A tu derecha – habló el pelinegro mientras el Katon encendía por un instante el lúgubre escenario de lucha.
- Sus chakras están sellados, no los puedo sentir. – Confidenció la mujer aprovechando la iluminación para conocer la posición de sus contrincantes, quienes rápidamente se ocultaron en las sombras- poseen un estilo de pelea nocturno, especial para no ser identificados.
La maldición que escapó de los labios del rubio bastó para encrespar su determinación. Existía una clara ventaja en sus oponentes, sin embargo, al parecer únicamente ella no podía identificarlos adecuadamente.
Pudo notar como los estruendos se dispersaban a su alrededor, en lo que parecía una feroz lucha entre sus compañeros y los atacantes. Intentó golpear el aire donde aparecían los destellos azulados, pero pese a sus esfuerzos no logró encestar ni un golpe. Se encontraba totalmente a oscuras rodeada por quienes al parecer habían planeado perfectamente aquel ataque.
- ¡¿Quiénes son?! – gritó entre jadeos- ¿Qué buscan?
El silencio en sus contrincantes únicamente le informó del carácter serio en su realidad.
Habían escuchado al respecto durante sus primeros días de oscuridad. La noche es un lugar peligroso, donde habitan seres muchas veces despreciables. Ladrones en busca de dineros, comercializadores de órganos y traficantes de todo tipo. La nueva situación a su alrededor no hacía más que beneficiar aquellas prácticas, convirtiendo al mundo en un desastre aún peor.
Mientras golpeaba el suelo provocando un gran estruendo de polvo, blasfemó indignada al escuchar una risa tras su espalda, nuevamente no había logrado atinar el golpe. Más aún, sus oponentes estaban simplemente jugando con ella.
Bastó un segundo para que alrededor de sus brazos, cadenas la ataran imposibilitando el uso de su extremidad superior. Cayendo al piso bruscamente sintió como un costal se instalaba sobre su cabeza y sus pies rápidamente eran atados sin dar oportunidad para recuperar ni defender su posición. Patadas al aire eran esquivadas sin mayor conflicto, reflejando algún tipo de visión nocturna o habilidad ocular superior.
Intentó concentrar su respiración en sentir el sonido de sus compañeros luchando, sin embargo, parecía que aquellos sonidos se alejaban rápidamente de su ubicación. Confundida ambicionó liberarse haciendo uso de su fuerza pero las manos sobre sus extremidades parecían llevar consigo pesadas esposas de metal; fue el desplome de tierra junto a ella lo que confundió aún más su ignorancia.
- Sakura-chan ¡soy yo! – exclamó Naruto liberándola sus ataduras mientras la muchacha se removía intentando golpear lo que sea o a quién sea que se cruzara en su camino.
- Lo siento – se disculpó a medida que el chico se deshacía de las cadenas - ¿Dónde están ? – cuestionó cuando fue consciente de la ausencia del reciente bullicio.
El silencio en su compañero alteró su preocupación incorporándose rápidamente junto al rubio.
- ¿Dónde está Sasuke? –agregó ésta vez preocupada mientras la neblina repentinamente comenzaba a disiparse.
- Él está bien – soltó Naruto rápidamente.
La nube que cubría la luna de pronto comenzó a esfumarse, permitiendo al astro iluminar nuevamente la rocosa pampa donde se encontraban, tal cual segundos antes del ataque.
- Volvamos a la tienda, Sasuke vendrá pronto - decretó en lo que a Sakura le sonó como una muestra de insatisfacción.
- ¿Qué ocurrió? – cuestionó la chica mientras intentaba hallar al pelinegro, sin embargo únicamente identificó la gran destrucción de polvo y rocas.
Afrontó la mirada de su amigo ante la sorpresa que lo produjo lo ocurrido. Todo sucedió tan rápido, todo transitó tan violentamente que simplemente la importancia la invadió.
- No pude hacer nada – comentó mientras se disponía a seguir el paso de su apurado compañero.
- Eran sujetos peligrosos – respondió el rubio firmemente.
Y por primera vez, la muchacha sintió que Naruto realmente no deseaba hablar al respecto.
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Sin poder reposar, esperó la llegada de Sasuke durante lo que pareció una eternidad. Naruto recostado sobre su cama simplemente había mantenido silencio por más tiempo del acostumbrado. Ella consciente de aquello no había querido referirse al asunto hasta que los tres estuviesen reunidos nuevamente, sin embargo las horas pasaban y no habían indicios del pelinegro.
De un momento a otro, el joven Uchiha a travesó el umbral dirigiéndose raudamente hacia su habitación.
- ¿Qué ocurrió allí? – Interpeló la mujer con ambas manos sobre sus caderas.
La luz de las lámparas de parafina iluminaba claramente la gran tienda diseñada para campañas médicas y que en aquel instante se encontraba únicamente utilizada por ellos.
El rubio se sentó apoyando su cuerpo en el respaldo de metal en la marquesa de su cama, imposibilitado de escapar ante aquella confrontación tan directa.
- Creo que los asesinó – declaró contrariado.
El silencio en la muchacha se turbó por el sonido de los resortes de la cama en el instante en que se dejó caer sentada a un lado de su amigo.
- Un Shinobi de la hoja no asesina a menos que sea estrictamente necesario. – repitió cual reglamento- ¿qué tan inevitable fue?
- Eso deberías preguntárselo a él – soltó el Uzumaki sin contemplación señalando al Uchiha mientras éste se incorporaba para recoger algunas meriendas.
- ¿Qué pasó con ellos? – cuestionó Sakura caminando rápidamente hacia el pelinegro.
- Ya está resuelto. – respondió monótono.
- Se habían rendido – replicó el rubio interponiéndose frente a Sasuke con el ceño fruncido ante la nula importancia que el muchacho le estaba brindado a la situación.
- Sabían cómo desaparecer - respondió toscamente sin hacer más contacto visual del necesario.
El mutismo se instauró entre los tres, dando a conocer el posible desenlace en lo ocurrido.
- No los habría encontrado - agregó sosegado mientras la expresión de su compañero se relajaba en comprensión- Ni a Sakura.
Los tres se observaron bajo el alero de la madurez.
- Ha sido mi responsabilidad, lo siento – pronunció la muchacha antes de salir hacia el exterior en busca de aire para sus ambiguos pensamientos
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La mañana siguiente, el desayuno se llevó a cabo en silencio. Todos en introspección respecto a los acontecimientos, simplemente se mantuvieron en parsimonia esperando el momento para subir aquella colina y acabar de una vez con su misión. La oscuridad, de pronto, comenzaba a ser un problema peor de lo imaginado.
- Entrenaremos – soltó Sasuke seriamente llamando drásticamente la atención de sus compañeros.
- ¿Qué?! – exclamó Sakura sorprendida- debemos subir esa montaña ¿Qué hay de estar contra el tiempo y todo eso?
- Hay muchos hombres como los de ayer, debemos estar preparados – respondió rápidamente.
La chica, bajó su cabeza avergonzada mientras Naruto frotaba su nuca destensando su semblante.
- Creo que nos hará bien un poco de entrenamiento. – soltó el rubio recuperando la alegría en su voz.
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El lugar escogido por el pelinegro fue una laguna en medio de un tortuoso escenario de rocas afiladas donde arboles ancestrales y secos decoraban el ya complejo ambiente.
- Baka, este lugar no podría ser peor – soltó el Uzumaki dejando caer ambos brazos a sus costados.
La chica torció su gesto en una mueca de disgusto cuando su tobillo comenzó a sangrar al rosar una de las tantas piedras pinchudas.
- ¿por qué precisamente aquí? – cuestionó intentando vislumbrar donde pisaba.
- tus ojos son una debilidad, no puedes utilizar la fuerza si no observas a tu atacante. Incluso sintiendo su chakra, requiere experiencia luchar a ciegas – habló el Uchiha seriamente.
- Puedo identificar una red de chakra en la oscuridad… - replicó tímidamente.
- Tu habilidad está desgastada, es lenta – sentenció severo.
Naruto soltó un resoplido divertido mientras decidía sentarse sobre unas rocas planas a una distancia prudente de sus compañeros; Sakura, apenada optó por desviar la mirara hacia el camino que la luz de la luna recorría a lo largo del lago.
- Naruto los identificó sintiendo la débil red de energía que dejaban en cada movimiento – agregó el pelinegro.
- … eran muy rápidos, cuando identificaba la energía en sus movimientos ellos ya estaban lejos de allí – afirmó la muchacha sin intenciones de contradecir.
- los objetos a nuestro alrededor poseen energía incluso si hablamos de estructuras inanimadas. – habló inclinándose para tocar una de las rocas en el suelo- siéntela – llamó a la mujer junto a él.
Sakura se arrodilló frente a Sasuke para tocar la entidad bajo su palma. Sus yemas en un comienzo identificaron la frialdad sobre la áspera superficie.
- todas las estructuras poseen una temperatura diferente incluso si se encuentran bajo el mismo ambiente. Ahora esta roca que hemos tocado, ha subido su temperatura algunos grados, le has traspasado parte de tu energía mediante calor.
Sakura entrecerró los ojos ante lo obvio de aquella explicación, casi podía recordar a Kakashi sensei diciendo las mismas palabras hace ya tantos años.
- pero en la práctica identificar los objetos es más complejo. Sobre todo cuando nos enfrentamos a personas con algún poder ocular. Mis ojos puede distinguirlos incluso en esta oscuridad, pero la vista se puede engañar, la energía, en cambio, no se puede falsificar.
El muchacho se irguió nuevamente para rebuscar entre sus cosas unas telas desgastadas. Alzó la mano hacia su compañera ofreciendo la venda. Sin embargo Sakura dudó unos segundos en sostenerla entre sus dedos.
- Ya está bastante oscuro– pronunció la chica mirando a su alrededor.
- No lo suficiente – intensificó el azabache.
Coger la venda y posicionarla sobre sus ojos le produjo una extraña sensación de debilidad. Sasuke tenía razón, podía identificar claramente la red de energía de sus compañeros, pero difícilmente podría caminar hasta ellos sin tropezar con cada roca afilada. Más aún, si aquella fuera una batalla, no podía asegurar seguir el ritmo de sus compañeros, su fuerza requería cierta precisión, en aquella perspectiva, más que nunca estaba en desventaja.
- Para sentir los objetos no es necesario que los hayas visto con anterioridad. Debes enviar tu propia energía hacía el exterior, el choque de ella te dirá la forma y posición de tus oponentes y del espacio que te rodea. – emitió el hombre observando de reojo a Naruto intentar lo mismo desde su posición y con mucho menos interés en su cometido.
Existía un detalle importante en su desigualdad respecto a las habilidades de sus compañeros, ella lo sabía perfectamente. Su carencia de campo significaban una desventaja con la que incluso Tsunade debia lidiar. Habían pasado demasiado tiempo en Konoha, y el ambiente controlado no proporcionaba la experiencia suficiente para combatir con todos los imprevistos a su alrededor. Naruto y Sasuke en cambio, tenían sobre sus hombros temporadas tempestuosas vagando por el mundo, entrenando en situaciones extremas y desarrollando cierto carácter práctico en su forma de lucha.
Naruto por su parte, podía desarrollar aquello incluso sin pensarlo, su forma de batallar y habilidad en conjunto con aquel talento propio de su persona, simplemente le conferían la capacidad de extrapolar su chakra e identificar el campo de batalla incluso frente a niveles de energía extremadamente bajos. Para Sasuke, aquella habilidad había sido enseñada por quien fue su mentor durante largos años. Orochimaru podía parecer un ser ruin, pero lo cierto es que poseía experiencia y la obsesión por identificar mediante sus sentidos el mundo que lo rodeaba. Cual serpiente, le había enseñado a identificar el calor en los objetos, y Sasuke había registrado en sus pensamientos las mil formas de utilizar aquella destreza.
- uno, dos, piedra afilada, tres, cuatro, árbol – habló la muchacha mientras caminaba sigilosa a través de las piedras.
Un quejido ante el dolor sobre su extremidad herida mediante el roce de una roca no vislumbrada, fue sofocado por el orgullo de realizar aquel ejercicio lo mejor posible. Y es que ser entrenada por el Uchiha parecía un acto surreal, ni en sus sueños más extraños había considerado aquello.
De pronto, su concentración se vio interrumpida por una mano bajo su mentón. En un acto reflejo elevó el rostro siendo recién consciente de su postura encorvada.
- Tus ojos no te guían, recuérdalo – susurro el muchacho suavemente.
El estremecimiento que aquello provocó en el cuerpo de la pelirosa, la obligó a tensar su postura. No quería fallar, no mientras la atención del pelinegro estuviera completamente sobre ella.
- ¡Naruto, Cuidado! –gritó al sentir como el muchacho posicionaría una de sus manos sobre una piedra astillada. Los hombres se observaron entre si al notar como el rubio descuidado se inclinaría hacia atrás para reposar su cuerpo sin notar la puntiaguada roca bajo su palma.
- ¡sigue así! – gritó el rubio sonriente ante la sorpresa de lo ocurrido- lo haces bien Sakura-chan.
La mujer soltó una risa confianzuda mientras caminaba con más ligereza.
- uno, dos, tres, cuatro, cinco, agua –susurró estirando su mano hacia la orilla de la laguna- el agua se siente como energía fluctuante, parecido al chakra en nuestros cuerpos.
- Para los ninjas sensoriales no es necesario expeler su propia energía, Karin podría identificar el agua solo con concentrar sus sentidos – comentó el pelinegro acercándose junto a la chica.
El respingo en Sakura ante la sorpresa que le produjo la mención de la peliroja fue notado por Sasuke, quien rápidamente recobró su habitual hermetismo.
- Debe ser un don asombroso – susurró la mujer en un intento por continuar con aquella palabrería- ¿ella te ha enseñado esto?
- No – respondió rápidamente- el don sensorial abarca más distancia, esto únicamente servirá ante una batalla cuerpo a cuerpo.– agregó el muchacho- lo manejas bien.
Sakura sintió los pasos del chico alejarse hacia el árbol tras ellos, fue el tronar de las ramas lo que le provocó ansiedad por quitar la venda en sus ojos.
- Pero identificar los objetos es sencillo – comentó Sasuke posicionando un madero sobre la mano de la joven.
Sakura contrariada apretó en su puño la firme astilla.
- Defiéndete – agregó en lo que pareció una orden. Sin embargo, Sakura, con sus sentidos más atentos que nunca, notó la voz calmada con que el muchacho se dirigía hacia ella.
El primer ataque golpeó suavemente su hombro, la comprensión de aquella batalla le provocó un nudo de emociones nunca antes experimentadas. Luchar en aquella situación con el pelinegro, se estaba transformando en un estímulo excitante.
Alzó sobre su coronilla el palo dispuesta a encestar de lleno en al muchacho, sin embargo este rápidamente se hizo a un lado.
La dificultad claramente estaba en aquello, moverse sin pisar las piedras afiladas, moverse sin perder la ubicación de su contrincante, moverse sin desorientarse, moverse, el problema de permanecer con los ojos cerrados, era básicamente moverse.
Mantuvo el equilibrio en el aire mientras sintió como nuevamente era golpeada, esta vez en su espalda. Aunque el golpe fue suave, casi un roce, se desestabilizó girando sobre sus propios talones sin poder detener su inminente caída. Una mano sujetó su antebrazo posicionándola nuevamente en pie.
Hasta aquel momento sus sentidos ya tenían mucho por lo que preocuparse, sin embargo, en aquella posición recién fue consciente de la cercanía del Uchiha. Podía sentir el aroma del muchacho sobre su rostro, y no supo exactamente si era la extrema sensibilidad al emitir su energía en el ambiente, o simplemente la intensa presencia que emanaba su compañero; el revoloteo en su estómago logro atragantar su garganta mientras recobraba el equilibrio nuevamente. Alejándose torpemente ordenó su vestimenta y agradeció en silencio antes de posicionarse nuevamente con la vara entre sus manos.
Cuando los ronquidos del rubio resonaron en la tranquilidad a su alrededor, la chica extenuada quitó la venda de sus ojos para observar al pelinegro parado frente a ella. Una sonrisa de satisfacción se escapó involuntariamente, aquella situación no solo poseía cierta familiaridad, sino además, podía ser el reflejo mismo de una creciente cordialidad entre ellos; Se observaron en la quietud de la oscuridad, tanto que su sonrisa se desfiguró hasta el nerviosismo. Sasuke era un hombre atractivo, y cuando actuaba amablemente resaltaban aún más en él aquellos aspectos llamativos en su persona. Más que nunca parecía una confusa tentación. Alto y delgado como era, mantenía un cuerpo bien enmarcado en el triángulo de sus hombros, incluso tras sus vestimentas era fácil adivinar lo fornido de su torso, más aún su rostro, delimitado en rasgos finos, resaltaba llamativo entre aquella oscuridad seductora, si él estaba allí, el cielo nocturno no parecía intimidante, más bien adquiría cierto aire sugerente. Pese a ello, esta vez no permitiría que su corazón se confundiera nuevamente, conjeturó que al liberarlo de su amor, el muchacho se acercaba a ella sin temor por lo que pudiese provocar en sus sentimientos.
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El hielo calaba en sus respiraciones y tomar una ducha en aquellas condiciones era un panorama complicado. Sin embargo la aldea escondida entre las Rocas los había recibido mejor de lo esperado, podían apostar que aquello se debía a la buena impresión que Naruto generaba en aquellas personas. Por lo mismo, cuando Sasuke se introdujo en el calor expelido del agua sobre su nuca, por primera vez en meses, le permitió a sus músculos descontracturarse adecuadamente.
Meditó acerca de lo vivido en los últimos días, en lo duro que Sakura había entrenado incluso en solitario mientras todos dormían, y por primera vez comprendió cómo la muchacha había logrado superarse a sí misma. Si bien siempre había considerado a la chica como una ninja aplicada, en su niñez la consideró sosa a la hora de entrenar, y muy quejumbrosa ante la dureza apropiada para el desarrollo de nuevas habilidades, sin embargo, cual bofetada en la cara aún podía sentir el duro golpe del palo sobre su hombro. Sakura lo había alcanzado únicamente utilizando sus sentidos y sin caer presa de ninguna piedra había elevado su venda para disculparse ante el feroz ataque.
Una sonrisa presuntuosa se desprendió del muchacho.
Su alumna era mejor de lo que había pensado.
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Holaa!
Estoy muy contenta por sus comentarios así que me apuré demasiado y aquí hay otro capiiiiiii. Jaja les dije que me gustaban los comentarios! espero les guste.
GRACIAS POR COMENTAR!
GRACIAS GRACIAS POR LEER!
!NO OLVIDEN DEJAR MENSAJITOS! que así da gusto escribir!
Me hacen súper feliiiz
No sé ustedes pero siempre me he preguntado qué tanto podía enseñar Orochimaru a Sasuke y bueno, ahora pensar el entrenamiento de Sasuke a Sarada aww que bonito (veo Boruto solo cuando aparece algo interesante ups)
Les quiero decir además, que normalmente no leo historias que hablen de aventuras y cuando comencé a escribir esto pensé ¡ay, quien querrá leer una historia donde los Dioses son los malos y los besos se tardan!, pero bueno aquí estamos y estoy bastante contenta de su aceptación.
Son un sol por continuar amando el Sasusaku y al hermoso Naruto después de tantos años.
Abrazos!
