By their niece - Por su sobrina

        Por su sobrina

                    Por Tóran

      Capítulo 2

    Mmmmmmh...¿dónde estoy? Qué bien, Pan me tiene en brazos... todavía tengo sueño... ¡he estado todo el rato en los brazos de Pan! Y ahora ella se da cuenta de que me he despertado... uy... la luz me hace daño en los ojos y casi no los puedo abrir... me dice cositas, pero no la entiendo muy bien porque todavía estoy medio dormida. Y me toca el pelo... a ver, tengo que abrir los ojos para ver donde estamos... ah, en el sofá... uy, el tío también está aquí... ¿He dormido mucho rato? Quiero dormir más... me cojo del vestido de Pan y le escondo la cara en el pecho, porque hay demasiada luz...
    Empiezo a entender lo que dicen.... hablan de mamá y papá, que se han ido a dar una vuelta. Como mamá no se fía del tío, al tío no le cae muy bien mamá... siempre dice cosas que hacen mucha gracia de ella, como eso de que sólo se viste con hilos...¡O que se maquilla más que un payaso! ¡Haría mucha gracia mamá con cara de payaso! Y el tío y Pan también dicen que papá sólo pregunta que hay para comer. ¡Y esto también hace gracia porque es un poco verdad! ¡Es que come mucho mi papá!
    Qué bien, si mamá y papá no están a lo mejor me llevan con ellos si van a dar una vuelta, ¡y a mí me gusta mucho! Pero para que me lleven tengo que estar despierta, si no me dejarán en la camita... como ahora ya puedo tener los ojos más abiertos que antes, me separo un poquitín de Pan, me los froto con las manos y ella me mira otra vez. ¡Uy, uy, me hace cosquillas! ¡Para, para, que me dan mucha risa! No, no, no pares...¡Quiero mmmmmás! ¡Cuántas... cuántas cosquillas! ¡¡Y ahora el tío también me hace...!! ¡Van a hacer que me parta de la risa!
    Pan me pregunta si tengo hambre, ¡y yo le digo que sí...! Ahora vamos a la cocina, y ella me deja en mi silla. El tío habla con ella mientras ella me va preparando la papilla, y mientras me va diciendo cosas... me pregunta qué quiero para comer. ¡Chocolate!, le digo yo, y él se ríe porque todavía no me sale muy bien, esta palabra... a ver cuando sabré hablar bien del todo... entonces le diré a Pan; ¡Pannnnn, el tío quiere casarse contigo porque te miiiiiiira como se mira a alguien con quien te quieres casar mucho! ¡Como ahora, que te está miiiiiirando, miiiiirando, con una sonrisa de esas tan graaaaaaandes! Si se le marchase la vergüenza al tío, enseguida estarían casados, seguro. El tío acaba de decirle a Pan que es preciosa... y ella se ha girado y le ha mirado de eeeeeeesa manera... es una vergonzosa Pan también porque se ha puesto un poco roja...
    ¡Andaaaa!, ¡qué plato más grande...! Abro la boca y me ponen cucharadas en la boca. Quiero quitarle la cuchara a Pan. ¡Yo ya sé comer sola! Me la da, y me dice que no me manche mucho. ¡Si yo ya sé, Pan! ¡Además, el tío me ha puesto el babero! Mira... aaaaah... ¿Ves qué bien? Sólo me he manchado un poco la cara, ¡pero eso se lava...! Pan y el tío se sientan en la mesa de la cocina y hablan. El tío se pasa el día diciendo tonterías que hacen reír a Pan, y yo quiero mucho al tío porque me gusta que haga reír a Pan. Ahora no sé de qué hablan... de ese sitio donde va Pan... Es que Pan va a un sitio un poco raro, que se llama universidad... A mí el tío me llevó una vez que fuimos a buscarla. Había un montón de gente, y muchos edificios, pero no eran redondos como la cece. Nos esperamos en un banco hasta que se abrió una puerta delante de nosotros y empezó a salir gente, mucha gente, con mochilas como los niños que van a la escuela y salen por la tele, ¡y hacían mucha gracia porque eran mayores y llevaban mochilas como los niños! Y al final Pan también salió por esa puerta, pero ella no llevaba mochila. ¡El tío y yo le dimos un montón de besos!, y luego nos marchamos. No sé qué hace Pan allí todos los días... yo me imagino que jugar con los ordenadores, porque ella quiere mucho a los ordenadores, y sabe jugar muy bien con ellos... por eso, cuando al tío se le muere el ordenador, ella sabe arreglarlo. O quizá lo que hace es hacer donuts de esos aplanados que las personas no se tienen que comer porque están malos y duelen en la barriguita, pero que son la comida de los ordenadores... y luego, cuando los ha acabado de hacer, los trae a la habitación del tío y se los da a la Saturn, y como ella está tan contenta hace musiquillas y dibujos y el tío se pone muy contento, y como a Pan le gusta que el tío esté contento... ¡pues todavía le hace más! Pero a mí no me gusta mucho que Pan vaya a la universidad... a mí me gustaría que estuviese aquí en la cece, siempre. ¿Por qué no hacen una universidad en la cece? ¡Seguro que a esos chicos de las mochilas no les importaría venir aquí! ¡Es muy bonita la cece! Pero a mí, esos chicos no me caen muy bien... cuando fuimos a buscar a Pan miraron al tío con caras feas. ¡Y a mí no me gusta que miren al tío así! No sé por qué les cae mal, pero son todos unos tontos. ¡Lo que sí podríamos hacer en la cece sería una universidad para Pan sola! ¡Así no habría chicos bobos! ¡Y Pan estaría todo el día en la cece, como si viviese aquí!
    Pan le cuenta al tío las cosas que aprende allá en la universidad, y el tío la escucha miiiiiiiirándola, miiiiirándola... yo no entiendo ni una palabra de lo que dice, ¡pero a ella le gusta porque sonríe mucho! Y a mí me parece que el tío tampoco entiende mucho de lo que dice Pan, porque claro, siempre se le está muriendo el ordenador... pero la escucha mucho, y de vez en cuando le dice alguna cosa que hace gracia. ¡Está loco el tío!
    Ya me he acabado la papilla. ¿Nos marchamos? ¡Por favorrrrrrrrr!
    El tío me coge en brazos y Pan me quita el babero. Lo he ensuciado un poco... no pasa nada, ¿verdad? No quería hacerlo, de verdad... es que he llenado demasiado la cuchara algunas veces... me llevan al lavabo y me limpian la carita y las manos. Si ahora me ponen otra ropa, ¡querrá decir que vamos a dar una vuelta...! ¡Sí, vamos a mi habitación! ¡Y Pan busca en mi armario, o sea que nos vamos! ¡Cómo los quiero, a Pan y al tío!
    Estoy muy contenta que a Pan y al tío les guste tanto cuidarme, porque son mis mejores amigos. A mí me parece que lo que hacen es aprender como se hace para tener una hijita o un hijito, para cuando ellos tengan uno... ¿con qué niño deberían jugar mamá y papá para saber como tenían que hacerlo para ser mis papás? Uy, todavía hay demasiadas cosas que no sé... Pan me ha quitado el pijama y me cambia el pañal. Y mientras, el tío me enseña los peluches. Los esconde y los vuelve a enseñar. ¿Dónde están? No lo sé, los esconde... ¡los hace desaparecer...! ¡Es muy listo el tío! ¡Porque luego siempre hace que vuelvan a salir!
    Hablan de dónde iremos. ¿A la playa? ¿A la ciudad? El tío dice que le da igual, mientras esté con Pan. ¡Uy, uy, y Pan todavía no se da cuenta de que se quiere casar con ella! Pan dice que podrían llevarme al zoo, o a algún parque... ven, ven, Pan, te quiero dar un beso, ¿no ves como te estiro los bracitos...? ¿Qué hay en el zoo? Es bonito, ¿a que sí? ¡Vosotros siempre me lleváis a sitios muy bonitos!
    Pan me ha puesto un vestidito y ahora el tío me peina. Pan me da un espejito pequeñito para que me mire. ¡Me ha hecho dos colitas con unas flores pequeñitas, que hacen mucha gracia porque se van hacia arriba! Y ahora me echan colonia, me dan una galleta y me sientan en el cochecito. ¡Estamos listos para marchar!
    El tío me empuja el cochecito. Vamos por el camino que sale de la cece. Me he girado un momento y he visto una cosa que me ha gustado. El tío sólo me empuja con una mano y le ha dado la otra a Pan. El tío quiere mucho a Pan... y ella a él también, porque se ha puesto muy contenta, aunque no haya dicho nada... a mí me gusta cuando Pan pone la cabeza aquí, en el hombro del tío... porque a veces los dos cierran los ojos y yo veo que están muy felices, y si ellos dos están felices todo va bien...
    No sé dónde iremos, pero no me importa mucho. ¡Yo ya estoy contenta si ellos están conmigo, hagamos lo que hagamos!
    Ahora nos hemos parado. Me giro, no sé qué pasa, hablan entre ellos, están decidiendo dónde iremos. Qué guapos son los dos, mirados así, desde delante... todavía tienen las manos cogidas, no dejan de sonreír, y a mí me parece que, como a mí, les da igual dónde ir, mientras estemos todos juntos. Lo que es bonito de salir es que, cuando estamos fuera, en la calle, mamá y la yaya no pueden venir a recogerme por cualquier cosa. Ellas querrían que yo siempre me estuviese bañando, pero yo ya estoy muy limpia, ¿acaso no lo ven? Pero una vez fuera, es igual dónde ir... ¡Vayamos muy lejos, muy lejos, y así tardaremos más en volver...! ¡Y el sol se irá a dormir y como hará un poquitín de frío nos abrazaremos los tres, así, muy fuerte...!
    Pan me acaricia el pelo un momento, me hace cosquillas, y el tío busca algo en su bolsillo. ¡Ah!, ¡ya sé qué es!, ¡esos caramelillos que siempre llevan los mayores, los caramelos de hacer magia! Tengo que asomarme bien en el cochecito, ¡que si no me lo voy a perder! Se ve que les gusta mucho hacer magia, a los mayores, cogen un caramelillo de esos, lo tiran de repente y, ¡puf!, ¡aparecen cosas, naves, coches, casas, lo que sea! ¡Cuando yo sea mayor, también llevaré caramelillos de esos! Lo mismo a mí no me los dan porque tienen miedo de que piense que son de verdad y me los coma... ¡Me dolería mucho la barriguita si de repente apareciese un coche! Pero yo ya sé que esos no tengo que comérmelos... si supiese hablar lo suficiente, se lo diría. ¡Siempre lo mismo! ¡Tengo que darme prisa a aprender a hablar, porque si no, siempre pensarán que soy una niña pequeña que no sabe nada!
    El tío tira el caramelillo al suelo, y pasa lo de siempre, sale mucho humo... ¿Qué será lo que ha hecho aparecer? ¡Es muy grande! ¡Sí que sabe, el tío!
    Es una nave, redonda, de color rojo, con un cristal delante. ¡Qué bonita es! Ahora el tío me coge en brazos, guardarán el cochecito detrás, siempre lo hacen cuando vamos en nave. A mí me encanta ir en nave, porque sólo hay dos asientos, y entonces voy en el regazo del que no conduce, delante de todo, y se ven las nubes, y el cielo... El tío va a conducir y Pan me llevará en brazos. ¿Vamos a ir muy lejos? ¡A lo mejor nos quedamos a dormir...!