Los día cada vez se volvían mas cortos y Syaoran se preguntaba si nevaría ese invierno. Era otoño y las hojas secas empezaban a cubrir el suelo. Arrastrando sus pies cos las manos en los bolsillos se puso a pensar en la tarea, el fin de semana próximo en fin, todo lo que piensa un chico normal de escuela. De pronto algo tocó su mejilla, era algo cálido. Puso su mano sobre el pequeño objeto que resultó ser un pétalo de flor de cerezo, de los que abundan en primavera en Japón. (ni idea si en Hong Kong también ^^; ) Algo se encendió dentro de su ser, una flama que no había sentido durante mucho tiempo. Sostuvo entre sus manos ese pequeño objeto, que le devolvió cálidos recuerdos, tan cálidos como el pétalo mismo y entonces supo que no sería un día ordinario, o por lo menos no lo sería para él...
Sakura se levantó de la cama, había estado enferma toda
la semana anterior y ya empezaba a mejorar. Se puso las pantuflas de conejito
que la había regalado Touya su cumpleaños anterior y salió
de su habitación en busca de jugo de naranja.
"Sakura que haces levantada?" le preguntó Kero-chan parándola
en la mitad del pasillo.
"Voy a buscar jugo de naranja..." respondió ella con una voz
somnolienta típica de cualquier persona un sábado por la
mañana. Su voz que los días anteriores se había deteriorado
estaba de vuelta a la normalidad ese día, cosa que pareció
sorprender un poco a Kero.
"Veo que tu voz estás mejor... es extraño ayer sonabas
como una rana con piedras en la garganta, hoy suenas.. como una chica normal."
"Debe ser mi magia..." dijo Sakura frotándose los ojos y corriendo
la "temible bestia alada" (^~) del camino. Lo que no sabía era que
había una razón para aquello, algo importante iba a pasar
y ella no debía estar enferma para entonces.
"Syaoran" su madre lo llamó, "mañana partes para Japón,
prepara tus cosas." A Syaoran se le iluminaron los ojos pero en lugar de
gritar de alegría se limitó a preguntar, "...por que?" Su
madre no respondió, simplemente repitió, "prepara tus cosas."
En lugar de repetir su pregunta Syaoran simplemente se dio vuelta y dejó
la habitación, era mejor no meterse en líos con su madre.
Una hora mas tarde Syaoran ya estaba listo para partir. Le pareció
extraño que su madre hubiera decidido que el viajara tan repentinamente,
seguramente había algún motivo pero ella no dio explicación
alguna. Pronto estaba en el aeropuerto esperando su avión que lo
llevaría a su reencuentro con Sakura...
Sakura estaba sentada tranquila tomando su jugo en la cocina, ya estaba menos dormida y se preguntaba que estaría haciendo el resto en clase. Su padre tenía que atender un asunto urgente y su hermano estaba en la escuela por lo que ella se encontraba sola. De pronto sonó el teléfono. "Quien es...?" preguntó algo nerviosa, tenía un mal presentimiento, "Sakura, ve a la casa abandonada a orillas del bosque a las 10 de la noche, te espero allí," dijo una voz, aparentemente desconocida y colgó. Sakura quedó en silencio. Colgó el teléfono y se dio vuelta. Iría..? Sí, iría. Había algo dentro de ella llamándola, y aunque tenía un mal presentimiento no había de que temer, sus Cartas Sakura la protegerían.
"El avión tubo un retraso y se suspenderán los vuelos a Japón hasta las 8 de la noche." Syaoran suspiró al escuchar el anuncio. Estaba tan cerca... y tan lejos... Se quedó sentado esperando, leyendo un libro que le habían dado de tarea. " Los koalas son animales originarios de..." "Syaooooraaaaan..." una voz lo llamó desde adentro de su cabeza. Syaoran levantó la vista de su libro, "Syaaaaooooraaaan..." la voz repitió una vez mas. El chico frunció el seño. No sabía que era lo que producía esa voz, nunca había leído de nada parecido en sus libros de magia pero sabía que era algo relacionado con el tema, no podía estar volviéndose loco. "Ve a la casa abandonada a orillas del bosque a las 10 de la noche, te espero allí." Entonces todo en su cabeza volvió a la normalidad. No pensaba ir, no sin antes investigar sobre el tema, si algo había aprendido era a tener precaución ante esa clase de cosas y pensaba poner en práctica sus conocimientos.
"Espejo!!" Sakura invocó la presencia de la carta. Esta tomó su forma delante de ella. "Carta espejo necesito salir esta noche, sé que Touya se dará cuenta así que por favor... por favor no te acerques a él." El espejo asintió. Sin siquiera cambiarse Sakura invocó su próxima carta, el vuelo, y salió colando a través de la ventana silenciosamente. Segundos mas tarde Touya entró a la habitación, "ya se fue..." dijo resignado y miró al espejo, "ya veo que Sakura no aprende..." la falsa Sakura se sonrojó.
Syaoran se acostó en la cama del hotel. Había llegado
con el ocaso y estaba cansado. Se acostó en la cama y cayó
en un profundo sueño inmediatamente. Entonces volvió a escuchar
esas palabras. Al principio eran un eco lejano en lo profundo de su cerebro,
distantes y a la vez cercanas. Cada vez mas fuerte la misma frase que había
oído antes pasó de un susurro a un grito. Entonces despertó.
Estaba fuera de su habitación, no se imaginaba como había
llegado a ese lugar, no era sonámbulo y no había nadie que
lo hubiera podido llevar. Sus pies descalzos tacaron el frío
suelo de cemento. Miró a su alrededor, había visto ese lugar,
un día paseando solo, era la casa abandonada cerca del bosque. Entonces
escuchó pasos. "Quién anda ahí?" preguntó.
Los pasos se alejaron.
Sakura paró a la puerta de la casa, había alguien más
y no la persona que la esperaba, de lo contrario no hubiera preguntado
quién era. Se sentó en silencio, temblando, en parte por
el hecho de que estaba en pijamas y era una noche fría y en parte
por el miedo que le causaba lo desconocido, arma natural de todo ser. "Te
había estado esperando..." dijo una voz desde atrás de la
puerta. Sakura se dio vuelta.
Syaoran siguió caminando, ahora en dirección al lugar
de donde había escuchado provenir los pasos. No sabía que
exactamente esperaba encontrar, pero siguió buscando igualmente,
sin darle importancia al frío que sentía. "Li-kun... te estaba
esperando..." una voz femenina dijo. Era muy distinta a la de sus
sueños. Syaoran se dio vuelta.
Continuará...
