P.O.V. Kotaro
Aquellas tardes de verano las recuerdo muy bien, siempre hacía un calor infernal y un día de clases se sentía más largo y pesado que el anterior; encima de todo, tenía una idea en mi mente que me hacía desconcentrar de los cursos.
Resulta que quería comprarle un regalo a Misha, ya que este fin de semana se cumpliría un mes de haber regresado con nosotros, después de haber desaparecido por salvar a Shía.
Quería que fuera una sorpresa y tenía que ir lo más pronto posible, ya que hace un par de días ví un peluche de un conejo blanco, de inmediato me pareció que sería de su agrado, por nada del mundo quería que se enterara, pero el problema era que ella siempre estaba pegada a mí.
Pensé en pedirle a alguno de mis amigos que fuera por mí a comprarlo, pero Koboshi tenía curso de piano el fin de semana y Ten siempre iba al football, ya que por ser excelente en ello sus padres lo apoyaban de manera incondicional.
Sólo quedaba Shía, algo me dijo que no la molestara, porque ella se la pasa muy ocupada en el día, aún así después de regresar de la escuela con Misha y hacer un poco de limpieza fuí a tocar al apartamento de mis inusuales vecinas.
Afortunadamente fue ella quien me abrió, pero esa fortuna duró solo un segundo, ya que como de costumbre, Misha se abalanzó hacia mí, como si no nos hubiéramos visto en años.
—Misha, ¡nos acabamos de ver! —Le dije con tono firme, a lo que ella solo se rió con su típico "JI-JI-JI", ya estaba acostumbrado, pero mi plan de hablarle a Shía se fue por la borda.
Esa noche me quedé a cenar y de repente escucho un:
—Kotaro, te ves preocupado ¿Hay algo en lo que podamos ayudarte?
Era Shía, con la punta de los palillos de madera tocando su barbilla, a lo que Misha con la boca llena contestó:
—¿Te pasa algo Kotaro? ¡Sabes que cuentas conmigo siempre! —mientras alzaba los brazos y los agitaba en el aire.
—N-no es nada —dije con toda la seguridad que pude proyectar, pero Shía obviamente no me creyó, lo ví en su mirada y tuve que esforzarme por ocultar lo que me pasaba.
Cuando me disponía a despedirme, Misha se aferró a mí hasta llegar a la puerta y Shia me extendió la mano en forma de despedida; me pareció extraño ya que ella nunca se despide así, y al estrecharle la mano sentí un papel que quedó en la mía.
Me dirigí a mi apartamento y extendí rápidamente el papelito que decía: "Nos vemos en la azotea a media noche y hablamos". Definitivamente Shía es muy ingeniosa y sabe actuar con cautela.
No pude pegar el ojo en todo lo que restaba para la media noche, tampoco fuí capaz de completar mis tareas y cada segundo parecía eterno, que horrible sensación.
Después de cuatro largas horas de espera, prácticamente corrí hacia la azotea, al parecer yo llegué primero; estuve parado unos largos minutos, la desesperación se apoderaba de mí y por inercia volteé hacia atrás para ver si ya venía... de pronto, casi me desmayo por la silueta que ví.
El corazón me dió un vuelco, y con la misma me tapé la boca para no gritar a viva voz. Frente a mí estaba Misha sonriente, saltando de emoción mientras gritaba
—¡¿De que se trata esta plática secreta, es una fiesta sorpresa acaso?!
Detrás de ella, una Shía con semblante avergonzado por no haber podido escabullirse de la imparable Misha me decía:
—Perdón Kotaro, ya estaba saliendo cuando la gata saltó de lo alto sobre Misha
—No te preocupes Shía —respondí, y sólo me limité a suspirar profundo.
"Tendré que sincerarme", dije para mis adentros, mientras las dos chicas me miraban con impaciencia y curiosidad; cerré mis ojos y me preparé para decirlo de una buena vez.
—Misha, este fin de semana tengo planeado ir por un regalo importante, ¿Quieres... ir conmigo?
Solté todo y sentía como mi rostro se incendiaba ante mis palabras; Shia hizo una expresión de "Ya sé por donde va este asunto" y Misha se limitó a exclamar emocionada:
—¡Wow, voy a acompañar a Kotaro a comprar un regalo sorpresa! —exclamó, mientras corría a abrazarme por enésima vez.
—No tienes idea —respondí con el corazón un poco acelerado las mejillas teñidas de rojo. Shía sólo contemplaba aquella bochornosa escena para mí.
Esa noche me dí cuenta que no le puedo ocultar nada a Misha. Bueno... Al menos será sorpresa de aquí a la vitrina.
Fin.
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Espero que sea de tu agrado este OneShot de una de mis parejas favoritas del anime.
¡Saludos!
