"Si se escuchan las campanas que marcan las doce como en el cuento de la cenicienta, esto se pondrá feo... creo que voy a enloquecer "

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PRÓLOGO.

Castidad

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Nací siendo el hermano menor de una pequeña y peculiar familia los Taishō. Mi madre es una modista de buena fama mientras que mi padre es dueño de un productora, es un negocio familiar que mi hermano mayor Sesshōmaru empieza a manejar y yo próximamente me uniré a él, en realidad es un legado familiar. Ya que una vez perteneció a un viejo ancestro y así paso a otro viejo, a otro viejo, así siguió sucesivamente hasta llegar a nosostros, bueno en realidad no es tan antiguo, pero digamos que fue antes de mi existencia.

La relación con mi hermano mayor es...bastante particular y mínimamente curiosa, solo una infancia normal con nada resaltante que pueda ser mencionado, aunque no sé si las peleas son parte del día a día, pero así lo fue para mí familia.

— ¡¡¡PAPÁ!!! ¡Sesshōmaru me cortó el cabello! — era un mar de lágrimas el pequeño InuYasha que sostenía algunos mechones en su mano, lloro más audible cuando se asomo al espejo y al darse cuenta que tenía la mitad del cabello largo y la otra parte...se podía decir decentemente cortado, más bien parecía haber sido podado como el césped, pero definitivamente era una mal forma de podar el césped.

— Igual siempre te crece, para que te quejas. Te queda bien. — escondió las tijeras detrás de él. — Además sin pruebas no hay culpable. — el pequeño Sesshōmaru era un tanto obstinado.

— ¡Santa mier... miércoles! ¿¡Qué cara...carambas le hiciste en el cabello a tu hermano, Sesshōmaru!? — Izayoi le prohibió a Inu No Taishō decir groserías en frente de Sesshōmaru y en especial enfrente de InuYasha que para ese entonces estaba aprendiendo nuevas palabras con rapidez, es decir ampliar su vocabulario. Parecía loro repitiendo todo lo que escuchaba y efectivamente debieron colocar ciertos límites en su hogar, eso incluía todo tipo de insultos que pudiesen sacarse de contexto o llegar a malinterpretarse a futuro.

— Yo nada. Se cayó solito papá, es una lastima...

— ¡¡¡Mientes, me cortaste el cabello!!!

— Tiene el cabello cortado... — intentaba parecer lo más sereno posible debido a que era el adulto, pero... estaba a tres segundos de explotar. — vamos hijo si dices la verdad será más fácil. — aunque de todas formas deseaba tirarme del cabello que si tenía, a diferencia de InuYasha, grandioso hasta su propia conciencia no sabía que decir.

— Vaya, no lo había visto ¡tiene el cabello cortado wow!... — Sesshōmaru fingió no notarlo y Tōga estaba empezando una cuenta regresiva para calmarse.

— ¡Inu No Taishō! — Izayoi... Tōga tembló mientras intentaba explicar la situación a su querida y amigable esposa e InuYasha no paraba de llorar, gritando a tu lado pulmón que se quedaría calvo. Sesshōmaru tan solo se puso a molestar a su hermano menor mientras los adultos lo resolvían. En otras palabras resumidas y traducidas, estaba siendo Sesshōmaru.

¿Cómo terminó la historia? Sesshōmaru castigado y con el cabello cortado como castigo para acompañar a su hermano menor. ¿Se vengó? ¡Claro que sí! Ambos terminaron rapados a finales de ese verano. Fue un castigo de mamá Izayoi por casi encenderle fuego encima de la cabeza de Sesshōmaru y de Sesshōmaru por intentar lo mismo, época en la que ninguno era tan original.

Tampoco podía quejarse de sus notas a lo largo de su vida, fueron decentes en todo caso, sobresalía en algunas materias lo que lo llevo hasta donde estaba gracias a su elección de carrera en la universidad. Jamás podría quejarse de eso.

No era demasiado feo... su personalidad le permitía ser selectivo con su grupo de amigos, tampoco se quejaba de ello, ya que su pequeño grupo social era una maravilla, podía contar con ellos cuando lo necesitase, no había porque dudar, todo era sincero y sin problemas, una vida simple y bastante tranquila a decir verdad.

Visto desde otro punto de vista...parecía tener una buena vida, sin giros inesperados ni encuentros desagradables, existían uno que otro problemas en su vida cotidiana porque nada era perfecto, pero nada que no se pudiese resolver. Excepto una cosa y el motivo de su eterna castidad.

El hechizo del perro demonio. A sus 20 años de edad aún le dedicaba ciertas groserías a su tonto ancestro...¿¡Quién lo envío a china!? en especial a entrenar a esos aclamados manantiales y caerse en uno de ellos...si iba a ir por lo menos debió a ver sabido hablar chino y no arruinar la vida de sus futuras generaciones. Pero el muy viejo ciego se fue y luego su familia quedó bajo un hechizo que parecía eterno, deseaba con todo su ser revivirlo para el mismo mandarlo siete metros a la profundidad de la tierra...

Debido a todo ese asunto, él... ¡había mantenido un voto de castidad! y pensaba hacerlo eterno, el beso de amor era castigado con...

— Con una tontería. — lo menciono en voz alta. En realidad no tenía porque pensar en esas cosas, después de todo no tenían importancia y era prácticamente imposible que le pasará, además si era necesario morir casto que así fuera, no pensaba por ningún medio someterse bajo tal tormento debido a el hechizo familiar, viviría una vida feliz y plena de otra forma, su mundo era perfecto e iba a seguir como estaba perfecto.

Observó la invitación a la fiesta de Miroku, todo su equipo estaría en ese lugar debido a las grabaciones de un nuevo programa de televisión y la anterior grabación de una película, su rodaje fue tardado, pero debido a esa nueva responsabilidad decidió ayudar a su padre, pese a tener que asistir diariamente a la universidad, pero le encantaba el estudio y quién quitaba que era una excelente oportunidad para lucirse y demostrar que él también era digno de un futuro puesto.

En realidad Sesshōmaru era quien se encargaba de esos temas, en especial de las fiestas podía llegar a ser un tipo bastante neutral y serio. Pero está vez, sería él quien asistiría a representar a los jefes de la productora debido a lo exhausto que se encontraba su hermano por el rodaje anterior y además necesitaba felicitar a su amigo del alma, por su cumpleaños, debía decir también que era un gran actor.

— Nada malo puede pasar... — Aún así, no deseaba ir. Tenía un pésimo presentimiento de esa fiesta. — ¡Keh, no pasa nada!




— ¡¡¡ Sesshōmaru, ábreme la maldita puerta, rápido, no te atrevas a ignorame!!! — Era casi media noche, ¿a quién demonios se le ocurría tocar la puerta de esa forma? No iba a abrir, que durmiera afuera. Además de que nadie le había golpeado la puerta de esa forma, definitivamente esa persona deseaba morir — ¡¡¡Por favor Sesshōmaru, ábreme!!!

¿¡InuYasha diciendo por favor!? ya lo había reconocido desde el principio por su voz, también lo iba a ignorar de todas formas...pero el nunca decía por favor, menos a él, era más fácil que le diera su sentido pésame y el sentimiento era mutuo.

— ¿Ahora que quieres? ¿Sabes que hora es? ¡Ya dan las... — Ya era media noche. Se acerco y como acto de reflejo tomo el pomo de la puerta, pero antes de estar dispuesto a girarla para dejarlo pasar, echó un vistazo por la mirilla de su puerta, pero repentinamente su enojo empezó a disminuir cuando no había nadie, ¿se lo había imaginado? ¿Acaso era una broma?— ¿InuYasha...? — era una pésima broma.

— Sesshōmaru, estoy afuera...abre. — escucho como su puerta era rascada de alguna forma, la falta de sueño, se intentó justificar cuando sabía claramente que no era un sueño y no estaba alucinando había escuchado claramente la voz del idiota que tenía por hermano.

Abrió la puerta abruptamente algo consternado por la situación. Grande fue su sorpresa al no encontrar a nadie frente a él o por lo menos no a simple vista...Inmediatamente dirigió su mirada hacia un punto en el suelo y en vez de ver a una persona... parpadeo un par de veces e incluso pensó seriamente en frotarse los ojos por lo que estaba viendo, observaba a un cachorro de la raza Akita con un color dorado con blanco bastante adorable y peludo en su puerta, que estaba llorando, sus orejas eran cortas y puntiagudas se agacharon y su cola estaba por los suelos.

— Dime qué estoy soñando InuYasha.

— ¿Podrías... adoptarme?

— ¿¡Qué carajos hiciste InuYasha Taishō!? — Aún tenía una pequeña esperanza de que fuese un maldito sueño.

— M-e me transforme en perro. — notó como un perro abría la boca en su puerta en plena madrugada y el lograba entenderlo.

¡Perfecto, no estaba soñando y tenía a un perro parlanchín en su puerta en plena madrugada! ¡Maldito fuera InuYasha!

Y ese fue el comienzo del hechizo.

Continuará...

Está historia queda como el "reemplazo" de otra llamada «Nuestro Mundo» ya que solo será una combinación de la idea original con esta nueva, además creo que es mejor de estar forma, ya que me es más sencillo pensar en los distintos tipos de enredos que tendrá InuYasha a lo largo de esta historia de forma continua. Además de que la época combina bastante bien el hechizo...ahora sí empezarán las publicaciones diarias.

Esta historia se publicará de 1 a 2 veces por semana de octubre hasta noviembre . me despido.