Un vacío inmenso quedó después de llorar por la separación de Rika. Finalmente, la liberó, ya no había razones para seguir con él y tampoco, para que la maldición cobrara esa forma de nuevo.
Yuuta estaba feliz: al fin podría descansar en paz.
Yuuta también estaba triste: años de contar con su presencia y cuando al fin aceptó que podía convivir con Rika, cuando al fin había llegado a controlar y manejar mejor sus sentimientos, tenía que decirle adiós por segunda vez.
Imaginaba las burbujas de colores que cubrieron el cielo al despedirse. Quería sentirse un poco mejor, después de todo, él la había maldecido y Rika no solo fue amable con él, sino que hasta lo consoló.
—¡Yuuta! —Rika apareció frente a él y modificó el paisaje a su antojo. Yuuta estaba en la oscuridad viendo las burbujas dispersarse. Ella, llenó todo de flores y un radiante sol de primavera— ¡Yuuta! Vamos a jugar juntos —repitió sacudiendo su mano en el aire y luego, se agachó quedando cubierta por los claveles blancos que fueron creciendo rápido hasta taparla por completo.
Él, que la vio desaparecer entre las flores que ahora le llegaban a la cintura, se puso ansioso. Rika no estaba. Y pronto, el sol brillante que decoraba el cielo se fue cubriendo de nubes oscuras, negras por la tormenta.
—¡No me alcanzarás! —la voz dulce y juguetona se oyó entre las flores, pero no veía nada.
Mientras más pasaba el tiempo, peor se sentía y comenzó a hundirse en la tierra. Cada pasó que daba le costaba más, la tierra lo engullía e iba subiendo su nivel de ansiedad y nerviosismo. Él debía alcanzarla, era un juego, sin embargo, a él le parecía una persecución de todos sus miedos y ansiedades queriendo atraparlo.
—¡Rika! ¡Rika! —gritó con desesperación y de pronto, ella flotó detrás de él, levantando lo con facilidad de los brazos y sacándolo de la tierra. Las flores hicieron un círculo dejándolos a ellos en el medio, cómo si fueran espectadores de lo que sucedía.
—Te atrapé —se rio empujando su cabeza de manera juguetona con su dedo índice golpeando en su frente. Se rio mostrando los dientes y entonces, él la abrazó.
No estaba listo para dejarla ir todavía.
—No te mentí al decirte que te entregaba todo. Mi vida, mi amor, todo te pertenece, Rika.
—Lo sé, no pienso dejarte —respondió ella haciendo que él la mirase sorprendido.
Yuuta la había liberado de la maldición. Ella ya no albergaba los sentimientos negativos que la ataban a la tierra, no, ahora podía quedarse con él por decisión propia.
—Vamos a comer juntos —lo invitó y al mirar al frente, vio un camino de adoquines formarse. Apenas unos metros más adelante, la zona comercial se abría paso y una cafetería que tenía el diseño de un parfait de chocolate en el cartel fue la que ella señaló.
Rika estiró su mano y esperó que Yuuta la tomara para jalarlo y correr con él hacia la cafetería. El paisaje que fueron dejando atrás fue desapareciendo en cientos de burbujas, centrándose solo al frente: su presente. Hasta el aire había cambiado su aroma, él mismo se sentía más relajado y optó por sonreír y dejarse llevar por ella.
Rika pidió un parfait de chocolate y él, un brownie de nuez. Charlaron de muchas cosas, aunque no sabía exactamente de qué, una sensación de paz y felicidad embriagó a Yuuta. Nada podía ser mejor que ese momento.
Fue entonces, que Rika se levantó y le dio un beso en los labios. Él ni siquiera se molestó en su apariencia. Rika, aunque se viera como una niña o como un monstruo, seguía siendo Rika, la única persona a la que amaba y a la que le había prometido su vida entera.
—Tú me besaste la otra vez. Ahora era mi turno de hacerlo —le recordó y entonces, comenzaron a sonar las campanas del campanario. Ella volteó a ver la torre que se irguió frente a ellos y tomó la mano de Yuuta. La mesa y todo lo que había alrededor se fue disolviendo para volver a convertirse en el prado de tulipanes blancos donde estuvieron antes—. Ya debes irte, pero voy a esperarte aquí hasta la próxima vez que nos veamos.
Yuuta no entendía porqué debían despedirse, pero aceptó porque habría una próxima vez.
Recordó a Rika con una sonrisa y la sensación de plenitud que ella le había dado antes de tomar caminos separados.
Entonces, abrió los ojos y se encontró en su cama, mirando al techo y tanteando la mesita de luz para apagar la alarma. El sabor a chocolate quedó en su boca, recordando el beso que le dio Rika.
—¿Fue un sueño? —se preguntó y un destallo de luz brilló en su anillo. Yuuta sonrió.
Ella lo seguiría esperando hasta la próxima vez que se vieran… en un sueño.
¡Hola! Les traigo el día nueve de dos fictober que mezclé. Voy haciendo las tablitas como quiero realmente (?) y además del Satoshoctober, quería hacer otras, así que voy a subir de varios, pero de que salgo escribiendo, salgo escribiendo.
Esta es otra de las parejas que me encantan de Jujutsu. Yuuta y Rika son un amor, a pesar de que ella esté muerta /3 pero es una buena forma de tomarse licencias de todo por el alma y cosas por el estilo (?)
Los días que tomé son los siguientes:
El lenguaje de las flores: Claveles - fidelidad
Sueños: Persecución
Espero les haya gustado.
¡Un abrazo!
