Semana 1: Indicaciones
(Del domingo 2 al sábado 8 de octubre)
(Iniciado: 06/10/2022. Finalizado: 08/10/2022)
1. Horquilla / Diario
Soo-won observó con nostalgia la horquilla en su mano. Era hermosa, sabía que a Yona le encantaría. Al pensar en ella sintió un nudo en la garganta, saber lo que tenía que hacer no lo hacía más fácil, la culpa también era un enemigo difícil de evitar.
Se preguntó si este regalo lo hacía una mala persona. El hecho de estarle dando alegrías a Yona mientras se llevaban a cabo los últimos ajustes del asesinato de su padre.
Todavía no había matado a Il y ya sentía la sangre correr por sus manos, quizás manchando la horquilla. Se preguntó si Yona sería capaz de ver a través de sus intenciones.
Soo-won sabía que si el plan se llevaba a cabo como estaba previsto, ni Hak ni Yona sabrían jamás lo que había ocurrido esa noche. (En el fondo él sabía que Hak no dejaría pasar la muerte de Il como si nada, investigaría, husmearía donde no debía y se enteraría de cosas que deberían quedarse en el olvido, y entonces él tendría que… -Le gustaba pensar que si Hak supiera la verdad entendería, odiaría lo que sucedía claramente, pero aún lo aceptaría. Pero conocía lo suficiente a Hak cómo para saber que eso no iba a pasar-.)
Sin darse cuenta había estado apretando la horquilla en su mano más de lo que debería. Sin embargo, está ni siquiera se había astillado, como seguramente sucedería con el corazón de Yona.
Sorprendentemente, había pasado horas escogiendola. Casi se había obsesionado con la idea de que fuera perfecta. Una disculpa silenciosa que Yona no entendería.
Cómo si una horquilla sirviera de compensación por el asesinato de su padre…
Algo se lo decía a Soo-won, está horquilla era la última cosa que podía hacer por Yona. Soo-won no creía que todo fuera a salir perfecto, en su experiencia ningún plan sobrevivía a la práctica por completo. Y aunque lo deseaba, no podía engañarse a sí mismo.
Dejó a un lado los pensamientos sobre Yona, esto no se trataba de ella ni de él. El asesinato de Il quizás sirviera para apagar esa llama de odio en su corazón pero había reconocido hace tiempo que eso no le devolvería a su padre, ni el amor de su difunta madre.
Traicionado por quien lo trajo al mundo. Tuvo suerte de que Il "careciera" de columna vertebral. ¿Qué les habría sucedido si Il fuese "el hermano de su padre"? No quería saberlo. Quizás todo sería diferente si Il al menos hubiera hecho algo, lo que sea.
Esto no se trataba de él, se trataba del pueblo. Il no solo no había hecho nada con respecto a él, si no que no había hecho nada desde su posición de rey. Daba igual que su padre le dijera que la inacción también era una acción en sí misma. Dudaba mucho que su padre se refiriera a esto. El tenía un deber, un plan que culminar.
Y claramente ese deber no tenía nada que ver con las creencias de la familia de su madre.
Sintió la presión en su cabeza, una palpitación y se forzó a respirar y a tranquilizarse. No estaba escogiendo el asesinato por gusto, el tiempo había comenzado a correr para el y ya no era una cuestión de paciencia. Maldita sea, ¿Por qué Il no pudo aceptar la mano que le tendió? ¿Por qué no había hecho nada, salvo arruinar este país durante los últimos 10 años?
Dejó la horquilla sobre la mesa y suspiró. Desde que los dolores de cabeza habían comenzado había vuelto a pensar en su difunta madre.
Había evitado hacerlo después de leer su diario. Lo había encontrado en la oficina de Il cuando se coló discretamente por cosas que ya no valía la pena recordar. Saber que su madre no solo lo había delatado sino que también le había temido había helado la sangre en sus venas.
Había hablado de matar a Il, pero como último recurso. Sin embargo, en lugar de ver eso, ella había creído en la inmediatez de su accionar, como si hubiera sido su padre.
Soo-won había amado a su padre, hasta el día de hoy lo amaba, pero lejos de lo que creían todos había visto las fallas que él también poseía. Los había aceptado y seguía amándolo por ello. Vió donde su padre falló, pese a todas sus lecciones, él había fallado en la más importante. Había hecho lo inimaginable por una sola persona en lugar de por el bien común. Había sido egoísta y ahora todos estaban pagando el precio.
Soo-won sabía que ninguno de los adultos responsables de esta tragedia en el diario de su madre estaría presente para pagar por las consecuencias de sus acciones. En su lugar, Yona y él se verían obligados a hacerlo. Yona no sé lo merecía (quizás lo hiciera, estaba siguiendo los pasos de su padre, descuidando su reino, viviendo protegida en su burbuja sin importarle nada más…) Él por otro lado, supuso que era justo que pagará por el crimen perdiendo lo más valioso que tenía. Todo era por un bien mayor, todo era por la causa, por el reino. Mejor él que los demás, considerando que dentro de poco correría con tiempo prestado.
El diario de su madre tendía a ponerlo en un estado melancólico, tendía a sacar lo peor de él a veces. Quizás por eso había declinado de la idea de comprarle uno a Yona.
Originalmente pensó mucho en su regalo de cumpleaños.
Quizás para no tener que pensar en otro tipo de cosas…
La horquilla no había sido su primera opción. En un inicio, pensó en darle un diario, la muerte de su padre la afectaría. Quizás no se atrevería a decirles a los demás como se sentía, así que quiso darle una salida a esos pensamientos. Esos sentimientos que seguro se la tragaría por dentro. Secretos que querría llevarse a la tumba. Eso había golpeado demasiado cerca de casa por lo que dimitió de la idea. Regalarle un diario significaba también aferrarse a una esperanza que se sentía demasiado frágil. Si se aferraba demasiado a eso y se rompía… Bueno, Soo-won no estaba seguro de lo que sucedería entonces. Deshacerse de cualquier cosa impredecible era una prioridad.
De todas formas las probabilidades de que Yona y Hak no lo supieran después de todo, eran muy bajas.
Pero existen, aunque sean muy bajas esas probabilidades existen. Si tan solo…
Así que Soo-won toma una decisión y desecha la idea del diario. Escoge otra opción, pasa por mil ideas antes de encontrar una que lo convenza.
Por mucho que Yona se esfuerce en ser linda, alegre y agradable cuando está cerca, él ha oído los susurros, los sirvientes pueden ser fuentes de información confiable sin saberlo. Ellos hablan y ni siquiera creen que lo que dicen sea relevante, pero muchas veces lo es. Es así como Soo-won sabe que Yona detesta su cabello. Que es quizás la cualidad que más desprecia y le parece tan triste. Recuerda haber estado fascinado con el cabello de Yona cuando era pequeño. Esa fascinación se convirtió en algo más parecido al cariño y la familiaridad de lo que esperaba. El cabello rojo de Yona le recordaba al amanecer, el amanecer le recordaba a Yona, una comparación divertida cuánto menos. Le tenía especial afecto al cabello de Yona cómo otra de las muchas cualidades que veía en su adorable prima.
Hasta que más tarde leyó el diario de su madre y descubrió que iba a morir y que su fascinación por el cabello de Yona podía ser algo más…
Se sintió asqueado, no por Yona, no por su cabello, sino por la gran farsa que era todo esto. Todos los caminos conducían de vuelta a esto, sin importar cuánto intentará alejarse. Hiryuu fue la excusa que usaron todos los adultos de esta historia para causar este gran desastre. Era la excusa de Il para provocar un montón de sufrimiento y para querer imponerle una carga a Yona que no merecía afrontar, mucho menos sin la preparación adecuada. Darle un reino en ruinas para que se alce como la gran salvadora era una muy bonita fantasía para Il pero eso no es lo que va a pasar. Se la comerán viva, será la representación de la monarquía que dejó hundirse a este país, la culparan, la mataran y celebrarán por ello. Los mataran a todos y no quiere ni pensar en las guerras civiles que se van a generar, no solo entre las tribus sino dentro de ellas.
Sin desearlo, había acabado odiando a Hiryuu. Pasó de ser el héroe de una gran historia al triste escudo que usaba su familia para cometer fechorías o llevar a cabo la inacción. Había comenzado a odiarlo, pero no creía que esto fuera culpa de Yona. No quería que Yona pensará que la odiaba y que por eso hacía todo esto.
Por eso se remitió a Yona y su cabello rojo. Quiso darle un regalo que representase eso.
No es tu culpa, se que no es tu culpa, No te odio, no creo que pueda hacerlo, no te estoy haciendo esto por qué te lo merezcas, no lo haces. Solo eres otra víctima de las circunstancias (como yo), un eslabón más en esta gran cadena de desastres. Perdoname, lo siento, solo quiero verte feliz una vez más. Antes de que nuestro mundo entero se parta en pedazos. Quiero…
Quiero despedirme adecuadamente.
Definitivamente eran hijos de sus padres. Montando historias y dramas, No hablando claramente y manteniendo información para ellos mismos. Manteniendo historias veladas y dobles intenciones en acciones y gestos. Dejando secretos a plena vista esperando que alguien los vea, los entienda.
Guardo la horquilla en el estuche y la dejó sobre el escritorio. Se levantó del asiento y caminó hacia la puerta. Sintió escalofríos. Era como si la mirada de Yona lo siguiera desde allí. Sin poder evitarlo, miró por última vez la inofensiva caja. Luego, siendo demasiado para soportar, abandonó la habitación con la culpa siguiéndolo pero sin una sola grieta en su determinación.
Solo quiero verla feliz, verla sonreír una vez más.
Nota de autor: Me gusta pensar en la idea de que Soo-won realmente quería llevar a cabo su plan sin que Yona y Hak lo supieran. Me gusta aún más pensar en la idea de la "profecía autocumplida" Soo-won cree que no podrá mantener a sus amigos, escoge la horquilla como un regalo de despedida a la única familia que le queda, lleva a cabo su plan y "como esperaba" estos terminan en el medio del asunto y él tiene que matarlos. Quizás si él hubiera creído más en un plan que no los involucrara cuando las cosas se pusieran feas como una posibilidad, él podría haber tenido lo que tanto quería. El golpe de estado realizado correctamente y sus amigos a su lado. Las pequeñas decisiones cuentan después de todo…
2. Máscara / Flecha
Seiryuu había vivido durante años en la oscuridad. Sus ojos ocultos tras una máscara que no era suya, no había sido suya, hasta que lo fue. Se aferró a ella por qué no quería estar solo. Luego, obtuvo a Ao.
En las cavernas recónditas de su aldea, escondido de todo y de todos, él se aferró a la máscara. Seiryuu se aferró a la máscara. Protegía a los demás y los hacía sentir más seguros aunque aún lo temían. Pero también está lo protegía a él, no solo de sus poderes sino de que su corazón fuese roto.
Y así llegó Yona a su vida, como una flecha en llamas alumbrado todo el camino hasta las profundidades en dónde se encontraba. Ahuyentando a la oscuridad.
Le dió un nombre, Shin-ah, y sin embargo no dejó de ser Seiryuu, y conservó la máscara. Porque aunque poco a poco su familia se ampliaba, el amplio mundo al que se vio expuesto aún podía ser doloroso. Sobre todo, quería aferrarse a lo último que le quedaba de Ao, que había sido en un inicio su amigo, su familia.
Entonces vio a Yona crecer, cambiar y convertirse en una versión más fuerte de sí misma. La vio dirigir una flecha al corazón de Kum-ji con el fuego ardiendo en su mirada. La vio protegiendo a todos en la retaguardia aunque tenía miedo.
Yona siempre era una flecha de luz atravesando la oscuridad. Siempre brillante, siempre gentil. Su amabilidad había salvado a tantos. Su amabilidad se había clavado en su corazón. Y sus objetivos se habían vuelto suyos
Por eso cuando Shin-ah dejó de usar su máscara como escudo y se expuso a la luz por completo, él se sintió a salvo. Shin-ah ya no necesitaba esconderse. Y algún día Yona ya no necesitaría sus flechas.
Entonces hasta que ese día llegará el la protegería. Por qué Yona lo había salvado y le había devuelto algo que le fue quitado hace tiempo, una familia.
Ao, ya no estoy solo.
3. Senjuusou / Fuego
Era curioso cómo funcionaba el destino. Hak lo odiaba, y aún odiandolo había corrido un gran riesgo para obtener el senjuusou. Supuso que en el mundo existía gente que no podía evitar ayudar sin importar quien estuviera del otro lado.
La realidad era que los problemas nunca se acababan, y en un país en medio de una guerra aún menos. Más aún si pensaba en su enfermedad y como está se mantenía en secreto. Había obtenido el senjuusou y "recuperado" a Hak y el precio a pagar por eso bueno… Ahora la capital estaba en llamas. El fuego devorando todo a su paso.
Soo-won se preguntó si los dioses tenían algo particular en su contra. No es que el pensará que el senjuusou fuera a salvarlo pero no podía evitar pensar…
¿Cuál sería la próxima desdicha que los asolara en medio de esta guerra?
4. Medallón / Corona
Para Zeno el medallón que portaba encima era una gran responsabilidad, era incluso aún más pesado que una corona.
Este medallón era lo que alguna vez fue la divinidad de Hiryuu y este la había cambiado irónicamente por una corona. Por dirigir a los humanos y evitar que estos siguieran peleando.
A Zeno le gusta pensar que aunque las cosas no fueron perfectas en esa época, lo hicieron funcionar. Claramente está ignorando el periodo posterior a la muerte de Hiryuu.
Por eso cuando el señor rey no dudó en ofrecerle la corona el mundo de Zeno se tambaleó.
La responsabilidad añadida a un simple objeto no era algo que muchos pensaran. Zeno vio mucho más en esa oferta de lo que otro lo habría hecho. Un rey inmortal era una mala idea por muchas razones. Pero a Zeno la oferta lo golpeó particularmente cerca de casa. Haber vuelto al castillo había sido algo agridulce pero esto…
Zeno pensó en Hiryuu, en lo que esté querría y en lo que pensaría si supieran que a Zeno le ofrecieron la corona que una vez le perteneció.
Zeno se aferró al medallón, y se sintió aliviado de que al menos él sabía lo que realmente significaba la corona y no había ninguna intención o secreto oculto en el ofrecimiento, tal como le ocurrió una vez.
Con el medallón ya tenía suficiente responsabilidad. Y si algo había aprendido de tener poder, es que prefería mantenerse lo más alejado posible.
5. Cascabel / Estrella
Cuando la estrella cayó del cielo, su pecho se contrajo. Zeno sintió algo que no sentía hace mucho tiempo, esperanza.
Una nueva era se avecinaba y aunque sabía mejor que hacerse expectativas sobre las cosas, no pudo evitar pensarlo.
Él está aquí, él ha vuelto.
Poco importaría cuando, más tarde, tras espiar un poco al castillo supiera que había nacido una niña pelirroja.
Lo que verdaderamente importaba aquí, es que si las cosas salían como deberían, Hiryuu caminaría nuevamente por la tierra y eso significa que se arreglarían muchas cosas.
Esa estrella significaba muchas cosas pero para Zeno, desde el fondo de su corazón, era la anticipación de una reunión largamente esperada.
Esa estrella significaba volver a reunirse con su rey.
Te he estado esperando tanto tiempo, tanto, tanto tiempo.
6. Ardilla / Halcón
Hak había abandonado su tienda en el ejército. Confiaba en Yoon y en Yona para cuidar de los demás, pero por un momento necesitaba respirar.
Aunque lo hubiese deseado, no estaba solo. Ao estaba montada sobre su hombro masticando una bellota que había obtenido quien sabe de dónde. Sin poder evitarlo, caminó haciéndole cariño a la pequeña criatura. Sorprendentemente eso le ayudaba a relajarse.
Sin pretenderlo, Hak se alejó más de lo que esperaba del campamento. Un lado del camino estaba pegado al claro desértico que hace unos días había sido un campo de batallas. El suelo presentaba ligeros agujeros y mientras más te acercabas al bosque, este comenzaba a desmoronarse y a crear pequeños precipicios. Era una zona perfecta para crear una emboscada.
Hak exploró el lugar dispuesto a compartir la información con alguien cuando volviera. Caminó por el bosque y dio pequeños saltos para evitar los pequeños huecos que se hallaban en el camino. Sin embargo, debido a que no prestó la suficiente atención pisó una parte del terreno que se hundió y desbarató. Con sus años de entrenamiento, reaccionó a tiempo y retrocedió pero Ao salió proyectada hacia adelante, donde había otro precipicio. Hak corrió para alcanzarla, pero la pequeña ardilla resbaló de su mano sosteniendo su bellota. Y en tan solo un instante ya no estaba a la vista.
Mientras procesaba lo que había pasado reclinado contra el borde, un ave vino directo desde abajo asustandolo. Lo sobrepasó por metros y noto que era un halcón, un halcón que tenía a Ao en su boca.
El ave se elevó varios metros hacia arriba antes de volar directo hacia abajo, hacia Hak.
Cuando el ave hizo un aterrizaje perfecto en su hombro y Hak pudo observarlo bien, vió que se trataba del Gulfan.
El ave chocó ligeramente su cabeza contra la suya, por lo que Hak levantó las manos y el ave dejó caer a Ao en sus manos. Afortunadamente, viva.
Gulfan era un cazador capaz, Hak lo había visto con sus propios ojos. El que Ao siguiera viva era claramente apropósito.
Ao se acomodó rápidamente en sus manos y siguió comiendo su bellota, como si segundos antes no hubiera estado a un paso de la muerte. Hak acarició a Gulfan en la cabeza.
—Gracias.
Con tan solo un graznido, el ave tomó vuelo y se perdió en el cielo.
Nota de autor: No pude evitarlo, Gulfan y su relación seguramente angustiosa con Hak me puede.
7. Escudo / Espada
Zeno era más que un escudo en este punto. Era un arma, una espada afilada al máximo. Mortal, veloz, imperceptible. Es por eso que era el escudo perfecto. No solo se encargaba de que la amenaza nunca te alcanzará, sino que la destruía antes de que pudiera hacerlo.
Claramente los dioses lo tenían todo planeado. Su cuerpo no solo era irrompible sino que también era capaz de romper todo a su paso.
La defensa, un escudo. El ataque, una espada.
Que triste era que Zeno alguna vez pensará en llevar una vida de pacifismo. Eso ya no le servía de nada. Su camino estaba cubierto de sangre, el peor tipo de rojo. Cubierto de la sangre de sus enemigos masacrados, cubierto por la sangre de sus propias heridas abiertas hasta que ya no sangro más.
Pero por su Rey… Zeno ya no dudaría. En la época de Hiryuu había tardado mucho tiempo en tomar una decisión. Eso había terminado. Había decidido ser usado.
Se preguntó si la profecía era, una vez más, un secreto que le habían guardado los dioses…
