Cazador Cazado.

Dos siluetas oscuras se mueven alrededor del campamento. Una va como el aire a través de los árboles; la otra, pequeña, sigue a la primera dando saltos. Esta vez, no son insectos monstruosos, sino una Salamandra y una pequeña rana.

La figura más alta se detuvo antes de que el follaje se acabara. Observó una pareja de ranas descansando alrededor de la fogata, un macho rojo y una hembra rosa. Era la misma pareja por la que pagarían mil cobres, vivos o muertos. Solo pensar en las patas de grillo que podría comprar con tanto dinero la hizo babear. La salamandra rodeó el claro limpiándose la saliva de la cara, para luego ocultarse en el arbusto detrás de los criminales. En ese momento la rana la alcanzó.

—Chico, ¿Por qué estas acá? —Susurró la figura alta— Te ordené que te quedaras con la tarántula.

—Se llama Weaver —Dijo la rana con el mismo volumen—. Y no es justo que vayas sola, ellos son dos. Déjame pelear con mi boomerang.

La salamandra lanzó la vista al campamento y se quejó porque su reciente compañero no la dejaría sola.

—Está bien, tengo un trabajo para ti —Apuntó en la oscuridad y dio la espalda al chico—, vigila en el árbol.

El pequeño se fijó en las delgadas ramas, mientras la salamandra espiaba. Él suspiró, escalando el tronco.

—Pero si te metes en problemas ¿te ayudo?

—Si, claro— Ella respondió sin escucharlo, acercándose a las espaldas de los criminales con una daga en cada mano—

La luz de la fogata iluminó a la cazarrecompensas, la armadura que cubría su piel azul marina se hizo visible para la rana; pero no para los ladrones. El pequeño se sentó en una rama delgada y observó a su maestra, Olip, para quizá aprender un poco. Desde ahí unos rayos revelaron la piel amarilla del pequeño.

La salamandra, llamada Olip, alcanzó las espaldas de los criminales. Pero en el momento en el que levantó sus brazos, algo crujió. La rama donde estaba sentado el pequeño cedió e hizo un estruendo al caer. Los criminales escucharon el ruido y se dieron la vuelta hacia Olip. La salamandra intentó clavar su daga en uno de ellos. Pero el arma fue atrapada por el macho, que empezó a crecer en tamaño junto a sus músculos. La criminal hizo lo mismo, creciendo ambos al doble de su tamaño y extendiendo largos colmillos de sus bocas. Olip abandonó su arma y retrocedió maldiciendo.

—Mira, cariño, mandaron una soldado de NewTopia por nosotros — Dijo el criminal, dando la vuelta a la daga para luchar.

—Será un honor aplastarla —Dijo la hembra—

La criminal rosada lanzó el primer golpe. Por suerte para la cazadora no fue difícil de esquivar. Olip saltó, sacando su espada y aterrizó sobre una carreta atada a un caracol en el campamento.

—No sirvo al trasero gordo del rey Andrias, unos ladrones de bancos no valen su atención.

Olip atacó la cabeza del criminal rojo con un salto y él detuvo el ataque con el arma robada, enviando la salamandra al suelo. La criminal no perdió el tiempo e intentó aplastarla con un puñetazo: Creyó que lo había logrado al ver el hoyo en el suelo. Pero entonces, un espadazo la hirío en la espalda. La criminal intentó golpear hacia atrás, sin éxito. Olip volvió a esquivar otro ataque, ahora del criminal con la daga, dejando un pequeño espació entre ella y los ladrones de banco.

—Dinos para quien trabajas— Exigió el gigante rojo, amenazándola con la punta del arma robada—

—Trabajo sola— Respondió la cazadora antes de que los criminales se abalanzaran en su contra. Actuó rápido bloqueando los cortes del arma y esquivando los puñetazos.

La pequeña rana que había estado todo este tiempo en el suelo, sintió que podía ayudar. Así que se arrojó al claro con su boomerang en mano y lo lanzó contra los ojos de la gigante rosa. La criminal se cubrió los ojos por el dolor y Olip tuvo oportunidad de desarmar al macho con un golpe de su espada.

El arma regresó con la rana amarilla. Pero Olip lo detuvo de atacar con un grito desde el centro del campamento:

—Vete de acá, Sunny.

Mientras la cazadora gritaba lanzó un tajo al criminal rojo. Entrando en furia, el gigante arrojó a la salamandra contra un árbol al otro lado del campamento. Sunny intentó hacer algo, pero la gigante rosa lo atrapó en su mano.

Te tengo, vas a tener tu merecido pequeño —La rana gigante apretó a Sunny, haciendo que su cara se pusiera azul—

—Déjalo y escapemos de aquí— El criminal gritó, corriendo hacía la carreta atada al caracol—

Olip volvió en si de inmediato, levantándose y agarrando la espada del suelo para volver a luchar. Tomó un gran impulso y cuando estuvo cerca, pateó el estómago de la criminal al saltar. La rosada calló al suelo y Sunny se liberó.

Olip golpeó la cabeza de la criminal y la dejó noqueada, haciendo que la criminal volviera a su tamaño normal. Sunny quiso agradecerle a su maestra. Pero Olip se movió contra el gigante rojo. Sunny no lo pensó y lanzó su boomerang a los pies del gigante. El arma rodeó a la Salamandra y el golpe hizo tropezar al gigante; pero su pesado cuerpo calló hacía adelante con un estruendo, sobre la salamandra.

—¡Olip!

Sunny fue a ayudar a su maestra y a recuperar su boomerang, que se había quedado en el suelo. Entonces, el criminal rojo volvió a levantarse, cuatro veces más grande que la ranita. Sunny intentó detenerlo, pero con un empujón del gigante calló al lodo.

—Tienes suerte de que te tenga lástima, renacuajo.

El gigante rojo despertó a su esposa y se la llevó en brazos a la carreta, volvió a su tamaño normal y debilucho y subió al caracol, para desaparecer en el bosque. Sunny había salido del lodo, pero se quedó junto a su maestra mientras los malos escapaban, lentamente ella volvió a abrir los ojos y se reincorporó.

—Eso dolió— La salamandra salió de la tierra, sobando su espalda adolorida—

—¿Estas bien? —Preguntó la rana con su chaleco cubierto de lodo—

Sobreviviré— La salamandra empujó su espalda hacia adelante hasta escuchar un crujir que la hizo sentir mucho mejor. Luego, pasó a ver a la ranita con el ceño fruncido — Creí haberte dicho que te fueras.

—Pero...

—Pero nada. Hiciste que los perdiera, se suponía que te quedaras fuera.

—Dijiste que te apoyara si te metías en problemas.

—Si, lo hice —Puso su mano sobre su cara, e intento ignorar al pequeño alejándose un poco para recuperar su daga— Niño, no tengo tiempo para esto, prepara la tarántula para ir al pueblo más cercano.

—Si seguimos a los malos ahora podríamos alcanzarlos.

—Solo hazme caso— Respondió con firmeza, saliendo del claro—

—Si, señorita —Respondió Sunny—

Sunny cumplió y su tarántula llevó a ambos a las afueras de un pueblo de sapos en el pantano. Apenas llegaron lo primero que hicieron fue armar sus carpas y limpiar su ropa. Sunny acariciaba la cabeza de su tarántula mientras Olip buscaba trabajo en un montón de carteles de búsqueda.

—Mira esto, cincuenta cobres por atrapar a una docena de asesinos. Este trabajo ya no es lo que era— La cazadora dejó los carteles a un lado y tomo unos más pequeños— tendremos que conformarnos con estos.

Al escuchar, Sunny se asomó y vio una pequeña larva— ¿Quieres que busquemos mascotas desaparecidas?

—A mí tampoco me gusta la idea, pero debemos conseguir trabajo pronto.

Sunny buscó los carteles, encontrando el retrato de un sapo con un ojo de vidrio y una fea sonrisa llena de dientes afilados— Mira este, un millón de cobres por atrapar un traidor y dice que viajaba al Peñón Emplumado—

—Eres optimista, pero rodeamos ese lugar por una buena razón. No hay que arriesgarse— Olip tomó el cartel con el rostro del Sapo, dejándolo en el suelo—, no después de lo que pasó hoy.

Una cara larga se dibujó en el rostro de Sunny, seguido por el retumbar de su estómago. Olip tomó esa oportunidad y se ocupó de cocinar lo último que quedaba en los cofres, medio bloque de champiñones. Sunny apenas se dio cuenta cuando le ofreció el plato. Seguía pensando en lo sucedido por la mañana y lo callada que ha estado su maestra desde entonces. Olip le dio el plato a Sunny, haciendo el amago de decir algo inspirador; solo para callarse a sí misma.

—Iré a dar un paseo, volveré pronto —El pequeño asintió y la salamandra se alejó hacia el pueblo sin probar un bocado—

Sunny tenía la imagen de los criminales escapando clavada en su cabeza. Tenía que hacer algo o la culpa lo volvería loco; o peor, dejaría de ser el aprendiz de Olip. Tomó el cartel de búsqueda y lo guardó en un bolsillo de su chaleco. Si atrapaba a Grime haría feliz a Olip y por fin lo perdonaría.

—Vamos Weaver, tengo una idea.

Tragó el ultimo bocado de champiñones, subió al lomo de la tarántula y empezó a montarla hacia el Peñón Emplumado, en el fondo del bosque.

Olip ya había llegado al bar del pueblo. Al verla entrar, los anfibios empezaron a susurrar, ver una salamandra fuera de la capital no era nada común. Pero la salamandra no hizo nada al respecto y solo se sentó frente al tendero como siempre hacía.

—¿El pan es gratis?

El tendero se río con la pregunta.

—No, solo el agua es gratis.

—Dame un vaso —Dijo con un suspiro mientras, el tendero le servía un vaso con el agua que usaba para enjuagar los platos. La salamandra empezó a tomar de poco a poco, cuando un sapo verde con una gran cresta se le acercó—

—Tú no eres de por acá —La salamandra siguió bebiendo sin poner atención—

—Mira, por acá manda mi pandilla y yo —Dijo el sapo, dejando una botella vacía sobre la barra. Detrás de él estaba su grupo, unos sapos jóvenes que estaban intentando lanzar zancudos a una diana como si fueran dardos—

—¿Y cuánto pagan por sus cabezas? —Dijo la salamandra, soltando el vaso con fuerza en la mesa—

—No, no —El sapo se rascó la cabeza apenado— El sheriff aun no nos busca, pero somos realmente peligrosos.

Detrás de él, otro pandillero lanzaba un zancudo, que salió por error hacia la ventana e hizo gritar a un sapo inocente afuera. Entonces, la salamandra volvió a lo suyo.

—Vete, no me interesa pelear contigo.

El sapo se quedó con la boca abierta. No esperaba que una salamandra con una armadura de NewTopia despreciara una pelea.

—Entonces eres una cobarde —Dijo el pandillero con una voz amargada y se dio la vuelta para regresar con los suyos, que todavía no habían logrado acertar al blanco—

La caza recompensas exploto en furia, nadie la llamaba cobarde. Agarró el cuchillo de un cliente sentado junto a ella y lo arrojó hacia la diana, cortando la cresta verde del pandillero y dejando el utensilio clavado en el centro de la diana. El líder pandillero se asustó al ver su cabello caer al suelo y corrió de ahí aterrado. La salamandra sonrió por darle su merecido al idiota. Pero el tendero del bar no pareció tan feliz

—¡Acabas de romper mi diana y mi pared! La vas a tener que pagar.

La sonrisa de Olip se esfumó, había desperdiciado sus últimos cobres. Una vena en su frente empezó a palpitar y la furia la hizo romper el vaso de vidrio dentro de su guante metálico.

—También debe pagar eso —Dijo el tendero—

—Lo sé —respondió—

No muy lejos del pueblo, Sunny se encontraba por fin en el Peñón Emplumado. Desde abajo el peñón se veía como una rampa que terminaba con una gran caída. Era impresionante, pero no estaba ahí por la vista, estaba buscando a los traidores. Buscó en la falda del peñón, rodeada por cientos de rocas del tamaño de árboles; como si fueran versiones más pequeñas de la gran roca sobre la que estaban. La ranita dejó descansar a Weaver y se escabulló imitando a Olip hacia una de las rocas para espiar a los criminales.

—Me duelen los pies de caminar, ¿Podemos detenernos Sasha? —Dijo Percy caminando torpemente junto a Braddock—

—No, Descansaremos cuando atrapemos esa ave —Una criatura rubia, que sunny nunca había visto, les respondió—

—Lo encontré —Una voz gritó desde arriba de las rocas en el peñón—

Después un Sapo robusto y con una larga barba aterrizó junto a la criatura rubia. Era el excapitán Grime. Sunny no podía creer lo cerca que estaba, arrepintiéndose de no haber hecho ningún plan.

—Lo veo —Dijo Percy, apuntando a una roca más alejada con huevos morados en él—

—Pero ¿y el ave?, Sasha — Braddock vio a la humana, que no decía una palabra— ¿Sasha?

La rubia se dio la vuelta y se encontró directamente con el pequeño que los espiaba. Sunny entró en pánico, era ahora o nunca, lanzó su boomerang: Golpeando a Grime y luego regresando a sus manos.

El excapitán se cubrió el chichón y sin quejarse empezó a correr contra la rana. Sasha los dos lacayos se quedaron atrás, pero la humana corrió adelantando a Grime. Sunny intentó repetir el mismo truco con la rubia, pero ella solo lo esquivó y cuando estuvo frente a él, puso la punta de su daga frente a su cuello.

—¿Quién eres?, renacuajo —Dijo Grime, acercándose detrás de Sasha—

El pequeño temblaba con el arma apuntando a su cuello. Cuando intentó responder, solo pudo escupir un intento de súplica, que desesperó al sapo.

—Responde —dijo Sasha—

—Vine por mi cuenta —Sunny no apartó la mirada de la hoja que seguía apuntando a su piel babosa—

—¿Y qué es lo que haces aquí? —Sasha puso la fuerza en su voz para que le mirara a los ojos, pero no funcionó—

—Quería atrapar a Grime para impresionar a mi maestra.

Solo entonces, Sunny alzó la vista y encontró los ojos fríos de Sasha que no dudaban en empujar el arma. Ella vio una pequeña rana amarilla que se volvió pálida por el miedo. No pudo creer que fuera hacía ella, como si fuera una sonámbula y se despertara un día amenazando a alguien con la espada. El sentimiento se extendió en el silencio del momento, hasta que Grime decidió que había sido suficiente.

—Teniente —Dijo en voz baja para no alertar a la rana— No podemos dejar que se vaya.

Solo había una solución y Sasha la tenía en su mano. Apretó con fuerza el mango del arma e inhaló hondo intentando empujar la espada, pero su mano solo no reaccionó. En cambio, enfundó la espada y perdió la frialdad en sus ojos. El pequeño no lo entendió ¿Estaban perdonándolo?

Entonces, una sombra cruzó sobre los tres, alertando a Sasha y a Grime. Esa sombra alada era la que habían estado esperando. Un graznido aterrador vino del cielo y sunny escapó sin pensar en lo que estaba pasando. La humana y el sapo escucharon otro graznido, ahora combinado con los gritos de sus compañeros.

¡El Rogg! —Bradock y Percy apuntaban al cielo, quedándose quietos para no ser vistos por la bestia—

Un ave morada, capaz de comerse a todos de un solo mordisco, volaba en círculos sobre la pareja de sapos. Sasha intentó decirles que no se movieran y buscó una forma de atacar, pero el ave el ave simplemente estaba muy lejos.

—Ahí va el plan —Dijo Grime, frustrado no solo por haber sido golpeado, sino por perder a oportunidad de volar hasta la torre norte sobre el monstruo—

Entonces una idea vino a Sasha y llamó a Sunny.

—¿Puedes lanzar tu boomerang hasta el Rogg?

Sunny se detuvo con su corazón latiendo a toda velocidad.

—Sí —La rana tragó saliva—

—Si lo alejas de nuestros amigos, Grime se entregará —Después de hacer esa promesa, le guiñó el ojo a Grime—

Sunny acepto con desconfianza, después de todo un héroe no puede abandonar a dos Sapos en peligro. Se paró en posición para lanzar, con un pie frente al otro, giró sobre sí mismo para ganar impulso y el boomerang salió disparado hacia el Rogg; El arma se clavó en el ojo derecho del Rogg, haciendo que graznara de dolor. El ave ignoró a su vieja presa y se dejó caer para planear hacia la rubia y los otros dos anfibios. Saha desenfundó su espada y Grime tomó una piedra para luchar.

Sunny llamó a Weaver con un silbido, antes de que el Rogg los alcanzara. La tarántula corrió a toda velocidad, más rápido que el ave, y subió a todos sobre su lomo con una envestida. El Rogg reaccionó tarde y chocó contra una roca del doble de su tamaño, haciendo una grieta.

La bestia no tardo en volver a seguirlos aún más enojada, aleteando con sus alas para alcanzarlos. Weaver siguió corriendo y Grime espero a que el ave se acercara para lanzar la piedra que había tomado. La piedra se rompió contra el Rogg, logrando tirar el Boomerang del chico al suelo, pero sin detener a la criatura.

—Necesitaremos una más grande —Dijo Grime —

Desesperada, Sasha pensó en un nuevo plan, la grieta en la roca detrás de ellos se pasó por su mente y la luz se volvió a encender. Ordenó a Sunny que los llevara hacia la piedra y él dio la vuelta, sin cuestionar. El ave los siguió de regreso con sus garras casi sobre ellos. Sasha ordeno a Grime pararse a su lado, mientras la roca estaba cada vez más cerca.

Al cruzar frente a la roca, humana y sapo se prepararon. Pronto vieron la grieta y al mismo tiempo la golpearon. La grieta creció hasta la cima, desmoronándose en escombros. Un trozo casi aplasta la tarántula, pero Sunny jaló las riendas para esquivar al último momento. El Rogg no tuvo la misma habilidad y los escombros cayeron sobres sus alas. El monstruo chocó contra el suelo, quedándose atrapado bajo los escombros.

La tarántula regresó fuera de peligro con Percy y Bradock, cayendo rendido frente a ellos. El jinete por el contrario saltó emocionado por lo que acababa de pasar.

—Eso fue genial, Sunny —El tono animado de la humana tomó desprevenido al pequeño, ella se acercó. Mientras el excapitán era acosado por la pareja dando las gracias—

—¿Enserio crees que lo hice bien?

—Claro, gracias a ti el ave no volverá a atacar el pueblo —La rubia buscó algo de ayuda con el excapitán, que se había liberado por fin de los abrazos— ¿No es así? Grime.

—¿Qué? —Preguntó, pero un codazo de Sasha le hizo seguir la corriente— Es cierto, era por eso que queríamos atraparla.

—No lo entiendo. Creí que ustedes eran malas personas —Dijo Sunny—

—Mira, somos inocentes —Sasha dejó salir unas lágrimas de forma dramática— No destruimos la SapoTorre. Fue mi amiga... o eso creí que era. Pero no importa, porque es hora de que nos entregues a mí y a Grime —Su actuación era digna de un capítulo de La isla de la sospecha—

La rubia extendió sus muñecas juntas frente a la rana para que le pusiera las esposas, que él no tenía. Grime por otro lado se interpuso entre ambos. Percy y Bradock lo apoyaron poniéndose al lado pidiendo que perdonaran a sus amigos.

—De ninguna forma, una pequeña rana no me encerrará tras las rejas —Gritó el sapo—

Sunny sintió que se le rompía el corazón al ver a los amigos de la humana interponerse. No había forma de que tuviera esta oportunidad de nuevo, pero la culpa fue la que habló.

—No lo haré.

Las comisuras de los labios de Sasha esbozaron una sonrisa mientras hacia la pregunta:

—¿Por qué?

—Porque los juzgue mal. Quiero atrapar a criminales no a personas inocentes

—Aww, eres una buena rana —Dijo Sasha despeinando el cabello naranja del pequeño —

Sunny ya no se preocupaba por Olip o por haber arruinado las cosas. Sentía que era tan buen cazador como su maestra. En el fondo sabía que no era verdad, pero le calmaba el miedo a ser abandonado.

—Nos has sido muy útil ¿Por qué no nos acompañas a la cima del Peñón? Dicen que la vista es increíble.

—No lo sé, debería regresar con mi maestra.

—¿La que estaba decepcionada de ti?

La preocupación golpeó a la rana de nuevo. Si las cosas estaban mal antes, ahora se le haría imposible ver a Olip a la cara; sabiendo que dejaba ir a otra recompensa. Ella no lo iba a entender y él no quería imaginar cómo se enfrentaría a ella. Acompañar a la rubia sería lo mejor, así podría acumular un poco de valor.

—Bien, los acompañaré.

—Cool —Dijo Sasha—

—Buscaré mi boomerang y los alcanzaré más delante.

Sunny sacó el cartel de su chaqueta y lo dejó con Weaver y se despidió, prometiendo darle sus bayas favoritas como recompensa. Esperaba que Percy y Braddock supieran cuidarlo bien, quizás no tendría a nadie más que su mascota pronto. Entonces, la rana volvió dando saltos al campo de batalla. Sasha y Grime, mientras tanto, tomaron la ventaja en completo silencio, hasta que se alejaron lo suficiente y Grime habló:

—Dime que es lo que estás planeando —El sapo detuvo a la rubia por el brazo—

—Tranquilo —La humana dejó de caminar—, tengo a esa rana comiendo de mi mano y puede llevarnos a la torre norte en ese animal —Con su mano libre apuntó a Weaver, unos metros detrás de ellos—

—Sería más fácil robarlo.

—¿Qué pasa Gime? parece que ya no confías en mí.

Sasha exageró una mueca dramática y luego no pudo evitar reírse de ello. Grime, soltó su brazo y le correspondió con una de sus sonrisas terribles.

—Lo que sea que tengas planeado, cuenta conmigo.

Detrás de ellos, sin que se dieran cuenta, Weaver escuchaba la conspiración con su agudo oído de tarántula. El sapo y la humana siguieron, dejando a sus lacayos bajo la orden de vigilar a la Tarántula. Weaver estaba entrando en pánico al pensar que algo malo podría pasarle a su jinete, a su amigo. Pero solo no tenía oportunidad de vencer a esa criatura rubia. Necesitaba a una luchadora, necesitaba a Olip. Pero pregunta que se hacía era como deshacerse de los sapos. Entonces, un cubo con "ballas veloces" apareció frente a su rostro, a su lado estaba Percy con algo de timidez.

Weaver empezó a comer de inmediato, metiendo su cabeza entera dentro del cubo. Percy decidió dejarlo en paz y rodeo la tarántula para ir con Bradock, que buscaba más ballas en los arbustos. Cuando Percy pasó detrás de sus patas, Weaver le dio una patada que lanzó al inocente Sapo sobre Bradock; para después atraparlos en una telaraña como si fueran moscas. Weaver dio la vuelta y tomó un atajo para buscar esa cazarrecompensas que su jinete admiraba tanto.

—¿Cómo conociste a Olip?— Dijo Sasha, escalando un desnivel que bloqueaba el camino—

Sunny saltó desde abajo y se agarró del borde sobre la humana. Luego, subió.

—Atrapó a seis bandidos en mi pueblo. Ninguno de mis maestros había hecho algo así, entonces la convencí de que me enseñara—Apoyándose sobre el suelo, ofreció su mano a la humana para ayudarla a subir—

Sasha tomó su mano, pero Sunny fue tan débil que la humana tuvo que hacer el mismo esfuerzo para subir con su mano libre. Ella se lo agradeció estando sobre el borde, para luego ayudar a subir a Grime.

—Es raro que una salamandra se haga amiga de una rana— La humana no se detuvo y continuó mientras hablaba—

—Mas bien imposible —Dijo Grime— Las salamandras viven rodeadas de lujos mientras nosotros hacemos todo el trabajo, no somos más que sirvientes para ellas.

—Eso no es cierto —Respondió Sunny— Olip me convirtió en su aprendiz.

—Creí que no te había enseñado nada.

—No lo ha hecho. Debe ser por algo.

—Si yo hiciera una promesa así, la cumpliría —Dijo Sasha—

—Es porque no estoy listo.

—Claro que estas listo, Sun —La humana se detuvo—. Mereces algo mejor.

En ese momento, Grime también se detuvo, pero por otra razón. A diez pasos más adelante, sobre el suelo, aves habían construido sus nidos sobre montículos de piedra. Nadie dijo nada al descubrirlo, pero no hizo falta; porque Grime y Sasha supieron que esa ahora era su cena. La humana se agachó frente a Sunny y sacó una daga de su bota.

—Tienes suerte, ahora yo te enseñaré.

—¿Qué quieres decir? —La voz de Sunny se quebró de emoción—

—Aprenderás a usar un arma de verdad.

—Genial. Gracias, Sasha... Espera, ¿Caminabas con una daga en tu bota?

—Concéntrate y mira como lo hacen los profesionales.

Sasha avanzó los diez pasos con su espada desenfundada. Las aves atacaron primero y la humana las cortó con una estocada. Grime fue después y las golpeó con sus puños. Sunny se unió entonces, agitando su arma de un lado al otro mientras corría hacía los nidos. La batalla continuó al ocultarse el sol, sin que Sasha dejara de alentar a la rana.

La pelea distrajo a los tres del frío después del atardecer. Pero en el pueblo, los sapos empezaban a refugiarse de la noche. Olip se quedó recostada contra el muro fuera del restaurante, esperando que el silencio la ayudara a calmarse y a olvidar. Pero por primera vez en meses, se sintió abrumada por no escuchar ninguna voz. Regresó al campamento cuando sintió una corriente de aire helado. Pensó que, si dormía temprano, podría cazar unos insectos antes de que Sunny despertara. Eso bastó para que dejara de estar agobiada.

Cuando Olip entraba al bosque, las ramas empezaron a agitarse. Era Weaver que corría hacia ella a toda velocidad y se detuvo en seco para no aplastarla. Olip lo reconoció de inmediato y preguntó por puro reflejo:

—¿Qué haces acá?

Weaver usó sus patas delanteras para hacer señales, apuntar detrás, agitarlas y revolverlas. A lo que Olip no reaccionó más que con el mismo gesto de confusión.

—Ojalá Sunny estuviera acá, él te entendería —Con eso se dio cuenta de que la tarántula no estaba con su jinete— ¿Y dónde está él? —Le hizo gracia estar hablando con un animal—

Al ver que no entendía, Weaver golpeó el suelo y regurgitó el cartel de "Se busca" con el Sapo de los dientes afilados dibujado, Grime. Olip entendió de inmediato la situación e ignoró el hecho de que Weaver la entendiera, subiéndose a su lomo y moviéndose lo más rápido posible.

En el Peñón, Sasha luchaba por mantener el ritmo al correr porque Sunny había estado llevando la delantera la mitad del tiempo. Cuando faltaban pocos metros para llegar a la meta, la humana rebasó a la rana y llegó al borde del Precipicio en la cima del Peñón. La rana no bajó la velocidad y llegó a su lado, quedándose helado al ver todo el pantano iluminado por la luz de la luna roja. Solo entonces Grime llegó arrastrándose con plumas cubriendo su barba, consideró que ya era suficiente entrenamiento.

—Gané, como siempre —Sasha se sentó en un tronco cortado rodeado por huesos de ave—

La humana rompió los huesos con los pies. Había un montículo de piedras en el centro de todo con un nido, igual a los que encontraron antes. Quizá alguien más se había dado un festín con las aves de ahí, pensó Sasha. Entonces, Sunny se sentó junto a la humana en el tronco.

—¿Recuerdas lo que dijiste sobre la SapoTorre?

—Ehh —La humana se giró, no era posible que la descubriera ¿o sí?— Lo recuerdo.

—Te conozco desde hace poco. Tu vieja amiga fue una tonta... —Sunny se detuvo en seco y balbuceó antes de continuar— Quiero decir, tú también mereces un amigo mejor.

—¿Qué puedo decir? Estamos por encima de esos tontos.

La humana sonrió de verdad, era bueno no ser descubierta y mejor que alguien pudiera entenderla. Grime nunca había tenido un amigo hasta que la conoció, no sabía lo que era perder uno. La rana pareció ganar algo de valor después de eso y se atrevió a preguntar a Sasha:

—¿Por qué crees que Olip nunca cumplió su promesa?

—Creo que solo te usó —Sasha respondió con el tono más frío posible—

—¿Usarme?

—Esa Olip suena como si solo te hubiera engañado para usar tu tarántula de transporte, se de esas cosas.

El rostro de Sunny se volvió a poner pálido otra vez, pero no sorprendido. De alguna forma ya lo había sospechado.

—¿Por qué no la dejas? —Dijo Sasha—

—¿Dejarla?

—Abandonarla sin más e ir con nosotros, tus amigos. No te va a extrañar.

Sunny se dio cuenta de que ya tenía una respuesta, pero antes de decir algo vio como una silueta familiar se acercaba detrás de Grime. Una gota fía de sudor bajó por la frente de la rana, al reconocer la armadura de su Maestra. La rana soltó un grito a Olip intentando detenerla. En vez de eso, fueron Sasha y Grime los que reaccionaron a su advertencia. Primero con el Sapo esquivando el ataque y luego por la humana chocando su espada contra la de Olip. Sunny dijo lo primero que vino a su mente para detenerlas:

—Alto.

Grime atrapó al chico con sus brazos, dejando que la pelea iniciara con sus gritos de fondo. Las armas se empujaron entre sí, hasta que Sasha cedió dándole la oportunidad a Olip de dar una estocada. Sasha se agachó y levantó su espada al mismo tiempo para volver a chocarla contra la espada de la salamandra.

—Vaya, Sun no mintió sobre tí— Dijo Sasha, y si era cierto no había forma detenerse—

—Libéralo y te dejaré ir —Los ojos de Olip intentaron reconocer que clase de insecto feo era ese, sin resultado—, Cosa.

Sasha empujó la espada de su adversaría, tanto que pareció que la Olip iba a ser cortada por su propia arma, para el temor de Sunny.

—Él quiere quedarse.

—Puedo explicarlo, solo dejen de pelear —Gritó Sunny—

—Ni hablar

Olip se deslizó con su espada; y Sasha, al no tener quien la resista, cayó hacia adelante, cortando la nada. La humana volvió a tomar posición y lanzó un corte tras otro sobre Olip. La salamandra retrocedió poniendo en medio su espada para evitarlo. Una y otra vez, dando pasos hacia atrás que la llevaban al borde. Sintió el vértigo al poner su pata en el último trozo de suelo. Entonces, Olip envió un coletazo azul al estómago de la humana para alejarla, ahora volvía a haber un espacio entre ellas. Pero Sasha lanzó una estocada furiosa que alcanzó la cola de Olip.

Olip reaccionó con el dolor, rodeando a la humana y rodando hasta donde habían empezado. Aún con su cola herida, se levantó preparada para continuar.

Sasha fue hacía ella girando en un círculo. Cuando el golpe llegó a Olip, fue casi imposible de bloquear; intentó devolverlo, pero Sasha volvía a ser más rápida. Aguantando el dolor en su cola, tomó una decisión desesperada: La salamandra lanzó su cola contra las piernas de Sasha, sintiendo como su herida ardía al golpear. Sasha perdió el equilibrio, cayendo sobre su propia cara. Escupió tierra y trató de reincorporarse, pero Olip la detuvo con su bota metálica.

Grime acudió a su ayuda al verla caer. Soltó al pequeño y lanzó su lengua oscura a Olip. Ella lo vio venir y logró atraparla en el aire, estirándola y dejándola regresar como un resorte contra la garganta del sapo.

—Sun —Sasha pidió ayuda al chico con la mirada— Has algo, ahora.

—Pero ella...

—A ella no le importas, solo te utilizó —Miró a Olip— Solo querías una tarántula gratis ¿Verdad?

—¿Cómo lo supiste?

Olip se detuvo por un solo instante, que se sintió como una eternidad. Sunny lo había escuchado todo y no pudo sentir más que decepción. Sasha empezó a reír al ver que tenía razón.

No había tiempo de curarse o de arreglar las cosas, Olip dejó caer su espada llena de furia. Pero al llegar hasta abajo el ruido fue un choque metálico. Sunny, a duras penas bloqueó el ataque con la daga que Sasha le había regalado. Olip enfureció, apartado la espada de la rana y alistándose para volver a atacar.

—Sunny, vete.

—No, tú nunca escuchas.

Olip no forcejeó, solo volvió a regañar al pequeño mientras apretaba el mango del arma. Entonces, una piedra golpeó su cara. Grime se había unido. Sasha pateó a Olip y tomó la espada, volviendo a ponerse en posición con la rana a su lado. Olip enfurece y ataca con su espada al costado derecho de Sasha, Sasha lo bloquea y Olip vuelve a intentar atacar desde el lado izquierdo, ahí sunny se vuele a interponer bloqueando con la daga. Mientras eso pasaba un corte de Sasha lastimó su brazo.

—Ríndete de una vez idiota —Dijo Sasha—

—No sin el chico.

—Ya no vale la pena, ya estás lastimada.

—No sabes lo que dices —Gritó Olip— no puedes confiar en estas personas.

Una sombra volvió a cubrirlos, y no era el Rogg, era una gigantesca roca sobre la cabeza de Grime. A pesar de su falta de ejercicio, el sapo la tiró sobre el grupo y todos intentaron ser aplastados, saltando fuera de su camino. La piedra cayó por el acantilado, haciendo ruido solo después de un silencio pesado. La cansada salamandra recupero el equilibrio y se dirigió a Sunny.

—Lo lamento, no quería que lo descubrieras así. Es verdad, te engañé, pero —Bajo la espada— estoy arrepentida.

Sunny no dijo nada. Sasha se acercó y apuntó su espada al cuello de Olip:

—Vete, no me voy a retractar

—Pero Sasha... —Dijo Sunny—

—Me escogiste a mí sobre ella ¿no? Hazme caso.

—Pero somos amigos, detente.

—Soy tu amiga y sé que es lo mejor para ti.

Quizás no era tarde para elegir. Sunny lanzó su lengua, enrollándola alrededor de los brazos de Sasha, antes de que diera la estocada. Forcejeó con los brazos de la humana, dándole la oportunidad a Olip de tomar sus dagas. Pero, sin que lo viera venir, Grime arrojó a Sunny al suelo de un golpe, liberando los brazos de Sasha. La humana de inmediato terminó la estocada, cortando la mejilla de Olip. A lo que reaccionó empujando la espada con una de sus dagas. Devolviendo un ataque que fue esquivado por la humana.

Sunny se reincorporó y recibió otro golpe de Grime. La rana saltó a cuatro patas y luego a dos para alejarse del sapo que empezaba a perseguirlo en círculos, desviándose Sunny se vio acorralado contra el montículo del nido. Dándose la vuelta, vio como la sonrisa afilada de la rana se acercaba.

—Detente, Grime —Sin otra salida, la rana empezó a escalar el montículo— ¿Sasha? —Se dirigió a la humana al no recibir respuesta—

—No necesito más amigos que se interpongan en mi camino —Dijo Sasha, acertando otro corte a pesar de contar con solo un arma—

Sasha lanzó otro corte, al que Olip respondió chocando ambas dagas a los lados para retener el arma. Giró la cabeza, buscando al pequeño, encontrándolo ya en la cima del montículo junto el nido abandonado. El pequeño había desenfundado su daga, pero temblaba al ver como Grime se acercaba.

—Niño —Olip perdió el agarre de la espada, teniendo que dirigir la mirada a su oponente para bloquear su ataque— Entiendo si quieres abandonarme por romper mi promesa, pero nunca necesitaste de mi entrenamiento para defenderte.

Sunny al escucharla guardo la daga que le había dado Sasha en su espalda y sacó su boomerang. Grime se detuvo en seco, como si le diera una última oportunidad de defenderse. La rana inhaló lento y sintió como una corriente de aire cruzaba contra su espalda. Inclinó su mano y lanzó el boomerang como lo había hecho la primera vez. Grime se inclinó para no ser golpeado en la cara, siguió el arma con la mirada y cuando el arma dio la vuelta en el aire para regresar, simplemente se hizo a un lado como si nada.

—Ese truco ya lo sé —El sapo se acercó mientras el boomerang se perdía en el horizonte—

Grime tomó al pequeño del chaleco y lo levantó, mientras su otra mano tomaba impulso. La rana se liberó del chaleco en el último momento, dejando ver a Grime que el boomerang regresaba.

—Sapos.

Antes de que reaccionara, el boomerang chocó con la frente del sapo. Grime dio tres pasos hacia atrás y se enredó en el nido abandonado. La paja se envolvió en su pie, lo que le hizo caer del montículo de piedras contra en suelo. Sunny saltó sobre su estómago, sacándole él aliento, para enfrentar a la humana.

Sunny lanzó su lengua naranja contra el rostro de Sasha, ahora con una expresión de asco. La humana intentó liberarse de la lengua babosa con una mano, atacando a ciegas con la otra. Olip supo aprovecharlo y bajó las dagas sobre la espada al unisonó. El arma cayó de la mano de la humana para llegar bajo el pie de la Salamandra. Cuando Sasha pudo librarse de la lengua pegajosa, estaba en desventaja. Y con más furia que miedo por las armas que le apuntaban, se rindió

—En el calabozo de NewTopía te darán tu merecido, es un lindo lugar —Con eso, le había perdonado. Pero en el fondo deseaba que Sunny le diera el permiso de terminar con la rubia, pero no sería así—

—No puedo esperar a ver la ciudad —Dijo con voz grave, girando la vista hacia la rana—

Olip buscó una cuerda en su cinturón, manteniendo una de sus armas contra Sasha. Arrojó una cuerda a Sunny para que atrapara a su primera recompensa, que no era nada menos que un excapitán. Sunny entendió de inmediato y, después de hacer algún tipo de saludo militar a su maestra, corrió donde se encontraba Grime junto al boomerang. Sunny intentó tomar primero su arma, a lo que Grime, adolorido, se adelantó. Sunny avisó a Olip, pero al hacerlo Grime tomó el boomerang de ambos extremos y lo partió a la mitad.

Olip apuntó una daga a Grime y él la envistió llevando un puñetazo a su estómago. La salamandra detuvo el golpe de Grime con el brazo y se lo devolvió, seguido por un tajo que cortó a la mitad la barba del sapo. Sasha aprovechó la situación para escapar, mientras Olip abatía a Grime. Cuando la salamandra volvió a buscar a la humana, vio que tenía a Sunny.

—Espera, tengo a Grime —Dijo Olip— No vas a ganar nada lanzando al pequeño.

—Yo creo que sí, tira tus armas.

—Puedo encargarme, teniente. Vengaré mi barba —Grime intentó quitarse las botas metálicas de encima, pero falló—

Olip lo dudó por un momento, viendo que tenía más cobres de los que había visto en su vida bajo sus patas.

—Sasha —Sunny intervino colgando sobre el abismo—, recuerda la SapoTorre. Se que no somos amigos, pero no seas como la amiga que te traicionó. No eres así.

—¿Sabes por qué Anne destruyó la SapoTorre? —La humana extendió su brazo con una sonrisa— Estaba a punto de matar a su tonta familia de ranas.

Olip reaccionó de inmediato, tirando sus armas al suelo.

—Tu ganas —Soltó las cuerdas de Grime y se apartó con las manos arriba— Ahora dámelo.

—Ve por él.

Sasha dejó caer a la rana al vacío y Olip abandonó sus armas, lanzándose por él.

En el aire, mientras caían, Olip alcanzó a la rana para rodearlo con sus brazos. Él hizo lo mismo aferrándose a ella. Entonces, Olip tomó la daga guardada en la espalda del chico y en un movimiento enteró la hoja contra el borde del acantilado. El arma desgarró la piedra mientras caían, bajando la velocidad, dejando una marca y deteniéndose a unos metros del suelo.

El arma cedió después. Pero Weaver, que había estado observando, salió en el último momento y los atrapó en su lomo, llevándoselos a salvo. Sasha los vio alejarse desde la cima e intercambió una mirada con la salamandra y su compañero antes de desaparecer.

Olip y Sunny habían regresado al campamento, no habían intercambiado una sola palabra.

—¿Estas bien? —Preguntó Olip —

—Sí y ¿tú?

—Bien —Olip cubrió su cola en vendajes. Después, explotó contra la rana— ¡¿Qué es lo que estabas pensando?!

—Yo, yo. No lo sé, creí que ibas a abandonarme y luego la humana me convenció.

—¿Que? —La salamandra bajó de Weaver de un saltó— Intentaba protegerte. Y luego me diste la espalda.

—Perdón.

La rana asintió y bajó la mirada al suelo mientras era regañado. Se merecía esto y más, había arruinado todo otra vez. Pero Olip lo entendió, aún con una vena en su cara apunto de explotar, entendió al pequeño y dejó ir la ira.

—Pero yo te mentí... —Olip subió el mentón de la rana para que la mirara— supongo que estamos a mano.

—¿No vas a dejarme? Creí que eso querías.

—Eso fue antes, necesito a mi pequeño aprendiz.

—¡Gracias!

Sunny abrazó a Olip con fuerza mientras lo decía, ella no supo cómo reaccionar al principio, pero en un instante puso su mano sobre Sunny y le dio unas dos palmaditas en la espalda.

Sasha había abandonado la cima y estaba bajando el Peñón junto a Grime, que se apoyaba con su brazo sobre su amiga. Sasha tenía otra vez el rostro decidido que el Sapo conocía tan bien.

—Es bueno tenerla devuelta, Teniente —Dijo Grime—

—No volveré a equivocarme, Grimi; Tomar la capital, eso es lo único que importa. Tu descansa, yo nos llevaré a la SapoTorre.

FIN