Summary: Hermione va a su cafetería favorita a beber un rico café, sin saber que el destino es extraño y la vida trae sorpresas.

Aclaración: Ninguno de estos personajes me pertenecen, Harry Potter junto con toda la franquicia les pertenece a sus respectivos creadores, yo solo los tomo prestados sin permiso para hacer estos Fanfics.

Este es un fic para el "Reto amiga secreta para el segundo aniversario del grupo LTDDM" Mi amiga secreta es LidiaIsabel, espero que lo disfrutes … porque estoy ebria escribiendo esto porque como estas enterada tengo una botella de vodka en la mano para celebrar el aniversario ¡Love you!

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¡Ahora a leer!


Un café, una bufanda y recuerdos de un antiguo amor

"Corriendo del pasado, tropezando con el ahora.

Lo que está perdido se puede encontrar, es algo obvio" – Edge of great

1.-

No recordaba cuanto tiempo llevaba caminando por las frías calles del Londres muggle, dio una mirada rápida a su alrededor y no se extraño al estar completamente sola en la calle, después de todo era pleno invierno.

Se metió las manos en los bolsillos del abrigo para que no se le congelaran e internamente se llamó estúpida por haber dejado los guantes en la escuela en donde trabajaba. Con el viento su cabello desordenado se le iba al rostro y no encontraba forma de amarrarlo de una manera más decente, se cruzó de brazos acelerando el paso esperando llegar pronto a la cafetería.

Caminó por un largo rato acomodando más de una vez su bufanda verde alrededor de su cuello, esperando de la mantuviera caliente hasta llegar. Cruzó en una esquina y sonrió al ver su cafetería favorita aun abierta.

Entró sin quitar la sonrisa de su rostro y el olor a café de vainilla la inundó por completo, Lizzie se lanzó a los brazos de Hermione en el instante en que escuchó la campanilla de la puerta.

Elizabeth era la mesera de la cafetería, durante los últimos tres Años Hermione había pasado más tiempo ahí que en su propia casa, porque cambiar de aires siempre era bueno y el ambiente del lugar era tan acogedor que terminó siendo cliente frecuente. Grande fue su sorpresa cuando se enteró que ella y Oliver Wood estaban comprometidos y ella era una bruja.

El mundo siempre era demasiado pequeño, o al menos eso pensaba Hermione.

— ¿Lo de siempre? — Preguntó Lizzie tomando su libretita — Puedo agregar un pastelito con el café.

— Si agregas unas galletas estaré agradecida — Respondió Hermione.

Se dirigió hacia los asientos junto a la ventana, dejó su bolso y su bufanda en el asiento de al lado y se debido a observar como la poca gente que caminaba por fuera del local se encontraba corriendo. Frunció el ceño y suspiró sacando un libro de su bolso.

Estaba lloviendo.

La campanilla de la puerta volvió a sonar, Hermione miró sobre su hombro, pero solo era un muchacho completamente empapado, llevaba un saco negro y un sombrero del mismo color, en su atuendo sobresaltaba una bufanda roja que la tapaba parte del cuello y rostro.

Volvió a mirar su libro intentando tener un poco de paz mental después de una semana terrible, que comenzó con el peor cumpleaños de su vida y que terminó con Ronald Weasley demostrando lo cobarde que era en el tema emocional.

Había estado saliendo con Ronald desde hacía casi tres años, él había seguido una carrera como jugador de Quidditch mientras que ella había preferido irse por el camino de la educación… Muggle. Sentía que estudiar para ser maestra era poder reconectarse con sus raíces de alguna u otra forma, ahora a sus 25 años tenía un trabajo estable y pensaba que tenia una persona que la entendía a su lado.

Pero había estado realmente equivocada.

A pesar de haber sido su novia por tanto tiempo ella sentía la monotonía de su relación, que todo era extraño e incómodo, pero evito sacarlo a la luz, pensando que quizás era porque de alguna u otra forma su subconsciente extrañaba alguien más.

Siempre descartó esa teoría.

Dejo su libro aun lado cuando Lizzie le dejó el café y el pastelito sobre la mesa. La chica le desordenó el cabello más de lo que ya de por si lo tenia provocando que Hermione arrugara la nariz.

— ¿Cómo sigues? Me enteré de lo que pasó — Dijo Lizzie sentándose frente a ella. —¿Ron se llevó las cosas de tu departamento?

Hermione rodó los ojos mientras bebía de su café

— No, mandó a su nueva novia a buscar su ropa y sus álbumes de estampillas de Viktor Krum — Respondió Bufando — Escuchar a Lavender decirme "No es nada personal, pero espero que entiendas que ya no son novios. Por lo que no deberías pasearte por la madriguera… ya sabes" fue tan estúpido, pero más estúpido fue que él estaba escondido tras ella todo el tiempo como si yo fuera a golpearlo.

—¡Debiste hacerlo! ¡Que cretino! — Gritó Lizzie golpeando la mesa — ¡Y Lavender fue toda una maldita! Dioses, no sabes lo que dice el periódico sobre ti…

— No lo se y no me importa — Hermione suspiró — La relación no iba a ningún lado, pero al menos pensé que nos respetábamos, me equivoqué. Esto rompió nuestra amistad y espero no tener que verlo en un largo tiempo.

Mordió el pastelillo y volvió a abrir su libro esperando de esta manera dar por cerrada la conversación, pero Lizzie seguía con un montón de cosas por decir así que no le quedó de otra que guardarlo y beberse el café mientras escuchaba a su amiga hablar mal de Ronald Weasley, no le dio mucha importancia hasta que la conversación volvió a Lizzie una consejera del amor.

— Hermione mereces amor, de ese que te hace sentir, no una relación estúpida y monótona que solo te hacia sentir sola. Ojalá tan solo volvieras con ese muchacho, ya sabes, ese novio secreto, El de la historia de la tanga

Hermione se ahogó con el café que estaba bebiendo, sintió como la cara se le ponía roja por los recuerdos que intentaba borrar sin mucha suerte.

— Mujer, que el café esta caliente. Bueno como te decía el de ya sabes, la tanga de Draco Malfoy…

—Liz, Cállate por amor a Merlín. — Tomó una bocanada de aire antes de continuar — Además él y yo no podríamos haber estado bien… — Se rascó la nuca evitando decir algo que dejaría al descubierto cosas que Lizzie realmente no sabía — Éramos diferentes, y el realmente nunca podría haber sido mío porque…

La conversación fue interrumpida por la llamada de atención de otro de los meseros que tomó de la oreja a lizzie para ponerla a trabajar.

¿Qué sería de él?

Hace años que no había tenido contacto con Draco Malfoy, pero no había día en que Hermione no pensara en él. A veces era solo algún recuerdo en su mente mientras se bebía un café u otras veces simplemente se pasaba el día limpiando sus estanterías tratando de que su mente dejara de darle ideas de volver a hablarle.

Había salido con él desde su octavo año en Hogwarts, siempre a escondidas. Ambos se habían vuelto compañeros de trabajos y de lectura en la biblioteca, por lo que poco a poco las conversaciones con respuestas cortas se volvieron largas conversaciones hasta las dos de la mañana sobre filosofía, música y vida.

Realmente lo había amado… querido.

Se terminó el café con rapidez, tomó su bolso y dejó el dinero sobre la mesa con una muy bonita propina, se despidió de su amiga con la mano y salió de la cafetería con rapidez.

En pocos segundos quedó empapada por la lluvia, pero caminó lo más rápido que pudo hacia la parada de autobús porque se estaba volviendo un gatito empapado por la lluvia.

Estaba tan inmersa en sus pensamientos no se dio cuenta que un auto se acercaba a toda velocidad, directo a un charco de agua junto a la acera en donde Hermione se encontraba, pero el agua nunca llegó porque frente a ella corrió un muchacho con abrigo negro que la protegió abrazándola.

Lo primero que pensó era que el aroma se la hacía familiar.

Lo segundo era que un desconocido la estaba abrazando.

Lo apartó con rapidez, pero luego de empujarlo lejos de ella se sorprendió al encontrarte con nada más y nada menos que Draco Malfoy, con todo su abrigo negro mojado, una bufanda roja alrededor de su cuello y un gesto de sorpresa muy similar al que Hermione tenia en su rostro en ese momento.

— ¿Qué… que haces aquí? — Preguntó ella sintiendo como sus dientes castañeaban a causa del frio.

— Olvidaste esto en la cafetería… — Respondió extendiendo hacia ella la bufanda verde que acababa de notar que no traía puesta. — Pensé que no la volvería a ver, me alegra saber que mi vieja bufanda sigue en buenas manos.

Hermione tomó la bufanda con cuidado y se la colocó alrededor del cuello sin salir de su shock inicial. Él estaba ahí, frente a ella había estado en la cafetería y recordaba la bufanda. Se abrazo a si misma porque sentía frio y notó que la bufanda que él tenia en su cuello era la que solía pertenecerle.

— Digo lo mismo, la sigues teniendo. Pensé que la había perdido hace mucho tiempo…

— Bueno, Granger, te llevaste la mía lo mínimo que podía hacer que quedarme con la tuya — Se encogió de hombros colocando sus manos en sus bolsillos — Un intercambio equivalente.

— Me parece un trato justo, Malfoy.

Ambos sonrieron mirándose, era casi imposible ese encuentro. Ambos en el Londres muggle, ambos en la misma cafetería, ambos son la antigua bufanda… parecía algo completamente surreal.