Estos personajes no me pertenecen, solo los utilizo con fines de entretener a los demás
Dedicada a mi hija Naty
Una noche en el Maid Café
No era una misión, definitivamente no lo era ¿como terminó con un par de orejitas de gato en una foto instantánea, abrazado con esos dos? , el no escuchaba a Muzan, su vergüenza le provocaba un sonrojo mal intencionado cada vez que recordaba la bochornosa situación que había vivido unas horas atrás.
Volteó a su lado y Kokushibo se mantenía serio, con sus brazos cruzados sobre su quimono abierto en el pecho, sabia que el no prestaba total atención, a su otro extremo Douma, quien perfectamente y a pesar de no perder de vista al mayor en ese momento, lo que menos estaba haciendo era escuchar al señor Muzan y su hermosa retroalimentación y finalmente estaba él, el gran Akasa, la tercera luna, sintiéndose señalado por el ceño fruncido de su molesto jefe.
— La orden fue muy clara — dijo Muzan en un escalofriante susurro entre dientes — … les dije que tomaran un tren y que fueran al maid café y que en la entrada encontrarían un tipo que les daría algo muy importante… ¡en ningún momento les dije entrar!… las instrucciones estaban claras en el pergamino.
Akaza cerró sus ojos, lleno de ira, cólera y ganas de estrangular a esos dos estúpidos que tenia a ambos lados.
— ¿Hay algo que quieran decir?
Muzan se cruzó de brazos, con sus ojos enrojecidos, tambaleando sus dedos en signo de desesperación, no podía creer que tres de sus demonios mas fuertes le hubiesen fallado.
— Em … señor, en mi defensa… – Douma pidió la palabra en un gesto casi invisible, y las miradas de los tres cayeron sobre el.
— -¡Por que mejor no te callas!… todo esto es tu culpa… — Akaza se puso de pie lleno de frustración
— Que? - Douma se puso de pie también — tu psicosis con mi eterna perfección hizo que nos metieras en problemas
— Señor no es como usted piensa, ni como Douma esta a punto de decir , si me deja explicar…
— Adelante… — el demonio mayor se quedo en silencio y esperó — al menos quiero que mueran sabiendo que pudieron explicar la bochornosa escena que tuve que presenciar…
Los tres tragaron fuerte.
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La noche apenas y comenzaba, la gente iba y venia de sus trabajos, algunos cansados y otros apenas recién bañados para comenzar su labor, nadie podía imaginar que en medio de tantas personas, tres demonios, tres lunas para ser exactos se movían con naturalidad hablando entre si como buenos amigos o al menos lo aparentaban.
Finalmente y luego de varias horas tratando de ubicarse en un japón aun mas moderno que el que ellos recordaban dieron con la ubicación, con ayuda de Douma claro, quien era el encargado de leer las instrucciones y se suponía tenia mas conocimiento del lugar.
Se quedaron de pie,frente a un edificio de varias plantas con un enorme letrero de letras de colores muy llamativo "maid café" en silencio, un poco inseguros.
— Estas seguro? — Akaza, finalmente y aun desconfiando de la capacidad de este ultimo para ubicar los puntos cardinales, tomo con rapidez el pergamino que había sido entregado por el señor Muzan para guiarse en la misión, con tan mala suerte que entre tanta gente empujándoles este cayó al suelo desintegrándose bajo las pisadas de las personas.
Tenían dos opciones, una era regresar y pasar por la onda pena de pedir instrucciones de nuevo a sabiendas que su señor los exprimiría como trapeador sucio y la otra era seguir con lo poco que recordaban y terminar antes que el sol saliera de nuevo.
— De una u otra forma teníamos que llegar aquí no? — Kokushibo quien se había mantenido en silencio les coloco ambas manos en los hombros — ademas lo que vayamos a buscar a de estar dentro y no fuera de este lugar — dijo esta vez cruzando sus brazos de nuevo.
Las otras dos lunas le voltearon a ver.
— Sabes que Kokushibo? tienes razón… — Douma se adelanto tomando el esta vez a ambos demonios por sus brazos arrastrándolos hasta el interior — que tenga lo que tenga que pasar …
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De una vez y apenas colocando un pie dentro del establecimiento Akaza se quedo en silencio, con sus ojos bien abiertos, viendo como las luces, los colores y las chicas vestidas de criadas millonarias con sus trajes negro y blanco les saludaban y rodeaban de manera efusiva colocándoles collares de flores tipo hawaiano que él retiro como si tuvieran algún pica pica , para cuando se dio cuenta ya estaba sentado en una mesa para tres y Douma ordenaba unas bebidas.
— Espera… no deberíamos estar ordenando algo de tomar, tenemos que buscar lo que …
— Relajate Akaza… — Douma le interrumpió — haremos la misión, regresaremos a tiempo y veras que nadie se dará cuenta, ni el señor Muzan ¿cierto Kokushibo ?
Ambas lunas se quedaron viendo extrañados y Kokushibo simplemente levantó sus hombros.
— Tu has que lo que quieras, pero yo iré a …
— Bienvenidos al Maid Cafe – una hermosa jovencita lo interrumpió sentándole de nuevo, lista para tomar la orden — que va a tomar caballero?.
Akaza no tuvo mas opción que sentarse y ordenar abrumado por la linda chica quien sin dejar de sonreír esperaba atenta.
¿Como una humana sin algún poder especial tenia ese tremendo poder de no dejarle salir de ahí? y aun peor, ¿en que momento llegó su pedido en un glamouroso vaso de vidrio adornado con masmelos de colores pastel haciendo formitas adorables? Para cuando levantó su vista de nuevo su frustración llegó a un máximo nivel , viendo como Kokushibo tomaba de su batido con unas pequeñas orejitas de gatito mientras Douma literalmente dopado de dulce cantaba una canción junto a las hermosas jovencitas, estaban en grandes problemas si no completaban la misión que en ese momento ya ni recordaba, se puso de pie e hizo señas a la segunda Luna para que se acercara.
Algo molesto Douma se agachó hasta casi rosar su nariz, movimiento que Akaza utilizo para tomarlo del cuello y verlo con fiereza a los ojos.
— Deja de estar perdiendo el tiempo y vamos a buscar lo que el señor Muzan quiere que encontremos.
Douma se libero y con un rápido ademan le coloco unas orejas de gatito parecidas a las de Kokushibo.
— Relajate… solo mira que adorables estas chicas…
Akaza se arranco las orejas y las hizo añicos con sus manos, para luego jalar a su compañero demonio quien se reía tras cada zarandeada , finalmente y sin muchos ánimos Kokushibo se puso de pie tomando a una de las lunas con una de sus manos, y a la otra alejándola con su pie en el pecho mientras en un rápido movimiento terminaba su batido de chocolate y fresa, para luego sumarse a la paliza que se estaban brindando , todas las personas salieron del local atemorizadas por las golpizas de esos hombres que parecían inmortales, dejando todo en evidencia tras una foto de una de las empleadas quien la tomo y dejo en la mesa antes de salir despavorida.
La pelea continuó hasta que un fuerte golpe los separo a los tres, quienes furiosos se voltearon para toparse con una hermosa mujer quien con solo un parpadeo les traslado al castillo.
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— … Y eso fue lo que pasó… — dijo un muy molesto Akaza — si este imbécil de Douma no hubiese estado cantado karaoke con esas chicas nada de eso hubiese pasado…
— También Kokushibo estuvo implicado — dijo Douma. — y por cierto muy elegante señor, esa apariencia de mujer le queda fenomenal.
— Yo solo quería separarlos… — dijo en su defensa con sus ojos cerrados.
Muzan los vio de uno en uno, se quedo en silencio pensativo y finalmente tras escuchar lo que tenían que decir chasqueo sus dedos vistiéndoles de empleadas domesticas.
— Una semana serán las criadas de las demás lunas.
— Pero…
— Los tres… sin protestas
Dijo Muzan saliendo por la puerta principal muriendo de risa mientras las lunas regresaban a una pelea sin fin.
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