Todo parecía ser un día como cualquier otro en el cuartel, Trafalgar estaba haciendo sus típicas actividades de diario, firmar papeles, entrenamientos y demás, era obvio él era el capitán y jefe de aquella sección tenía que hacerse cargo de muchas cosas y a su parecer lo hacía bien, estaba casi seguro de que si en aquellos momentos lo viera su amado padre adoptivo, Donquixote Rosinante, estaría muy orgulloso de lo que había logrado, pues la paz reinaba en la isla en la que estaba a cargo, claro que siempre podía ir al verlo y preguntar sin problema alguno ya que el cuartel general de la marina donde esté se encontraba, estaba a pocos minutos de ahí, ya que a final de cuentas Rosinante es un vicealmirante bajo las órdenes de Kuzan.
Y aunque realmente sus ocupaciones le impedían esto la mayoría de las veces al final siempre tenía un tiempo para ir a visitarlo, pero volviendo al tema anterior Law se encontraba haciendo sus deberes, pero realmente ya se había aburrido de estar encerrado por lo que tomó la gran decisión comenzar sus rondas de patrullaje lo cual realmente era su excusa para abandonar su puesto actual y liberarse un poco de su ajetreada agenda. El salir a ver cómo los rostros conocidos de siempre le saludaban e incluso le obsequiaban cosas le era gratificante y pensaba que de seguro "Cora-san", (nombre con el que conoció a Rosinante) se sintió de esa misma forma cuando lo salvó hace ya tantos años
El chico se había tranquilizado bastante tras la llegada de Cora-san, luego de aquellos días en donde se mostraba rencoroso hacia el mundo entero por la tragedia que había ocurrido en su ciudad natal. Es cierto que aún guardaba resentimiento hacia el gobierno que había permitido que su familia y amigos murieran de manera tan cruel, pero precisamente por esa razón Cora-san lo había ayudado a aceptar su pasado y en lugar de vivir con odio logró tomar esa frustración para intentar cambiar el sistema desde adentro. Él había decidido convertirse en marine para evitar que otra tragedia como la de Flevance volviera a ocurrir y también porque quería demostrarle a Cora-san que podía cumplir sus expectativas y ser alguien de quien se pudiera sentir orgulloso.
Justo había optado por ir a uno de sus cafés favoritos para descansar un poco cuando su tranquilidad se vio interrumpida por algo que no esperaba. De pronto, en mitad de la calle apareció un chiquillo del cielo. Este tenía puesto un chaleco rojo junto a unos pantalones pescadores de mezclilla y unas sandalias un tanto desgastadas. Lo más llamativo de su apariencia era ese característico sombrero de paja en su cabeza el cual le impidió ver su rostro, pero no era necesario hacerlo para saber de quién se trataba. Esa era la vestimenta típica de Mugiwara no Ace, el hombre que le había declarado la guerra al gobierno mundial, se había infiltrado en Impel Down y había participado en la guerra de los mejores para intentar salvar a su hermano mayor, puño de fuego Sabo. Después de que fallara en salvarlo había desaparecido durante dos años, pero ahora estaba de vuelta, aunque no se esperaba verlo por esos rumbos.
A decir verdad, le tenía un poco de respeto a Ace por haberle declarado la guerra al gobierno, pero eso no evitaba que se sintiera en la necesidad de capturarlo. No era la primera ocasión en la que se enfrentaba al pecoso, habían tenido encuentros en el pasado, pero al final el chico era escurridizo y siempre lograba escapar de una manera u otra. En realidad, Law no odiaba a Ace, de hecho, le agradaba, pero a veces tenía que intentar cumplir su deber, aún si el chico no le desagradaba del todo. Con eso en mente lo había seguido hasta el callejón y había comenzado a atacar. Pero había algo extraño… De alguna manera el chico se comportaba diferente.
Grande fue su sorpresa cuando siguió a Mugiwara-ya nuevamente fuera del callejón para por fin ver su rostro y detenerse en seco. Ese no era Ace… Era su hermano mayor Monkey D. Luffy, el segundo al mando de la armada revolucionaria comandada por Gol D. Roger, el peor criminal de la historia. Encontrarse con ese chico sería probablemente más problemático que enfrentarse a Mugiwara-ya, pero de alguna manera le hacía feliz volver a verlo.
La primera vez que conoció a Luffy-ya fue en una ocasión donde acompañó a Cora-san a una misión para intentar controlar una revuelta de los ciudadanos quienes estaban siendo animados por la armada revolucionaria y habían mandado a su padre adoptivo a controlar la situación. Law lo había acompañado pues deseaba observar el mundo con sus propios ojos, pero tras separarse de su protector, uno de los marines no lo había reconocido como el hijo adoptivo del Vicealmirante Rosinante y había intentado atacarlo por la espalda. Trafalgar había estado a punto de defenderse, pero antes de que pudiera siquiera intentar nada, había aparecido un joven bien vestido con una camisa de vestir blanca, un traje azul ultramar con abrigo negro, un par de botas largas del mismo color que su abrigo y un característico sombrero de copa que en la base tenía un par de goggles, el cual había llegado a salvarlo con una patada voladora que mandó al marine lejos. El chico tenía el cabello oscuro y la piel semi tostada, era un mocoso que llevaba cargando consigo un gran tubo de metal y quien a pesar de su edad se veía bastante fuerte.
Luffy-ya lo había confundido con un ciudadano y le brindó ayuda para lograr que evacuara. En ese momento Law no sabía que ese chico era parte de la armada revolucionaria, así como Luffy-ya tampoco sabía que Law era el hijo del vicealmirante. En el camino habían hablado bastante y se habían hecho buenos amigos. Desde ese primer encuentro ya habían pasado 10 años, pero habían tenido encuentros en diversas situaciones y aunque eran enemigos, seguían llevándose bien y a Trafalgar no le gustaba realmente tener que pelear con él, así que si podía evitar enfrentamientos directos lo hacía.
Al verlo vistiendo esos pedazos de tela nada típicos de su elegante traje azul fue suficiente pista para que Law supiera que el chico estaba disfrazándose como su hermano menor para ayudarlo a huir. No era la primera vez que lo hacía, de hecho, era un chico bastante sobreprotector con el pecoso ya que siempre estaba dispuesto a destruir a quien quiera que intentara meterse en el camino de Ace.
Cuando escuchó los pasos de sus subordinados acercarse no pudo evitar tomar a Luffy-ya por detrás cubriendo su boca para que no hiciera ruido. Ahora que sabía que tenía que enfrentar a su amor platónico, la verdad es que prefería ayudarlo a pasar desapercibido. Una vez pasado el peligro se aseguró de mirar nuevamente de pies a cabeza al hombre que en diversas ocasiones lo había rechazado y no pudo evitar sonrojarse al notar el abdomen descubierto del chico. Había algo diferente en él, no solo en la vestimenta… Incluso su rostro se veía más aniñado y no alcanzaba a entender qué estaba sucediendo.
Estaba a punto de cuestionarlo sobre varias cosas cuando una única frase dicha de los labios del menor lo descolocó por completo.
—¿Ya averiguaste dónde estamos? —preguntó Luffy-ya sorprendido— ¡Torao eres genial!
—¿Eh? —soltó al aire— ¿Cómo me llamaste?
¿Torao? ¿Luffy-ya lo había llamado Torao? ¿Qué estaba sucediendo aquí?
El chico normalmente solía ser bastante serio y centrado. Siempre que se dirigía a él lo llamaba Trafalgar o Law… Pero nunca había usado un apodo y menos uno tan infantil como "Torao". Esto era algo que no pegaba mucho con su personalidad tranquila. Así que cuando su cerebro alcanzó a procesar que la persona de la que estaba enamorado le había puesto un sobrenombre no pudo evitar que su corazón empezara a bombear sangre a gran velocidad la cual subió a su rostro y terminó en un gran charco de sangre expulsado por su nariz.
«Luffy-ya me puso un sobrenombre, él me dijo Torao… Por todos los cielos que feliz estoy ¿Qué es esta sensación en mi pecho? ¿Por qué se siente tan bien esto? Suena muy lindo… Es muy adorable» pensaba el marine mientras temblaba en el piso de la emoción golpeando el suelo con su mano al momento que se mordía el labio intentando evitar soltar un grito de emoción. Que el chico enfrente suyo hiciera eso era algo para nada usual
— Hey Torao… ¿Qué pasa? ¡Torao! —gritó el menor preocupado tras ver a su aliado en el piso— ¿Estás bien? ¡Torao!
Cada grito en lugar de ayudar al marine lo único que provocaba era darle otra convulsión de felicidad y sin poder evitarlo había empezado a reír mientras intentaba reponerse. Era bien sabido para sus personas más allegadas que él estaba interesado en el revolucionario. Incluso Luffy-ya sabía de sus sentimientos, pero siempre que podía lo rechazaba. Tal vez por eso se había esforzado en mantener la distancia y el formalismo en su manera de hablarle cada ocasión que se lo topaba. Cuando eran más pequeños solía llamarle Law, pero en algún punto empezó a comportarse un tanto más frío y fue rebajado nuevamente a ser llamado simple y sencillamente como Trafalgar, lo cual lo había desanimado pues esta era la muestra clara de su amor no correspondido. Es por eso qué consideraba que ese apodo era un avance enorme en su intento de conquistar al menor.
—Mugiwara-ya aléjate de ese sujeto… Es peligroso —pudo escuchar la voz de un tercero lo que obligó al marine a levantar la mirada sólo para sorprenderse viendo una copia exacta de él parado atrás de su amado.
—¿Eh? —exclamó el monito mientras miraba sobre su hombro— ¿Torao? ¿Eh? ¿Cómo? —balbuceó— Pero si estás allá… ¿Eh?
Ok… Esto era mucho para procesar en poco tiempo ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Quién era ese sujeto que se hacía pasar por él? ¿De dónde había salido? ¿Cuál era su objetivo? ¿Por qué había llamado Mugiwara-ya a Luffy-ya? y lo que es más importante… ¡¿Por qué demonios estaba abrazando a su futuro novio?!
—¡Oye tú! ¡No toques a Luffy-ya! —gritó el marine mientras se ponía rápidamente de pie al momento que desenfundaba su espada— ¿Quién rayos eres? ¿Por qué estás usando mi apariencia?
—¡Ja! ¿Tu apariencia? —respondió nuestro Law al momento que mostraba sus dientes aún sin soltar al menor de su agarre— Más bien… ¡¿Tú por qué estás haciéndote pasar por mí?! ¿Acaso eres usuario de la mane mane no mí?
—¿Mane mane? —preguntó Luffy intrigado mientras volteaba su mirada a observar al Law que seguía abrazándolo de la cintura— Torao… ¿Cuál es la mane mane no mí? me suena de algo… Pero no recuerdo de donde…
—Es la fruta del diablo que te permite tomar prestada la apariencia de otras personas —respondió el pirata sin despegar su mirada de su enemigo.
—¡Ah! ¡La fruta de Bon-chan! —gritó el monito mientras se alejaba de Law y se acercaba felizmente al marine —¿Eres tú Bon-chan? ¡No puede ser! ¿Cómo escapaste de Impel Down? ¡Estoy muy feliiiz! —dio pequeños brincos mientras las lágrimas de cocodrilo se desprendían de sus ojos.
—¿Quién es Bon-chan? —preguntó el marine sin comprender solo para después negar con la cabeza— ¡No te dejes engañar Luffy-ya! ¡Yo soy el verdadero Law! ¡Ese sujeto de allí está intentando confundirte!
—¿Ah? —exclamó el menor mientras regresaba su mirada hacia atrás para después mirar al marine y de nuevo al otro Torao— ¿Cómo? ¿Eh? ¿No eres Bon-chan? —le preguntó al chico de blanco.
—No…—respondió simplemente.
—¿Entonces tú eres Bon-chan? —preguntó en esta ocasión al Law que lo había abrazado por la espalda quien también negó con la cabeza— Yo…—hizo una larga pausa mientras seguía retrocediendo, alejándose lo más posible de ambos hombres— Estoy confundido —declaró.
—Esa es mi línea —respondieron ambos Laws, aunque uno respondió tranquilo, mientras que el otro gritó.
—¡Hey tú! ¡No le grites a Luffy-ya!
—¡Cierra tu puta boca! Yo le hablo a Mugiwara-ya como se me pega la gana ¡Ningún impostor me va a dar órdenes sobre cómo debo tratar con él!
—¿Mugiwara-ya? ¿Cómo que Mugiwara-ya? —arqueó una ceja— No veo a Mugiwara-ya por ningún lado… ¡Yo hablaba de Luffy-ya! —lo señaló logrando que el chiquillo ladeara la cabeza en un gesto confundido.
—¡Él es Mugiwara-ya! —explotó Law.
—¡Por supuesto que no! ¡Mugiwara-ya es Gol D. Ace!
—¿Ace? ¿Por qué mencionas a Ace? —Luffy frunció el ceño cada vez entendiendo menos.
—¿De qué hablas Luffy-ya? sabes que es el apodo de tu hermano menor ¿Por qué actúas como si no supieras?
—¿Hermano menor? — preguntó con tono de reproche antes de comenzar a carcajearse —¡Yo no tengo hermanos menores! ¡Solo mayores!
—¿Ah? —exclamó el marine confundido— ¿De qué hablas? Ace es tu hermanito… Siempre andas amenazando a todos con quemarlos vivos si lo tocan.
—¡Deja de hablar de Ace! ¡Te patearé el trasero! —gruñó molesto— ¡Y para tu información Ace era mayor que yo!
—¿Era?
Hubo un silencio bastante incómodo en el que nadie supo qué más decir hasta que cierto pirata aliado rompió con ese maldito ambiente sofocante.
—No hables con este impostor Mugiwara-ya, sólo está diciendo disparates. Alejémonos por el momento mientras descubrimos qué rayos está pasando.
—¡Si! —contestó mientras comenzaba a correr al lado de Torao al momento que el marine empezaba a perseguirlos.
—¡Espera Luffy-ya! —grito el marine— ¡No lo escuches! ¡Ese sujeto está engañándote!
—¡Cállate! ¡Y deja de seguirnos! —respondió el cirujano de la muerte.
—¡Yo soy el verdadero! Tú deberías reconocerme ¡Somos amigos! —la palabra "amigos" fue suficiente para que Luffy detuviera sus pasos y se girara a mirar al chico marine.
—¿Amigos?
—¡Por supuesto!
—¡Es la primera vez que Torao dice que somos amigos! —festejó mientras levantaba ambos brazos en el aire.
—¡Oi! ¡Ya te dije que ése es falso! —suspiró su aliado.
—Si estás tan seguro de que eres el verdadero entonces no tendrás problemas con dejar que Luffy-ya decida examinarnos.
—¿Cómo? —preguntó mientras chasqueaba la lengua— ¿De verdad quieres que este idiota reconozca algo más allá de su nariz?
—¿Qué es esto que escucho? ¿Miedo? ¿Tienes miedo de que él sepa que YO soy real y tú sólo una copia?
—¡¿Qué dijiste?! ¡Repítelo y te rebano!
—Oigan… No creo que yo… —Antes de que Luffy pudiera responder ambos lo interrumpieron.
—¡Luffy-ya/Mugiwara-ya! —gritaron los dos al mismo tiempo mientras miraban al menor buscando que este diera su veredicto.
—¿Eh? ¿Eh? ¿Cómo?
—¡Di cuál es el real! —sentenciaron.
—Ehhhhhhhhh…. —Exclamó fastidiado mientras empezaba a mirar a ambos hombres sin saber bien
qué rayos decir.
Esta era una tarea titánica para un hombre como Luffy, quien ni siquiera podía averiguar quién estaba debajo del disfraz de Sogeking. Los dos Toraos eran completamente idénticos, era como ver un reflejo en el espejo. Incluso su tono de voz y esas expresiones de molestia eran la copia exacta de la otra. Pero Luffy sabía que uno de esos dos era su aliado mientras que el otro era un impostor y no se sentiría a gusto si no era capaz de reconocer a la persona con la que había peleado hombro a hombro para derrotar a Doflamingo. De manera que aun cuando odiaba sobre pensar las cosas se dispuso a poner bastante atención a la tarea que tenía por delante.
Mirando de un lado a otro colocó su mano en su barbilla en una pose pensativa mientras ladeaba la cabeza a un costado sin dejar de mirar cada pequeño detalle de los hombres que decían ser Torao. Por una parte, estaba el Torao número 1 el cuál se veía más parecido al que siempre lo acompañaba, tenía ese pantalón con pequeñas motas cafés y su gabardina negra con la palabra "corazón" en la espalda y por otra parte estaba Torao número 2 quien se veía completamente extraño vistiendo ropas de marine.
La lógica hubiera respondido de inmediato que SU Torao era el Torao número 1… Pero la lógica no funcionaba de igual manera en Luffy. De manera que esas no eran pistas suficientes para que diera una respuesta… Torao podría estar disfrazado de marine… La ropa solo era ropa así que… ¿Qué otra cosa podría darle la respuesta?
¿La manera en que le hablaban? ¡Si! ¡Eso era importante! Uno lo llamaba por su nombre mientras que el otro se dirigía a él por medio de su apodo. Torao le había llamado Mugiwara-ya desde el día en que se conocieron así que le resultaba extraño que le dijeran "Luffy-ya". Por lo tanto… El verdadero Torao debía ser aquél que le decía "Mugiwara-ya" ¿no?
—Este… —balbuceo Luffy mientras retrocedía dos pasos aún sin quitar su pose pensativa empezando a ponerse rojo de tanto esfuerzo mental.
Pero, un momento… ¿Quién de los dos lo llamó Mugiwara-ya? ¿Torao número 1 o Torao número 2? ¡Maldita sea! ¡No había puesto suficiente atención!
—Yo… Yo... no sé… —seguía balbuceando mientras se sobaba la sien al sentir el naciente dolor de cabeza apareciendo— El verdadero es…
Justo cuando Luffy estaba a punto de rendirse notó un último detalle, uno que había pasado desapercibido hasta ahora. ¡Torao tenía tatuajes! Luffy lo sabía porque le encantaban sus tatuajes. Desde la primera vez que lo conoció le habían parecido geniales. Incluso para una persona tan despistada como él esas marcas entintadas habían llamado su atención así que era imposible que las olvidara.
—¡Ya sé! —gritó mientras golpeaba su puño contra su palma— ¡Tú! —señaló al Torao marine— ¡Quítate la ropa!
Ante esa petición el mencionado volvió a desangrarse por la nariz al punto de que la calle parecía una escena del crimen mientras que el otro Law se notaba bastante ofendido y a punto de querer matar a alguien. No entendía porque Luffy… SU aliado le había pedido a otro hombre que se desnudara a mitad de la calle y para ser sincero odiaba que lo hubiera hecho.
—¡Qué demonios estás pidiendo! —escupió mientras sus dientes se afilaban cual tiburón.
—Es que… —infló sus mejillas de aire en un gesto de puchero— Torao tiene tatuajes —respondió el monito mientras se explicaba— No puedo ver los tatuajes de él si lleva la camisa puesta.
—¡No es necesario que se desnude para que te des cuenta de eso! —regañó al momento que se acercaba a Luffy y extendía el dorso de sus manos a la altura de la cara del menor— ¿Vez? ¡Con los tatuajes de las manos es suficiente!
—¡Ohhh! ¡Tienes razón! ¡Qué listo eres Torao! —sonrió ampliamente haciendo que el mayor sintiera el impulso repentino de abrazarlo, pero logró contenerse.
Mientras ellos hablaban el marine había logrado recomponerse y tras limpiarse los restos de sangre con un pañuelo, estaba dispuesto a unirse a la discusión cuando de pronto sintió como el monito se acercaba a él y lo agarraba de la mano, provocando que un escalofrío recorriera toda su espina dorsal. Bajando la mirada pudo ver como Luffy-ya había empezado a examinar su mano a profundidad incluso entrelazando sus dedos contra los suyos lo que provocó un inminente sonrojo en su rostro. Estuvo a punto de envolverlo entre sus brazos cuando esa maldita sabandija volvió a interponerse y jaló el chiquillo lejos de él.
—¿Ya lo comprobaste? —preguntó el tatuado.
—¡Si! —contestó seguro— Tú eres el verdadero —sonrió dulcemente observando al de abrigo negro para después fulminar con la mirada al marine— ¡Y tú eres el impostor! —gritó fastidiado.
—¿Q… ¿Qué? —contestó sorprendido mientras sentía como su corazón se dividía en dos— ¿Cómo puedes decir eso? ¡Siempre eres tan cruel conmigo! —contestó dramáticamente mientras llevaba una mano a su pecho.
—¡Deja de fingir! ¡Tú no tienes tatuajes!
—¿Y qué si no los tengo? —preguntó ofendido— Nunca los he tenido no entiendo por qué… ¡Ah! ¡Estoy harto! —declaró al momento que se ponía en posición de ataque dispuesto a recuperar a su futuro novio.
—Ni se te ocurra —respondió el Law original al momento que ponía un rostro de pocos amigos y resguardaba a su aliado detrás de él.
—¡Lo voy a recuperar! —gruñó el marine— No sé qué clase de brujería usaste para engañarlo, pero todo terminará cuando te derrote.
—Por primera vez estamos de acuerdo en algo —sonrió ladinamente el de gorro moteado— Estaba teniendo ganas de cortarte desde hace un buen rato.
Ambos Trafalgar habían empezado a ser recubiertos por un aura extraña. Se veían como perros rabiosos a punto de atacar a la primera persona que se les cruzara por el camino. Eran dos bestias territoriales dispuestas a asesinar a la persona que intentara siquiera tratar de robar lo que les pertenecía por derecho.
—¡Room! —gritaron los dos al mismo tiempo, provocando que dos cúpulas azules se formaran simultáneamente una encima de la otra provocando que el color de esta fuera mucho más oscura de lo normal— ¿Cómo? —volvieron a preguntar al mismo tiempo— ¡¿Cómo mierda puedes tener el poder de la ope ope no mi?! —se reclamaron mutuamente mientras la rabia en sus voces aumentaba— ¡Shambles! —exclamaron al momento que desaparecían de su posición para reaparecer en otro lugar y después empezar a luchar a muerte ya sin importarles una mierda lo que estaba ocurriendo.
—Mmmm…. ¿Qué se supone que haga yo ahora? —preguntó Luffy quien se había sentado en el piso cruzado de piernas mientras observaba a los dos hombres intentando asesinarse.
Continuará…
