Disclaimer: Los personajes del mundo de HP le pertenecen a J.K. Rowling
A través del veloNo levantes el velo pintado que los vivos
llaman vida, aunque formas irreales represente,
imagen engañosa de aquello en que creemos,
con colores dispersos. Detrás acechan miedo
y esperanza, destinos gemelos que entretejen
sus sombras en la sima sombría y encubierta.
A un hombre conocí de corazón sensible
que levantó ese velo buscando algo que amar,
pero no encontró nada, ni tampoco las cosas
que contiene este mundo podían agradarle.
Ignorado vivía; era luz en las sombras,
una mancha brillante en esta escena turbia,
un alma que luchaba por la verdad y nunca,
como el Predicador, la pudo hallar en nada.
P. Shelley
No podía respirar. En aquel escenario Hermione era incapaz de aceptar una bocanada de aire, y de poder haber detenido su corazón para no emitir un solo ruido lo habría hecho.
La chica podía ver unos ojos grises reflejados en un cristal, aquella gélida mirada inundaba la habitación y para su pesar, le resultaban inconfundibles. Hermione percibía el frío del lugar, aunque resultaba extraño porque su cuerpo parecía no reaccionar ante él, sin embargo, decidió concentrarse en la figura presente que yacía de espaldas a ella y miraba impacientemente a través de la ventana. La muchacha meditó sobre qué cosa esperaría ver. De pronto, oyó la lluvia caer torrencialmente y Draco Malfoy suspiró como si aquella situación no pudiese ser peor pero no desvió la vista sobre algo que había aparecido al otro lado de la ventana, Hermione quiso asomarse y el chico levantó la mirada hacia el cristal y pudo ver otros ojos que no eran los de él por unos segundos.
-Mierda… - Hermione despertó sobre su cama empapada en sudor e intentando regular su respiración. Examinó rápidamente su entorno, su varita seguía a su lado y su habitación estaba igual que de costumbre. La chica aún sobresaltada detuvo el despertador, se sentó en la mitad de la cama y con la mirada algo perdida pensó en lo hilarante de aquel sueño ¿Por qué soñó con Draco Malfoy mirando por la ventana mientras llovía?
La chica tomó una bocanada de aire y abrió la ventana de su habitación, dejando entrar un potente viento que le desordenó el cabello junto con unos papeles que tenía en su encimera. Inmediatamente Hermione tomó los papeles que habían caído al piso, uno de ellos era la última carta que le había escrito Harry.
"Hermione:
No estoy molesto ni estoy evitándote a ti ni a Ron, solo necesito que seas paciente y me concedas algo más de tiempo, estaré bien te lo prometo.
H.P."
Maldito imbécil.
En otras circunstancias jamás se habría referido de esa forma a su mejor amigo, pero en este punto realmente le cabreaba el hecho de que ella, precisamente ella, la bruja más brillante de su generación le creyó y ahora Harry ya no estaba.
Las primeras 500 veces que la leyó, la chica intentaba pensar en algún mensaje oculto o en un atisbo de esperanza, pero nunca encontró nada. Hasta la fecha no había consuelo suficiente. En este punto era capaz de recitar la maldita carta de memoria, una simple carta con un mensaje vacío. Actualmente se culpaba por confiar en él, Harry jamás era bueno con los planes, era insensato e inconsecuente con lo que hacía y lo que le pedía a la gente, especialmente en el último tiempo.
"No debí creerle"
Esa era la única conclusión a la que había llegado Hermione. Rara vez se equivocaba y eran contadas las veces en donde ella misma lograba admitirlo, pero está vez realmente le dolió y la quebró por dentro, porque la orden perdió su oportunidad de triunfar y en su caso, perdió a su mejor amigo. A veces la gente lo creía una exageración, sin embargo, ella en serio lo sentía como un hermano, uno que ya no estaba y que ya no volvería. Desde entonces, casi como efecto dominó prosiguieron una serie de hechos que terminaron desencadenando el triunfo de los mortifagos y el caos en el mundo mágico. De vez en cuando, en aquellas noches que Hermione no podía dormir pensaba en cada uno de estos hechos y analizaba una y otra vez donde estuvo el error y cuando específicamente las cosas se fueron a la mierda.
Durante su sexto año en Hogwarts ocurrieron los siguientes eventos:
Número uno: Draco Malfoy se convirtió en mortifago mientras su padre cumplía condena en Azkaban y rápidamente ascendió entre los mortifagos porque era los ojos y oídos de Voldemort en Hogwarts. Que Malfoy se convirtiera en mortifago era algo que todos esperaban y una clase de secreto a voces, ya que la orden y Dumbledore lo sabían, pero lo consideraron el menor de los males, lo cual fue en opinión de Hermione el primer error: Subestimar las intenciones y actos de Draco Malfoy.
Número dos: Harry Potter tras la muerte de su padrino Sirius, no quedó muy bien y se distanció poco a poco de todos. Al principio tuvo bastante lógica para Hermione que Harry estuviese deprimido y algo distante, se culpaba una y otra vez de no asesinar a Peter Pettigrew en la casa de los gritos y de haber sido increíblemente estúpido de caer una y otra vez en los juegos de Voldemort. Al principio Ron y Hermione intentaron razonar con él, que no era su culpa, pero más tarde los consuelos que le ofrecían eran respondidos con ira y enojo por parte de Harry. Hermione le comento esta inquietud al profesor Dumbledore y la profesora Mcgonagall, desde ese momento Harry se volvió muy cercano al director de Hogwarts y pasaba mucho tiempo con Ginny lo cual pensó que era una mejoría en él, pero al poco tiempo le preocupó que casi no les dirigiera la palabra a ella o Ron, sin una razón aparente. En diversas ocasiones intentaron hablar con su amigo sobre lo que estaba pasando y ser como antes, pero parecía ser que siempre les evitaba o estaba apurado por razones que desconocían. Cuando hablaban con la menor de los Weasley esta decía que no sabía muy bien que hacía, solo que tomaba clases de oclumancia con Snape de vez en cuando y hablaba con Dumbledore. Aquí estuvo el segundo error, Ron y Ginny pensaron que debían darle espacio y Hermione consintió esto.
Número tres: La Orden del Fénix estaba desorganizada y no tenían planes de acciones preventivos sino solo de respuesta. En un principio la Orden era un grupo activo liderado tanto por Harry entre los alumnos de Hogwarts, como por Shacklebolt y Moody entre los adultos. Sin embargo, en ambos casos los planes de acción se resumían en responder frente a un ataque de los mortifagos, pero no eran buenos planes ni había interés por prepararlos para los ataques, lo cual se vio acrecentado por las ausencias y poca participación de Harry, aunque nunca se supo muy bien la razón.
Número cuatro: La muerte de Dumbledore y Snape. Aquella noche sucedieron cosas muy extrañas y fue uno de los detonantes ya de la inminente caída de la Orden. El día en que fueron asesinados ambos, los mortifagos entraron a Hogwarts con ayuda de Draco Malfoy, quien tenía por misión principal asesinar a Dumbledore, quien en ese momento estaba con Harry en la torre de astronomía. Albus Dumbledore al parecer ya presentía todo aquello y le pidió a Harry que se escondiera y Dumbledore con los mortifagos se enfrentaron donde finalmente quien lo asesinó fue Snape. Todos sabían que Snape era un doble espía, pero creo que lo que nadie barajó fue que traicionaría a Dumbledore quien siempre creyó en él. Aparentemente para vista de los mortifagos lo que hizo Snape fue un hecho magnánimo excepto para Draco Malfoy quien lo confrontó y le dijo que sabía que era un doble espía, que ayudaba a Harry y le servía a Dumbledore, que aquello que hizo no fue más que otro acto de cobardía, Malfoy sabía que la única forma de demostrar su lealtad hacia Voldemort sería asesinando a Dumbledore, porque ya todos sospechaban que Snape apoyaba más a la orden que a los mortifagos, por lo cual Draco lo tomó como algo personal no solo por arrebatarle su misión y el crédito, sino porque no quería que lo relacionaran con un traidor o al menos esa información manejaba Hermione junto a la Orden.
Número cinco: Tras unos pocos meses de la muerte de Snape y Dumbledore, Harry se volvió más retraído e inoperante. No obstante, nadie esperaba que tanto la muerte de Dumbledore como la de Snape le afectaran tanto. Igualmente, Harry participaba de la Orden y quizás dejarlo participar en ese estado fue un error, el día en que los mortifagos atacaron por segunda vez Azkaban para sacar a sus últimos prisioneros, algunos miembros de la Orden entre ellos Harry asistieron para detener el ataque. Había muchos mortifagos y dementores aquel día, nadie recuerda demasiado los hechos, pero Harry fue atacado por uno de los dementores y cayó de su escoba. Algunos dicen que cayó al mar y se golpeó con las piedras, otros vieron como los mortifagos le atacaban y se llevaban su cuerpo e incluso algunos aseguran que Harry al caer desapareció sin más.
Desde la desaparición de Harry hasta el día de hoy buscaban su cuerpo, aunque los mortifagos confirmaron su muerte, nunca entregaron su cuerpo y eso siempre le dió esperanzas a Hermione, aun cuando no fue igual para el resto. La ausencia de Harry se convirtió en el triunfo de los mortifagos y el quiebre de muchos miembros de la Orden. Si bien, Ginny siempre intentó dentro de lo que Molly y Arthur le permitieron ser un miembro activo, tras la muerte de Harry, ella no volvió a ser la misma. La menor de los Weasley dejó de hablar casi en su totalidad, se limitaba a responder si o no cuando su madre le preguntaba si quería comer, pero finalmente dejó de participar en todo lo relacionado con la Orden y por sobre todo, dejó de hablar con Hermione. Si bien era inseparable de Ron y Harry, la menor de los Weasley siempre había sido la mejor amiga de Hermione y probablemente la única con la que tuviera una conexión al mismo nivel de Ron y Harry.
Hermione aún se encontraba sosteniendo la nota, sin embargo, un trueno seguido por una densa lluvia la hizo salir de sus pensamientos, acto seguido arrugó la nota y la arrojó al suelo.
La chica tomó una bocanada de aire procurando regular su respiración, miró la playa una última vez desde la ventana del faro y la cerró.
La gryffindor desde la muerte de su amigo Harry había tomado la decisión de hechizar a sus padres, alteró su memoria haciéndolos olvidar por completo de que tenían una hija y les hizo viajar a Australia donde siempre habían querido vivir en una pequeña granja. Es por esto que decidió dejar la casa vacía y desde entonces estaba viviendo en Brighton en un faro, aquella casa -si es que podía llamarse de esa forma- le gustaba mucho pero aun así extrañaba de sobremanera su hogar.
La castaña miró la hora y sabía que debía apurarse para ir a una reunión de la Orden del Fénix en la casa Black. Otro aspecto que había cambiado radicalmente desde que los mortifagos tomaron el poder, era la seguridad y el transporte, actualmente siempre se encontraba en riesgo o así lo sentía cada minuto. La chica ya no recordaba cuándo fue el último día que durmió más de 3 horas seguidas y bien, ahora su día a día se resumía a nudos en el estómago, constante angustia y dificultades para respirar.
En cuanto al transporte, aún era seguro viajar por red flu siempre y cuando se tomaran algunas precauciones, al igual que las apariciones,
Hermione mientras se duchaba pensaba en aquel sueño, por más que hubiese conocido a Draco Malfoy en Hogwarts siendo un simple estudiante ahora la situación era muy distinta, puesto que, actualmente era uno de los más cercanos a Voldemort. El señor tenebroso era completamente consciente que el chico no solo era brillante, sino que además era ambicioso y le gustaba el poder para restregárselo al resto, además por supuesto de que disfrutaba lo que hacía. La castaña a pesar de estar bajo un chorro de agua caliente sentía que se estremecía y una suerte de frío le recorría la espina dorsal de solo pensar en las atrocidades que había cometido, era otro maldito mortifago psicópata y no subestimaría aquello.
La chica al salir de la ducha se recordó mentalmente que debía encontrar una forma muggle de iluminar ese baño, y bueno la casa en general. Siempre le daba la impresión que eran las 6 de la tarde de un día nublado, es como si en aquel lugar el tiempo siempre fuese el mismo. Tras arreglarse, se acercó a uno de los viejos gabinetes de la cocina y tomó un frasco que decía pimienta, sacó unos cabellos de su bolsillo y los arrojó.
A estas alturas, ya casi se había acostumbrado a ese horrible sabor de la poción multijugos, pero era el olor lo que realmente más le desagradaba. Tras sentir los últimos cambios en su cuerpo se miró en el espejo que había en el baño y confirmó su nuevo aspecto. Luego bajó por la escalera de caracol y se puso unas gastadas y feas botas de lluvia, y camino unos dos kilómetros en dirección al pueblo, el recorrido era bastante escalofriante solo espesa neblina y arena, luego al llegar a una zona que formaba una especie de cuevas de roca, desapareció.
Tras responder las preguntas de seguridad de Remus y volver a su aspecto normal, Hermione notó que había más personas de lo habitual, sin embargo, se acercó a Molly quien guardaba unos platos en la cocina.
- ¿Molly? -Inquirió Hermione anunciándose- ¿Cómo ha estado Ginny?
Molly volteó y fingió una sonrisa para la chica.
-Sigue igual, pero creo que le hará bien que la veas ya irá mejorando con el tiempo estoy segura - la castaña sintió tristeza y decepción, pero le devolvió la sonrisa a Molly.
-Sí, seguro.
-Hermione querida, está la profesora Mcgonagall y Aberforth esperándote en la sala no los hagas esperar.
La chica se extrañó un poco y sentía como se le formaba un nudo en el estómago, Aberforth jamás participó activamente de la Orden y nunca se le veía por estos lugares. Lo primero que pensó fue que alguien había muerto o que traía muy malas noticias. Hermione observó que estaba Ron también presente y enfrente de él estaba la profesora Mcgonagall y a su lado Aberforth. La chica tomó asiento al lado de Ron y les saludó intentando descifrar sus expresiones.
A los pies de Aberforth se encontraban varios paquetes envueltos en telas muy sucias y afirmado con correas, tenían un aspecto bastante gastado.
-Mi hermano no dejó nada - comenzó con lentitud- excepto una pequeña indicación de que estos objetos debían llegar a ustedes - tomó un paquete y se lo entregó a Hermione- "Última voluntad y testamento de Albus Percibal Wulfric Brian Dumbledore…" Si, aquí esta: "A la señorita Hermione Jean Granger le lego mi ejemplar de los Cuentos de Beedle el Bardo, con la esperanza que lo encuentre ameno e instructivo"- la castaña le recibió el paquete. al desenvolverlo pudo apreciar una viejísima y usada edición del libro de cuentos. la tapa estaba manchada y en algunos puntos despegada. La chica lo tomó sin decir nada, se lo puso en el regazo y lo miró un instante.
-Gracias.
-" A Ronald Billius Weasley le lego mi desiluminador, con la esperanza de que me recuerde cuando lo utilice"- Aberforth sacó un objeto pequeño de entre las telas sucias, parecía un encendedor plateado que tenía la facultad de absorber toda la luz de un lugar y de devolverla mediante un clic. Ron lo hizo girar entre sus dedos, sorprendido de recibir algo.
-Ahora la parte importante - se apresuró la profesora Mcgonagall- el profesor Dumbledore también les dejó otros objetos y necesito que me digan si sabían algo, es crucial entender el por qué, puesto que me temo que estos objetos son en extremo poderosos.
Hermione tomó una bocanada de aire mientras Ron le observaba con sorpresa y algo de cansancio.
-Siempre pensé que solo tenía una relación más cercana con Harry… - intervino Ron.
-No seas tan modesto, Ron- terció Hermione- Dumbledore nos tenía mucho afecto.
Lo cierto era que en el caso particular de Ron era más bien estirar bastante la verdad porque apenas si es que tuvieron uno que otro encuentro y jamás en privado. Con Hermione hubo más contacto, pero más bien de ella hacia él.
Aberforth tomó un paquete delgado y con la otra mano estiró el pergamino y lo leyó.
-Para Ronald Billius Weasley le lego la varita de sauco con la intención de que la utilice con sabiduría y descubra sus múltiples propósitos - Tanto el pelirrojo como Hermione abrieron los ojos de par en par y se miraron en shock.
- ¿Esta no era la varita…-comenzó Ron incapaz de contener la excitación?
- ¿La más poderosa del planeta? - inquirió la profesora Mcgonagall - Así es.
-Para Hermione Jean Granger -continuó Aberforth y tomó un pequeño paquete- lego la piedra de la resurrección, capaz de traer cualquier espíritu del más allá.
La gryffindor con sumo cuidado tomó la piedra, la examinó y la volvió a dejar en la envoltura. Ron la miraba asombrado, pero ella decidió ignorarlo, si bien entendía lo valioso que era y en parte lo fascinante que resultaba tener en aquella habitación dos de los objetos más codiciados del mundo, también sabía que eran muy peligrosos.
-Queremos saber si el profesor Dumbledore o Harry les habían comentado acerca de estos objetos -pidió Mcgonagall - Son elementos sumamente peligrosos y difíciles de hallar, así que agradecería que mantuvieran en secreto que ustedes poseen estos objetos incluso dentro de la Orden, nadie puede saberlo.
-Profesora no quiero ser descortés - interrumpe Hermione- ¿Pero no se supone que por ley deben entregar las cosas del testamento dentro de los 30 días después del fallecimiento?
-Sí, eso estipula la ley - confirma la profesora- Sin embargo, esto no pasó por la ley.
-Mi hermano era consciente de que el ministerio podía estar intervenido, y hace 7 días apareció una lechuza con todos estos artefactos y con las instrucciones de entregarles estos objetos…
-Aberforth amablemente me lo entregó y lo examinamos, en caso de que proviniera de parte de los mortifagos -se excusa Mcgonagall.
-Aun así, profesora no tenemos idea de porque el profesor Dumbledore nos dejaría esto, en el último tiempo nunca estaba- explicó Ron encogiéndose de hombros mientras observaba a Hermione esperando que esta pudiese agregar algo, sin embargo, la chica intentaba buscar una explicación racional sobre aquello. ¿Por qué mierda Dumbledore le dejaría a ella y Ron los artefactos más buscados y peligrosos del mundo mágico?
Mcgonagall posó su mirada en la chica, pero esta no dijo nada y no levantó la vista del suelo.
-Me lo imaginé Señor Weasley, pero esperaba equivocarme - dijo la profesora con decepción- por eso nuevamente les debo solicitar que no hablen con nadie sobre esto y si llegan a tener una idea de por qué les dejaron estos objetos…
-Se lo haremos saber profesora- terminó Hermione mientras se levantaba y guardaba los objetos, Ron le imitó y subieron a su habitación.
Había un penetrante olor a césped y todo parecía excesivamente apretado en esta nueva casa, por lo demás, lucía como la esencia de Ron y le resultaba familiar.
-Es curioso ¿no crees? -comenzó el pelirrojo.
- ¿Qué cosa Ron?
-Ya sabes todas estas cosas que nos entregaron - Ron abrió su ventana y comenzó a salir al tejado donde solía pasar el rato, Hermione que aún seguía apoyada en la puerta lo siguió.
-Ya nada me parece extraño, solo que aún no sé cuál era el objetivo de esto.
-No sé, ¿Dumbledore no podía dejar las cosas de forma más clara? como instrucciones, ya sabes -Ron parecía sutilmente molesto, sin embargo, Hermione no quería saber la razón - Estimada señorita Granger le dejó esta piedra para que pueda hacerme preguntas en caso de que tenga dudas y yo sea asesinado.
-No es gracioso Ron - le reprendió la chica a la cual le había recorrido un escalofrío con solo pensar que podría hablar con los muertos.
-No tienes sentido del humor Herms - le reclamó - Ojalá Harry o Dumbledore hubiesen dejado una maldita instrucción, pero al parecer era más fácil morir.
-Cállate Ron, suficiente - le ordenó Hermione quien se había levantado para retirarse.
-Sé que piensas lo mismo - Tomó el desiluminador y empezó a apagar las luces de los faros de su jardín- Ahora otra maldita cosa sin resolver y que proteger.
-Ronald ¿en serio crees que esto es parte de un plan malvado de Dumbledore y Harry?
-No, creo que en el último tiempo se la pasaron tomando té con galletas en lugar de hacer una puta cosa útil para la orden y para el resto -Ron miró a Hermione y lucía molesto - ¿Sabes? para ellos esto fue fácil solo debían morir y quedar como mártires pero solo dejaron problemas… Harry dejó todo incompleto para la orden, para nosotros sus amigos, para Ginny e incluso para el resto de la comunidad mágica… Harry fue egoísta y solo pensó en él, en el momento más importante donde todos lo necesitábamos.
-Eres horrible Ron no sé cómo puedes decir esas cosas, Harry es tu amigo.
-Era Hermione, ERA - dijo levantando la voz - Porque decidió morir el muy cobarde - hizo una pausa mientras devolvía las luces- prefirió hacer a un lado a sus amigos y dejarse morir, con todo sin resolver.
- ¡HERMIONE! ¡RON! ¡LOS ESTAMOS ESPERANDO! - gritó la señora Weasley desde el primer piso. La chica ya se había puesto en marcha, ardía en rabia contra Ron, principalmente porque una parte de ella sabía que tenía razón. Que fácil sería estar en otro lugar y no sentir todo esto.
Hermione de pronto sentía que una parte de ella ya no se encontraba conectada con el momento que estaba viviendo. Quería llorar, gritar, destruir una pared, golpear a Ron, abrazar a Harry, golpear a Harry, hablar con Ginny, abrazar a sus padres, que el tiempo se detuviera, que el tiempo volviera, que lascosasfuerandistintasrespirarllorardejarderespirar.
Miró a su alrededor y sentía que tenía un pitido en el oído, aunque podía ver como Moody y Lupin discutían por algo junto a Tonks, no lo procesaba. Todo parecía como una película que no tiene audio y subtítulos, puedes inferir por la imagen, pero no entiendes a cabalidad. De pronto pensó en su sueño de la noche anterior, pensó en Draco Malfoy cuando miraba impaciente la ventana y en ese momento sintió como si volviese a recuperar el control de su respiración, sin embargo, sentía que no era ella la que respiraba. Se le vino a la mente cuando viajo con sus padres a Francia en tercer año y hubo algo de turbulencia en el avión, unas mascarillas con oxígeno cayeron a disposición de los pasajeros. Sentía como si algo externo le proporcionará el aire.
- ¿Tiene algún problema con hacerse pasar por una de las invitadas señorita Granger? - inquirió Ojoloco.
- ¿Como? - inquirió Hermione volviendo a conectarse con el presente, sacudió la cabeza y continuó- sí, si… no tengo problema.
-Excelente- cortó Moody -en resumen, entonces la señorita Granger junto a Longbottom estarán infiltrados en la fiesta del ministerio alerta a cualquier movimiento; Ronald y Bill estarán esperando en los elevadores; Lupin, Arthur y la señorita Delacour intentarán buscar los horrocruxes y luego Longbottom junto a Granger se les unirán en la búsqueda o en la defensa. En cuanto a mi junto a Nymphadora, Fred y George nos ocuparemos de que no asesinen al resto.
- ¿Enserio crees que habrá tanta seguridad Alastor? - preguntó Mcgonagall.
-Es el ministerio después de todo… - le respondió mientras hurgaba en un bolso y sacó un papel gris brillante- y el hecho de que decidan hacer una fiesta mascarada no lo hace diferente, siguen siendo unos asesinos.
- ¿Mascarada? - inquirió Hermione.
