Disclaimer: Los personajes y el mundo de HP le pertenecen a J.K. Rowling.
2. La nueva profecía
Mira que a veces el demonio nos engaña con la verdad, y nos trae la perdición envuelta en dones que parecen inocentes. W. Shakespeare
Todo aquello era surrealista. A menudo Hermione se preguntaba cómo verían los mortifagos el panorama actual en el mundo mágico, también le habría gustado saber si dormían como
personas normales.
Aquel día, el ministerio de magia lucía ostentoso y extravagante. El piso era de un color negro brillante donde uno alcanzaba a reflejarse en él, arriba estaba lleno de candelabros con velas color gris brillante, en las zonas aledañas a los elevadores había unas alfombras muy frondosas, pequeños espejos circulares junto a arreglos florales de color negro y blanco, además claro de muchos elfos domésticos con bandejas de plata repartiendo aperitivos, un grupo de músicos en medio y muchas personas con atuendos como de la época victoriana.
Por lo demás, la Gryffindor a veces lo que más extrañaba de Harry era comentar este tipo de cosas, este choque entre la cultura actual muggle y la comunidad mágica, Hermione al pensar en una fiesta tenía en mente esos vestidos ceñidos de Julia Roberts, Gwyneth Paltrow o incluso los vestidos vibra Halloween de Winona Ryder… ¿Pero estos vestidos?
Aun cuando amaba la magia no dejaba de sentirse como una extranjera, especialmente en el último tiempo, donde sabía que tener padres muggles era sinónimo de arresto y lo más bajo en la jerarquía social.
La chica siguió caminando con un collar que sin exagerar debía pesar unos 5 kilos, su misión esta noche era pasar desapercibida y alertar al resto si es que se presentaban problemas, prestar apoyo y luego reunirse con Lupin, el señor Weasley y Fleur.
Era difícil distinguir quienes eran los presentes porque todos -incluida ella- tenían puesto un antifaz, Hermione le había robado la identidad a Millicent Bulstrode que ahora era secretaria en el ministerio y esperaba no tener mayores problemas, ya que la chica nunca había sido muy habladora o popular, por lo cual no creía que se le acercara alguien y su puesto era algo de nula importancia.
Mientras la castaña se entremezclaba con la multitud y comía unos bocadillos de vez en cuando, reconoció a algunos presentes como Bellatrix Lestrange puesto que, su voz y andar eran inconfundibles, Greyback, los hermanos Carrow y …
Vio en la entrada tres figuras que recién llegaban y entregaban sus abrigos a unos elfos, sus melenas rubias platinadas los delataban. La chica los estudió a la lejanía y parecían salidos de un cuadro antiguo, con sus pieles de porcelana y sus cabellos platinados, todos parecían levitar en lugar de caminar.
Hermione vio como Lucius se acercaba a su cuñada y a Greyback, en cambio Narcissa acompañó solo un instante a su esposo y luego se acercó a unas mujeres que la Gryffindor no pudo reconocer. En cuanto a Draco este se encontró con una chica de cabello corto, probablemente Pansy Parkinson y otros 3 chicos.
Hermione decidió acercarse un poco y mientras tanto chequeaba donde estaba Neville, pero este parecía bastante a gusto hablando con una señora de cabello canoso. Cuánta audacia.
-Uy, lo siento querida, este es mío - atajó una mujer pequeña y regordeta que sacó la última copa de la bandeja, de la cual Hermione pretendía beber antes que se la arrebatara.
La chica la observó un segundo y dio cuenta que vestía un traje de terciopelo color fucsia chillón. Era Dolores Umbridge, por supuesto.
-Señor ministro espéreme -le gritó la mujer quien corría dando ridículos saltos con su copa en mano. Pius Thicknesse -actual ministro de magia- lucía una capa negra aterciopelada y por dentro era roja, a Hermione le recordaba un poco a las caricaturas del Conde Drácula. El ministro le hizo unas señas a Umbridge para avisarle que daría un anuncio en el escenario. La música se detuvo en seco cuando llegó al medio de la tarima, Dolores Umbridge junto a otra persona le siguieron y la mujer regordeta comenzó a golpear la copa con una cucharilla.
-Muy amable Dolores… - dijo con la varita en su cuello amplificando el sonido- Estimados amigos y comunidad mágica agradezco mucho su participación esta noche, creo que siempre es importante generar estas instancias para agradecer el trabajo que llevan a cabo y el apoyo que prestan a la comunidad mágica del reino unido, es por esto que hago un brindis en honor a ustedes - todos elevaron sus copas y bebieron, incluidos Hermione y Neville quienes aprovecharon de beber poción multijugos. Sabían que esta era la señal que les indicaría que los miembros de la Orden habrían entrado, por lo cual recién empezaba la acción- Bueno ahora quería invitarlos a pasar a la pista para bailar en esta hermosa velada- les hizo una señal a los músicos y Thicknesse bajó de la tarima para unirse al salón a bailar con Dolores.
A la lejanía vio como Neville invitaba a bailar a la señora con quien hablaba tan animosamente, la chica sonrió recordando lo mucho que a él le gustaba bailar y que a pesar de las circunstancias actuales no perdía la oportunidad. Hermione siguió caminando con la intención de alejarse un poco de la pista de baile, sin embargo, se tropezó con otra mujer.
-Lo siento- se disculpó, la chica de adelante apenas se inmuto y la observó.
- ¿Millie eres tú? - Era Pansy Parkinson con un vestido negro y detalles grises. De todos los vestidos era el menos exagerado de todos, un poco vulgar pero lo cierto es que se le veía muy bien- Soy Pansy…
-Hola - le saludó Hermione, recordando que "Millie" podía ser sinónimo de Millicent y que ambas fueron compañeras de la misma generación en la casa de Slytherin
- ¿Cómo has estado? se te ve muy bien, algo distinta.
-Todo normal, ya sabes… -Pansy tenía unos ojos pardo muy lindos y que contrastaban en exceso con su melena azabache, lo cual la hacía tremendamente atractiva a los ojos de cualquiera. En Hogwarts era una chica muy agresiva y burlona que siempre estuvo perdidamente enamorada de Draco Malfoy, al punto de que se unió a los mortifagos.
-Miren Draco, Theo… -dijo empujando a unas figuras tras ella que se volteaban- ¿Recuerdan a Millicent?
Draco Malfoy ni siquiera la observó.
-Hola Millie –le saludo quien parecía ser Theodore Nott, con un traje azul marino- Ojalá hayas perdonado a Pansy por haber sido una perra contigo…
-Que imbécil eres - le dijo la chica notablemente avergonzada- con Millie estamos bien ¿cierto?
Hermione asintió. Pansy nunca se caracterizó por ser una persona cálida o amable, pero era consciente que aquello podía ser porque siempre lo vio desde su perspectiva Gryffindor, por lo demás en este momento estaba siendo exageradamente amable e incluso dulce.
- ¿Cómo estás de lo de tu padre? - preguntó Pansy bajando la voz y ocupando una tonalidad muy cuidada- escuche que ese viejo asqueroso de Ojoloco fue el culpable, debió ser difícil para ti y tu familia… Pero no te preocupes él es máxima prioridad y pronto haremos que pague, y si lo encuentro yo querida lo torturaré hasta enloquecer…
El corazón de la Gryffindor empezó a latir más rápido, sentía como los jugos gástricos le subían por el esófago y le quemaban, sentía que su respiración se alteraba y que no podía detenerla. Ahí estaba la razón de su amabilidad. El padre de Millicent Bulstrode había sido asesinado por la Orden.
-Gra-gracias - musitó Hermione con dificultad- iré al baño, lo siento.
Pansy la observó y le tomó el hombro.
-Si necesitas algo, no dudes en decirme…- Hermione asintió y se alejó. Sin embargo, Draco Malfoy se mostraba inquieto, miró a Millicent de espaldas irse entre la multitud.
-Eso fue raro ¿no crees? - inquirió dirigiéndose a Pansy.
- ¿Qué cosa? ¿Mi amabilidad? Porque ella y yo siempre fuim…
-No, su reacción - la cortó Draco y se llevó una mano al pecho por debajo de la capa.
- ¿Por qué dices eso? - inquirió Nott.
-Hmm… no parecía ella, no lo sé…
-Amigo, su padre acaba de ser asesinado y su cadáver estaba irreconocible, tú mismo lo viste- le dijo Blaise Zabinni uniéndose a la conversación - si encontraras a tu madre así o alguno de nosotros también te verías así.
-Sí, el ministro debió eximirla de venir esta noche por su situación- se lamentó Nott.
Draco Malfoy buscó donde estaba Millicent Bulstrode en la multitud, pero no la encontró.
-No todos detestan a sus familias Draco - bufó Pansy.
-Me refería a su actitud y su voz-explicó él, mientras intentaba regular su respiración.
-De todas formas, Pansy nuevamente la estaba haciendo llorar, algunas cosas no cambian- rio Blaise.
-Iré a tomar aire - Anunció Draco mientras se alejaba de sus amigos. El chico llevaba desde hace unos días con problemas para respirar bien, quizá debería ir a San Mungo a chequearse, pero sentía que algo raro estaba ocurriendo. Al llegar a uno de los balcones, comenzó a tomar bocanadas de aire y a regular la respiración. Le parecía curioso que aquello le pasará a él puesto que, habían sido pocas las ocasiones en que había estado nervioso o en ese estado de alerta tan poco funcional. Quizás era porque había dormido poco las últimas semanas o tal vez tener que venir a esta estúpida fiesta y en ese ridículo traje le generaba tal rechazo. Ya regulada su respiración aún tenía la sensación de estar preocupado por algo, el chico realmente estaba confundido al respecto, desde hacía mucho tiempo no sentía algo como aquello, que le generara una reacción tan potente al punto físico.
Cuando decidió volver, pensó en Millicent Bulstrode. Su forma de actuar le parecía extraña siempre había sido una de las seguidoras de Pansy y jamás ocultaba su admiración o devoción por ella, y ahora fue todo lo contrario. Tal vez, su mejor amiga tenía razón y realmente lo estaba pasando mal por lo de su padre, pero había algo más, no sabía qué.
Buscó entre la multitud nuevamente y vio a su madre aburrida escuchando a otras esposas de mortifagos la cual le miraba a la lejanía con gesto de preocupación, Draco asintió y sonrió forzadamente para hacerle ver que todo estaba en orden. En cuanto a sus amigos, algunos estaban bailando por lo cual se dirigió a la zona de coctel para fingir que estaba comiendo.
- ¿Odias esto, no? - preguntó Nott.
-Lo sabes, no es lo mío- le respondió.
-Pansy estaba esperando que la sacaras a bailar, pero te fuiste…
-Ella tiene más que claro que lo detesto - se apoyó en uno de los pilares mientras Nott sacaba un bocadillo.
-Creo que temía que fueras a buscar a Daphne Greengrass - Draco bufó divertido.
-Debería hacerla enojar un rato y bailar con Daphne ¿o es muy temprano?
-Amigo, deja el drama para más tarde, aún queda fiesta.
-Sí, puede ser - Draco levantó la mirada y la posó en Millicent Bulstrode, algo raro tenía definitivamente. No sabía si eran sus ojos o en su caminar había algo fuera de lugar. Su intuición jamás le fallaba por lo cual se acercó a ella, percibió como ella se daba cuenta de esto y sutilmente se alejaba. El Slytherin llegaría al fondo de esto, claro, estaba la remota posibilidad de que sus amigos tuvieran razón y estuviera profundamente afectada por la muerte de su padre por lo cual sería sensato.
-Millicent Bulstrode - saludó haciendo una reverencia frente a la chica, la cual parecía algo asustada- lamento la escena anterior de Pansy, fue bastante descortés de su parte ¿Te encuentras bien? -La chica aún lucía algo asustada o quizás ¿sorprendida? Draco Malfoy fue incapaz de descifrarlo, Millicent solo asintió y agachó la cabeza- ¿Me concedes este baile?
La chica de pronto aceleró su respiración le quedó mirando un instante la mano que él le había ofrecido, y acto seguido posó su mano en el guante de cuero negro que él llevaba. Juntos avanzaron a la pista donde comenzaba un nuevo baile.
- ¿En qué parte del ministerio dijiste que trabajabas? - le preguntó él mientras posaba su mano tras su cintura.
-No lo mencione- musitó la chica que comenzaba a seguir el compás del ritmo. Clic. Algo estaba pasando, Draco podía sentirlo. La chica seguía los pasos a la perfección. Millicent tenía dos pies izquierdos, todo el mundo lo sabía, había causado estragos en la celebración de la copa de los tres magos en cuarto año.
-No te recordaba tan esquiva Millicent… - le hizo notar mientras le daba una vuelta y quedaba a pocos centímetros del rostro de la chica- Es curioso, en todos estos años hubiese creído que…
- ¿Por qué intentas hablar conmigo? ella ya está suficientemente cabreada- le cortó la chica en seco mientras observaba a lo lejos a Pansy Parkinson. Había algo en su voz aparte de que hablaba en susurros que no era como recordaba, era obvio que aquella respuesta lo pilló por sorpresa.
- ¿Te molesta? -inquirió él.
-No quiero meterme en sus asuntos - esquivo ella mirándole a los ojos y tomando cierta distancia de él. La chica intentaba no mirarlo a los ojos. Estaba nerviosa, bueno eso no era una novedad pensó Draco, siempre fue consciente de lo atractivo que era.
- ¿Ocurre algo? - quiso saber él provocándola, de pronto notó como la chica respiraba muy irregularmente y la observó un instante, tenía un aroma bastante embriagador a frambuesas y rosas, pero su mirada ahora estaba fija en él. Draco Malfoy sintió un escalofrío.
Qué mierda era aquello, algo estaba MUY mal. Tomó a la chica de la cintura elevándola y luego siguió bailando. Ni siquiera observaría la cara de Pansy o sus amigos, conocía su reacción. Sin embargo, ya estaba convencido que una mierda extraña ocurría aquí, él jamás reaccionaría así. La chica que estaba frente a él algo tenía, no es que mágicamente ahora estuviese más hermosa, atractiva o fuese interesante, sino que simplemente algo estaba fuera de lugar que le generó tal reacción. Sus rostros estaban muy cerca otra vez. Él miró directo a sus ojos y ella sostuvo la mirada. Por unos segundos Draco Malfoy perdió conexión con su presente, la música perdió volumen y los presentes solo eran sombras, solo era consciente del frenético aroma que desprendía su pareja y que, el corazón latía muy acelerado… ¿era el suyo?... ¿el de ella?...¿Que mierd…
De pronto empiezan a sonar las alarmas y entran unos guardias por los elevadores al fondo del salón. Draco volvió a aquel lugar y aunque notaba que estaba pasando, lo estaba procesando de forma diferente.
- ¡Intrusos! ¡Intrusos en el departamento de seguridad mágica! - la multitud comenzó a correr como loca y comenzaba a desaparecer, muchos de los mortifagos se reunieron enseguida y fueron directo a los elevadores. Por lo demás, Draco Malfoy por más que escuchaba como Pansy le gritaba desde unos metros de distancia solo veía cómo Millicent Bulstrode se perdía entre la multitud, pero no de su vista.
Hermione corría lo más rápido que podía, sabía que Draco Malfoy vendría tras ella. Apenas pudo, visualizó a Neville que venía unos metros más atrás, no obstante Hermione no aguantó más. Sacó su varita y apuntó a su vestido.
-" Multicorfors" - de pronto el vestido se convirtió en un pantalón esmeralda con unas botas sobre la rodilla y mantuvo el corsé del vestido. La chica aun con su antifaz fue a los elevadores y aunque Neville solo estaba a unos metros detrás de ella no podía esperarlo, dentro de las cosas que había tenido que aprender era el seguir adelante con la misión sin importar qué. Sonaba muy egoísta, pero esa era la forma de ganar en este momento, seguir adelante.
Entre la multitud se podía notar cómo las personas comenzaban a dispersarse y casi simultáneamente empezaron a sonar explosiones en el salón que acababa de abandonar. Al abrir el elevador entró sin inspeccionar antes y solo una vez que estuvo adentro recobrando el aliento notó la presencia de un hombro alto y flaco con aspecto de cadáver, automáticamente Hermione le apuntó.
-Soy yo Hermione, soy Ron… - La chica bajó la varita, mientras observaba como Ron presionaba un número con rapidez- Todos fueron directo al piso 4 pero debemos distraer, así que iremos al departamento de misterios, ya lo conocemos.
- ¿De dónde viene este plan? - inquirió Hermione que intentaba sacarse el pesado collar del cuello.
-No quieres saber…
-Ron… -Comenzó ella mientras se desarmaba el peinado.
-Confía en mí Hermione- le rogó él mientras su cabello volvía a ser pelirrojo y bajaba unos cuantos centímetros.
-Creo que Malfoy se dio cuenta que no era Millicent Bullstrode - lanzó Hermione mientras bajaban rápidamente.
-Bueno, ya veremos - llegaron a un salón circular muy oscuro, el piso era negro y estaba tan brillante que parecía agua. Alrededor se encontraban 12 puertas, Hermione tomó el brazo de Ron y entró por lo que habría sido la última puerta de izquierda a derecha.
- ¿Estás segura que por aquí? - inquirió el pelirrojo dudoso, mientras escuchaban como uno de los elevadores se acercaba - no importa, vamos.
Ambos se adentraron y corrieron por el enorme pasillo, pudieron escuchar como personas bajaban del elevador precipitadamente. Hermione y Ron corrieron hasta llegar al final del pasillo, giraron dos veces y siguieron. De pronto guardaron silencio.
-Creo que se fueron- musitó Ron, cuando instantes después aparecen dos figuras encapuchadas frente a ellos.
- ¡Avada Kedavra! - gritó una de las figuras en dirección a Hermione, la cual esquivó rápidamente el hechizo.
La otra figura comenzó a atacar a Ron, Hermione lanzó un hechizo a las repisas llenas de profecías cosa de poder distraerlos y darles tiempo a ellos de correr. Tras ellos podían ver como trataban de correr los cristales.
-Ron debes ir por el lado opuesto al mío, nos encontraremos del otro lado - anunció Hermione y corrieron por pasillos diferentes. Tal como la chica pudo prevenir, las dos figuras también se separaron.
La chica comenzó a esquivar los ataques y cada cierto tiempo botaba un par de estantes con las profecías. De pronto la figura pareció dejar de seguirle, Hermione recuperó el aliento unos segundos y frente a ella observó a la figura.
-Vaya, vaya, pero si siempre fuiste tú maldita sangre sucia inmunda - comenzó Malfoy mientras ella le lanzaba un hechizo, pero él sin necesidad casi de mover su varita lanzó lejos la de ella- sabía que algo raro ocurría, sentí tu pestilencia apenas hablaste con Pansy… - El chico se acercaba ella mientras le apuntaba con su varita- supongo que casi nos convences ¡CRUCIO!
Hermione cayó al piso mientras gritaba de dolor, sentía como si se estuviera incendiando por dentro, no podía soportarlo. Sin embargo, Draco Malfoy dejó caer su varita sin querer mientras se miraba la mano con gesto de dolor, aunque rápidamente recuperaba su varita.
-Que demon… -la chica con dificultad se levantó y se lanzó sobre su varita cayendo estrepitosamente sobre esta- Granger ni lo pienses - dijo poniendo un pie sobre la varita de la chica - voy a asesinarte sangre sucia cueste lo que cueste.
Hermione de pronto se quedó mirando una de las profecías que estaba en los estantes, la profecía brillaba, por lo cual ignoró completamente lo que el Slytherin le decía. Él casi instantáneamente desvió la mirada para observar aquello que llamó la atención de la chica.
Draco se acercó a la profecía intentando no perder de vista a Hermione, la cual se había puesto de pie y estaba también frente a la bola de cristal.
- ¿Qué mierda es esto Granger? -le preguntó mientras ambos veían la inscripción.
SPT a APWBD
Hermione notó que no tenía a quien iba dirigida por lo cual llevó su mano a la profecía, sin embargo, el chico se le adelantó. De pronto en la inscripción aparece el nombre Draco Hyperion Malfoy y posteriormente desapareció. Hermione puso su mano encima antes de que el Slytherin se la arrebatara y apareció su nombre, Hermione Jean Granger. Al mirar unos instantes la bola de cristal pudieron notar algunas imágenes donde aparecían sus rostros y batiéndose a duelo. Luego ruidos de cristales rotos comenzaban a acercarse y gritos.
-Accio varita- la chica de pronto puso la varita frente a él.
- ¿Qué es esto? - preguntó Draco.
-Esperaba que tú me lo dijeras Malfoy
- ¡Hermione corre vienen para acá! - La chica vio que Ron venía en su escoba y estaba bajando, la Gryffindor golpeó a Malfoy en el rostro y prosiguió a tomar la profecía. El joven mortifago no esperó aquel ataque y se reincorporó rápidamente intentó lanzarle maldiciones a la chica. Hermione ya estaba encima de la escoba mientras continuada contratacando los hechizos de Draco, cuando vio como Pansy se acercaba.
Hermione solo atinó a botar todas las estanterías para ganar algo de tiempo, lo cual fue suficiente para que llegaran a los elevadores.
- ¿Qué demonio…- inquirió Ron mientras bajaba de la escoba y observaba la bola de cristal.
Más tarde, Hermione sentía como su cabeza dolía tanto llorar, pero estaba concentrada preparando unas pociones curativas a Molly para que ayudara a Neville. La misión no solo había sido un rotundo fracaso, habían perdido a Tonks y Neville estaba por las cuerdas.
Lupin yacía en medio de la sala, llorando desconsoladamente a un costado del cuerpo de su esposa. El señor Weasley y Fleur estaban junto a él tratando de calmarlo sin mucho esfuerzo.
Hermione no podía creer que esto estuviera pasando, se acercó nuevamente a Molly.
- ¿Ya le dijeron a Ginny sobre esto? - quiso saber en tono neutral.
-No, pero creo que esperaremos a que Neville mejore un poco - Todo el mundo era consciente que hasta un poco antes que Ginny dejara de hablar, ella y Tonks eran muy buenas amigas, e incluso después de aquello, Nymphadora seguía yendo a visitarla a su cuarto. - las noticias agrias quiero acompañarlas con algo de esperanza.
-Si claro, entiendo - musitó Hermione, mientras veía como Shacklebolt entraba por el marco de la puerta junto a Ron, Luna y la profesora Mcgonagall.
-Señorita Granger- Saludó Mcgonagall- lamento tener que hacer esto en estas circunstancias, sé que tenía buena relación con Nymphadora y está preocupada por el joven Longbottom pero Ronald nos comentó sobre la profecía…
Hermione sabía que había hecho lo correcto, pero seguía molesta con él, especialmente por tomarse la libertad de ir hablar de inmediato sobre lo de la profecía sin tener una pizca de sensibilidad por los recientes hechos. La chica se acercó a la mesa de un costado y sacó su bolso donde había puesto la bola de cristal la cual casi había olvidado por completo. La puso en las manos de Minerva y Shackelbolt la miró intrigado.
- ¿SPT a APWBD? - preguntó mirando a la profesora, esta suspiró con desgano.
-Sybill Patricia Trelawney a Albus Percibal… - comenzó la profesora Mcgonagall pero Luna la cortó hablando por primera vez.
-Debemos visitar a la profesora Trelawney.
Hermione suspiró con desgano.
-Quizás Ron y Luna puedan…-comenzó la castaña observando a Mcgonagall, no era un secreto para nadie que la profesora de adivinación y ella no se entendían muy bien.
-Sí, irán de inmediato y usted Señorita Granger también irá - dictó, Hermione hizo una mueca de disgusto y luego asintió.
- ¿No le parece genuino profesora? - inquirió Shacklebolt - ¿Que se encendiera con Hermione, Ron y… Draco Malfoy no?
-Sí, era Malfoy - confirmó Hermione.
-La verdad no puedo imaginar el rol del señor Malfoy en todo esto.
Por alguna razón que, Hermione no pudo determinar, omitió que al tocarla pudo visualizar a Malfoy y ella batiéndose a duelo. Miro a Ron, quien lucía verdaderamente exhausto y recién en ese momento se dio cuenta que ella aún seguía con la misma ropa de la fiesta.
-Deberíamos ir de inmediato- Sugirió Ron- ¿Alguien sabe dónde está actualmente?
-Vive a una chimenea de mi casa - respondió Luna con su tono relajado.
-Lévanos- ordenó Ron.
La casa de la profesora Trelawney era de un intenso color lavanda grisáceo, era algo tosca y de estilo Bungaló. En la entrada tenía muchos atrapasueños, colgantes y campanas que iban desde el techo hasta la altura de sus cabezas. Hermione estaba a punto de golpear la puerta de la entrada, pero esta se abrió unos segundos antes.
-Hola mis niños - saludó la profesora que lucía igual que siempre- vi en mis hojas del té que alguien me visitaría hoy, pasen, pasen.
-Hola profesora - saludó Luna energéticamente.
-Luna, que gusto verte tan pronto de nuevo.
Al entrar, a nadie le sorprendió que la casa estuviese atestada de artículos extraños, parecía una tienda esotérica donde venden inciensos y cartas de tarot. Al avanzar llegaron a una salita que la profesora les indicó, en esta había varios sillones individuales color magenta en estado sumamente deplorable.
-Profesora Trelawney nosotros vinimos porque… -comenzó Hermione cuando su maestra ya se había levantado.
-Les traeré a todos una taza de té, lucen cansados.
Maravilloso, pensó la Gryffindor algo cabreada.
-Qué lugar más extraño - susurró Ron a Hermione- Como que da escalofríos ¿no?
-Y asco, huele a encierro- musitó Hermione. Luna parecía estar muy a gusto y era común en ella omitir comentarios cuando el resto se quejaba.
A los pocos segundos la mujer volvió con una bandeja y tres tazas. Todos tomaron la suya y Luna comenzó.
-Profesora, veníamos para saber más sobre una profecía que usted realizó - La rubia observó a Hermione para que la entregara- Sabemos que tiene sus iniciales y las del profesor Dumbledore…
La mujer la tomó con sumo cuidado y la examinó. Por un segundo cerró los ojos y luego observó a Ron y Hermione.
-Esta profecía es dolorosa, pero a la vez tan esperanzadora…Esta profecía aparece después de la muerte de su amigo Harry Potter, es casi una cosa normativa del orden que cuando las fuerzas se desequilibran estas intentan volver a tomar el balance natural en el universo, y cuando este intenta a volver a restablecerse lo hace considerando el error anterior, en este caso que al final quienes balanceaban todo era Harry y el señor tenebroso… Por eso, en esta ocasión eso cambió, las fuerzas llevan mucho tiempo intentando restablecerse por lo cual ahora no se centra tanto en una persona como tal sino en roles… - Hermione le miró confundido.
-Profesora voy entendiendo todo, pero no entiendo porque si es sobre mí y Ron esta no puede leerse como tal.
-Excelente observación mi niña- le sonrió- siempre adelantándose, pero para allá voy, esta vez esta profecía se centra más en los roles que en las personas, la profecía se iluminará para aquellos que son dignos de tomar y ejercer sus roles, eso procura que si alguien nuevamente vuelve a morir el rol pueda tomarlo otro y ejercerlo hasta restablecer el orden.
-Eso suena bastante cómodo para el universo ¿no? - inquirió Ron- Ok, aquellos que estén dispuestos a morir por la causa toman este puesto y en caso de que mueran, no importa el siguiente en la lista puede hacerlo.
Estaba molesto, sus nudillos estaban rojos. Lo cierto es que Hermione compartía ese pensamiento, aunque por lo demás tenía mucha lógica de acuerdo a los eventos transcurridos que ya no se tratara de "un elegido" sino que cualquiera con las capacidades pudiera tomar el rol.
-Profesora, pero cuántos ¿puestos son? - preguntó Hermione, intentando desviarlo de Ron.
-Son 2 por cada lado de la balanza - Sybill hizo una pausa y miró su taza- serían 4 en total… y si bien querido Ronald pareciera que es algo casi azaroso, no lo es realmente, casi me atrevería a decir que los roles están totalmente establecidos… que tú y Hermione sean los elegidos tiene una explicación lógica ¿no cree usted señorita Granger? - dijo esto último casi en un tono burlón.
-Eso lo entiendo, en el otro lado ya vimos que era Draco Malfoy, faltaría uno…
-Las fuerzas universales funcionan en paridad y equilibrio, será una mujer sin lugar a dudas por lo cual ya se eliminan gran parte de las personas lo cual nos deja con…
-Bellatrix Lestrange - musitó Hermione- Ella estaría dispuesta a morir por la causa y a…
-No siempre se trata de morir por la causa sino por qué o por quién, creo que la señorita Parkinson y Alice Carrow son muy adeptas a la causa por qué tienen algo importante que perder si acaba mal para su bando - agregó Sybill.
-Aun así… ¿Por qué no podemos escuchar la maldita profecía de una vez? - exclamó Ron bebiendo el último sorbo de su té.
-Porque necesitan estar las 4 partes presentes para escuchar la profecía y acabar con ella…- La profesora miró el té de Hermione- tómate tu té mi niña.
-Profesora ¿qué hay de los roles que deben cumplirse? - quiso saber Luna.
-Oh claro, claro… Siempre deben pensar en el balance de las cosas, eso es lo único que importa… En los roles por una parte está el duelista o defensor, aquel que luchará y protegerá desde la individualidad su lado de la balanza y hará rendirse a su opuesto con gracia. Por otro lado, se encuentra el capitán o guía, aquel que conducirá y orientará a las masas para el objetivo común con sabiduría y carisma… Como pueden notar estos cargos no son algo con lo que necesariamente uno nace, ya saben, cualquiera puede convertirse en un buen líder que guíe, algunos tendrán más capacidades, pero se puede llegar a aquello.
Hermione bebió el último sorbo de su té.
- ¿Qué objetivo tiene finalmente? - pregunta Ron.
-Acabar esta guerra, llegar a un balance.
-Veamos si entiendo… el universo quiere balancear esta maldita guerra siendo que los mortifagos tienen el poder, ya mataron a Harry, quien sabe dónde están los Horrocruxes y tiene un montón de adeptos… ¿Es idea mía o todo está en contra de nosotros? -Ron inquirió.
Vaya mierda, pensó Hermione.
-Quizás lo vean así, pero estoy segura que el mismo universo les balanceara las cosas.
-No lo sé profesora…- Ron siguió discutiendo mientras Sybill miraba la taza de Hermione en la mesa la cual tomó y miró con espanto. Luego tomó la de Ron.
-Las cosas están a punto de cambiar, cosas extrañas, cosas sin explicación ya están sucediendo…
De pronto una de las ventanas se cerró de golpe y se escuchó cómo el viento azotaba los colgantes de la entrada.
-Profesora… -susurró Hermione dudosa- ¿entonces por donde debemos partir?- acto seguido se escucha un estruendo, Trelawney saca un trozo de pergamino de su túnica y toma la pluma de la mesa, garabatea algo rápido que arruga y entrega a Hermione- ve ahí, te esperan para tu entrenamiento- dijo Trelawney mientras tosía, posteriormente una tremenda explosión destruye el techo del fondo de la casa, generando que los tres chicos tomen sus varitas, al unísono todos se agachan para esquivar parte de la casa que estaba cayendo, en aquel instante Sybill se acerca a Ron, le susurra algo en el oído y le apunta hacia un mesón donde tenía lleno de frascos que decían "té", "té añejo", "te de la buena suerte", etc.
-Les daré tiempo, mucha suerte mis niños- dijo la mujer tomando su varita, cuando vio unos destellos apuntando la casa- Luna, nunca dudes de ti, en lo que crees y lo que sientes.
-Profesora- musitó Hermione.
-Ya váyanse, no podré detenerlos demasiado…- observó la mesa y vio la profecía en el piso y miró a Hermione - tengan cuidado, y no olviden el equilibro de las fuerzas… así como ellos poseen horrocruxes ustedes obtendrán algo igual de poderoso… nada es el azar de ahora en adelante, pero por sobre todo, entiendan que es equilibrar la respuesta a todo.
De pronto escucharon como los mortifagos se acercaban, Luna intentó contraatacar, pero sabía que eran muchos. Hermione sabía que no había tiempo, tomó la profecía y la lanzó directo al piso. Era consciente que podía caer en manos equivocadas.
-Hermione ¿que estas…
-Debemos irnos Ron- espetó- Luna ya vámonos…
-No, si la dejamos ella… -dijo Luna.
-Luna querida, debes irte…. ¡Ahora! - gritó empujándola hacia atrás a los brazos de Hermione y Ron que desaparecieron.
Horas más tarde…
Hermione llevaba un tiempo considerable en la ducha, sabía que en breve Molly llegaría a preguntar si todo estaba en orden. Ni siquiera tenía que pensarlo demasiado o darle alguna vuelta, sabía que la profesora Trelawney estaba muerta y no podía hacer nada por ello. A veces creía que no podía sentirse más desesperanzada y atrapada en todo eso, e incluso en este último tiempo notaba que ya nada la hacía sentir "feliz" o "tranquila".
Al salir de la ducha, volvió a mirar el papel.
"Belogradchik Fortress"
No tenía idea qué era aquello, pero lo averiguaría.
Mientras dejaba el papel nuevamente en un bolsillo, se miró por el rabillo del ojo en el espejo empañado sobre el lavabo, le pareció ver… Se devolvió y observo sobre su cabeza en lugar de una melena oscura, un cabello rubio… Su corazón latió con intensidad y su pecho comenzó a oprimirse, tomó su varita de entre sus cosas y pasó la mano por el espejo, pero no era más que su reflejo.
