¿Mi nombre?... Eh muerto tantas veces que ya ni si quiera lo recuerdo, estoy en ese momento de mi existencia que no es más que sufrimiento, siendo incapaz de descansar solo por el egoísta deseo de enlazar la primera llama de nuevo para reestablecer la era del fuego una vez más, puras patrañas, nuestro objetivo ya está cumplido, el abismo dejo de hacerse presente en este mundo, o al menos eso nos gusta pensar. Hace poco volvimos a la vida, al parecer la llama vuelve a peligrar, y necesitan que "Los grandes señores de la ceniza vuelvan a dar su vida para enlazarla" - Había una sala la cual se encontraba repleta de cadáveres, exceptuando a un par de personas que habían en el centro, ambos parecían estar batallando a muerte, se podía notar una clara diferencia de habilidad ya que la figura más alta había atravesado con un espadón al más bajo entre los 2.
¿Ahora es mi turno?, genial, me levantare solo para después caer ante uno de mis compañeros por... Ya perdí la cuenta - Uno de los muchos "cadáveres" de aquella sala parecía aún mantener su consciencia mientras se levantaba. Todos portaban el mismo uniforme; el cual consistía en una armadura de cuero sobre una cota de malla, una larga capa roja desgastada y un casco distintivo y puntiagudo que era su insignia. También poseían rodilleras de hierro junto a que uno de sus brazos llevaba más protección que en el otro, todos se levantaban con armas similares, un espadón de apariencia pesada, y una daga que al final de la hoja se curva abruptamente.
Una vez el "cadáver" se levantó por completo, rápidamente adopto una postura de combate en contra de su compañero, que al observarlo con detalle era notablemente más alto que el, como todos los demás cadáveres. El recién levantado rápidamente se abalanzó en contra del más alto, siendo esquivado con facilidad y recibiendo un corte del espadón directamente, haciéndolo retroceder unos pasos y perdiendo su postura, con una rapidez sobrenatural se recompuso y se lanzó para dar ataques rápidos con su daga, los cuales fueron esquivados y apenas acertaron en contra de su compañero, quien solo dio a tomarlo por el cuello para hacer lo mismo que con el otro, atravesando su pecho con el espadón para después lanzarlo lejos, cayendo a un lado de la puerta más cercana.
Bueno, no por nada es el mejor entre nosotros... ¿Eh? - Mientras el latente terminaba con sus pensamientos, la puerta había sido abierta mientras entraba alguien, - ¿Quién es ese tipo? - pensó desde el suelo mientras veía a la persona que acababa de entrar, gracias a que estaba recostado de forma óptima era capaz de ver todo el cuarto en el que se encontraba y por ende fue capaz de ver como una espesa niebla blanca aparecía en la puerta por la que acababa de entrar este individuo. El Abysswatcher alto se había abalanzado rápidamente contra el recién llegado en cuanto cruzo la puerta, este solo giro a un lado, esquivando el ataque con facilidad. Mientras el nuevo integrante combatía contra el Abysswatcher alto, al latente sin nombre se le había cruzado una idea fugaz por la cabeza.
Y si... - El latente sin nombre discretamente se había levantado del suelo mientras observaba la pelea entre el Abysswatcher y el invasor, más que nada estaba atento esperando a que no fuera visto mientras se movía, avanzó lentamente hacia la puerta y con agilidad esquivo a todos los cadáveres de la sala, logrando su cometido, había llegado hasta la puerta mientras nadie lo veía, o al menos eso creía.
Estoy cansado de esto, ya ni siquiera me importa si me convierto en un hueco o no, me largo de aquí - Se decía así mismo mientras trataba de cruzar aquella espesa niebla, notando que era sólida, hizo un esfuerzo pero fue incapaz de traspasarla, puso más fuerza en su segundo intento pero fue cuidadoso sobre no hacer mucho ruido para no llamar la atención de quienes estaban librando una batalla a sus espaldas, al ver su pecho noto que era lo que le impedía conseguir su libertad.
¿Mi insignia? - La insignia que llevaba en su pecho era un comprobante de que era uno de los vigilantes del abismo, la insignia no solo comprobaba eso, sino que también era la forma en la que su alma estaba ligada con la Legión de los no-Muertos, dubitativo el Latente miraba la insignia mientras volteaba cada 3 segundos a ver a su compañero, quien había logrado matar al invasor el cual se estaba transformando en polvo, eso le daba la señal de que terminaría regresando, tendría que pensar y actuar rápido, si el Abysswatcher se percataba de que intentaba irse lo retendría, sin dudar ni un segundo más el latente arranco la insignia de su pecho, siendo un agudo dolor lo que sintió momentos después, ignorando el dolor noto que ahora era capaz de atravesar aquella espesa niebla, sin pensarlo 2 veces el latente se lanzó, atravesando la niebla.
Lo primero que vio el latente después de estar encerrado por siglos fue un frondoso bosque con un camino de piedra que guiaba hasta donde él se encontraba.
¿Escapé?, !MALDICIÓN! , siento como si tuviera una barra de hierro alojada en mi pecho- Mientras pensaba esto caía de rodillas sosteniéndose fuertemente el pecho, mientras unas criaturas extrañas lo empezaban a rodear, en primera instancia las criaturas no lo atacaron al ver su uniforme, pero al darse cuenta de que aquella insignia faltaba intentaron atacar, o al menos fueron distraídas por el mismo sujeto de antes quien había atacado a las criaturas con un espadón, una vez se había encargado de esos monstruos se acercó al latente sin miedo, mientras que este último seguía retorciéndose en el suelo, el sujeto decidió ignorar al Latente mientras volvía a atravesar aquella niebla, pero ahora entrando a la habitación, el latente se recompuso como pudo usando su espadón como soporte mientras se levantaba del suelo, parecía estar debilitado. A ese punto no sabía qué hacer, había salido con éxito pero no sabía que hacer después, es más, no contaba con que funcionaria del todo, literalmente se arrancó parte de su alma. El latente empezó a caminar adentrándose levemente a aquel frondoso bosque, cuando se percató de una estructura que emitía algo de luz, al ir a revisar podía agradecer a sus Dioses difuntos su suerte, era una maldita hoguera.
Por fin, algo de suerte para un pútrido no muerto - El Latente camino hacia la hoguera sentándose cerca de ella, el Latente previamente mal herido, al estar unos momentos cerca de la Hoguera si bien no se recuperó por completo, ahora por lo menos tenía apariencia de poder defenderse, después de un momento empezó a revisar sus estadísticas y objetos que llevaba consigo.
Hace mucho que no miraba mis estadísticas, solo recuerdo que por lo menos mi fuerza, destreza, y resistencia estaban altos. - El Latente miraba sus estadísticas en alguna especie de espacio mental, sin prestar mucha atención a lo que ocurría a su alrededor; Vitalidad 45, Aprendizaje 20, Resistencia 60, Vigor 25, Fuerza 70, Destreza 60, Inteligencia 15, Fe 11, y Suerte 10. Años de haber formado parte de la Legión de los No-muertos no habían sido en vano, su inventario estaba repleto en su mayoría por plantas verdes comunes, y un frasco estuss que no había utilizado en muchísimo tiempo, el Latente una vez había terminado de hacer una revisión de su estado, sin estar seguro que hacer nuevamente miraba a su alrededor, se encontraba en el interior de alguna clase de castillo en un camino recto, por donde había entrado no estaba muy lejos de donde él se encontraba, ni tampoco aquella sala en la que paso tanto tiempo, sin perder más tiempo se levantó y empezó a caminar hacia una dirección contraria.
Mientras tanto en un lugar completamente distinto a Lothric: En un espacio completamente negro se encontraba una chica hermosa con largo cabello plateado, con dos coletas abrochadas con algo parecido a broches dorados, tiene un mechón de pelo que sobresale hacia la derecha de su flequillo y sus ojos son azules. A pesar de tener un semblante amable por lo regular, esta vez por algún motivo se encontraba preocupada, mientras miraba una esfera resplandeciente, se encontraba presenciando la batalla entre un montón de aventureros y un caballero de armadura negra, el caballero no tenía cabeza, en cambio la llevaba cargando en uno de sus brazos, mientras que sin muchas complicaciones se encargaba de la multitud de aventureros, donde por cierto se encontraba cierta diosa inútil acompañada de un chico castaño, una niña pelinegra que estaba vestida de bruja, y la más alta de los 4 una rubia con una armadura relativamente pesada, la chica que observaba esto parecía preocupada en especial por la chica de pelo azul, la peli plateada pensaba lo más rápido que podía en alguna forma de ayudar a su superior sin intervenir directamente, ella conocía las reglas; No podía intervenir directamente aunque su superior estuviera en peligro, habría muchos problemas si el caballero negro capturaba a la diosa inútil, muchos más si la llegase a matar, y no le inspiraba nada de confianza que aquella ciudad fuera una ciudad de novatos, y que no hace mucho; el mismo chico castaño le había arrebatado el arma al mejor guerrero de ese pueblo, el caballero en sí no había matado a ninguno de los aventureros, pero algunos estaban muy cercanos a esta por diversas heridas que les habían provocado. Manteniendo su expresión preocupada se recostó un momento en el asiento donde se encontraba cerrando los ojos pensativa mientras se le ocurría alguna forma de ayudar.
Me estoy metiendo muchos problemas por si quiera echar un vistazo "ahí", pero no me queda de otra - La chica empezaba a dar pequeños toques en la esfera mientras buscaba algo en específico. Mientras tanto el Latente caminaba sin un rumbo aparente por un bosque, había perdido la noción del tiempo sin saber bien que día era, pero por lo menos dedujo que pudo fácilmente haber caminado sin rumbo durante 10 días, a pesar de haber pasado tanto tiempo sin descansar, él era un Latente, no podía sentir cosas como cansancio o al menos uno extremo, el bosque estaba totalmente muerto, los arboles tenían troncos en su mayoría podridos, y las hojas estaban totalmente secas, y eso si por suerte había algún tipo de hoja en los árboles. La maldición del No-muerto estaba empezando a hacer efecto al estar empezando a perder la cabeza y aumentando su agresividad, se estaba empezando a convertir en un hueco por no tener una meta clara, ni siquiera la sangre del Lobo lo ayudaba, y si lo hacia lo hacía muy poco, tanto así que ni se dio cuenta del cambio tan abrupto de entorno en el que ahora estaba; ahora los arboles de su alrededor ya no tenían troncos podridos, y las hojas rebosaban de vida, junto a que ahora por lo menos se podían escuchar algún que otro aleteo de pajaros, o animales pequeños huyendo de él. El Latente pareció reaccionar al sentir algo cerca de él.
E-El Abismo... Debo, Debo de-detener al ab-abismo - El Latente gruñendo había empezado a correr hacia la dirección en la que había logrado sentir la presencia del Abismo según él. La pelea entre el caballero negro y los aventureros continuaba, seguía sin haber bajas pero si heridos.
Vaya!, pensé que si tenían a una Diosa de su lado podrían al menos darme algo de batalla, incluso tu intento de quitarme mi cabeza fue un fracaso chico - El chico castaño había tratado de quitarle la cabeza al caballero casi consiguiéndolo, pero este logro reaccionar antes de que lo consiguiera inmovilizándolo junto al resto de aventureros, mientras tanto la diosa inútil huía de un montón de huecos que la perseguían, prácticamente cuando la diosa se cansase la tendrían capturada, aunque esa era la meta de los huecos que la perseguían. De repente, sin venir a cuento un enorme rugido se pudo escuchar desde un bosque cercano, la ciudad de Axis se encontraba en el medio de una pradera no muy lejos de un bosque, así que actualmente el campo de batalla estaba en medio de la pradera, el rugido fue tal que hizo que el caballero negro volteara a la dirección junto a la mayoría de presentes.
¿Un dragón?, porque un dragón vendría hacía un pueblo de novatos - Decía el caballero negro mientras miraba confundido el bosque de dónde provino el enorme rugido, que fue algo parecido al rugido que haría un dragón según el mismo caballero negro, de los arbustos pareció empezar a salir algo, no era un dragón pero parecía ser el responsable de aquel rugido, el caballero negro se vio confundido mientras miraba al Latente, quien había salido del espeso bosque mirando directamente al caballero.
Sin cuestionarse en donde estaba, el latente tomo una postura de pelea mientras miraba al caballero negro quien parecía sorprendido por aquel inesperado evento; - Un sujeto sale de los arbustos y me amenaza -, es lo que pensó el caballero mirando al Latente, quien parecía no estar completamente consciente, ya que la maldición ya lo había afectado casi por completo, manteniendo un atisbo de cordura únicamente por un objetivo; destruir la presencia del abismo que tenía frente a él. El caballero pareció confundido por la repentina llegada de aquel sujeto, parecía emanar un aura de no-muerto, pero parecía ser hostil contra él, aun cuando él era uno de los generales del rey demonio; el sujeto claramente era hostil en contra del caballero, quien simplemente comprendió que empezaría una pelea contra aquel no-muerto, realmente no estaba cansado, la pelea en contra de esos aventureros apenas había sido un pequeño calentamiento para él, así que suponiendo que el fuera otro novato pensó que no sería la gran cosa.
El Latente había empezado a correr en contra del caballero, quien simplemente reacciono lanzando su cabeza al aire, haciendo aparecer un circulo de un radio de por lo menos 20 metros por el área donde corría el Latente, este aunque llevaba un espadón parecía ser bastante veloz, saliendo por completo del circulo sin ser afectado en lo más mínimo, el caballero parecía sorprendido al ver la velocidad del Latente, ya que al menos el veía que este llevaba un arma algo pesada. Una vez el Latente estuvo lo suficientemente cerca, logro encestar una potente estocada en contra del caballero, quien pudo sentir una descomunal fuerza de aquel Latente al punto de hacerlo retroceder varios metros, aunque había sido una mera estocada posiblemente lo habría hecho más daño que lo que aquellos aventureros pudieron hacerle juntos, sin perder más tiempo, el Latente se recompuso rápidamente mientras enterraba la daga que llevaba consigo en el suelo, y con la misma fuerza que uso en el golpe salió volando como una bala en contra del caballero negro, que fue bloqueado por el escudo del caballero quien intento encestar un golpe al Latente, pero para su sorpresa este mismo se recompuso eficazmente tomando distancia del caballero.
No sé quién seas tú, o porque me estés atacando aun cuando eres un no-muerto, pero claramente no eres como toda esta basura, y te reconozco como un rival digno, por lo que dejare de jugar eh iré serio en tu contra señor...? - El Latente solo miraba al caballero mientras este solo esperaba alguna especie de respuesta del Latente. - Bueno, en todo caso mi nombre es; Beldia, General del Rey dem - Beldia no pudo terminar de hablar hasta que unos gruñidos del Latente lo interrumpió - ¿M-Mi Nom-bre?, ¿Es-o si-quiera impor-ta? So-lo debes saber mi ti-titulo; Vi-gilante del Abismo - Beldia pareció reaccionar ante ese título, pero no sabía dónde lo habría escuchado antes, sin perder más tiempo volvió a lanzar su cabeza al cielo solo que esta vez se mantenía levitando, mientras que el Latente volvía a abalanzarse en contra de Beldia, solo que esta vez con una mayor guardia había logrado retener muy a duras penas una estocada del Latente, quien había dejado de su usar su espadón como ataque principal y había empezado a usar la daga quien lo hacía muchas veces más rápido que antes, pero los golpes habían perdido la suficiente fuerza como para que Beldia pudiera soportarlos mejor, pero los ataques se hicieron más frecuentes, y el Latente apenas se mostraba cansado. Beldia se notaba tenso mientras trataba de encontrar un punto ciego para realizar su ataque, pero por cada punto ciego que encontraba, terminaba con una estocada más por parte de aquel No-muerto, como pudo, Beldia tomo distancia del No-muerto tomando su cabeza mientras el No-Muerto empezó a rebuscar en su mochila sacando alguna clase de hierba verde, bajando su bandana y llevándose la hierba a la boca parecido que había recuperado sus fuerzas, aunque una mejor pregunta sería ¿Había perdido fuerzas?, o porque estaría usando la hierba.
Retomando su postura, volvía a correr contra Beldia, este último repitió su actuar lanzando su cabeza aire.
Los aventureros veían la pelea algo confusos, jamás habían visto a ese sujeto, y el rugido que había dado cuando llego era cuando menos intimidante, los más dañados por los ataques de Beldia aprovechaban para recuperarse de sus heridas, siendo apoyados por la mayoría de los magos que se encontraban ahí.
Mientras que cierto dúo de Paladín y Archimaga iban a socorrer a su compañero, el cual si bien no estaba tan herido como los demás aventureros, había sufrido algún que otro daño significativo.
"¡Kazuma!"- Gritaron al unisonó la pequeña maga y la paladín mientras llegaban donde su compañero, el chico castaño simplemente se quejó por el dolor mientras miraba a sus compañeras llegar junto a él.
"Megumin, Darkness, es demasiado peligroso estar aquí, por qué diablos vinieron"- Se quejó el chico mientras sus compañeras lo socorrían.
"Tú mismo lo dijiste, es demasiado peligroso estar aquí, y más si estas inmóvil en el suelo a solo un par de metros de la pelea"- Dijo la paladín mientras levantaba la vista, viendo como aquel sujeto combatía a Beldia, haciéndolo retroceder. La paladín comenzó a arrastrar a Kazuma alejándose poco a poco del conflicto central, mientras que la pequeña maga miraba la pelea cautelosa en caso de que algún ataque les llegue a ellos por error.
"¿Dónde está Aqua?"- Pregunto el chico mientras buscaba con la vista a la diosa inútil.
"Está siendo perseguida por un montón de No-muertos"- Dijo la pequeña maga mientras al igual que su compañero buscaba a la susodicha Aqua.
"Y algo más... QUIEN CARAJOS ES EL"- Kazuma había tomado por sorpresa a sus compañeras mientras apuntaba al Latente, el cuál ni siquiera noto el arrebato del chico por estar concentrado peleando.
"Está bien tranquilo Kazuma, no hace falta alterarse. Y no lo sabemos, llego de entre los árboles y simplemente empezó a combatir con Beldia"- Dijo Darkness mientras finalmente habían llegado con el resto de aventureros, quienes al notar que Kazuma también estaba herido un sanador random llego a ayudar.
"Eso explica el rugido, pero no lo comprendo"- Decía Kazuma mientras miraba al latente, sus compañeras lo veían curiosas por lo que había dicho.
"Se supone que es un No-muerto, porque está atacando a su general"- Kazuma había llamado la atención de todos a su alrededor por lo que había dicho.
"Espera, ¿es un No-muerto?"- Preguntaba Megumin mientras miraba a Kazuma, dado a la distancia en la que habían tenido la conversación Beldia y el Latente, la mayoría de aventureros no habían logrado escuchar lo que dijeron, exceptuando a Kazuma.
"Eso es imposible, de ser un No-muerto tendría que haber comenzado a perseguir a Aqua como el resto"- Dijo un aventurero de la multitud, mientras que todos concordaron con lo dicho.
"Yo no fui quien lo dijo está bien, es lo que escuche"- Se justificó mientras miraba al quien lo había dicho, volviendo a mirar la pelea entre el latente y el general.
En estos momentos, el Latente y Beldia estaban forcejeando, Beldia estaba cubriéndose con su escudo, mientras que el Latente usaba su daga curvada como apoyo tratando de quitarle el escudo a Beldia, usando una fuerza sobre-natural, el Latente había arrancado el escudo del brazo de Beldia, destrozando las correas que lo sujetaban y lanzando el escudo a un lado, aprovechando la vulnerabilidad de esos momentos de Beldia, enterró su daga con fuerza en su hombro, y la uso como apoyo para cargar una estocada con su Espadón, Beldia trato de detenerlo, pero fue inútil ya que el Latente había logrado su cometido, con la fuerza que le quedaba al cuerpo, tomo al Latente por el cuello y lo lanzo con dirección a donde estaban el resto de aventureros, Beldia sostuvo su cabeza mientras inspeccionaba ambas armas.
"Nada mal, pero necesitaras más que eso para matarme"- Decía mientras se sacaba ambas armas, haciendo brotar chorros de sangre negra por las aberturas que habían sido provocadas por aquel No-Muerto.
El No-muerto se había estrellado a unos metros del resto de aventureros, algunos se acercaron a ver su estado, mientras que Beldia lo esperaba a que se volviera a levantar. El Latente con algo de dificultad se había levantado viendo a los aventureros que estaban a su alrededor, buscaba con su mirada sus armas, pero se percató de que estaban al lado de Beldia cubiertas del Abismo, tomo la espada de uno de los aventureros que lo habían ido a ver, el aventurero iba a reclamarle pero no le dio tiempo al ver como aquel sujeto corría contra Beldia, el general, repitió por tercera vez su actuar lanzando su cabeza al cielo, pero el Latente esperando eso en vez de repetir lo hecho antes, dio un gran salto atrapando la cabeza de Beldia en el aire, el general no esperaba eso, y se puso nervioso porque el latente encontrara su mayor debilidad, usando la espada robada, había empezado a cargar una fuerte estocada amenazando con empalar la cabeza de Beldia, pero este reacciono lo antes que pudo enfundando su arma en una aura violeta, lanzando una clase de ataque mágico al latente, el cual no pudo evitar recibiendo el ataque de lleno provocando que la cabeza saliera volando con dirección a los aventureros, cayendo a los pies de cierto aventurero castaño.
"NADIE ME TOQUE!"- Gritaba la cabeza, siendo completamente ignorada por Kazuma quien lo levanto para verlo, sonriendo maléficamente.
El latente rodo unos metros en el suelo antes de que se pudiera recomponer por completo viendo al cuerpo de Beldia, el cual no se movía, el Latente volvió su vista a donde había caído la cabeza, percatándose de que las personas la estaban pateando jugando con ella, simplemente decidió que ellos se encargaran de la cabeza mientras el tiraba la espada que le había robado a aquel chico haciendo que se enterrase en la tierra mientras iba por las suyas propias, una vez las había tomado, las veía fijamente, las armas estaban cubiertas de lo que él conocía como Abismo, temeroso, volvió su vista a la armadura inmóvil, y una vez más volteaba a ver a esos chicos estar jugando con la cabeza. El Latente infundio su espada de un aura violeta, similar a la que Beldia había usado para atacarlo, sin más, el latente cargo un potente ataque que empalo al cuerpo de Beldia, atravesando la zona del corazón, después de eso, el cuerpo se había empezado a convertir en pequeñas partículas del mismo color que había emanado su espada, algunas de estas partículas se habían pegado al cuerpo del latente, después de que el cuerpo desapareciese por completo, el Latente se desplomo sin más.
Los aventureros al ver como la cabeza terminaba de desaparecer como el resto del cuerpo, regresaron la mirada a donde estaba el Latente, percatándose de cómo se desplomaba, algunos aventureros habían ido a socorrerlo, entre ellos cierta paladín rubia, mientras que los demás victoreaban.
Kazuma había ido a ver a la Diosa inútil, la cual se desplomo en el suelo tan pronto los No-Muertos desaparecieron mientras jadeaba.
"ODIO A LOS NO-MUERTOS!"- Gritaba Aqua mientras hacía unas pataletas en el suelo y miraba a Kazuma.
Habitación de renta del Gremio.
Habían llevado al Latente al gremio, donde fue llevado a una de las habitaciones donde seria atendido correctamente. Una vez los sanadores llegaron a tratar al Latente, le quitaron la armadura que llevaba puesta.
Era un hombre que aparentaba 26-28 años de edad, tenía un pelo largo gris cenizo, además tenía una trenza en la parte trasera de su cabeza, su piel era pálida, con un tono cenizo al igual que su cabello, en su rostro había unas ojeras enormes, indicando lo poco que había dormido.
Una vez los sanadores habían hecho lo suyo, tocaba lo siguiente, buscar alguien que lo conociera, era un completo misterio de quien se trataba, en el Gremio no había ningún registro sobre él, habían encontrado una insignia en sus pertenencias, pero no parecía ser de ningún grupo conocido. No fue hasta que cierta aventurera peli-blanca había llegado al pueblo que tuvo cierta idea de la identidad del hombre.
Chris había entrado al Gremio con un panfleto, Luna al percatarse de la presencia de la ladrona se dirigió a ella a tenderla.]
"Hola de nuevo Chris, ¿en qué puedo ayudarte?"- Luna había dado una reverencia mientras miraba a la ladrona, quien simplemente saludo con la mano a la recepcionista.
"Encontré este panfleto de camino"- Chris le mostraba el panfleto a Luna, el panfleto tenía un dibujo detallado del rostro del Latente, Luna miro curiosa a Chris.
"¿Que sucede con eso?"- Cuestiono Luna mientras Chris bajaba el panfleto.
"Creo que conozco al tipo"- Dijo con simpleza sorprendiendo a Luna.
"¿De verdad lo conoces?, lleva inconsciente al menos 2 días, desde lo ocurrido con Beldia"- Luna miraba confundida a la pequeña ladrona, mientras esta asentía con la cabeza.
"Bueno, más que conocerlo íntimamente, lo conozco porque un contratista me conto acerca de él"- Dijo mientras se rascaba la nuca y reía torpemente, Luna asintió y la guio a la habitación donde estaba el Latente, Luna volteo a ver a Chris algo curiosa.
"Entonces... ¿Cómo se llama?"- Pregunto casualmente Luna mientras caminaban hacia la habitación en cuestión, Chris pareció pensar un poco mientras hacia un leve sonido de "mmm".
"Si la información que me dieron es cierta, entonces su nombre debería ser Gael, si eso, Gael"- Decía la ladrona mientras Luna la terminaba de guiar a la habitación que estaba siendo ocupada por el llamado Gael, Luna abrió la puerta dejando pasar a Chris y cerrándola una vez había ingresado.
Ahí estaba el Latente, postrado en la cama, no había una expresión como tal, simplemente un rostro reposando. Chris se acercó a verlo más de cerca, una vez estuvo frente a él, empezó a inspeccionarlo con su mano con delicadeza.
"Oh desafortunado No-Muerto, como voy a explicarte esto sin que me quieras matar..."- Dijo mientras acariciaba la cabeza del Latente el cual parecía no reaccionar ante las acciones de la ladrona. Ella sabía que la mayor parte de Lothric desde la caída de los Dioses, habían algunos había empezado a odiar a los seres divinos, y otros simplemente les eran indiferentes. Sin esperar más, la ladrona se sentó en la cintura del latente mientras sus manos emanaban una tenue luz verde, pasaron unos segundos hasta que del pecho del Latente salió una esfera oscura con un contorno hecho de fuego, Chris sonrió levemente al ver que su ritual había funcionado, la piel del Latente había dejado de ser de un color cenizo y ahora siendo levemente bronceada.
Chris veía la señal oscura algo preocupada mientras daba un rápido vistazo al ahora humano Gael. Finalmente había perdido la maldición que lo convertía en un No-Muerto, y había recuperado su humanidad por completo. Como si hubiera despertado de un mal sueño, Gael despertó casi gritando mientras miraba a su alrededor, percatándose de que previamente tenía en el pecho a la ladrona. La ladrona había dado un pequeño grito cuando se dio cuenta que el Latente había despertado, pensó en quitarse de encima para evitar un mal entendido con aquel sujeto, pero no reacciono a tiempo y solo se movió unos centímetros para que el Latente y ella no chocaran.
"Donde carajos estoy!"- Dijo Gael mientras miraba a Chris quien aún sostenía la marca oscura con su mano derecha, el Latente al percatarse de lo que tenía, rápidamente miro su inventario dándose cuenta de una cosa.
"D-Donde está mi señal oscura"- Preguntaba mientras veía lo que Chris tenía en su mano, esta se puso nerviosa por la forma en la actuaba aquel sujeto y se limitó a responderle.
"Estas en el pueblo de Axis, y si, esta es tu señal oscura, la removí de tu alma para devolverte tu humanidad!"- Dijo rápidamente mientras el Latente la miraba sorprendido.
"¿'Axis'?, nunca escuche algo así, ¿estamos en Lothric?"- La ladrona se tensó un poco al escuchar el nombre de aquel Reyno, y simplemente miro al Latente, no sabía cómo responderle, ¿Cómo reaccionaría al saber que fue transportado a otro mundo?.
El latente se quitó de encima a Chris mientras buscaba fervientemente sus cosas, encontrándolas en un rincón de la habitación, apresurándose, las tomo y miro a Chris, quien estaba tensa viendo al Latente tomar sus cosas y amenazando con irse lo antes posible.
"Cálmate por un momento y déjame explicarte las cosas ¿Esta bien?"- Gael la miro dubitativo mientras pensaba ponerse su armadura, pero gracias a esa pausa se había percatado de otra cosa, miro sus brazos dándose cuenta de que habían vuelto a la normalidad.
"Re-Recupere mi humanidad!"- Grito sorprendido mientras miraba la señal oscura y a Chris.
"Escucha, esto es algo difícil de explicar, así que agradecería que te calmaras y me dejaras hablar"- La paciencia de Chris pareció colmarse mientras que el Latente comprendió el mensaje y guardo silencio mientras miraba a la chica.
"Ahora mismo no estás en Lothric, para ser más específica, ni siquiera estás en tu mundo"- Dijo mientras esperaba una reacción de Gael, quien entendió de primeras a que se refería.
"Comprendo, pero eso no explica por qué me quitaste la señal oscura, o con que intenciones lo hiciste"- Chris miraba sorprendida a Gael mientras este simplemente le devolvía la mirada.
"¿No te sorprende estar en otro mundo?, o más bien ¿No te sorprende la existencia de otros mundos?"- Preguntaba Chris mientras que el latente la miraba y ya está.
"Llegue a enlazar la primera llama alguna vez, eso aunque suene simplemente como devolverle la vida a mi mundo, también me permite cierta visión sobre otros mundos, es algo muy enrevesado y difícil de explicar, así que dejémoslo en que enlazar la primera llama te convierte en un dios por momentos"- Dijo con simpleza el Latente mientras Chris lo veía sorprendida, quería preguntar más al respecto pero se estaría desviando del tema.
"Te traje aquí para que apoyes a una superior en su travesía para derrocar al rey demonio, o Manus como tu lo conoces"- El Latente había dejado a un lado su actitud relajada y miro a Chris con una expresión completamente seria, reacción que comprendido Chris al instante.
"¿Manus está en este mundo?"- Pregunto con sencillez, pero su voz se escuchaba sombría, Chris se limitó a asentir con la cabeza mientras procedía a explicar.
"Una vez el No-Muerto elegido lo asesino en tu mundo, termino en este, reencarnado de alguna forma, fue nuestra culpa por pensar que no llegaría muy lejos, pero aquí estamos, a punto de que el inicie su Edad oscura, y como ya te había dicho, te trague aquí para que ayudaras a mi superior en su viaje"- Explicaba mientras que el Latente la miraba, este último comprendido la explicación de la ladrona, pero le habían venido algunas dudas.
"Comprendo, pero: ¿No hubiera sido mejor traer al Caminante del Abismo y no a un Vigilante del Abismo?"- Chris negó con la cabeza mientras devolvía la mirada a Gael.
"Artorias se volvió loco, y su alma se corrompió gracias a que no salió a tiempo del abismo, y algunos de tus compañeros se volvieron locos gracias a la maldición, y otros simplemente no abandonaron su juramento a la Legión de los No-Muertos"- Gael se sintió culpable, recordó que había abandonado la Legión de No-muertos, Chris vio cómo se desmotivo, pero no dijo nada al respecto, y se limitó a continuar.
"Yo no soy quien para juzgarte, no estás aquí por eso, quizás hayas abandonado a la Legión, pero dentro de ti sigue estando ahí tus ansias por destruir de una vez por todas al abismo, dentro de ti sigue fluyendo la sangre del Lobo, dejaste de ser parte de la Legión, pero sigues siendo un vigilante del Abismo"- Gael comprendió las palabras de la ladrona. El Latente comenzó a equiparse su armadura por completo, confundiendo un poco a Chris, una vez Gael termino de ponerse su armadura, se arrodillo mientras que uno de sus brazos se encontraba en su pecho, el otro se encontraba extendido hacía Chris quien seguía confundida.
"Yo, el ex-Legionario Gael, le juro lealtad, o gran Diosa, cumpliré sus órdenes como sea posible"- Chris finalmente había comprendido las acciones de Gael, ella solo se pudo sentir honrada porque alguien como él le jurara lealtad a ella, aunque algo de lo que le había dicho le llamo la atención.
"¿Cómo supiste que soy una Diosa?, no recuerdo haberlo mencionado"- Gael se había levantado mientras miraba a Chris, gracias a que la armadura le cubría gran parte del rostro, Chris no era capaz de verlo.
"Fácil, me quitaste la señal oscura, que no es poca cosa, me trajiste a otro mundo, y me hablaste de cosas que solo una deidad podría conocer"- Chris entendió el por qué el Latente supuso que ella era una Diosa, es decir, no estaba equivocado, pero en circunstancias normales nadie notaria que ella es una diosa. Soltando unas risitas, ella volvió a ver al Latente.
"Mi nombre es Eris, Diosa de la fortuna, oh gran Vigilante del Abismo"
FIN DEL CAPITULO.
