Burning Stardust
By: HybridVirus

Disclaimer: One Punch Man y sus personajes son pertenencia de sus respectivos dueños, solamente soy dueña de Lightning Quasar y no hay ninguna ganancia con esto, más que darle amor a mi personaje favorito; solo soy una fan que escribe para fans.

Pd: Se aceptan donaciones en PP :La descalabran:

–Hablar

Flashback

'Sonidos y a veces dialogo especial'

"Pensamientos"

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Capítulo I

La brisa nocturna aúlla insistentemente en las afueras del cálido departamento. Un par de orbes grises se cierran lentamente, como si intentaran a toda costa evitar ceder al agarre del dios del sueño.

Un suave suspiro escapa de la figura de la joven pelicastaña, quien con cada segundo que pasa se sabe consciente de que caerá dormida en cualquier instante, al encontrarse acurrucada bajo la seguridad de las cobijas.

El suave murmullo del 'Tap' de las gotas de lluvia golpeteando contra su ventana y el techo del departamento, le recuerdan que la noche está siendo cruda y despiadada, con cualquier persona que se encuentre rondando por las calles.

La calidez del departamento y la seguridad de su cama, deberían de ser lo suficientemente seductoras para dejarla dormir. Pero hay algo… algo en su ser que se extiende por todo su cuerpo... Algo que le hiela por completo el interior.

La sensación de preocupación que se esparce por toda su existencia, es la única razón de que se encuentre peleando contra el cansancio de su ajetreado día, intentando a toda costa el evitar quedarse dormida.

Una parte de su mente sisea que es el momento de olvidar lo que ha pasado, y permitirse descansar para cumplir con sus deberes la mañana siguiente. Pero… ¿Cómo hacerlo? En su mente aun continua presente la curiosa situación de hace unos días atrás.

Un gentil suspiro escapa de los sonrosados labios de Haruka, mientras que sus manos mueven insistentemente la toalla sobre su mojada cabellera. De nuevo había sobrevivido a otro ajetreado día en la ruidosa ciudad, el suave murmullo de sus pasos resonando contra el frio porcelanato del piso.

Apenas fue perceptible a sus oídos, gracias al rítmico golpeteo de las gotas de lluvia, que chocaban insistentemente contra el concreto del edificio. Una perezosa sonrisa se apodero de las facciones de la chica, al mismo tiempo que se acercaba despreocupadamente hacia la puerta corrediza, que se encontraba al final de la sala.

Con un lento movimiento, la barrera cristalina se vio abierta para dejar entrar a la brisa nocturna, el cielo se veía completamente oscuro gracias a las nubes, que celosamente cubrían a las resplandecientes estrellas. Dejando a la ciudad a la merced de las tinieblas de la tormentosa noche.

Un suspiro de alivio escapo de la dueña de las resplandecientes ágatas grisáceas, al mismo tiempo que apagaba la luz de la sala, para disfrutar del espectáculo que los relámpagos causaban en el tormentoso cielo.

Haruka se colocó la toalla al cuello, para intentar que el agua en su cabello no llegue a su ropa, mientras que su mano toma la pequeña taza de té que se encuentra esperando por ella sobre la isla de la cocina.

El repentino murmullo de cierto teléfono celular, le arranca de sus apacibles ensoñaciones. Haciendola dirigirse apresuradamente hacia la habitación, para responder a la llamada que por las altas horas de la noche, supone debe tratarse de algo de suma importancia.

El eco de pasos y agua siendo agitada en la calle resuena en las cercanías, y por un momento en su mente aparece la idea de que alguien necesita ayuda, pero el silencio sepulcral de quien ha pasado corriendo por la calle no concuerda con su idea.

Por lo que continúa escuchando a su jefe con atención y cuidado, sobre las ordenes que tiene para los artículos que tendrán que escribirse en el transcurso de la semana, pero principalmente sobre las fotografías que quiere que consiga.

El sonoro retumbar de un 'Thump' y los gritos que llegan de la calle arrancan por completo su atención de la llamada, el sonoro grito de su jefe exigiéndole que tome fotografías, resuena desde el teléfono que ahora se encuentra descartado sobre la cama.

Con rápidos pasos Haruka se dirige hacia la parte de la que está segura provino el repentino sonido, solamente para detenerse de golpe frente a la puerta de cristal. La tormentosa brisa mece la blanca tela que cubre la puerta del balcon, como si se tratara de un fantasma que advierte sobre una aterradora realización.

Y de ese modo es que se sabe totalmente de acuerdo con esa idea, ante la visión del hombre que yace desplomado en el piso de su balcón. Había cosas raras en este mundo, pero esto es algo que simplemente no se veía todos los días.

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El repentino murmullo de un 'Thump' resuena en el pequeño balcón que se extiende desde su habitación, hasta la sala del departamento. Es finalmente ese ruido lo que consigue que los orbes de la joven se abran por completo. Con un lento movimiento los dedos de Haruka, se colocaron contra la blanca cortina que cubría la puerta corrediza que se encontraba en la habitación.

La trastabillante silueta que se mueve lentamente hacia la otra puerta, le dice que no es su imaginación y en verdad alguien está a punto de invadir su hogar. Quizás hace unos días atrás la cuestión habría sido algo aterrador, pero la repentina calma que se aferra a su corazón y el tembloroso suspiro lleno de alivio que escapa de sus labios, son en lo único que puede pensar.

El eco de los suaves pasos del sujeto le arranca de sus ensoñaciones, para ponerse de pie sin importarle el estado en el que se encuentra vestida. Las palabras que él joven le dirigió la última vez que se vieron, le hacen pensar que la única razón por la que se encuentra en ese instante ahí, es porque no debe de tener ninguna otra opción.

Con un rápido movimiento Haruka sale apresuradamente de la cama, sin importarle la forma en que las cobijas habían terminado en el piso gracias a su brusco movimiento. Un escalofrío recorre la columna de la chica, al detenerse frente a la puerta corrediza. Sus ojos se mantienen fijos en la sorprendida mirada dorada que se mantiene firme sobre su persona.

–Santo cielo…

Susurra la voz de la más baja con un deje horrorizado, al ver la sangre que se mezcla con el agua de la lluvia, la misma que está acumulándose a los pies de la silueta que se mantiene estática en el balcón.

Las manos de la chica abren la puerta apresuradamente, para después tomar cuidadosamente la muñeca del alto joven, que se encuentra completamente empapado. Para así permitirle que entre finalmente en el cálido recinto.

Los orbes dorados se mantienen fijos sobre la silueta, que se aleja a toda velocidad por el pasillo para tomar lo que el supone, debe de ser alguna toalla para detenerlo de que siga empapando absolutamente todo a su paso.

Un leve siseo escapa de los labios de Garou, al mismo tiempo que se mueve para deslizar las manos sobre las níveas hebras de su cabello. No le sorprende que la mujer no lo reconozca, a lo que sabe solo han comentado cosas sobre su peinado, como una seña característica del cazador de héroes, el mismo que se encuentra deshecho gracias a la insistente lluvia que se ha apoderado por completo de la ciudad.

Pero una parte de él se siente agradecido por lo mismo, al menos por hoy tiene un lugar en donde esperar a que deje de llover, y donde poder secarse hasta que amanezca. Sin la preocupación de que lo encuentren, pues quien en su sano juicio pensaría que el cazador de héroes ¿Se encontraba oculto en uno de los departamentos cercanos a donde cazo a una de sus presas?

–Deberías quitarte eso.

La repentina sensación de algo suave y esponjoso colocándose contra su cuerpo le saca de sus propios pensamientos, para percatarse de que sobre sus hombros se encuentra una toalla.

Los orbes del peliblanco se dirigen hacia la joven mujer, quien se acerca a la puerta de cristal para finalmente cerrarla, y de ese modo encerrarlos en el calor del pequeño lugar, que se encuentra compartiendo en ese instante con una persona, a la que ha visto discretamente unas cuantas veces a lo largo de los días al pasar por esta área.

La mirada ambarina se mantiene fija sobre la dueña del departamento, mientras que esta se asegura de acomodar la cortina en su lugar, intentando disimular que la puerta ha sido usada para que alguien entrara por ella.

–¿Tus heridas son profundas?

El más alto de los dos ladea levemente la cabeza, justo como si se tratara de un cachorrito curioso mirando con duda algo que escapaba por completo a su comprensión. Pero el peliblanco es consciente de que no hay miedo, o morbo alguno en la voz de la joven que se encuentra de pie frente a él.

Solo una sincera preocupación, que no tiene razón de ser a los ojos del villano más temido por la asociación de héroes. Garou niega con la cabeza respondiendo a la pregunta de la pálida chica, quien solamente asiente para después sonreírle cansadamente, al mismo tiempo que señala en dirección al pasillo.

–Entonces… toma una ducha.

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Hay algo completamente extraño en la sensación de calma que se encuentra en el silencioso ambiente. Los orbes del monstruo humano se deslizan curiosamente sobre las superficies, al mismo tiempo que sus manos mueven lentamente la toalla sobre su cabeza para secar su cabello.

Los irises del chico continuaban buscando ver algún repentino cambio desde la última vez que se encontró en este mismo lugar. Las pálidas cejas de Garou se fruncen al recordar la primera vez, que se vio en la necesidad de entrar en el departamento para ocultarse de los héroes, que lo seguían en esa ocasión que se encontraba malherido.

La sangre que escapaba de sus heridas, y la forma borrosa en la que su vista se perdía por segundos, le decía que se derrumbaría en cualquier momento. Si no se apresuraba y se alejaba lo suficiente, no tendría oportunidad de reponerse. Había una diferencia entre ser derrotado y otra en una retirada estratégica.

Con una retirada podría volver cuando se encontrará en perfecto estado, y así encargarse de esos héroes de pacotilla. Si no hubiera peleado mientras se encontraba en tan mal estado, esto no habría pasado y no tendría que verse en la penosa necesidad de hacer semejante cosa como retirarse. La caricia de la lluvia deslizándose contra su afiebrado cuerpo, resuena por cada célula de su ser.

La repentina sensación del vértigo apoderándose de su cuerpo, le hace sentir que se desplomara en cualquier instante, obligándolo a detenerse. Los pasos de sus persecutores no pueden ser escuchados, por lo que está seguro de que tiene unos cuantos minutos antes de que lo alcancen.

Es en ese instante que la ve, justamente como si fuera una señal obsequiada para él, por alguna especie de fuerza superior, o alguna especie de suerte que no tiene idea de cómo ha llegado a caer en sus manos.

La brisa arrecia y con ella el movimiento de la cortina blanca que le demuestra una puerta corrediza abierta, como si estuviera ahí ofreciéndole una entrada perfecta, para no tener que lidiar con la escoria que insistía en darle caza.

Una sonrisa socarrona se apodero del rostro del joven, al recordar el destino de los bastardos que se habían atrevido a seguirlo en ese momento, en que lo creían una presa fácil. Aunque vivos, estaba seguro de que en este mismo instante se encontraban en el hospital, al menos a los que había podido encontrar primero.

Ahora solo tenía que encontrar al resto de ellos y encargarse de darles una buena lección. Un pequeño gruñido escapa de la garganta del chico, mientras dirige su mirada hacia la joven mujer que se encuentra sentada al pie del sofá, al sentir la forma en que el resplandeciente metal, se había adentrado en su costado.

–Lo siento ¿Te he lastimado?

Los lobunos orbes se posan en la curiosa mirada de la dueña de las hebras castañas, la aguja y el hilo translucido que Haruka sostiene en su mano se habían detenido por completo, como si esperaran autorización alguna de su parte, para poder continuar atendiendo sus heridas.

Un 'Tsk' escapa de los labios del chico, al mismo tiempo que entrecierra los ojos en un gesto, que cualquiera podría tomar como uno de ofensa ante una afirmación ridícula.

Una repentina sensación incomoda se apodero del más alto, para asegurarse de desviar el rostro hacia una dirección que no le permitiera mirar a la persona, que se encontraba esperando por su respuesta.

–Nah.

Una de las manos del artista marcial se acerca a su rostro, para presionarse gentilmente contra su nariz, intentando a toda costa no dirigir la mirada hacia la joven, que continúa suturando la herida en su costado. La sensación de unas manos pequeñas y suaves, deslizándose contra su duro torso le eriza la piel por alguna extraña razón.

La mirada llena de concentración en el cansado rostro de su acompañante, no pasa desapercibida para Garou. La mirada del chico se desliza lentamente, sobre el exhausto rostro de la dueña de los irises plateados, para bajar lentamente sobre el delicado cuello semi cubierto por las hebras castañas, que descansan sobre uno de los hombros de la mujer.

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Una parte de él está consciente de que es de noche y la gente se encuentra descansando tranquilamente en sus camas. Pero aquí, en este lugar solo se encuentran ellos dos. Casi como si tuvieran mente propia sus ojos continúan bajando lentamente, dirigiendo de ese modo una discreta mirada hacia el torso de la mujer que continúa atendiendo las heridas en su cuerpo.

La parte superior que lleva puesta es una blusa de tirantes, bueno si Garou puede siquiera llamarla de ese modo. La cosa es de un encaje tan delgado, que no tiene la menor duda de que si se concentra en mirar con cuidado, puede distinguir todo lo que se encuentra debajo de esa cosa que se atreve a hacerse llamar 'ropa'.

–¿Sucede algo?

La repentina voz le hace devolver la mirada hacia el rostro de su nueva secuaz. El cazador de héroes niega lentamente con la cabeza, para concentrarse de nuevo en el muro frente al sofá en el que se encuentra sentado. La pared es de un suave tono blanco, o quizás… ¿Es un tono gris muy claro?

Las repisas de madera que se encuentran en la parte superior del mismo, están repletas de libros y lo que puede distinguir como cuadros de fotografías, que no puede ver del todo bien gracias a la altura. Lo que si puede distinguir a la perfección, son las plantas cuyas hojas caen grácilmente por el borde de las macetas, colgando así en diversos puntos de las superficies de madera.

La suave caricia de unos dedos colocando gasa adhesiva en su costado, le obliga a recordar la razón por la que se encuentra intentando concentrarse en otra cosa, que no sea su acompañante de la noche. Hay muchas cosas en las que es bueno… si se trata de pelear o de idear un plan, él es excelente para eso.

Pero la interacción humana… es una historia completamente diferente. Nunca ha tenido a otra persona que se preocupara por él… el único que, hacia esas cosas, era el viejo. Es raro ver que alguien le acepte sin miramiento alguno, que le permita acercarse sin el menor cuidado, sin precaución alguna… casi como si no lo vieran como una amenaza.

Lo cual es absurdo, ya que incluso cuando fue estudiante en el dojo, sus mismos compañeros lo evitarían a toda costa. Los dientes del peliblanco se aprietan con fuerza, al mismo tiempo que sus ojos se deslizan cuidadosamente sobre los artículos de periódico, que se encuentran enmarcados en vistosos cuadros de un resplandeciente color verde esmeralda.

Los mismos que cuelgan de la pared, justamente como si todos fueran algo para conservar con orgullo. Cada uno de ellos hablan sobre las diferentes hazañas de un mismo héroe. 'El resplandor de los desconocidos', 'La pandilla de Bull-Bull tras las rejas', 'La tormenta que se enfrentó al mar'.

Una de las cejas del joven se arquea en un gesto curioso, al solamente poder ver las oscuras letras de algunos de los títulos, todos acompañados por el mismo nombre de un héroe, dándole a saber que estaba en lo correcto y todo en la pared estaba dedicado a una única persona.

–Que sucede, ¿Tienes algo contra los periodistas?

Un sonoro '¿Ah?' escapa de los labios del más alto, para dirigir su mirada hacia la chica que se encontraba colocando las ultimas gasas sobre el costado de su torso. Sus orbes se posaron sobre la mirada grisácea, que se mantenía firme en el trabajo que estaba realizando.

La misma que repentinamente se había colocado de lleno sobre su persona. 'No parecen agradarte los cuadros' menciona la chica, al mismo tiempo que se ponía de pie. Una repentina necesidad de incorporarse invadió a Garou, la costumbre de siempre erguirse contra sus contrarios, y de verse más alto e imponente, era algo que simplemente era una parte de él.

–Supongo que eres una fanática de ese sujeto.

Menciona el susodicho al mismo tiempo, que señalaba en la dirección de los inocentes cuadros, que eran vistos como si se trataran de la peor plaga en este mundo. Una divertida sonrisa se apodero de las facciones de Haruka, a la par que se dirigía hacia la cocina para tomar una taza, y preparar un poco de té para su invitado.

–Yo no diría fanática.

Respondió la ojigris sin gran cuidado, mientras colocaba el agua que había dejado sobre la hornilla mientras su inesperado visitante se duchaba. El sonoro 'Tch' que escapo de los labios del artista macial, agrando la divertida sonrisa de la chica, al mismo tiempo que se acercaba para dejar la bebida en la pequeña mesita de cristal, que se encontraba frente al sofá.

–De hecho, yo solamente soy la fotógrafa y autora de algunos.

Menciono con orgullo la joven mujer, al mismo tiempo que se acercaba al pasillo, para tomar de una puerta algunas cuantas cobijas. Los ojos de Garou se deslizaron lentamente sobre los cuadros para percatarse del gafete, que se encontraba apoyado contra la televisión a un costado de la pequeña 'galería' de cuadros.

La palabra 'prensa' escrita en un resplandeciente tono rojo, daba fe a las palabras de la joven que se encontraba dejando las cobijas, en el costado desocupado del sofá. Los ojos del cazador de héroes se deslizaron de nuevo sobre los artículos enmarcados, poniendo cuidado a las fotografías que podía distinguir en algunos de ellos.

–También edite algunos, no fue gran cosa.

Había uno en especial que le llamaba la atención, el articulo marcado como 'La Tormenta que se enfrentó al Mar' poseía una enorme fotografía de una criatura humanoide. Su sonrisa era algo que estaba seguro, impartiría terror en el corazón de muchos civiles y héroes por igual.

Había algo en esos ojos que prometían una inminente derrota, y una parte de él pensaba que era imposible que existiera algún héroe, capaz de derrotar a un monstruo cuya aura era prácticamente palpable en una fotografía.

La esencia de la criatura se encontraba completamente plasmada en el papel, el terror que debieron sufrir le aceleraba el corazón con emoción ¿Cómo sería su fotografía, cuando el derrotara por completo a la asociación de héroes?

–El monstruo… se ve fenomenal…

Haruka le dirigió una mirada repleta de curiosidad, al joven que miraba maravillado al rey del mar profundo. Admitiría que no había forma alguna de describir con palabras, esa sensación de haberse encontrado de pie frente a semejante criatura.

Nada que pudiera describir le haría justicia a las emociones, que se aferraban a ella en esos escabrosos instantes antes de que la lluvia cayera. No había palabras para describir el miedo que se apodero de todos los habitantes de la ciudad.

Hundiéndolos en el terror absoluto de saberse completamente indefensos. El recuerdo del cuerpo destrozado de cierto héroe inerte y derrotado, aún se aferraba a su corazón con un terror que no podía describir por completo.

–¿Verdad que sí?

Una cálida sensación atrajo la atención del chico, al percatarse de que estaba siendo envuelto, por el suave abrazo del grueso cobertor que la pelicastaña estaba acomodando a su alrededor. 'Ya es tarde y necesitas descansar' los orbes dorados se posaron sobre la discreta sonrisa, que se apodero del cansado rostro de su acompañante. Un gesto lleno de duda se hizo presente en el rostro del monstruo humano, mientras miraba a la mujer dirigirse hacia la puerta de la habitación.

–Puedes quedarte todo lo que quieras.

El calor de la porcelana en sus manos y la caricia de la felpuda tela que lo cubría, junto a la calidez que ambos habían logrado guardar en este pequeño lugar, no hacía más que recordarle que debía aprovechar esto todo el tiempo que le fuera posible. No sabía cuándo encontraría a otra persona, que no parecía sentirse intimidada con su simple presencia, y que se encontrara dispuesta a brindarle espacio sin aparentemente esperar nada a cambio.

Continuara…

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Hybrid-Virus

Yo! Buen día lectores. He vuelto a las andadas, finalmente varias de mis compañeras han vuelto al trabajo y así la carga del trabajo empezara a disminuir. Tuve también unos detalles de salud con un familiar, y por eso no fui capaz de publicar este fic que me auto regalé de cumpleaños, aprovechando esto quise juntarlo con la festiva espera del ¡Fanfic número 50! ¡Estoy a una solo una historia de llegar a los 50 fics! La emoción me llena por completo.

Garou es mi personaje favorito de OPM, el encantador roll de canela glaseado me despierta una ternura sin precedentes. Así que él se merece una historia y yo me merezco escribirle algo, sin preocuparme por el que dirá el resto de los fandoms a los que ya no les he escrito. *Esquiva las piedras de los lectores de DMC* Tranquilos que mi primera historia fue un DMC y por lo mismo el Fanfic 50 será también del adorado Dante, solo esperemos con calma por ello.

Honestamente, Haruka fue diseñada hace años y su contraparte seria Genos, pero bueno las cosas cambian y Garou es más abrazable que la adorable lata de refresco. Igual puede que veamos un poquito de GenosXOC. Todo es posible, dependiendo de cómo vaya desarrollándose la historia, recuerden que este es un trabajo sobre la marcha. En unos capítulos entenderemos bien el porqué del nombre del personaje, siempre comento que pueden tomar mis historias como un Personaje X Lectora, porque no soy capaz de escribir en ese tipo de formato. Y este no será la excepción.

Sin más por el momento, dejen un review y nos vemos en la próxima actualización.

¿Dudas? ¿Comentarios? ¿Critica? ¿Etc.? ¡Ya saben qué hacer, envíen un review!

"Formemos parte de la línea de reviews, cuando leamos un fanfic con un personaje que nos gusta y no es muy común ver, de un fandom olvidado o de una historia que nos guste; dejemos un review, porque esa persona escribe para nosotros y que mejor forma de inspirarla y darle combustible para seguir"