Los personajes de SK pertenecen al maestro Takei 🙌

He vuelto con un nuevo fic despúes de 84 años, pero ya iba siendo tiempo jajsj Hay que nutrir el HoroRen 💖 Además de ellos se hará mención a otras parejas, como a mi siempre me gusta la variedad uwu


Cap.1

—¿Te vas a casar con jeanne? —Hablo Jun con absoluto asombro.

—Así es, hermana.

—¿Por qué no nos dijiste antes? Es tan repentino —Aunque de todas formas, su hermano así había sido siempre, muy privado con sus temas.

—Fue una decisión repentina, esa es la razón —Ren bebió de su té manteniendo un semblante sereno.

Esta tarde les había presentado a Jeanne a la familia, sorprendiéndolos con la noticia de su casamiento. Dos bombas a la vez. Aunque Jun sabía desde antes sobre su relación, nadie más de los Tao estaba enterado, hasta hoy.

Su padre claramente estaba desbordado de felicidad, ya que temía que si su hijo no sentaba cabeza pronto se quedaría sin linaje y sin poder ver a un nieto. Así que esta noticia le quitaba un peso de encima.

Jun lo miró con un rostro preocupado. Aunque el más joven mantuviera la compostura sabía que algo le picaba en el interior al tomar esta decisión.

No dudaba en que le gustaba Jeanne, porque su hermano era de los que si algo no le gustaba, era no y punto. Así que confiaba en que sí estaba interesado en ella, y claro, Jeanne desde hace años que se había quedado enamorada de Ren, ella fue la que hizo los movimientos para acercarse a él después de todo.

Pero no llevaban frecuentándose desde hace tanto tiempo, solo desde hace cuatro meses. ¿Por qué la desesperación de casarse tan pronto? Le parecía una decisión influenciada por algo más y tenía varias teorías en mente. La más factible para ella, era la que tenía que ver con su familia y cierto chico de cabello celeste.

—Ren.

—¿Dime? —Respondió con suavidad.

—Pensé que seguías enamorado de Ho-

—No digas más. Menos en voz alta.

—No estamos en casa —Habló Jun recordandole que ella lo había invitado a cenar afuera.

—Aún así. Tú sabes que siempre puede haber alguien oyéndonos.

—Bueno —rodó los ojos —.Respóndeme.

Ren se puso incómodo enseguida. Estiró el cuello de su camisa, aflojandolo un poco.

—Lo que dices es cierto... lo admito.

La chica de cabellos verdes formó una pequeña sonrisa al oír esto.

—Pero eso no quiere decir que no me guste Jeanne, probablemente más adelante ella sea de la única de quién estaré enamorado.

Su semblante ahora cambió a uno de preocupación.

—¿Qué dices Ren? ¿Por qué tomaste esta decisión? Sabes que "Ho" estará muy triste… Y estoy segura que tú también.

—Pero esto es lo que necesito para alcanzar la felicidad, Jun. Podré cumplir con los requerimientos que me han impuesto para tomar el cargo. También tendré un heredero, una esposa a quién podré mostrar libremente en las calles de China y todos estarán felices.

—¡Todos menos tú! —Alzó la voz más de lo que había planeado. Ella jamás se molestaba de esta manera, pero oír a su hermano decir estas cosas todo por el bien de la "felicidad" que le habían impuesto los Tao, la hacía enfurecer.

Se sentó nuevamente en la silla y recuperó la compostura.

—Hermano. Dices que quieres alcanzar la felicidad, pero ambos sabemos que pretendes crear una felicidad que se amolde a la sociedad aceptada en China y nuestra familia —cruzó su pierna —. Porque si hablamos de alcanzar la felicidad, eso es algo que ya estabas a punto de alcanzar con… esa persona.

Los ojos de Ren se abrieron, sus mejillas tomaron color inesperadamente. Su hermana lo conocía demasiado y eso lo incomodaba.

A punto de alcanzar la felicidad había dicho.

Más bien era la felicidad casi completa.

—No hables de lo que no sabes, Jun.

—Bien. No me interesa hablar más de esto si te vas a mentir a ti mismo — Se levantó de su puesto —. Me largo.

Ren la vio salir furiosa del restaurante. No entendía por qué se molestaba tanto, si era algo que a ella no le incumbía. No tenía por qué meterse en sus relaciones. Con quién se iba a casar era problema de él y de nadie más.

Carraspeó incómodo por las miradas chismosas que habían levantado. En cuanto vieron su rostro amenazante todos voltearon de vuelta a lo suyo.

Apoyó su rostro en la mano mirando por la ventana a su costado, esta daba a la calle, así que veía como todos paseaban tranquilos. Era extraño, pero hoy andaban más parejas acarameladas paseando frente a sus narices. El mismo restaurante en el que estaba se encontraba lleno de ellas, de hecho, él era el único sentado solo.

Soltó un suspiro. Ver aquel paisaje le traía recuerdos del pasado, aquellos tiempos cuando salía con el shaman de hielo a recorrer las calles, fingiendo ser solo muy buenos amigos, pero sus dedos se rozaban en busca de contacto, sus miradas se perseguían con coqueteo y sus labios se encontraban en cada rincón aislado de las personas.

Toco sus labios con una de sus manos. Lo recordaba tan bien, que casi podía sentir aquella textura suave y acolchada sobre su boca. Sus mejillas se sonrojaron un poco.

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se besaron?

Una eternidad, de seguro.

Ambos habían tomado rumbos diferentes, Horokeu estaba en Hokkaido impulsando su sueño luego de no ganar como el Shaman King y él estaba en China, haciéndose cargo de una de las compañías de los Tao. A pesar de esto siempre se veían muy seguido, o lo hacían, hasta hace unos años atrás.

Apretó los ojos y frotó su entrecejo.

Las palabras de su hermana lo habían dejado pensativo.

Se levantó de su lugar y acomodó su chaqueta elegante con rudeza. Sacó un fajo de billetes y dejó un montón sobre la mesa.

Salió del lugar a paso firme, siendo perseguido por algunas miradas coquetas.

Jun lo hacía vacilar ante la decisión que había tomado, pero ya había presentado a Jeanne a toda su familia y no había vuelta atrás.

O al menos, eso era lo que él pensaba.

No podía escupir al cielo, ya que cualquier cosa podía suceder después de todo.


Si alguien leyó este primer cap se lo agradezco mucho! 💖💖 Probablemente esperaré un poco antes de publicar el siguiente cap, si les gustó haganmelo saber con un comentario que agradeceré demasiadoo uwu Espero estén muy bien! saludos desde el inframundo