Sansa se despertó aquella mañana sintiéndose todavía placenteramente cansada. Le gustaba la sensación de comodidad, la calidez y la suavidad de la cobija rodeándola, sus ojos girando en su cabeza al abrirlos y el sueño tomándola una vez más, gustosamente entregándose a éste.

De esa forma, girando de lado a lado, medio dormida, medio despierta, sintió que pasaban las horas de la mañana.

Esto siendo lo más cómoda que había estado en…ya ni se acordaba cuánto. Estiró todos músculos desperezándose, y aunque no tenía ánimos de nada más que quedarse dentro de la cama sabía que era hora de salirse de esta y encarar el día, vencer el desfase horario entre Braavos e Invernalia poco a poco.

Sus ojos se quedaron en un punto fijo sobre la luz que se lograba traspasar entre la pesada cortina y la ventana. El desánimo aplastante con el que había contado los últimos días regresando a ella, o mejor dicho, nunca habiéndose marchado. Talvez lo peor era no saber la razón de aquel desanimo. Era sólo algo que estaba ahí encima de ella, pesándole en su mente, en su pecho, no marchándose, persiguiéndola. Apoderándose de ella en el momento menos pensado incluso cuando empezaba a sentirse bien.

Su estado de ánimo mejoró después de que su mamá le propuso marcharse con Arya para Essos en plan paseo/trabajo mientras visitaban infinidad de templos, dojos y gimnasios para tomar ideas sobre los diseños de interior que Arya quería implementar en el negocio que estaba montando, esto último los había sorprendido a todos pues su mamá por fin le dio luz verde a Arya para radicarse en otro continente.

Así que su aflicción la dejó con el cambio repentino de andar casi un mes deambulando por Essos junto con Jon y Bran, encontrando de nuevo emoción, inspiración para su trabajo. Luego sus hermanos regresando al Norte para ella permanecer dos meses más en Essos constantemente ocupada colocando manos a la obra, y batallando con Arya en las ideas que no tenían en común para aquel negocio. Irónicamente, en todo ese tiempo solo tuvieron problemas de esa índole.

Creyó que regresar al Norte después de esos casi cuatro meses la haría dejar atrás la desazón que la volvió a invadir, pero estaba descubriendo que no era así.

Y ciertamente no entendía qué pasaba o a qué se debían sus desánimos. No estaba triste, no, pero tampoco estaba contenta. Talvez era apatía…La mayor parte del tiempo sentía que algo importante le faltaba, lo cual era ridículo; tenía todo lo que necesitaba y hasta más.

En lo material…nada le faltaba…

Tenía una vida llevadera, relativamente sin preocupaciones que cualquiera envidiaría…

Había conseguido su logro de graduarse de la universidad, en los trabajos que había tenido consecuentemente le había ido bien, el trabajo para Arya hasta ahora siendo el de mayor envergadura. Y aunque se había graduado como diseñadora de modas –que era lo que más la apasionaba– desde incluso la mitad de su carrera se empezó a hacer un nicho con el diseño de interiores.

De ella se decía que tenía un futuro y que si seguía con esa trayectoria sería una de las lumbreras de la industria de la moda. Tenía bastantes prospectos de trabajo que la esperaban así estuviera indecisa en qué dirección tomar.

Eso talvez sí se lo debía a su apellido; que esos posibles empleadores la continuaran esperando con sus propuestas aún sobre la mesa. Dudaba que donde no fuera una Stark del Norte aquello sucedería.

Sansa lo tenía todo, en el ámbito personal y profesional.

Y no sabría decir qué era lo que le faltaba, pero sí sabía que era algo primordial.

Por unas semanas en Essos creyó que lo que le faltaba era emprendimiento al sentir envidia de ver a Arya haciendo realidad uno de sus sueños. De ver su emoción y empeño. Pero se sacó aquello de la mente, los caminos que ella y Arya habían tomado era muy diferentes como para hacer comparaciones. Y ella quería triunfar a lo grande, no como Arya que se conformaba con lo que obtuvo.

Se dijo que talvez lo que tenía era demasiada ambición. Y no le veía nada de malo a ello. Hasta que no cavilaba que no tenía interés alguno en seguir esa ambición inmediatamente, así como sí lo hizo Arya.

Talvez era sólo que temía dar el siguiente paso.

Que no sabía bien qué quería y como proseguir.

Y decidió mejor no angustiarse al seguir pensando en eso, o preguntarse qué le pasaba en sí, y se decidió mejor por alistarse para enfrentar el día.

No fue sorpresa alguna encontrarse a la mesa con Arya, ya casi al medio día, pues ambas se estaban acoplando a las cinco horas de desface.

Arya notó las ojeras incipientes de Sansa, ojeras que no habían estado días atrás cuando dejaron Braavos, lo que le dejó saber que el regreso al Norte sí la estaba afectando, "¿Cómo amaneciste?"

"…Bien." Respondió sirviéndose un plato de fruta. Y de todos sus hermanos Arya no era de las que preguntaba como uno había amanecido. Lo que le había empezado a llamar la atención cuando emprendieron su viaje. Pero suponía que todo el cambio en la personalidad rebelde de Arya se debía a que dejó atrás esa etapa de su vida.

La verdad cuando su mamá insistió en aquel viaje se dijo a si misma que aquello resultaría en desastre, pues aunque para ahora Arya y ella se llevaban relativamente bien continuaban siendo radicalmente opuestas en cuanto a sus personalidades y a sus formas de ver el mundo. Su mamá obviamente había deseado unirlas, y eso había dado sus frutos; ahora sentía cierto apego mayor y entendimiento que antes no había existido.

Y sorprendentemente ninguna de las dos había ahorcado a la otra. Catelyn Tully debía de estar contenta y aliviada.

"¿Tú?"

Y, a decir verdad, Arya había estado tan apaciguada, tan calmada, que llegó a sospechar que algo mayor que el stress de estar montando su primer negocio la estaba afectando. Incluso llegó a pensar que su madre la dejó quedarse en Braavos para sacarla de algún problema aquí en el Norte. Y la mandaba a ella no solo para que la ayudara sino para que le tuviera un ojo encima. Y qué problema podía ser aquel le había preguntado a su mamá por teléfono desde la lejanía, lo que solo la había hecho burlarse de sus equivocas acusaciones.

Bueno, ya estaban de vuelta en el Norte, a la vida real. Ya alguien más podía ponerle cuidado a Arya mientras se quedaba.

"…Bien." Arya contestó colocándole atención sin demostrar que le colocaba atención. "Estar de vuelta en casa es bueno."

"Sí." Respondió, "Tanto como me gustó Essos, me gusta más Poniente."

"Opiniones diferentes, supongo." Arya contestó y vio a Sansa sacar su celular para quedarse perdida en éste.

Y continuaron desayunando en silencio.

"¿Ya has hablado con mamá de dinero?"

Arya sacudió la cabeza, "No. Hablé con tío Benjen primero. Piensa apoyarme económicamente y accedió a hacerme otro préstamo que será deducido de mi fideicomiso cuando pueda acceder a éste. Nadie lo sabe por ahora, ni siquiera Robb para que no se te vaya a salir." Y la vio asintiendo, más interesada en lo que veía en su celular que en lo que ella le acababa de decir. Minutos después Rickon llegó hasta ellas, Sansa levantando la mirada y sus ojos destellando, "Disfrutando del puente festivo, ¿eh?"

"…Hay que disfrutarlo mientras dure." Bostezó, aún demasiado dormido, "Sansa, ya está en cartelera esa película qué te querías ver. Estaba pensando que podemos ir al cine esta noche si quieres..."

Frunció el ceño bajando el celular, "¿Qué película?" preguntó fijándose en el cabello despeinado, y ver a Rickon siempre le colocaba una sonrisa en la boca. Lo vio frunciendo el ceño.

Rickon evitó mirar hacia Arya, a quien sintió les prestaba bastante atención a ambos en ese momento. No queriendo demostrarse preocupado pasó saliva, "Um…Ya sabes esa de acción con Jaime, Melisandre, Khal Drogo…la del temblor que destroza la planta nuclear, vimos el tráiler hace tiempo…"

"¡Oh sí! Ya." dijo de repente recordándolo, "¿Función de las nueve?" le preguntó y vio a su hermano menor asintiendo. La verdad ella no disfrutaba mucho de ese tipo de películas, pero sabía que ese era el modo de Rickon de pasar tiempo con ella así que no se negaba porque a ella también le encantaba pasar tiempo con él. Terminó de comer y se despidió desarreglándole más el cabello y besándolo en la cabeza, diciéndole que concretarían más tarde o le mandara un mensaje de texto.

Rickon y Arya continuaron desayunando en silencio, hasta que se les hizo aparente que Sansa ya no estaba en los alrededores.

Rickon se quejó bajamente, su postura desplomándose y bajando la cuchara, "Mierda, creí que también había olvidado eso. ¡Esto es horrible Arya! ¿Es siempre así?"

"No…… A veces todavía siento que a ratos me equivoco con cualquier pequeñez…Pero ya uno se acostumbra..."

Rickon sentía angustia con el regreso de Sansa, ella estaba mejor o al menos eso le decían, pero las cosas aquí y en Desembarco del Rey la podían desestabilizar, "¡No me gusta esto! Tener que mentir–"

"–No es mentir. Sólo evadir la verdad en cuanto a las partes de su pasado que ella voluntariamente olvidó."

Rickon sacudió la cabeza, aun no aceptando aquella decisión que Sansa tomó, "¿Y qué pasaría si uno accidentalmente le recuerda algo?" preguntó, halándose el cabello mientras se lo acomodaba, queriendo no sentir esa pesadez en su persona.

"Madre y el psicólogo dicen que nada. No se puede reaccionar a lo que no significa nada para uno"

"–¿Nada o todo?" preguntó con tono de reclamo.

"Dudo que Podrick lo fuera todo." Dijo con molestia ante toda esta situación, no acostumbrándose aún.

"…Bien sabemos que adoraba a Pod. Y sí, él la cagó, pero ¡simplemente no entiendo porque Sansa actuó como lo hizo!"

El tono de voz del pobre Rickon la hizo quejarse bajamente sintiendo pena por él pues Rickon adoraba a Sansa, "Rickon, estos meses también han sido difíciles para mí. Yo no tuve que ver en nada de esto. Habla con mamá, de repente te da más explicaciones de las que me ha dado a mí."

Pujó bajamente, "Lo dudo. Creo que mamá nos ha dicho a todos lo que ella cree debemos saber." habló con disgusto e ironía, "…Y aquí estábamos todos esperando a que nos dieras mayores explicaciones…Que le hubieras sacado a alguna de las dos más información en estos meses."

Se volvió a quejar, por supuesto que sus hermanos acudirían en manada a ella para que les contara todo lo que sabía, lo cual por cierto era muy poco. "…Sólo sé la misma persona que siempre has sido con ella, Rickon."

Rickon asintió, "Oye, qué pasaría si cuando ella vuelva a Desembarco del Rey alguien le pregunta de frente, ey, que pasó con Podrick… Si de repente para recordárselo le muestran una foto impresa de ellos dos juntos. Mamá y tío Benjen pueden haber hecho borrar todo lo concerniente a ellos del internet, del paso de Pod por la vida de Sansa, pero evidencias quedan. Y apuesto que hay gente que son puramente conocidos de poca monta a los cuales no se le advirtió de lo sucedido."

Arya exhaló, tomándo su ultimo sorbo de café, "No sé. Yo ya cumplí con lo que me tocaba, pregúntale a mi mamá o a tío Benjen."

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Rob se giró cuando vio a Sansa venir hacia él, o mejor dicho hacia la puerta, la llave de uno de los carros en su mano, "¡Ey! ¿A dónde vas?" preguntó, viendo que la extrañó con la pregunta y trató de no demostrarse tenso ni sobreprotector.

"…He tenido muchas cosas en la cabeza últimamente, he pedido una cita con mi psicólogo."

"Que bien," comentó de vuelta, al principio aquello dándole tranquilidad hasta que empezó a sospechar, a preguntarse si su mamá estaba al tanto de esto, "es bueno cuidarse, que tomes la iniciativa en esa índole." le contestó, simplemente asintiéndole, Sansa tan solo se encogió de hombros, "Y bueno, mamá mencionó que hoy tienes una cita de trabajo con Baelish y pues ya sabes que el tipo no me agrada–"

Sansa se le adelantó, "–Lo sé, lo sé, no estoy segura que a mí me agrade, pero tiene una propuesta de negocios que cree debo escuchar, si me reúno con él es más por darle el gusto a mamá. Ella fue la de la idea, no yo."

Robb se sonrió apesadumbrado, hasta un punto sintiéndose falso, como si interpretara un papel en toda esta historia, "…Sólo esperemos que él sí lo crea una mera cita de negocios." La vio sonriéndole en burla maldadosa, "Sólo digo, no hace ni una semana que regresaste y ya se colocó en contacto… No sé si mi mamá no ve lo que está delante de sus narices."

"No te preocupes por eso."

Fueron interrumpidos por Catelyn saliendo de la sala que usaba como oficina, mirando del uno al otro.

"Sansa me estaba contando de sus planes para el día." Dijo, notando como su mamá estudiaba a Sansa preocupadamente.

"Oh, cine hoy en la noche, por si quieres ir con Rickon y conmigo, no se sí Arya también." Sansa le dejó saber a Robb, lanzándole un beso a su mamá y desapareciendo por la puerta.

Robb se acercó, "…Esto es tan raro…" le admitió.

"…Lo es, pero no podemos hacer nada más que respetar su decisión."

Para él la decisión de Sansa había sido una cobarde e inmadura, mimada, pero sabía que era mejor no decir aquello, mucho menos delante de su mamá quien llevaba cuatro meses defendiéndola a capa y espada, "¿No hay una parte tuya que crea que Sansa se equivocó?"

"He visto a todos mis hijos cometer errores, y a ninguno los juzgo por estos."

Rob trató de no girarle los ojos, "…No respondiste mi pregunta."

Catelyn estiró el brazo para que le pasara los papeles que lo había mandado a buscar. Sí, Sansa se había equivocado. Estaba muy al tanto de eso. "Sansa siempre ha sido demasiado emocional, y sabemos por todo por lo que ha pasado, no solo con Podrick…ponte en sus zapatos."

"Tiene cita con su psicólogo, eso es bueno ¿no?" preguntó de frente y vio que la sorprendió, de inmediato sacando el celular del bolsillo de su falda y entrando a la oficina, Robb siguiéndola, y parando oreja para ver si lograba averiguar algo de lo mucho que aún no sabía.

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Diría que la visita a su psicólogo la ayudó, aunque no demasiado, pero ya sabía que aquello se trataba de varias terapias no solo de una.

Cuando Sansa entró al restaurante y se giró para dejarse remover el abrigo por Petyr sus ojos se encontraron accidentalmente con los de un hombre quien en ese mismo momento levantaba la mirada.

Impresionada le sostuvo dicha mirada larga y profunda, tras unos segundos que se le hicieron eternos incomodándose, pero no pudo evadirlo pues sintió curiosidad ante la forma en que él la estudiaba; seria y abiertamente. No era coqueteo, sino sorpresa seguramente como la de ella. Su corazón poco a poco empezando a latir rápidamente, sintiéndose aturdida mientras sus rasgos ordinarios de repente vinieron a golpearla, haciéndosele sumamente atractivo de un segundo al otro, hasta el punto de sentirse sin aire, de empezarse a sonrojar y su cuerpo completo subir de temperatura.

Fue Petyr quien rompió el hechizo al deslizar su mano por la extensión de uno de sus brazos, el hombre dejando de mirarla por seguir aquel movimiento mientras ella evitaba aquella caricia con un movimiento repentino y brusco, sin siquiera pensarlo. Vio la quijada del hombre templándose, pasando saliva, o con dificultad la comida que tendría en la boca, y colocando su atención de nuevo en el plato enfrente de él. Sintió a Petyr de nuevo tratando de llamar su atención y lo miró por sobre el hombro ofreciéndole una sonrisa cordial, "Siento no haberme vestido más acorde al lugar." Y no, no lo sentía, lo había hecho a propósito, venía en tenis, jeans y camiseta para darle a entender que esto no era una cita romántica, sino algo descomplicado.

Volvió a buscar al hombre con la mirada y vio el asiento vacío mientras se dirigía hacia la parte de atrás del local. Así que continuó haciendo charla banal con Petyr por un par de minutos mientras esperaban por mesa. Y no sabía ni porque había accedido a encontrarse con él; por su bien era mejor tenerlo a metros, pero se sentía sola y decaída, y sabía que él podría ayudarla con eso así fuera cometiendo un horrible error del que se arrepentiría al día siguiente.

Suponía que continuaba batallando consigo misma.

Sólo en esos momentos Sansa notando a otro hombre viniendo hacia ellos, un rostro familiar, "Tyrion, no sabía que estaba en el Norte." Comentó agachándose un tanto para poder saludarlo de mano.

"Ah, para que vea." Contestó, y después de ella estiró el brazo para saludar hipócritamente a Baelish, esperando por cualquier comentario inteligente de un momento a otro, pero éste no llegó. Y prosiguió a contarles cortamente que su visita en el Norte era una relámpago.

Sansa levantó la mirada cuando vio que el hombre de antes regresaba, y no se detuvo ante la mesa, sino que caminó directamente hacia ellos, notó que regresaba con el cabello mojado, la cara húmeda y roja talvez por el frío. Y aparentemente era el acompañante de Tyrion. Él se detuvo ante ellos. Y de nuevo ambos se quedaron mirando abiertamente, por alguna razón sintiendo anhelo y necesidad por aquel desconocido. Aunque a decir verdad se le hacía paradójico que él físicamente fuera todo lo contrario a los hombres que solían atraerla. Pero su barba pulcramente arreglada, el cabello recogido, y todo el look descomplicado le llamó la atención. Y sus ojos oscuros. Sus ojos provocaban algo en ella.

A diferencia de antes la mirada profunda de él ya era una diferente, y los movimientos ansiosos de su cuerpo le dejaron saber que se contenía. La estaba empezando a enervar, y lo iba a saludar cordialmente ya que Tyrion no lo presentaba, pero fue interrumpida por el mismo hombre.

"¿Podemos hablar?"

Lo escuchó decir de la nada, fría y concisamente, con molestia, lo que la tomó desprevenida pues el hombre le hablaba como si no fuera un total desconocido. Era un atrevido, eso era lo que era.

Y aun así…aunque de repente se sentía alerta por su presencia también sentía tanto como decepción y tristeza invadiéndola.

Al Tyrion notar la reacción de sorpresa de Sansa y de Baelish se carcajeó para mermarle importancia al momento, "Ah, juventud e ir directamente por lo que se les apetece. Disculpen la falta de sutileza de mi amigo," Dijo, en el momento que veía su carro alquilado siendo estacionado afuera, "Vámonos Podrick, ya ha tenido mucho que beber esta noche. No nos haga quedar mal."

Sansa vio las cejas del hombre moviéndose, preocupado mirando hacia abajo a Tyrion, cayendo en cuenta de su error, y exhalando profundamente. Volviéndola a mirar intensamente.

Se fue hacia atrás defensivamente cuando lo vio que la fue a tomar de la mano, Petyr interponiéndosele en el camino al desconocido y Tyrion también intercediendo. Ella simplemente se alejó unos pasos mientras escuchaba a Tyrion reprendiéndolo, por alguna estúpida razón se encontró lagrimeando en vez de estar enoja. Y después de –con molestia– limpiarse vio por uno de los espejos del bar que el tipo la seguía mirando intensamente.

De repente él pasó de lado a Petyr, en un afán marchándose.

Tyrion se le acercó a Sansa, entre sorprendido y confundido pidiéndole disculpas y diciéndole que no sabía qué había poseído a su joven amigo pues era educado, y suponía que esas actitudes las traía era el alcohol. A Sansa no le importaron sus disculpas, y Tyrion avergonzado comprendió, disculpándose nuevamente para marcharse prontamente.

Petyr se le acercó a Sansa tomándola del brazo para calmarla, "¿Estás bien?"

"Sorprendida, eso es todo." Le dejó saber, incomoda y asustada viendo el carro marchándose, pero cayendo en cuenta que no vio si el hombre se trepó o no a éste.

"¿Y no lo conoces?" Petyr decidió preguntar, estudiándola. Viéndola conmocionada, abochornada, frunciendo el ceño y dejando de mirar hacia la calle.

"No, no creo." Le respondió, confundida por aquella actitud, por todo lo que había sucedido, por cómo se estaba sintiendo.

"Disculpe, señorita Stark, tenemos una mesa privada disponible."

Petyr miró al dueño del restaurante, quien obviamente había sido notificado de lo sucedido y venía a hacer enmiendas en algo que había estado fuera de su alcance. "¿Te quieres quedar?"

Sansa miró hacia afuera de nuevo, "¿Se fue ese tipo con Tyrion?"

"Sí." Varias personas que habían estado atentos a lo sucedido respondieron.

El dueño del restaurante frunció el ceño, ¿ese tipo? "¿No es su novio?"

¿Ese tipo su novio? "¡No!"

"Oh, entiendo." Dijo, mirando a su acompañante y éste se encogió de hombros para preguntarle nuevamente a ella si se quería quedar o marchar.

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¡Una nueva historia! Sí, relativamente larga y llena de drama, pero también mucho más llena de fluff y romance. Más descomplicada que mis anteriores...No. Miento. Escribiendo esta historia hasta yo me he confundido, pero espero que las muchas horas de escribir hayan servido para hacer este enredo entendible. Sabrán a qué me refiero mas adelante, mwahahaha.

También paciencia para llegar al fluff, todo el drama está en los primeros capitulos.

Título pendiente por cambio.

Fic basado en Eternal Sunshine of the Spotless Mind, así que vayan véanla sino lo han hecho ya para qué sepan a que nos estaremos enfrentando.