-K U V I R A-
—¡Sueltame!— gritó una pequeña histérica de no más de 12 años
Suyin había atado a cunita con los cables hasta que lograra calmarla. Aborrecía este método pero Kuvira no sabía seguir indicación ni mucho menos controlaba su temperamento
—Kuvira, detente ahora mismo— pidió Su amablemente, Kuvira la miró molesta
—¡Dije que me sueltes, no eres mi jefa ni mucho menos mi mamá!— explotó la pequeña, lágrimas caían de su rostro
Ah, Suyin se dio cuenta del problema, hay estaba el detonante de este arranque de irá tan repentino.
El cumpleaños de Kuvira había pasado hace unos días y sus padres no estuvieron presentes, ni siquiera fueron a visitarla o dieron alguna explicación del por qué no vieron a su hija en un día tan especial.
—Debes calmarte— Suyin puso una mano en la mejilla de la niña secando las lágrimas —Solo así te soltaré—
Kuvira dejo de luchar, se veía agotada. Si espalda encorvada y sus ojos caídos.¿hace cuanto no descansaba bien?
—¿Como es posible que no me quieran?— murmuró Kuvira para luego morderse el labio tratando de evitar las lágrimas
A Suyin de le partió el corazón. Kuvira era difícil, si. Y costaba aveces entenderla, bastante. E incluso temía que la niña la lastimara oa si misma.
Pero era una niña, seguía siendo una niña que necesitaba ayuda, allí entendió el punto de Lin.
—¡Tienes un gran potencial por que pierdes tu tiempo con estos inútiles!— las palabras de Lin resonaban en su cabeza
Una niña.
Con un gran potencial.
Y si no recibe la ayuda que necesita podría terminar en el camino equivocado.
Pero primero...
—Yo te amo Kuvira, tal vez no sea tu madre— Suyin le sonrió —pero quiero que sepas que me preocupo por ti, más de lo que te imaginas. Quiero ayudarte—
—¿me amas?— Kuvira la miró a los ojos, con un poco de fe y miedo
—Si no me crees llamemos a Aiwei y que él lo corrobore— Suyin rió tratando de animar a la niña
Parecía haber funcionado, Kuvira sonrió. Suyin soltó a Kuvira de los cables y ahora era la niña quien la abrazaba
Al principio fue una sorpresa, pero acepto el abrazo con gusto
—También te quiero Su— dijo la niña en el hombro de la matriarca
