PRÓLOGO: Esta historia constituye un capítulo dentro de la tercera parte de la serie, cuando Sakura transforma las cartas.
UNA AUTÉNTICA MUSA
-¡Uy! Perdone, señor- Sakura se disculpó tras tropezar con un hombre al doblar la esquina patinando, cuando iba hacia el colegio.
- Por suerte no le ha ocurrido nada a la cámara- se llevó la mano a uno de los hombros, del cual colgaba una correa negra.
- De verdad que lo siento.
- No puede ser...Nadeshiko...-murmuró.
-¿Cómo dice?
- Me recuerdas mucho a una persona con la que trabajé hace mucho tiempo. Tienes sus mismos ojos. Se llamaba Nadeshiko Kinomoto.
- Era mi madre- sonrió de oreja a oreja.
- ¿En serio?- el hombre estaba en estado de shock, no se lo podía creer.-¿Cómo te llamas?
- Sakura Kinomoto.
- Vaya…la flor de cerezo era su preferida. Yo soy Hiromu Sakawa, fotógrafo profesional.
- Encantada. Y usted ¿cuándo la conoció?
- Yo trabajaba para varias revistas de moda, y a menudo tenía que fotografiarla a ella. Sin duda, era la mujer más hermosa de la ciudad. Nos hicimos amigos, pero un día tuve que marcharme a Francia por motivos de mi empleo. Cuando me fui, ella tenía ya un hijo de cinco años. Perdimos el contacto, y no llegué a saber que tuvo una hija. Me comunicaron su muerte.
- Mi hermano tiene ya casi dieciocho años, y yo once.
- Ha pasado mucho tiempo, sí.
-
- De acuerdo, le prometo que iré. Gracias.
- Hasta pronto.
- Se llama Hiromu Sakawa, y es fotógrafo. Conocía a mamá y, al verme, me dijo que me parezco a ella.
- Es cierto- dijo Fujitaka.- Sakawa era el jefe de un gran equipo de fotógrafos. Vuestra madre me hablaba mucho de ellos, tenían mucha fama. Algunas de las fotografías que yo tengo están tomadas por él. Pero él debe tener muchas más inéditas.
- Quiero ir a visitarlo.
- Me parece buena idea.
- Y voy a hacer unas galletas para llevárselas.
- Buenas tardes, señor- se inclinó.
- Me alegra mucho que hayas venido.
- Le he traído estas galletas.
- Muchísimas gracias. Siéntate mientras preparo un poco de té.
-En realidad te he hecho venir porque quería proponerte una cosa.
-¿Qué?
- Querría que posaras como modelo para una revista de moda para chicas. Me han contratado para buscar nuevos rostros y el tuyo me parece perfecto.
-Pero…yo no sé si…
-No tienes que decírmelo ahora. Piénsalo. Tú eres exactamente lo que estaba buscando, y te pareces tanto a ella…Puedo lanzarte a las portadas de las revistas, a los desfiles, a la fama, que irá aumentando a medida que crezcas. Llegarías donde tú quisieras.
-Tengo que pensarlo.
-Ven a responderme cuando quieras.
-Papá, me ha dicho que tengo futuro como modelo. Pero yo no sé si decir que sí.
-Hija mía, la decisión tienes que tomarla tú. Hagas lo que hagas debes ser consecuente.
-¿Un monstruo en una psarela?- su hermano salió de la nada dándole un golpecito con la palma de la mano en la cabeza.
-¡Eh! ¡Que yo no soy un
monstruo!!
( **^^**).
-Serías una modelo fabulosa, Sakura. En todos mis videos sales tan bien…
-Y además estoy acostumbrada a llevar tus trajes.
- Entonces, ¿vas a aceptarlo?- preguntó Li, aún ruborizado.
- Ay, no sé. Algo me está diciendo que no debo.
- Hay una cosa en la que no has pensado. Actualmente estás transformando las cartas de Clow, y tal vez no sea buena idea.
-Aunque por otra parte no se puede negar que eres una niña muy guapa- añadió.
-Yo no discuto eso- dijo Yue.- Pero la gante no debe saber nada acerca de las Cartas ni de tu misión.
-Y si resulta que algún fotógrafo lo descubre se puede liar una buena- concluyó Kero.
-Es cierto- bajó la vista al suelo, pero rápidamente la alzó, llena de energía.- Tengo que cumplir con mi cargo.
-Nadie te dice que una vez que hayas cambiado todas las Cartas y tu poder esté en equilibrio no puedas pensártelo de nuevo. Pero ahora…
-Lo comprendo. No pienso fallar.
-¡Oh, llave que ocultas los poderes de mi estrella, revélame la naturaleza de tu verdadero poder! Te lo ordeno por el rango que me ha sido otorgado, ¡libéralo aaahoraa!
- ¡Oh, Carta creada por el Amo Clow, rechaza tu aspecto anterior y transfórmate! Te lo ordeno como tu nueva maestra, ¡obedece mis deseos!
-Hola, señor Sakawa- sonrió.
-Hola, Sakura. Me temo que tengo que proponerte un trato algo diferente al del otro día.
-¿Qué trato?
- Tienes unas ocupaciones muy raras, ¿verdad? Yo pasaba por allí y digamos que tengo un carrete entero.
-¡No es posible!
-Esto puede interesarle a mucha gente. Una niña guapa lanzando conjuros mágicos no es algo que se vea todos los días.
-Pero usted no sabe lo importante que es esto. ¡Debe permanecer en secreto! Por favor…
-No lo haré si aceptas mi antigua oferta.
-Eso no es justo.
-Le llamaré…mañana. Se lo prometo.
-¿Dices que el idiota ése te pilló transformando una Carta?- Kero estaba indignado.
-Y tiene pruebas- se enjugó una lágrima.- ¿Qué voy a hacer ahora?
-No puedes ceder a sus presiones- intervino Yue, algo mosca porque detestaba los problemas.
-Quizá sea verdad que tengo dotes de modelo, que es algo hereditario. Lo más prudente será aceptar y tratar de que ninguna otra cámara me saque en situación comprometida.
-Nadeshiko…-susurró.
-Hiromu- dijo con una preciosa voz.- Yo te recuerdo, Hiromu Sakawa. El mejor de los profesionales de la fotografía. También sé por qué te marchaste.
-Tenía que olvidarte…Era sólo un muchacho de diecinueve años cuando te conocí, y tú ya estabas casada y con un hijo. Mi amor era en vano- se le saltaron las lágrimas.- Cuando me enteré de que tú…Dios mío, fue tan injusto…Estabas en lo mejor de la vida. Pasaron algunos años y decidí regresar a Tomoeda, pero entonces tropecé con tu hija. Se parece tanto a ti que cada vez que la veo es como si te estuviera viendo., la misma risa, los mismos ojos…
-Escúchame, Hiromu. Sakura ha sido elegida para realizar una importante misión, pero para conseguirlo necesita centrarse en ello. Muchas cosas dependen de su magia, y eso no es todo: además lleva una vida normal, con una familia, unos amigos que la quieren. Nunca será simplemente un rostro. Por favor, no dejes que el mundo vea esas imágenes.
-Cuando Sakura crezca, ten por seguro que si decide ser modelo te llamará. Ella es así.
-No te marches, Nadeshiko…
-Tienes treinta y seis años y mucha vida por delante. Conocerás muchas cosas, volverás a amar. Sé tan feliz como puedas. Yo me acordaré de ti, Hiromu Sakawa.
Diciendo esto, desapareció, llevando en una mano las fotos. Él cerró los ojos y soñó de nuevo con el rostro que acababa de ver.
-Touya, hijo mío.
-Mamá… (Nota: Touya aún tiene sus poderes)
-Guarda estas fotos en un lugar seguro. Confío en ti.
-Ambos cuidamos de ella, ¿verdad?-cogió el paquete.
-Así debe ser. Tiene un gran futuro.
-¿Señor Sakawa?
-¿Sí? Ah, Sakura…
-Yo le quería decir que…
-Perdóname, Sakura. Perdóname, por favor. Te prometo que nadie sabrá nunca nada de esto.
-¿Cómo?
-Te estaré esperando por si algún día decides ser mi musa, pero no soy nadie para obligarte.
-Se lo agradezco mucho. Tal vez dentro de un tiempo le avise.
-Ven a visitarme alguna vez, por favor.
-De acuerdo. Pero ¿dónde están las fotos?
-Uummm, las fotos…en el lugar más seguro que existe.
