Nuestra Familia

Flashback

- Bueno, da tu mejor esfuerzo, Moroha.

- Oigan… ¿puedo darles… un pequeño… abrazo?

- ¿Qué?

- ¡Ay, rayos!

- Moroha.

- ¡Hasta pronto, mamá y papá!

Fin del flashback.

Han pasado ya varias semanas desde aquel abrazo de parte de su pequeña. Aome lo rememoraba constantemente, y le resultaba inevitable que sus ojos se nublaran.

Confiaba en que le iría bien en su viaje junto a sus primas, y entendía bien que en aquella época llena de peligros es fundamental saber defenderse por sí mismo. Sin embargo, al fin y al cabo era madre de una única hija, que no hace mucho había recuperado. Por más que lo intentara, le era imposible no extrañarla.

Era ya la hora del atardecer. La joven sacerdotisa sentía una suave brisa mecer su cabello mientras recogía vegetales para la cena. Pronto tuvo lista una cazuela con sopa. Y, justamente oyó la voz de su esposo.

- Ya llegué Aome.

- Bienvenido InuYasha, la cena está lista.

Mientras ambos cenaban, para el peli-plateado no pasó desapercibido aquel semblante melancólico en su amada. Apenas terminaron de comer, la interrogó.

- ¿Qué te ocurre?

- No es nada.

- No me mientas. Conozco bien esa mirada tuya cuando estás triste.

- Bueno, tienes razón lo lamento. Es solo que… la extraño.

InuYasha se conmovió y procedió a cobijar a su esposa en sus brazos recostando su cabeza en su pecho.

- Te entiendo. Aunque no lo diga, yo también extraño a Moroha. Pero tranquila, ella volverá pronto.

- Lo sé… me alegra que al menos ya esté libre de su deuda, y también que después de tanto tiempo hayamos vuelto a nuestro hogar.

- No importa lo que pase, ahora siempre tendremos adónde regresar.

- Me siento tan orgullosa de nuestra niña…

- También yo. A pesar de todo, creció sana, fuerte, y con un noble corazón como el tuyo.

- Y con tu valor y habilidades.

Permanecieron así largo rato. Abrazados, y recordando amorosamente a su hija. Desde que la esperaban, hasta los momentos compartidos con ella antes de partir con sus primas gemelas. Posteriormente, procedieron a darse un tierno beso que fue el toque final para confortar sus nostálgicos corazones.

Pasaron 3 meses más, y la pareja compartía lo más que podía. Cierto día que no tenían ocupaciones, disfrutaron de unas aguas termales juntos. Daban paseos nocturnos para contemplar las estrellas, y varias noches se entregaban a la pasión. Al poco tiempo, esas entregas dieron su fruto. Aome quedó nuevamente encinta.

- ¡Qué noticia tan hermosa Aome! Tendrán una nueva oportunidad para criar.

- Gracias Sango.

- La señorita Moroha seguramente será una buena hermana mayor.

- Justamente espero que se sienta bien con la noticia, Monje Miroku.

- No se preocupe. Después de todo, ella tiene un hermoso corazón y seguramente estará encantada de cuidar a ese pequeño.

- Moroha aceptó con mucha madurez todo lo que le contamos sobre nuestra historia antes de irse. No creo que rechace la idea de un hermano.

- Es cierto InuYasha. Nuestra Moroha es una buena niña.

Otras 2 semanas más tarde…

- ¡MAMÁ, PAPÁ!

¡InuYasha! Es…

¡Sí, lo sé!

- ¡He vuelto!

- ¡MOROHA!

La niña había crecido notoriamente. Casi llegaba a la altura de sus primas. Sonreía y corría hacia la cabaña, dispuesta a abrazar a sus padres.

Ellos tenían los brazos abiertos para ella. Los tres quedaron envueltos en ese cálido reencuentro.

- Ya estoy en casa.

- Bienvenida hija.

- Qué alegría… te extrañábamos tanto.

- Yo también a ustedes. Tengo mucho que contarles. Además, les traigo unos obsequios.

Una vez dentro de la cabaña, la adolescente entregó los regalos a sus padres.

- Mamá. Conseguí este bonito broche con la estrella de tu nombre.

- Es precioso hija. Muchas gracias.

- Y papá, para ti traje esta armadura. Sé que tenemos las Túnicas de Ratas de Fuego, pero podría brindarte protección extra sobre todo en las noches de luna nueva.

- Gracias Moroha. Antes de que nos narres tus aventuras, hay algo que queremos decirte.

- ¿Qué es?

- Hija, nosotros también tenemos un regalo para ti.

- ¿En serio? ¿Cuál?

- Cachorra, en 7 meses, tendrás un hermano.

La niña quedó boquiabierta ante la noticia. Por un instante se quedó sin habla. Sin embargo, acto seguido sonrió de oreja a oreja y se lanzó nuevamente a los brazos de sus padres.

- ¡AHORA TAMBIÉN TENDRÉ HERMANO! ¡Gracias mamá, papá!

Los dos padres sonreían cálidamente correspondiendo el abrazo de su niña. La familia en crecimiento tenía sus corazones llenos de júbilo.

Durante todo lo que restaba de la gestación de Aome, tanto InuYasha como Moroha la cuidaban celosamente. La mimaban y complacían en todo lo que podían, y más de una vez la sermoneaban para no excederse en sus labores.

Finalmente, llegó el día del nacimiento. Aome era atendida por Kaede, e InuYasha permanecía a su lado sosteniendo su mano.

- ¡DUELE DEMASIADO!

- Lo sé Aome, pero aún no es momento. Debes dilatar 3 centímetros más.

- Resiste Aome, estoy aquí contigo.

- Gracias… InuYasha.

Moroha esperaba afuera junto con Towa y Setsuna. Cada vez que oía a su madre sufrir de le estrujaba el corazón. Además, al igual que su padre, le temblaba la rodilla cuando estaba preocupada.

- Tranquila Moroha, todo estará bien.

- Tía Aome es una mujer muy valiente y fuerte.

- Lo sé, pero no soporto oír que sufre así.

- ¡Ama Moroha!

La chica sintió el inconfundible picor en su cuello.

*Tap*

*Wuuuuuu*

- ¿Qué haces aquí Anciano Myoga?

- ¡¿Qué pregunta es esa?! Yo estuve cuando usted nació, naturalmente no me iba a perder la llegada de su hermano. Pero además de eso, vine a recordarle que usted puede ayudar a su madre.

- ¿Yo?

- Haga memoria. Usted recibió lecciones de poder espiritual. Usted puede aliviar el sufrimiento que padece su madre justo ahora.

- ¡Oh, ya lo recuerdo! ¡Iré enseguida!

La niña entró en la cabaña, y vio a su madre esforzándose por resistir el deseo de pujar, y su padre secándole la frente.

- ¡Moroha! No deberías…

- Perdón abuela, pero ya no resistía oír a mi mamá adolorida. Por favor, déjeme ayudarla. Conozco cómo hacerlo.

- Está bien, pequeña.

- Papá, por favor, recuesta la espalda de mamá en tu pecho.

- Ah, sí.

Moroha susurró dulcemente al oído de Aome.

- Mamá, yo también te ayudaré.

Tomó su mano, cerró los ojos, y concentró su poder en el bello pensamiento de que su madre estaba lista para alumbrar al bebé, con toda la fuerza necesaria.

Cinco minutos después, Kaede finalmente anunció que era el momento.

- ¡Vamos Aome, ahora!

- ¡AAAAH!

- Tú puedes mamá, aquí estamos.

- ¡AAAAGH!

- ¡Ya sale la cabeza!

- Respira, y resiste un poco más Aome. Ya casi llega.

La sacerdotisa obedeció a la petición de su esposo.

- ¡AAAAAGH!

Por fin, se oyó el llanto del pequeño.

- ¡Es un niño!

- ¡Mamá lo lograste!

- ¿Te encuentras bien?

- Sí… Gracias… por estar a mi lado.

- Aome…

- Mi niña… Gracias… Estoy muy orgullosa de ti.

- Mamá…

Mientras Kaede se ocupaba de la fase final del nacimiento y de asear al niño, padre e hija confortaban a la agotada pero feliz madre con suaves caricias en su cabello y manos, InuYasha besó tiernamente su coronilla, y la recostó en el colchón para proceder a reposar después de semejante esfuerzo.

Cuando finalmente el pequeño estuvo en brazos de su madre, la pequeña familia se maravilló.

- ¡Mira papá, tiene tu cabello plateado y tus lindas orejas!

- Y los ojos de su madre y hermana.

- Es un niño encantador.

Poco después, el pequeño fue saludado por todos los seres queridos de la familia.

- ¡Qué lindo es!

- ¡Felicidades!

- ¡Qué valiente fuiste Moroha! ¡Ayudaste a tu hermanito a venir al mundo!

- Muy bien hecho, ama Moroha. Felicidades, ama Aome.

- ¿Cuál será su nombre?

- Hemos decidido, que el nombre se lo de su hermana mayor.

- ¡Dinos Moroha!

- Su nombre será, Kichiro. Porque mi hermano será un niño muy afortunado al tenernos a todos nosotros.

- ¡Awww… me encanta hija!

- Es un buen nombre.

De pronto, el pequeño emitió tiernos balbuceos, y estiró su manito hacia el dedo de su hermana.

- Parece que a él también le agrada su nombre.

- ¡Qué ternura!

- Kichiro, bienvenido a la familia.

Fin.

Hola! Hoy, les comparto esta tierna idea que me surgió de la mente y el corazón. Una familia creciente, y más unida que nunca. Espero que les guste.

Un abrazo a la distancia

Esta historia participa en el #Gran Concurso MundoFanficsIyR el cual lleva por nombre #WeLoveFicsMundoFanFicsIyR #Por_amor_al_fandom MundoFanFicsIyR