Capítulo 2 | Un dulce trato.

Cómo si fuera la última vez

Sakura.

Mi cerebro se ha quedado completamente seco de repente, cualquier resto de inteligencia en mí ha desaparecido, tal como si mis neuronas hubieran muerto por completo en cuanto ellos dijeron a viva voz el nombre del sujeto, porque claro, entre las muchas miles de personas que van saliendo en el mismo momento de esta gran universidad yo tenía que señalar justo a alguien que ellos conocen, pero sí que se me ha quedado la suerte durmiendo esta mañana de lo más cómoda.

Este amigos míos, sería un buen momento para usar las técnicas ninjas de escape de las que Sai tanto alardea, ¡Sí tan solo fueran algo existente y no solo producto de su loca imaginación! El sujeto se acerca a nosotros peligrosamente cual cazador acechando a su débil presa, pero claro que eso solo es así dentro de mi imaginación, pues él viene demasiado perdido en su teléfono celular como para notar a la desconocida que se hace gelatina debajo de los potentes rayos del sol y que se va escurriendo en el feo suelo.

—Sasuke-kun —Le llamo, díganle instinto de supervivencia o idiotez en su máximo esplendor, no lo sé, pero es lo único que puedo hacer para intentar mantener mi mentira, esperando que él, o Dios, o quien sea se apiade de mi pobre y pecadora alma. Sujeto fuertemente su brazo antes de que él pueda terminar de reaccionar, él me da una sonrisa nerviosa, y luego pone una expresión que grita a todas luces que no entiende que es lo que está pasando. Es claro, y por demás razonable que él no entienda ni la mitad de las cosas que pasan, porque no raya para nada dentro de lo normal que una extraña se acerque a ti y te tome del brazo como si entre ustedes existiera toda la confianza del mundo, ojalá que además de guapo pueda leer las mentes, porque eso nos vendría la mar de bien.

—Sasuke, ¿Por qué no se te ocurrió decirme que salías con Sakura-chan? — Le interroga Naruto, él solo me mira de nuevo bastante confundido, yo solo le sonrío, como si eso fuera a evitar la vergüenza que se apodera violentamente de mi diminuto cuerpo -En comparación con el de él porque me lleva al menos una cabeza y media-

—¿Tengo que informarte de todo tarado? — Responde escueto—Hablemos —Me susurra, para luego tomarme de la mano y comenzar a arrastrarme a un sitio bastante lejano de nuestros dos espectadores, por alguna razón tengo esa sensación de que él me va a gritar hasta no más por haberlo envuelto en una tonta mentira, seguro lo primero que dirá es que tengo que alejarme de él, y correrá a donde los otros dos a decirles que soy una mala imitación de pinocho —Dime, ¿Qué ha sido todo ese grato recibimiento? ¿Nos conocemos acaso? — Pregunta

Resulta ser todo lo contrario a que lo yo esperaba, pues su voz suena calmada, pacifica, y hasta un tanto divertida, como si le pareciera por demás gracioso todo lo que acaba de pasar, pero seguro que sí ¿A quién no la verdad? A él se le nota hasta en la forma en que se sienta en el suelo y pone sus ojos sobre mí. Respiro pensando en cuales palabras serían las correctas para decirlo, pero intentar explicar esto me va a resultar más que demasiado complicado, eso lo sé, empero, tomo todo el valor que puedo encontrar dentro de mí para abrir la boca y contar mi para nada enredada historia.

—Esos dos que estaban conmigo antes — Digo temblorosa

—¿Hinata y Naruto? —Asiento

—Se casan en tres meses— Repito de la misma forma.

—Lo sé, son mis mejores amigos—

A este punto estoy pensando seriamente en ir y hacerme esa "limpia" con aquel señor que vive en la esquina de mi casa que dice tener conocimientos de magia, porque en serio que me sería de mucha ayuda, a ver si después de eso dejo de estar metiendo la pata cada que hago algo, porque imagina estar tan de mal en la suerte que no fue un simple conocido quien señale al azar, si no su mejor amigo ¡Su mejor amigo! ¿Por qué nunca supe de él?

—B-bueno— En algún punto me he vuelto una cajita completa de nervios que está a nada de desbordarse, porque después de saber que es su mejor amigo me cuesta volver a encontrar las palabras correctas para expresarme —Ese sujeto de ahí, llego hace poco a gritarme que yo le gustaba, y ayer de la nada solo me dijo que se casaría con una de mis amigas, intente salvar mi dignidad y creo que solo la termine comprometiendo más al meter la pata, y luego, las cosas salieron mal y tuve que señalar a la primera persona que vi para cubrir mi imperfecta mentira— Se que dicho de esta manera parece demasiado fácil de entender y puede que de cierta manera hasta poco razonable, pero aun así, no deja de ser una real tontería, la más grande cometida en mis veinte años, y eso, que he cometido muchas, demasiadas tonterías.

Él se ríe estrepitosamente dejándome en claro que entendió a la perfección todas mis palabras, pero claro amigo, puedes burlarte todo lo que desees de mis medidas desesperadas de protección ante este fenómeno extraño del amor —¿Señalas extraños al azar para cubrir tus mentiras? —Asiento consumida por la vergüenza, el resumen que él ha dado de lo que dije me hace parecer una completa estúpida, de hecho creo que lo soy, porque de vez en cuando mis neuronas se quedan bailando en otro lugar haciendo que mi cabeza se ponga completamente tonta.

Quizá debí decirle a Gaara que me ayudará en esto, aunque de hecho es bastante probable que él me hubiera sacado de una patada de su habitación y luego me hubiera gritado que era una completa loca, porque así es él, y en realidad tampoco dudo ni un poco aquello de que estoy loca de remate, mira que meterme en estos líos, sí seré tonta.

—Te das cuenta lo que pensarían de ti y de mi si resulta que ya tengo pareja —

Cubro mi rostro sintiéndome todavía mucho más avergonzada, sí ese fuese el caso, es evidente que a él no le importaría para nada dejarme al descubierto, como buen humano seguiría aquella ley de solo pensar en sí mismo, porque para empezar ¿Por qué se preocuparía por mi persona de todas formas? Somos solo dos simples desconocidos que han chocado de muy mala manera en esta vida. Quiero que en el suelo se haga un agujero tan grande que me pueda conducir hasta mi casa, para que así pueda esconderme debajo de mi preciada mantita favorita.

—Tienes toda la suerte de que no sea el caso— Dice. Descubro mi rostro lentamente, para poder observarlo fijamente, él suspira cuando se da cuenta de esto y desvía la mirada, siento que hay un rayo de esperanza para mí al final —Te ayudaré, pero solo con una condición —Asiento rápidamente, sin escuchar cuáles son sus condiciones, quiero cerrar este trato, porque no quiero que se arrepienta, mi único interés de momento es dejarle en claro que tiene que cumplir su palabra sin echarse atrás — Tienes que seguir fingiendo dos semanas después de la boda de estos idiotas, mi hermano se casa en esa fecha, y me pidió que no llegara solo— Revolea los ojos, y sus mejillas se ponen rosadas, lo que me parece un tanto gracioso y las ganas de reír llegan a mí, pero me contengo porque sé que no estoy en posición de hacer ningún movimiento en falso que lo pueda molestar e incomodar.

Pero vamos, que sí yo soy una completa mentirosa, él se corona como el rey, tiene una facilidad sorprendente para crear historias impresionantes en su cabeza, ya que en cuestión de minutos se crea la historia de amor más increíble del mundo, con las campanas del destino sonando, este chico en lugar de criminalista debería ser escritor de ficción el muy mentirosillo. Intercambiamos uno que otro dato necesario y que pueda resultar importante para que no metamos la pata, porque no queremos ser los típicos mentirosos todos despistados que terminan por contradecirse arruinando todo por completo, eso sería fallar, y eso es algo que el genial Sasuke Uchiha -engreído Uchiha diría yo- no se permitiría.

Aunque claro está, que con que los dos pares de ojos que nos observan se lo crean por completo me es suficiente, esto es demasiado sencillo para que algo pueda salir mal ¿Cierto? Las respuestas a lo que pueden preguntar son sencillas hasta no más, nos conocimos en el sitio donde trabajo -esto a clara sugerencia mía porque no es ningún secreto que no tengo ni la más mínima vida social- hace poco más de un mes, y caímos flechados en el momento por esa magia del amor, comenzando a salir dos semanas después como si nosotros fuéramos dos críos de secundario que siguen sus instintos hormonales solo porque sí.

Para mi muy buena suerte -que llego repentinamente- ellos se creen todo nuestra mentira, y las cosas pintar a ir bien cuando tomo el brazo de Hinata para que podamos irnos de este lugar antes de que mis neuronas se mueran por completo.

Sin embargo…

—Sasuke-kun— Llama, esa voz, esa jodida voz que siempre pretende arruinar todos los pasos que doy hacía el frente ¿Por qué tenía que ser justamente ella? ¿Por qué hoy? ¿Por qué él? Su cabello rojizo es lo primero que entra en mi campo de visión, cuando ella me impulsa hacia adelante alejándome de Sasuke, y terminando en medio de los dos ¡Pero que menuda grosera!

—Karin suéltame por dios —

Él y yo cruzamos miradas un par de segundos, y me da la extraña sensación de que Karin, al menos de momento se convertirá en una molesta piedra en mi zapato, de esas realmente molestas que te impiden dar un solo paso porque sabes que de hacerlo saldrás terriblemente herido. Conozco a Karin desde hace mucho tiempo a decir verdad, pero no somos amigas, y no estamos cerca siquiera de serlo algún día, porque sinceramente ni siquiera nos soportamos, nosotras dos solo existimos en el mismo espacio y respiramos el mismo aire porque hemos tenido la suerte de ser terriblemente desafortunadas.

—Karin querida por favor suelta al chico, harás que su dulce novia se enoje— Suelta Naruto con lo que a mí me parece bastante burla, a estas alturas comienzo a cuestionarme sí realmente si me estoy imaginando que todas sus últimas palabras suenan terriblemente cargadas de mucha burla o sí realmente él se está burlando de nosotros, de mí.

—¿Novia? No me hagas reír, Sasuke-kun no tiene novia, y cuando tenga, claro que seré yo, porque nadie más se lo merece— Replica ella, la verdad es que no conozco de nada al sujeto, pero sí conozco bien a Karin, seguro que solo lo dice porque el sujeto es lo que le sigue a guapo, pero yo no soy la clase de persona que se deje impresionar por caras bonitas, y por eso estoy segura de que él es igual a cualquier otro ser humano que hay en este misero mundo, posiblemente es muy inteligente, es algo que se nota a simple vista, algo que sale por cada uno de los poros de su piel, pero aun con eso, sigue sin ser la gran cosa.

—Karin suéltame ¿Sí? —Demanda —Esa chicha de ahí— Me señala, los ojos de Karin se posan sobre mí y por primera vez en todo el tiempo que llevo de conocerla ella logra intimidarme, porque me siento como si en cualquier momento se fuera a lanzar sobre mí a estrangularme —Terminará por enojarse, y es realmente terrible cuando se enoja— Siento mis mejillas repentinamente calientes, y es que él es en definitiva sorprendente, es demasiado inteligente, tanto que puede obtener esa información tan irrelevante sobre mí solo por una simple conversación anterior. Pero, resulta beneficioso, pues eso hace que los otros dos terminen de tragarse por completo nuestra mentira.

Karin suelta el brazo de Sasuke que había mantenido sujeto pareciendo un tanto indignada

—¿Qué haces aquí Sakura? ¿Lograste conseguir una beca en esta universidad o algo así? —Dice burlona, sí somos sinceros, la chica me agradaría si no hiciera esos comentarios de mal gusto, si no usara su elevada posición social para humillar a los demás. Tengo claro que está dentro de las familias principales -y posibles a heredar algo- de los Uzumaki, pero ella no tiene planes de seguir para nada con el negocio familiar ¿Por qué jactarse y humillar a los demás en base a su posición social? Sí en algún punto de su vida tendrá que hacerse de su propio camino como el resto de la civilización que no nacimos beneficiada por el señor.

—Está aquí porque yo le pedí que me acompañara a los últimos arreglos de mi vestido —Responde Hinata, por suerte, antes de que yo pueda refutar con uno de mis brillantes discursos que por esas razones de la vida siempre terminan en acaloradas discusiones.

—Debiste pedirme eso a mí, seremos familia, además, esta chica…— Ella me mira de arriba abajo como si con eso quisiera destacar uno de mis múltiples defectos o en plan intentar decir que estoy llena de miles de defectos.

—Más te vale no meterte con ella Karin ¿Entiendes? —Interviene Sasuke, poniendo uno de sus brazos sobre mis hombros, atrayéndome hacia su cuerpo y apretando con suavidad, todos nos miran, y yo, una vez más me quiero hacer bolita, para rodar y esconderme -vaya que me gusta la idea- porque no soporto las tres miradas extrañadas que nos dan, ni las miles llenas de celos y odio que nos observan mientras van de camino a la salida.

—Sasuke-kun —Murmura —Entonces realmente estás saliendo con esta niña— Se queja, mientras comienza a lloriquear, de momento me siento mal porque tengo la sensación de que lastimamos sus sentimientos con esta tonta mentira, pero, luego sucede que recuerdo que se trata de Karin, y si bien nadie se lo merece, ella tampoco es la persona más bondadosa del planeta, llamémosle Karma.

—Eso no es asunto tuyo Karin—Responde escueto Sasuke, y en serio, me tomare con seriedad la idea de recomendarle un buen psicólogo, porque el tipo parece tener serios problemas con su personalidad.

Aun así, problemas de personalidad, que Karin sea una verdadera fastidiosa, nada de eso, le da el derecho de tratarla de esa forma, y quiero con todas mis ganas hacérselo saber —Sasuke-kun, yo creo qué… —Pero me interrumpe con un elegante movimiento, de nuevo me da la impresión de que me va a gritar tal como fue con Karin, si a ella se lo hizo ¿Por qué a mí no?

—¿No se supone que tienes algo que hacer con Hinata? —Extrañamente su voz sufre un repentino cambio, pues por lo poco que lo conozco, siento que me está hablando de la forma más pacifica que ha hecho hasta ahora, calmada, hasta se percibe dulce, se siente como si frente a él fuera una niña pequeña que necesita ser tratada con extrema paciencia, y respecto de esto, solo puedo concluir en dos cosas, primero, que buen actor que resulto, y dos, jodido insensible.

Porque yo, que fui quien nos metió en este embrollo siento que mis piernas se vuelven una gelatina cada que cualquiera de los presentes abre la boca y dice algo, soy una menuda patética, y él, por su lado, parece que ha hecho esto siempre, no tiembla, no suda, no está nervioso.

—Es cierto Sakura-chan, llegaremos tarde a la cita ¿Vienes Karin? —Karin se seca sus -muy a mi parecer- falsas lágrimas y asiente ante la pregunta de Hinata, justo ahora me cuestiono si podría zafarme de la responsabilidad porque Karin va con ella, pero eso sería muy grosero.

—Sakura, llama cuando llegues a casa ¿Sí? —ÉL me ha detenido de un brazo, y luego acorta nuestra distancia a pasos lentos, me observa durante unos segundos y luego deposita un beso en mi frente ¡Este tipo ha besado mi frente! Me siento mal al ver la cara de evidente disgusto de Karin pero no puedo seguir priorizando el bienestar de los demás por encima del mío, o acabaré terriblemente mal, es jodido, sí, pero de vez en cuando hay que ser egoísta, y ahora, solo me quiero enfocar en una cosa, solo una cosa debe ser importante, mi dignidad, yo.

—De acuerdo Sasuke-kun— Cierro mis brazos alrededor de su cuerpo en un intento de abrazo antes de irme, en realidad el tipo me ha caído la mar de bien, porque resulto ser todo un actor profesional, como si esto fuera cosa del diario para él, además, sí él se esfuerza yo también debería hacerlo, se supone que somos dos personas que está vueltas locas por el amor, no habría razones para que le huyera solo porque sí.

Cuando me separo de él, me doy cuenta de que sus mejillas están completamente rojas, quizá él no está acostumbrado al extremo contacto físico, pero sería por demás extraño, con ese rostro él debe estar acostumbrado a estar rodeado de chicas tremendamente guapas, pero aun así, lo dejo ir, todos somos diferentes. Me despido de él con la mano mientras comienzo a caminar arrastrando a Hinata hacia la salida para que se apresure.

—Sakura-chan, por un momento creí que Sasuke-kun y tú nos estaban jugando una broma con lo de su relación, pero veo que no ¿Por qué no nos habían dicho? —Pregunta Hinata.

—Era un secreto aún— Le respondo a Hinata, ella solo asiente y no vuelve a mencionar nada del tema en todo el camino.

El sitio donde fue confeccionado el vestido de Hinata es uno de los más costosos de toda la ciudad, con solo decir que uno de esos vestidos costaría el doble, no, más que eso, el triple de lo que vale mi casa ¡El triple! Jamás en mi vida podría soñar con usar uno de estos vestidos, me llevaría veinte años de duro trabajo solo costear la mitad de uno de estos vestidos, todos bonitos, brillantes, de telas caras y finas, que parecen para una princesa en lugar de para una simple mortal. Sin embargo, ver no cuesta nada.

—¿Sakura? —La voz de Ino llega hasta mis oídos, y cuando me quiero dar cuenta, ella ya está completamente frente a mí, luciendo uno de los tantos vestidos caros que se muestran y que hacen que su cuerpo se vea todavía mucho mejor de lo que es, lo que no resulta agradable es la mirada evidentemente desaprobatoria que me da —¿Qué es lo que haces aquí? —Me encantaría responderle que deseo hacerle la misma pregunta, pero sé bien que su trabajo a medio tiempo es ser modelo de estas marcas y tiendas importantes y costosas, así que puedo imaginarme que es eso lo que hace aquí.

—¿Yo? Bueno, sucede que vine aquí con…—Sin embargo me interrumpe la voz de Hinata del otro lado.

—¿Vienes con Hinata? —Me pregunta Ino incrédula, es seguro que tiene ganas de golpearme hasta que se le canse la mano, y la entiendo, de vez en cuando también tengo ganas de golpearme hasta que mis neuronas puedan regresar a su lugar.

—Sí, es que… —Intento inútilmente escudarme de alguna cosa todavía más tonta que no haga que Ino se enoje más, pero no la encuentro, aunque gracias al cielo soy salvada por una maravillosa campana de nombre Hinata, que lleva un bonito vestido blanco de estilo tradicional. Ino deja de mirarme y pasa a prestar completa atención a la recién llegada, abriendo su boca ligeramente demostrando sorpresa, porque la verdad es innegable, el vestido le luce muy bien a Hinata.

—¡Por Dios! —Exclama— Use uno así para la sesión de fotos de la semana pasada, pero juro que nunca se me vería tan increíble como a ti Hinata— Salvada al menos de momento, pues a Ino se le ha olvidado por completo que tenía intenciones de regañarme y ahora solo le importan Hinata y su vestido.

—Ino— Interviene Karin de repente, cuando mi amiga comienza a pedirle a Hinata que haga poses con el vestido —¿Sabías que Sakura tiene una relación con Uchiha Sasuke? —Ino me mira fijamente un par de segundos.

—Uchiha Sasuke— Murmura después de un rato. Paren todo un segundo ¿Qué no era ese el chico que estudio por un par de años con Ino? ¿Aquel por el cual iba derramando baba por el camino que pisaba? Pero ¡Claro que lo es! Yo nunca compartí ninguna clase con él, a decir verdad, nunca me di a la tarea de observarlo, es más, creo que nunca nos topamos, solo sabía de él las cosas tontas que Ino y Karin sabían repetir como si fueran cotorros, nunca nos cruzamos ni por accidente. —No te creo nada Karin — Le responde Ino escueta, y luego se marcha con Hinata para que se ayuden mutuamente a deshacerse cuidadosamente de los vestidos para que podamos por fin salir de este lugar. Karin no dice nada, solo se siente en la pequeña sala a esperar a que ambas chicas salgan.

—Karin, lo siento mucho, no recordaba lo mucho que solías decir que él te gustaba— Me siento junto a ella. Karin siempre estuvo cerca de nosotros, y aunque no fuéramos amigas, siempre estábamos ahí para escucharnos la una a la otra, siempre la escuché hablar del tipo que le gustaba tanto, aunque no fuéramos amigas, había algo en un punto intermedio.

—No tienes por qué disculparte Haruno, tú y yo no somos amigas, nunca lo fuimos, además, yo también sabia de lo mucho que te gustaba Naruto, sin embargo, nunca se lo dije a Hinata— Responde.

—Y lo mejor será que no lo hagas, el asunto quedó en el pasado — Ella asiente y suspira.

—Lo de Sasuke también, creo que es momento de superarlo e ir tras mi profesor— Sonríe con suficiencia, cosa que de momento me hace sonreír también, olvidaba que ella es Karin Uzumaki, es muy diferente de Naruto, ella no iría tras sus objetivos hasta que los consiga, si le son difíciles simplemente va a cambiar de objetivo, como si eso fuera lo único que pudiera hacer.

Ino y Hinata llegan poco después, Ino parece estar furiosa, atención, esto es código rojo, Ino es un perro rabioso y yo soy un niño regordete que no va a poder correr para esconderse —¿Entonces es cierto frente de marquesina? — Me grita, creo suponer de que va todo eso, y seguro que quiere estrellar mi cabeza contra algo, solo porque ayer monté todo un ridículo espectáculo

—No hagas todo un escándalo, ya te lo contaré— Ella me mira fijamente, y luego niega, sé que tiene la capacidad de leer mi alma, mi mente, indagar en mi cabeza a como le dé gusto y gana, porque me conoce mejor de lo que yo puedo posiblemente, al final después de su mirada curiosa lo deja ir.

Hinata lleva en sus manos una bolsa elegante, cuyo contenido posiblemente sea su vestido, me imagino de repente que sí estuviéramos en una clase de telenovela como las que ve mi madre los fines de semana, yo le quitaría el vestido de las manos y lo haría añicos frente a sus ojos, pero aunque suene demasiado tentadora la oferta, tengo que conseguir mantener mi cordura, no puedo dejar que mis impulsos de idiotez sigan arruinando mi vida.

Cuando salimos del lugar me doy cuenta de que Naruto se encuentra fuera esperando por Hinata, ella corre en su dirección y le abraza, ambos sonríen cuando se tienen cerca, lo que me hace pensar que, quizá él si gusta de ella después de todo, no sería raro, pues a fin de cuentas, su padre también termino locamente enamorado de la mujer con la que se casó, a pesar de solo pensar en sus intereses económicos, no son malas personas, y el amor desborda por todos los poros de su piel.

Sai aparece poco después, él e Ino repiten la misma escena, lo que me hace sentir un tanto incómoda y enferma, porque me siento ajena, como un bicho raro ante el amor que se demuestran ambas parejas frente a mí.

Sin embargo, la sensación cambia a una de sorpresa, cuando algunos minutos después él me toma del brazo y me pega suavemente a su cuerpo, haciendo que mi corazón se acelere por el susto provocado, puedo sentir que su perfume invade mi espacio y todo alrededor, es un perfume demasiado caro a decir verdad, que marea, que me produce una sensación extraña en el cuerpo, como una corriente eléctrica que viaja a toda velocidad.

Puedo sentir lo a prisa que va su corazón, y como si fuera una competencia, el mío se sincroniza por un par de segundos, y luego me parece sentir que va mucho más rápido, me separo de él un poco antes de que me dé un ataque, sus ojos me miran fijamente, lleva sus mejillas coloreadas ligeramente de rojo, y una sonrisa de medio lado en el rostro, lo observo por segunda vez en el día, esta vez, luce diferente a la primera, menos confiable para mí…