Caminaba en los pasillo maldiciendo internamente haber usado ese pretexto para alejarse, estaba buscando la salida ya no tenía ganas de estar en esté lugar, le resulto incomodo por culpa del Uchiha. Voltea a otra esquina y ve otro pasillo.

–Esto parece un laberinto.–Dice viendo que estaba algo perdida.

–Salir e irte así no más sin abrigo señorita, te enfermaras.– Dice un hombre con voz suave detrás de ella.

Mirai voltea y ve al hombre, era un Hyuga, con su perfil elegante característico del clan muy elegante vestido de blanco con su shukata tradicional, su cabello castaño con unos peculiares mechones rojos, largo y suelto hasta las caderas, su rostro refinado, nariz fina y ojos perlados. se ruboriza un poco ante el apuesto Hyuga.

Nota que él tenía su abrigo negro, casi se había olvidado que lo había traído, se sonroja apenada acercándose.

–Gracias, perdone por la molestias. – Dice apenada agarrando su abrigo mientras le sonreía apenada al mayor pero joven Hyuga. No lo había visto nunca entre la aldea ¿Acaso cera un familiar lejano? ¿Tal vez de la rama segundaría?

–No es molestia, la vi irse y olvidar su abrigo, supuse que ya se retiraba y quise ayudar en traérselo.– Decía cortes tomando la mano de ella con delicadeza mientras depositaba un beso en ella haciendo que la Sarutobi se sonrojada y se sintiera rara.

–Por cierto señorita, mí nombre es Tomura Hyuga, un placer en conocerla. ¿Si no es molestia me dices cuál es su nombre?– Dice amable y cortes.

–Mirai Sarutobi.– Dice algo nervioso viendo que él no soltaba aún su mano y la miraba detenidamente con una sonrisa dulce.

– Mirai...hum... Me gusta, es un bonito nombre, espero verte pronto. Por cierto, la salida está por haya.– Dice señalando un pasillo.

Él se despide y se va perdiéndose de vista, Mirai veía como el Hyuga desaparecía en otro pasillo. Agradecida de que le dijera dónde estaba la salida voltea mientras acomodaba y se preparaba en ponerse su abrigo pero se detiene y para su mala suerte el Uchiha estaba enfrente viéndola con frialdad ¿Ahora qué?

Él estaba serio viéndola pero lo sorprendente es que tenía el sharingan activo ¿Estaba molesto? ¿Por qué? Frunce el ceño algo confundida ante la repentina aparición y actitud del Uchiha. Él se acerca a ella haciendo que retroceda unos pasos hacía atrás hasta tocar la pared con su desnuda espalda.

–¿Sasuke-san?– Dice extrañada y nerviosa viendo que estaba acorralada por él. Olía mucho a sake.

Él no dice nada, solo la observa un largo rato con esa mirada seria y fría, siente como su rostro se calentaba, no sabia que hacer su cuerpo no se inmutaba en querer alejarse, se siente como si la hubieran descubierto haciendo travesuras y estuviera siendo regañada. Traga saliva sin apartar su vista ante esos fascinantes ojos y esa mirada intensa.

El Uchiha de repente presiona su cuerpo a la de ella posesivamente, fue desconcertante, y muy provocativo causándole jadeos sorprendidos y cosquilleo en todo su cuerpo sintiéndose atontadamente mareada ante su cercanía, él se inclina y desliza su rostro hasta en su cuello causándole un hormigueo.

Podía sentir el calor de su respiración rozar su piel sensible haciendo que se estremeciera más de lo que ya estaba mientras él desliza su brazo y rodea su cintura acariciándola en su cintura: Coloca sus dos manos en el torso de él.

– Sa...Sasuke-san.–Dice tartamudeando bajo, sintiéndose mareada y tentada mientras se ruborizaba y suavizaba su mirada. ¿Cómo podría él ser tan desvergonzado?

El Uchiha se separa un centímetro de ella ahora muy cerca de su rostro rozando su labio a la de la Sarutobi atrapada entre un mar de dudas y tentación.

Podía sentir ese aroma a pino mentado muy agradable de ella. Sin más la besa y la acerca a él, sintiendo que ella dejo de resistirse, se inclina profundizando el beso que de apoco dominaba dando pequeños mordiscos en sus labios y que le permitiera explorarla, podía sentir la tela fina de ese vestido rojo suave, su calidez, su delicioso aroma a de su cabello, su dulces labios suaves y tentadores.

Sasuke no podía evitarlo al ver como ese infeliz coqueteaba seduciendo a Mirai, lo puso furioso, lo que menos quiere es que otro se atreviese a tener como objetivo a la Sarutobi.

Conocía perfectamente a ese Hyuga, viene de otra aldea bastante lejos, se lo había cruzado varias veces en unos de sus viajes no de una forma muy pacifica. Lo que le sorprende es porque ha venido en está aldea. Lo que recuerda es que esté Hyuga tenía un rencor muy fuerte por está aldea o el clan, aún no se save el porque.

Mirai sentía esos labios fino sobre los Suyos besándola con ternura y a la vez brusco e posesivo, abrazándola y acariciándola, la dejo embobada sintiendo que se desplomaría en su brazo, luego él se separa del beso hasta llegas besando su cuello haciendo que se sorprendiera y estremeciera más, suena esa alerta en su mente.

–Sasuke-san. Espera, detente. No está bien.– Dice jadeando sintiendo los pequeños pellizcos y humedad en su cuello, sus besos se volvían más exigentes asustándola un poco haciendo que reaccionara: Trataba esta vez de alejarlo recordando dónde estaban.

–Lo sé, no me importa.–Dijo serio y ronco sin apartarse mientras sentía por primera vez más la suave y lechosa piel de la Sarutobi.

–¡Detente he dicho! ¡Maldición! Uchiha.– Dice más jadeante y molesta, está vez usando más fuerza apartando al Uchiha con brusquedad, él se veía molesto pero no del todo parece satisfecho ahora sonriendo atractivamente de lado con arrogancia y viéndola intensamente a los ojos.

–Con eso es suficiente, puede alejar a cualquier entrometido. –Dijo acercándose un poco a la Sarutobi y acariciando su cuello hasta que se separa un poco y desaparece dejando a la Sarutobi desconcertada y sola en el vació pasillo.

Sin comprender de lo que a dicho el azabache, toca su cuello dónde le acaricio, mordisqueo y vergonzosamente beso y chupo antes de desaparecer: Saca un pequeño espejo de mano que tenía en el bolsillo de su abrigo cuándo temblorosamente posa su espejo, esperando que no sea eso: Se pone de piedra notando unas marcas de chupetones en casi todo su cuello muy notables.

!SERA DESGRACIADO¡–Grita mentalmente y súper sonrojada. Tan roja como un tomate, ¡¿ahora como le explicara a su madre de esto?! Ella vendrá mañana.

–¡¿Por qué?! Maldición. También es mí culpa, no de vi dejar que me tentara. –Dijo avergonzada y viendo a su alrededor preocupada de que alguien los haya visto, porque seria un gran problema.