Pasaron los días, Mirai caminaba junto con Kurenai ahora acompañando a su madre hacía la oficina del hokage, ellas habían regresado de una misión, había durado una semanas y fue terriblemente agotador, tenían que llevar una reliquia familiar de un conde adinerado que se creía el rey del mundo. Fue desagradable tuvieron que evadir y luchar con bandidos que eran poderosos que casi las mataban. Pero por lo menos terminaron la misión con éxito.

–Estoy exhausta y con hambre. –Dice Mirai quejándose con unas ojeras terribles y con algo de tierra y un corte pequeño en su rostro en su mejilla derecha pero no tan grave.

–Ni lo menciones. –Dice Kurenai de igual de agotada, estando de la misma manera que su hija pero menos terrible, no esperaba que esta misión C fuera tan peligrosa al final esta misión termino siendo de clase S, uno de esos infelices casi matan a su pequeña bebé en frente de sus ojos y quería posponer la misión porque era demasiado para su hija, pero Mirai se opuso y siguió adelante con audacia, era tan valiente como Asuma, no se rendía ni retrocedía ante su misión. Por suerte los ayudaron unos compañeros shinobis que pasaban por ahí.

Ya estaban en el edificio ahora dentro y estando frente la puerta de la oficina del hokage, Kurenai golpea la puerta hasta que las dos escuchan "adelante" al entrar estaba Naruto con una inmensa cantidad de papeles y archivos.

– ¡Oh! Kurenai-sensei, Mirai-chan veo que cumplieron su misión. –Dice Naruto con unas ojeras y en su barbilla crecía una barba corta, él se veía terriblemente cansado.

– ¿Hokage-sama se encuentra bien?– Dice Mirai viendo con preocupación al rubio.

–Todo bien Mirai yo... ¡Wow!– Le cae una cantidad de documentos mal puestos en la mesa cayéndoles encima.


Luego del incidente de papeleo del rubio, Mirai caminaba de regreso a su casa, su madre se quedo a dar el informe de misión y ayudar a nanadaime.

Me daré una me disida ducha.– Pensó sintiéndose sucia y terrosa, luego siente un aroma delicioso en unos de los locales que preparaba brushet a la parrilla estaba apunto de ir allí pero se detiene recordando que no tenía su dinero, suelta un resoplido desanimada y voltea hasta que choca por sin querer a alguien, siente una fragancia dulce en esa persona. Levanta su vista y ve que era el Hyuga que conoció en la fiesta.

–Señorita Mirai. –Dice viendo sorprendido y detenidamente a la Sarutobi, ella estaba en un mal estado supuso que tal vez y obviamente haya regresado de una misión.

–Hyuga-san, perdone no quise chocar contra usted. – Dice apenada.

–No te preocupes.– Dice viendo la cortada en la mejilla de la oji carmesí hasta que de repente escucha un gruñido fuerte de parte de la joven que de pronto se exalto y se sonrojo hasta las orejas avergonzada. Le pareció divertido ver eso, mira el puesto de comida y luego a ella.

–Te invito a comer, ¿Me acompañas? –Dice amable y sonriéndole.

–No, yo...–Iba a rechazarlo pero él la interrumpe.

–Yo insisto, es grosero rechazar la amabilidad que te ofrecen otros. – Dice sonriendo y mirando esos exuberantes ojos rojos, acercándose a ella y extendiendo su mano para que lo acompañe.

Mirai veía apenada y sin poder decir no, toma su mano y camina a lado suyo siendo llevada hacía el puesto de comida. Aunque no lo conoce mucho parece un buen hombre. A lo lejos Boruto, Chouchou y Mitsuki veían a escondidas, detrás de un cartel de comida.

–Hum... ¿Por qué nos escondemos? –Dice Boruto viendo a Mirai con un sujeto de aspecto amable, mientras fruncía el ceño.

–¡Esto es un escándalo! ¿Qué pasara? Cielos estoy tan preocupada que me da menos ganas de comer. –Dijo exagerando la Akimichi con emoción como si estuviera viendo sus novelas románticas de amores prohibidos mientras comía más papas saladas de sabor a carne azada.

Mitsuki veía con atención al Hyuga reconociéndolo de inmediato.

Que extrañó.– Piensa serio viendo al Hyuga, su padre le había advertido de que no se meta con ese Hyuga hace un tiempo. Era alguien peligroso pero se notaba extraño y amable. ¿Se abra redimido? lo observa curioso.

– ¿Lo conoces Mitsuki? Porque yo no lo e visto nunca en la residencia Hyuga. – Dice el Uzumaki notando que su amigo al parecer si lo conocía.

–Si y no, solo lo e escuchado y visto en unas fotos. –Dice indiferente aún viendo en la dirección dónde estaba el Hyuga.

–Hum... ¿Y quién es? –Pregunto curioso viendo a Mitsuki que volteo su mirada hacía él.

–Su nombre es Tomura Hyuga, fue un Jounin del país de la niebla, es un descendiente de la rama segundaría que vivían en otro lugar, lo de su clan lo echaron por no ser puro de sangre Hyuga por parte de su padre un civil. –Dice volteando de nuevo su vista hacía el Hyuga.

– ¡Eh! ¿Pero por qué arrían algo así? –Dice molesto el Uzumaki, no le gustaba pensar que en esos momentos o tiempos los Hyuga eran bastantes serio sobre sus linajes.

–Escuche que su madre era una Hyuga, estaba comprometida con un primo pero ella abandono su lugar y había huido con un civil. Al final ella quedo embarazada y los hyuga la encontraron terminaron matando a su pareja y luego de que la mujer tuviera al bebé la ejecutaron como traidora y conservaron al niño como ejemplo y un bastardo con habilidades curativa que fue heredado por su padre. Fue utilizado como herramienta de guerra solo para poder curar definitivamente a los miembros del clan, hasta que fue entregado a konoha pero un día el huyo de su clan y del país pero aún manteniendo el apellido hyuga, gracias a un tío cercano. –Dice Mitsuki serio.

–Eso es terrible. Y vaya, estás muy informado. Aunque mayor parte no entendí mucho. – Dice Boruto con una gotita estilo anime detrás de su cabeza y vuelve su mirada dónde está Mirai y el Hyuga. Veía con simpatía al hombre que estaba con Mirai, él se veía como una buena persona.

–Puede parecer alguien bueno, pero que no te engañe esa apariencia, puede que esté tramando algo...– Dice Mitsuki volteando a ver a Boruto pero para su sorpresa, él no estaba hasta que lo ve de lejos huyendo del hokage ¿Se abra metido en problemas de nuevo? Miraba vacilante.

La Akimichi se había ido a buscar a Sarada e ir a un puesto de golosinas que habían abierto para luego contar el chisme.


Mirai estaba sentada al lado del hombre los dos estaban en un silencio cómodo mientras disfrutaban de sus aperitivos, el Hyuga de vez encunado la observaba y en parte ella no podía disimular su traicionero sonrojo. ¿Tan mal se veía para qué no dejara de verla?

– ¿Habías regresado de una misión?– Pregunto sabiendo la respuesta dándole una pequeña sonrisa.

–Si. Y resulto terminando un poco complicada. – Decía terminando su brushet, iba agarrar la servilleta para limpiarse y quitar la salsa en sus labios pero repentinamente el Hyuga agarra la servilleta y se acerca inclinándose a ella y limpia la comisura de sus labios con ternura quitando la salsa. No savia como reaccionar ante está repentina acción.

Se sonroja intensamente por la acción de mayor que la miraba dulce y detenidamente hasta terminar su limpieza acercando su otra mano y acariciándole su mejilla cortada. Algo andaba mal. Lo mira algo dudosa.

–¿Hyuga-san? – Dice confundida sintiendo esa sensación de peligro.

– Tranquila, se usar Jutsu curativo, si no se trata rápido esa cortada en tu mejilla, se cicatrizara. –Dijo serio pero amable.

Se queda quieta viendo con curiosidad e algo incomoda como él sostiene su rostro con ambas manos. Veía como su rostro elegante y calculador la miraba fijamente ella, por un momento su rostro y esos ojos perlados la miraban sin emoción alguna pero volvió siendo amable, iba alejarse pero de la nada siente su cuerpo como si estuviera paralizado hasta que él con su dedo índice roza la herida en su mejilla haciendo que doliera pero su mano salio un ligero chakra verde hasta que su herida se cierra y sana enseguida, haciendo que no sintiera más el dolor.

– Ahora estás mejor. – Dice soltando el rostro de la Sarutobi que ha podido moverse y lo miraba expectante.

Ella se toca la mejilla ahora curada, aún observando al castaño de mechones rojos que le sonreía de lado y tomaba su mano de nuevo con delicadeza. no entendía que sucedió ¿Y era necesario qué tomara su rostro con ambas manos? Frunce el ceño. esté hombre era raro.

– Me agradas, Mirai. – Dice con voz más amable e dulce levantándose de su asiento aún sosteniendo la mano a la joven confundida hasta que había notado unas ligeras manchas en el cuello de ella también levantándose de la banca.

Él extiende su mano y sin previo aviso toca el cuello de la Sarutobi moviendo hacía abajo el cuello del jersey negro del uniforme ninja, notando más de esas marcas en su piel. No parecen recientes pero tampoco hace mucho.

Mirai se aparta con brusquedad viendo al Hyuga que la veía con frialdad. su personalidad amable cambio un poco. Lo mira seria e incomoda.

–Dime ¿Acaso tú... tienes un novio o estás comprometida con alguien? – Dice con voz calmada y calculadora pero con un aire amenazante al fondo acercándose más a la Sarutobi que retrocedía con pequeños pasos.

–¿Qué?–Decía sorprendida ante esa pregunta personal.

¿Qué le pasa? Eso no le incumbía.–Piensa algo irritada e confusa hasta que...

– ¡Mirai-san, que bueno verte! ¡¿En qué momento regresaste?!– Aparece Temari saludando alegre a Mirai.

–Temari-san –Dice Mirai en susurro viendo a la mujer acercarse. Se siente aliviada no quería sonar grosera pero se sintió insegura e incomoda desdé que Hyuga-san hizo esas acciones sobre ella. Mira de rojo al Hyuga viendo con desinterés a la rubia. Voltea hacía él y se despide inclinándose ligeramente.

– Gracias por la comida y por curar mí herida, Hyuga-san. – Dice rápido corriendo hacía Temari y llevándosela, alejándose del lugar.

A lo lejos Mitsuki se preguntaba mentalmente de como reaccionaria Sasuke al enterrarse de que Tomura se ha interesado en Mirai.


Luego de hablar con Temari sobre su estresante misión, y ahora al fin estaba en casa. Deja las botas en la entrada y se acerca al marco dónde está la foto de su difunto padre, junta sus manos y se inclina ante la foto.

–Ya estoy en casa Papá. –Dice con los ojos cerrados rezando con respeto a su padre.

Luego va a la ducha y abre la llave, va a su habitación y se desase de sus sucias prendas, y lo arroja al canasto de ropa sucia, agarra su toallon rosado y ve el vapor del agua salir en la puerta, sonríe y entra al baño extiende su mano tocando el agua estaba calentita y agradable, entra en la ducha ahora sintiéndose más relajada mientras soltaba un gemido satisfactorio sintiendo el agua mojar su piel, agarra el jabón y se lo pasa en todo su cuerpo sintiendo la suave fragancia dulce en su cuerpo, luego toca su mejilla recordando con escalofríos al Hyuga curándole de esa forma tan rara, en esos momento había querido alejarse de él pero lo raro, más que lo intentaba su cuerpo estaba paralizado ¿Habrá usado una técnica paralizante? No estaba segura, pero en parte estaba agradecida ya que pensaba que iba a tener una cicatriz.

Al terminar de bañarse y de vestirse con ropa civil ligera, ya que no tenía pensado salir de casa, tenía puesto un pantalón corto hasta los muslos de color azul y una remera blanca de mangas cortas.

Camina hacía su sala hasta la cocina y revisa la nevera, agarra una barra de chocolate de dulce de leche mientras cerraba la puerta y se iba al sillón mientras encendía la televisión viendo las noticias.

Toca su cuello desnudo dónde tenía ahora unas ligeras marcas que se estaban desvaneciendo lentamente, el Uchiha se la a dejado muy marcadas y estás tardaban en desvanecerse, recuerda cuándo su madre la vio con esas marcas, la bombardeo de preguntas incomoda y personales, sin haberlo pensado dos veces le mintió diciéndole que fue un novio suyo. Debió a ver usado maquillaje pero claro ni tenía y ni le había venido a la mente.

¿Cómo diablos se le había ocurrido tal estupidez como mentira? Su madre le creyó y lo peor es que quería que le presentase aquel "afortunado", su madre paresia feliz de que ella tenía un "novio" mira al clon de sombra de nanadaime dando entrevista e inaugurando un hospital nuevo mientras sonreía.

–Es tan bueno nanadaime. – Dice orgullosa de tener a un hokage tan amable y admirable.

Al terminar su barra de chocolate se acuesta cómodamente en el sillón viendo con pereza la televisión, lo apaga y mira de reojo la ventana, y escucha el viento y ve la nieve chocar en ella hasta que siente sus parpados pesados, no a podido dormir bien desdé que salio de misión, está vez está misión no le fue agradable y sencilla, había que estar en alerta por horas y tomar turno en parte para que su madre descansara y recuperase energías. Los rufianes no se rendían al querer la reliquia del conde.

Suelta un suspiro, se levanta y se va a su habitación, ve en su mesita de noche el labial que le regalo su madre y su brazalete al lado de una de las cartas de figuras de Sasuke Uchiha que había comprado aquel día. Se sonroja intensamente al recordar esos besos que le causaban cosquilleo en todo su cuerpo haciendo que su corazón palpitara frenético, sus besos eran tan deseosos y excitantes, agarra la carta y mira la imagen detenidamente. Podía recordar su vestimenta estaba tan elegante y tan atractivo.

– Él tan serio y tan guapo. – Dice sonrojada sentándose en el borde de su cama, se muerde el labio inferior, guarda la carta en el cajón y se acuesta colocando su almohada en su sonrojado rostro para contener un chillido molesto por su traidora mente.


En la residencia Uchiha Sasuke estaba acostado en el sofá de nuevo mirando el techo, trataba de reconciliar el sueño pero no podía ya que la imagen de Mirai no ha abandonado su mente desdé que ella se fue de misión, aunque también ante una fea discusión cuándo Sakura volvió de esa fiesta. luego de eso no hablan mucho. Cierra sus ojos un momento recordando a la Sarutobi.

Intento muchas veces despejar su mente pero le era difícil, su pelo oscuro y despeinado, su cuerpo, su curvas ardientes, sus esplendidos ojos rojos, invadían sus pensamientos. Sentía esa opresión en su pecho, solo de saber que estaba lejos le molestaba. Sabia que la misión que fue asignada Mirai era sencillo y corto pero le paresia muy largo para él.

Podía recordar haber probado esos dulces labios, haberla tocado su suave y lechosa piel, su aroma tan tentador. Quería probarla de nuevo besarla, acariciarla, tenerla con él, dejarle más marcas para que sepan que ella ya tenía dueño.

– Papá, ya está la cena además ya es medio día, no es momento de dormir. – Dice Sarada apareciendo al lado y regañándolo.

Veía a su padre con lastima, en estos días él a estando saliendo en las reuniones con el nanadaime a toda hora y ayudándolo junto con Shikamaru sobre algo, no sabe de que pero paresia algo serio.

– Iré enseguida. – Dice con flojera mientras se enderezaba del sofá y se levanta, mira la hora y suelta un resoplido solo ha logrado dormir dos horas. Todo por culpa del dobe y el Nara, lo llamaron en la noche, claro enviando a un anbu. Era algo urgente sobre que Urashiki a aparecido, el miserable estaba con vida eso fue una sorpresa y un dolor de cabeza, por el momento el Ootsutsuki no a echo un movimiento hostil, según le dijeron fue visto en Suna. Pero estaba seguro que Urashiki estaba muerto, estaba convencido que debe de tratarse de otro Ootsutsuki o un impostor que es parecido al que fue eliminado.

–Bien. –Dice Sarada volteando dejando a su padre en la sala mientras se iba ayudar a su madre en la cocina.