Por un milagro del destino se levantó primero por las ganas de ir al baño. La predicción que había hecho la anoche anterior se cumplió, luego se los echaría en cara, lástima que no realizó una apuesta. Vio que seguían durmiendo. Blaise con una pierna y un brazo colgando fuera de la cama, Draco y Theo roncaban suavemente uno al lado del otro. Como le daba pereza ir hasta su cuarto, decidió pasar allí.

Se estaba cepillando los dientes muy concentrada, hasta que por el rabillo del espejo observó que alguien estaba a sus espaldas levantando la tapa del sanitario, se giró lentamente. Quién quiera que estuviera haciendo uso del baño también lo hizo. Se miraron por un minuto hasta que ella decidió mirar hacia abajo y lo vio todo.

—¡Ah! — gritó.

Él también gritó y se cubrió sus partes.

—¡BLAISE, SAL DE AQUÍ! —Vociferó aventándole lo primero que vio a la vista, un portacepillos en forma de duende.

—¡Auch! perdón —Dijo saliendo rápidamente aún cubriéndose.

—¿Blaise porque tienes el trasero al aire? —Escuchó que preguntó Theo.

—Es que… ¡Esta mujer estaba en el baño, cuando ella sabe que tiene que ir al de ella!

Ella salió tapándose los ojos con las manos y preguntó:

—¿Es seguro ver?

—Sí —Le confirmó Draco.

Se quitó las manos de los ojos y por la mirada seria de Draco sabía lo que venía.

—Pansy, sabes que debes usar tu baño.

—Ya sé, es que... ustedes estaban dormidos hace nada. Y me dio pereza ir hasta mi habitación.

—Tienes que respetar nuestro espacio Pans, tú eres una mujer después de todo.

—Lo sé, lo siento. —Se disculpó apenada.

—Bueno ya fue, asegúrense de tocar la puerta primero por si algo. —Dijo Theo.

—Hecho.

—A alistarse, que hoy tenemos una excursión. —Recordó Blaise emocionado.

Ella salió del dormitorio dispuesta a alistarse cuando se le vino a la mente el recuerdo de haber visto todo de Blaise. « Sería algo imposible de borrar de su mente »


Luna y él esperaban a un lado de la estatua de la bruja tuerta al séquito Slytherin, faltaba un cuarto de hora para las nueve.

—Ya deberían haber llegado ¿no? ¿Se les habrá olvidado? —Preguntó ansiosa jugando con su zapato.

—No creo, pero si quieres estar más segura checaré en el mapa.

Ella asintió, él extendió el mapa tomándolo con sus dos manos, dijo las palabras para activarlo y empezó a buscar alguno de los nombres de esos cuatro.

—No puedo creer que lo trajiste. —Dijo ella sorprendida asomándose por su hombro derecho y también ayudándole a buscar alguno de los nombres.

—Sí, nunca se sabe si podríamos ser descubiertos cuando estamos haciendo una escapada. —Dijo travieso.

—¡Oh, mira aquí están! — Le señalo con el dedo índice en un punto del mapa. Agudizó su vista y vio el nombre de Draco Malfoy junto al de los otros tres que esperaban. Estaban saliendo de las mazmorras en dirección a las escaleras que conectaban con el primer piso.

Los siguieron hasta que tomaron el camino que los llevaría al tercer piso.

—¿Ves?, ya vienen.

Investigó la zona en la que estaban, y no vio ningún peligro a quinientos metros, aún así, seguiría observando el mapa.


Al llegar al sitio, Luna los saludó efusivamente con un abrazo a cada uno, Potter mantenía extendido en sus manos un pergamino viejo. Al reparar en sus presencias los saludo, y les pidió que se organizaran en una fila. Procedió a golpear la estatua en la joroba para después decir Dissendium .

« Al parecer cada pasadizo requería una contraseña especial »

La joroba de la estatua se abrió revelando un estrecho tobogán. Un sonido de asombro se le escapó al igual que a sus amigos.

—Entren uno a la vez, deslícense con cuidado. Yo seré el último en ingresar. —Dijo Potter

Ante la duda de ingresar, Luna se adelantó de su posición en la fila y se deslizó por el tobogán.

—Vamos, Theodore sigues tú, es seguro. —Le gritó Luna.

Con valor se encaramó sobre un peldaño de la estatua y se resbaló por el viejo tobogán. Olía a humedad y había varias telarañas por lo que intuyó que era un lugar poco concurrido. Al llegar al final Luna lo ayudó a levantarse y le explicó que estaban en un túnel que los conduciría al sótano de Honeydukes, él asintió en respuesta.

«¿ Cuánto tardaría en llegar Blaise que era el que estaba detrás de él en la fila? »

—¿Cómo estás hoy Theodore?

—¿Bien, y tú? ¿Por qué me llamas Theodore?

—De maravilla, muy animada por la salida de hoy. Bueno, es tu nombre—Contestó con simpleza.

—Llámame Theo, de la otra forma me hace recordar a mi padre. —Dijo con un estremecimiento que al parecer ella noto.

Antes que ella le preguntara algo más se escuchó el chillido de euforia de Blaise bajando por el tobogán.

—¡Eso fue genial, quiero repetirlo! —Dijo al levantarse y posicionarse a un lado de ellos.

—¿Verdad que sí? Yo también disfruté mucho deslizarme por el tobogán. —Respondió Luna.

Blaise le sonrió emocionado y acto seguido ella y Blaise se tomaron de las manos y saltaron eufóricos.

«¡Salazar, dame paciencia!»


Draco estaba sentándose cuando Potter seguía inspeccionando minuciosamente ese pergamino.

«¿qué contendría? se preguntaba curiosa»

Estuvo a punto de preguntarle, cuando Potter dijo en tono apresurado:

—Malfoy, apresúrate viene alguien.

—¿Cómo lo sabes?

—Sólo hazme caso. —Draco lo miró extrañado y se fue por donde sea que llevara esa resbaladilla.

Potter cerró la joroba de la estatua y le dijo:

—Parkinson ven, no hay tiempo. Como ella se quedó quieta él la tomó apresuradamente de su muñeca izquierda y la empujó hacia una columna posicionándose muy cerca de ella.

—¡¿Qué diablos, Potter?!

—¡Shhh! Confía en mí, ¿sí?

Y por alguna razón lo hizo. Unos pasos se escucharon a lo lejos. Él, le señaló en el mapa los nombres de Ron Weasley y Hermione Granger acercándose hacia ellos y le pidió con un gesto que se mantuviera callada.

El mapa mostraba los nombres y la ubicación exacta de dónde se encontraban. Pudo leer el nombre de ella y Potter justo en esa columna e incluso más.« ¿Qué clase de artefacto era ese? »