Ranma ½ no me pertenece.
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Fantasy Fiction Estudios
presenta
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Lápiz labial
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Ranko deslumbraba ante la cámara. Hoy había elegido un bonito conjunto en tonos pastel y una pequeña boina blanca. Pero lo que más destacaba era su rostro, perfecto, como un lienzo sobre el que demostraba las virtudes del nuevo pintalabios, edición exclusiva, que había llegado por correo el día de ayer. Tras aplicar una suave capa, redondeó los labios como si quisiera dar un beso. Hizo un coqueto guiño a la cámara.
—Recuerden que la próxima semana nos toca un Kawaii Unboxing, ¡no se lo pierdan! —Batió las palmas con entusiasmo, y el borde de la chaqueta deportiva se le deslizó por un hombro hasta el brazo—. Porque va a estar de-mie-do. Sí, mis kawaiis, ¡viene una colección exclusiva de Halloween! Gentileza de nuestros amigos de Nwelleton. ¡Los amo, Kawaii, Kawaiis!
Akane bajó la mano para indicarle que habían terminado. Ranko dejó la silla de un salto y corrió al lado de ella, entre el podio de la cámara y las luces.
—¡Cuidado! —advirtió Akane, sacando una luz del camino.
Ranko no le prestó atención, siguió hasta abrazarla con fuerza.
—¿Y? ¿Cómo salió?
—Perfecto, como siempre, supongo —respondió Akane tímidamente.
—Ah, no, ¿otra vez?
—¿Otra vez qué?
—Te dije que el exceso de humildad es tan malo como ser arrogante. ¡Akane, eres la mejor! Sin tu magia no me vería ni la mitad de bien que lo hago. ¡Todos aman tus ediciones!
—No juegues conmigo, lo que a tus seguidores les encanta es a ti, nada tiene que ver el que yo sostenga la cámara.
—Ay, no, ¡tú no juegues conmigo! Eres la diosa de la lente, nada puede verse mal si tú lo retratas. ¡Eres la más kawaii de todas las kawaiis!
Akane intentó sonreír, pero le era difícil con Ranko apretando tan fuerte su cintura.
Tras guardar los equipos en las maletas, ambas dejaron la habitación que Ranko había convertido en su estudio personal. Akane era la que cargaba los equipos mientras que Ranko llevaba en una mano un vaso de té de tapioca y con la otra sostenía su nuevo Tiphone 18, pantalla ultra grande 4K, memoria Fast-Exaggerated y procesador de muchos núcleos I-Don't-Need-This, con el que se podían procesar chorradas de gráficos en tercera dimensión, editar contenido de video o trabajar con conexiones múltiples por video llamada, pero que ella usaba únicamente para revisar su cuenta de Qwitter.
—¡Wow, wow, wow! ¡Ya llegamos a las doscientas mil visitas en menos de cinco minutos!, y si sigue así, para la hora del almuerzo habremos alcanzado el millón.
—Sí, sí, lo que tú digas —respondió Akane guardando el aliento.
Akane, a diferencia de su amiga, no vestía con mucho estilo. Usaba una amplia jardinera de cintas holgadas sobre un buzo de mangas largas a franjas blancas y azules. Los pantalones de la jardinera le llegaban a los tobillos y calzaba zapatillas sin calcetines.
Ranko se detuvo para mirar a su amiga.
—¿Te ayudo?
Akane se fijó en que Ranko no vestía un atuendo que le permitiera trabajar. Con una faldita muy corta, zapatillas de plataformas que eran tan difíciles de usar como si fueran tacones altos, y con piedras brillantes pegadas en su superficie. Y las uñas de la chica tenían una manicura recién hecha con pintura gel y bonitos diseños de flores casi artísticos.
—No te preocupes, puedo sola.
Unas manos grandes y fuertes le arrebataron las maletas a Akane, ella no pudo siquiera poner resistencia.
—¿Van a alguna parte? —preguntó Ranma.
—¡Ranma! —exclamó Ranko feliz—, mi querido hermanito favorito.
—Soy tu único hermano y soy el mayor, no me digas así.
—¿Hermanito?
—Te lo estoy advirtiendo, Ranko. —Giró su rostro a Akane. La chica lo observaba de vuelta con timidez y un poco de resquemor—. ¿Y tú? ¿Por qué te sigues dejando explotar por mi hermana?
—No es de tu incumbencia, además, es mi trabajo —respondió con el mismo tono brusco.
Ranma chasqueó la lengua.
—Si a lo menos te pagara, pero una pizza o hamburguesa de vez en cuando no cuenta.
Ranko intervino entre los dos, cruzándose y obligando a que se separaran, con una actitud alegre y coqueta.
—Pero también tenemos papas fritas, idas al cine, salidas de compras y té de tapioca gratis con su mejor amiga —bromeó—. Los beneficios de Ranko Inc. son inigualables en el mercado laboral.
—Eres una vil explotadora —respondió sin seguirle la broma, de muy mal humor. Ella sacó la lengua. Ranma sopesó las maletas, estaban más cargadas que de costumbre—. ¿Y por qué llevan todo el equipo, van a filmar afuera?
—Sí, y no te…
—¡Me encanta que preguntes, hermanito!
—Demonios, que soy el mayor, y no me pongas esas caras que sé lo que vas a pedirme. Omite tu vil acto de manipulación y vamos al grano: quieres que las lleve, ¿no?
—Ya te dije —insistió Akane—, estamos perfectamente bien sin…
Ranko le metió la bombilla del té de tapioca en la boca a Akane, obligándola a que tomara el vaso para no dejarlo caer.
—¡Nos encantaría! —cantó Ranko feliz.
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Kodachi, envuelta en una bufanda de color rosa y con un vestido ajustado, estrellas de colores en el exagerado peinado y brillo en las mejillas, entró corriendo en el despacho de su hermano mayor. Lo hizo dando un golpe tan fuerte a la puerta, que Tatewaki tiró los papeles que revisaba en ese momento.
—¡Hermano, esa zorra lo hizo de nuevo!
Sasuke, el secretario de Tatewaki Kuno, comenzó a levantar los papeles en silencio mientras que su jefe corrió al encuentro de su hermana, en un acto exagerado y teatral.
—¿Quién se ha atrevido a perturbar la felicidad de mi pequeña hermanita?
—Esa vil arpía, sucia tramposa, que me ha robado otra vez. ¡Esa prostituta barata! Estoy segura que usó sus viles encantos para seducir a algún ejecutivo y quedarse con mi exclusiva colaboración.
—¿De quién hablas?
—¡De Ranko Saotome!
—Ah…
Los ojos de Tatewaki se fueron hacia la ventana, suspiró y se sonrojó, como un jovenzuelo enamorado. Sasuke dio una rápida mirada al escritorio de su jefe, donde tenía varias fotografías de la famosa influencer de moda y estilo, Ranko Saotome.
—¡Hermano, préstame atención!
Kodachi lo abofeteó con mucha fuerza, varias veces, hasta dejarle las mejillas más rojas todavía.
—Soy todo oídos, mi dulce hermanita —respondió con una tranquilidad melancólica, a pesar de que sus mejillas rojas palpitaban.
—Quiero que canceles la participación de Ranko con Nwelleton. ¡Usa tu dinero, soborna a alguien, chantajea a tus amigos en la empresa, lo que sea, que para algo eres un accionista principal! Ranko no puede ganarme, ¡yo tengo que ser el rostro de la campaña de Halloween!
—Pero, mi chica del cabello de fuego iba a disfrazarse para el evento. ¿Y si usaba un vestido de bruja?, se vería tan hermosa que…
Kodachi le dio otra fuerte bofetada.
—¡Quiero esa colaboración y la quiero ahora! —Mordió un pañuelo tirándolo con fuerza.
—Lo que tu digas, hermanita amada —respondió sumiso, pero con lágrimas asomando a sus ojos—. Oh, mi pobre diosa de fuego, que destino tan cruel el que nos convierte en enemigos.
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Habían acabado de filmar en una plaza y ahora Akane le tomaba fotografías frente al río. Algunos fans que reconocieron a Ranko esperaban pacientemente detrás de la cámara y los paneles con las luces. La alababan y celebraban cada pose que ella hacía, y cada beso o guiño con que les regalaba un poco de atención. Ranko era muy buena para mantener a sus seguidores entusiasmados con su encanto, a los que mostraba auténtico afecto.
Ranma no se preocupaba de su hermana. Sentado en una banca tenía ojos únicamente para la fotógrafa. Cuando Akane tomaba la cámara su rostro se transformaba. Dejaba ese aire de timidez y agria insatisfacción, para brillar con luz propia. Se movía de un lado al otro buscando el mejor ángulo. Sacaba fotos de pie, o de rodillas. Daba indicaciones a Ranko con una seguridad que era muy opuesta a su opacada personalidad habitual. El viento mecía su cabello corto y su sonrisa, que era más amplia y honesta cuando trabajaba, parecía tener un encanto mucho mayor al que cualquier cosmético o lápiz labial pudiera crear en una modelo profesional.
Akane conversó con Ranko y la dejó un rato sola con sus fans. Corrió a la banca, jadeaba un poco, pero estaba feliz. Se dejó caer del borde opuesto de la banca. Agradeció y tomó un poco de agua de la botella que le alcanzó Ranma y descansó la cámara sobre sus piernas, juntando las rodillas.
—De verdad te gusta esto —dijo Ranma, con una pierna cruzada sobre la otra y ambos brazos sobre el respaldo.
—Sí —respondió revisando las tomas en la pantalla de la cámara.
Ranma miró hacia un lado, luego al otro. Meció más rápido la punta del pie en el aire. Tosió levemente para aclarar la voz.
—Y… ¿cómo va la universidad?
—Muy bien.
Otra vez silencio. Ranma se pasó un dedo por los labios entreabiertos y se lo mordió suavemente.
Akane lo tomó por sorpresa al dirigirle la palabra.
—Ranko me contó que ganaste otra medalla.
—¿Qué?
—¿No fue así?
El joven sacudió un poco la cabeza, intentando aclarar las ideas. En ese momento no recordaba siquiera su propia vida, pues había estado muy concentrado intentando pensar en un tema de conversación. Se apresuró a contestar con prisa.
—Sí, claro, otra más. Ya sabes, tengo muchas.
Rio tontamente.
—Debes ser muy popular.
—Mucho.
Akane apretó los bordes de la cámara. El plástico hizo un pequeño sonido.
—Y conocer a muchas chicas.
—Siempre, las chicas me persiguen, es un problema…
Ranma cerró la boca. Recién notó que Akane había inclinado la cabeza y su cabello ocultó su rostro. Estaba más agachada, como acurrucada sobre su cámara y apretando los labios con fuerza.
—Pero no tengo novia —se apresuró a decir.
La chica alzó el rostro, giró el cuerpo y lo miró. Una sonrisa se escapó contra su voluntad. Los ojos de ambos se encontraron.
—¡Es increíble, esa maldita zorra! —exclamó Ranko parada ante ellos.
Ranma y Akane desviaron sus miradas, notoriamente sonrojados. Luego reaccionaron y volvieron sus ojos hacia Ranko.
—¿Qué? —preguntó ella.
—¿Cómo? —preguntó él.
Ranko estiró el brazo mostrándoles la pantalla de su teléfono, con un correo abierto en la aplicación de Woogle Mail.
—Esa Kodachi Kuno… Me acaba de llegar un correo de disculpas de Nwelleton, ¡me sacaron de la campaña! Y en mi lugar la pusieron a ella. ¡Todo porque el imbécil baboso de su hermano es accionista de la compañía!
—¿Y no será porque Kuno es accionista en Nwelleton que conseguiste la campaña en primer lugar? —preguntó Ranma, de muy mal humor por haber sido interrumpido.
—¡Si repites eso te sacaré de mis contactos! —advirtió Ranko.
—¿A tu propio hermano?
—Pruébame a ver si soy capaz.
Akane se puso de pie.
—No es justo, ¡trabajamos mucho para esa campaña! Tenía preparado el material y planeadas las tomas. ¡Iba a ser uno de mis mejores trabajos!
Cuando Ranma notó lo mal que se lo estaba tomando Akane, recién se enfureció. Apretó los puños y se levantó de un salto.
—Esos imbéciles, ¿cómo te hacen eso?
—Sí, exacto, ¿cómo me hacen eso? —exclamó Ranko.
Ranma le dedicó una mirada de no hablaba de ti.
—Debe haber algo que podamos hacer, los seguidores esperaban nuestro especial de Halloween —recordó Akane y suspiró apesadumbrada.
—Contraataquemos —afirmó Ranma.
—¿Qué cosa, hermanito?
—Soy tu hermano mayor, cabeza de chorlito, y lo que te dije: ¡contraataquemos!
—Pero, ¿qué harás?, ¿golpear a un directivo de la empresa? —preguntó Ranko. El rostro de su hermano le confirmó que sí lo estaba pensando—. Idiota, no podemos hacer eso.
—¿Y denunciarlos públicamente? —preguntó Akane.
—Si ofendo a una marca importante tan solo haría daño a mi carrera. Lo único que me queda es disculparme con mis seguidores y asumir la responsabilidad, que fue un problema de tiempo, no sé.
—Pero no fue tu culpa —insistió Akane—, además, todo el trabajo lo hicimos por nuestra cuenta. No le costó nada a la marca, ¡todo lo hicimos nosotras! ¿Qué hacemos con el material que tenemos ahora?
Ranko se encogió de hombros.
Ranma se llevó un dedo al mentón.
Akane abrazó la cámara mirando el suelo.
De pronto los tres alzaron sus rostro y dijeron al unísono:
—¿Y si…?
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Kodachi lanzó una gran carcajada al revisar en su teléfono lo último que estaba sucediendo en Pristagram. Una noticia era el trending topic del día.
—¿Así que esa pobre plebeya va a hacer su campaña de Halloween con Panda Cosmetics? ¿Con esos perdedores?
La maquilladora la interrumpió para retocar su rostro. Tras ella un equipo completo preparaba el estudio, dirigidos por un exagerado director con aires de divo. El escenario era una opulenta recreación de un castillo barroco, vestidos de época y temática vampírica. Kodachi saboreaba el éxito, finalmente sería catapultada a la cima. Se convertiría en una famosa influencer que movería más de un millón de visitas por publicación. ¡Nadie podrá ignorar por más tiempo su infinito talento, belleza y sublime encanto!
¡Ella superaría a la estúpida sin gracia de Ranko Saotome!
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Akane no podía creerlo y sus dedos temblaban sobre el gatillo de la cámara, impaciente por accionarlo.
—Es hermoso —susurró por tercera vez.
A su lado Ranma la escuchó y una sonrisa de orgullo se pintó en sus labios.
El escenario era casi mágico a los ojos de Akane. En otoño los árboles del parque componían un lienzo de hojas rojas, amarillas y verdes. El suelo era un césped verde oscuro sobre el que descansaba una mullida alfombra de hojas amarillas y rojas. Las aguas del estanque reflejaban una hilera de árboles multicolores junto a la hermosa arquitectura del pabellón dorado. Era como si se hubiera transportado a otra época.
Y cuando ya le era casi imposible contenerse para comenzar, aparecieron los ciervos, muchos de ellos, paseándose y pastando entre los visitantes sin miedo, acercándose con curiosidad. Un ciervo le hizo cosquillas a Akane en la mano.
—¿Cómo lo hiciste? —preguntó asombrada y con un humilde gesto de gratitud.
Ranma se encogió de hombros.
—Pues un deportista famoso también tiene sus auspiciadores. Un par de llamadas y ellos me consiguieron los pasajes sin costo alguno. A cambio, por supuesto, tengo que presentarme en algunos colegios de la ciudad, reunirme con sus estudiantes y sacarme algunas fotografías con los clubes deportivos. Todo para promover el sano deporte en Kioto.
—Eres tan aprovechado como tu hermana —susurró Akane.
—De nada.
—Pero si necesitas a una fotógrafa profesional, quién sabe, podría devolverte el favor y hacerte un descuento.
Ambos se miraron y apartaron al momento los rostros. Pero los dos pensaban en lo mismo, un día juntos yendo de un lugar a otro en la ciudad de Kioto, no era un panorama tan desagradable después de todo.
Se encontraban en la prefectura de Nara, en el parque de Nara al sur de la ciudad de Kioto, famoso lugar turístico por su belleza y patrimonio de la humanidad.
Ranma dio una mirada a Akane. La chica usaba un amplio jersey y jeans holgados, botas y un gorro de lana. Siempre escondía casi del todo su cuerpo, parecía que le gustaba ser la figura anónima detrás de la cámara, aunque Ranma adivinó que debía ser muy atractiva.
—Qué lástima —dijo pensando en voz alta.
—¿Qué cosa?
—Nada.
—Anda, Ranma, dímelo —suplicó con una sonrisa que, para ella, era practicar por primera vez algo similar a una coquetería.
Akane se sentía inusualmente amable, especialmente después de que él se hubiera portado tan bien, cosa extraña, e invitado a ambas hasta Kioto con todos los gastos pagados. La idea del parque era toda suya.
—Bien, si insistes —dijo lentamente. Se rascó con un dedo la mejilla—, me preguntaba si no tenías alguna otra vestimenta.
—¿Vestimenta?
—No quiero decir nada, tan solo me extraña que… —Ranma iba a decir «que una chica tan linda se vista así», pero no tuvo el valor de hacerlo.
—¿Extrañar qué? —Akane comenzó a perder la paciencia, él se estaba comportando de manera extraña—. Ranma, vamos, habla de una vez.
El tono autoritario de Akane lo molestó y respondió sin pensar:
—Que no te vistas más como mujer.
—¿Qué?
—Digo, con un poco más de atractivo —trató de explicarse, nervioso—. Quiero decir que, si te pones algo más… femenino, hasta parecerías bonita.
—Y si tu te callaras más seguido, hasta parecerías inteligente.
Ranma apretó los dientes y Akane apartó su rostro en un gesto de desdén.
Era una tonta, se dijo, pensaba que él estaba siendo por primera vez amable, pero se equivocó. Tras la rabia un sentimiento de tristeza se apoderó de ella. Escuchó a Ranma suspirar profundamente, pero no le importó. Era un tonto, un tonto rematado y sin sentimientos. También suspiró.
—Oigan, par de tortolitos —los llamó Ranko—, ¿quieren dejar de coquetear y ayudarme?
—¿Quién está coqueteando? —preguntó indignada.
—¡Yo no estoy coqueteando! —exclamó ofendido.
—Y aunque lo intentarás no podrías —murmuró Akane.
—¡Oye!
—Cállense de una vez y cásense si quieren, ¡pero después! —reclamó Ranko, angustiada.
La pareja recién prestó atención a la chica pelirroja.
Ranko, disfrazada de una caperucita roja gótica y atractiva para la sesión, estaba rodeada por un grupo de ciervos. Al principio los encontró lindos y quiso darles de comer de la canasta de frutas que cargaba. Ahora estaba siendo acosada por una decena de animales hambrientos que no la dejaban moverse. Con sus bocas la tiraban de las mangas y uno mordió su faldita acampanada amenazando con levantarla.
—Para, tú, animal pervertido, ¡no te pases conmigo en la primera cita! —reclamó y lo detuvo con la mano.
Akane le dio una mirada a Ranma, y este enarcó una ceja. Entonces ambos estallaron en una fuerte carcajada.
—No es gracioso, ¡no lo es, para nada! ¡Ay, no! No levantes eso, ¡degenerado! Ay, ay, basta, ya basta, ¡auxilio!
—¿Y por qué no los empujas tú misma? —preguntó Ranma acercándose para socorrerla.
—No puedo hacerlo, es muy kawaii, ¡son todos muy kawaiis! No puedo ser brusca con ellos, mira sus caritas, si son adorables.
Akane se quedó atrás, levantó la cámara y apuntó. Pero se desvió de Ranko a Ranma. Se mordió el labio inferior y disparó.
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Fin
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Randuril me dio para hoy la palabra «pintalabios», o lápiz labial, por lo que me quedé pensando qué hacer. Entonces se me ocurrió la premisa: crear una historia con aires de dorama, y cuyo tema fuera el mundo de las influencers de cosméticos. Quería hacer algo divertido, relajante, que se sintiera como parte de una historia más grande. También tenía que acotar la trama a un pequeño fragmento, porque sabemos que un dorama de verdad es una auténtica novela de muchos episodios. Por lo que hice en realidad fue más como un bosquejo del mundo con una pequeña trama, presentando a los personajes en sus nuevos roles dentro de este universo alterno. Y los diálogos fueron un suplicio (nunca ha sido mi fuerte, lo mío es la descripción).
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Pero fue divertido (cambiando a un tono autoritario estilo Ranko): y ahora quiero mi millón de seguidores.
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Respondiendo a la pregunta de Rash24: Mary Sue es un personaje infame en el fandom por ser técnicamente perfecto, en el mal sentido de la palabra. Lo puede hacer todo y todo le sale bien; nunca pierde, todos los otros personajes se enamoran de ella, la admiran o envidian. Es tan exagerada que rompe la lógica de la historia, en dos pasos es la más poderosa de todos y normalmente está asociada a relatos de mala calidad, o a self-insert del autor/autora en los que quiere figurar y/o emparejarse con los protagonistas de la serie, etc. Su nombre proviene de un personaje inventado para un fanfic de Star Trek que prácticamente le dio forma a este concepto. Gary Stu es su equivalente masculino. Ejemplo: la princesa hija de vampiro y hombre lobo, que sabe artes marciales, que domina toda técnica con verla una sola vez. Además cocina perfecto, tiene un cuerpo de diosa, canta divino, es cariñosa y amable, todos los hombres de la historia se enamoran de ella, tiene poderes mágicos, lee la mente y derrota al villano final tan solo con mover una mano. Sí, horrible. Hay muchos personajes oficiales que se los critican por caer en este error, como los protagonistas del género Isekai. Pero no siempre es malo, hay quienes los parodian o utilizan intencionalmente con buen resultado e inteligencia (el placer de ver a un personaje overpowered), como Saitama de One Punch Man! Pero los que lo hacen bien son los menos y por principio un autor nunca debería caer en ellos si quiere hacer personajes más realistas.
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A : Gracias por tu preocupación y sí, fanfiction está fallando mucho últimamente y hubo rumores de abandono. Aunque en un anuncio hacía poco dijeron que seguirían dándole apoyo a la página. De todas formas, pasan cosas raras como que los reviews no aparecen hasta mucho más tarde, o solo llegan al mail, o salen en la página pero no en el mail, etc. Por lo que con Randuril ya comenzamos a publicar en paralelo en wattpad, respaldamos algunas historias (todo Crónicas está seguro), las otras están pendientes y a medida que nos dé el tiempo deberíamos subir todo de nuevo a otros sitios.
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Nos vemos en la siguiente historia.
