Las seis (veinte, de hecho) etapas de la separación
Sumario: Dicen que hay seis etapas que debes vivir tras separarte de alguien a quien amabas. Pero las de Draco incluyen a su enemigo y de pronto todo es un poco confuso.
Género: Hurt/comfort. Romance (lento).
Claves: Drarry/Harco, sexto año. Voldy ya no está, digamos que le han ganando en el Ministerio en quinto año. Puedes llorar, pero hay final feliz.
Disclaimer: la última vez que revisé, HP todavía le pertenecía a la Innombrable.
Etapa 13: No te fuerces cuando no quieras hacer algo
Harry tuvo una pesadilla ese día. Tenía varias semanas sin una y lo había tomado por sorpresa, por lo que cuando llegó al comedor a la hora del desayuno, andaba un poco distraído con lo que recordaba de lo que vio en sueños.
No era que quisiera pensar en eso, sólo no sabía de qué manera sacarlo de su cabeza.
Apenas se movió cuando sintió que alguien le daba un codazo sin fuerza. Giró el rostro con el ceño fruncido y se encontró de frente con un Draco Malfoy que le untaba mermelada a una tostada y arqueaba las cejas en su dirección.
Harry boqueó durante unos segundos y miró alrededor. Ron comía viendo fijamente a la serpiente que se instaló en su mesa, pero se guardaba sus opiniones más allá de un profundo ceño fruncido, quizás más por la confusión que por la molestia. Hermione fingía que no se daba cuenta.
—Me dijiste que te ayudase a estudiar —recordó Draco, como si no hubiese nada extraño en esta imagen de él entre Gryffindors.
Harry exhaló y dio un bocado a su tostada.
—No sé, Malfoy…realmente no tengo ganas ni de hablar hoy.
Draco se encogió de hombros.
—¿Y cuál es el problema? Si no tienes ganas de hablar, no hablamos.
Cuando él lo observó de reojo, Draco se llevó el índice a los labios y luego siguió comiendo.
No pensó que se lo tomaría tan en serio. Era domingo, y justo antes de abandonar el comedor, Hermione le entregó al Slytherin una pequeña agenda donde tenía anotado lo que, según ella, Harry ya había estudiado. Draco le respondió con un hechizo que creó palabras en el aire y le guiñó a Harry cuando este le dio una mirada interrogante.
Caminaron juntos hacia la biblioteca sin decir una sola palabra. Draco eligió una mesa junto a la ventana, revisó las notas de Hermione, arrugó el entrecejo y se las mostró a Harry.
Por su expresión de incomprensión absoluta, él no sabía en qué momento se suponía que había estudiado todo eso.
¿Fue antes o después de las reuniones con Dumbledore?
¿En las vacaciones o a comienzos de año?
¿Fue cuando acompañaban a Hermione a hacer la tarea y ella le dejaba un libro en las manos? Fue ahí, ¿verdad? ¿Ella creía que en serio se lo estaba leyendo?
Draco soltó un bufido de risa y negó. Puso la agenda a un lado y extendió un pergamino sobre la mesa. Escribió un par de palabras allí.
Después utilizó el hechizo de antes para crear palabras luminosas en el aire.
"Te estoy retando a algo. ¿O estás asustado, Potter?"
Harry estrechó los ojos y él sonrió. Las palabras cambiaron dos veces.
"No hace falta hablar, pero sí usar tu velocidad buscando cosas"
"Intenta seguirme el ritmo"
Vaya forma de motivar a alguien competitivo.
El "reto" consistía en que cada uno tenía una pila de libros de diferentes materias y todas las materias aparecían en el pergamino. Draco tenía un hechizo que elegía un dato al azar de los temas que debían estudiar, previamente seleccionados, y lo convertía en una posible pregunta de un examen.
El que pusiese la respuesta antes en el pergamino ganaba un punto. Podían revisar los libros, pero si la sabían de memoria, se ganaban dos puntos. Poner la respuesta incorrecta quitaba uno.
Incluso tenían un mini marcador con gemas falsas, un lado verdes y el otro rojas, que le recordaban a los puntajes de las Casas.
Harry no creía haber utilizado tanto los índices de los libros desde que empezó su vida estudiantil. Tenía que buscar rápido. Draco no sabía todas las respuestas, claro, porque si lo supiese, no tendría gracia, pero tenía una habilidad creada en base a la práctica para hallar la información que quería deprisa.
Era como si estuviesen en el campo de Quidditch, pero su snitch era una respuesta.
Y por supuesto, ambos eran demasiado competitivos para permitir que el otro saliese ganando sin pelear.
Casi rompieron el pergamino una vez por jalonearlo en diferentes direcciones, Harry saltó sobre la mesa dos veces cuando recordó haber oído la respuesta en una clase y quería escribirlo antes de que Malfoy lo hiciera, se lanzaron patadas bajo la mesa y Draco incluso le arrojó un libro para distraerlo en una ocasión, lo que hizo que se quejase con un sonido fuerte, pero manteniendo su acuerdo de no hablar.
En un par de horas, había olvidado por completo que tuvo una pesadilla tan horrible. Lo que importaba es que acababa de perder un punto debido a una respuesta incorrecta y Draco tenía esa sonrisita de autosuficiencia que, a pesar de que ahora fuese su amigo, sentía la necesidad de borrarle.
Llegaron tarde al almuerzo porque Harry quería la revancha. Consideraba que para ser alguien a quien se le daba tan bien la práctica y no tanto la teoría, llevaba un ritmo bastante decente y podía ganarle a Draco ahora que manejaba tan bien los índices de los libros y hacía un esfuerzo por exprimir fuera de su cabeza cada palabra que escuchó alguna vez en clases.
Hermione estaba tan feliz cuando se enteró de que seguirían estudiando después de la comida que les llevó bocadillos luego de un rato. Sí, a Malfoy también.
Se paró junto a la mesa con una expresión bastante extrañada y contempló la pregunta dibujada en el aire con magia y el pergamino lleno de cuestiones y respuestas, al que tuvieron que añadirle una parte porque ya se había quedado corto hace rato. Harry estaba revisando un libro y de repente saltó sobre la mesa y forcejeó con Malfoy para escribir antes que él la respuesta.
Hermione notó que era la correcta y no pudo evitar sonreír. A pesar de que les dijo que podían tomarse un descanso para comer, recibió un par de miradas muy severas por interrumpir su reto y luego fue ignorada cuando la siguiente pregunta al azar se dibujó en el aire con magia.
Probablemente era uno de los momentos más felices de su vida estudiantil desde que tenía un par de amigos que no sentían su pasión por aprender.
Cuando el segundo pergamino se acabó, pusieron fin a su sesión de estudios. Estaban agotados como si hubiesen jugado Quidditch por horas y se sentaron en lados opuestos de la mesa a comer los bocadillos de contrabando que Hermione coló allí sin permiso.
Todavía no hablaron entonces, aunque Draco le hizo algunas caras graciosas cuando lo veía de reojo. Harry se rio y después también hizo unas, hasta que la bibliotecaria se les acercó y tuvieron que esconder deprisa lo que comían y simular que allí no estaba sucediendo nada.
En cuanto se alejó lo suficiente, ambos se cubrieron la boca con las manos para que no los escuchara reírse.
Harry le dio una patada sin fuerza por debajo de la mesa y Draco le arrojó un caramelo rojo. Él lo atrapó en el aire con la boca y el Slytherin ahogó un sonido de sorpresa.
Fue bastante tonto reírse porque le lanzó otro y volvió a atraparlo de ese modo. Draco utilizó el hechizo de escritura para poner en el aire la frase "¡eres un crup hecho humano!".
Como Harry nunca había visto un crup y esto era imperdonable dentro de los estándares malfoyescos, devolvieron a su lugar los libros que usaron y se metieron a otra sección, donde Draco buscó un libro de criaturas mágicas y le enseñó a esos perritos con cola bífida que tanto le encantaban.
No sabía explicar por qué acabaron eligiendo libros al azar y curioseando en las estanterías. Para empezar, Harry no sabía que hubiese más allí que los aburridos libros del colegio. ¡Tenían incluso cuentos infantiles mágicos!
Harry estaba encantado con la idea de que los niños mágicos tuviesen cuentos diferentes a los muggles. Y Draco felizmente le mostraba cualquier cosa que encontrase divertida o curiosa en las diferentes secciones de la biblioteca, como un libro de pociones que mencionaba al abuelo de Harry y un cuento ilustrado sobre un niño que viajaba por el mundo sobre una escoba mágica.
Estuvieron allí hasta la hora de la cena. Incluso entonces, cuando la bibliotecaria les dijo que los domingos cerraba temprano, se observaron con cierto aturdimiento porque no podían entender cómo el tiempo pasó tan rápido. Y luego hicieron una carrera hasta el comedor en la que por supuesto que Draco hizo trampa para ganar.
