ADVERTENCIA: CONTENIDO EXPLICITO +18
Capítulo 9
KAGOME
Este hombre. Oh Dios mío. Lo sentí desde los pies hasta mis pestañas.
¿Qué es lo que acaba de hacerme? Mi cuerpo se siente como si estuviera flotando. Quiero quedarme aquí para siempre, perdida en este momento, sentirme completa y satisfecha.
Estoy recostada e impotente en la cama, mirando a las grietas en el techo, incapaz de hablar. No estoy segura si incluso puedo respirar.
Antes de saber lo que está pasando, Inuyasha está a mi lado, tirándome hacia él y besándome. Me probé en él, y de alguna manera es lo más íntimo que hemos hecho. Este beso es tierno y no enojado como los que compartimos en la escalera de su edificio.
Sus manos exploran mis curvas y envían ondas de réplicas a través de mí. Él debe sentirlo también cuando se quita la ropa y continúa explorando mi cuerpo
Eso es todo. Juego terminado. Todas mis paredes se están desmoronando. Él está abrazándome como nunca nadie lo hizo y me estoy enamorando de él. Una parte de mí está preocupada porque sé que venimos de dos mundos diferentes. ¿Cómo podríamos hacer que esto funcione? Pero la parte más grande en este momento es la que saborea esta sensación de estar en sus brazos, y esa parte piensa que todo estará bien. Que podemos hacer esto.
Luchar lo que sea necesario para que podamos estar juntos.
Siento su mano en mi barbilla mientras levanta mi cara para encontrar su mirada.
—¿Qué está pasando en esa cabeza tuya?
Y luego digo lo que nunca he admitido a nadie.
—Estoy asustada.
Él me mira y asiente.
—Voy a resolver esto. Va a estar bien. —Él me tranquiliza.
Y luego, las lágrimas. Mierda. Nunca lloré frente a nadie, al menos no desde que era una niña pequeña. Pero no son lágrimas de tristeza, sino de alivio.
Inuyasha me sostiene en sus brazos por un largo tiempo.
Nuestros cuerpos desnudos se presionan juntos mientras me acaricia el pelo. En algún punto me duermo, disfrutando de la sensación de estar a salvo por una vez en mi vida, sabiendo que él me protegerá.
