Capítulo 24. Un camino sin retorno

No estuvieron dentro del Hotel más de dos horas, sin entregar la habitación, pero sin dejar tampoco sus cosas, salieron de ahí, dirigiéndose hacia un lugar en específico, Jaejoong miraba su celular

—Espera aquí, entraré ahí —señaló una tienda de conveniencia

—¿Robarás en ese lugar?

—No pienses en eso, déjame actuar

—Es que se ve austera —comentó Changmin preocupado— Mejor aquella — señaló hacia dos calles más adelante, parecía un negocio más grande, tenía fachada de vender electrodomésticos

—Eres tan moralista —comentó Jaejoong con fastidio— Me gusta —pensó divertido mientras se alejaba, el menor caminaba lentamente atrás de él

Se separaron conforme Jaejoong llegó hasta el negocio, Changmin se paró discretamente afuera, junto a un automóvil. El mayor se puso un cubrebocas antes de entrar para poder hacer su jugada, para su fortuna, no había muchos clientes

Changmin se sintió nervioso mientras esperaba, no se sentía bien de hacer aquello, pero estaban acorralados, habían soltado la pólvora y estaban a casi nada de terminar explotados también, seguros de que tarde o temprano, les encontrarían

Jaejoong salió corriendo de ahí, Changmin lo miró y caminó detrás, sin parecer sospechoso y no perdiéndole la vista, cuando el mayor dio vuelta a otra calle, entonces caminó más de prisa. Unas calles más adelante por fin se reunieron

—¿No es raro? ¿No llamaron a la policía?

—Lo desmayé apenas tuve el dinero —respondió serio

—¿Lo dañaste?

—No te preocupes, deja de ser tan considerado con los extraños — regañó con fastidio— Toma —discretamente le dio el dinero que obtuvo de ese sitio, Changmin lo miró por segundos antes de agarrarlo

—No es mucho —lo metió en su mochila

—Entraré a otro lugar, pero tenemos que alejarnos más

Ambos continuaron con su recorrido, hasta juntar al menos lo suficiente para sobrevivir dos días, así que entraron en tres negocios más, en dos robaron dinero y en el tercero, Jaejoong robó un poco de comida, la que consumieron mientras continuaban caminando

—Entonces ¿dónde nos dirigimos?

—A la escuela donde estudian los hijos de Ahn Seo-jun

—Espera ¿qué planeas? —inquirió preocupado el menor, deteniéndose por un segundo

—Tranquilo, ya te dije que no les haré daño, los retendremos un rato —aseguró, terminando de engullir su comida, luego lo miró— ¿Qué pasa? ¿estás asustado?

—Me preocupa que ellos puedan traumarse por algo o…

—No me hagas reír —comentó molesto, dejándolo mudo— Esos mocosos han vivido toda la vida de una forma tranquila y privilegiada, mientras su padre abusa de otros tantos ¿crees que se traumarán más que las víctimas de ese asqueroso? —preguntó alzando la voz, sintiendo mucho coraje

—Perdóname — respondió enseguida, agachando la cabeza— Mis palabras suenan justas para mí, pero supongo que para ti no, porque has pasado por todas esas cosas horribles, no era mi intención —dijo sinceramente

Jaejoong miró fijo a Changmin, apretó con fuerza los labios y luego negó en silencio con la cabeza

—Creo que cada quien vivimos en una realidad distinta — comentó, esta vez por completo tranquilo

El menor lo miró de nuevo y sonrió, asintiendo

—Confío en tu criterio, hagámoslo — se acercó a él y le acarició la mejilla

Jaejoong que no estaba acostumbrado a la amabilidad, retrocedió un paso

—Concentrémonos en esto —dijo como pretexto, dándole la espalda. Realmente no quería que sus crecientes sentimientos por Changmin lo distrajeran

—Es verdad —no insistió

Volvieron a andar rumbo al colegio donde estudiaban los hijos de la próxima mira de la venganza. Mientras tanto, en los medios de comunicación la revuelta estaba por desatarse nuevamente.

Dentro de la habitación que había rentado desde hace unos días, Junsu se sentía intranquilo, aún no tenía noticia alguna de Yunho, su consciencia estaba al límite, había recurrido a trucos cada vez más sucios y no sabía en qué acabaría todo, eso lo tenía frustrado.

—Debe haber otra forma en que Changmin confíe de nuevo en mí —pensó mientras daba vueltas de un sitio a otro

Su teléfono comenzó a sonar en tanto él ideaba una forma de volver a recuperar a su amigo, Junsu corrió hasta su teléfono que estaba sobre la cómoda frente a la cama, en pantalla vio el nombre de Yunho, así que no dudó en responder rápido

—Hola —saludó al instante

—Te pasaré una dirección, tienes que acudir ahí —informó sin siquiera saludar

—Sí, pero ¿Cuándo?

—Hoy mismo, a la hora que puedas, te recibirán, pregunta por Lee Min-hyun —ordenó y no escuchaba muy amigable

—¿Qué hay ahí?

—Mira idiota, me costó cobrar algunos favores para obtener ese nombre y una audiencia con él, no sé de qué se trata exactamente, solo sé que mi amigo Siwon estaba metido en cosas muy turbias y quiero mantenerme al margen —explicó molesto

Junsu tragó saliva, si el inescrupuloso de Jung Yunho no quería involucrarse en eso, significaba que las cosas no eran tan simples, por primera vez sintió miedo, pero no quería dar ningún paso atrás

—Dime ¿sabes si Changmin está bien? —preguntó Yunho con disimulo, aparentando que le importaba poco

—Él sigue sin responder mis llamadas, pero supongo está bien —confesó con tristeza, le dolía el mutismo del menor

—Ya veo, avísame si sabes algo relevante

Kim se quedó callado un momento

—Él te importa realmente ¿cierto? —preguntó sorprendido

Yunho solo hizo un sonido con los dientes y colgó sin más, Junsu miró fijo su teléfono, era raro que ese desgraciado estuviera pendiente de Changmin, pero no quiso darle muchas vueltas. Segundos después recibió un mensaje, era la dirección que Jung dijo que le pasaría

—No sé qué me espera ahí, pero si es para salvarte de Jaejoong correré el riesgo —sonrió con tristeza

Junsu se dirigió a su carpeta de fotos en el teléfono y miró una selfie de él y Changmin, había sido tomada un año atrás, mucho antes de que el encuentro entre su amigo y ese extraño sucediera, sintió deseos de llorar, añoraba esos días y deseaba volver a ellos.

A casi una hora de la salida de la escuela, Jaejoong y Changmin llegaron al colegio donde estudiaban los hijos del señor Ahn, el plan inicial fue fácil, Changmin se acercó al guardaespaldas que también servía de chófer para los chicos, lo distrajo para que bajara la guardia

Una vez que no prestaba atención a su alrededor, Jaejoong se acercó detrás y lo noqueó, luego le aplicó del cloroformo que le quedó para que no despertara en un tiempo, después de eso lo escondieron detrás de unos arbustos en el campo arbolado frente a la escuela

—Parece de mi complexión, me pondré su ropa, al menos lo de arriba —comentó Jaejoong mientras terminaban de acomodarlo

Como lo dijo, robó la parte de arriba de su ropa y los lentes oscuros, luego se puso un cubrebocas encima. Lo despojaron de su teléfono para que al despertar tardara más en pedir ayuda, luego de agarrar las llaves del BMW que manejaba entraron en él

Revisaron todo lo que había dentro, incluyendo la guantera, casi al instante Jaejoong notó que dentro había una micro cámara, la que se apresuró a destruir, luego ambos salieron de ahí

—Como pensé, hay botellas de soda y agua, las abriré y verteré un poco de esto —sacó de su mochila un frasco, Changmin miró preocupado— Descuida, en cantidades pequeñas solo dormirán lo suficiente

Con el tiempo encima, Jaejoong se apresuró a poner del líquido en las botellas y volviendo a cerrarlas, mientras tanto, Changmin vigilaba por fuera

—Se ven algunos estudiantes saliendo —informó Shim— Creo que los mayores salen primero

—Supongo los menores solo son entregados a ciertas personas —pensó preocupado Jaejoong, eso podía comprometer la situación, ya que ninguno de los dos estaba autorizado a ello

—La niña, dijiste que tiene 7 años, es probable que solo la dejen salir con alguien en lista ¿no?

—Sí, es una posibilidad —expresó con fastidio— Podemos solo llevarnos a los gemelos, pero si preguntan por su hermana será más difícil

—No especulemos —comentó Changmin— Es mejor actuar conforme al plan e improvisamos de ser necesario

—Vaya, te estás haciendo bueno en esto —dijo Jae con asombro, sonrojando al otro— Comienzas a gustarme

—Jaejoong —musitó avergonzado

Aunque sí le gustaba, dijo aquello de broma, pero parecía que Changmin lo tomó de otra forma, así que rápido se aclaró la garganta

—No nos distraigamos

—Sí —respondió con timidez, el menor a veces sentía que se acercaba a Jae, pero luego él lo distanciaba, Shim quería darle espacio y tiempo, así que esperaba con paciencia que el otro diera cualquier paso

Muchos estudiantes salieron de aquel exclusivo colegio, la mayoría de ellos partía en automóviles lujosos, los que se encontraban más cerca del portón, solo ellos estaban más alejados

—Me alejaré, nos vemos en el sitio acordado —comentó Changmin a Jaejoong, a lo lejos distinguió a los gemelos acercarse al auto

Ambos chicos jugueteaban entre ellos y no prestaron mucha atención al chófer que les esperaba junto a la puerta de la parte trasera del auto, Jaejoong les abrió y los dos entraron, luego miró hacia la puerta, tal como pensaron, los más jóvenes que se acercaban al portón, solo salían con alguien recibiéndolos afuera

—Improvisar ¿eh? —musitó con fastidio

Encendió el auto, pero antes de partir, ambos chicos se pusieron en alerta, pues su hermana aún no llegaba

—¿No irás por Ji-ah? —preguntó uno de ellos de forma altanera

—La señorita Ahn no se sentía bien y vine por ella más temprano hoy, ya está en casa —respondió seriamente— Puede corroborarlo con su maestra —comentó, arriesgándose a que el chico dijera que sí

El muchacho lo miró por el retrovisor, pero no era tan inteligente como para intuir que algo andaba mal, el otro chico estaba demasiado concentrado en su videojuego

—Ya, como sea, tengo partida de ajedrez hoy, así que conduce rápido —ordenó de forma poco educada, su hermano rio divertido, aunque Jaejoong no supo si era por las palabras de su gemelo, o si era por el juego

Kim obedeció mientras sonreía cínicamente, esos chicos ni siquiera se dieron cuenta que él no era su guardaespaldas habitual, eran estúpidos y solo pensaban en sí mismos, así que no se sorprendió siquiera que no preguntaran por la salud de su hermanita

Jaejoong miró por el retrovisor todos los movimientos de los chicos, esperando que pronto alguno tomara una de las bebidas, discretamente cambió un poco la temperatura del aire acondicionado para que no hiciera tanto frío

No sabía hacia donde se encontraba la casa del señor Ahn, pudo saber de todas sus empresas y negocios ilegales, pero no esa información, para su suerte, los chicos no prestaban atención al camino

—Oye, pásame una soda de cola —pidió el que jugaba a su hermano

—Agárrala tú —respondió juguetonamente, empujándolo— Zángano

—Anda, no estás haciendo nada

—Estoy leyendo

—Pues eso, nada —pausó su videojuego y miró a su gemelo— Te daré ánimos en tu torneo aburrido

—Solo deja de molestar —comentó con fastidio, abrió el mini freezer y pasó a su hermano la bebida solicitada

Jaejoong miró por el retrovisor, el chico estaba tan absorto en su lectura, que no agarró para él nada, eso podría frustrar sus planes, pues si el otro caía dormido, podría sospechar

—Piensa ¿Qué hago? —susurró muy bajo

Tomando una decisión precipitada, frenó el auto de forma brusca, haciendo que ambos chicos se golpearan con el asiento que tenían enfrente, el libro del gemelo que no bebía se cayó al suelo, mientras el otro apenas si se tocó la cabeza, parecía aturdido

—¿Qué te sucede idiota? —gritó enojado el chico

—Lo siento mucho —respondió Jaejoong, fingiendo estar nervioso

—Her… hermano, no me siento bien —habló el otro, estaba mareado

Haciendo parecer que le sucedía eso debido al golpe, Jaejoong sonrió por lo bajo, podía ahora cubrir la huella de la bebida

—Oye, resiste, no te duermas —habló el otro chico, preocupado por su gemelo— ¿Qué esperas? Avancemos ya, llévalo al hospital —regañó a Kim— Llamaré a papá

—Espera, será mejor que no lo preocupes, debe estar muy ocupado —contestó Jae enseguida— Iré lo más rápido posible, cálmese por favor

—Eres tan inútil, haré que te despidan —dijo enojado, luego agarró a su hermano y acostó su cabeza sobre sus piernas, ya estaba dormido— Despierta, anda —lo removió, pero sin éxito alguno— Date prisa

—¿Por qué no toma un poco de agua? Necesita calmarse

—Métete en tus propios asuntos y conduce —alzó la voz

Esperó unos momentos, luego finalmente obedeció, de forma discreta agarró una botella de agua y sin dudar la comenzó a beber, mientras no perdía de vista a su hermano, ni siquiera se dio cuenta que iban por un camino diferente al habitual

Después de un rato, poco a poco comenzó a sentir un dolor extraño de cabeza y el mareo que lo acompañó le trajo náuseas, bebió más que el otro chico, así que tardó menos tiempo en comenzar a perder la consciencia. Ahora ambos chicos estaban inconscientes

Jaejoong suspiró aliviado, ese chico fue difícil de manejar, pero ahora todo estaba bajo control. Minutos después, llegó al lugar acordado con Changmin, una bodega aparentemente abandonada que habían encontrado, Shim ya se encontraba ahí

Entre los dos sacaron a los chicos del automóvil, aun dormidos, los amarraron con sogas y los dejaron en el suelo, juntos, luego Jaejoong dejó a Changmin a cargo, mientras él fue a deshacerse del auto, dejándolo abandonado lejos de ahí, antes de eso sacó lo que podía servirle

—Ya se tardó —dijo preocupado Changmin, su compañero de secuestro ya tenía casi una hora fuera, por lo que nervioso, no se apartaba de su teléfono

Momentos después, finalmente Jaejoong regresó al sitio, al verlo, Changmin corrió hacia él y lo abrazó, sorprendiéndolo

—Pensé que algo malo te pasó

—Estoy bien —respondió nervioso, sonrojándose

Kim quiso abrazar de vuelta a Shim, pero se controló y lo apartó con sutileza

—No podemos perder tiempo

—Es verdad, perdón —habló Changmin, alejándose lentamente— ¿Qué sigue?

—Toma algunas fotografías de ellos, cuando despierten, grabaremos un video para papi —sonrió ampliamente

Changmin miró a Jaejoong en silencio, quería confiar en las decisiones que tomaba, pero a veces le preocupaba que pudiera excederse, así que no perdería de vista sus movimientos.

Completamente horrorizado, Ahn Seo-jun veía en su teléfono como las tendencias en noticias estaban saturadas con información de él y sus sucios negocios, además de eso, se mostraba al hombre contratando servicios sexuales bastante cuestionables

Afuera, la prensa no se hizo esperar para querer obtener exclusivas de él, por lo que el empresario se encontraba escondido dentro de su oficina principal, desde la cual manejaba todos sus asuntos. Su teléfono estaba lleno de llamadas de su esposa, asustada quería saber lo que sucedía, pero él apenas si le decía que era un error y lo solucionaría

Para esa hora del día, las acciones de hacer perder la noticia habían fracasado en su totalidad, con ayuda de los "justicieros sociales del internet", que se sumaron a la causa

Sin saber qué más hacer, el señor Ahn había llamado en varias ocasiones al señor Lee, líder de toda la organización, pero él continuaba sin noticias de Diamante Negro, a quien el empresario ya quería ver muerto, estaba a punto de perder la cordura debido al estrés

—Señor, recibió este citatorio —informó uno de sus empleados

Enojado arrebató el papel que le entregaban, era un escrito de la policía donde se le pedía acudir, pues no había aún ninguna denuncia formal de parte de ninguna víctima, por tanto, no había sido necesaria la presencia de la policía. Casi al mismo tiempo, el señor Ahn recibió otra petición de audiencia, esta vez con la oficina de Impuestos y Hacienda Pública

Al menos unas 2 dependencias más del Gobierno lo citaron a declarar, haciéndolo sentirse acorralado. Con el corazón acelerado, se sentó y pidió algo de whisky para intentar calmarse, la corbata de su traje ya estaba hecha girones y se había desabrochado los botones de la camisa cercanos al cuello

—Esto no puede estar pasando, no puede —repetía angustiado, a punto del colapso

El teléfono vibró, había recibido un nuevo mensaje, uno de tantos que recibió durante ese tiempo, ya ni siquiera quería verlos, sin embargo, agarró el celular y revisó, era un remitente desconocido, al abrirlo, sus ojos casi salen de sus órbitas, se trataba de una foto, eran sus hijos mayores, amarrados juntos en el suelo, estaban inconscientes, por un momento temió que muertos

—Pero ¡¿Qué mierda?! —más alterado que nunca, se paró de su asiento, la foto estaba acompañada de un texto

"Diamante negro avanza una pieza en el tablero"

—¡Hijo de puta! —completamente fuera de sí, tumbó todos los papeles que tenía sobre su escritorio— Con mis hijos no —pensó asustado, le temblaban las manos— "¿Qué quieres de mí? Te daré lo que quieras, pero deja ir a mis hijos" —escribió en un mensaje, sudaba frío

No recibió respuesta y eso lo estresó mucho más. Segundos después, recibió una llamada de su esposa, la mujer sonaba muy alterada

—Llamaron del colegio —le temblaba la voz— Ji-ah sigue ahí, nadie fue por ella y vieron a los gemelos subirse a tu auto…

Ni siquiera terminó de hablar la señora cuando el señor Ahn soltó su teléfono, cayendo al suelo, estaba aterrado y no sabía qué hacer, sentía que el corazón saldría de su pecho en cualquier momento.

Aterrizando en su helipuerto personal, se encontraba un avión proveniente de Japón, Lee Min-hyun ya estaba ahí, esperando su llegada, acompañado de un grupo de guardaespaldas. Desde que Diamante Negro comenzó su venganza, había triplicado su vigilancia

Del transporte aéreo bajaron tres hombres, Berilo rojo, su poseedor y un guardaespaldas. El señor Lee esperó a que el trío se acercara, ambos socios se dieron un abrazo, hace tiempo no se veían

—Nos espera un banquete, conversemos mientras comemos —sugirió el señor Lee

—Por supuesto —respondió el otro, su nombre era Kenji Okamoto y se encargaba del negocio en Japón

El jefe de la organización miró hacia el lado de su asociado, ahí estaba Berilo rojo, tan atractivo como lo recordaba, se le veía tan tranquilo que cualquiera pensaría que no rompía ni un plato

—Hace tiempo no lo veías ¿cierto? —preguntó entre risas tontas— Deberíamos organizar una fiesta como la de aquella vez

—Imposible —respondió Lee

El grupo de hombres ya se dirigía hacia el interior del edificio

—Me están pidiendo la cabeza de Diamante Negro, demasiados —explicó de forma superficial— Ya te contaré a detalle

Llegaron a una sala grande con un extenso comedor, pero solo era para los dos despreciables hombres y Berilo rojo, quien se sentó junto a su dueño, los guardaespaldas aguardaron apeados en la pared, lejos de la mesa, la comida comenzó a ser servida

Lee Min-hyun explicó todo con lujo de detalle a su socio, este escuchaba todo sintiéndose horrorizado, nunca antes una joya se salió así de control, podía entender porque solicitó los servicios de Berilo rojo, quien estaba ahí, pero pese a que oía todo, no prestaba atención, era como un muñeco sin emociones que solo respondía a las órdenes, mientras comía tranquilo

—Veo con asombro como Berilo está tan adiestrado —miró orgulloso a la otra joya— Diamante Negro funcionaba tan bien, pero luego conoció a ese mocoso

—¿Mocoso?

—Cuando escapó de un centro nocturno donde fue contratado, se nos perdió por un tiempo, nuestro error fue dejar a ese muchacho con vida, pero creímos ingenuamente que también a él se le escapó, destrozamos su departamento y no encontramos rastros de Jaejoong, ahora le perdimos el rastro —contó a su socio, este estaba sorprendido

Después de contarle un par de detalles más, un hombre se acercó al Señor Lee, le traía un recado, alguien pedía verlo

—Conque hijo de Kim ¿eh? Debe ser de quien me habló el amigo de Siwon —sonrió con perversidad— Quizás estemos más cerca de encontrar a Diamante Negro de lo que creemos

—Maravilloso —expresó el otro en un acento coreano extraño

—Pásalo a la sala de espera —indicó a su empleado— Cuando terminemos acá hablaré con él —luego miró al otro joven— Berilo rojo ¿Por qué no lo entretienes un rato mientras tanto?

—Como usted ordene —sonrió con fría amabilidad, limpió la comisura de sus labios y sin terminar la comida en su plato de puso de pie

No cuestionó absolutamente nada y salió de ahí, escoltado por el empleado que llevó el recado. El par de socios se veían satisfechos

—¿Podrá con el encargo sin matar a Jaejoong? —preguntó el señor Lee

Okamoto lo miró fijo en silencio, su socio solo llamaba por su nombre a ese chico, a los demás siempre por sus "números de serie" o por apodos en caso de las joyas, pero no comentó algo al respecto de eso

—Berilo rojo es letal, mucho más que Diamante Negro, pero le ordenaré que se controle y lo traiga en una pieza —aclaró su garganta— ¿Estás seguro que no quieres matarlo?

—Lo esconderé y lo volveré mi mascota personal, nadie más tiene porque enterarse que no lo maté, por lo que te pido discreción, hasta el momento, los demás creen que mandé traer a Berilo rojo para matarlo, es la versión oficial

—De acuerdo —expresó con seriedad— Ese chico es tu perdición, será un error no matarlo —pensó convencido el japonés, pero no lo comentó.

En la sala de espera, Junsu se sentó en un sillón, nervioso por lo que pudiera encontrarse ahí, todo era lujos alrededor, segundos después, otra puerta se abrió, del otro lado de aquella por donde entró, vio a un joven llegar, era demasiado atractivo y a simple vista se veía que tenía buen cuerpo

Junsu tragó saliva, sintiéndose anonadado, ese muchacho tenía alrededor de su edad, quizás más joven, además de un aura de misticismo y frialdad que le hizo temblar, sintió miedo. El chico se acercó a él y se sentó a su lado, mirándolo seductoramente, poniendo luego la mano sobre su pierna

—¿Qué quieres que hagamos? —preguntó con voz sensual, cerca de su oído, acercándose todavía un poco más

Nervioso, Junsu dio un reparo, levantándose del sillón y mirando sorprendido a ese chico, tenía una mirada tan vacía que sintió lástima por él. Recordó entonces sus primeros encuentros con Jaejoong después que Changmin se ocupara de él, la sobre sexualización de sus actos, sus insinuaciones, intuyó que ese joven era otro de los chicos explotados, pero a diferencia de Jaejoong, este parecía no tener alma ni personalidad

—¿Dónde está el señor Lee Min-hyun? —preguntó nervioso

—No debe tardar —sonrió, poniéndose después de pie

Junsu miró al joven acercarse de nuevo, esta vez por detrás, pegando su pecho a la espalda de Kim, luego sintió los brazos del otro rodearle el pecho, la respiración cerca de su cuello

—Tú ordena y yo obedezco —susurró de forma tentadora, besándole sutilmente unos centímetros debajo de la oreja

Alarmado, Junsu lo apartó de un empujón, luego dio dos pasos adelante y volteó hacia él, estaba molesto, también nervioso, Berilo Rojo lo miró fijamente, sin entender ¿Por qué no recibía órdenes? Siempre que su jefe le pedía que entretuviera a alguien, esa persona no tardaba en pedirle o hacerle cosas sexuales, pero ese hombre lo rechazaba

—¿Estoy fallando en algo? —preguntó confundido, sin dejar de mirarlo

Junsu sintió pena por aquel muchacho, era como si no pudiera pensar por sí mismo, solo esperando que alguien le dijera cómo actuar, incluso Jaejoong parecía tener más voluntad propia que ese muchacho

—¿Quieres que te ordene algo? —el muchacho asintió— Siéntate ahí —señaló el sillón donde antes estaba sentado

Berilo Rojo obedeció enseguida, pero apenas se sentó, intentó quitarse la ropa

—No, no es nada de eso —lo detuvo al instante— Solo siéntate y quédate ahí ¿sí? —el chico asintió— Dime ¿Cuál es tu nombre?

Kim se acercó al sillón y se sentó, haciéndolo al otro extremo, lo más lejos posible de ese hombre

—Berilo rojo —respondió con seriedad, sin emoción alguna

—Berilo rojo —repitió, luego recordó a Jaejoong— Diamante negro —¿Todos ustedes tienen ese tipo de nombre?

—Somos tres —contestó mecánicamente— También Zafiro

—¿Solo tres? —no entendía a qué se refería, él creía que el negocio era más grande, pero no sabía sobre el proyecto que involucraba a las joyas

—Las joyas del señor Lee, fuimos creadas para servirle —explicó sonriente, pero una sonrisa vacía

Junsu se estremeció, aquello cada vez se ponía más turbio, ahora se comenzaba a cuestionar si no estaba equivocado en su método, pero había dado pasos adelante que no podían ser retrocedidos.

Ansioso y preocupado de que todo saliera mal, Changmin no perdía de vista a los gemelos, que continuaban dormidos, del otro lado de la bodega, Jaejoong lo observaba con seriedad, esperando que no se echara a perder el plan debido al nerviosismo del otro, así que decidió acercarse a él

—Cálmate —pidió con tranquilidad, sujetándolo sutilmente el brazo

—Perdóname, yo nunca…

Sin dejarlo terminar, Jaejoong lo calló, colocándole las manos en las mejillas y besándolo en la boca, luego lo miró a los ojos, quería tranquilizarlo

—Todo saldrá bien

—Pero… no ha respondido —tragó saliva. Sus labios hormigueaban, deseaba volver a probar la boca de Jaejoong, eso lo relajaba

—Está asustado, esperará nuestras demandas

—¿Le pedirás que se suicide? —preguntó basándose en lo que antes le contó

Jaejoong se apartó un poco de él y rio, luego negó con la cabeza

—Eso sería muy directo, el plan es hacerlo caer en la desesperación, que él solo tome la decisión

Changmin tragó saliva, luego miró un instante a los chicos dormidos, después miró de nuevo a Kim

—Se quedarán sin padre —habló por lo bajo

—Ese monstruo ¿sientes empatía por él? —preguntó enojado

—En absoluto —contradijo rápidamente— Siento pena por ellos, conocerán el lado más oscuro de su papá, luego lo perderán

Jaejoong miró fijamente a Changmin, sin duda era un chico muy bondadoso, le gustaba esa parte de él, pero al mismo tiempo, le desesperaba un poco, esperaba que el plan no saliera bien por algún error suyo.

—Como sea, creo que me excedí en las dosis —comentó el mayor, luego caminó hacia los gemelos

El menor siguió detrás de él, los chicos seguían dormidos, a pesar de que Jaejoong dijo que no duraría mucho el efecto. El mayor se acercó al joven que se quedó dormido primero y comenzó a moverlo por los hombros, poco a poco éste comenzó a despertar

En cuanto abrió los ojos y se despejó un poco, se dio cuenta de su suerte, estaba amarrado y no estaba solo, sintió en la espalda algo tibio y no tardó en darse cuenta que era la espalda de su hermano, estaban amarrados, tirados en el suelo como animales

—¿Qué está pasando? —preguntó asustado, levantó la vista y vio a Jaejoong, este ya no traía ni la gorra ni el cubrebocas, pero intuyó que se trataba del chófer de ese día, entonces comenzó a hacer memoria y cayó en la cuenta que no era el de siempre, ni siquiera cubriéndose parte del rostro

—Ya era hora —comentó Jaejoong con una sonrisa burlona— Tu hermanito es un flojo ¿eh? —dijo con desdén, aprovechando para darle un empujón con el pie

—¡No le hagas daño! —gritó el chico, estaba temblando— Haz lo que quieras conmigo, déjalo ir por favor —suplicó asustado— Mi papá tiene mucho dinero, él te dará lo que quieras

Jaejoong echó a reír tras escuchar aquello, luego se colocó de cuclillas frente a él, estiró la mano y le agarró el rostro por la barbilla, obligándolo a mirarle a los ojos

—Él no me puede dar nada, el no sabe dar, solo quitar, tu padre es una escoria —comentó con desdén, luego lo empujó

—¡Mi padre no es escoria! —defendió, sintiéndose muy molesto

—Mira esto —sacó del pantalón su teléfono y buscó la noticia que salió aquel día

—Oye —acercándose a él, Changmin lo detuvo— No tiene por qué ver eso

—No le enseñaré nada traumático, quiero que lea las noticias —explicó, apartando al menor, quien esta vez no lo detuvo

Acercándose de nuevo, mostró los titulares que había en internet, el chico leyó algunos, frunciendo el ceño, no entendía mucho de eso, pero los fraudes financieros no le importaban

—Esas cosas no son tan terribles —dijo el muchacho

—¿Qué no lo son? —echó a reír de nuevo— Robar, evadir impuestos, sobornar a la policía ¿nada de eso es terrible? ¿Eres imbécil?

El hijo de Ahn apretó los labios, aquello no sonaba bien, pero no entendía mucho de eso. Debido a los gritos de Jaejoong, el otro chico poco a poco comenzó a despertar, tardando más que el otro en darse cuenta de lo que estaba pasando

—¿Qué pasa? —cuestionó asustado

—¿No lo ves? Además de arrogante, idiota —respondió Jaejoong, el chico no tardó en reconocerlo, esa mirada y esa voz

—No eras el de siempre ¿Dónde está nuestro guardaespaldas? —cuestionó alterado, sentía deseos de llorar

—Déjanos ir —volvió a suplicar el otro— O al menos a él

—No, déjalo a él —contestó el otro

—Cállense los dos, dejen de lloriquear, guarden las lágrimas para papi —abrió la cámara del celular y la apuntó hacia los gemelos

Changmin miraba la escena sin entrometerse, pero sentía que Jaejoong se estaba excediendo, aun así, no intervino

—Voy a grabar, saluden —comenzó a filmar a los chicos, ambos, entre lágrimas, le pedían a su papá que los liberara

Terminó y luego de eso encriptó el video para poderlo enviar. No pasaron muchos segundos cuando recibió respuesta, el señor Ahn le suplicaba que dejara a sus hijos en paz y le daría todo el dinero que quisiera

—Dinero, dinero, dinero —repitió con fastidio— Esta gente cree que el dinero soluciona todo —expresó con molestia

—¿Qué haremos? —preguntó Changmin, interviniendo

A diferencia de Jaejoong, el menor si volvió a cubrir su rostro, pero no interactuó con los chicos, estos mientras aun lloraban veían a sus secuestradores hablar

—Tortura psicológica, por supuesto

—No te excedas —pidió con seriedad, no le gustaba como sonaba eso

—Para ellos no, a ese asqueroso de Ahn Seo-jun —aclaró antes de hacer enojar a Shim— Acércate a los mocosos

—¿Qué?

—Acércate y ponte frente a ellos, yo estaré a tu espalda

—¿Para qué?

—Si tiene un poco de consciencia sobre lo que ha hecho, entenderá que sus hijos pueden sufrir las consecuencias —explicó con tranquilidad

—Espera —Changmin miró hacia los gemelos un instante y luego hacia Jaejoong— ¿Le insinuarás que vamos a… violarlos? —cuestionó sorprendido, incluso si solo era una insinuación, para él sonaba terrible

—Solo necesita creerlo, no los vamos a tocar, es obvio

—Jaejoong ¿no te parece excesivo?

Esta vez, Kim mostró una mueca de tristeza, esperaba un poco más de apoyo de parte de Shim, pero éste parecía estarse acobardando en el último momento

—Yo no te pedí ayudarme con la venganza, tu insististe y ahora te rehúsas ¿Por qué no te largas de una vez y me dejas en paz? No necesito tu ayuda, me estorbas —expresó molesto, mirándolo con dureza

Changmin se sorprendió por el tono y las palabras, aunque quisiera refutarlo sabía que tenía razón, nunca le pidió ayuda, él quiso estar ahí, ahora parecía que era más inútil que nunca, eso lo hizo sentirse peor. El menor agachó la mirada con tristeza, Jaejoong lo observó fijamente y sintió algo extraño en la boca del estómago, una sensación que nunca antes había sentido

¿Acaso era culpa?

—Perdóname —levantó la mirada de nuevo— Sé que tu dolor es incomprensible para mí, tu molestia y tu sed de venganza, jamás sabré cómo te sientes, pero este es quien soy y no quiero que te conviertas en alguien que no se lo piensa dos veces en dañar a alguien inocente

Aquellas palabras, suaves y sinceras dejaron a Kim con una sensación de desasosiego, comprendiendo por primera vez cómo pensaba Shim, él simplemente no quería que se comportara como las personas que lo capturaron y obligaron a prostituirse

—Prefiero ser inútil a dejar que vayas a un punto de no retorno

—Idiota, eres un idiota —conmovido, pero a la vez enojado, se acercó a Changmin y apoyó la frente en el pecho del más alto— Entonces ¿Qué debo hacer ahora?

—El solo hecho de saber que sus hijos están cautivos será suficiente tortuoso para él, dejemos pasar más tiempo ¿sí? —sugirió el menor, rodeando la espalda del otro con sus brazos

Esta vez Jae asintió, luego se apartó de Changmin, este le sonreía, pero el mayor no soportó mirarlo a los ojos, así que apartó la mirada, sonrojándose

—Ya es tarde —comentó el menor al mirar la hora— Iré por algo de comida para los 4

Jaejoong no se opuso y solo asintió, entonces el otro se alejó rápido de ahí, no había casi negocios cerca, así que tendría que ir algo lejos por los alimentos. En cuanto se fue, Jae sacó su teléfono, no volvió a acercarse a los chicos, solo mandó un mensaje de audio.

Ya habían pasado varias horas desde el secuestro de sus hijos mayores, el señor Ahn estaba angustiado y a punto de colapsar, el escándalo en el que estaba envuelto, el peligro que representaba Diamante Negro y los constantes reproches de su esposa lo tenían al borde de la locura

Tenía bastante sin recibir más llamadas o algo de quien tenía a los chicos, aunque tenía a sus hombres trabajando en la búsqueda, no quería reportarlo a la policía, pues entonces más de sus escándalos saldrían a la luz

El timbre de sus notificaciones le alertó que tenía un mensaje de voz, ya que era el mismo remitente de la foto y el video, no dudó en abrirlo, el audio comenzaba con una risa burlona

—¿De qué edad los preferías tú? —se escuchaba clara la voz de Jaejoong

Era todo cuanto decía, pero fue suficiente para que él entendiera todo. Dejó caer el celular, un escalofrío recorrió su espalda y sintió pavor. No había cosa en su retorcido y podrido mundo que le importara más que sus hijos, los 3 era lo que más amaba en su vida y estaba dispuesto a todo con tal de mantenerlos a salvo

Agarró su teléfono del suelo y llamó al remitente, Jaejoong respondió

—¡Te lo suplico! —gritó alterado— No los dañes, por favor. Haré lo que me pidas

—Vete al diablo —respondió secamente, luego colgó y echó a reír.

Del otro lado, el señor Ahn se agarró con fuerza el cabello, tiró de él y luego echó a llorar amargamente, no sabía que hacer y estaba desesperado.

Luego de un par de horas de espera, Junsu finalmente fue recibido por el señor Lee, quien lo esperaba en su despacho principal, dentro de este solo estaba él, sin su séquito de guardaespaldas, tampoco estaban Berilo rojo ni su socio

Kim entró en el gran estudio, era casi del tamaño de un departamento, además, igual que el resto del piso donde estuvo, estaba lleno de lujos

—Pasa, siéntate muchacho —habló con pomposidad, señalando un asiento frente a su amplio escritorio— Así que eres hijo de uno de mis clientes, bueno, también es socio minoritario

Junsu sintió náuseas de oír eso, pero se esforzó por no mostrarse asqueado

—Así es —respondió sentándose en la amplia silla

—Habla, el joven Jung no me explicó mucho

Aunque lo dudó mucho en un instante, finalmente pudo decir algo

—Es sobre Diamante Negro…

—Ah, mi joya —sonrió un poco, luego se puso serio— Lo siento pero, se retirará del negocio, ya no está en renta

"Renta"

Aquella palabra hizo que las náuseas de Junsu se incrementaran, aunque a esas alturas ya no era secreto que Jaejoong era obligado a rentarse, escucharlo de una forma tan natural le resultó desagradable

—No es eso —volvió a dudar ¿y si acaso estaba cometiendo un error?

—Te escucho

—Diamante Negro, él… lo busco porque… bueno…

—Déjate de rodeos —esta vez sonó menos paciente

—Un amigo mío está buscándolo y yo quiero mantenerlo alejado de él —explicó hablando rápido, nervioso

—Shim Changmin ¿cierto? —preguntó con total tranquilidad

Junsu abrió más amplio los ojos, sorprendiéndose por un instante, pero recordaba lo que sucedió con el departamento de su amigo, cuando éste huyó con Jaejoong y se refugió en su casa, antes que este escapara, así que pronto cayó en la cuenta de que era obvio que supieran el nombre

—Dejamos de asociarlos cuando uno de nuestros socios lo recuperó —respondió Lee, refiriéndose a Siwon— Pero parece que tu amiguito se encariñó ¿no es así?

Kim no respondió

—¿Qué quieres tú en todo esto?

—Que Changmin se aleje para siempre de Jaejoong, quiero ayudarle a encontrarlo, pero que me garantice la seguridad de mi amigo —explicó, sintiendo un gran alivio, por fin expresaba su mayor deseo

El señor Lee sonrió con cinismo, era más que obvio que el hijo de su cliente sentía algo más por ese supuesto amigo, pero eso no le importaba, si aquello podía significar recuperar a su joya, estaba dispuesto a oír

—Ya veo —asintió un par de veces— ¿Hasta dónde eres capaz de llegar?

—¿Perdón? No entiendo

—¿Harás todo lo que se te pida? Sin escrúpulos ni ética, este no es un juego de niños —habló en tono serio y amenazador

Aquello hizo temblar a Junsu de pies a cabeza, se había metido en la boca del lobo y salir de sus fauces parecía algo imposible, había llegado hasta ahí, dar marcha atrás podía significar poner su vida en peligro

—Solo si me garantiza la seguridad de Changmin, es todo lo que pido

—Eres un jovencito muy determinado —sonrió ampliamente— Ayúdanos a atrapar a Diamante Negro y tu amiguito estará a salvo —expresó con entusiasmo, estirando la mano al frente para cerrar el trato

Kim tragó saliva y pese a que aun dudaba si estaba en lo correcto o no, estiró la mano y devolvió el gesto, ahora estaba liado con ese terrible hombre y su oscura organización.


¡Hola a todos! Traigo un nuevo capítulo, espero les haya gustado. Mientras Changmin se convierte en el ancla de Jaejoong para que no pierda el objetivo real de su venganza, Junsu se hunde más en la desesperación, tomando malas decisiones ¿cómo creen que terminarán estos dos? Espero sus comentarios y muchas gracias por leer, hasta la próxima.