Regresa el anime de Bleach y el segundo capitulo es mi homenaje para este gran momento.
Que lo disfruten.
PODCAST
Al mirarse en el espejo noto cierta palidez en su rostro, el sudor frio impregnado en la piel y un roce helado que recorría su espalda, un sinsabor que no se aliviaba tan fácilmente.
Un resoplido y un poco de agua en la cara le ayudaría a controlar la ansiedad, el ambiente desde hacía algunos días se sentía pesado en todo el Rukongai, y para la Capitana Rukia Kuchiki aquella mañana fue más que evidente.
Procedió a salir del tocador recuperando su gesto estoico, dos figuras se posaron ante ella, una niña de cabellera cobriza perdida en las típicas distracciones matutinas previas a iniciar la jornada, del otro lado estaba su marido, aun mas distraído con la cara encajada en su dispositivo inteligente, monitores de comunicación parecidos a los celulares del mundo mortal, la capitana al ver esta escena sintió como la ansiedad se dispersaba de a poco, puesto que su familia era su mayor refugio.
-Que no se les haga tarde – aviso Rukia utilizando el tono autoritario de su versión de ama de casa, una de las tantas pieles que, por decisión u obligación, tiene que portar una mujer.
-Oye Rukia tienes que escuchar este "poscas" nuevo – respondió Renji con su inquebrantable estabilidad emocional, incluso en una mañana oscura como la de aquel día, incluso si la tormenta se avecinaba el se miraba imperturbable.
-¿Que es un poscas? – pregunto Rukia notablemente confundida, pero adorando la manera en que su marido era feliz con algo tan superficial, una de las cosas que podía admirar de el y algo que siempre le había flechado, desde los tiempos en que ambos vagaban por las funestas calles del bajo Rukongai.
-No se dice poscas, se dice podcast – interrumpió la niña que acompañaba a la pareja, la severidad en su voz remitia a un intento de imitación al tono de voz de su tío materno el legendario capitán Byakuya Kuchiki, se trataba de su joven hija Ichika.
Como sea, es como esos viejos programas de radio – comento Renji dando los últimos sorbos a el té matutino - en el participan Akon y Hisagi, incluso a veces invitan a personalidades, ahora viene el capitan Mayuri.
Rukia sintió un nudo en la garganta al escuchar el nombre del capitán del doceavo escuadrón, de pronto su inconfundible voz inundo la habitación, saliendo del dispositivo, sus palabras tan venenosas como los brebajes que Mayuri gustaba preparar.
"…Si, este no es momento para ser tibios, damas y caballeros. Es tiempo de que el pueblo por fin pueda despertar de ese letargo, los grandes triunfos los grandes cambios siempre son en base a el hartazgo de la gente, y si a veces hemos de sangrar que esa sangre sea el combustible para que este barco siga, es el momento del cambio y de las definiciones, ¿de que lado estarán el día de mañana? …"
-No sabía que el capitán Mayuri fuera tan elocuente – intervino Renji ante el flamígero discurso, Rukia denoto en su rostro un ligero gesto que le anticipaba que su marido estaba de acuerdo con la narrativa de Mayuri.
-El capitán Mayuri me da escalofríos – dijo la niña pelirroja, cubriéndose con sus propios brazos.
-Es cierto Ichika, el tipo es un bastardo pero vaya que sabe hablar – dijo Renji con una pequeña sonrisa de satisfacción que causo una leve incomodidad en Rukia.
-¿Ya vieron la hora?, tenemos que salir ahora mismo – dijo Rukia tratando de apurar el momento, se sentía fuera de lugar desde que le había llegado aquella carta oficial anunciando el inicio de un proceso contra el comandante.
-Es verdad, Ichika adelantate para que te puedas encontrar con Ikkaku – dijo Renji a su hija esperando poder quedarse unos minutos a solas con Rukia, la había notado rara aquella mañana.
-Si bueno, nos vemos más tarde – respondió Ichika despidiéndose de sus padres, Rukia le obsequio una sonrisa la cual ella devolvió con complicidad, desde hacia varios días que a Rukia se le hacia difícil incluso el poder sonreír.
Por fin la pareja había quedado a solas, Renji respiro profundo y se levanto para acercarse a Rukia, sus miradas se cruzaron, la tensión había bajado un poco.
-¿Te encuentras bien? – pregunto Renji tomándola de los hombros.
-Supongo que estoy un poco nerviosa, todo esto del probable juicio contra el comandante Shunsui...- respondió Rukia sintiendo una vez mas el peso sobre su espalda.
-Si la verdad es que esto a todos nos tiene mal, y por supuesto a ti te pesa mas que otros por la relación que tenían el capitán Ukitake y el comandante Shunsui – dijo Renji mirándola fijamente a los ojos, Rukia sintió como si su cabeza estallara, él la había leído como un libro, desde que tomo la responsabilidad como capitana había tratado de ser ella misma, de ser suficiente y poder llenar el enorme vacío que el capitán había dejado.
-Es eso, pero también es por que quiero hacer las cosas bien, y al preguntarme a mí misma ¿Qué hubiera hecho el capitán?, yo no puedo encontrar la verdadera respuesta – al decir estas palabras Rukia sentía alivio al sacar lo que oprime su pecho, pero al mismo tiempo el fantasma de la ansiedad la perseguía una vez más.
-Es normal tener dudas, la guerra nos dejó muchas heridas, creo que es sano para nuestra política este tipo de procesos – dijo Renji para reconfortar a Rukia haciendo mas firme el agarre en sus hombros.
-¿Por qué siento como si estuviera hablando Mayuri? – reviro Rukia lanzando esa mirada la cual Renji sabia que era mejor esquivar, ambos sabían que había líneas que era mejor nunca cruzar.
-Bueno, el tipo tiene una retorica un poco extrema si, pero… ¿no me digas que no has pensado en cosas así? – sin embargo, Renji al responder, no esquivo la mirada inquisidora de la capitana – no me digas por favor que cuando nos moríamos de hambre en el Rukongai nunca pensaste las cosas que él dice.
-Renji, ante todo tenemos una responsabilidad y te recuerdo a quien juramos defender y proteger con la vida – respondió Rukia apartando un poco su cuerpo del lado de su marido, el sintió la tensión y de inmediato pensó que no era el momento de esa discusión.
-No vale la pena pensar, ahora en esto querida, confiemos en que se tomara la mejor decisión – dijo Renji tratando de culminar con la discusión.
-Si, tienes razón, lo siento si me exalto un poco, sabes que esto me tiene mal – dijo Rukia con una sincera disculpa, Rukia esbozaría nuevamente una sonrisa forzada para su marido, sería la última vez en mucho tiempo que esa sonrisa se dibujaría en su cara.
En el Sereitei existían los suficientes recursos científicos y tecnicos para superar el nivel de tecnología que había en la tierra.
Fue responsabilidad de el teniente Akon por orden directa del capitán Mayuri, generar una red de comunicación basada en la tecnología celular de los humanos.
Con ayuda de este tipo de herramientas, la gente común del Rukongai podía mantenerse comunicada e incluso activa en la vida publica de la sociedad de almas, cuando Akon pensó en generar una red de información e incluso de propaganda, pensó que la persona correcta para realizar este trabajo era Shuhei Hisagi, quien tenia amplia experiencia en el rubro de la comunicación en el sereitei.
Así surgió el podcast semanal del Sereitei "Mesa para dos".
Los tenientes Akon y Hisagi, habían entendido perfectamente cómo funcionaba la comunicación a través de las redes sociales, y desde luego en términos de propaganda se volvieron maestros, en ese momento ninguno de los dos entendía la poderosa arma que estaban engendrando.
Hacia tiempo que en el palacio de Las Noches no había una reunión tan concurrida, al parecer todos habían acudido al llamado, y no era para menos, cuando los vientos fríos cruzaban el desierto, al grado de sentir el dolor en las derruidas máscaras y cuando los murmullos en los pasillos del palacio hacían percibir que algo estaba pasando, en momentos así no había hollow en Hueco Mundo que no acudiera al llamado.
Los hollow acudieron al llamado de su reina, aquellos que parecía que no conocían el miedo, se acercaron a las Noches buscando refugio, avanzando en grupo como ríos de espíritus, hollows de todo tipo, los menores, los mas grandes y fornidos, y desde luego los grupos de Menos Grande que se movían desde los eternos y lejanos bosques, estaban además reunidos numerosos adjuchas merodeando alrededor del palacio, y ahí dentro lo que quedaba de los arrancars dando honores a la reina.
-Y bien así están las cosas – alzo la voz desde su trono, aquel trono en donde el señor de lo maligno alguna vez se había erguido para recibir a los Espada, tiempos que ya parecían muy lejanos, alzo la voz la que se había convertido en la reina absoluta de Hueco Mundo.
Como era de esperar los rumores habían llegado hasta las entrañas del mundo de los hollows y arrancars, los rumores que traían noticias de la sociedad de almas, noticias que hablaban de como la armadura institucional de aquel potente organismo se había partido como una nuez, los rumores de que el comandante estaba débil y sin legitimidad, que el pueblo estaba dividido desde sus cimientos, que era inminente un juicio en el cual el actual comandante Shunsui Kyoraku pondría a disposición su puesto, y lo peor y mas preocupante, lo que tenia nerviosos a todos en Hueco Mundo, es que una de las mayores narrativas en su contra era la supuesta cercanía de Shunsui con Las Noches.
-Por el momento lo mejor que podemos hacer es mantenernos unidos, nuestro pacto con la sociedad de almas sigue en pie y mientras su líder siga ahí, no tenemos por que pensar en medidas de emergencia – dijo la reina Halibel con la tranquila voz que le caracterizaba – hay espacio en las Noches para todos, mis queridos hermanos.
- ¿Y cómo le hacemos? – interrumpió alguien desde las profundidades del salón, como era costumbre, Grimmjow Jaegerjaquez tenía algo para decir.
Todas las miradas se volcaron hacia él, pero en esas miradas no había sorpresa, después de todo era común que Grimmjow cuestionara cualquier decisión, era común incluso en los tiempos que el innombrable se sentaba en el trono.
Sin embargo, había presente en el recinto, alguien que deseaba que eso no ocurriera, pero sabia que era inevitable, ella era Nelliel Tu Odelschwanck, quien estaba cerca del trono y miro a Grimmjow a los lejos, pero este evito su mirada.
-No entiendo su pregunta, compañero Grimmjow – respondió Halibel fingiendo no comprender las palabras de el ex espada, pero ella entendía perfectamente bien, sabía que tarde o temprano su alianza contra natura con la sociedad de almas, seria fuertemente cuestionada, y sabia que Grimmjow era uno de los camaradas que podían comenzar a moverse en su contra.
Halibel, a diferencia de los antiguos reyes Barragan o el mismísimo Sousuke Aizen, había decidido ser una reina diferente, se veía a si misma como una mas del rebaño, se refería a sus súbditos como compañeros, camaradas o hermanos, entendía a Hueco Mundo como un panal de abejas, en el cual cada miembro tenía una labor y la comunidad estaba siempre por encima de todo.
-Su excelencia tratare de ser mas elocuente, lo siento no se me da mucho el don del habla, y me es más difícil si siento que una puta Zanpakuto se balancea cerca de mi cuello -respondió sarcásticamente Grimmjow con una sonrisa de burla en su cara, sin duda Halibel lo sabía, era él y siempre fue el, y de pronto pensó que si ella fuera como el que se había sentado en el trono antes que ella, si ella fuera aquel señor dueño de la oscuridad de las Noches y del cual nadie se atrevía siquiera a susurrar su nombre, pensó y miro a Grimmjow y su enajenada sonrisa, pensó, ¿qué hubiera hecho Aizen en ese momento? Y en ese momento su corazón se nublo, por la sombra del terrible que se adueño de las tierras salvajes de Hueco Mundo, Halibel sabía que era Grimmjow un peligro.
Nelliel también lo sabía, sabía que Grimmjow seria el que aprovecharía este momento de debilidad para cuestionar el pacto de paz, pacto de paz que Nel jamás pudo siquiera soñar, y su corazón también se oscureció, por que a pesar de que era lo que esperaba, le dolía demasiado, porque quizás en el fondo pensó que Grimmjow había cambiado, y se sintió como una tonta por sentir amor por él, por amar incluso la parte de él que más odiaba.
-Lo único que digo, es que esa bomba puede explotar en cualquier momento y esos cabrones van a venir por nuestras cabezas – dijo Grimmjow apretando los dientes.
El resto de los arrancar y grandes adjuchas presentes, no podían negar que había lógica en sus palabras, después de todo el pacto de paz estaba sostenido sobre la buena voluntad de los lideres actuales, si el líder de todos los shinigami caía, el pacto terminaría con el.
-Odio admitirlo su majestad, pero Grimmjow tiene un punto – intervino Loly Aivirrne desde el otro lado del salón.
-No hay por qué tener miedo, pase lo que pase defenderemos Hueco Mundo, si quieren venir los estaremos esperando – dijo Mila Rose en apoyo a su reina.
En Hueco Mundo, existían quienes nunca estuvieron de acuerdo con los pactos de paz, hollows sedientos de salir a cazar almas en el mundo material, menos grandes que moraban ansiosos el momento de las embestidas de tiempos pasados, adjuchas que deseaban seguir creciendo en poder y prestigio, y arrancars sedientos de venganza ante la derrota en la ya lejana batalla por Karakura, todos ellos estaban en contra de pactar con los enemigos que los habían perseguido desde el inicio de los tiempos y se sabía que potencialmente seguirían a un líder que prometiera la victoria Hollow.
-Tenemos que esperar – interrumpió Nelliel con zozobra en su voz – confiemos en nuestra reina y esperemos, juntos saldremos adelante.
Nelliel se plantó ante los demás y finalmente su mirada se encontró con los ojos de Grimmjow, y con esa breve mirada basto para apaciguar la intempestiva reacción en el salón, pero también para reducir a Grimmjow nuevamente a el silencio, quien volvió a su asiento y se cruzó de brazos, ahí ella asintió dándole las gracias.
-Gracias compañera Nelliel, entiendo todas esas inquietudes, reconozco que son tiempos de incertidumbre pero pase lo que pase daré mi vida por defender esta nuestra casa – concluyo Halibel alzando el brazo en señal de victoria, en ese momento todos se volvieron uno con su reina en un grito de euforia pero también de profundo terror.
Aquella tarde la reunión había terminado sin novedades, pero se sentía en el ambiente que algo ya era diferente y que era cuestión de tiempo para que todos tuvieran que volver a tomar las espadas. Sin embargo, la paz en Hueco Mundo por lo menos aquel día nadie la podía evitar, y los presentes lanzaron de nuevo un grito victorioso, pero el corazón de Nel una vez mas se oscureció, por que miro a Grimmjow quien había sonreído otra vez, y en su sonrisa había ambición y sed de matar.
0o0o0o0o0o0o0o0o0o0
Espero que hayan disfrutado la lectura.
Un saludo y nos leemos el próximo capitulo.
