ficción

Historias de Albert y Candy

presenta

Quédate Conmigo

Por Mayra Exitosa

Mientras la rubia observaba las propiedades de manera distraída, una de las imágenes en la pantalla llamaba su atención, había asegurado no volver a estar en zonas boscosas, debido a su recuerdo en el instituto en el que estuvo ingresada por tantos años sin permisos de salida, pero ese lugar, le despertó nostalgia y a su vez un salto en su corazón de manera inesperada como un recuerdo a sus días felices, era una zona con muchos árboles, poseía jardines y la mansión era pequeña comparada con las mostradas cercanas a las playas, además podía apostar que se encontraba más accesible a su presupuesto, quizás a pagos la liquidaría, observaba el mapa de ubicación donde había una ciudad cercana a menos de media hora, pero el ambiente en ese lugar le daba cierta atracción que no pudo dimitir y agrandó la vista de la propiedad que había llamado su atención, por lo que de inmediato le solicitaba a la asesora inmobiliaria,

- ¿y esta propiedad? deme los detalles, por favor - No se encuentra cerca del mar, señorita Mc Bride. - Lo sé, está a dos horas y cuarenta y cinco minutos, pero me gusta ese inmueble, tiene algo que me atrae. - Es más accesible económicamente hablando, no es del nivel que usted buscaba, sin embargo, tiene un problema de acceso en el invierno, se llena de nieve las colinas y no permiten su paso con facilidad, la mansión tiene resguardo contra avalanchas y seguro para esos casos, más todo el resto del año es perfecto.

- ¡sí, perfecta! ¡me gusta! hare una investigación de ella, quiero ver los detalles. - Puedo hacerlo por usted. - No, usted es la asesora y quiere venderla, quisiera saber más, ¿por qué la venden? ¿cómo es eso de que en invierno se cubre de nieve? ¿el costo de mantenimiento? ¿el tamaño de la propiedad completa? ¿tiene anexo a los terrenos aledaños? ya sabe detalles que no es fácil obtener de una asesora como las cosas negativas de porque aún no la ha vendido, por ejemplo, eso pudiera decírmelo alguien que viva cerca del lugar ¿no lo cree? La asesora bajaba la cabeza, no la había vendido por esos problemas de ubicación y aislamientos, así que sabía que no la querría, por lo que guardaba silencio y daba los detalles del lugar anexando todo en una carpeta, con documentos y detalles que sabía estaba cuestionándose, para que ella lo confirmara por su cuenta.

- Será un placer mostrársela, tome las llaves, usted pudiera ir a verla, esa propiedad es única, la construyo el magnate William Andrew hace cinco años y la vendió por comprar una isla en el caribe. Avisaré hoy mismo que usted puede quedarse un fin de semana o más tiempo de requerirlo y la atenderán como es debido. Candy interrogaba asombrada, - ¿una isla en el caribe? - Si, el anterior propietario se protegía mucho de no ser visto, ese lugar fue su hogar por un tiempo, siempre solitario, nadie iba ahí, ya sabe las mujeres prefieren lugares donde podamos andar en tacones, sin embargo, surgió la oportunidad de hacer algo más grande según me informaron, incluso en la isla que adquirió podía realizar su sueño de protección a un tipo de tortugas que se encuentra en la lista de posibles especies en extinción, fue así como vendió su más preciado hogar y… el resto es historia. - Comprendo.

Candy recordaba decirle sobre las tortugas y darle una explicación ignorando que él por eso había comprado la isla; la asesora no tenía por qué mentirle, puesto que ignoraba quien era ella y que conocía a William Andrew. De pronto su mente se nublaba pensando en aquella noche, en sus palabras y en como conversaron muy poco por esas ansias de estar junto a ella en su habitación, algo que él no podía negar, al menos le había sido atractiva en ese aspecto.

De pronto la rubia se quedaba sumida en sus pensamientos, meditando que la casa del bosque, él la había construido, dejo ese lugar para comprar la isla del cielo, donde ellos se habían casado ante Dios, allá la mansión era perfecta, color marfil elegante y grandiosa, como si fuera de ensueño y como su nombre lo decía del cielo, sin embargo, ahora en esta casa del bosque entre colinas colmadas de pinos enormes, tenía un equilibrio con el medio ambiente, se veía sumergida y protegida en ese lugar como si contara con un camuflaje con el entorno, comprendía porque le llamaba tanto la atención, el diseño era tan bello para estar en las faldas de la montaña nevada, debía tener el refugio ideal y habiendo vivido ahí por un tiempo, estaba segura que sería bastante agradable para sus recuerdos, ahora que para el tiempo de invierno tenía que hacer compras anticipadas y cuidarse de salir, pero en las fechas de frío planeaba estar en la ciudad, tendría eventos navideños en los hoteles, la agenda estaba completamente llena, eso la mantendría ocupada. Más no podía evitar sentir cierta satisfacción al saber que ese lugar le había pertenecido a él.

De nuevo llegaron todas las imágenes de ellos en la playa de cómo él estaba feliz con ella cada noche, estrechándola a su cuerpo, aun desconociendo que era la hija de una mujer de pocos valores, considerada una bastarda de Mac Connery y después una hija ilegítima de Reymond Legan, si William Albert Andrew, se daba cuenta de sus antecedentes, como lo hicieron los Britter, cuando le prohibieron hacer amistad su hija Annie, sabría que haberse casado no solo era un error, era lo peor para su prestigiosa familia. Debía haberse enterado de ello para haberla dejado en ese departamento sin fecha de regreso y sin desear encontrarla de nuevo.

- Señorita McBride está muy pálida. ¿desea que le traigan una bebida? - Lo siento, no es nada. - ¡Espere! no se levante, no tardará en llegar la ambulancia - ¿Qué? - Casi se me desmaya, llame a los novecientos once, usted no respondía. - ¡por Dios! ¡qué pena! - ¡No se mueva! La llegada de la ambulancia la sentía exagerada, pero escuchaba como pasaron varios minutos y ella no había respondido mientas que pensaba en él, la asesora aclaraba que había perdido el color y…-¡no se levante! repetía evidentemente asustada y notoriamente preocupada.

El paramédico que la atendía estaba asegurando que si tenía algo anteriormente ya que su presión estaba muy baja y debía checarse, fue llevada en la ambulancia al primer nosocomio, donde le hicieron pruebas de rigor y exámenes que luego la llevaron con un médico ginecólogo quien le daba la noticia de su embarazo avanzado, - ¡muchas felicidades señora Mc Bride! Esta usted embarazada, tiene veintidós semanas y no puede ser que no se haya dado cuenta. - pero hasta ¡tuve mi periodo! Alegaba la rubia, - En algunos casos suele pasar, pero vea usted, está muy, muy embarazada. - ¡no se me nota! - ¿debió haberlo notado en sus alimentos, ¿quizás, en sus bustos?

Continuara...


Muchas gracias por sus comentarios en cada capítulo, deseando siga siendo de sus favoritas, también agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa