Todo era silencio y dolor. Un instante de ceguera y sordera en el que no pudo controlar sus pensamientos ni sus más remotos recuerdos.
El temblor de su mano al sentir cómo el arma blanca amenazaba con acabar con todo su trabajo, lo desestabilizaba. El impreciso disparo le abrió los ojos y lo devolvió a su espantosa realidad. Pudo observar el pánico que residía en la mirada de Eren, quien volteó lentamente en dirección a donde se alojó la bala luego de abandonar el revólver.
—¿¡Qué mierda te pasa!? —inquirió Magath, alejando la navaja de su cuello. Empujó a Levi y apuntó nuevamente hacia él en su cuerpo. —¿¡Eres sordo o acaso no entendiste que debías matarlo!?
Su mente estaba difusa, perdida entre los recuerdos y el presente nuevamente. Sus oídos apenas podían captar el sonido a su alrededor. Parecía un ser incapaz de moverse, aún cuando su mente pide a gritos que lo haga.
Cuando por fin pudo volver en sí, su rostro había recibido un fuerte golpe que lo derribó. Tras caer al suelo, Magath le arrebató el arma para apuntar directamente a Levi. Éste lo miraba con desdén y el resentimiento lo carcomía. Sin embargo, la presencia de un débil Eren lo limitaba a tomar decisiones arriesgadas.
Él tranquilamente podía pensar en huir y dejar a Magath allí, pero cargar con el peso de Jaeger lo complicaría en su escape, pues no podría ayudarlo tanto como quisiera. Asimismo, no quería continuar en esa jaula de leones que miraban sus presas hasta que bajasen su guardia. Levi debía idear un plan donde ninguno de los dos saliera perjudicado.
—¿¡Quién te crees que eres para ignorar mis órdenes!? —reclamó el hombre en medio de su cólera. Con el dorso de su mano libre fregó sus fosas nasales, denotando el nerviosismo que estaba atravesando. —¿Sabes qué pasará contigo y el idiota ese que acabas de salvar?
—¡¡Ya déjalo, hijo de puta!! —gritó Eren y forcejeó el amarre de la otra mano hasta lograr romperla.
Se levantó con dificultad y se ubicó de pie delante de Levi. Extendió sus brazos mientras Ackerman veía cómo su muñeca sangraba por la decisión arriesgada que acababa de tomar. Se sintió miserable por esperar que el mismo Eren le diera fuerzas para luchar, aún cuando ni él podía mantenerse firme después de que ninguno de ellos lo alimentara adecuadamente.
»—¡¡Si quieres matarlo, deberás pasar por encima de mí!! ¡¡No permitiré que le arrebates la vida delante de mis ojos, viejo de mierda!! —añadió.
Levi observaba la secuencia y su cuerpo sintió una fuerte electricidad que recorrió su espalda. Recordó la sonrisa de su madre y las enseñanzas de su tío Kenny. También la valentía de Mikasa al enfrentarse a Zeke, defendiendo sus intrigas respecto a Eren.
Definitivamente él jamás sería como su padre y mucho menos como su hermano. Eren era un hombre con valores férreos y que no volverían a encontrar en ninguna otra parte. No podía quedarse pasmado viendo cómo se enfrentaba a la muerte mientras él continuaba sumergido en el pasado, en el dolor...
—¿¡Tú crees que eso me intimida!? ¡¡Será un placer eliminarlos a ambos!! —Quitó el seguro del revólver para proseguir en su objetivo.
Y cuando estuvo a punto de jalar el gatillo, la puerta se abrió de repente. La exaltación afectó a los tres, desconociendo la razón por la cual Reiner parecía más agotado de lo normal. Su expresión no era nada agradable y Magath supo de inmediato que un atrevimiento de tal magnitud no sería posible de no ser por algo realmente importante.
—Tenemos problemas y es urgente que veas esto. —Sacó su celular y le mostró a su jefe.
Eren volteó a ver a Levi y éste último se levantó del suelo para palmear su hombro. No necesitaron palabras para expresar el pánico que residía en su ser, pero agradecían un poco de tiempo a su favor.
Luego, el celular de Reiner reprodujo la voz de alguien que conocían. Eren y Levi agudizaron sus oídos para comprender lo que estaba pasando en ese momento.
" Agradezco mucho su presencia aquí. Siento haberlos llamado sin previo aviso, pero estuve esperando mucho tiempo para hablar de algo que estaba clavándose en la punta de mis zapatos."
Magath gruñía al escucharlo y Reiner respiraba nervioso.
" Como saben, apenas hace muy poquito hemos tenido las elecciones y esto ha despertado un sinfín de descontentos en ciertos sectores, incluyendo mi propio partido."
—¿¿Qué carajo planea ahora?? —farfulló Magath al pensar en lo que el video le transmitía.
" Esperé el tiempo necesario para dar a conocer mi postura de ello y hoy puedo dar fe, pruebas y muestras de que la elección fue un fraude total, orquestado por el partido que encabezaba Grisha y Zeke Jaeger."
—¿¡Qué mierda!? —Automáticamente, Magath abandonó la habitación, seguido por Reiner.
Tras el fuerte portazo, Levi miró directamente a Eren y ambos se mostraban impactados ante lo que sucedía. De hecho, no comprendía porqué Uri Reiss hablaría de un hecho tan delicado como lo era la corrupción en las elecciones, teniendo en cuenta que no sólo involucraba a los Jaeger; sino que también se encontraba Magath tras todo los hechos.
—¡¡Es nuestra oportunidad para escapar!! —exclamó Eren con euforia. Pese a encontrarse tan debilitado físicamente, ese era el único momento en el que ambos podrían irse de ese sitio.
—Primero —Buscó una prenda, la tironeó hasta romperla y se acercó a Eren. —, voy a cubrir esa herida —La envolvió en ella y ató con fuerza. —. Debes ser más cuidadoso en situaciones asi.
Cuando su muñeca estuvo protegida de una posible hemorragia por la profunda herida, Eren sonrió y cerró sus ojos. Luego, palmeó el hombro de Levi y ambos salieron de la habitación.
Primero, Levi se asomó en la puerta para cerciorarse de que no hubiera gente en el camino y cuando hubo comprobado esto, le hizo un gesto a Eren para que lo siguiera. A paso ligero, se fueron acercando hasta la salida y escucharon un fuerte barullo que provenía de la puerta principal. Al ver el movimiento en el sitio, gruñó y volteó en dirección a Eren para hallar una solución.
—¡Ven! Conozco un sitio de escape. —Se adelantó con cuidado y Levi comprobó que Jaeger apenas podía caminar con firmeza.
Él lo llevó hasta ese lugar que Isabel una vez le había mencionado: un sitio recóndito al que ningún empleado podía acceder.
Se trataba principalmente de una de las puertas que se encontraba cerrada. La misma se abría con la llave que llevaba usualmente colgada en su cuello. Se la entregó a Levi y éste giró dos veces hasta que oyó que se destrabó. Cuando la abrió y estuvieron a punto de ingresar, un fuerte golpe en su rostro les indicó que alguien los esperaba allí.
—¡¡Imaginé que vendrían por este lugar!! —Zeke llevaba un caño de metal en su mano, con la cual había desmayado a Ackerman.
Su hermano mayor apareció frente a ellos. Cuando sacó del camino a su principal estorbo, esperó en el interior de la habitación a que Eren contraatacara. Golpeaba la palma de su mano con el caño y reía ante su evidente debilidad física.
—¡¡Vamos!! ¿No era que escaparían? ¿Qué esperan? —instigaba.
El cuerpo de Eren temblaba y apenas podía mantenerse en pie. Tanto tiempo sin alimentarse lo estaba afectando más de la cuenta y no se sentía capaz de luchar contra Zeke y cargar con Levi hasta su destino.
»—¿¿Y mi padre tenía tanta estima por ti?? —Se acercó a Eren y lo sujetó de su ropa, aprovechando su fuerza para levantarlo del suelo.
Eren, exhausto, respiraba con dificultad mientras trataba de recuperar fuerzas para luchar. Levi yacía inconsciente en el suelo y sólo él podía protegerlo de su hermano.
—¿¡Cómo m-mierda entraste a e-este lugar!? —inquirió con asombro. Aún no lograba comprender cómo Zeke podía estar allí.
Riéndose como un completo lunático, Zeke sujetó su cuello y presionaba lentamente. Eren tosía ante la falta de oxígeno y sentía que estaba a punto de desmayarse.
—¿De verdad crees que papá te dio a ti solo la llave de este lugar? No, querido. Yo también poseo una y estoy muy contento de haber supuesto que tú y ese idiota vendrían por aquí para escapar. —Ejerció más presión y lo elevó más para contemplar el rostro del hermano que tanto odiaba. —¡¡No sabes cuánto tiempo esperé por est-!!
Y el ruido sordo de la presencia de un bate de béisbol irrumpió la tensa conversación. Se trató de un movimiento rápido, captado ante los ojos de Eren en cámara muy lenta. El rostro de Zeke se contorsionó antes de caer y sus manos lo soltaron intempestivamente.
Eren terminó en el suelo, golpeando su espalda y su cabeza. Se incorporó con dificultad y sobó su cuello para aliviar la molestia. Aún podía sentir los dedos clavándose en su garganta, con la única intención de acabar con su vida de la peor manera.
Volteó su mirada en dirección a Levi y se arrastró hasta él para comprobar su situación. Tomó su pulso y respiró aliviado al percatarse que sólo estaba inconsciente. El golpe recibido había cortado su ceja y la sangre provenía de ese lugar.
—¡¡Eren!! —La dulzura de aquella voz que lo llamaba le devolvió la energía que creía haber perdido. —¿Te encuentras bien?
Al girar su rostro hacia ella pudo ver la preocupación que residía en su mirada. Sus manos sostenían el bate y ésta fue rápidamente lanzada al suelo cuando notó la situación en la que Eren se encontraba.
—¡¡M-Mikasa!! —exclamó entre lágrimas. Se levantó lo más rápido que pudo y se lanzó a abrazarla con fuerza.
Ella, correspondiendo a la gran demostración afectuosa de Eren, posó sus manos en medio de su espalda, acariciando la zona que había impactado anteriormente. Luego, se alejaron y vio a Levi en una situación peor que la de Jaeger.
—¿¡Qué le pasó!? —Corrió hacia él, se colocó en cuclillas y sujetó su cabeza. La ubicó en sus piernas y separó los mechones de cabello de la herida de su rostro. —¡¡Debemos irnos ya, antes que Zeke despierte!!
Dicho esto, Eren procedió a arrastrar a su hermano fuera de la habitación. Pesaba mucho más de lo que pensaba y sus brazos apenas podían soportar el esfuerzo. Sin embargo, inhaló profundo antes de dar media vuelta y ayudar a Mikasa para llevar a Levi.
Pero su reacción fue sorpresiva. Estaba boquiabierto al ver cómo Mikasa había levantado sin dificultad alguna a Levi, ubicándolo boca abajo sobre su hombro. Con uno de sus brazos sujetaba la cintura del hombre y con la otra tomó su mano para llevarlo hasta el interior de la habitación.
Dentro de ella había un pasaje secreto que se encontraba bajo una tapa de metal. Eren y Mikasa sabían de su existencia porque, de niños, escapaban al exterior por ese medio.
Al ver la astucia y fortaleza de Mikasa bajando por la escalera que los llevaba al subsuelo, sintió frustración. Él era consciente de que no se encontraba en la mejor condición física, pero la situación en la que se vieron enredados fue a raíz de la decisión de Jaeger. Su expresión cambió de forma drástica y Mikasa lo percibió de inmediato.
—¡¡Eren!! —Cuando captó su atención, ella sonrió. —¡¡No te aflijas!! Una vez que salgamos de aquí, solucionaremos todo.
Si bien sonaba calmada y segura, el hecho de que ella tuviera que tomar la rienda del escape lo aterraba. Apretó sus puños con fuerza y asintió ante sus palabras. Él debía mantener su fortaleza mental para continuar adelante y seguir a Mikasa en ese camino.
Cuando ella ya se encontraba en el túnel, Eren cubrió la entrada con la tapa de metal hasta el punto de que sus dedos no se vieran afectados. Una vez que lo logró, bajó los escalones restantes y trató de correr para alcanzar a Mikasa. Su respiración era errática, pero el beneficio que obtendría por su esfuerzo sería suficiente para darlo todo.
Eren contempló su espalda y al hombre que yacía sobre su cuerpo. Admiraba en silencio a la gran mujer que amaba y respetaba. Sonreía y las fuerzas se incrementaban al recordar sus momentos de niñez en los cuales huían de la niñera para correr al exterior.
Sólo que esa vez debía soltar definitivamente el gran amor que tenía por ella para salvarla. Así como tuvo que aferrarse a Mikasa cuando eran niños y quitarle la oportunidad a los pervertidos que esperaban cuán fieras salvajes por ella, ahora debía dejarla ir para evitar que Magath lograse su cometido.
« Mika, si hubiera sabido todo mucho antes, hubiera huido contigo a otro lugar. Sin embargo, las circunstancias me mostraron que debo protegerte a mi manera, soltando tu corazón que ama al hombre más valiente que pude conocer.
Mika, cuando todo termine, tú y yo volveremos a ser como esos niños que alguna vez fuimos...»
[...]
Kenny estaba desesperado. No sólo por lo que Uri había anunciado en los medios de comunicación sino por la repentina desaparición de Mikasa.
—¿¡Entiendes la gravedad del asunto!? —Le reclamaba a Hange, tomando prácticamente una botella de vino de un solo trago. —¡¡Mikasa seguro fue tras ellos!! ¡¡Está en peligro!!
Arrojó el vaso al suelo, rompiéndose en pocos fragmentos. Llevó sus manos hasta su rostro y fregó su piel con fuerza. La frustración lo dominaba y Erwin no soportaba verlo así.
—Kenny, Uri está arriesgando su propia imagen para darnos tiempo para enfrentar a Zeke —espetó en un tono de voz firme. —. Ahora nosotros debemos movilizarnos e ir por Levi y Eren cuanto antes.
—¡¡Eso es lo que más me preocupa!! No sólo por los mocosos, sino por Mikasa —farfulló al recordar el cólera de Mikasa y su falsa calma que le hizo bajar su guardia. —. Creo que todo esto es una espantosa trampa que nos llevará a un lugar muy turbio.
—¡¡Eso es lo que tú piensas, Kenny!! Pero no todo está perdido... —Hange intentó serenarlo con sus palabras, aunque lo veía difícil porque era demasiado tozudo para que la escuchara en ese momento.
Sin darle más vueltas al asunto, Kenny llevó una mano hasta su bolsillo y sacó su antigua navaja. Recordaba cuando entrenaba a Levi de niño y cuán fuerte podía llegar a ser. Él no se dejaría vencer fácilmente y más cuando se trata de proteger a alguien.
Eren era un joven de principios nobles, con un corazón puro que creció rodeado de una familia de mierda donde sólo esperaban contaminarlo con sus malas intenciones. Él logró evitar que se convirtiera en el mismo monstruo que su padre y su hermano, pudiendo hallar una vía de salvación para Mikasa hasta que Levi terminase esa tarea.
Se sentía incapaz de proteger a sus más preciados mocosos, pues el pasado aún lo perseguía y el dolor no sanaría jamás. Su mirada se había clavado en el filo de su arma mientras pensaba cómo podría terminar con esa silente guerra que había comenzado muchos años antes y que cada vez empeoraba más y más.
—¡¡Se acabó!! —murmuró y frunció el ceño. —¡¡Arrancaré esto de raíz!! —exclamó y se retiró con prisa del lugar.
Hange y Erwin no sabían cómo detenerlo ni qué hacer después de verlo. Smith le había ordenado a los pocos hombres que se encontraban disponibles que sirvieran de apoyo a Kenny si llegaba a irse de la residencia y, en cierto modo, estaba tranquilo porque podía confiar en ellos. Él no estaba capacitado físicamente para luchar al máximo, pero se quedaría a proteger a Hange, de ser necesario.
—¿Cómo te sientes? —Le preguntó en un tono calmado.
—Contigo a tu lado, en paz. Si te refieres a cómo me siento con todo lo que está pasando, me da muy mala espina. —respiró profundo mientras miraba a través del ventanal a Kenny corriendo en dirección a la salida.
Sin embargo, lo que lo desconcertó fue cómo se detuvo abruptamente para atender su celular y lo apretaba con fuerza. Estaba seguro de que algo muy malo estaba por pasar y, de hecho, que Uri se haya tomado el atrevimiento de exponer a los Jaeger ya lo convertía en un blanco fácil para ellos.
»—Hange, debes prepararte para lo que vendrá...—advirtió.
Erwin, mejor que nadie, podía oler las guerras antes de que se llevaran a cabo. Peor aún cuando veía esa expresión de desesperación en Kenny, tal como esa vez que le pidió que hablara con Levi porque él no podía en ese entonces.
Su decisión arriesgada podría tener graves consecuencias.
[...]
Tras salir de la mansión Jaeger y huir en el automóvil que había utilizado Mikasa, Eren manejaba en silencio. Ella se había sentado en el asiento trasero, sosteniendo la cabeza de Levi sobre sus piernas.
Revolvió su bolso y encontró un perfume que solía utilizar. Lo acercó hasta las fosas nasales de Ackerman y movió su mano lentamente. Con la otra que tenía libre limpiaba su herida, soplando suavemente hasta que por fin dejó de sangrar.
Levi se retorció y parpadeó varias veces, reaccionando al aroma que impregnó en su nariz. Al abrir sus ojos por completo, se encontró con la dulce mirada de Mikasa y una tibia mano apoyada en él.
—Hasta que por fin despiertas... —susurró y suspiró. —¿Cómo te encuentras?
Incómodo por la postura, Levi se incorporó y apoyó su espalda en el asiento. Eren los observaba por el espejo retrovisor y sonrió al verlo consciente.
—¿De qué carajo me perdí todo este tiempo? —inquirió en un tono molesto, sobándose la herida de su rostro. —¿Qué mierda me pasó?
Mikasa guardó su perfume y resopló. Eren bajó la velocidad del vehículo, indicando que pronto llegarían a su destino.
—Zeke fue quien te golpeó y te desmayó. Por suerte no pasó a mayores y tú resultaste más fuerte de lo que pensaba —espetó Eren, poniendo a Levi al corriente de lo sucedido. —. Cuando creí que todo terminaría allí, Mikasa le devolvió el golpe con un bate de béisbol.
Levi abrió sus ojos y estalló en risa. Mikasa y Eren lo miraban con desconcierto, pues jamás lo habían visto tan feliz por algún suceso. En cierto modo, ella estaba tranquila de que Levi se encontrara bien.
—¡Lo siento! Es que me dio mucha gracia. Aunque me da rabia haberme perdido el show. —respiró profundo y volvió a mostrarse serio. —¿A dónde nos dirigimos ahora?
—A la residencia de Uri. Mi padrino debe estar preocupado por mí, pero...
De pronto, comenzó a buscar en su bolsillo y sacó su móvil. El mismo vibraba incesantemente, denotando una clara insistencia en aquella llamada privada.
Mikasa atendió con temor y seriedad, hablando con firmeza para ocultar el miedo que aún tenía después del riesgo que había tomado.
—¿Hola?
Levi no quitó su mirada de ella, observando cómo sus expresiones cambiaban rápidamente de una colmada de miedo a una de rabia. Su mano apretaba el celular y su brazo temblaba debido a la fuerza que ella ejercía.
—¿¡Qué mierda quieres de mí!?
Colgó la llamada y rompió en llanto. Colocó sus codos sobre sus rodillas y cubrió su rostro con las manos. El desgarrador grito que salió dentro de ella provocó que Eren detuviera la marcha y Levi la abrazara sin pensarlo.
Ella se aferró a su ropa, arrugando la prenda mientras hundía su húmedo rostro en su pecho. Él no podía resistirse a contenerla en su angustia.
—Mika... —susurró Eren con pesar. Volteó su cuerpo y esperó a que ella se tranquilizara.
—M-mi padrino —farfulló y se alejó apenas del cuerpo de Levi. Mikasa sujetó sus manos con fuerza, suplicando ser protegida del mal que la acechaba. —quiere terminar todo. E-ese viejo quiere verme en el sitio donde todo empezó. —Buscó un pañuelo en su bolso y sonó su nariz antes de proseguir. Eren y Levi no comprendían las palabras de la mujer pero tampoco querían presionarla para que hablara. Cuando ella se calmó, continuó: —Así que iremos al lugar que alguna vez fue mi casa, Eren.
Aquel hogar donde todo comenzó y que Kenny conocía a la perfección. Él anhelaba acabar con el conflicto, desconociendo los planes de Magath al llamar a Mikasa.
¿Qué pasará en este encuentro?
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Hola a todos!!! Cómo están??? Ha pasado algún tiempo, pero no he olvidado esta historia!!
Aunque debo anunciarles la triste noticia de que —si mis cálculos no fallan— nos quedan entre dos y tres capítulos más para conocer el gran final de esta historia. Esto me duele, pues me encariñé demasiado con la trama y me cuesta soltarla, así que debería hacerme la idea de que pronto tengo que dejarla ir.
Tenemos muchas cuestiones en este capítulo que nos da la antesala de algo magnífico, algo que el mismo Erwin advirtió y que pronto sabremos con exactitud.
Espero que hayan disfrutado de la actualización y nos estaremos viendo en mis otras historias de diversos fandoms.
Los amo!! ️️️
