Ni Sailor Moon o sus personajes me pertenecen, todo es propiedad de Naoko Takeuchi. La historia se escribe para entretener al lector.
—Vaya —sonrió—, parece que he encontrado un lugar que me resulta familiar —y caminó un poco más hasta llegar hasta un espacio donde varias personas pasaban el rato— ¡ey! ¿qué tal?
Los jóvenes que estaban en la playa miraron a la alta rubia de ojos verdes acercarse, su mano extendida y esa actitud despreocupada se les hizo bastante graciosa. Intrigados dejaron que les explicara las razones de ese saludo y contacto, deseaba jugar con ellos en la playa. Le había parecido bastante atractivo el verlos lanzarse el frisbee, necesitaba conectarse de nueva cuenta con esa persona que había desaparecido desde su separación.
Ellos se encogieron de hombros, ¿por qué rayos no? La vida en la playa es así de simple, es decir, una hermandad para los vacacionistas que desean escapar de los dolores cotidianos, sea por separaciones, llámese estrés laboral, incluso el encontrarse a uno mismo. Lo importante era que uno realmente podía encontrar la paz que tanto necesitaba, la magia de la playa es que el mar se lleva las penas en cada ola que rompe con las rocas, cada que la corriente toca tus pies, mirando el amanecer o el atardecer.
—Que soy la hostia en esto, se los aseguro — les dijo y ellos sonrieron, no le entendían nada a esa mujer, pero se veía segura al empuñar la mano. ¿Acaso los retaba?
Nada, que todos acordaron a empezar desde cero, las reglas… bastante simples, al equipo que se le cayera el disco se le descontaba un punto y el otro lo obtenía. Haruka realmente estaba concentrada en lo que se hacía en ese juego, se llevó las manos a las rodillas esperando poder saltar, justo como se quedan los basquetbolistas cuando hay tiros libres. Sus bermudas floreadas eran bastante lindas y su playera blanca hacía que resaltara la arena que poco a poco comenzaba a cubrirse por los saltos, la forma en la que se aventaba para no permitir que ese disco amarillo tocara el suelo.
Arrojaba el frisbee enérgicamente, su cabello comenzaba a llenarse de sudor y las chicas se deleitaban con la muchacha. De lejos pensabas que era un lindo chico, pero entre más te acercabas podías notar aquellas sutiles diferencias.
—Haruka! —le gritaba un castaño de ojos azules para avisarle que el disco podría cambiar de dirección por culpa del aire.
La chica asintió y salió disparada para alcanzar de un gran salto el artefacto «gotcha», dijo al caer. Segundos después soltó su brazo para dejar ir el frisbee, ese momento en la playa le hacía sentir ella misma.
—¿Por qué seguir sufriendo por algo que ya terminó? —se dijo— La vida no se terminó después de Nadeshiko, yo… necesitaba ese momento tan confuso en Tailandia para entender que ya no la amo, que lo que me duele es la cotidianidad, la costumbre. Y hoy… hoy es un día perfecto para regresar a ser la misma.
Uno de los chicos hizo una seña para tomar un pequeño descanso y uno de ellos le alcanzó una cerveza, Haruka simplemente negó amablemente. Se limitó a pedirles un poco de agua, cosa que llamó la atención de los muchachos, pero le entregaron una botella del líquido que la española deseaba.
—Are you having fun? —le dijo una chica que se le acercó.
—Sure.
—Great…— se acercó de manera seductora.
—Oh… sorry, this is just… not me, I'm looking for a conection so… sex is… I don't want it.
La chica simplemente afirmó y suspiró para dejar a la rubia sola y la cabeza más llena de preguntas que de respuestas. Sí, en ese aspecto no había dejado de ser ella, un acostón no era algo que buscaba, sí una relación y la última a pesar de haber sido genial… le había dejado un pequeño mal sabor de boca, porque hasta ese momento ella pensaba que el amor vencía todo. La cosa es que, no es así, el amor no lo vence todo… Nadeshiko y ella claro que se habían amado en demasía, sin embargo, llegó un momento en que su ex deseaba irse a trabajar a Portugal, pero Haruka estaba subiendo en su empleo en Madrid. No estaba en su plan dejar el buen puesto que tenía, al mismo tiempo sabía que el empleo de su novia era bastante bueno y una gran oportunidad para ella. Decidir qué hacer comenzaba a pasarles factura, porque cuando una decía que se quedaba el malestar aparecía ¿quién debía renunciar a sus sueños?, ¿por qué no podían crecer las dos? Ahí fue cuando se propusieron intentar una relación a distancia, Nadeshiko podría seguir sus sueños y Haruka cumplir sus objetivos.
Ayudar a su ex a empacar… que doloroso fue y ambas se miraron unos segundos, y con eso ya sabían que ambas estaban pensando lo mismo ¿de verdad era la solución? Hablar honestamente lo que significaba una relación a distancia, los problemas con el horario, la falta de interacción física y el cansancio. Si bien, el horario no era el problema, lo serían sus empleos. Algunas veces Haruka hacía horas extra ¿qué pasaría cuando Nadeshiko las hiciera? Y así fue como lo decidieron.
—Dejarte en el aeropuerto y saber que todo había acabado fue… horrible, pero estoy segura de que fue lo mejor.
La de ojos esmeraldas dejó la botella de agua a un lado y salió disparada al notar que sus compañeros de juego deseaban continuar con la competencia. Sí, distraerse de lo que había sido y no regresaría era lo mejor, no porque no deseara dejarse sentir. Sino porque era momento de seguir, ver el disco ir y venir la alejaban de todo… un segundo, sus ojos se apartaron un segundo del juego al notar que el cielo comenzaba a pintarse de naranja y su vista se perdió un momento en el horizonte.
—Haruka! —volvieron a gritarle y la alta muchacha salió corriendo al notar que el disco se alejaba. No, no dejaría que el otro equipo se quedara con la victoria, sobre su cadáver y en ese momento la gente se sorprendió al ver la velocidad que adquirieron esas piernas. Zancadas tan largas como ella misma, la distancia se acortaba, pero no era suficiente… Haruka se lanzó y cual gacela se estiró «boom», se ecuchó el seco sonido de su cuerpo al caer sobre la arena, el polvo que se levantó fue imponente, pero de entre la arena que salpicaba a los demás, un brazo se levantaba victorioso.
La tarde era perfecta, no tardó mucho al llegar al supermercado y comprar todo lo que necesitaría para su día de campo. Se había tardado horas en el centro comercial buscando lo que mejor le quedara.
—Vino, falta el vino y un par de copas. No importa que sean de plástico, no me quedaré a vivir en Mooloolaba Beach —dijo—, a pesar de que me gustaría.
Así se dispuso a buscar las cosas que le faltaban, paso a la caja, hizo las compras, metió todo en una cesta de mimbre que había comprado en una tienda local. Se subió al auto que rentó y se dirigió a la playa; ya estando en el lugar buscó una sombrilla para taparse de los rayos del astro rey.
Comenzó a sentir la mirada de los locales sobre su espalda, su hermoso bikini y el pareo la estaban haciendo destacar. No creyó que el color negro la haría verse tan elegante o distinguida ¿realmente era tan hermosa?
—Obviamente lo soy —se dijo con una gran sonrisa—, espero que las australianas y otras visitantes disfruten de mi hermosa figura.
Alguna que otra mujer u hombre le giñaron el ojo, a las chicas les correspondía de vez en cuando se lo había dicho a Setsuna, el coqueteo era algo natural en ella. A los chicos les respondía.
—I'm super gay, so… bye.
Ellos no se lo tomaban a mal, solamente se reían de aquella chica tan bella y de cabellos aqua que combinaban con el mar. Lentamente la vieron alejarse, Michiru llegó a una zona donde pudo ver una sombrilla sola, extendió su toalla y se sentó para poder comenzar a comer.
—De acuerdo, me tardé en llegar y está a nada de atardecer —se dijo— es que no me decidía que bikini se veía mejor. Pero este está hermoso como su dueña… Brindemos por nosotras Michiru, por estar más centradas y amarnos tanto ¿quieres ir a bailar o deseas quedarte en el hotel? Parezco una loca hablando sola, qué importa… Ya no necesito la sombrilla.
No lo haría, no buscaría otro lugar ya estaba ahí y tenía mucha hambre, comenzó a sacar la comida, pero necesitaba destapar el vino. ¿Dónde había dejado el sacacorchos?
—Diablos… oh, está aquí a un lado de las uvas —se llevó un dedo a los labios ¿y si primero degustaba el vino con el queso y las uvas?— Mejor no, primero como y luego hago locuras, no quiero ponerme ebria tan rápido.
De esa forma Kaioh comenzó a comer, repasó el miedo que le entró cuando el avión salió de Tokio para hacer la primera conexión. En ese instante pensó que había sido una malísima idea salir sola de vacaciones, entre más se acercaba a la mitad del viaje la duda y los pensamientos intrusivos la tenían en pánico, al llegar a Australia notó que para nada había sido una pésima idea. Estar en ese paraíso la reconfortó y sí, todo estaba mejor que antes. Su plan había sido irse a un día de campo sola, era un viaje para consentirse y eso haría, era Michiru contra el mundo, su felicidad contra todo de cualquier forma aquella chica de mirada azul sería la que ganaría el combate final contra sus inseguridades.
Sus ojos se comenzaban a posar en el horizonte, qué hermoso espectáculo era poder ver como el azul se deslavaba y aparecía el color naranja. Un ruido incesante la hizo girar el rostro de aquella estampa, lo único que vio fue una cortina de arena levantarse.
—Qué poca ma… —vociferaba al ver el brazo de la persona que la había cubierto de arena levantarse con un frisbee, se levantó para darle una bofetada… no, lo patearía aprovechando que el maldito estaba en el suelo. Se acercaba con furia para matar al desgraciado que arruinaba sus primeras vacaciones de soltera— Haruka.
—Kaioh… —dijo al mirar a la chica, su cuerpo estaba sobre la arena y lo primero que pensó al escuchar los pasos de alguien era la disculpa que ofrecería. Ahora que tenía los ojos azules de su conocida de Tokio se había quedado en blanco.
—Pensaba en venir a matar a la persona que me bañó en arena, pero… no puedo hacerlo.
—¿Por qué?
—En resumen… eres la persona que me hizo madurar, tu lección me hizo bien y me encontré… así que, es mejor agradecerte ¿no?
—Ah… —sonrió la de ojos verdes— espero no haber llenado de arena a tu acompañante también.
—Vine sola.
—Ya veo.
—¿Tú qué haces en Mooloolaba? —dijo con cariño.
—Al igual que tú, estoy de vacaciones.
—El mundo es bastante pequeño ¿no?
—Diminuto diría yo —respondió, eso era demasiado puesto que en Tailandia se encontraba a Nadeshiko con compañía y en Australia a Michiru.
—Haruka —gritaban los chicos…
—Te dejo seguir jugando con tus amigos. Fue un gusto verte Haruka, me saludas a Nadeshiko —se giró tranquila.
Escuchó a la rubia darse la vuelta y correr de regreso con su grupo de amigos, seguramente estaba celebrando su aniversario con su novia ¿o ya estarían casadas? En realidad, eso no importaba, lo curioso era que ver a la rubia ceniza no había resultado tan horrible como se lo había imaginado.
—Sí, este viaje es mejor de lo que me esperaba… al fin dejé a Tenoh en el pasado.
—¡Kaioh! —escuchó los gritos de la rubia y se giró— ¿estropee toda tu comida?
—No toda —le sonrió.
—Me alegro… pero me siento terrible de arruinar una parte, así que… ¿cómo te lo puedo pagar?
—Hay suficiente para tres personas, puedes decirle a tu novia que venga y podemos ver el atardecer juntas. Tengo dos botellas de vino que compré.
—¿Dos?
—Es un ritual raro que hago siempre que vengo a la playa… se las contaré si la plática lo amerita, ve por Nadeshiko.
—Ammm… —al fin Michiru prestaba atención a la cara de incomodidad de Haruka con las menciones a la chica— ella y yo terminamos hace un tiempo.
—¡Uh! Haruka lo siento mucho, no lo hice en mal plan.
—¿Por qué lo harías? Tú y yo no teníamos contacto desde hace mucho tiempo, era imposible que supieras que habíamos terminado.
—Igual fue desconsiderado no esperar una respuesta e insistir en ese punto.
—Descuida… ¿aún podemos seguir con tu plan?
—Claro —caminaron a donde Michiru había colocado su toalla.
—Entonces ¿por qué las dos botellas de vino?
—Bueno, por si nos cruzábamos en algún momento y si no pasaba pues yo me despedía de ti.
—Déjame —comentó Haruka para ayudarla a quitar las cosas y sacudir la toalla—, eso significa que hoy podremos brindar por el reencuentro.
—Sí y porque me alegra saber que te encuentras bien.
—Claro —sonrió—, yo también me siento feliz de saber que estás bien Michiru.
—Yo no estoy bien.
—¿No? —se sorprendió.
—Yo estoy excelente —se sentaron y la de ojos azules comenzó a destapar el vino—. La realidad es que creí que verte de nuevo sería fatal, harías que me volviera a perder. Me daba miedo porque al fin me encontré y me siento muy bien conmigo, pero tenerte frente a mí es…
—¿Qué?
—Busco una palabra que no sea desconsiderada.
—Tíralo Kaioh —dijo en sorna.
—No me provocas nada.
—Directo al corazón —se llevó las manos al pecho e hizo un rostro de sufrimiento.
—No seas payasa —golpeó su hombro.
—En serio, me alegra saber que no sientes nada malo por mi culpa y que puedes estar serena.
—¿Tú te sientes así?
—¿En qué sentido?
—Con tu ex, bueno si no es muy invasivo de mi parte.
—Descuida, no lo es… es que no siento nada respecto a ella, pero es doloroso porque fueron muchos años. Me la encontré en Tailandia, de hecho, ese era mi destino original, pero fue un caos al verla con su nueva novia.
—¿Ya tiene novia?
—Terminamos porque tenía una gran oportunidad laboral en Portugal, yo pensaba que ella estaba allí, pero resulta que se enamoró de una conocida mía que fue la que la metió a ese trabajo. En fin, Lucia regresaba a España, así que Nadeshiko decidió regresar. Al enterarme monté en colera, yo le había pedido que se quedara, estuve a nada de irme a Portugal con ella y fui una ex horrible.
—¿La acosaste?
—Revisaba sus redes Michiru —le dijo entre juguetona y arrepentida—. Fui una gilipollas y pues esas tías me odiaban. No eran celos, era molestia de que me habían reemplazado en poco tiempo, molestaba incluso a la nueva novia.
—¡Qué horror Haruka! —se burlaba Kaioh.
—Después dejé el asunto en el hoyo, nos las vi en muchos meses y las bloqué de todas mis redes sociales. Entonces me dije que era tiempo de irme de vacaciones, pero supuse que ellas podrían vacacionar en algún lugar de Europa.
—Por eso decidiste ir a Tailandia.
—Me cago en la leche que ahí estaban tía, en medio de Bangkok.
—¿Qué pasó?
—Pues lo que piensas, que se hace la batalla campal en medio de una tienda de artesanías. Según yo logré escapar de la situación y para mi sorpresa…
—¡Te siguieron!
—Hasta el hotel mujer, qué no sabía dónde ocultarme.
—Vacaciones de terror en Bangkok.
—Qué me cuentas, yo pegando gritos por la calle, una escena de mierda.
—Pues salud —dijo dándole una copa—, por los encuentros afortunados y desafortunados.
—¿Crees que el nuestro es afortunado?
—¿Me ves gritando como loca? Bueno, es muy temprano para eso —bromeaba.
—Tía que lo coqueta no se te va.
—No, pero ya no estoy tan intensa como en esos tiempos. Sigo sin querer una relación seria, pero si se da una, no me molesta. No busco a una persona, porque me tengo a mí para tener una vida plena.
—Eso joder, justo eso era lo que deseaba escuchar en aquellos días. Brindemos por ti Michiru.
—Y por ti Haruka.
Así las chicas hablaron mientras el sol se ocultaba, reían de alguna que otra broma que ambas hacían. Reencontrarse luego de tantos años era placentero, ni Michiru o Haruka parecían tener alguna otra intención que no fuera ponerse al día.
—Molas en el curro, eso es estupendo Michiru.
—Para que veas, dejaste ir a una genio en la bioquímica.
—¿Qué dices? Tía yo pude decorar tus paredes de pinturas tuyas. Si me hubieras dejado retratarte desnuda, después de hacer el amor toda la noche.
—Haruka es un semental —siguió la broma.
—Por ti me hubiera impuesto serlo.
—Idiota —se rio.
Las chicas comenzaron a reírse, luego Michiru miró al mar, las estrellas creaban destellos en el mar. Se quedó hipnotizada y Haruka disfrutaba de otro tipo de postal, pues la chica de cabellos aqua se veía realmente hermosa mientras su cuerpo era bañado por la luna.
¿Cómo demonios se le ocurrió estirar su mano y para tomar el rostro de Kaioh? No le interesaba pensarlo, simplemente acaricio la mejilla de la chica y el perfil, se rotó a la rubia, estaban de frete. Michiru se perdió en los ojos verdes de la persona que años atrás le había roto el corazón y poco a poco la rubia comenzó a acortar la distancia. Los ojos azules se cerraron, sintió el aliento de Haruka, sus labios se juntaron.
El beso no era pasional como el de años atrás, pero era mucho mejor…
—No sabes cuanto esperaba que me escribieras, todos estos años añoraba un mensaje tuyo Haruka —se separó de ella.
—Hay mucho de ti que me falta conocer Michiru… la vida me da la oportunidad de besarte y perderme en tu mirada —luego volvió a atrapar sus labios.
—Esta vez no te vayas.
—Hoy me quedo a tu lado, eres más hermosa que hace años.
—¿Nos vamos?
—Ey… —Michiru la miró a los ojos— muchas veces pensaba en ti, en como hubiera sido todo para ambas si no hubiera sido tan dura, si hubiera tenido el valor de decirte que te quedaras a mi lado. Ahora entiendo un poco la razón por la que estabas cerrada a lo demás.
—¿Tienes miedo?
—Un poco.
—Yo no te olvidé Haruka, sé que sientes que ella te traicionó… yo… yo no te dejaré nunca.
Ambas se volvieron a besar… no sabían lo que pasaba, no estaban buscando que eso pasara y parecía ser natural entre ambas. Esa noche las estrellas, el mar y la arena fueron testigos de lo que ocurría entre ambas mujeres.
Continuará…
Chicos muchas gracias por la espera y lamento no tener mucho tiempo para responder de manera individual… Mentira, hagámoslo.
VaMkHt: ja ja ja, es una Michiru de la que deseaba escribir desde hace mucho tiempo y no sabía cómo, pero para eso existe Benito ja ja ja. Claro que te envío el link, te lo paso por DM, saludos ja ja ja.
RoshellBrief: ja ja ja, la verdad esa era la intención, que sintieran la confusión de Haruka al momento de ese mal momento que vivió. Michiru claro que cambió, de nuevo, no estaba mal lo que hacía, pero se equivocaba con ella al ser egoísta y lastimar a otras personas. A las que no les quedaba claro todo su desmadre ja ja ja, como siempre saludos desde una galaxia muy, muy lejana.
MichiruAsami: No escribo bien tu nombre porque siempre me lo borra, me choca la aplicación ja ja ja. Sí creo que a la mayoría le pasó y era lo que deseaba que sucediera porque para Haruka todo eso pasó rápido y tampoco entendía mucho por las emociones que afloraban. Michiru es lo mejor ja ja ja, dejemos que siga creciendo.
E.I nygma: ja ja ja me encanta hacerles pensar que es otro personaje y que no resulte de esa forma, es que soy el demonio ja ja ja. Se puso intensa Haruka, pero bueno que no es celosa joder ja ja ja y Michiru ja ja ja es una persona nueva.
Chicos los dejo que se me hace tarde para comer y leer, así que, trabajo, escuela y hobby, son los más loco de mi vida. Se les quiere y nos leemos pronto.
