Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
Los ojos de Scorpius se abrieron con pesadez, quería seguir durmiendo, pero por una extraña razón, su sueño se vio interrumpido, la mirada expectante y la sonrisa frente a su rostro, lo hicieron ponerse de pie rápidamente ante la sorpresa, lo peor vino a su mente en tan solo segundos, se tranquilizó al reconocer al dueño del rostro.
—Luces tan hermoso dormido, como una princesita, ¿te lo han dicho? –Sonrió el hombre.
—Tu madre, después de coger con ella –bufó enfadado.
—Diría que no, pero realmente la mujer tiene malos gustos, después de todo, se casó con un británico cualquiera –sonrió.
—Así que por fin te dejaron salir de aislamiento.
—Desde luego –admitió alejándose de la cama –y me han puesto al tanto de todo lo que ha pasado, en serio, de todo.
—No creo que de todo, a menos que esos tipos tengan razón y tú y James…
—Yo nunca dije que fue él quien me puso al tanto, sino Gregor.
—Oh –comentó como todo.
—Lo único que sé es que está enfurruñado, y no tengo idea de porqué.
—Me preguntó qué tipo de chica quería para mi recompensa, vi a una foto de una ardiente pelirroja y dije que como ella, lo siguiente que pasó es que me quería matar –confesó Scorpius.
—Bueno, no lo dudo, me sorprende que se detuviera en su cometido, digo ¿qué idiota elegiría a la hermana de James como modelo para coger? –se burló Alex.
— ¡Hermana! –Exclamó sorprendido –pero no se parecen absolutamente en nada –hizo mala cara.
—En eso tienes razón, Lily es dulce y delicada, todo lo contrario a James, bueno, eso y que es pelirroja.
—El color de ojos…
—Bueno, Lily es la mezcla de sus padres, James es más como su madre –se encogió de hombros.
—Ya, pues no lo sabía, ¿quién rayos lo sabría?
—Todo el mundo, si sabes cómo moverte, los enemigos de él, te dirán que es su única debilidad en el mundo.
—Yo lo dudo, eso significaría que aún hay un lado tierno y dulce en él y dudo que eso sea así- se burló.
—Como sea –le restó importancia –me ordenó que te diera esto –le extendió una bolsa –y que comenzara con el entrenamiento ahora mismo.
Scorpius bajó de la cama y abrió la bolsa, sonrió encantado al encontrar un sándwich, negó divertido y sin pensarlo dos veces comenzó a comerlo, para después seguir a Alex hasta el patio, entrenar no era algo que quisiera hacer, pero sin duda tenía que seguir ordenes, quisiera o no, si quería volverse cercano a James.
Después de unos días, uno de los guardias lo llamaron y lo llevaron a una habitación oscura, los nervios se le alteraron más de los que debería y se sobresaltó cuando sintió que alguien lo abrazaba, así que se alejó asustado, la risa dulce de una joven lo tranquilizó.
—Tranquilo, no muerdo –susurró en su oído –a menos que quieras que lo haga –lo besó en la mandíbula –la deidad me trajo para ti, puedes hacer y deshacer conmigo, no tengo límites y un gran umbral del dolor.
Aquellas palabras lo sorprendieron, y no de la mejor manera, sin duda por el mundo en que se manejaba, eso la volvería muy popular, la joven lo empujó a la cama después de encender una lamparilla que le permitió verla mejor, su rostro era dulce y tierno, no quería preguntarlo, pero se veía menor de edad, así que aquello sin duda le causó nauseas.
—Dime, ¿qué es lo que más te gusta? –Lo cuestionó sentándose en su regazo y comenzando a estimularlo.
—Y-Yo… sin duda no soy como todos a los que has tratado antes –tragó saliva.
—Ah, descuida, corazón, todos me dicen eso, pero créeme, he pasado por todo tipo de hombres.
—Y-Yo… -la sujetó de las caderas y la alejó –dime ¿si quiera eres mayor de edad?
—25 y trabajando, pero si alguien te pregunta, puedo tener 15 todavía, mi rostro ayuda mucho ¿no crees?
—No me mientas, mira, no soy de esos a los que les gusta hacerle cosas perversas a los niños.
—No soy una niña, tranquilízate por eso –lo besó.
La joven lo despojó de la ropa y comenzó a estimularlo, la sonrisa pícara se desvaneció después de un rato cuando todo su esfuerzo, no funcionó, y diablos que era ardiente, pero aun así, no logró que el rubio lograra ponerse duro.
—Dime algo, ¿estás seguro de que te gustan las chicas? –Elevó una ceja.
—Sí, sí, es solo que acabo de pasar por algo traumático y…
—Está bien, cierra los ojos y escucha solo mi voz.
Scorpius se recostó sobre el colchón y cerró los ojos por un momento, la voz de la mujer seguía animándolo a pensar en la persona que realmente quería ahí, así que cuando abrió los ojos de nuevo, lo vio a él, de pie en la puerta, y solo imaginarlo ahí, logró excitarlo lo suficiente para ponerse duro.
Gimió de placer al sentirse albergado en el interior de la chica, mientras sus ojos grises seguían puestos en la ilusión del castaño observando aquella escena, era bastante erótico en la mente del rubio, hacía tanto que no estaba así.
Los labios se pegaron a los de él de forma posesiva. —James –gimió en los labios de la joven justo al momento de terminar.
Aquel nombre no pareció alterarla para nada, después de todo, no eran nada, malo si hubiese sido su novia o algo por el estilo, llamarla con el nombre de un chico, sería tener una maldita habitación llena de banderas rojas.
—Fue decente –le informó ella con una sonrisa –te diría que fuéramos por una segunda ronda, pero supongo que no soy yo a quien quieres en tu cama ¿no es así? –Se burló.
—Es que, yo…
—Descuida, te he dicho que me he topado con toda clase de hombres, no eres el primero intentando escapar de lo que eres, en serio.
—Yo no era así hasta que ellos me…
La mirada de Scorpius se desvió al piso, no quería decírselo a una chica como ella, que solo quería ocuparse de lo que le pagaron y marcharse sin más, la mujer se subió a la cama, lo recostó y se acostó junto a él, acurrucándose cerca de él.
—Todos tenemos esos fantasmas, unos más trasparentes que otros, pero nadie se libra de ellos.
—Claro –se burló él.
—Tenía seis –murmuró ella –cuando inicié en este trabajo, con tres hombres a la vez, mi padre trabajaba mucho para poder darme una vida digna, después de que mamá me dejara en su puerta con una nota que solo decía que era su hija, producto de su más grande error, y la vecina con quien me dejaba mientras él trabajaba ocupaba pagar sus deudas provocadas por el polvo blanco –se llevó un dedo a la nariz –así que la niña sirvió de algo.
—En ese caso, mi vida no es tan mala como la tuya –informó él.
—Te lo dije, pero hey, a veces te topas con gente como James.
—Él te sigue prostituyendo, ¿lo sabes?
—En realidad no, me ayudó a salir de ahí, pero te esfuerzas menos en un trabajo que ya conoces, y cuando entró a la cárcel, nos reencontramos, el me paga, yo le ayudo con sus hombres, y si me tocan de forma que no quiero, él los mata –sonrió.
—Eres su protegida –comentó.
—Los hombres que se creen poderosos les encanta hablar después del sexo, una prostituta es algo desechable al que alguien importante en sociedad no confiaría su palabra.
—Eso significa que le dirás que lo llamé durante…
—Descuida, fuiste gentil, no haré que te maten por algo tan tonto, ya lo has visto, es sensual, no te culpo por tener un crush con él.
Scorpius pasó toda la noche en esa habitación hablando con la chica, que sin duda le cayó bastante bien, cuando la puerta se abrió, un guardia le gritoneó diciendo que su tiempo había terminado que tenía que regresar de inmediato al patio.
La chica le sonrió al guardia que ni la miró de regreso, así que suspiró se puso de pie y comenzó a vestirse, se giró asustada cuando sintió la presencia de alguien más, para su fortuna, era la figura de James la que estaba en la puerta y no alguien más.
—Vaya record –se burló –significa que Malfoy…
—Deberías tener cuidado con él –se acercó a James y colocó sus manos en sus pectorales.
—Pasaste todo un día con él, si realmente fuese un tipo de cuidado, habrías pedido al guardia.
—No es peligroso en ese aspecto, de hecho, es gentil –sonrió –pero dijo tu nombre en el sexo.
Aquella información tensó a James, la joven suspiró y lo detuvo antes de que hiciera una tontería enorme, así que él se tranquilizó cuando ella lo abrazó.
—No es tan estúpido tampoco, te lo estoy diciendo, porque mi lealtad es contigo, James –lo soltó –y para que si tienes la oportunidad, mejor lo dejes tener una buena mascota, recuerda que eso los tiene controlados, mientras tengan algo que crean suyo.
—Gracias por la información –le mostró un fajo de billetes.
—Es una lástima, porque realmente es un tipo lindo, y bien dotado.
—Demasiada información que no me interesa.
—Te veré después.
James regresó al patio, inquieto por lo que Zoé le había dicho, y aunque él había querido atribuir aquel gemido del rubio como de dolor, sus sospechas habían sido confirmadas a que había sido de placer, sin duda mantendría su distancia con ese maldito rarito.
Una vez que llegó a su lugar habitual, se topó con Alex y Malfoy, los dos estaban riendo divertidos mientras entrenaban, una extraña sensación de molestia se extendió en él, sabía que Alex no tenía esos gustos, pero el rubio… ese maldito rarito, posiblemente cuando se diera cuenta que no había posibilidades con él, fuese tras su mano derecha, y no iba a permitir eso.
— ¿Ya le dieron de comer a ese tipo? –Gruñó enfadado al verlo con el uniforme puesto.
— ¡Malfoy, tienes visita! –gritó uno de los guardias.
Alex se alejó de él y lo dejó marchar acercándose a James, que no dijo nada, simplemente lo observó serio ¿tenían tanta confianza como para decirle que se había vuelto un rarito?
—Estás extraño, ¿qué te pasa?
—Dime ¿qué te dijo Malfoy de Zoé?
—Que estuvo fantástico, que el sexo fue genial.
—Mha –observó hasta donde desapareció el rubio –ya que insististe tanto en traerlo con nosotros, quiero que averigües todo de él.
—Sin problemas, pero sigo sin entender la razón por la cual no te agrada, si es un chico genial.
—Hay algo en él que no me inspira nada de confianza, y sabes que mi instinto rara vez se equivoca.
—No voy a negarte eso, fue tu instinto el que me salvó de la bienvenida –sonrió y lo golpeó en el hombro –gracias por eso.
—Aun puedo solucionar eso en cualquier momento, no lo olvides, ¿de acuerdo? –Se burló.
—No lo olvidaré, pero ahora, ponte de pie y en lo que vuelve Scor, practiquemos un poco.
— ¿Scor? ¿Ya son tan cercanos para apodos? –Elevó una ceja.
—Ah, vamos, dirán que estás celoso, pero tú sigues siendo mi mejor amigo –sonrió y se alejó.
James se puso de pie, si por algo Alex le caía bien, era porque nunca ponía en duda su hombría, y comentarios que podían tergiversarse, en realidad no eran en ese sentido, el tipo era bastante noble, no por nada había terminado en Azkaban, aunque, no podía culparlo, él habría hecho algo similar en su situación.
—Potter, tienes visitas –lo interrumpió Pedro –no de las que hacen fila y obtiene revisión.
—Voy –soltó irritado –retomaremos esto en otro momento –señaló a Takhon que estaba en el piso agitado.
— ¡Claro, porque voy ganando! –James y los demás se rieron de Alex.
—Dime, ¿visita familiar u oficial?
—No es oficial, pero dudo que sea familiar también.
—Viene hostil, ya sabes cómo actuar entonces.
Justo antes de entrar a la habitación, lo esposaron y lo zarandearon de forma que pareciera brusca, pero mera actuación y nada más, lo sentaron de forma brusca en la silla, el otro hombre en la habitación le daba la espalda, pero fumaba un cigarrillo, solo ver esa postura lo irritó de forma inmediata.
—Yo puedo controlarlo, déjenos solos –ordenó el hombre –los guardias se observaron entre sí y buscaron autorización en James que asintió de forma casi imperceptible.
Aunque se quedaron solos, James no hizo intento alguno de hablar y el otro hombre de mirarlo a los ojos, habían pasado unos cuantos años y podía saberlo en su lenguaje corporal toda la vergüenza que sentía tan solo de saber que era su hijo.
—Vino a verte de nuevo –soltó enfadado –ella vino a verte de nuevo, y a pesar de eso, te las arreglaste para hacer un escándalo, pudo salir lastimada ¿sabes eso?
—Ya le dije que no viniera –contestó despreocupado.
—Sino viene, son las cartas, pero siempre tiene que estar en contacto, y ahora le dijiste que estaba bien casarse con su hermano.
—Edward Lupin no es su hermano, y lo sabes.
—Como si lo fuera –bufó –es mayor que ella, lo mínimo que esperaba la familia de ti, es que le dijeras que era un error, que no lo hiciera, pero no, la apoyaste.
—Claro que lo hice, y si pudiese, saldría de aquí para estar en su boda y ser yo quien la llevara al altar y la entregara a Edward –informó tranquilo.
—Eres todo un caso perdido, no sé para qué pierdo mi tiempo viniendo a hablar contigo, después de todo, te has ganado todo lo que tienes ahora mismo.
—Eso significa mucho para mí, viniendo de mi padre, que el único mérito que tiene, es por sus padres –sonrió James –sabes qué, puedes envenenar a Lily todo lo que quieras sobre mí, pero ella sabe la verdad sobre como soy, y a pesar de eso, le importa más mi aprobación que la tuya, deberías revisar donde estás fallando como padre, un hijo en prisión, la otra alejándose de ti, y Albus… bueno, él es tu perro faldero porque al igual que tú, no puede colgarse un mérito propio ¿cierto?
—Toma esto como una cortesía –se recargó en la mesa frente a James –hace unos días llegó un nuevo investigador a cargo de tu caso, no vas a poder con él –le sonrió –tus grandiosas proezas están por caer, y sin duda alguna, no volverás a recuperarlas.
— ¿Qué van a hacer? –Se burló –me enviaron a Azkaban, su prisión con la más alta seguridad, con su personal incorruptible, y, a pesar de todo eso, sigo vivo –hizo un mohín –por mucho que te desagrade la idea, a pesar de que fuiste tú, quien pidió que me cambiaran de prisión, ¿no, papá? –Se burló.
—A diferencia de ti, James Sirius, no me debato entre lo que está bien o está mal, yo busco y hago la justicia, por eso estás aquí, a pesar de ser mi hijo, y te pudrirás aquí, y sin duda, si es verdad que has corrompido a Azkaban con tu podredumbre, eso también lo vamos a detener, no importa cómo.
—Qué honorable eres, pero ya veremos si ganas esta vez, padre.
