La teoría del caos
Capítulo 14: Siguiendo el rastro, sigan al líder.
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—Ya casi llegamos—Esa era la voz de Sachi Kamishiro.
Rize caminaba junto con su padre, ambos necesitaban mascaras porque había surgido algo importante, una misión para ser exacta. Los dos caminaron por un santuario de la zona, era poco antes del mediodía y vestían con sus atuendos de encubiertos, su padre se detuvo frente a las escaleras de piedra y comenzó a subir, Rize al ver que iba por su propio camino decidió seguirlo sin entender a donde iban. Subieron las escaleras de piedra, siendo los únicos por esa hora en aquel lugar que se consideraba sagrado, el clima todavía era frío y particularmente ese día se sentía solitario.
Solo seguía a su padre mirándolo de reojo, hace tiempo que no iba a un lugar así. Sachi miraba el camino de frente aunque al sentir como ella lo miraba tuvo que voltear a verla.
—No pierdas la paciencia, ya casi llegamos.
Se detuvieron cerca de un enorme árbol de la zona la cual tenía una enorme pizarra con muchas tablillas de madera con mensajes colgados. Rize reconoció que era un lugar donde la gente venía a pedir deseos; Tabillas ema, uno tenía que escribir en una pieza de madera y colgar en aquella pizarra, si el deseo se cumplía tenía que ofrecer una ofrenda en agradecimiento.
—¿Pediste un deseo? —Preguntó ella a su padre.
Sachi sin responderle solo busco en aquella pizarra entre todas las piezas de madera la que a él le pertenecía, buscó con paciencia hasta que la saco por debajo de todas ella.
—Léelo—Sachi le entregó la pieza a Rize.
Ella tomo la pieza de madera que estaba ya algo hinchada por la humedad, el cordón que la sostenía estaba descolorido y la superficie ya agrietada. Al enfocarse en el mensaje leyendo con cuidado porque la tinta estaba algo corrida, alzó las cejas sorprendidas.
"Quiero que mi hija esté a salvo" Ese era el deseo.
—¿Cuándo lo escribiste? —Ella preguntó acariciando la tabla de madera con los dedos.
—Cuando me escape de kokuria con el primer búho, solo puedes pedir un deseo a la vez, iba a escribir volver a verte, pero era mejor pedir que estuvieras a salvo.
—¿Qué hiciste en este tiempo que estuve escondida con Anteiku?—Rize preguntó a su padre.
—Estuve en el aogiri, investigando y desviando las miradas de Eto Yoshimura sobre Anteiku, necesitaba hacerlo para que no te capturaran.
—Ya veo—Ella sonrió tristemente—.Creí que me ibas a olvidar, yo tenía miedo de olvidarme de ti, te llamaba todas las noches, pero nunca obtuve respuesta.
Su padre le acarició la cabeza sorprendiéndola. —Siento haber tardado tanto…
Ella negó con la cabeza sonriendo. Devolvieron la tablilla de madera en su lugar, ya que según su padre con toda la situación que se estaba teniendo el deseo no estaba cumplido al 100%. Rize compró una tablilla de madera y también escribió un deseo, cuando su padre quiso ver que había escrito ella oculto la tablilla y la puso a lado de la de él cubierta con las demás tablillas.
—Si pediste la muerte de alguien, no se te va cumplir con facilidad—Su padre se cruzó de brazos viéndola con seriedad.
—No pedí eso.
—¿Entonces que cosa pediste?
—Es un secreto—Ella sonrió astutamente.
Ambos caminaron de vuelta buscando algún puesto donde vendieran mascaras tradicionales. No había tiempo por la tormenta que se aproximaba entre Cabra y el CCG de pedir mascaras personalizadas, además que a ambos no les convenía que otras personas además del grupo de resistencia les reconocieran. Los dos estaban muertos para el CCG y así tenía que ser por todo el tiempo que se pudiera.
Conversaron bajando los escalones de piedra, Sachi comentaba que todavía se sorprendía de que Kaneki liderará al grupo y de que tipo de persona era (un chico problemático propio de la juventud, pero con un extraño sentido del deber tanto por el lado ghoul como humano, una persona extraña y caótica que no sabía si clasificarlo como una persona buena o mala), pero que no había cambiado tanto cuando lo vio por primera vez en kokuria en apariencia cuando él fue capturado antes de unirse al aogiri, para él seguía viéndose como un muchacho, pero con mirada más seria.
—¿Así que ya conocías a Kaneki? —Preguntó Rize sorprendida.
Sachi suspiró resoplando—.No fue un encuentro agradable, tenía tu olor y kagune, quise acabar con él, peleamos en kokuria cuando hubo la primera fuga, no me agradaba la idea de lo que estaba viendo en él, pensando en lo que te habían hecho a ti.
—Ya veo, no tenía idea—Ella estaba sorprendida, entendiendo la cierta tensión que había cuando su padre y Kaneki se encontraban—.pero ¿quién ganó al final?
—Yo—Sachi se señalo así mismo con el pulgar derecho seguro de su relato.
Ambos compraron mascaras cerca de aquel templo. Se permitieron tener un momento tranquilo caminando por las calles de Tokyo que no tenían tanta gente en ese momento ya fuera por el clima o por que la gente estaba en casa o trabajando. Aun así comenzaron a notar mientras más caminaban más carteles de "SE BUSCA" se veían de Kaneki y el ex investigador Hirako, pegados en paredes, ventanas de locales y postes de luz. La recompensa por la cabeza de ambos traidores del CCG había aumentado un 10%. Algunos carteles de Kaneki tenían grafitis encima, unos escribían "¡VIVA EL REY DE UN OJO!", mientras otros decían insultos, deseos que lo mataran o pintaron los ojos con cruces y rayas horizontales en el cuello simulando una decapitación.
Ambos tuvieron cuidado de regreso al lugar donde se estaban confeccionando los trajes blancos que eran su nuevo uniforme o símbolo como grupo ghoul. Nadie los había seguido, ni les había prestado atención, quienes les veían por casualidad creían que eran un solo un padre y una hija caminando juntos.
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La hora de dirigirse al frente de la misión de Cabra se acercaba a minuto que pasaba. Kaneki estaba casi listo y todos los demás en sus lugares, pero no encontraba a Rize, le había dicho Hinami que se había ido con Sachi a algún lugar y que ella había prometido no tardar. No la había visto en todo el día ni tampoco a su padre. Caminaba entre los pasillos de la base, observando a algunos de los miembros de Cabra corriendo para prepararse en el momento en que el dijera "Ahora". No fue hasta que llego a una puerta de donde se abrió apresuradamente, presintió el olor de Rize.
La había encontrado. Al ver a Hinami salir con su traje blanco puesto solo dándole las gracias a la pelimorada y salir apresurada con la mascara puesta para tomar su puesto en la misión junto con otros ghouls, él toco la puerta, al escuchar "Adelante", entró encontrándose con Rize. Ella vestía al igual que la mayoría con un traje blanco formal, luciendo elegante, tenía el pelo largo trenzado y la frente libre con un pasador por arriba del fleco. Llevaba una corbata negra a medio atar al cuello. Él se le quedo viendo sorprendido ya que nunca la había visto tan pulcra y sería, casi por un momento daba la misma impresión de que era una investigadora del CCG.
—Es raro verte todo de blanco, te queda muy bien—Hablo Rize sorprendida, sonriéndole—.Ya estaba acostumbrada a verte todo de negro como en kokuria.
—…Gracias, también te queda bien el uniforme—Él tardó en contestar, aclaro la garganta para tomarse un momento y hablar con seriedad—.Es peligroso que vayas al combate.
Ella cambió su sonrisa viendo con escepticismo, ladeando la cabeza como si no hubiera entendido lo que le decía.
—Tu coartada de estar muerta tiene que seguir en pie, sería nefasto si alguien te reconoce o te captura en combate—Prosiguió Kaneki.
—Y lo dice él que tiene miles de carteles con el precio de su cabeza vivo o muerto tapizando la ciudad, ¿Crees que no conozco los riesgos de también ir a pelear? —Rize se cruzó de brazos viendo con seriedad.
—¿Entonces por que quieres ir?
—Porque este también es mi problema, si no salgo a combatir no podré sentirme segura cuando haya una emergencia más grande, se que hace mucho que no peleo como tú en tu trayectoria de ghoul, pero debo hacerlo si quiero sobrevivir.
—Hablas como si fueras estar sola allá afuera, yo puedo protegerte…
Ella negó con la cabeza acercándose a él, le acaricio la mejilla derecha sonriendo—. ¿Por qué no lo ves como un ejercicio de confianza?, yo podría decirte lo mismo, de que no vayas al frente al combate por los peligros, pero confío en ti.
Kaneki simplemente suspiró cerrando los ojos sosteniendo la mano de Rize que sujetaba de su rostro. Ella pareció entender lo preocupado que sentía por la seguridad de ella, pero una vez más Rize sonrió y le habló con tono tranquilizador.
—¿Te sentirías mejor si te digo que mi padre va a escoltarme y que estaré detrás del grupo de Tsukiyama? y además que Hinami cambió su uniforme por el mío por ser de diferente talla para que no reconozcan mi olor, tranquilo ella no lleva mi aroma.
—Un poco…¿qué hay de tu kagune? —Preguntó él abriendo los ojos.
—Solo lo podré usarlo unos minutos, pero tendré que imaginarme otra cosa al usarlo como una serpiente o un árbol con espinas para que no reconozcan la forma, todo el trabajo demás será con algunos cuchillos y una pistola eléctrica, pero no me quedare sola peleando, además ¿pelearemos solo para defendernos no es así?
—Si.
—Entonces, ¿estamos bien? —Preguntó Rize separándose poco a poco de él.
—Me tienes que prometer que no harás que tu vida se arriesgue innecesariamente.
—Bien, pero lo mismo va para ti, tienes que volver con vida.
—No planeaba irme a la otra vida—Kaneki vio el reloj de su muñeca faltaba poco para que todo empezara, algunos ya se estaban moviendo entre las sombras para la misión—.Ya casi es hora, vámonos.
—Si—Respondió Rize—.Pero, ¿me ayudas a atar mi corbata? Nunca me he atado una al cuello.
Kaneki vio el lazo negro alrededor negro del cuello de Rize, acercó las manos y tomó ambos extremos de la corbata sabiendo como hacer el nudo perfectamente, pero se puso algo nervioso ya que sus manos estaban muy cerca del pecho de Rize en pleno proceso mientras ella observaba atentamente sus manos, cuando estaba a punto de terminar iba a subir el nudo al inicio de la camisa sus manos rozaron con el pecho de ella, se quedo congelado por tal roce ya que ella tembló de los hombros como si su cuerpo reaccionara a ese pequeño toque, pero en vez de alejarse Rize tomó de sus manos y le ayudo a subir el nudo hasta arriba concluyendo con el proceso.
—¿Así? —Preguntó Rize refiriéndose a la corbata.
—Si—Él respondió atropelladamente, como si no hubiera entendido la pregunta y hubiera contestado con prisa.
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Ambos se pusieron sus respectivas mascaras de salir del edificio de donde estaban, él llevaba su mascara negra que había llevado desde siempre en su transformación de ghoul y Rize una mascara de festival del rostro de un zorro blanco con el hocico alargado, las orejas puntiagudas que hacían que ella luciera más alta, con algunos detalles de pintura roja en las orejas y las mejillas de la mascara, además se había amarrado la trenza con varios pasadores, cubriendo el pelo por completo con una pañoleta blanca haciendo que luciera como una desconocida, una ghoul más de la rebelión.
Él lideró al grupo mientras de poco a poco Rize iba más atrás con otros ghouls, a lo lejos noto a una figura impotente con un abrigo blanco con capucha por arriba que usaba una mascara tradicional de un demonio rojo con colmillos largos y ojos amarillentos caminar a lado de Rize, Kaneki pudo intuir que Sachi era quien estaba a lado de la pelimorada.
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La adrenalina era algo a lo que Rize se había acostumbrado desde que ingreso a Kokuria, siempre en guardia, siempre con el estomago contraído y los hombros tensos, siempre mordiéndose la lengua o los labios, con las piernas listas para patear o correr. Había descubierto para su fortuna o desgracia (dependiendo el cristal con el que se mire) que había olvidado el dolor físico en combate.
Al primer caminar a paso veloz junto con su padre y sus "compañeros" sintió la extraña calma antes de la tormenta. Veía la espalda de Kaneki alejarse poco a poco, más y más rápido hasta perderlo de vista. De un momento a otro ya ella estaba corriendo esquivando el ataque de un agente del CCG, porque quienes llamaron la atención no fueron ellos si no un desfile de payasos con globos que explotaban, tenían que matar a los payasos pero ella al sacar su kagune (imaginando a una serpiente con boca grande y colmillos) descubrió al ver a la mascara del payaso caerse que era un humano con la boca cosida.
"No me jodas…" Pensó Rize al sentir como la boca de su kagune tragaba los pedazos de estomago de aquel pobre humano dándole más energía, pero al igual que en kokuria solo podía de pequeños y rápidos bocados. Lo desactivaba para encontrar alguna arma del CCG que llevarse o arrojar.
"No debes matar si no te atacan primero"
Las explosiones sonaban tan fuerte y tan cerca que sus oídos zumbaban, se queda sorda por un momento por los gritos de guerra, de dolor, de pequeñas victorias, pero aun así no se quedaba quieta cuando veía el peligro cara a cara, veía a su padre quien se limitaba a pelear con nada mas con los brazos y las piernas con movimientos agiles sin depender de su kagune.
Sintió un corte en uno de sus brazos haciendo que la manga del traje se cortara y la sangre manchara su camisa, pero alguno de sus compañeros ya la estaba auxiliando a inmovilizar a alguna paloma rompiéndole un ala.
Ella quien jamás peleo en compañía, en toda esa tormenta sintió como todos sus sentidos habían sido despertados como cuando escapo de kokuria haciendo que la adrenalina de su corazón sintiera algo parecido al enamoramiento al pelear con más personas, que tragedia la suya al solo poder sentir dichas emociones que le recordaban que estaba con vida y que se alegraba cuando la muerte le sonreía.
Uno de los niños del jardín del sol blanco que siempre iba en compañía de Hirako estaba a punto de ser atacado por la espalda. Rize corrió velozmente encajando un cuchillo en el cuello a un tipo de traje negro, la sangre salpico en un chorro que le mancho la mascara, pero la sangre olía a tierra mojada y cadáver ahogado que hizo que se asustara por semejante aroma.
Antes de que pudiera averiguar más el niño de la escuadra 0 Shio ya había atravesado al sujeto de traje negro, con una especie de espada de esgrima, sin hacerle daño a ella para rematar al sujeto dejándolo el suelo olvidado. Shio le dio una vara metálica larga de punta afilada tirada en el suelo manchada de sangre, un arma del CCG.
—Es para atacar sin acortar distancia.
—¡¿Y como se supone que use esta cosa?! —Pregunto Rize sorprendida alzando la voz en todo el caos sosteniendo la vara.
—Simple: Entra la vara y sacas las tripas—Shio corrió hacia la escudra 0 para auxiliarlos con Hirako. No había tiempo de preguntar si estaban bien o darse las gracias al salvarse.
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Cuando se anunció la retirada, ya tenía varias armas (como cuchillos y la vara metálica) escondidas en la ropa o cargando con las manos. Corría junto con sus compañeros de vuelta como si fueran un grupo de animales que huyen del peligro, los trajes blancos ahora estaban pintados de rojo oscuro por la sangre. Había escuchado que "el rey de un ojo" había logrado su objetivo de escapar del CCG ahora todo lo que quedaba era esperarlo.
"Todo por la investigadora Mado, ¿debería sentir celos?" Pensó Rize negando con la cabeza mientras se adentraba junto a su padre a donde estaban refugiados mirando que él no parecía alterado si no más aliviado.
"No, si tuviera que meterme al laboratorio del CCG por buscar medicina para mi padre también arrasaría con medio distrito para lograrlo…" Concluyo Rize más tranquila rebuscando en sus bolsillos las armas que había obtenido en el atraco.
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Conforme pasaban los días y la población comenzaba a atemorizarse más por la situación actual, Mutsuki hace mucho que no sentía cierta alegría en el estomago. Para empezar sabía que Haise estaba más que vivo haciéndose el criminal en algún lado. No había huido del país, no lo habían ejecutado, solo estaba en su papel de abogado del diablo, creando un caos cada vez que salía su rostro en los medios de comunicación.
Había dado con una pista gracias al nuevo líder del CCG Kichimura Washuu quien le había encomendado la misión de capturan a una ex convicta de kokuria apodada: Glotón/Prisionera 1220 quien se creía que se relacionaba con la fuga de kokuria y Haise Sasaki.
Caminaba junto con Aura por la calle, tenía una corazonada por el café Re:, notó como el establecimiento tenía las persianas cerradas en la ventana principal de cristal y la puerta de entrada, para ser las seis de la tarde era raro que ese café cerrara tan temprano, no había anunció de volver más tarde o algo que se le pareciera, ni siquiera había letrero de "CERRADO".
"Sospechoso…" Mutsuki probó con abrir la puerta, esta no abría así que con un cuchillo forzó la cerradura. La gente se le quedaba viendo extraño al caminar, por los uniformes y la entrada forzosa era entendible que algunos caminaran rápido sin voltearlos a ver o preguntarles.
La puerta cedió abriéndose con violencia, el local estaba en oscuridad como boca de lobo, ambos entraron con cautela. Aura intentó encender la luz del interruptor cerca de la puerta, pero esta no encendía por lo que tuvieron que abrir las persianas. Mutsuki observó con atención, había tazas de café a medio servir en algunas mesas, las sillas estaban desacomodadas, los pisos aunque no estaban sucios, pero les faltaba una limpieza en general, las botellas de vino y otras cosas estaban en la barra sin siquiera guardar.
Es como si se hubieran ido con prisa, pero escucharon algunos ruidos de la parte trasera del local en la cocina, la puerta decía "Solo personal autorizado". Mutsuki le hizo una señal a Aura con la mano para que no se precipitara. Alguien caminaba por la cocina y se había percatado de ellos porque los pasos avanzaban a la puerta, pero se detuvieron unos segundos.
Olfateo en el aire, era el olor que la habitación de la casa de los Quinx que nadie usaba. La puerta de la cocina se abrió y Mutsuki no pudo evitar sonreír con alivió ya que Haise Sasaki había aparecido tras esa puerta.
—¡Sensei! —Mutsuki se acercó queriendo abrazar a su maestro.
Su antiguo maestro retrocedió dos pasos manteniendo la distancia, mientras Aura se contenía para atacarlo. Pero Mustuki seguía reteniéndole impidiéndole el paso sonriendo necesitaba convencer a Haise. La tensión comenzó a abrumar el lugar que hasta el cuchillo más viejo y usado la cortaría con facilidad.
—Sensei, por favor vuelve a casa, he visto las noticias, he visto cuando te "ejecutaron" en público yo sabía que ese era un clon, yo…
—No voy a volver—Él cortó la conversación de tajo, lucía triste, pero seguro de sus palabras por más que dolieran.
—…Haré lo que sea, solo vuelve.
—No.
Finalmente Mutsuki con enojo y tristeza inundando su mente, su corazón y su cuerpo, como cuando masacró al clon que habían hecho de Haise tomó su cuchillo sin pensarlo, si él no iba a cooperar iba a tener que llevárselo a la fuerza así que tuviera que cortarle las extremidades.
—Yo no puedo esperar—Dijo Aura enojado adelantándose para atacar a Kaneki.
Ambos híbridos sacaron sus respectivos kagunes para el combate. Aura atacaba con desenfreno rompiendo mesas, haciendo que las tazas cayeran y se hicieran añicos, Haise no atacaba solo se defendía, pero no huía, solo retenía ataques.
Mutsuki esperaba la oportunidad de que hubiera una abertura para atacarlo también, ya que sus cuchillos estaban impregnados con drogas supresoras de células RC, pero antes que pudiera hacer algún movimiento el impacto de una piedra dando contra la ventana del café hizo que instintivamente volteará la vista. Entonces vio una chica parada de cabello largo morado con la nariz y boca cubiertas con una bufanda que se le empezó a deslizar del rostro, se preparaba para lanzar otra piedra al vidrio dando de nuevo contra el cristal llegándolo a perforar. Mutsuki salió del local sin pensarlo y la reconoció, aunque llevara unos lentes de montura delgada sobre el rostro sabía quien era, llevaba ese aroma parecido al de Sasaki Haise que no dejaba que durmiera antes y después de la misión de la isla de Rue, era la prisionera 1220.
"Cabello morado largo, estatura media, mujer joven de veinte y pocos, ojos afilados, ¿gato?, es de esas brujas que se transforman en gatos, que hacen pactos con demonios, ella se escabulle, se esconde, engaña, asesina, hechiza, fornica, seduce a los hombres…tranquilo sensei te desatare de su hechizo, de la maldición que te puso para volverte contra el CCG y estar del lado de los ghouls". Pensó Mutsuki.
La pelimorada le arrojo una bola de nieve que le dio en el hombro y la oreja, antes de la ex convicta pudiera echarse a correr Mutuski le arrojó un cuchillo dándole en el estomago de manera rápida sin que Rize pudiera esquivar o defenderse. La gente a su alrededor comenzó a correr y alejarse por el pánico que se estaba sembrando de manera rápida. La ghoul de pelo morado huyo rápidamente a pesar del primer ataque.
—¡Kamishiro!—Le gritó.
La pelimorada sin nada que decirle mirando hacia atrás siguió corriendo haciendo que la bufanda se le perdiera del cuello. Mutsuki la persiguió arrojándole otro cuchillo, pero este falló su trayectoria.
"No es humana". Pensó Mutsuki "Es rápida, pero no lo suficiente…".
La perseguía mientras la gente se quitaban de en medio y huían como ovejas despavoridas de un lobo (o dos lobos si se pensaba bien). Mutsuki le arrojaba más cuchillos que le rozaban a Rize en los costados haciendo que poco a poco disminuyera la velocidad, debía estar tan cargada de adrenalina o haber estado acostumbrada al dolor para seguir en pie corriendo con el pelo largo ondeando sin siquiera tocarse las heridas dejando un camino de sangre. Finalmente la pelimorada se escondió entre el hueco de dos edificios, un callejón oscuro y sucio donde podían caber varias personas. Rize no tenía escapatoria, los juegos de las atrapadas y el escondite habían terminado.
Mutsuki entró a dicho callejón caminando mirando a todos lados, el fondo del callejón tenía una pared muy alta de ladrillos, pero no creía que había escapado por las heridas.
—¿Crees que unas simples piedras y bolas de nieve van a lastimarme?...que decepción, espera más de una ghoul tan buscada—Dijo en voz alta Tooru.
Rize no daba señales de vida. Vio un rastro de sangre y huellas de zapatos bajos que llevaba detrás de unos botes de basura en un callejón. Mutsuki caminó con sigilo a los botes pateándolos con cuchillo en mano, el rastro terminaba con un suéter con varios agujeros de sus cuchillos y manchas de sangre, la prenda estaba sobre la nieve grisácea acumulada en ese callejón. Sintió como un poco de nieve le caía en la cabeza.
—¿Qué…?
Mutsuki al voltear hacia arriba Rize ya estaba cayendo de una escalera de incendios en forma de emboscada. Logró por pocos centímetros evitar que la ghoul le cayera encima, pero no logró esquivar una bofetada que le dio la pelimorada en la mejilla derecha, tenía una cara fría porque Rize le había embarrado nieve en la cara al darle ese golpe haciendo que doliera aun más el impacto, pero se dio cuenta que no tenía tanta experiencia en el combate de cuerpo a cuerpo ya que la pelimorada no golpeaba de manera profesional como los investigadores del CCG.
Bajo la guardia unos segundos por el golpe haciendo que retrocediera torpemente de la ghoul, pero Tooru sonrió con confianza cuando la pelimorada iba a darle una patada en el costado detuvo la pierna con un su kagune sorprendiendo a la ghoul que ahora tenía la pierna enredada por el kagune de cola, la alzó como si fuera una muñeca de trapo dejándola de cabeza, el pelo morado caía como un torrente de agua oscura a pocos centímetros del suelo, junto los lentes y con un objeto que se le cayó del bolsillo trasero del pantalón, un objeto rectangular de plástico negro que cabía en la palma de la mano, no pudo identificar que era.
—¡Suéltame!—Protestó la ghoul retorciéndose intentando zafarse de su kagune pateándolo con la pierna libre.
Mutsuki se fijó en como quedo la ghoul, solo estaba usando unos jeans sucios, botas cortas negras, el torso suave de piel firme estaba manchado de sangre con pequeños ríos rojo oscuro, el pecho estaba cubierto con un corpiño negro deportivo que sostenía el par de senos firmes, dejando ver las múltiples heridas de el abdomen que manchaban la piel blanca, las curvas armoniosas de ese cuerpo femenino que no había notado la primera vez que la vio. Mutsuki chisto la lengua al ver el cuerpo de Rize, pensando que antes de llevársela, le rompería la ropa con su kagune, se la llevaría desnuda a ver si así no la miraba con arrogancia y fastidio.
—¡Mutsuki! —Esa era la voz de Haise/Kaneki quien le gritó corriendo desde el otro lado del callejón.
Tooru instintivamente alejó a la pelimorada casi arrastrándola por el suelo, dándole la espalda sin soltarla con su kagune, bajó la guardia, se quedo en shock pero se sentía feliz al ver a Haise, necesitaba convencer a su sensei de volver a casa, decirle que la pelimorada solo era una ex convicta que necesitaba devolverle al CCG, no había necesidad de comenzar una pelea (aunque si él ponía resistencia tendría que también llevárselo a rastras).
—Sensei…
—¡Suéltala! —Gritó Kaneki enojado al estar a pocos metros de distancia.
Mutsuki volteo a ver fugazmente a ver a Rize quien seguía retorciéndose por escaparse. Sacó un cuchillo debajo de la manga de su gabardina del CCG mirando al que una vez fue su mentor de los Quinx, él tenía una mirada preocupada hacia la pelimorada. Con el corazón amargado y herido apretó más las manos aferrándose al cuchillo, su kagune hizo más presión en la pierna de la pelimorada haciéndola chillar del dolor inquietando a Kaneki acortando la distancia entre ellos.
—¿Por qué…?—Mutsuki dijo en voz baja sin poder terminar su oración.
—No me obligues a hacer esto por la fuerza Mutsuki, suéltala—Dijo Kaneki con tono de advertencia.
Tooru no dijo nada, solo elimino la distancia entre ellos atacando a Kaneki con el cuchillo en la mano, él esquivo el ataque, solo repartía cortes aquí y allá, pensando en lo que había recreado en el doble mal clonado que había asesinado de su maestro. Estaba enfocándose tanto en la batalla que su kagune fue perdiendo presión sobre la pierna de Rize poco a poco. Logró darle un corte en la mejilla a Kaneki, pero él logró quitarle el cuchillo haciendo que este cayera resistiéndose al ataque tomándole ambas muñecas impidiéndole más el movimiento.
—Solo vuelve a casa…—Suplicó una última vez.
—Lo siento—Dijo Kaneki sin soltarle las muñecas.
Antes de que pudiera decir algo más sintió una inesperada carga eléctrica en su cuello, un ataque que hizo que se paralizara por el dolor, temblando por tal impulso eléctrico que recorrió cada parte de su cuerpo. Cayó de costado mirando que la pelimorada se había escapado de su kagune quitándose los jeans y las botas para poder resbalarse mejor, traía una pistola de electrochoques a la mano (debió haberla tomado su arma cuando la arrastró lejos de Haise).
—Sabes, es aterrador que estas armas se han sencillas de conseguir y de usar, sobretodo si tu objetivo está empapado por la nieve—Dijo Rize al mirar a Mutsuki en el suelo antes que perdiera la conciencia.
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Supo que habían pasado 10 o 12 minutos en los que se quedo en ese callejón sin compañía, le habían robado sus armas y su celular. Rize y Haise se habían escapado, pero debieron haber tenido tanta prisa de escapar que la ghoul olvido su suéter ensangrentado en el suelo. Cuando su compañero Aura le preguntó de como era la ghoul para poder identificarla frunció el seño al recordarla.
—Pelo largo morado, pálida, estatura media y mirada arrogante, tiene heridas de cuchillo en el abdomen y la pierna derecha herida, probablemente solo está usando ropa interior negra en el estado que está no habrá tenido tiempo ni de vestirse.
—A menos que Haise la ayudará—Dijo Aura.
Mutsuki miró con fastidio a Aura con ese comentario recordando las curvas del cuerpo de la ghoul y la mirada enojada/preocupada de su antiguo mentor. ¿Qué tenía tan especial una ghoul que ni siquiera se había atrevido a mostrarle sus habilidades con su kagune? Se aterró con las hipótesis que surgían de su mente.
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Kaneki y Rize habían corrido sin mirar atrás por al menos 20 minutos. Luego de que Mutsuki cayera y perdiera la conciencia por el choque eléctrico del arma de Rize, con la adrenalina en las venas recogieron cuanto pudieron. Rize se llevó los cuchillos restantes de Mutsuki y Kaneki el teléfono, no sin antes quitarle el rastreador que tenían todos los teléfonos del CCG de una esquina del interior de la tapa y apagarlo. Él le había dado rápidamente su playera de manga larga negra a Rize para que no se fuera totalmente semidesnuda por el camino, fue lo único que ella alcanzó a ponerse además de las botas, cargando con los jeans a la mano.
Por suerte habían llegado a esconderse, imaginando que primero el CCG tenía que asegurar el bienestar de Mutsuki.
Terminaron en una construcción a medio terminar que tenía un gran anunció en la reja de entrada de alambre metálico "PELIGRO, NO PASAR. OBRA CANCELADA POR EL GOBIERNO" con varios candados que impedían abrir la entrada. Kaneki ayudó a Rize a saltar la barda ya que la pierna de ella estaba lastimada. Ambos caminaron (él ayudándola haciendo que Rize recargara su peso contra el de él), se quedaron en el primer piso del edificio ya que las escaleras que subían de nivel estaban sin terminar. Era una construcción inestable, pero estarían seguros un rato.
Kaneki ayudó a Rize a sentarse en el suelo recargando su espalda en la pared, estaban al fondo del primer piso en lo que parecía ser una oficina, solo que sin muebles o cortinas, era una habitación amplia con las paredes pintadas de blanco, los pisos de cerámica pulidos y algunas ventanas amplias cubiertas de periódico, la luz suave del día iluminaba la vista. Faltaban 20 minutos para el atardecer.
—¿Cómo te sientes de tus heridas? —Preguntó Kaneki sentándose a lado de ella.
—…No está tan mal, me han hecho peores cosas, solo necesito un momento—Contestó Rize suspirando mirando su pierna derecha que estaba roja del talón hasta la rodilla, al menos no la tenía rota, pero a medio camino de su escape con Kaneki ya no pudo seguirle el ritmo, al menos las heridas de su torso habían cerrado—.¿Y tú?
—Estoy bien—Contestó él limpiándose con el antebrazo la sangre seca de la mejilla.—¿Por qué viniste al café Re:?
—Escuche que el café es muy bueno, la última vez que fui fue cuando nos conocimos sentí algo de nostalgia, pero honestamente no sabía que estabas ahí.
Rize recargo su cabeza en el hombro de Kaneki, acurrucándose de poco a poco. Él sintió la mejilla cálida de la pelimorada en su brazo desnudo que estaba rojo y deformado de la piel casi en su totalidad, aun así a Rize parecía no darse cuenta el su estado monstruoso, también recargo su cabeza con la de Rize, en todo lo que pasaron era un alivio al menos estar así por un momento.
—Estás algo frío—Dijo ella abrazando el brazo de Kaneki.
Él entrelazó su mano con la ella acariciándole el dorso de la mano con el pulgar teniendo cuidado porque ahora sus dedos eran puntiagudos y filosos. —No está tan mal, ¿No tienes frío en las piernas?
—Un poco, pero con el dolor de la pierna no podría ponerme bien los pantalones, solo hasta que se me baje un poco la molestia…pero hay una forma para que ambos no perdamos el calor corporal.
Kaneki la miró con curiosidad, ella se separo un poco y paso la pierna sana de manera lenta arriba de su regazo, él se sonrojo al sentir la pierna desnuda y suave de Rize rozarle en el abdomen, cuando ella quiso pasar su pierna herida, él tuvo que ayudarla para que no sintiera dolor por el movimiento temiendo por un momento lastimarla más. Ella quedo casi sentada arriba de él, lo volvió a abrazar recargándose en su hombro para evitar que su torso se enfriara, compartiendo el calor mutuo, haciendo que ella suspirara satisfecha y él sintiera como la temperatura de su cuerpo subía por la suavidad del cuerpo de Rize.
—¿Lo ves? Así tú no pierdes calor en el torso y yo no me enfrió de las piernas—Dijo Rize sonriéndole.
Él sin decirle nada solo la abrazó acercándola más, el calor de Rize era reconfortante recordó cuando estuvieron en kokuria, cuando podía estar con ella a la sombra sin que nadie los viera por poco tiempo. Casi vuelve a perderla, no quería ni imaginar que hubiera pasado si no llegaba a tiempo.
—Casi nos atrapan—Dijo él preocupado.
—Si…pero no podía quedarme quieta por lo que vi por la ventana, ¿qué iba a hacer si llegaban a lastimarte?
Kaneki se le quedó viendo para luego sonreírle y negar con la cabeza, recordando que ella había usado ese mismo tono de voz cuando le propuso ayudarle a escapar de kokuria, pero ella le había declaro que no iba a irse sin él.
—Si, pero ¿qué iba a hacer yo si no llegabas a salvo a la base?, Tu padre me habría matado.
—Ya estamos juntos, además mi padre te está agradecido que me ayudaras, siento que le agradas.
—¿En serio? —Kaneki se sorprendió—.Tenía la impresión de que no le caía bien a tu padre por nuestro encuentro en kokuria de hace unos años, nos enfrentamos en un combate.
—Si, me lo contó, pero ¿quién gano esa vez? —Preguntó Rize.
—Yo.
Ella pareció sorprendida por esa respuesta, pero no indagó o comentó más el tema, al parecer sabía algo de aquella anécdota que él ignoraba. Kaneki recordando que tenía el teléfono de Mutsuki lo saco del bolsillo de los pantalones haciendo que Rize se moviera un poco para que él pudiera tomarlo, al prender el aparato el teléfono inteligente pedía una contraseña de alguna combinación de números del 0 al 9 para desbloquearlo, él recordó el cumpleaños de Mutsuki, pero el aparato rechazo la clave.
—¿Probaste con su cumpleaños? —Preguntó Rize mirando la pantalla del celular.
—Si, pero no es la contraseña.
—¿Tenía algún novio o novia la paloma a la que le quitaste el teléfono?
—No que yo sepa, ¿por qué?
—A veces uno pone el cumpleaños de una persona que le gusta—Ella se encogió de hombros—.Prueba con tu cumpleaños.
—¿Por qué crees...? —Él se dio cuenta de poco a poco lo que decía Rize.
—Vi su lenguaje corporal, como se emocionaba y le asustaba verte, podía sentir como emitía ciertas vibras hacia ti, no quería quitarte los ojos de encima, era como si rogaba que cedieras que te fueras a su lado—Ella explicó como si diera una clase y ella fuera experta en dicha materia.
—¿Cómo es que sabes todo eso?
—Siempre observo—Rize se encogió de hombros.
Kaneki instintivamente puso su cumpleaños con los dígitos , probó al revés , pero no funciono. Pero probó con otra fecha: . La pantalla se desbloqueo y ambos se miraron sorprendidos de que funcionara. Quito la aplicación de "Ubicación" del aparato por cualquier intento de rastreo del CCG.
—Ara ara…—Murmuró Rize mirando asombrada la pantalla del celular.
Kaneki comenzó a pasar los dedos sobre la pantalla del aparato, buscando en los archivos del teléfono algunas pistas. Mutsuki tenía algunas fotos, de hecho las primeras eran de alguna fiesta o comida familiar en la que aparecían todos los Quinx cuando el tenía pelo blanco con negro sintió nostalgia al ver los rostros sonrientes de sus ex alumnos, el hogar que dejo para irse a otro. Rize señalo algunas fotos donde él estaba preguntando si era él.
—Si, son del año pasado maso menos…
—Te vez muy diferente—Ella declaró sorprendida sonriendo mirando y haciendo zoom en su rostro en pantalla.
—Si, pasaron muchas cosas y ahora todo está hecho un caos.
—¿…Te arrepientes?
—No.
Mientras seguían viendo las fotos notando que muchas de ellas eran de él, en donde parecieran que se las tomaron a escondidas en la casa o en el jardín. Al seguir con las fotografías, notaron que la foto más reciente era de hecho una de Rize. Ambos observaron sorprendidos que era una fotografía de su identificación como la prisionera 1220. Kaneki al hacer zoom en la pantalla notó que era la de los archivos de Rize que nunca pudo encontrar físicamente.
—Ahora que lo pienso…—Dijo Rize de manera pausada casi espantada. —Me llamo Kamishiro, cuando me perseguía no entendía como sabía mi nombre.
—Te están buscando, saben que estás viva.
—¿Cómo…?
Ella se le quedo viendo a un punto fijo de la pared, con la mirada perdida como si estuviera devanándose los sesos para encontrar una respuesta. Kaneki un tanto inquietado por como se había quedado quieta le acomodo un mechón tras la oreja buscando que reaccionara. Finalmente ella lo miró asustada.
—¿Qué pasa? —Preguntó Kaneki.
—Tooru Mutsuki ¿te llamaba sensei…?
—Si.
Rize olio que cuello de la playera de él que traía puesta para luego oler su propio pelo oscuro, el olor que tenía ella y Kaneki eran un tanto parecidos, no iguales porque había pasado mucho tiempo desde que él tenía su kagune, pero si había una similitud notoria y considerando que en kokuria él se metía a su celda cuando estaba en kokuria…
—¿Y si fuera por el olor?, tú llevas mi aroma y yo llevo el tuyo, si tiene tan buen sentido del olfato lo descubriría, ya me había topado con tu estudiante, la noche que me hicieron chequeo nos topamos en el camino de vuelta, ahora lo recuerdo…me llamo sensei con tono desesperado como si me hubiera confundido con alguien.
Kaneki también se quedo congelado, un escalofrió le recorrió la espina dorsal, esto era realmente malo, la coartada de Rize había sido descubierta, pero ¿por qué Mutsuki buscaba a Rize? ¿acaso alguien se lo había ordenado o estaba trabajando en solitario?.
El celular sonó, alguien estaba llamando al celular de Mutsuki vibrando en la mano de Kaneki, ambos se espantaron por un momento mirando la pantalla, él casi tira el aparato. Quien intentaba llamar a Mutsuki no tenía nombre solo una serie de números que no conocían, no contestaron. El teléfono sonó aproximadamente 20 segundos. Cuando la llamada quedo como perdida, recibieron una notificación del buzón de voz.
Ambos se quedaron pasmados. Kaneki puso el buzón de voz del aparato, ambos vieron hipnóticos la pantalla atentos al mensaje enviado.
—¿Rize-chan? —Esa era la voz de Furuta sonando de manera casual como si llamara algún amigo.
Rize se aferró a Kaneki perdiendo la respiración por un momento, mientras Kaneki veía atento frunciendo el seño por escuchar la voz de Furuta.
—…¿Hola? ¿Rey de cabras, traidor, rey de un ojo, investigador Haise, Kaneki Ken? ¿Hay alguien ahí? No se si alguno de los dos responderá este mensaje, pero se que estás escondida Rize-chan, siempre te ha gustado el juego de las escondidas, ya es hora de que vuelvas a casa, Haise o mejor dicho Kaneki deja que Rize vuelva a casa, tener secuestrada a una dama como ella es un delito que va a ser castigado con la ejecución pública, ¿no recuerdas que eso nos dijeron en la academia de no ayudar a los ghouls?—Furuta rió de manera irónica luego de esa última frase al otro lado de la línea.
Hubo un silencio raro en la llamada, un ruido blanco como si Furuta estuviera cerca de un aire acondicionado o un gran televisor viejo.
—…No quiero negociar la paz, solo quiero que Rize se presenté en las instalaciones principales del CCG sola lo antes posible, de lo contario el exterminio de cabras no solo será inmediato sino doloroso, cuanto más tardes, más rápido iré por ti Rize y por todos lo que te hayan ayudado o conocido, recuerda…siempre se encontrarte—El mensaje de Furuta terminó con esa última frase de manera alegre.
El mensaje de voz terminó. Kaneki dejó el teléfono en el suelo, mientras Rize se soltaba poco a poco de su cuello, bajo sus piernas del regazo de Kaneki con menor dificultad ya que la pierna de poco a poco le dolía menos sentándose a lado de él encogiendo las piernas y dejando la cabeza entre las rodillas ocultando su rostro.
—Ken…—Rize lo llamó con voz calmada, pero sonaba triste su tono sin mirarlo—.¿Que pasaría si me presentara en el CCG?
Kaneki espantado por esa pregunta, tomó rápidamente su brazo jalándola para que lo mirara inquietando a Rize, sus dedos puntiagudos rasgaron la tela de la playera.
—Ni de broma lo digas—Dijo Kaneki.
—Pero si pudiéramos tenerle una especie de trampa, todo esto terminaría—Las manos y los hombros de Rize temblaban, lo ojos afilados se abrían con espanto—.Quiero mi libertad pronto, no quiero que te pase nada a ti o a mi padre ni a los que me han ayudado…¡Pero quiero que todo termine de una vez, ya no quiero esconderme, ni quiero sentir miedo como cuando me tomó la primera vez o cuando estuve en kokuria a punto de ser violada!
Kaneki solo la abrazo ambos perdieron el equilibrio y cayeron al suelo haciendo que ambos se sintieran acalorados por todas las emociones que ambos sentían: miedo, enojo, desesperación y algo de tristeza. Se quedaron quietos, ella un tanto sorprendida separo un poco las piernas para que el peso de Kaneki no cayera sobre su pierna herida haciendo que él también se acomodara sobre su cuerpo. Rize sentía el suelo frio en la espalda mirando el techo sin terminar todo corroído por el tiempo y descuido.
—Ken, a veces siento algo de miedo por las noches…Hago cosas "peligrosas" para vencer el miedo, pero en estos momentos me siento congelada—Ella comenzó a llorar sonriendo con ironía—.¿Patético, no?
—No lo es…es algo que algunos decimos "Eres humana después de todo…", todos sentimos miedo, pero no podemos quedarnos quietos como si fingiéramos nuestra propia muerte—Él le dijo al oído con calma abrazándola con más fuerza.
—¿Tú también sientes miedo, eh? —Rize paso sus brazos por la espalda de Kaneki sintiendo como la piel se le erizaba, acariciando con los dedos sintiendo la piel tibia que era reconfortante.
—Por supuesto, pero siempre me mantengo ocupado de la mente para que no me gane para poder olvidarlo mejor.
—Una mente ocupada, ya veo.
Kaneki se incorporó de poco para verla, sus cuerpos seguían en contacto, pero él se levanto un poco para no aplastarla con todo su peso quedando a cuatro puntos. Ella se quedo acostada mirando con curiosidad y ladeando la cabeza con las manos a los lados de la cabeza.
—Rize-san ¿No me habías dicho en kokuria antes de que nos separáramos, que solo teníamos una vida que era solo nuestra? —Dijo Kaneki.
Ella se llevó las manos a la boca sorprendida con el último par de lagrimas bajando, se enjuago el rostro con las manos y sonrió de manera astuta ahora más calmada.
—Así que recuerdas mis palabras investigador—Contestó Rize.
Kaneki sonrió, se separó poco a poco de Rize quien se incorporo en los codos para poder sentarse, antes de que él pudiera decirle algo más ella sorpresivamente lo abrazo de los hombros haciendo que la postura en la que estuviera se invirtiera ahora ella arriba de él de nuevo los dos sobre el suelo.
—Gracias Ken—Dijo Rize susurrándole al oído. Los estando los dos mejilla con mejilla.
Él con el corazón acerándole abrazo a Rize cerrando los ojos como si olvidaran los peligros que había allá afuera buscándolos. Olió el pelo oscuro largo, pasando con cuidado las manos deformadas con suavidad por los hombros, descendiendo por la espalda, deseando poder hacerlo sin temor a rasgarle la ropa o dejarle marcas de arañazos en aquella piel suave. Su nariz respiro sobre el hueco del hombro y el cuello de Rize haciendo que ella temblara ya que siempre desde que la volvió a conocer sabía que era sensible de aquella área.
Aunque estuvieran en medio de ruinas con temor de ser capturados, él comprendió en ese momento que solo tenían ese momento para ellos dos. Se sintió sediento, hambriento, con fiebre, pero a la vez vivo, alegre, hechizado…No era la primera vez que se sentía así cerca de ella.
Le beso el cuello con ternura, esta vez sin avergonzarse, pedirle perdón o permiso, rogando en secreto que ella no lo rechazara sin dejar de rodearla con los brazos pendiendo de un hilo. Rize respiró con más profundidad con ese pequeño acto sin apartarse, probó besando otra área del cuello más cerca de la oreja, acariciándole el pelo largo y oscuro, Rize tembló en un respingo y se alejó de él poco a poco sentándose a horcajadas arriba de él sobre su vientre. También volvió a sentarse haciendo que la postura y distancia entre ellos estuviera más comprometida, más cerca uno del otro.
Kaneki tomó el rostro de Rize con suavidad con una mano, apenas sus dedos tocaban la piel suave, pensando que quizás la había incomodado u ofendido, pero antes de confesarse ante ella, Rize habló primero.
—Fallaste…—Dijo ella en un susurro sonrojada.
—¿Cómo que falle? —Él no entendió mirándola con preocupación soltándole el rostro.
Rize acercó la mano a su rostro haciendo que él cerrara los ojos sintiendo como los dedos de Rize le cerraban los parpados. Sintió la respiración cálida de Rize sobre sus labios y él tanteando en la efímera ceguera encontró la mejilla de ella cerca de su rostro…comprendió a que se refería. Se besaron con los ojos cerrados manera lenta, sin prisa.
"Hace tiempo quería besarla…" Pensó Kaneki algo que ni siquiera sabía él. Se separaron del beso, ambos abrieron los ojos como si apenas despertaran de un sueño asombrados por sus acciones.
—Hace tiempo que quería hacer esto—Confesó Kaneki.
—¿Desde cuando?—Ella le susurró sobre los labios.
—Si te digo vas a decir que ya me había tardado demasiado.
Ella sonrió haciendo que él la volviera a besar rodeándole la cintura con ambos brazos y ella lo abrazara por el cuello. Él la abrazaba con fuerza besándose de manera más profunda, robándose el aliento, guiándose el uno al otro con lo que sus cuerpos y espíritus deseaban, deseando que esta guerra terminara para que ambos no tuvieran que ocultarse con el temor de ser el objetivo de otros. Ella le mordisqueó el labio superior haciendo que sangrara con una pequeña gota negra (no había sentido dolor todo lo contrario), ella recogió esa pequeña muestra de sangre con la lengua terminando con el beso, ambos buscando oxigeno con la respiración acalorada extasiados uno por el otro.
Rize lo miró sorprendida para luego acariciarle la cicatriz del cuchillo del rostro con cuidado, pero él casi podía jurar que por momento parecía perdida como si no entendiera algo. Él ladeando la cabeza sin entender de porque se había quedado tan callada le acarició la cintura, buscando que reaccionara.
—¿Rize, sucede algo? —Él la llamó.
—No—Rize negó con cabeza, para luego morderse los labios—¿Estás seguro que no te duele nada?.
—Estoy bien.
Rize solo le sonrió suavemente besándole la cicatriz de la mejilla y la frente para luego pararse, ya tenían que empezar a moverse, ella podía caminar. El sol se puso y la oscuridad que se asomaba de poco a poco les servía de camuflaje para volver a la base.
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Se fueron de aquel edificio abandonado cuando la incertidumbre ya no flotaba en el ambiente. Ella ya tenía los pantalones puestos, aunque él le ofreció a ayudarle a ponérselos sin malicia alguna ella le sonrió astutamente para decirle "Vamos, date la vuelta en lo que me pongo los pantalones".
El frío que hizo que avanzaran rápido y de la mano buscando calor (ya que él todavía tenía el torso desnudo). Kaneki hablando con ella que necesita sacar lo importante del celular para luego deshacerse de el para que si el CCG siguiera el celular lejos de la base, un rastro falso.
—Eso me recuerda, arroje dos piedras grandes a la ventana de Anteiku, creo que debo discúlpame con Yomo-san—Dijo Rize con tono de haber recordado de repente—.¿Ellos estarán bien?
—Si, ya se había ido cuando Aura y Mutsuki entraron al café, ya había inmovilizado a Aura cuando fui por ti.
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Habían vuelto a la base, mientras él se preparaba para dar un discurso vestido todo de negro como una figura imponente frente a sus compatriotas con múltiples antorchas iluminándole, ella se quedo al final de la fila viendo a Kaneki hablar de cómo habían desarmado al CCG sin necesidad de crear una masacre, la mayoría de la gente parecía rezar al verlo, ella quien tenía la cabeza cubierta por la capucha del abrigo solo observaba junto a su padre al que muchos le decían "El rey de un ojo".
No fue hasta que sintió que alguien más bajo que ella se le pegaba a la espalda, volteo la mirada, era un niño de cabello oscuro que a penas le llegaba al hombro traía puesta una sudadera lo cual impedía verle bien el rostro, creía que quería llamar su atención, pero tan pronto como lo vio el chico este escabulló de entre la multitud.
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Más tarde se encontró con el mismo chico, mirándolo de mejor manera, tenía el cabello oscuro medio largo, era delgado y estaba vestido de manera casual, estaba solo, quizás era huérfano, le calculaba entre 13 a 15 años, cuando el chico la miró con curiosidad se fue acercando poco a poco a ella. Ella le había dado a algunos niños que estaban al cuidado de Hinami un poco de comida (apenas unos cuantos dedos que había usurpado de un cadáver) quienes la había seguido por el olor. Suspiró derrotada dándoles del botín diciéndoles con seriedad que limpiaran sus manos y sus bocas para que los adultos no los regañaran mientras veía como Hinami se acercaba, le ofreció también un poco a la ghoul quimera, pero esta con una sonrisa triste rechazo la comida. Rize se retiró más apartada para poder comer aunque fuera un pulgar, la noche era un buen momento para comer bajo su experiencia.
El niño que se le había acercado antes ahora estaba frente a ella, olía un poco familiar…como si hubiera estado cerca de Kaneki o de ella por mucho tiempo, pero no habían estado tanto rato a su lado durante el discurso para tener su aroma.
—Hola—Dijo el niño sonriendo amistosamente con las manos detrás del cuerpo, como si escondiera algo.
—Hola, ¿qué haces aquí solo? —Respondió ella.
—Vi a los otros niños correr a ti, les estabas dando algo que olía rico y todos se fueron, yo también quise ver.
—¿Tienes hambre? —Revisó su bolsa tomando su último paquete de comida, los niños eran los más peligrosos en las crisis de alimentarias, le ofreció el paquete al menor—.Solo que cómelo rápido, limpia bien tus manos y boca, no dejes rastros de olor.
Él chico tomo sorprendido el paquete oliendo y sabiendo que era. —Gracias, ¿cuál es tu nombre?
—Mi nombre es Rize, ¿y él tuyo?
—Hajime Hazuki—Dijo sonriendo, tenía una sonrisa extraña, como si hubiera recibido una gran buena noticia y no pudiera esconder su emoción. Casi como si estuviera presenciado un milagro, se le quedo viendo anonadado sin parpadear.
—¿Sucede algo? —Pregunto Rize acercándose más a él agachándose un poco para verlo mejor.
—Lo siento, es solo que tienes el nombre y te pareces un poco a mi madre, ¿es extraño no?—Hajime comenzó a olfatear en el aire al tener a Rize sin dejar de sonreír, como si hubiera descubierto algo realmente valioso.
Ella solo le respondió la sonrisa de manera leve, le volvió a repetir que fuera cuidadoso y se retiró de poco a poco al escuchar como la llamaban a lo lejos despidiéndose del niño.
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Rize sin saberlo, Hajime Hazuki se había apartado del resto de los ghouls de manera sigilosa con el paquete en la mano, cuando estuvo lo bastante lejos, salió al exterior fuera de la base, miro a todos lados y arrojo dicho regalo lo más lejos que pudo sin siquiera probar un bocado. Tuvo que aguantar las ganas de reír cuando la pelimorada le ofreció alimento, si ella supiera quien era él no le habría tratado con tanta amabilidad, además le era incomodo comer por algo que tenía incrustado bajo la lengua. Guardó las manos en los bolsillos del pantalón, caminando de vuelta con los demás ghouls sintiendo entre los dedos un pedacito de tela de suéter con varias manchas de sangre y unos cabellos morados enredados en las fibras de tela.
"Sigue el rastro, sigue al líder…" Esas fueron sus ordenes.
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Notas finales: AHHH! Hola queridos lectores, ha pasado un tiempo desde que publique la teoría del caos. Espero que quien lo haya leído lo disfrutara, he tenido un pequeño bloque de inspiración porque estoy leyendo la parte del manga que menos disfruto, pero conforme voy escribiendo me paso esas partes que me hacen rodar los ojos del manga con trago amargo y sigo con la historia. Muchas gracias a toda la gente que lee esta historia, les mando a todos un fuerte abrazo.
Quien quiera que sea que lea esto: te deseo un bonito día.
Sayonara.
