Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic


Setenta y siete

―Edward... ―La voz de Bella es apenas un gemido, sus manos agarrándome, desesperada por acercarme. No podemos acercarnos lo suficiente, y lo entiendo. Yo también lo siento. Podría arrastrarme dentro de su piel, y aun así no estaría lo suficientemente cerca.

Un brazo la rodea, jalándola hacia mí, el otro en su muslo para enganchar su pierna. Nuestros pechos se presionan uno contra el otro, sus piernas me envuelven con tanta naturalidad que me resulta difícil respirar. Sus tobillos se cruzan detrás de mi espalda, y los talones de sus pies se clavan en mi trasero, y quiero penetrarla tan jodidamente fuerte. Para moldear su coño a mi polla, para que nadie más sea suficiente para ella.

―Más, Edward, necesito más ―suplica.

Es tan jodidamente bonita cuando suplica.

—Eres tan jodidamente bonita cuando suplicas —digo porque, joder, ¿cuál es el punto de censurarme ahora?

―Soy aún más bonita con una polla enterrada en mí. ¿Por qué no lo descubres?

Mierda. Esta chica y su boca.

No puedo evitar besar esa jodida boca, tomando su lengua porque es jodidamente mía para tomarla ahora. Chupándola y follando su boca con la mía, la levanto de la encimera y la coloco sobre mi polla.

Siempre es bueno, ¿sabes? Esa primera vez que estás completamente enterrado dentro de alguien nuevo. Siempre hay algo diferente en esa primera vez, pero ¿esto? Esto es jodidamente mágico.

Tal vez sean los sentimientos o alguna mierda, joder si lo sé.

Joder si me importa ahora mismo.

Porque puede que haya dicho que la arruinaría para todos los demás hombres, y tengo la puta intención de hacerlo, pero ahora es porque ella me ha arruinado a mí.

Su coño es como un jodido puño apretado a mi alrededor, caliente, húmedo y moldeado solo para mí. Joder si no me muero por follarla sin barreras.

Los sonidos que ambos hacemos no se pueden describir como nada excepto como animales. Primitivos. Tengo que hacer una pausa por el simple hecho de que, si me muevo ahora mismo, todo se acabará.

―Muévete… por favor… fóllame… ―Ella está jadeando, sus brazos apretados alrededor de mis hombros, su cara enterrada en mi cuello, y con un gruñido profundo, le doy exactamente lo que quiere.

Es ligera como una puta pluma, así que no tengo ningún problema en mover la mano de su muslo hacia su culo y usar la nueva palanca para levantarla y hacer que rebote sobre mi polla.

Y algo dentro de mí se rompe, se hace añicos. No en el sentido de que me corro, todavía no, sino en el sentido de que pierdo todo el jodido control. Dejo de pensar en lo mucho que me importa esta mujer y empiezo a usarla.

Pero a ella le encanta, si su susurro "sí, sí, síííííí´" es una indicación. Está clavando sus uñas en mis hombros, ayudándome a aumentar el impulso, y la estoy golpeando tan implacablemente que no puede hacer nada más que gritar.

Y hombre, ella grita.

Maldiciones y mi nombre y alabanzas a un dios en el que ni siquiera creo que ella crea.

Estoy cubierto de sudor en poco tiempo, y puedo sentirlo levemente arrastrándose por mi espalda, pero cuando una gota cae de mi sien a lo largo de mi mandíbula, que me jodan si Bella no la lame, mordiendo mi mejilla en alguna especie de reflejo instintivo que solo me hace follarla más fuerte.

Su aliento sale en fuertes ráfagas contra un lado de mi cara, y mis dedos se clavan en su trasero antes de retirar mi mano para dar una fuerte nalgada en la piel de porcelana.

―Joder, sí, azótame ―jadea, una de sus manos se clava en mi cabello, las uñas me marcan el cuero cabelludo.

Ella repite el mismo movimiento que usé con ella antes, tirando de mi cabeza hacia un lado por mi cabello y hundiendo sus dientes en mi cuello, y yo obedezco sus órdenes, azotando su trasero con cada embestida dura en su coño.

Su coño se aprieta y late a mi alrededor, haciéndome gruñir y gemir, apretar los dientes y maldecir por lo bajo.

―Oh, MIERDA. ―Su orgasmo la golpea antes de que ninguno de los dos estemos preparados, pero hago que me cabalgue a través de él, deslizando mi dedo a través del semen que cubre nuestras piernas entre nosotros antes de deslizarlo en su culo. Esto solo parece hacer que se corra de nuevo, justo en la cola del primero. Esta vez estoy allí con ella, pulsando en un coño que me está ordeñando tan fuerte que siento que en realidad podría succionar mi alma directamente de mi cuerpo.

Ni siquiera nos doy la oportunidad de recuperar el aliento antes de llevarnos a su dormitorio mientras aún estoy enterrado dentro de ella, haciéndola gemir con cada paso. Está temblando en mis brazos, y mis músculos me gritan, pero no he terminado con ella. Dudo que alguna vez lo haga.

―¿A dónde me llevas? ―jadea, con la cabeza apoyada en mi hombro.

―Estoy a punto de ver cuánto puedes manejar.

―Oh, creo que te sorprenderás.

―Más te vale que lo esté. Dime, ¿cuántas veces te has corrido en una noche?

―Uhm, ¿sola o con alguien?

―Cualquiera. O ambas. ―Llegamos a su cama y la arrojo sobre ella, agarro su cadera y le doy vuelta bocabajo antes de que pueda protestar.

―¿Como... cinco?

Me burlo.

―Maldito juego de niños. Estoy a punto de duplicarlo. Al menos.

Ni siquiera la dejo responder antes de levantar su trasero y enterrar mi cara en su coño por detrás.

Cuando dije que estaba a punto de darme un festín, lo decía en serio.