Capítulo 33
Después de terminar con los exámenes del semestre, algunos estudiantes de Todai se veían exhaustos por no haber dormido en muchos días, mientras otros estaban ansiosos por celebrar el haber acabado con esa travesía. Entre ellos, se encontraba un grupo compuesto por estudiantes de medicina y Psiquiatría, quienes estaban sentados en un sofá contando anécdotas sobre todo lo que habían tenido que afrontar en los últimos días para sobrevivir a las "semanas del terror" en la Universidad. Un estudiante de ojos marrones estaba de pie junto a los demás, alardeando sobre su desempeño en cada una de las pruebas de Psiquiatría que había tenido que afrontar. Si bien reconocía que no eran fáciles de responder en su totalidad, aún así, gracias a sus habilidades recordando datos, había podido sobrevivir a cada una de ellas. Por ese motivo, era conocido como "Mizuki, el calculador", gracias a la destreza que tenía en las materias.
—¿Y qué hay de ti, Smith? ¿Cómo estuvo tu semana de pruebas? —Le preguntó Hajime a un chico de cabello rubio que bebía una soda en compañía de una estudiante de Psiquiatría.
—Pues…agotadora, pero estuvo bien. Aprobé todas mis materias. —Señaló con una sonrisa.
—¿De verdad? ¡Eso es un gran logro, Kevin! —Le mencionó Miyuki con una sonrisa, provocando que su acompañante se sonrojara.
—Sí, lo es. —Susurró Kevin avergonzado y luego carraspeó para proseguir. —Pero no soy el único que le fue bien, Echizen también lo logró. Incluso ha sido elegido para ser ayudante de una asignatura.
—Es verdad, Ryoma también lo hizo bien este año. —Se atrevió a hablar Sakuno, mirando a su esposo que se encontraba sentado junto a ellos. —Eso demuestra lo mucho que se ha esforzado este semestre, estoy orgullosa de sus logros.
—Gracias, yo también lo estoy de ti…—Comentó Ryoma, tomando su mano. —Pese a los obstáculos que hemos tenido que enfrentar este año, hemos avanzado juntos.
—Es verdad.
—Tiene razón, Sakuno. —Sonrió Nanase a su lado. —Me hace feliz que hayas vuelto a estudiar y podamos seguir otro año juntas.
—Gracias, Naomi-chan. Espero que nos vaya bien en el nuevo semestre.
—¡Así será! —Anunció Miyuki desde el otro lado. —Esta celebración no sólo conmemora el fin de un año, sino también el habernos conocido ¿Verdad, Hajime-kun?
—Sí, toda la razón. No lo habría podido decir mejor. —Sonrió Mizuki con una copa de champagne—Por lo mismo, en lugar de ponernos melancólicos, celebremos. Esta es nuestra victoria, chicos.
—¡Sí! —Dijeron los demás.
En ese momento, Yuuta (el hermano menor de Shusuke) llegó al apartamento con algunas cosas que Mizuki le había encargado. Apenas identificó al ambarino a la distancia, se acercó a él para saludarlo, ya que no lo veía desde la última reunión que habían tenido en el club. Entonces se enteraron que Yuuta se encontraba estudiando Física en la Universidad de Hokkaido, la institución que Ryoma alguna vez había pensado postular antes de pensar estudiar medicina. Al igual que ellos, Yuuta estaba en su segundo año de cuatro, donde después tenía que elegir una especialidad y comenzar a invertir en investigaciones científicas si quería dedicarse a ello. Sakuno estaba asombrada de la carrera que estaba estudiando, debido a que creía que estudiaría algo similar que su hermano mayor, dado que solía seguirlo a todos lados. Pero le hacía feliz que Yuuta hubiera encontrado su propio camino para potenciar sus habilidades en un área que solía irle bien en la Preparatoria.
Una vez que Yuuta se dirigió a la cocina, el ambarino y la castaña se sentaron en la terraza a contemplar las estrellas que brillaban en lo alto del cielo. Quedaba una semana para navidad y pronto comenzaría un nuevo año juntos. Ryoma no podía dejar de pensar en la última sesión que había tenido con Margaret, donde tuvo el espacio para hablar acerca de los sentimientos de culpa que lo atormentaban en su relación. Si bien Sakuno se sentía mucho mejor que al comienzo, sabía que, si quería tener una relación sana, debía tener esa conversación con ella. Pero cada vez que quería hacerlo, alguien o algo impedía que lo hiciera. Era como si el destino estuviera en su contra.
—Qué noche más maravillosa. —Mencionó Sakuno, esbozando una sonrisa. —Hasta siento que las estrellas brillan más que en otras noches.
—Es verdad, siento lo mismo. —Comentó el ambarino, parecía que no sólo las estrellas resplandecían más ese día, sino también su esposa. No la veía con esa expresión en su rostro hace mucho tiempo y le agradaba que se sintiera de ese modo. —¿Lo estás pasando bien?
—Sí, me gusta este tipo de reuniones, me recuerda a las que teníamos en la Preparatoria con los demás.
—Hace tiempo que no hemos tenido una instancia así. Cuando vi a Momo-sempai el otro día, me mencionó también eso. Quizás podríamos hacerlo, ahora que tendremos un descanso antes de que empiece el nuevo semestre.
—Sí, es una buena idea. Extraño compartir con todos.
—Por cierto, Sakuno…hay algo que necesito hablar contigo.
—¿De qué se trata?
—¡Hey, Echizen! —Lo interrumpió Kevin. —¿Podrías ir a comprar unas gaseosas? No tenemos las suficientes. Oh lo lamento, no había visto que estabas con Ryuzaki-san. Si quieres puedo pedirle al novio de Nanase.
—No, descuida yo lo haré. —Suspiró Ryoma, nuevamente los habían interrumpido. —Vuelvo enseguida, Sakuno.
—Espera. —Respondió la castaña, tomando su brazo. —Puedo ir contigo.
—¿Estás segura?
—Sí, así podemos conversar de lo que estábamos hablando. —Le sonrió.
—Está bien.
Tras haber recibido el dinero de Kevin para realizar las compras, los dos se dirigieron al supermercado más cercano para comprar lo necesario. Aunque Sakuno se mostraba dispuesta a ayudarlo, le sorprendió el semblante que llevaba ese día, parecía pensativo y al mismo tiempo callado. La castaña lo siguió al pasillo de las bebidas en silencio, se preguntaba si lo que tenía que decirle era una mala noticia, teniendo en cuenta el comportamiento inusual que estaba viendo en él. Ryoma era de los chicos que hablaban las cosas sin rodeos, o al menos así era en el último tiempo desde que habían comenzado una nueva vida juntos. Pero al mismo tiempo, sabía que solía ser más directo en conversar las cosas que opinaba de las otras personas o de una situación en particular, que en sí mismo. Sea lo que sea que tuviera que decirle, la hacía sentirse nerviosa y al mismo tiempo en un estado de alerta. Si bien no quería ser negativa en ese momento, al mismo tiempo le asustaba esa conversación, y se preguntaba seriamente si había sido buena idea o no acompañarlo a ese lugar.
Luego de haber pagado sus respectivas compras, los dos caminaron en silencio por una vereda tan silenciosa y escalofriante que sentía temor, debido a que los postes de luz se mostraban inestables y parecía que no había muchas personas caminando alrededor. Cuando siguió al ambarino en medio de la oscuridad, se sintió extraña al percatarse que sus manos no estaban unidas como en otras ocasiones, sino que, al contrario, sus cuerpos permanecían tan distantes uno del otro que le generaba una sensación amarga. Antes de atreverse a preguntar que le sucedía, se sorprendió al percatarse que en lugar de seguir el mismo camino que de ida, Ryoma la dirigía a un lugar completamente diferente.
Una vez que se encontraron en un parque de niños cercano, los dos se sentaron en unos columpios vacíos, y la castaña lo observó en silencio, esperando que se atreviera a hablar de eso que deseaba conversar.
—¿De qué querías hablar? —Le preguntó la castaña nerviosa.
—Sobre un tema que he estado conversando con Margaret en el último tiempo. —Se atrevió a decir el ambarino, entonces dejó escapar un suspiro que desconcertó a su esposa. —No sé cómo empezar.
—¿Por qué? ¿Es algo malo?
—Quizás, dependiendo de la percepción de cada uno.
—¿Es sobre ti? ¿O…sobre mí?
—Es más bien de nosotros.
—Entiendo, te escucho. —Señaló nerviosa, no estaba segura de que oiría, pero su ansiedad le estaba jugando una mala pasada en ese momento.
—Está bien…¿Recuerdas que te había mencionado que lo último que estaba abordando con Margaret era los patrones familiares que seguía?
—Sí, lo recuerdo.
—A raíz de eso, hablamos sobre nuestra historia juntos. Es decir, el cómo nos conocimos y todos los acontecimientos que vivimos antes de estar juntos. —Comentó, viendo como la castaña lo miraba con atención, parecía estar nerviosa. —En relación a eso, me di cuenta de que una de las razones por las que fui tan cruel contigo, era porque mi padre me había hablado de ti mucho antes de conocernos.
—¿Eh? ¿Antes de vivir juntos? —Preguntó confusa.
—Sí, antes de que siquiera estuviéramos en el mismo salón. En ese entonces, tenía 13 años y no le presté mucha atención a lo que me decía. Pero de cierta forma, notaba que el mostraba cierto interés de que tuviéramos una amistad o me acercara a ti. Por esa razón, precisamente no lo hice. Porque si lo hacía…estaría nuevamente cumpliendo sus expectativas.
—Ah ya veo, tiene sentido. —Murmuró pensativa. —Aún así, tu padre no podía controlar eso, si no íbamos en el mismo salón…era imposible que tuviéramos una interacción.
—En cierto sentido, era imposible. Pero me encontré contigo en el pasillo en una ocasión, cuando llevabas unos libros con Osakada. Me parece que eran de historia, estabas tan ensimismada en tus pensamientos que no te percatarse que habías olvidado uno. Por eso, te lo entregué.
—¡¿Eh?! ¿Habíamos hablado? No lo recuerdo.
—Sí, fue un momento breve. Después de eso, me encontré contigo en diversas situaciones. Incluso fuera del Instituto, cuando iba de compras. Pero en ese tiempo, no nos conocíamos.
—No puedo creerlo…No recuerdo que nos hayamos encontrado antes. —Exclamó la castaña confusa, ni siquiera recordaba en qué situación estaba en ese momento, así que, no lo podía conectar fácilmente.
—Sí, lo hicimos. En ese instante, no creía en el destino…y me sentía frustrado de que nos encontráramos en diversas ocasiones, considerando que no quería seguir el plan de mi padre. Pero entonces…sucedió lo del discurso de la Preparatoria y comenzamos a estar en la misma clase. —Comentó reflexivo, nunca antes le había contado esa historia a Sakuno, se sentía incluso avergonzado de decirlo. —Luego ocurrió lo del meteorito.
—Y empezamos a vivir bajo el mismo techo. —Respondió la castaña, recordando todo lo que ocurrió después de eso.
—Así es.
—Estoy sorprendida…siempre pensé que era invisible en tu vida hasta que tuvimos la obligación de convivir. Ahora veo que no era así.
—Es natural, nunca te lo había contado. Cuando no estábamos en la misma clase, no había problema. Pero todo comenzó cuando empezamos a vivir bajo el mismo techo.
—Me imagino que fue porque comencé a invadir tu espacio.
—No sólo por eso, sino más bien porque comencé a conocerte más. Entonces hice una especie de muro entre los dos de manera inconsciente, como un intento de evitar perder el control sobre la percepción que tenía sobre ti. —Suspiró el ambarino, viendo como la castaña lo miraba en silencio. —Margaret mencionó que como tenía inseguridades por malas experiencias del pasado, de alguna forma intenté defenderme de lo que estaba comenzando a sentir por ti.
—Comprendo, creía que la razón por la que te comportabas de esa manera…era porque no te agradaba que la chica por la que no sentías nada, estuviera viviendo bajo el mismo techo. —Habló la castaña, fingiendo que no le incomodaba hablar sobre eso.
—No era precisamente por eso.
—Lo sé, ahora todo tiene sentido. Pero nunca dudé de tu bondad, sabes. —Sonrió un momento. —Si bien en el exterior, eras frío y arrogante. En el interior, eras un ser completamente distinto…amable, preocupado y generoso a la vez.
—Ahora que lo mencionas, recuerdo que Yui me había hablado sobre lo que le comentaste una vez. —Habló Ryoma, pensativo. —En que habías dado una descripción similar, y creías firmemente que solía poner un muro contra los demás por temor a ser dañado.
—¿Eh? ¿Te habló sobre eso? —Se sonrojó Sakuno, no esperaba que hablara de eso en una situación como esa.
—Sí, lo hizo precisamente en un momento en que me había rendido de luchar por ti. Creo que si no me hubiera enfrentado como lo hizo, posiblemente no estaríamos juntos ahora.
—Siendo así…debemos agradecerle por eso.
—Sí, es verdad. En relación a lo que estábamos hablando, no me había sentado antes a analizar que pasaba por mi mente en esos momentos, ni mucho menos mis acciones. Pero ahora que lo he hablado con Margaret y también con Momo-sempai en paralelo, me he dado cuenta de que realmente he sido injusto contigo estos años. —Admitió cabizbajo.
—¿Eh? ¿A qué te refieres?
—A como era en la Preparatoria. De cierto modo, en lugar de enfrentar mis propios conflictos y aceptarlos, comencé a proyectar en ti…todo el rencor que sentía por mi padre.
—Ah, pero eso no es tu culpa, no sabías lo que estabas haciendo. —Lo animó la castaña. —Lo bueno es que estás trabajando en eso ahora ¿no?
—Aún así, Sakuno. No podría justificarme de esa forma, si bien ahora lo entiendo, mi forma de ser no era la correcta. —Declaró Ryoma, esta vez se volteó a ella para mirarla con determinación. —Quizás sea tarde decir esto, pero…lamento mucho haberte herido en el pasado con mis arrebatos.
—Ryoma…no tienes que disculparte, en serio. Todo quedó en el pasado.
—Para mí no. —Repuso el ambarino, viendo como ella se quedaba en silencio sorprendida. —Ahora mismo soy como dijo Margaret…un arqueólogo que está desenterrando cosas del pasado y comienza a descubrir otras. No soy de las personas que habla de sus sentimientos, más bien suelo reservarme todo. Pero ahora, quiero cambiar eso.
—Está bien. —Le sonrió. —De cierta forma, es lo que estás haciendo. Como si estuvieras reelaborando las situaciones que en su momento no podías procesar, porque no tenías el espacio para hacerlo.
—Sí, eso es. Por lo mismo, si quiero realmente enmendar mis acciones…debo cambiar varios aspectos de mi personalidad.
—¿Cómo cuáles?
—Primero que todo…ser más honesto contigo.
—¿Sobre qué?
—Además de los errores que cometí en la Preparatoria, también he pensado en los que ocurrieron posteriormente a eso.
—¿Te refieres casados? —Preguntó la castaña sorprendida
—Sí, exactamente.
—¿Es por Hiro?
—En parte sí, pero también en la forma en que he sido contigo en momentos cruciales, como lo ocurrido en la fiesta de Todai o en otras ocasiones en que debí haberte escuchado y no haber "supuesto cosas". —La miró a los ojos un momento, notando su rostro de perplejidad.—¿Puedes responderme algo con total sinceridad?
—¿Eh? Sí, claro. —Preguntó dudosa, no sabía a qué iba todo eso.
—¿Eres realmente feliz…con la vida que llevamos hasta ahora?
—Sí, por supuesto. Si bien hemos tenido algunos problemas en el camino por razones exteriores, hemos podido afrontarlo juntos. —Declaró, pero notó que él no parecía convencido de su respuesta. —¿Por qué lo preguntas?
—Porque…a veces me pregunto si estuvo bien haberme entrometido en tu camino con Taichi. —Se atrevió a decir el ambarino, dejando aún más perpleja a su esposa. —Quizás él te habría hecho más feliz de lo que eres actualmente.
—No lo creo, Dan-kun era un buen chico, pero no habría podido ser feliz con él, porque siempre estuve enamorada de ti. —Respondió Sakuno, le sorprendía que incluso Ryoma tuviera inseguridades como esas y se llegara a cuestionar sus decisiones. Parecía que la terapia no sólo lo estaba ayudando a comunicarse más, sino también ha pensar en ese tipo de cosas. —Además, ya habíamos tenido esta conversación antes, en que me habías preguntado si me arrepentía de mi elección de estar contigo, y te respondí que no era el caso.
—Lo sé, lo conversamos antes de nuestro viaje a las termas. Pero aún así, a veces me lo cuestiono, considerando las circunstancias que hemos pasado, tal vez habrían sido diferentes en otro escenario.
—Quizás, pero eso nadie lo puede saber. Al igual como sueles decirme, en el mundo de las suposiciones todo es posible, pero lo que importa es el mundo en el que nos encontramos…en la realidad. Y en esta dimensión, no estoy con Dan y estoy contigo.
—Sí, es verdad. —Respondió pensativo, no recordaba haber dicho ese tipo de cosas.
—A menos que…seas tú el que está arrepentido de su elección. —Mencionó Sakuno, no quería pensar que fuera de esa manera, pero sus acciones decían lo contrario.
—No es así. —Respondió Ryoma con decisión. —Me hice esa pregunta antes, pero no porque dudara de mis sentimientos, sino más bien por ti.
—Yo soy feliz a tu lado. —Le sonrió, apartando las bolsas que tenía en sus brazos para dirigirse a su columpio y abrazarlo. —No debes poner en duda mis sentimientos, ni tampoco creer que la vida habría sido mejor si estuviera con Dan. Si bien no hemos pasado por una buena situación, debido a lo de Hiro. Aún así, no me arrepiento de mi decisión. Porque estando contigo, tanto en las buenas como en las malas, me hace sentirme agradecida. Además, apenas cumpliremos un año de casados el mes que viene. Así qué, todavía tenemos muchos momentos más que vivir juntos.
—Tienes razón, Sakuno. Aún nos quedan muchas cosas que vivir. —Sonrió Ryoma, se levantó del columpio para ponerse a su nivel y mirarla, no podía arrepentirse de compartir su vida con ella, ni en esta vida ni en ninguna. Porque él amaba a esa chica de cabello castaño y ojos carmesí. Por lo mismo, cualquier duda que tenía sobre su vínculo, se había esfumado en ese momento.
—Así es. Por lo mismo, no vuelvas a cuestionar mi elección. —Se burló Sakuno.
—Lo sé, no lo volveré a hacer. —Prometió haciendo una mueca, entonces se atrevió a estrellarla contra sus brazos. —Sabes, en una ocasión pensé que quizás lo mejor era que no estuviéramos juntos…porque no quería hacerte sufrir otra vez.
—Ryoma…
—Pero cuando intenté imaginar un mundo sin ti, fue muy doloroso. Porque ya me acostumbré a tu presencia y al mismo tiempo, siento que no podría vivir tranquilo de esa manera. —Declaró Ryoma. —Por lo mismo, te quería agradecer por esto que hiciste.
—¿Eh? ¿Por qué? —Se apartó de él para mirarlo confusa.
—Por haberme ayudado a entrar en razón otra vez, como siempre sueles hacerlo. De hecho, en la conversación que había tenido con Momo-sempai, él me respondió algo similar a lo que acabas de decir en torno a esta inquietud. Me comentó que tú me habías elegido, de la misma manera en que yo lo había hecho. Por lo mismo, no tenía que cuestionarme esto, sino más bien trabajar en nuestro vinculo para que no volviera a suceder en el futuro. Además, me dijo que, si volvía a renunciar a ti, me daría una paliza. Porque es su deber de mejor amigo.
—Me imagino a Momo-sempai diciendo eso, es propio de él. —Habló Sakuno, tratando de reprimir una carcajada, conocía bien a Momoshiro Takeshi y era un hombre de palabra.
—Sí, él suele expresarse de esa forma. Así qué, no pienso volver a hacerlo.
—Me parece. —Sonrió.
En ese momento, Ryoma se aproximó a sus labios y los besó con fuerza, provocando que la castaña tuviera que sostenerse de él para no perder el equilibrio, parecía que no solían tener ese tipo de encuentros hace mucho tiempo. Aunque en realidad, nunca antes habían tenido la oportunidad de hablar sobre sus sentimientos de manera tan abierta y conectada como en esos instantes. Quizás se debía al trabajo que estaban llevando a cabo de manera paralela en sus respectivos procesos, o también estaban madurando.
Sakuno se sentía feliz de que Ryoma al fin podía compartir los pensamientos que tenía con ella y fortalecer la confianza entre los dos. Si la castaña trataba de imaginar una dimensión paralela en la que no hubieran tenido un destino juntos, se sentía incapaz de hacerlo. Tal vez en otros tiempos, en que no tenían sentimientos mutuos, habría sido más fácil imaginar ese mundo en que no estaban juntos, porque era impensable que eso llegara a suceder. Pero ahora las cosas eran totalmente diferentes, ya que podían tener una vida tranquila juntos.
Cuando se separaron para mirarse, se percataron que alguien más los observaba a la distancia. Al voltear, notaron a un chico de cabello rubio que llevaba lentes de sol en su cabeza y una chica de cabello negro que sonreía con malicia.
—Kevin-kun, Miyuki-chan. —Comentó Sakuno avergonzada.
—¿Qué hacen aquí? —Preguntó Ryoma con incomodidad, había olvidado por completo que debían volver a la fiesta.
—No queríamos interrumpir. —Habló Kevin sonrojado. —Pero estábamos preocupados porque no habían regresado en 2 horas. Por ese motivo, vinimos a buscarlos.
—Así es, pero parece que no estaban perdidos como creíamos. —Se burló Miyuki. —Si necesitaban tiempo a solas, deberían habernos avisado. Podríamos haber venido a buscar las cosas.
—N-No es así, Miyuki-chan. —Habló Sakuno sonrojada. —Nosotros realmente habíamos ido a comprar, pero…hicimos una parada aquí.
—Sí, es verdad. —Carraspeó Ryoma, tratando de disimular la incomodidad que sentía, últimamente era habitual que esos dos los vieran en momentos íntimos, pese a que era reservado. —Es mi culpa, tenía algo que decirle a Sakuno, por eso le pedí que nos detuviéramos aquí. Pensé que nuestra charla duraría algunos minutos, no me percaté de la hora.
—Es natural, cuando estás con la persona que quieres, el tiempo pasa sin darte cuenta de eso. —Comentó Miyuki con emoción.
—Es verdad. —Murmuró Kevin. —Por lo mismo, si quieren seguir aquí. Nosotros podemos llevarnos las cosas.
—No es necesario, ya pensábamos ir. —Respondió Ryoma. —¿Verdad, Sakuno?
—Sí, por supuesto.
—Bien, entonces podemos irnos juntos. —Sonrió Miyuki.
En el camino de regreso, Sakuno caminó junto a su amiga, mientras Kevin y Ryoma caminaban adelante en silencio. Aunque Miyuki sentía deseos de preguntarle de que estaban hablando, no quería sonar entrometida. Así que, prefirió omitir sus preguntas para conversar sobre los planes que tenían para navidad.
—Este año pasarás la navidad con tu familia ¿verdad? —Le preguntó Sakuno con una sonrisa.
—Sí, el 24 estaré con ellos. Pero el 25, Kevin me invitó a salir.
—¿Eh? ¿Acaso ustedes están…?
—No, sólo somos amigos. Midori me preguntó lo mismo. —Sonrió Miyuki incomoda —Si bien lo encuentro guapo, no sé qué pensará él de mí. De todas maneras, nos estamos recién conociendo más.
—Ah ya veo. Pareciera que él también se siente a gusto contigo. —Comentó Sakuno, mirando al rubio. —Pero es bueno que se estén conociendo.
—Sí, antes nos veíamos más en la Universidad por ustedes. Pero después que comenzamos a encontrarnos más seguido, intercambiamos nuestros números para hablar por mensaje. Él fue un gran apoyo cuando tuvimos el examen de neurobiología, me ayudó a entender varios procesos.
—¿De verdad? Eso es genial. —Sonrió Sakuno, entonces comenzó a recordar cuando Ryoma estudiaba con ella. —Qué bueno que se estén llevando bien.
—Sí, pienso lo mismo.
Cuando regresaron a la fiesta, fueron interrogados por Mizuki, quien tenía sus teorías de dónde se encontraban Ryoma y Sakuno, pero sus amigos por lealtad a ellos, prefirieron no decir nada de lo que habían visto. Conocían el humor de Mizuki y sabían que, si se los decía, podría lanzar bromas al respecto. Por ello, luego de haber entregado las compras, todos se sentaron en una mesa para iniciar un juego que Yuuta había traído, el cual era ambientado en la edad media, en que debían lanzar dados para ir avanzando y respondiendo algunas preguntas. Aunque el juego tenía instrucciones difíciles de comprender, después de unas horas, todos lograron entender el objetivo de cada persona y disfrutaron ese momento.
Al transcurrir los días, el día 23 de diciembre en la noche, Sakuno había organizado una fiesta sorpresa con los ex titulares de Seigaku para celebrar el cumpleaños de Ryoma, esperando cantar juntos a las 12 pm. Así mismo, como el ambarino había sido cómplice de la fiesta sorpresa de su mejor amigo, en este caso Momo había sido el encargado de distraerlo para llevarlo al apartamento de Oishi. Lo que no esperaban, era que como Ryoma conocía tan bien al chico de ojos violeta, podía detectar cuando él estaba tramando algo.
—Iremos a buscar la chaqueta que se me quedó en el apartamento de Oishi y vamos a jugar. —Le prometió Momo, rogando que Echizen le creyera.
—¿Es eso verdad? ¿O acaso estás tramando algo? Momo-Sempai. No creo que sea indispensable una chaqueta para jugar tenis. Si tienes frío, podrías ir a buscar otra a tu casa.
—Sí, es verdad. Pero esa es mi favorita. —Río nervioso Momo.
—Bien, si ese es el caso…iré a reservar la cancha antes de ir.
—No, espera. Te prometo que terminando esto, iremos.
—No entiendo cuál es el problema de ir a reservar la cancha mientras. —Mencionó con su mirada escrutadora. —¿O acaso tienes miedo de ir solo?
—Sí, la verdad es que en el último tiempo ha habido muchos asaltos por aquí. Por esa razón, no me gustaría ir solo. —Mintió, tratando de sonar creíble su discurso.
—¿De verdad? No estaba enterado de eso. Si es así, está bien. —Suspiró, no podía creer que su sempai fuera un miedoso.
—Gracias, Echizen. Sabía que, tras tu corazón de hielo había algo de calidez.
—Sí, como digas. —Bufó Ryoma, su mejor amigo solía ser tan cursi a veces. —Terminemos con esto rápido.
—Sí, claro.
Luego de avisar en la recepción a que piso iban, subieron el ascensor en silencio, aunque Momo hacía comentarios sobre lo elegante que era ese lugar, Ryoma no parecía emitir comentario alguno, aún tenía la sospecha de que algo estaba tramando. Una vez que se detuvieron en el piso 11, caminaron hasta la enumeración correspondiente. Entonces Momo tocó el timbre y esperaron que Oishi saliera. A los pocos minutos, el chico de cabello negro apareció en la puerta y fingió sorpresa de ver a Ryoma ahí. Aunque el ambarino esperaba que fuera una visita corta, se sorprendió cuando Oishi los hizo pasar a una sala que parecía estar con problemas de electricidad.
—¿Qué le pasa a esta habitación? —Preguntó Ryoma confuso. —¿Tienes bajo voltaje?
—Sí, ha estado extraño este día. —Habló Oishi nervioso. —Por cierto, Ryoma. Mientras Momo va por la chaqueta, si quieres puedes servirte té o alguna gaseosa en la cocina. Me parece que tengo Ponta.
—Está bien. —Se levantó Ryoma, mirando la sala con curiosidad, le daba la sensación de que no estaban solos.
Al caminar en dirección a la cocina, escuchó susurros tras de él, parecía que Oishi y Momo hablaban de un tema que no querían que él se enterara. Al dirigirse al lugar indicado, encontró precisamente una ponta en el refrigerador y se dispuso a abrirla. En ese momento, en el que iba a beberla, la luz se encendió de manera inesperada y todos sus amigos, incluidos Sakuno, le gritaron "Sorpresa". Entonces Momo cruzó la sala para darle un abrazo y ponerle un gorro de cumpleaños en la cabeza.
—¿Qué es todo esto? —Preguntó Ryoma confundido. —Mi cumpleaños es mañana.
—Lo sabemos, pero pensamos que como generalmente los 24 estamos celebrando navidad, era buena idea vernos hoy. —Le sonrió Oishi. —A menos que seas supersticioso claro.
—No lo soy.
—Sí, fue idea de Momo-sempai. —Habló Sakuno a su lado. —Lo siento por no mencionártelo, pero me pareció una buena oportunidad para que vieras a tus amigos.
—Así es, pequeño. —Sonrió Kikumaru. —Ha pasado tiempo desde que no nos veíamos.
—Feliz casi cumpleaños, Echizen. —Habló Takashi. —He traído comida del restaurant de mi padre para que festejemos.
—Sí, además con Ann-chan y Tomo-chan preparamos algunos dulces. —Sonrió Sakuno.
—Ah ya veo, tenían todo organizado. Gracias, chicos. —Sonrió Ryoma, aunque no le gustaban las sorpresas, estaba agradecido con el gesto que habían tenido.
—A mí también deberían agradecerme, no es fácil traer a un tipo así a una sorpresa. —Se burló Momo. —Ya se me estaban agotando las ideas con las respuestas que tenía.
—No eres un buen actor, Momo-sempai. —Le dijo Ryoma. —Desde el inicio, sospeché que algo tramabas.
—Concuerdo, no eres un buen actor. —Opinó Kaoru
—De todas maneras, era altamente probable que Ryoma detectara las intenciones de Momo. —Comentó Inui.
—Sí, porque conoce todas las tácticas de Momo. —Sonrió Fuji.
—No tiene que ver con que sea bueno o malo en la actuación. Es que, él es demasiado racional. —Protestó Momo, y luego dirigió su mirada a su amigo. —Sigues siendo igual de terco que en el pasado, lo lamento por Sakuno.
—Pienso lo mismo. —Habló Ann abrazando a su amiga. —Te compadezco, Sakuno.
—No deberías, Ann-chan —Río Sakuno. —Si bien Ryoma es terco a veces, tiene muchas otras cualidades que me gustan.
—Aww no me esperaba menos de Sakuno-chan. —Sonrió Kikumaru. —Tienes a la mejor chica a tu lado, pequeño.
—Estoy de acuerdo. —Sonrió Ryoma, mirando a Sakuno a la distancia.
Si bien en japón eran supersticiosos con algunas tradiciones, en esa ocasión estaban todos de acuerdo de celebrar el cumpleaños del ambarino esa noche, considerando que hace mucho tiempo que no se encontraban. Luego de que Tanaka les sirviera la comida, Sakuno se sentó entre su esposo y Ann para charlar de lo último que había pasado. Entre ellas, Oishi comentó que se encontraba en su cuarto año de medicina en la Universidad de Osaka, deseando especializarse en el área de deportes. Ryoma y Oishi solían conversar en algunas ocasiones, teniendo en cuenta que seguían el mismo objetivo, pero en el último no habían tenido tanto tiempo de hacerlo.
Así mismo, Kikumaru deseaba abrir una tienda de mascotas el próximo año, ya que le encantaban los animales y estaba estudiando un curso relacionado a eso. Inui por su parte, estaba estudiando ciencias en la Universidad de Kyoto, gracias a sus habilidades en cálculos, solía ser uno de los mejores estudiantes de esa institución, teniendo un futuro prometedor. Kawamura se encontraba estudiando cocina para tener su propio negocio de comida. Kaoru es voluntario en un zoológico, pero nadie lo sabe. Fuji y Tezuka seguían trabajando juntos en una empresa. Mientras tanto, Momo todavía no sabía si seguir los pasos de su madre o estudiar otra carrera similar. Lo único que estaba decidido, era que comenzaría a vivir con Ann pronto, ya que lo habían conversado hace unos meses y les parecía una mejor idea que comprometerse, porque no estaba en sus planes hacerlo todavía.
Cuando el reloj marcó las 12 pm, todos hicieron un círculo alrededor del ambarino para cantarle "feliz cumpleaños". En ese sitio, se sintió extraño, porque nunca imaginó que estar alrededor de tantas personas lo haría feliz, considerando todo lo que había vivido en el pasado. Aunque no era un hombre de palabras, se sentía agradecido de haber conocido a todas esas personas. El Ryoma del pasado quizás no se habría siquiera imaginado que algún día llegaría a poder mencionar que tenía amigos o una esposa a su lado, porque quizás el chico que solía ser no era nadie más que el encargado de cumplir con los deseos de sus padres. Pero ahora, era totalmente distinto, su destino había cambiado y se sentía a gusto de ello.
Continuará….
¡Hola! ¿Cómo han estado? Lamento la demora, realmente este año ha sido muy acontecido, teniendo en cuenta todo lo que he estado haciendo…con decirles que, incluso hice un curso de japonés jaja Pero ahora si estoy de vuelta con los fic. Este capítulo lo tenía planeado hace varios meses, pero pasé por una especie de bloqueo literario, donde no sabía cómo crear el escenario perfecto para que Ryoma y Sakuno llevaran a cabo su conversación pendiente.
Como les había mencionado hace tiempo, estos son los últimos capítulos de este fanfic. Posiblemente el próximo, correspondiente al número 34 sea el último. Eso es lo que pretendo hacer por ahora, no sé si cambiaré de opinión después XD quien sabe. De todas maneras, en el caso de que no fuera el último, a lo más acabaría en el 35. Pero no haré más que eso, porque estoy decidida a terminarlo.
Posteriormente a eso, voy a retomar los otros fic ryosaku que tengo pendiente. Y si llego a terminar con todos, estaba pensando que sería buena idea re-editar el fic de "matrimonio concertado" que subí a fanfiction hace años. Lo estaba revisando y…creo que necesito cambiar varias cosas en la redacción. Como he ido cambiando mi manera de escribir en el tiempo, considero atingente hacer esa re-edición. Cuando eso ocurra, les avisaré.
Mi página de Facebook es Hinata-sakuno fanfiction :D
Nos leemos en otra continuación,
¡Saludos!
