No fue hasta que el semestre se acabó y pasados unos días que se dio cuenta ella se marchó para el Norte sin despedirse. Tampoco fue algo que le significara demasiado…pero sí se dijo que si fueran algo más que conocidos ella se habría despedido por simple educación.
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Pod se quedó mirándola boquiabierto cuando se dirigió a él. Siguiéndola con la mirada y recordándose no demostrar que estaba mirando de más, o hacerla sentir incomoda. "Hoy te ves diferente." Y aunque ella usualmente usaba maquillaje era poco, no como hoy. Hoy traía sus buenas capas de maquillaje bien puesto que acentuaba mejor cada uno de sus rasgos de por sí ya perfectos, se veía espectacular. "…Pareces de revista." Dijo, casi y en un suspiro que vino a asombrarlo, y la vio sonriéndole cordialmente mientras él trataba de hacer pasar su comentario como si nada al abrir el libro que él mismo había traído.
"Vengo de una sesión de fotos para una revista." Contestó sacando libro, cuaderno y lapiceros.
"Oh. Que bien."
"Es más que todo para el Norte, el Valle y las Tierras de los Ríos. No me hice desmaquillar para no ir a llegar tarde, y de paso, porque voy a salir con Margaery más tarde. Así mato dos pájaros de un solo tiro."
Extrañamente no había mucho de ella en redes sociales, nada personal ni mucho menos nada controversial. Cuando él le preguntó ella le contó como aquello era un horrible juego psicológico del cual después de la muerte de su papá había aprendido no formar parte porque había mucha gente odiosa que tan solo hablaba mal por hablar mal, y que eso había venido a afectarla. Así que ahora los únicos perfiles que tenía los manejaba los encargados de las Relaciones Públicas de su familia, por eso él solo encontraba imágenes profesionales de ella, modelando o promocionando diseñadores respetables.
"Quiero ser tomada seriamente cuando me vuelva diseñadora, así que tengo una imagen la cual respetar. Un solo error que cometa y aparecerá en todos los tabloides y me comerán viva. Lo he visto pasar con unas amigas, no es nada lindo."
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Una de esas tardes ya a final de semestre donde para él todo estaba dicho académicamente se encontró participando en un partido de lacrosse. Era una buena forma de relajarse después de las últimas semanas llenas de stress. Y Pod no estaba pensando mucho de esto mientras se organizaban los equipos, hasta que de repente Meera, a cuyo equipo le faltaba un jugador, dijo que se lo preguntaran a Sansa quien en se momento se aproximaba ausentemente a ellos. Mejor dicho, probablemente iba hacia uno de los parqueaderos, que quedaba pasando dicha cancha.
A Pod el comentario haciéndosele extraño pues no se imaginaba a Sansa Stark participando en un deporte de contacto, o en algún deporte, cabía decir. Y Meera esperaba su respuesta, "¿Conoces a Sansa?" pues ella sí había dicho preguntémosle.
"Nuestros papás fueron amigos, y conozco a uno de sus hermanos."
Pod asintió, habiendo olvidado que Meera también era norteña, "No sé, Sansa no se me hace mucho de deportes."
Meera se encogió de hombros, "…Oí que ella jugaba en el equipo del Norte." proveyó, aunque luego se burló, "probablemente su familia le compró el puesto, no que importa, vamos a preguntarle. Creí que tú y ella eran amigos."
Pod ante eso sacudió la cabeza, añadiendo que meramente conocidos y siguiendo a Meera. Y bastante sorprendido también de que Sansa hubiese jugado a nivel del Norte.
Al acercársele con la propuesta Sansa se demostró sorprendida ante el pedido, y los corrigió, diciéndoles que participó en el equipo femenino de su colegio más por llenar el currículo académico que por que le gustara, y que las Stark que jugaron en el equipo del Norte fueron su hermana…y su tía. Y que ella jugó el deporte solo por un año donde todo el mundo corroboró que no llenaría los zapatos de su tía y más bien al año siguiente se cambió a tenis. En conclusión, ella en vez de ayudarlos a ganar los haría perder.
"Lo que me cae de maravilla, estoy en el equipo contrario." Pod bromeó, y la vio sonriéndose y mirando con disculpas hacia Meera. Para luego preguntarle como iba de salud su hermano, y cabía decir, que Sansa no parecía ni recordar el nombre de dicho hermano, ni el de Meera, pero era obvio que eran de esas conocidas de pasada. Y la verdad, él muy poco la había visto socializando por fuera de su grupo de amistades, ni siquiera en el puñado de fiestas en las que habían coincidido.
Pod las escuchó intercambiando conversación por unos momentos para Meera volver a insistir de que su equipo tan solo necesitaba de un jugador. Y después de Sansa considerarlo por unos momentos sorpresivamente asintió, dudosamente diciendo que al menos venía en tenis y jeans. Al removerse las gafas de sol de la cara ambos Pod y Meera notaron las ojeras y como la luz la afectó de inmediato. "¿Larga noche estudiando o de fiesta?"
"Lo segundo." Sansa respondió quejándose mientras se recogía el cabello.
Pod le asintió sonriéndose, rápidamente preguntándole como le estaba yendo en sus exámenes finales antes de que Meera le alcanzara una botella de agua.
Y esto no era competencia, era solo diversión, Podrick y todos riéndose ante las bobadas que pasaban, y no se había esperado mucho de Sansa, más que correr temerosa y desubicada por el campo, pero cuando metió un gol para su equipo se dijo que talvez sí había competencia y decidió ahora sí jugar en serio. Lo que ella obviamente estaba haciendo a pesar de estar sudando la resaca y acabándose cuanta botella de agua le pasaban.
Fue ya pasado un buen rato que notó que en cuanto le pasaban la pelota y alguno de los hombres del equipo contrario se le acercaba ella hacía un pase, lo que le llamó la atención, pues todos los hombres eran cuidadosos con el resto de mujeres.
Bien, eso cambió ya a lo último y justamente con él. Estando empatados él se le paró enfrente para quitarle la pelota, viéndola despeinada y sonrojada por el calor, "¡Eres buena!"
"¿Por qué la sorpresa?" preguntó sin aire, y tratando de pasarlo.
Sabía que donde ella hiciera un pase perdería la oportunidad de hacer un gol, así que Pod le bloqueó el camino una y otra vez juguetonamente, y cuando él por fin se decidió a actuar ella a propósito colisionó con él bruscamente, no supo cómo con un movimiento rápido se dio media vuelta alrededor de él haciéndolo perder el balance y tampoco estuvo seguro si el codo en su estómago fue accidental o a propósito, y para cuando escuchó el gol siendo cantado la vio brincando en celebración, su equipo completo también, el de él gritando 'faaaalta'. Ella momentos después devolviéndose hasta él burlándose maldadosamente al verlo todavía tirado en el piso, no tan disimuladamente los ojos de ella viajando dos ocasiones hasta su estómago, pues gracias a la caída la camisa se le había subido un tanto. "¿Qué fue eso?" preguntó, ¡aquello fue trampa! La tomó de la mano cuando ella se la brindó para ayudarlo a poner en pie, ¡Y donde alguno de los hombres le hubiera hecho aquello mismo a alguna de las mujeres ya sabía que se le habría venido el mundo encima!
"…No soy jugadora excepcional, pero tampoco soy la más mala. Y para colmo de males también soy la hermana menor de dos hombres, y la mayor de una hermana chiquita pero maldadosa. Sé cómo pelear mis batallas, aunque no lo parezca." Lo miró de arriba a abajo con ceja levantada, "Más cuando reconozco a mis oponentes."
Pod se carcajeó ante eso viendo que daban por terminado el juego, "Y yo que te tenía por delicada," comentó, fingidamente tocándose el costado.
"…Soy más ruda de lo que aparento, Pod. Y tú necesitas mayor agilidad en las piernas, hasta el de la resaca parece otro."
"Tan solo estaba tratando de ser justo contigo, ya sabes; por ser mujer."
"Excusas. Excusas. Mejor acepta tus derrotas."
"Si te hubiese hecho lo que me hiciste a mí–"
"–¿Mis guardaespaldas te habrían caído encima?" Bromeó, aunque segundos después pujó, "No lo creas, saben que somos amigos…Por lo menos, habrían dudado uno o dos segundos en actuar, lo suficiente para yo dejarles saber que todo está bien."
"…Supongo que es bueno saberlo." En ese momento Pod de repente se sintió siendo abrazado por uno de sus costados, y sonriéndose le pasó el brazo por los hombros a Roslyn. Sansa sonriéndoles genuinamente a ambos mientras él presentaba y ella recibía de Roslyn un tarro con agua helada. Sansa demostrándose tan amistosa como lo era con él, y talvez haciéndose la de los ojos ciegos a la desconfianza que él sentía provenir de Roslyn.
En ese momento Podrick sacudió la cabeza. Haciendo desparecer todo lo que no fueran ellos dos.
Dio los dos pasos que los separaban y la abrazó de la cintura, "¿En este punto ya estabas interesada en mí?"
Sansa frunció el ceño, "No. Ya sabía qué clase de persona eras y me despertabas admiración y respeto, me parecías lindo, pero nada que me hiciera pensar de más. Roslyn me agradaba."
"¿Recuerdas que mucho tiempo después de este momento te pregunté lo mismo?" Por supuesto que no lo haría, ella era tan solo un reflejo de su percepción de la Sansa verdadera.
"¿Qué respondí?"
"Lo mismo que me acabas de decir." La escuchó devolviéndole la pregunta sobre si en ese momento estaba interesado en ella. "...Eras hermosa, y tenía curiosidad, no eras como lo recordaba de Casterly Rock, como lo esperaba."
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"¿Entonces? ¿Qué opinas?"
Pod continuó mascando y asintiendo, después de unos segundos pasando el bocado con un sorbo de gaseosa. "¿Un poco secos? No sé, ¿son así? …Nunca había probado los pasteles de limón."
Sansa exhaló, "Tú dices que están secos. Margaery que muy dulces. Y Loras que tan ácidos que lo hacen erizar."
Pod frunció el ceño ante eso último, "…Pues es tu opinión la que debe importar…entre gustos no hay disgustos, ¿no?" Y le dio otra mordida al pastel.
"Creo que son los ingredientes de aquí los que no funcionan. Ya va la segunda tanda desperdiciada, y en el Norte cuando me los enseñaron a hacer me quedaban buenísimos. Y mira," dijo señalando hacia un cuaderno, "que sigo la receta paso a paso."
"¡¿Tú los hiciste?!"preguntó y tras la mirada de ella se arrepintió de haber hecho aquella pregunta con incredulidad.
"…Aunque no lo creas, tengo un par de recetas bajo la manga." Sacó su celular, "Las suficientes como para no morirme de hambre viviendo sola, en todo caso."
"…Porque una chica como tú se moriría de hambre. O no tiene chef que le cocine. O alguien que le limpie la casa. O que esté pendiente de ti."
Sansa exhaló dramáticamente, "Me tengo que recordar que hay bromas que no puedo hacer contigo. Ugh, ¿Qué sabes de supermercados de aquí con productos Norteños?" Pod sacudió la cabeza, "Oh, este parece bueno, pero en una parte sospechosa de la ciudad. Oh, pero no parecen vender las marcas que usaba en Invernalia."
De otra mordida Pod acabó con el pequeño pastel y continuó con el otro. "No están tan malos, tampoco. Con leche sabrán mejor."
"Prueba unos buenos con un Dornish Red. La delicia."
Pod pujó sonriéndose, "¿Asumes que puedo costearme Dornish Red?" y la vio sonrojándose, lo que lo hizo carcajearse, "Lo he probado con Tyrion, y es sabroso, pero definitivamente no vale su precio en oro. ¿Ahora Arbold Gold? Si fuera rico eso sería lo que tomaría."
"Arbold Gold es el mejor vino, pero con los pasteles de limón, Dornish Red. Marca mis palabras. Y si me decidiera a ir a este supermercado, ¿vendrías conmigo?"
Pod se irguió para mirar hacia el celular y vio la dirección, y aquello no estaba en una zona sospechosa de la ciudad, y quiso girarle los ojos, "…Necesitas a alguien que parezca de calle, ¿no?"
Sansa se sonrojó, "…Sí…así bien rudo, macho, y fuerte como tú."
Pod le giró los ojos y se negó con la cabeza ante su burla hacia él, "¿Por qué no mandas a uno de tus guardaespaldas o a la persona del servicio en todo caso si el lugar se te hace tan peligroso?"
"Porque exagero, he visto peor en el Norte. Y la verdad es que quiero conocer. Además, me puedo cerciorar en el lugar de las marcas disponibles. ¿Vamos si?"
Pod asintió, lo que le ganó una risa por parte de ella, "Yo vivo en ese sector, ¿sabes?" y con eso se carcajeó al verla sonrojarse apenada de nuevo, "Y no es nada sospechoso."
"Lo siento, Pod."
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Pod regresó a la mesa, viendo que Sansa ya había resuelto el problema, y de repente ella se estiró y le tomó de entre los dos dedos el cigarrillo. Estaba sorprendido para cuando la vio echarlo al vaso con café que tenía al lado.
"No fumes, es horrible."
Ya sabía no fumar alrededor de ella, pero a veces lo olvidaba, la vio arrugando la nariz, "Eres tan dramática." Le dijo refiriéndose al café ya echado a perder, "Y creí que modelos fumaban en cadena para no comer."
"También drogas, por si no lo sabes." Comentó con ironía.
Pod la miró con escepticismo de que usara drogas pero que ella de repente bajara la mirada aparentemente incomoda lo dejó pensativo. "Déjame decirte, como modelo he notado que cuentas con apetito." Dijo, haciendo cara de que sabía de que talvez no debía decir eso y ella se carcajeó.
"Bendecida con un metabolismo rápido. Algunas de mis amigas me odian por eso." Dijo riéndose maldadosamente, "Y no soy modelo, modelo. Participo en unos cuantos desfiles al año que es diferente, más por mi porte, apellido y conexiones que por habérmelo ganado."
"…Al menos lo reconoces." Lo murmuró, ella mirándolo tras unos momentos y entrecerrándole los ojos. Pod sonriéndose apenado, y después de unos instantes ella sonriéndose junto con él.
"Bien, sí, no niego que por ser quien soy las cosas me han caído en bandeja de plata."
A Pod el tono y la gracia con que habló lo hizo sonreír incluso más, "Bueno, aunque lo del porte si es todo tuyo." Dijo, en serio y también queriendo congraciarse.
"Gracias. Eso también lo sé." Contestó sacándole la lengua.
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¿Cómo? Pod se preguntó asombrado, quedándosele mirando, estudiándola, "¿Estabas colocando atención?"
"Sí. ¿Por qué?" Preguntó a la defensiva, y a su vez mirando hacia atrás, hacia donde Pod miraba extrañado, pero no encontró nada ni nadie.
"Llegas con el cabello suelto. Bajo la mirada al cuaderno talvez por un minuto, y te vuelvo a mirar y ¿tienes una trenza bien hecha?" Y estaba seguro que se había hecho la trenza en el lugar, a él le gustaba como el sol le daba en los cabellos despeinados, y como estos se movían con el va y ven del viento. La vio sonriéndose, casi burlándose de él.
"Es algo casi innato cuando llevas más de la mitad de la vida haciéndotelas."
Y Pod se quedó mirándola por unos instantes más, apreciando la trenza sobre el hombro, y el rostro que enmarcaba, un ventarrón y los cabellos sueltos a la altura de su oreja moviéndose, "Tienes cabello bonito." Y vio que la sorprendió, más ninguno de los dos hizo más de aquello.
"Gracias. Tú también tienes buen cabello."
Pod se burló ante aquel comentario, y estaba seguro que ella sabía que tenía mucho más que el cabello bonito. "Repasemos esto otra vez…"
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Después de que la sucesión de dos clases semanales con él empezaron a dar sus frutos y ella continuó sacando buenas notas cambiaron la técnica. Ella prometiendo pagarle si le continuaba enseñando, y él en aquel momento teniendo unos cuantos problemas económicos no se pudo negar.
Lo que no se vio venir fue que de repente ella le consiguió clientes entre su mismo grupo de compañeros de clases, y pronto Pod estaba haciendo más dinero de aquella forma que en su pasantía poco remunerada de medio tiempo.
Así que después de un par de meses cuando se vio ya más tranquilo por el dinero se volvió a negar ante ella cuando le fue a pagar. "Siendo realista, debería darte una parte de las ganancias." Le dijo, explicándole por qué no le volvería a cobrar, "…Pero una niña rica haciéndose más rica a costa de nosotros los pobres no me parece justo." Decidió bromear, y esperar a ver que venía de aquello. Y la vio sonrojándose para luego reírse apenada.
Y Pod para ese momento, aunque ya no se sentía desconfiado con ella, el compañerismo entre ellos lo sabía forzado. Era a ella a quien le convenía su 'amistad' pues de esta salían sus buenas notas…y él…pues no le caía mal una vista bonita y echarse el dinero al bolsillo.
"…¿No has oído que entre más dinero se tiene, más avaricioso uno es?"
Podrick se preguntó si su respuesta fue una cuidadosa para no ir a ofender sensibilidades. En todo caso lo hizo sonreír.
"Y bueno, ya que te hiciste con una selectiva clientela gracias a mí, lo menos que podrías hacer es invitarme a comer, ya que no vamos 50/50."
Aun sonriente y no iba a mentir, sintiéndose entusiasmado de que a ella pareciera agradarle su compañía como para pedirle que la invitara a comer, se colocó en pie, "Faltaba más."
Ambos dejaron la biblioteca lado a lado, y Sansa decidió advertirlo, "No demoran en montarte competencia, ¿eh?"
"Deberás defender mi puesto entonces entre tus compañeros de clases y amigos ricos, nada mejor que sacando mejores notas."
"Sí, mamá."
"Ouch."
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"Oye, he notado que tus guardaespaldas no mantienen sobre ti…y pues tú siendo tú, ¿no deberías de tenerlos encima?"
"Mi familia no es tan relevante aquí en el Sur como en el Norte, y esa fue una de las razones para desplazarme a estudiar acá."
"Bien, sí, pero um…la fortuna y el renombre de tu familia rivaliza a la mayoría de las de aquí en el Sur. Y así te creas segura…hay peligros, gente sin escrúpulos…"
"Sí, lo sé."
Ella parecía tan positiva con su seguridadque aquello lo hizo sospechar, "Se me hace raro que la mayoría de tus amigos ricos muestran sus guardaespaldas mientras los tuyos hacen un buen trabajo en pasar desapercibidos."
"Eh, todo depende del entorno y la compañía."
Pod entendía, una cosa eran las clases casuales que ellos tenían a seguramente cuando ella salía aquí en Desembarco a alguna reunión como representante de la familia, o al tipo de eventos donde los ricos les gustaba demostrar quien tenía más dinero que quien. Por ejemplo, tan solo por el carro clásico y de buen gusto que Sansa manejaba gritaba que dinero era el último de sus problemas. ¡Hasta Tyrion había mencionado dicho carro y que sería una gran adición para su colección! "En mi carrera se empieza a hablar como el mundo de la seguridad será revolucionado por el uso a futuro de nanotecnologías y–"
"–Oh, no es nanotecnología, pero sé que a mi primo Robyn –cuando sale donde hay multitudes– le colocan un dron desde que mi tía se convirtió en gobernadora. Un dron, ¿puedes creerlo? Lo que es bastante ridículo pues siempre está a unos metros de mi tía…Pero también mi tía es mi tía y tiene medio tornillo suelto...aquí entre nos. No me sorprendería nada que le haga poner un chip de rastreo subcutáneo cuando eso se haga realidad."
Pod asintió, preguntándose para que compañía trabajaban ese tipo de guardaespaldas pues todo eso se le hacía bastante interesante, y de hecho algo en lo que en otra vida le hubiese gustado desempeñarse, pero preguntarle a ella sería hasta sospechoso, ¿no?
"Si mis guardaespaldas son lo suficientemente buenos como para darle tranquilidad a mi mamá con mí libertad, bienvenidos sean mientras no estén encima de mí. Y mira que a ratos apenas y si los noto."
Y con eso la vio alzar la vista y saludar con la mano a uno de los guardaespaldas en el segundo piso que les estaba prestando atención y siguiendo sus movimientos. Y Pod obviamente siempre notaba dichos guardaespaldas a varios metros de ella, cuatro, y para ser sincero estos sí hacían buen trabajo pasando desapercibidos. Pod tenía mapeados a los otros tres guardaespaldas, afuera. A uno lo podía ver sentado en un patio haciendo que leía un periódico y se tomaba un café, y los otros dos no eran visibles en el momento. Pero él ya les conocía los rostros y hasta adivinaría sus posiciones.
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Podrick no tenía mucho tiempo libre, mantenía un trabajo a medio tiempo, iba a clases, y estudiaba bastante para mantener su beca. El poco tiempo que le quedaba era para relajarse. Así que no fue difícil que Sansa volviera a desaparecer de su mente, hasta el día menos pensado en que simplemente recibió un mensaje de texto preguntándole, que como él estudiaba ingeniería, si conocía a un profesor de matemáticas que le pudiera recomendar. Y al averiguar cuál era el tema vio que se lo podía explicar, si ella quería.
Se encontraron en la biblioteca de la universidad, y cuando ella le fue a pagar tras las primeras dos horas de estudio –en las cuales no progresaron, sino que solo llegó hasta desatrasarla de las bases que debía de tener para comprender el tema–, él se negó. Internamente diciéndose que era un idiota porque el dinero que a ella le sobraba, a él no le caería nada mal.
"…Oh…déjame invitarte a comer entonces..."
Podrick notó que a ella su negativa la sorprendió, así como a él le sorprendió su invitación. Y bien, hasta ese momento Podrick se preguntaba si no le daría vergüenza que sus amigos ricos la supieran con él, pues recordaba muy bien la niña creída que había sido...Si todo esto eran apariencias y su verdadero yo estaba escondido, y haría su aparición en algún momento. Y la verdad, hasta el momento le estaba dando el beneficio de la duda, de que hubiera madurado a la vez que crecía. "…Hay un lugar a la vuelta donde hacen sándwiches para morirse…"
"¿El lugar donde le ponen las papas a la francesa dentro del sándwich?"
"¡Sí!"
"Eh…" dijo con escepticismo, "Vamos entonces. He oído a hablar del lugar y que es bastante popular pero para mis gustos eso es raro."
Y la notó con dudas, casi desaprobatoriamente no compartiendo el entusiasmo de él por el restaurante. Podrick se imaginó que si aceptó fue por quedar bien y pagarle el favor. Y bueno, él no dijo nada porque ella también podía ordenar cualquier otra cosa light que se le antojara.
Y mientras caminaban, se sentaban, ordenaban, hablaron de lo que ella tendría que estudiar esa semana para la próxima clase con su profesor, y dependiendo de lo que vieran en dicha clase lo llamara para terminar de colocarla al día. Comieron, ella riéndose tras el primer bocado y consecuentemente dictaminando que el lugar sí tenía razones a ser tan popular. Y mientras se reían y burlaban pasaron a temas más placidos que el estudio, temas que por lo general la gente de su edad tenían en común, los lugares de moda de la ciudad, música, televisión, cine, etc.
Así fue como las clases y las primeras conversaciones se empezaron a dar.
Para la segunda o tercera clase ella le pidió que cambiaran las comidas rápidas por un lugar con cubiertos y comida más saludable. Y para ese momento ya tenían cierta confianza, aunque Pod sabía que la distinción entre clases lo venía a afectar más a él que a ella, e hizo cachitos para que no se refiriera a un lugar elegante, aunque cabía decir que ni él ni ella estaban en el momento vestidos como para ese tipo de lugares. Pero en peores fachas lo habían dejado entrar junto con Tyrion a lugares exclusivos, y con ella no sería la excepción, "Ok, escoge."
"¡Tiene que ser un buen lugar para que celebremos mi primera buena nota con el profesor detestable!"
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La segunda semana del semestre escuchó su nombre siendo llamado varias veces, se giró en dirección en que la voz provenía dudando de si era con él que se trataba hasta que escuchó su apellido, y con sorpresa vio a Sansa Stark dejando atrás las amistades con las que se encontraba, "¡Hola!" la saludó desde su lugar estupefacto y después –tardándose en reaccionar– caminó hacia ella para encontrarla a medio camino.
"¡Hola!" Sansa lo saludó de vuelta, "…Te he estado colocando mensajes desde hace un mes y no me contestas."
Se veía apenada y Pod se imaginó que lo estaba por la posibilidad de que él la hubiera estado ignorando a propósito y solo ahora ella viniera a darse cuenta, "¡Oh! Soy un idiota y perdí mi celular, no me molesté por recuperar mi número anterior." y la verdad era que no había pensado en ella en ese año que había transcurrido. Se había convencido de que las palabras de encontrarse aquí en la Universidad –para el primer semestre de ella y tercero de él– habían sido meras cordialidades de ella, y al ver que hacía amigos fácilmente se olvidaría de él y de su existencia, "…Me dije que tan solo era tiempo de toparnos en el camino." Miró detrás de ella y no se sorprendió en notar que había estado acompañada del grupo popular de niños ricos de la universidad.
"Entonces, ¿Intercambiamos números?"
"Sí, sí, claro." Podrick escuchó de repente a sus propios amigos recordándole que llegaban tarde para la clase sino se apuraban. E intercambiar números hicieron rápidamente.
"No te preocupes, ya nos pondremos de acuerdo después para hacer algo."
"Mmm," Pod contestó, no pensando mucho en lo que ella decía, más preocupándole el ir a llegar tarde a su clase con el profesor más temido del campus. Una vez que se despidieron y Pod regresó apurado hasta sus amigos, estos le preguntaron cómo conocía él a una de las niñas ricas. Y les contó de su primer trabajo, hacía como siete años, fue un verano en Casterly Rock haciendo de chofer/mandadero para la familia de ella que había estado de visita.
"Ella de seguro que quedó impresionada de tus proezas como chofer/mandadero, si te reconoció y salió buscando toda ¡Pooood! ¡Pooood! ¡Podrick! ¡Payne!"
Pod se carcajeó con su amigo, sacudiéndole la cabeza, hasta que cayó en cuenta de algo, "Hombre, éramos unos niños en aquel entonces." Ella habría tenido qué en ese tiempo, ¿trece, catorce años? Para él había sido el último verano antes de su último año de colegio. "El año pasado me la encontré en el Valle de Arryn y me comentó que después de un año sabático que se tomaría, vendría a estudia aquí a Desembarco del Rey. Así que quedamos de vernos."
"Aun así, hombre, ¿una belleza como ella detrás de ti?"
"Ya quisiera yo. Y mmm, para mis gustos si me atrevería a decir que está más buena que Maraery Tyrell." proveyó.
"Casi, pero no."
"Sí." Pod insistió carcajeándose al ser sacado de su error, solo para segundos después regresar a sí mismo, "Nos acercamos al principio." dijo, tomando aire profundamente y con determinación de no dejarse afectar, de no hablar de más repitiéndole que ya no quería olvidarla. Su determinación le duró hasta que se dio cuenta que la Sansa de sus pensamientos no apareció, pánico recorriéndolo al girarse a buscarla, pero no encontrándola.
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