Hay una grandiosa historia que se cuenta a los niños de los 4 reinos antes de dormir, un cuento fantástico sobre un reino oculto en las nubes. Donde habitan los últimos dragones, aquellos que lograron escapar de la ambición de los hombres que les cazaban, ya fuera para utilizarlos como poderosas armas de ataque o bien para utilizar, su sangre, piel, huesos o dientes para hacer potentes pociones o realizar magia que en su mayoría era oscura. La mayoría pensaba que era una historia inútil para guardar esperanzas de volver a ver aquellas imponentes bestias que se habían extinguido hace tiempo.
El reino de las nubes que siempre está en movimiento, lejana y hermosa, como un paraíso inalcanzable para los simples mortales.
Cuenta que desde el origen cuando existía un solo continente, antes de que los elementos fundamentales de dividieran y la tierra se separara para formar los cuatro reinos, existía una conexión latente entre el cielo y la tierra, que se mantuvo por cientos de años hasta que las acciones humanas provocaron que el puente que los unía se rompiera.
El quito reino o como la mayoría de la gente le llamaba, el reino de las nubes era descrito como un lugar maravilloso, casi de fantasía, donde los bosques eran bastos y las tierras fértiles, donde el agua fluye en cascadas interminables de agua pura y cristalina que nunca se agota, los campos están repletos de árboles frutales y flores multicolores donde todo tipo de seres y criaturas convivían en armonía. Incluso las bestias más imponentes y feroces podían interactuar con los pocos elegidos humanos mágicos que permanecieron en aquel exótico lugar como guardianes cuando el puente se rompió.
La magia más poderosa y elemental lo mantenía oculto, ningún ojo extraño podría verlo aun cuando lo tuvieran delante. Algunos decían que en efecto el reino estaba sobre sus cabezas oculto entre las nubes en movimiento por lo que cambiaba de localización de manera constante arrastrada por los vientos, otros aseguraban que estaba en un plano distinto y que era esta la razón por la que nadie podía encontrarlo. Las muchas historias sobre el reino de las nubes eran bien conocidas, pasaban de boca a boca, de padres a hijos, a veces sumando mas maravillas a los relatos, hasta que pasados los años todos tomaron esas historias como cuentos infantiles que comenzaron a escribirse en libros para deleite de los mas jóvenes.
Si había algo de cierto en esos cuentos nadie lo sabía, para la mayoría eran solo eso, cuentos que no tenían nada que ver con la realidad, relatos divertidos para fomentar la imaginación de los chiquillos que suplicaban a sus padres que los contaran una y otra vez antes de conciliar dormir por la emoción de la historia.
Lo curioso era que sin importar el reino en el que vivieran, ya fuera Glaonna, Talamh, Uisce o Scamail las historias parecían contarse en paralelo, como si hubieran sido contadas por la misma persona, describiendo los mismos detalles de ese lugar basto entre las nubes. Además, había algo en concreto que se narraba con demasiada exactitud en los cuatro reinos, existía una profecía que hablaba de un elegido, una persona con magia que resultaría lo suficientemente digno para restablecer la conexión entre los reinos de la tierra con las nubes.
El elegido seria un guerrero que lucharía por la paz y la unificación de los reinos, comandaría los ejércitos de todos los reinos para aniquilar las fuerzas oscuras y para lograrlo sería el único capaz de encontrar el puente que conecta con el reino de las nubes para restablecerlo.
En la profecía se hablaba de 3 personas en concreto que se unirían bajo el designio de las estrellas para lograr su objetivo. Se anunciaba una nueva era de oscuridad y muerte, y que sería su intervención la única posibilidad para sobrevivir y lograr por fin la paz en los reinos. Sería la tercera guerra, una mucho mas sangrienta que las anteriores.
La mayoría pensaba que eran cuentos, pero alguien en especial sabía que tras esas historias había mucho de verdad. Alguien que había vivido suficientes años como para ver por si mismo el reino de las nubes y abandonarlo para buscar por los cuatro reinos al elegido y sus compañeros de lucha.
Nadie podría estar al tanto de que alguien que había vivido en el reino de las nubes podía abandonarlo, con la única condición de que no podría regresar de nuevo. Fue una elección difícil a sabiendas de que sus ojos jamás verían de nuevo el reino en el que nació, creció y se enamoró. Pero lo creyó justo cuando se sintió responsable de restablecer el orden que rompió la persona que amaba.
El corazón de Dumbledore tembló cuando vio por ultima vez el reino de las nubes. Una vez que dejara su hogar no podría regresar a él. El costo es alto pero necesario. El peso de la culpa seguía sobre sus hombros cuando dio el paso definitivo para caer a tierra.
Su amor lo había utilizado y engañado, deseoso de un poder absoluto sobre los 5 reinos había faltado a sus promesas para obtener información privilegiada y recursos para invadir los reinos de tierra considerando que solo los magos de las nubes eran dignos del poder de la magia. Así que no podía ser de otra manera. Dejo su hogar para apaciguar su conciencia, con un corazón roto lucho hasta ganar la primera guerra en los reinos de la tierra, privo de cualquier poder a su amado Gellert Grindelwald borrando incluso su memoria sobre el reino de las nubes.
Dedico su vida desde entonces a luchar contra los discípulos de Grindelwald, entre ellos los feroces elfos oscuros y un mago humano mestizo sumamente poderoso, quienes iniciaron una segunda guerra oscura que se disolvió después de matar al líder élfico. Ryddle aparentemente también había muerto después de atacar a los padres de quien considero era el elegido de la profecía, nunca se encontró un cuerpo y tenia serias sospechas de que había sobrevivido, pero debido a que no podía comprobarlo, se empeñó en tratar de preparar al elegido y encontrar a sus aliados.
Casi 20 años atrás Dumbledore había encontrado en medio del bosque en una solitaria casa a un hombre y una mujer muertos. El llanto de un bebe se dejaba escuchar con fuerza. El elegido sobrevivió a un ataque directo de Thomas Ryddle, el destino se encargo de poner sobre ese pequeño el estigma de ser el protagonista una profecía que marcaría el resto de su existencia. Dado que no podía intervenir directamente en el cuidado del niño sin ponerlo en mayores riesgos al dejar en evidencia su existencia, tuvo que encargarse de mantener el secreto hasta que llegara el momento propicio de prepararlo.
Fue dejado con una familia adoptiva sin magia, con el afán de protegerle, sin embargo, esa horrible gente trato al pobre niño mas como un esclavo que como a un hijo adoptivo. No fue hasta que cumplió 11 años que fue rescatado de ese lugar por Lord Sirius Black quien adopto y crio como su propio hijo, cuidándolo como le prometió a los Potter, sus mejores amigos.
Black aún estaba resentido contra el anciano mago, no le perdonaba que Harry hubiera vivido un infierno esos 11 años. No importaba cuanto explicara sus razones para hacerlo, para el fue tanto como traicionar la memoria de James y Lili Potter dejar tan desprotegido al niño.
Dumbledore nunca se mostro ofendido por los ataques verbales constantes de Lord Black, comprendía perfectamente su sentir. Y aun cuando podían parecer crueles y egoístas sus decisiones, su meta era lograr que la paz fuera definitiva para todos los reinos.
Lord Black no creía del todo en la sinceridad de sus acciones cuando se ofreció a ser el mentor mágico de su hijo adoptivo, pero era una oportunidad que tampoco podría darse el lujo de rechazar, siendo que el anciano era el mejor mago de todos los tiempos. Conociendo la verdad a medias sobre la profecía que involucraba al niño elegido seria negligente no permitir que Harry se prepara de manera adecuada en todos los aspectos.
Siendo un guerrero diestro podía enseñarle el mismo todo lo necesario del arte de la guerra, sin embargo, por muy bueno que fuera en el adiestramiento de combate y los ámbitos mágicos sobre armas como espadas, escudos o arcos, nunca podría superar los conocimientos que pudiera proporcionar el gran Mago Dumbledore. Sir Lupin era sumamente hábil en el área de encantamientos, pero aun sumando sus distintas habilidades creía que seguía quedándose corto en la enseñanza de Harry. Queriendo lo mejor para el niño que consideraba como su propio hijo, se esforzó por tolerar su aversión al anciano para que este pudiera tomarlo como su alumno, pero de igual forma pidió que Hermes fuera entrenada a la par.
El gran mago no se negó, acepto la condición de Lord Black, tomando a una joven Hermes como discípula. En el fondo el anciano creía que de la misma manera que Riddle inclino la balanza del destino hacia Harry Potter para hacerlo el protagonista de la profecía. Sirius hizo que la pequeña princesa Hermione terminara siendo uno de los dos aliados del elegido que llevaría la paz a los reinos.
Dumbledore tenía la hipótesis de que el tercer miembro principal aun no se definía por completo, en un inicio había pensado que sería alguno de los descendientes Weasley, posiblemente el menor, debido a la fuerte amistad que cultivaron mientras crecían, sin embargo, en algún punto parecía que la camaradería que siempre le había unido a Harry, Hermione y Ron, se fracturo cuando llegaron a la adolescencia.
Solo un puñado de personas sabían que el mismo Dumbledore entrenaba en secreto a Harry y Hermione en las artes mágicas, para ayudarles a dominar sus poderes desde la raíz de su magia. Por esta razón fue sencillo hacer creer a todo mundo que recién se conocían durante la celebración de Pólux en el palacio de Glaonna.
La única sorpresa de esa noche, al menos para la princesa Hermione fue que el Mago Dumbledore llegara acompañado de magos Tace de los que solo había escuchado en historias que no creía del todo que fueran posibles. Esa noche los había reconocido por las peculiares marcas que se extendían por la piel de sus manos, como tatuajes.
Fue la magia de los magos Tace lo que los llevo por medio de un portal mágico a Talamh para auxiliar al Rey Beathan, en poco tiempo la situación estaba controlada y realizaron un segundo viaje a Scamail, para finalizar en Uisce. En pocas horas los elfos oscuros retrocedieron, desapareciendo por los mismos portales por los que había llegado.
Hubo un momento en toda aquella odisea que se quedó en compañía de uno de los magos Tace, lo que le pareció curioso. Por lo poco que sabía de ese tipo de magos, además de las peculiaridades de cubrían su rostro y mantener silencio era que no solían involucrarse en ningún tipo de conflictos.
Ejercían la magia pura, por lo que mantenerse al margen era su manera de conseguir el equilibrio con su entorno, sin embargo, uno de los dos magos que se presentaron con Dumbledore en la fiesta, seguía a su lado como si se tratara de un de sus guardias.
En ningún momento levanto sus manos para invocar su magia, pero se volvió una sombra incluso mientras corría por los pasillos o subía las escaleras en el palacio de Talamh, de la misma manera que siguió sus pasos en las tierras de su primo Niel e incluso en Uisce. Fue el único hombre que no se separo de su lado, pues incluso Dumbledor y el segundo mago Tace se perdieron en algún momento durante la lucha.
Cuando todo termino y el ultimo Elfo oscuro cayo, tuvieron un momento de calma. Se encontraban en el pueblo, muy cerca del puerto de Uisce. El silencio se volvió tranquilo cuando los últimos heridos estaban siendo trasladados para ser atendidos.
Hermione guardo la espada enseguida, girándose para mirar con atención al hombre a su lado. La curiosidad estaba presente en sus ojos dorados, aun así fue lo suficientemente cortes para no preguntar directamente sobre sus dudas.
Conociendo el voto de silencio que ese tipo de magos hacia cuando se convertían en magos Tace, no le preguntaría nada en voz alta sabiendo que se encontraría imposibilitado para contestarle, aun así, la princesa se había girado para mirarle a la cara e inclinando su cabeza un poco pronuncio un suave "gracias"
El mago le miraba tras la máscara que protege su identidad, con la misma curiosidad que la joven princesa. Había algo en su persona que no podría definir pero que le llamaba como el canto de las sirenas. Desde el momento que la vio en la fiesta algo se agito en su interior con algo parecido a la emoción.
Podía ver el color de su energía, leer el tipo de magia que poseía sin siquiera tocarla. Definir los bordes donde la magia de aire y de tierra parecen juntarse sin mezclarse. Hay algo más allá, más profundo que no puede definir, los borrosos contornos de algo que no sabe explicar.
La joven princesa esconde un secreto, algo que quizás ni ella misma conoce.
El Mago se ve tentado en levantar su mano y tocarla, para que las marcas que lleva sobre la piel le ayuden a descubrir cual es el misterio dentro de Hermione. Levanta lentamente su brazo, sintiendo como las yemas de sus dedos se calientan y hormiguean. Puede tocarla y esta a punto de hacerlo, pero al final los movimientos de su mano se detienen, cuando es la princesa quien lo toca primero.
-Te conozco, pero no te conozco. -Le escucha decir en voz baja, parece que habla consigo misma.
Siente sus dedos en los bordes de su mascara cuando intenta retirarla. Debería detenerla, pero no lo hace, no puede apartar la vista del color dorado de sus ojos.
-¡Princesa! -Le llaman, haciendo que se sobresalte un poco y retire la mano.
-Lo siento mago, -Se disculpa avergonzada por lo que estaba a punto de hacer.
-¿Qué ocurre? -Cuestiona al hombre que le llama.
-La Reina Narcisa pide verla.
-¿Se encuentra bien? -Cuestiona alarmada.
-Si princesa, se encuentra perfectamente, pero pide una audiencia con su majestad antes de que abandone Uisce.
-¡Comprendo! -Admite con un suspiro de alivio. -Enseguida iré.
Cuando gira buscando al mago que ha sido su sombra desde que salieran de Glaonna, se sorprende al descubrir que ya no se encuentra a su lado. Mira alrededor buscándolo, pero ha desaparecido.
El Mago la observa a la distancia, oculto tras el muro de una de las viviendas.
"Pronto nos volveremos a ver princesa" Promete en silencio antes de desaparecer por completo como si fuera niebla.
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Castor no tiene la fuerza física o la destreza de Pólux, pero sus carencias las compensa con creces con su inteligencia y otros talentos. En apariencia son idénticos como dos gotas de agua, incluso su madre tenía dificultades para distinguirlos cuando estaban tranquilos o durmiendo, sin embargo, cuando despertaban era fácil al observarlos, descubrir quién era quien por su comportamiento.
La tranquilidad de Castor es calmante, desde bebe parece poseer un alma vieja. Su mirada gris siempre distante como si estuviera su atención puesta en algún lugar distante, escucha el eco lejano de voces que le llaman como si se tratara de un sueño o al menos eso pensaba el resto del mundo que creían que estaba un poco mal de la cabeza, cuando empezó a hablar de cosas extrañas, de lugares y personas que no conoce. Es su madre quien descubre casi por casualidad que su pequeño Castor esta mas que cuerdo, que lo que todos llaman locura es un don para ver cosas futuras. Fue la confianza en el don de su hijo lo que hizo que pudiera salvarse Castor junto a Pólux.
Cuando abandonaron Glaonna huyendo de un final trágico, lo hicieron en compañía de Sir Snape, el hombre que los mantuvo a salvo mientras emprendían un viaje incierto entre los peligrosos causes del rio y las laderas de bosques habitados por bestias feroces. Cuando llegaron al puerto tomaron un primer barco con un destino incierto. A penas tocaron tierra pago por papeles falsos y gemas mágicas para cambiar la apariencia de los niños el tiempo suficiente para asegurarse de que su existencia seria olvidada al tiempo que enterraron los restos mortuorios de toda su familia por línea materna.
Nunca se alejaron demasiado de las costas, ya fuera en Talamh, Uisce o Scamail. Viajando en barcos con frecuencia, quedándose algún tiempo en tierra cuando el tiempo no era bueno. A pesar de sus carencias fueron educados en varios temas, Severus se encargó de que no fueran ignorantes o flojos. Aunque siempre le fue más fácil instruir a Pólux siendo un soldado entrenado, en el momento que se sintió incapaz de educar de manera correcta a Castor por sus talentos, busco a alguien que pudiera ayudarle.
Fue precisamente por el hecho de que no podía instruir de manera correcta a Castor, que los gemelos se separaron por primera vez a los 13 años y no volvieron a verse hasta un mes antes de que Lucius Malfoy encontrara a Pólux gracias a la magia del mapa de los reinos.
Castor puso a su hermano sobre aviso, dándole detalles del futuro.
-En un mes exacto a partir de hoy, una joven mujer vendrá por ti para llevarte de vuelta al que debió ser nuestro hogar.
-¿Debo ir?
-Esa es tu elección hermano. La decisión que tomes cambara nuestro destino.
-¿No podrías simplemente decirme que hacer?
-No puedo adelantarme a los hechos o contar detalles que pueden cambiar el curso de las cosas.
-¡Esta bien! -Acepto al final Pólux, despidiéndose de su hermano de manera efusiva. Después de tantos años de no verle.
Se despidieron teniendo la certeza de dos hechos simples. El primero que la poderosa magia del mapa no encontraría jamás a Castor y que en un mes Polux tendría que enfrentarse a su primera encrucijada para estar cada vez más cerca de su ansiada venganza.
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Tener un hermano es nuevo para el príncipe heredero, es decir, pudo convivir muy poco tiempo con Canis antes de ser enviado a la guerra y fuera asesinado. Con Adhara existían demasiados años de diferencia, además de que por culpa de Lucius fueron separados por tanto tiempo que no tuvieron oportunidad de cultivar una relación de hermanos. Quizás por eso la sensación de afinidad que tiene con Pólux le parece de alguna manera reconfortante.
Ambos se parecen hasta cierto punto, hijos del mismo padre aunque de madres distintas comparten el color característico de ojos y cabello, como también algunos rasgos que dejan en evidencia su parentesco.
El príncipe Drake aun no sabe hasta que punto puede confiar en su medio hermano, pero es un hecho que al menos paso la prueba puesta por Hermione. Es demasiado pronto para confiar completamente en las intenciones de Pólux, pero si su princesa confiaba lo suficiente en el, al menos le daría el beneficio de la duda.
Los entrenamientos siguieron tras el fiasco de la fiesta, debían prepararse lo mejor posible para la batalla. Después de un enfrentamiento reñido en el manejo de la espada Drake y Pólux estaban exhaustos. Generalmente eran los primeros en presentarse al campo de entrenamiento y los últimos en retirarse, ese día en particular no fue la excepción.
Mientras bebían agua para calmar la sed, se sentaron para recuperar el aliento. Estando solos fue Pólux quien lanzo una pregunta que tomo por sorpresa a su hermano.
-¿Estas interesado en Hermes?
El príncipe no dejo notar su sorpresa, le miro largamente tomando el tiempo para contestar.
-No es algo que deba interesarte.
-Me interesa tu respuesta, la princesa me gusta los suficiente para buscar ser su consorte.
-Haces esto por complacer a padre. -Contesto con voz fría, cuestionando con mas molestia de la que era normal.
-No es por el Rey. Me gusta Hermione y puede ser que no te conozca mucho dado que hace muy poco nos conocemos, pero no soy estúpido. Pude ver tu reacción cuando irrumpieron en mis habitaciones, estabas demasiado alterados para una situación que ya conocías de antemano. Tuve mis dudas en ese momento, pero después cuando Hermes regreso al palacio todo termino de aclararse.
-Creo que te apresuras en tus conclusiones.
-Yo creo que tratas de desviar el tema y subestimas lo que en realidad ocurre.
De manera disimulada Drake miro alrededor para asegurarse que nadie estuviera cerca.
-Te repito que mis intenciones no deberían importarte, no son tu asunto.
-Me importan, eres mi hermano y no quiero involucrarme de más, si la princesa es de tu interés. Prefiero dar un paso atrás si en verdad te gusta.
Draco resoplo con fastidio, apartándose un mechón de cabellos del rostro.
-No importa lo que quiera, es un hecho conocido que no siempre se puede tener lo que se quiere. -Dijo con más amargura de la que esperaba.
-¿Por qué no?
-Ambos tenemos distintos objetivos.
Pólux se rio. Pensando que las palabras evasivas de su hermano no hacían más que confirmar sus sospechas, como también dejaban entrever que el tema ya fue tratado antes, por lo que Hermes debía guardar sentimientos por Drake, que tampoco se permitía externar.
